sábado, 4 de octubre de 2014

Perdida en...



Comienza otro mes y yo sigo sin encontrar tiempo para el blog, a la cruenta lucha que mantengo con Kronos se une el síndrome de la página en blanco, me temo que me han abandonado las musas, se acumulan las reseñas por escribir y los borradores por perfilar. Por la noche me asaltan las ideas, si me levanto me desvelo y ya no duermo, si no lo hago una reseña perfecta se echa a perder, pero ultimamente dejo que la noche siga su curso, dormir es más que necesario. Al día siguiente recuerdo retazos que no me sirven para redactar algo presentable.

Así que mientras las musas vuelven, y la página en blanco deja de ser una amenaza, he decidido presentaros mis lecturas. Preguntaba el otro día Pilar Muñoz en Facebook, si leíamos más de un libro a la vez. Reconozco que es un vicio, pero siempre llevo varios entre manos, ahora mismo tres.Uno para mis desplazamientos, el que leo durante el día y otro para las noches. 

Aunque parezca absurdo hay lecturas que no aguantan bien las noches, a mi me gusta leer en la cama, antes de dormir, y si el libro es muy reflexivo, o tiene muchas metáforas me vence el sueño a la tercera página, así que suelo coger libros que enganchen, que no permitan que mis párpados se den por vencidos, al menos antes de que haya pasado media hora. Ya veis que no soy muy exigente...

Voy a comenzar por mi lectura viajera que es la que me acompaña desde hace más tiempo. En ocasiones el libro que una lee en casa tiene tantas páginas que es desaconsejable llevarlo en el bolso, este mes aunque no trabajo cojo el transporte público dos días a la semana y yo no lo concibo sin un libro. En ese momento mi lectura  de sillón era Un millón de gotas, en un viaje a la biblioteca para buscar los libros obligatorios de Bachiller me crucé con uno que me apetecía muchisimo, y a pesar de que la pila de los pendientes de leer crece de forma alarmante no pude ni quise resistirme a la tentación, y es que para una amante del chocolate el titulo era una tentación.

Os hablo de Tardes de chocolate en el Ritz. Dos soñadoras en busca de la felicidad. Llevo leída más o menos la mitad y aunque no es lo que yo esperaba, la verdad es que me está sorprendiendo.
Titulo: Tardes de chocolate en el Ritz

Subtitulo: Dos soñadoras en busca de la felicidad

Autor@: Reyes Calderón

Editorial: Planeta

Nº Páginas: 269


Así comienza...

Sobre mis rodillas descansa, desafiante, una espectacular tableta de chocolate suizo, con alto contenido en cacao, que acabo de comprar en el duty free de Barajas. A mis hijos les encanta: la excusa perfecta. La escudriño de reojo, sin atreverme a tocarla. He desayunado a las cinco y he tentado una insulsa ensalada al mediodía, durante un almuerzo de trabajo. Viajo en el último vuelo a Pamplona, el de las once de la noche, y lo cierto es que estoy muerta de hambre. Sin embargo, dudo: si abro el envase, no me detendré en una sola onza y luego me arrepentiré.

El comienzo sin duda alguna encajaba en lo que yo esperaba de la novela, pero luego tomó vericuetos distintos que igual me están gustando, ya os contaré cuando lo termine.

Mi lectura de sillón no es un libro especialmente gordo, podría perfectamente acompañarme en las salidas, sin embargo, requiere leerlo con atención, disfrutar de cada linea, de cada reflexión, así que pensé que el transporte público y las salas de esperas no son el mejor lugar para disfrutarlo.


Titulo: El guardia, el poeta y el prisionero

Autor: Lee Jung-Myung

Editorial: Grijalbo

Nº Páginas: 313


Así comienza...

Quizá la vida no tenga sentido. En cambio la muerte adquiere claridad, no para demostrar que se ha producido, sino por el bien de quienes sobreviven. Esta lección,  que aprendí el invierno pasado, me convirtió en quien soy ahora. La guerra me había azotado como una tormenta de arena. De algún modo, a la vez que me gastaba,  que me erosionaba, yo crecía  poco a poco. Si bien uno se alegra de madurar, porque el cuerpo se fortalece y se acumula experiencia, para llegar hasta aquí yo perdí mucho. Ya no puedo ser el de antes, cuando no era consciente de la crueldad del mundo, de la maldad que convive con nosotros ni de la fuerza que pueden llegar a tener las palabras escritas.

Puedo decir que esta novela la estoy saboreando poco a poco, que me cuesta avanzar porque me pierdo en las reflexiones y me lleva tiempo desenredarme de ellas, el planteamiento me seduce pero por la noche me deja exhausta, de ahí mi tercera lectura.


Título: El sueño del depredador

Autor: Oscar Bribián

Editorial: Off Versatil

Nº Páginas: 234


Así comienza...

A Ismael le gustaba retorcer cosas mientras recitaba con un hilo de voz historias prohibidas.  
El tedio de las asignaturas del último curso de Primaria le hacia sumergirse en marismas donde reinaba la soledad. En ellas habitaban roedores que terminaban por ahogarse en el limo, y  mosquitos imaginarios que le picaban y hacían que se pellizcase una y otra vez hasta que sus antebrazos enrojecían.

El comienzo no dice mucho, sin embargo cuando avanzas te engancha de tal forma que no puedes soltarla, aunque con lo miedica que soy creo que no he elegido bien mi lectura nocturna


Próximas reseñas:

Un millón de gotas





8 comentarios:

Cartafol dijo...

Disfruta de las lecturas, un saludo

Margari dijo...

El que más me llama es el de Lee Jung-Myung. Disfruta de las lecturas!
Besotes!!!

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Disfruta de los tres no he leído ninguno. Siempre he sido incapaz de leer más de un libro a la vez incluso cuando vivía en Madrid iba con auténticos tochos en el metro. El otro día también cogí de la biblioteca Un millón de gotas tengo ganas de estrenarme con el autor. Muchos besos.

LAKY dijo...

El tercero lo voy a leer en breve y a los otros dos tampoco les haria ascos
Besos

Carla dijo...

Paso de puntillas porque lo tengo pendiente. Si he leído tus expectativas y son más o menos las mías... Me espero lo contrario no??
Besos!
Besos

Tatty dijo...

Yo soy incapaz de leer más de un libro a la vez. El que más me atrae es El guardia, el poeta y el prisionero
Besos

Isabel dijo...

A mi no me gusta leer más de un libro a la vez, lo que ocurre es que a veces tengo que dejar el pedazo de tocho de turno en casa, por lo que pesa, y llevarme otro más ligero para mis desplazamientos. Besos.

Angela Leon dijo...

Pues con el síndrome de la página en blanco lo mejor es relajarse y ni pensarlo para que no crezca. Ya volverá a llenarse de ideas y de letras que las plasmen.
Yo también suelo leer varios libros a la vez. Habitualmente dos, uno de sillón y otro de cama por los mismos motivos, jajaja. EL del transporte público me lo salto porque voy en bici a trabajar y el corto trayecto lo dedico a escuchar música.
El libro de tus noches me interesa un montón. A ver que me cuentas de él :)

Bs y ánimo.