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sábado, 20 de enero de 2018

Basta con Vivir. Carmen Amoraga

Me siento una privilegiada por haber podido charlar con Carmen de esta novela en el transcurso del Club de lectura de Cosas&Musas celebrado en diciembre de 2017 en mi pueblo, Nules. Ya era lectora de sus novelas, desde que la descubrí en El tiempo mientras tanto, me enamore de su prosa, de sus personajes y de las temáticas que suele abordar, tan cercanas al lector, tan de andar por casa y de encontrártelas, día si día también, a poco que observemos la vida y  no la dejemos simplemente pasar por comodidad.

Por eso cuando ganó el Nadal con La vida era eso, me lancé a leerla, no sin mil temores, porque el luto precisamente no es algo que me atraiga demasiado, sin embargo con ella aprendí que hay mil situaciones de luto, porque pérdidas se producen de muchas formas y no sólo la del ser querido, me dio otra visión muy diferente y consiguió de nuevo cautivarme, ganarme para su causa, me obligó a abrir los ojos a una realidad que no nos es tan ajena, solo lo que nosotros queramos que lo sea.

Por el camino sé que me he dejado novelas suyas, y sé que cuando necesite una dosis de realidad ficcionada acudiré a las que tengo pendientes, pero no pude resistirme cuando vi que volvía a publicar con Destino. Sin embargo, esta vez tenía las miras más altas, me apetecía compartir mi lectura con otros lectores y junto a Ana Kayena del blog Negro sobre Blanco organizamos una lectura Simultánea en la iniciativa #SoyYincanera, que podéis consultar en Twitter, y nos lo pasamos muy bien, dio para muchos comentarios, tanto en público como en privado, lástima que la Navidad nos tomó por asalto, porque hubiera podido dar mucho más estoy segura.

Y ahora como cierre de esa lectura simultánea intento verter mis impresiones, y me encuentro ante una ardua tarea, porque ¿Cómo hablar de la vida misma? Porque Pepas hay muchas, y Crinas más de las que nos gustaría que hubiera. Porque cada uno mira la vida según el espejo en el que se refleja, y casi nunca es como la ven los demás.

La autora:

Carmen Amoraga nace en Picaña en 1969, es licenciada en Ciencias de la Información y ha trabajado
para radio y televisión. Ha sido columnista en  diversos medios, como Levante-EMV, Cadena Ser, Cartelera Turia, Mujer Hoy o Harper's Bazaar España. Ha sido asesora de relaciones con los medios de comunicación de la Universidat de València y actualmente es Directora General de Cultura y Patrimonio de la Generalidad Valenciana.

Es autora de Para que nada se pierda (1997,II Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla), La larga noche (2003, Premio de la Crítica Valenciana), Algo tan parecido al amor (finalista del Premio Nadal 2007) El tiempo mientras tanto (Finalista del Premio Planeta 2010), El rayo dormido (Destino 2012) y La vida era eso (Premio Nadal 2014), entre otros

Sinopsis:

Pepa es una mujer madura en quiebra emocional. Siente que ha malgastado su vida y culpa al mundo de su aparente desgracia. Sola enfadada y amargada, siente como una herida la felicidad del resto,  y para protegerse del dolor no encuentra otra forma de vivir que dentro de una coraza que oculta sus verdaderos sentimientos.

Durante unas vacaciones forzosas, Pepa se ve obligada a reflexionar y a tomar consciencia de los errores que la han llevado a estar donde está. Justo cuando comienza a reconcialiarse con sus recuerdos, empieza a observar a una chica embarazada que toma el sol a diario en un banco de la misma plaza en la que Pepa pasea a su perro. Esa joven es Crina, que vive una tragedia ante los ojos impasibles de una sociedad que no quiere verla.

Crina llegó a España engañada por su propia pareja, que la vendió a una red de trata de blancas, y ahora esa red planea vender al bebé que espera. Pepa inmersa en el proceso de rehabilitación de su invalidez emocional, es la única persona que puede ver más allá de lo que se ve, y decide volcarse en ayudar a esa persona.

Mis impresiones:

Hablar de Basta con vivir es harto complicado, porque es como hablar de la vida misma, de Pepa, y de Crina, dos mujeres heridas emocionalmente, que han levantado altos muros a su alrededor, o se han protegido con una gran coraza para evitar sufrir más. Las dos arrastran desengaños, pérdidas y abandonos, las dos fueron confiadas un día y les llevo un poco a la situación actual. Con todo ello se podría creer que estamos ante una novela sombría, pesimista, y nada más lejos de la verdad, estamos ante una novela optimista porque ambas mujeres luchan por sobrevivir e intentan revertir su situación, es un canto a la vida, a la superación, a la amistad, y sobre todo es un canto a la solidaridad.

Entre Bambalinas

Soy curiosa, no lo puedo negar, cuando leo una novela y me gusta como lo ha hecho esta, quiero saber que hay detrás de ella, que llevó a la autora a escribir la historia, si los personajes son reales o son inventados, que hay de realidad y que de ficción detrás de la trama, incluso que hay de la autora en algún personaje.

Normalmente sacio mi curiosidad leyendo todas las entrevistas que caen en mi mano, pero esta vez lo he podido hacer en vivo y en directo, Carmen es muy atenta, responde con una gran sonrisa a todas las preguntas que se le hacen, cambia su semblante cuando la respuesta reviste seriedad.

Así me enteré que Pepa y su inseparable Ramón nacieron de una situación real, Carmen suele pasear a su perro y se cruzaba con una señora que paseaba al suyo con nombre de persona, le hablaba con gran afecto y a la autora se le ocurrió pensar que lleva a esa mujer a darle al animal nombre de persona.

La historia de Crina tiene un inicio distinto, Carmen en el transcurso de unas Jornadas creo recordar conoció a una mujer africana que siendo niña fue vendida a un hombre mucho mayor que ella, se la desarraigó de su tierra, vino a Barcelona y aquí estando embarazada logró ayuda para revertir la situación. Quiso contar la historia, pero la propia protagonista tenía pensado hacerlo, y ella la enterró en su memoria.

Cuando el personaje de Pepa cobró fuerza en su mente, Carmen rescató aquella historia y la tuneó, convirtió a la africana en rumana, de niña a joven, de venderla la familia, a que lo hiciera su novio, y así nació Crina. Pero la historia de esta era tan dura, que necesitaba testimonios para poder hacerla creíble. Y para ello mantuvo entrevistas con varias mujeres que habían sido traídas a España de forma ilegal y sometidas a trata de blancas y ahí tiene su papel Cosmina Dohan porque le dio la clave para dibujar a Crina y su personalidad durante el cautiverio.

Con esos dos personajes comenzó a escribir Carmen una novela que se iba a llamar Ni siquiera la lluvia en honor al poema de Cummings y que terminó llamándose Basta con vivir por los derroteros que tomó la historia conforme iba escribiendo.

Otra curiosidad es que Cristina Palau, la psiquiatra, existe, es amiga suya, y las conversaciones entre ellas se han producido en la realidad, solo que Pepa era en ese momento Carmen y de esa manera equilibra los diálogos, intenta que sean creíbles, y sobre todo no sean forzados

Los personajes:

Pepa y Crina son los pilares de esta novela, ambas son mujeres en quiebra, mujeres rotas, y sin embargo cada una a su manera lucha día a día, aunque parece que Pepa lo único que hace al principio sea dejarse llevar, ir malgastando una sucesión de días iguales. Sin embargo, el parecido acaba ahí en la situación que viven de soledad, de abandono... Porque cada una tiene una edad distinta, una procedencia distinta, y unos sueños más dispares aún.

Pepa es una mujer a la que la vida ha vapuleado de lo lindo o al menos eso piensa ella. Recuerda su infancia como un eterno día gris, nublado, y así sigue tantos años después. En su mente ha falseado la realidad y culpa de su desdicha a todos cuantos la han rodeado. Familia y amigos salen mal parados en sus pensamientos, unos por morirse, otros por enfermar, otras por enamorarse, casarse y formar una familia, o por romper el compromiso.

Ella se ve como una victima, a la que todos han intentado aniquilar, porque con la coraza que se ha puesto nadie puede ver a la verdadera Pepa, o al menos la que ella cree que es, una mujer graciosa. A Pepa nada le ha salido como quería, no se ha casado y la culpa es de Ramón, no ha tenido hijos y la culpa vuelve a ser de él, de ahí que su perro se llame Ramón, y que hable con él, tampoco tiene a nadie más con quién hacerlo. Carmen juega a la ambivalencia con los dos Ramones, el humano y el perro, porque el lector hay un momento en que duda de que exista Ramón el humano, al menos yo lo dudé, pensé que era una fantasía más suya, cuando Pepa evoluciona hacía la luz constaté que existía y me pude reír mucho con sus diálogos internos y con sus monólogos, y es que el humor es un arma poderosa contra la nostalgia, la amargura y lo que yo suelo llamar el mal café.

Pepa es una mujer insoportable, ni siquiera parece llevarse bien con su madre, a la que culpa de su desdicha por haber tenido que cuidarla durante tanto tiempo tras la muerte de su padre, así como no se le iba a pasar el arroz. Tampoco el trabajo llena su vida, la contrataron como cocinera, entre fogones se desenvuelve como pez en el agua, pero ahora la comida llega de fuera, la trae una empresa de catering y ella está cuidando a ancianos, a los que secretamente odia, ella cree que es atenta con ellos, cariñosa, pero nada más lejos de la realidad y cuando tiene un incidente con una compañera los jefes la obligan a tomar unas vacaciones forzosas.

Y benditas vacaciones, Pepa al principio no sabe que hacer con sus días, todos tan largos, después decide hacer caso a su madre, y va la peluqueria, visita a una siquiatra, y pasea a su perro Ramon por una placeta, y allí es donde  se fija en una joven embarazada triste, que parece estar en su mundo interior, que mira sin ver, o al menos eso cree ella, porque sus ojos gritan auxilio a cada mirada.

Aunque no lo parezca las vidas de Pepa y de Crina evolucionan de forma paralela, y van coexistiendo hasta que un día convergen en esa placeta, y una renovada Pepa decide ayudar a la joven como único medio para salvarse a ella misma.

Crina es una joven rumana estudiante de medicina que un buen día decide seguir a su novio a España, y lo que ella cree que son unas vacaciones se convertirán en una pasaporte hacia el horror y a una deuda insaldable, que cada vez va creciendo más y más. Vendida, traicionada, humillada por quien decía quererla Crina empieza un descenso a los infiernos que cree que en algún momento puede parar, de esa manera disocia su personalidad para poder sobrevivir, esta la joven que obedece, que aprende cuatro palabras en español que hace felaciones o abre sus piernas si el cliente paga más, y la otra que sigue soñando con volver a su casa, retomar su carrera de medicina, abrazar a sus padres. Tener estudios de medicina le ayuda a curar las heridas del cuerpo, pero las del alma no hay apósito que las pueda restañar.

Con Crina nos emocionaremos y querremos zarandearla para que huya de ese infierno, pero es tan poderoso el lavado de cerebro que les hacen, son tan crueles esas mafias, que saben que sus familiares corren peligro, y más en Rumania y ella quiere proteger a sus padres, bastante difícil debe resultarle a su madre no saber donde se encuentra. El testimonio de Crina es duro, nos helará el corazón en algún momento, pero nos obliga a no mirar hacia otro lado. Crina en todo momento se siente invisible, los hombres con los que está no se preocupan más que por el placer, no piensan en que ella no está allí por su voluntad, y si ella lo cuenta la miran con conmiseración. Todos los días son iguales, una sucesión de hombres, drogas y un cansancio infinito. Embarazos, abortos, y de nuevo la deuda crece y vuelta a empezar desde cero, hace tiempo que ha perdido la esperanza de huir de sus garras y sin embargo sigue luchando y sigue soñando.

De nuevo está embarazada y esta vez no la han obligado a abortar, Crina sabe que es porque piensan vender a su bebé, y no lo piensa consentir, piensa como escapar, pero no ve salida, teme que los que la tienen cautiva la tomen con su familia. Y así pasa los días sentada en el banco, implorando ayuda con la mirada, pero nadie parece verla, nadie parece entenderla, y en todo momento está vigilada desde un balcón por una vieja que ha sido prostituta y un chico negro que menudea.

Su mirada se cruza con la de Pepa y piensa que quizás ella si pueda ayudarla. Y ahí comienzan a encajar las piezas del puzzle, los caminos de ambas empiezan a converger, la recién estrenada evolución de Pepa avanza de forma imparable.

A estos dos personajes se le unen unos secundarios muy necesarios, creados con mucho mimo, dibujados con la misma maestría.

Paco, es un viejo panadero que todos los días toma el café en el bar de la plaza, es quien primero repara en Crina, y el que pone sobre aviso a Pepa, aunque cuando le comenta que esta secuestrada y que seguro planean vender a su bebé, esta no le da demasiado crédito. Sin embargo, comienza a vigilarla cada día, y a urdir un plan para ayudarla.

Pilar, es la hija de Paco, amiga de la infancia de Pepa, ella es la que treinta años después de que dejaran de verse le informa de como ha transcurrido la vida de las amigas, la de Ramón, y qué sucedió para dejarán su amistad de lado y por supuesto no coincide con lo que Pepa guarda en su mente. A partir de ese momento la evolución de Pepa es imparable y además las situaciones de humor también aumentan.

Carmina Palau: La siquiatra, la que hace que Pepa se replantee su pasado y le ayuda a afrontar su futuro. Es quien al final realmente ayuda a Crina, y asistir a esa lucha interna sobre si tiene que intervenir o no en ese asunto no tiene parangón, como tampoco lo tienen las sesiones que ambas mantienen en las que va desmontando la coraza que recubre a Pepa. Su denuncia ante la policía es la tabla de salvación de Crina.

Hay más personajes, la madre de Pepa y sus conversaciones con ella no tienen precio, su historia con Rafael en la residencia es preciosa, pero eso lo tendrá que descubrir el lector que se acerque a esta bonita y dura historia que nos obliga a mantener la vista ante la trata de blancas, mujeres obligadas a ejercer la prostitución para saldar una deuda que en muchas ocasiones no han contraído de forma voluntaria.

Estilo

Carmen tiene una forma muy peculiar de escribir, es casi más importante como lo cuenta que lo que cuenta. Su prosa enamora a pesar de los temas tan duros que aborda, porque no es plato de buen gusto que hagan desfilar ante tus ojos las miserias que tu evitas ver día tras día. Tu te esfuerzas en mirar hacia otro lado, conviertes en invisible lo que no te interesa y llega Carmen y con su forma de escribir te lo pone en bandeja, y no solo no puedes apartar la mirada si no que quieres saber más. No se si ella es consciente de eso, que sus denuncias sociales calan en el lector, que al final es incapaz de apartar la mirada. Si todos con nuestro granito de arena contribuyéramos el mundo sería más amable.

Carmen tiene una forma peculiar de usar los recursos y juegos literarios, utiliza un vocabulario exquisito y narra de forma ágil, sencilla a pesar de todo, embellece la crueldad. Usa de forma magistral los toques de humor, que le dan un balón de oxigeno al lector ante tanta tragedia, unas veces es una leve sonrisa, pero también te puede arrancar un gran carcajada, porque Pepa si es graciosa, falta que lo muestre, y llega un momento en que lo hace, en que la coraza se resquebraja, sigue teniendo sus barreras, pero digamos que el muro es menos alto y pierde altura conforme ella va tomando conciencia de su vida y aceptando su parte de culpa en su desdicha.

A pesar de los temas tratados nos encontramos ante una novela muy positiva, optimista, un gran canto a la vida, a la amistad, a la solidaridad. Un rayo de luz ante tanta miseria, ante tanto dolor y crueldad. Carmen Amoraga consigue poner en el ojo del huracán la trata de blancas, nos obliga ha hacer visibles a esas mujeres que viven una vida que no les gusta, al tiempo que nos pone ante el espejo para que analicemos nuestra vida y dejemos de culpar a los demás de lo que nos sale mal, algo de culpa tendremos también nosotros.

Al final de todo la moraleja es que la vida no hay que planificarla, con vivirla basta y de ahí el titulo de esta novela que le va como un guante, y la portada ya nos ofrece un primer acercamiento a ese optimismo que pretende la autora.

Conclusión:

Basta con vivir es una novela ágil, con mucho diálogo, que invita a la reflexión, con un lenguaje exquisito y a la vez sencilla, apta para todos los públicos, con grandes dosis de humor bien distribuidas y varias lecciones que aprender, cada uno escogerá la que le vaya más a pelo.

Descubrir el universo Amoraga es quedarse para siempre en él, Carmen no deja indiferente al lector, sus personajes son humanos, pueden cruzarse en nuestras vidas en cualquier momento, o los tenemos ya en ella. Como bien dice Carmen ella no escribe ficción, si no que ficciona la realidad, y con ello se ayuda a ella misma, porque piensa que cada novela la hace mejor persona.

Como habréis podido intuir recomiendo esta novela, escoged el momento para leerla, sobre todo si sois muy Pepa, pero aprovechad para que ese canto a la esperanza entre en vuestras vidas y encontréis  luz a tanta oscuridad.











martes, 16 de enero de 2018

Reino de Fieras. Gin Phillips

Reino de Fieras es una de las apuestas de Suma de Letras para este enero y se publicará el día 18, cuando me ofrecieron una edición anticipada me atrajo  la propuesta de la autora, descubrir como sería capaz de resolver un planteamiento tan atractivo y visual como el que se intuía en la sinopsis. No suelo aceptar todo lo que se me ofrece, entre otras cosas porque ya no tengo tanto tiempo para leer y me gusta meterme en saraos varios, cuando no ponerlos yo en marcha, y los compromisos me gusta atenderlos en la medida de lo posible.

Sin embargo, algo me impelió a aceptar una novela que no es del todo regular, y que no ha terminado de ser redonda por los altibajos en su narración pero que si se analiza a fondo y no solo los quedamos en una lectura superficial da las claves de como una persona puede llegar a animalizarse, a convertirse en un ser irracional cuando siente el peligro cerca de ella y de su descendencia. Y también sin temor a ser pedante, que pasa por la mente de un joven cuando decide liarse a tiros con cualquier cosa que se mueva en el recinto en el que se encuentra

Si me hicieran resumir en una palabra esta novela, varias pugnan por hacerse con el control, pero ganaría angustia, y es que la autora consigue durante toda la narración transmitirnos la desazón de esa madre que intenta proteger a su hijo a toda costa, tarea nada fácil porque los niños son imprevisibles, hablan en el momento menos apropiado, se mueven demasiado y suelen gritar y llorar cuando no se atienden sus necesidades y Joan, nuestra protagonista eso lo tiene presente en todo momento.


La autora:

Poca es la información que nos ofrece la editorial de la autora, pero poca más es la que se puede encontrar por lo que os dejo los retazos que se ofrece en la página Me gusta leer.
Gin Phillips es autora de las premiadas novelas The Well and the Mine y Come In and Cover Me. Vive en Birmingham, Alabama, con su familia.


Sinopsis:

Lincoln es un buen niño. Con cuatro años es curioso, inteligente, y bien educado. Hace lo que su  madre le dice y sigue las normas. 

"Hoy las normas son distintas. Y las reglas dicen que nos escondamos y no permitamos que el hombre del arma nos encuentre"

Cuando un día feliz en el zoo se convierte en una pesadilla y Joan se ve atrapada con su hijo, deberá acopio de todas sus fuerzas y encontrar el coraje para protegerlo a cualquier precio; incluso si eso significa cruzar la línea entre el bien y el mal, entre la humanidad y el instinto animal. Una línea que nadie imaginaría nunca traspasar.

Pero a veces las normas son diferentes.

Mis impresiones:

Nos encontramos ante una novela muy visual, muy cinematográfica, sería la palabra exacta, una historia que va pasando ante nuestros ojos a medida que vamos leyendo, y nos va llenando de angustia, de temores, al menos si empatizas como yo lo hice con esa madre que trata de proteger a su hijo.

El ritmo de la lectura no es constante en todo momento, se explica por la circunstancia de cada escena que narra, pero también por la necesidad de que conozcamos a esa madre y porque es tan obsesiva con la protección de su hijo. Esos momentos en que Joan se retrotrae a su infancia, recuerda la ausencia de su padre desde temprana edad, la relación casi inexistente con su madre que la ignoraba, los paseos para cazar con su tío, y el ambiente de abandono que reinaba en su hogar, son esenciales para entender porque Joan protege con tanto ahínco a su hijo, porque en realidad está protegiendo esa burbuja casi perfecta que ha creado en su vida para borrar una infancia dura, sin cariño, con muchas carencias, que han forjado a la mujer dura, obsesiva y cuadriculada que es.

También el comienzo es un tanto lento, Joan tiene por costumbre ir al zoo cuando Lincoln sale del colegio, es una especie de rutina, tienen un par de sitios donde hacer tiempo, merendar y que el niño juegue con sus muñecos. Llama la atención la riqueza de recursos que maneja el chico, una imaginación desbocada que le permite crear mundos para sus muñecos de acción, un vocabulario y unas preguntas maduras o muy maduras para su edad, sin embargo no puedo ponerle pegas porque mi hijo también lo usaba y te freía a preguntas que difícilmente podías contestar y cuanto más tardabas en hacerlo más le surgían. Sin duda he visto representado a mi hijo en ese pequeño de cabellos negros y rizados.

La rutina diaria de Joan me ralentizó la lectura, sin embargo son unas pocas páginas, pronto se hace la hora de cerrar y a pesar de que van con el tiempo justo porque se han entretenido Joan no puede dejar de darse cuenta de que algo es distinto a los otros días, los animales no están a la vista o están inusualmente inquietos, es la hora en la que los alimentan y no parece que nadie lo haya hecho, sigue avanzando, tirando de su pequeño, porque teme quedarse encerrada en el zoo, sin embargo está alerta, nada le es familiar, incluso Lincoln gimotea más de lo normal y pretende que le lleve en brazos y de esa forma no puede llegar a la salida a tiempo.

En el momento en que descubre personas en el suelo en posiciones rocambolescas y un hombre con un arma, a Joan se le dispara la adrenalina, y también al lector que comienza con ella una carrera física y mental, que al menos a mi me agotó, tenía que parar de leer y notaba las piernas doloridas y un cansancio psíquico que no era normal.

La autora conoce bien el zoo donde ha ambientado su novela, o si es producto de su imaginación hace unas descripciones muy precisas, quizás eso en algún momento también ha llegado a resultarme un poco cansino, me cortaba el ritmo, lo que yo pensaba que tenía que ser la acción en cada momento, pero mirado desde la perspectiva del tiempo pasado entre la lectura y la reseña, me doy cuenta de que no se si hubiera podido aguantar una lectura que hubiera mantenido ese ritmo alocado en todo momento.

Lo que más atractivo me ha resultado es que la autora también haya puesto en valor los planteamientos de los criminales, jóvenes toda la vida ninguneados, sin ningún futuro, que no son aceptados ni en sus familias, ni la sociedad es capaz de darles un lugar, gente que no acepta normas, que no entiende de reglas, y que un buen día se encuentra en las redes a un desaprensivo con aires de grandeza, que les presta esa atención, que les dice que están llamados a la gloria, a hacer cosas grandes. Les da un arma, les propone entrar en un zoo, y disparar contra todo lo que se mueva, personas y animales, hasta que no quede nada con vida. Es como un día de caza, solo que las piezas que se cobran son humanos y con ello limpian un poco el mundo de esos seres que les hacen ser insignificantes, que los aplastan cual insectos.

Las conversaciones entre los dos muchachos armados, me han puesto en ocasiones los pelos como escarpias, he pensado lo importante que es nacer en un hogar donde te quieran, donde potencien tus habilidades, donde no te hagan sentir mal. Sin embargo, no he podido evitar hacer comparaciones con la infancia de Joan, no mucho mejor que la del chico que empuña el arma y me ha faltado vislumbrar qué es lo que hace que una persona intente crear un mundo mejor para su familia y qué decanta la balanza hacia la criminalidad. Al final tal y como el joven dice en algún momento el detonante es esa persona que les toma en serio, que les escucha, que les da lo que en casa y la sociedad les niega. Esa persona es la que desequilibra la balanza hacia la nada.

No obstante, vemos momentos de lucidez en Robby, encontramos razones para la esperanza, no es capaz de matar a quien le ha tratado bien, o al menos a quien él recuerda que le ha tratado bien, ese es el rayo de esperanza tan brillante como efímero.

Otro punto fuerte, o quizás el que más, es la evolución de Joan, en las tres o cuatro horas que dura el asedio, en todo momento es una madre coraje, que lucha por salvar a su hijo, pone sus pies a correr y su mente a pensar, en un momento de debilidad piensa que el móvil y la conexión con el exterior puede ser su salvación, sin embargo, pronto se da cuenta que puede ser más una condena que una salvación y decide usarlo para desviar la atención de los hombres armados de su escondite. A partir de ese momento esta sola con su hijo, solo ella puede salvarle, solo ella puede calmarlo, alimentarlo, esconderlo, como lo haría cualquier animal con su cría, y ese es el cambio que se produce en ella, deja de ser racional, para moverse por instintos y no siempre escoge la opción más adecuada. En algunos momentos llega a pensar que su hijo y los otros personajes con los que se encuentra son un estorbo para ella.

La autora nos demuestra que las personas con los estímulos adecuados y sometidas a presión pueden escoger caminos perjudiciales para ellos, en el caso de Robby coger un arma para disparar contra cualquier cosa que se mueva, y en el caso de Joan llegar a convertirse en un animal capaz de todo con tal de proteger a su hijo, y al final no solo a su hijo si no a las personas que se han cruzado en esa aventura con ella.

La autora crea un ambiente oscuro, angustioso, de desinformación, los rehenes no saben nada, ni cuantos hombres armados hay, ni que pretenden, no saben cuanta gente queda viva en el zoo, ni si la policía esta ya en las inmediaciones, la poca información que va teniendo Joan la capta de las conversaciones de los chicos con los que se cruza en varias ocasiones, y como no tiene el móvil no es capaz de transmitirla al exterior. Sin embargo, la tensión hay momentos que se diluye, cuando Joan piensa en su infancia, cuando se encuentra con otros rehenes, no es una tensión lineal mantenida, ni va en crescendo en todo momento, hay momentos en que se difumina, el lector no termina de perder contacto con la trama o con el lugar donde se encuentran los protagonistas, pero puede respirar, resarcirse un poco.

Como he dicho al principio no es una novela redonda, y no lo es porque la autora empieza de menos, a más, y en un momento dado hacia mitad empieza a perder fuelle, para retomarlo casi al final, pero se precipita, es como esos castillos de fuegos artificiales que en un momento dado pierden la conexión con el ordenador, hay que encender la mecha a mano y deslucen el final.

Demasiada precipitación para una novela que hubiera podido tener un final de infarto, a la altura quizás de toda la trama creada, que daría para una película. No entiendo el porque si se ha recreado en ciertos pasajes como la infancia de Joan y de Robby, termina de esa forma tan abrupta, con más preguntas que repuestas, dejando un sabor agridulce.

Aún así la recomendaría por todo el trasfondo que tiene detrás si somos capaces de reflexionar sobre lo que hemos leído, nuestra sociedad no tiene mucho que ver con la americana, aquí no hay permisos de armas de forma tan alegre, pero los jóvenes se echan a perder de la misma forma, quizás nos vendría ver interiorizar un poco lo que esta novela cuenta.

Conclusión:

Reino de fieras es una buena apuesta. Una novela que va de menos a más, que en un momento dado pierde fuelle, pero consigue retomarlo, y con un final algo precipitado que para mi desluce mucho el resultado final de la lectura, personalmente me dejó con un sabor agridulce. Sin embargo, cuando interiorizas la novela, y ves el mensaje que lleva implícito me parece una lectura que acometer.

Si tienes ganas de pasar un rato de angustia y que se te dispare la adrenalina por momentos no dudes en adentrarte en Reino de fieras, una historia que te hará reflexionar y que te pondrá el estómago del revés en más de una ocasión






lunes, 15 de enero de 2018

Tarro Libros 2018



Ya he perdido la cuenta de las ediciones en las que he participado en esta iniciativa de Tarro Libros que llegó de la mano de Carmen & Amigos, juraría que estoy desde la primera edición y creo que esta es la cuarta, unos años con más participación que otros eso también es verdad. 2017 fue un año muy bueno en lo laboral y por ende muy malo para lecturas y saraos varios, recuerdo que el único mes en que fui capaz de apuntar mis lecturas fue enero y también fue el único en el que tiré las monedas correspondientes al Tarro Libro.

Cuando tocó hacer recuento, la verdad es que fue bastante pobre, una veintena de libros, y sus correspondientes 20 euritos que seguro que es alguno más porque recuerdo libros de más de quinientas páginas, pero mejor no me estrujo demasiado el cerebro y dejo ese dinero a buen recaudo para unirlo a lo que saque del de esta edición.

Para aquellos que sois nuevos os explico en que consiste la iniciativa en una serie de puntos, y os pongo el enlace al blog de Carmen que seguro lo explica mejor que yo.

1. No es necesario tener blog, porque se puede participar también desde Facebook en el grupo cerrado creado para ello, y por instagram, aunque no hay usuario de Twitter Carmen dijo que por allí también se podría hacer, pero no se muy bien como.

2. El grupo Tarro Libros 2018 en Facebook ya está creado y tiene más de 200 participantes ya, tenéis que solicitar la entrada en el grupo y antes del 31 de enero de 2018, si tenéis blog y queréis que Carmen os enlace en la recopilación de tarro libros desde él, hacer una entrada mostrando una foto del tarro, tal y como lo estoy haciendo yo,y dejad el enlace en el hilo, ojo que solo allí se admiten links, si queréis que os enlace desde el perfil de facebook, subís en el hilo creado para ello, la foto de vuestro tarro. Es importantísimo que la foto esté antes de la fecha tope o si no quedaréis fuera del grupo y no podréis participar hasta 2019. Hay tiempo pero no os durmáis en los laureles.

3. Por cada libro leído hay que poner en el tarro 1 euro. Yo lo he adaptado un poco a mi poco tiempo lector y a fin de que me cunda un poco más, si el libro tiene más de 500 páginas pongo 2 euros.

4. Nos comprometemos a no abrir el tarro hasta el 31 de diciembre, y a usar el dinero que hemos ahorrado con esta iniciativa a comprar más libros

5. Tanto en Facebook como en
Instagram podrás compartir tus lecturas con el resto de participantes, y hacer libro a libro, mensualmente o como mejor te venga un recuento de libros y monedas, cada uno lo adapta un poco a sus necesidades. Ojo si participas desde un blog no se pueden poner links a reseñas con lo que vas a tener escribir lo que te ha parecido sin enlaces.

6. En fechas señaladas Carmen suele preparar iniciativas en la que puedes participar libremente, y la verdad es que suelen servirnos para conocernos más entre nosotros.

Creo que ya está todo, en esencia os he presentado que es Tarro Libros aunque si os queda alguna duda más os vale ir a fuente creadora de la iniciativa.

Recupero el tarro que he utilizado en anteriores iniciativas, tuneado y remasterizado para la ocasión y ya he puesto tres euros, correspondientes a los libros que llevo leídos este mes de enero.



martes, 9 de enero de 2018

Pinceladas: Muertes de sobremesa. David Jimenez "El Tito"

Aunque hace un tiempo que anuncié esta sección todavía no había tenido tiempo de inaugurarla como se merecía, con una novela contundente, y creo que es precisamente esta de David Jiménez "El Tito" la que merece hacer los honores.

Reconozco que soy una persona bastante reacia a las relaciones virtuales, tengo mi Facebook privado para controlar quien puede acceder a mis contenidos, y eso que no pongo fotos personales, sin embargo, también tengo mis intereses y Castellón Negro es uno  de ellos. Corría el año 2016, juraría que principios, y un chico hablaba con tanta solvencia de él que se me olvidaron todas las prevenciones que he tenido durante años, me metí como un elefante en una cacharrería en su Facebook e hice las preguntas pertinentes.

Ese fue el comienzo de muchas otras conversaciones, en el transcurso de una de ellas, me comentó que participaba en Castellón Negro como autor, y me dijo el titulo de su novela, Muertes de sobremesa, y volví a romper una de las normas que me he auto impuesto, la de no leer autores noveles, por las malas experiencias que he tenido con las reseñas que he escrito de esas novelas. Y por suerte esos impulsos que seguí me sirvieron para conocer a un autor muy cercano; una serie, que ya tiene dos libros, muy bien hilada y asistir al crecimiento de un autor como escritor y de unos personajes perfilados de forma magistral.

Pinceladas nace para que recomendar novelas que merecen una reseña y se quedan el olvido por no disponer de tiempo material para sentarme delante del ordenador. Con unos someros trazos pretendo darte razones suficientes para que te acerques a Muertes de Sobremesa y conozcas a Marcial Lisón y su inseparable compañera canina Sola.





Marcial Lison es el alma de Muertes de sobremesa, es el PERSONAJE, si en mayúsculas, es la piedra sobre la que descansa toda la trama y si me apuras él es la novela. Marcial es hosco, huraño, antisocial, y sin embargo tiene un aquel que atrae y repele al mismo tiempo, como dije no hace mucho, Marcial es el tío incómodo que hay en todas las familias, que no sabes si va a ser el alma de la fiesta o va a hacer que todo salte por los aires. Y el contrapunto a ese ser irónico, irreverente, que no siente ni padece es su fiel galga Sola, ella es quien humaniza a Marcial, ella es la que nos hace ver su lado tierno, si es que se puede decir que lo tiene.

Sin movernos de los personajes David dibuja con trazos precisos, todos y cada uno de ellos, nos los va mostrando desde el principio para que la evolución sea visible, la podamos aprehender, de ahí que la nueva compañera de Lison, Zoe,  sea una chica apocada, tímida, una agente recién llegada que queda intimidada por la arrolladora personalidad del inspector, sin embargo la vamos a ir viendo ganar terreno, derribando barreras de Marcial, haciéndose un hueco a pesar de las reticencias y de las escollos que este le pone por el camino.

También iremos desvelando la personalidad de Santibañez, el antiguo compañero de Marcial, vamos a asistir al dolor del inspector por descubrir secretos que no lo dejan precisamente en buen lugar, de esa manera al final también nos iremos conformando una visión más amplia de este y de su mentor el Inspector Villanueva, un policía a la vieja usanza, con sus lealtades, sus corruptelas.

Pero hay un personaje más, y este es la ciudad de Cartagena, donde David ha vivido su infancia y su juventud, una ciudad que conoce y por la que nos invita a pasear sin hacer grandes alardes, sin ralentizar la trama, sin embargo, si alguna vez viajo allí seguramente seré capaz de reconocer algunos de los enclaves que menciona.

Dejando a un lado los personajes me voy a meter de lleno en la trama, se nota que David es conocedor de los procedimientos policiales, sin embargo no abruma al lector con ellos, los mete con mucha naturalidad, como el dice no se mete en camisa de once varas que puedan dejarle al descubierto carencias, y eso el lector lo agradece porque en ningún momento se rompe el ritmo.

Y precisamente este es uno de los méritos de David el crear una novela en la que en todo momento pasa algo, en la que la identidad del Asesino del café no es precisamente lo más importante, si no que le llevó a matar a esas mujeres y el porqué de la puesta en escena que realiza, quizás por ello en algunos momentos pone las cartas sobre la mesa demasiado pronto, y el lector avezado es capaz de adivinar quien se esconde tras él.

Llama la atención en una primera novela el uso del lenguaje que hace, sencillo, pero a la vez con figuras retóricas, en algún momento no usadas del todo con naturalidad, aún así hay mimbres, muy buenos mimbres que estoy segura que nos irá mostrando en nuevas entregas, porque en la primera  ya sorprende y deja al lector con ganas de más, con esos finales abiertos que son marca del autor, y de los que yo precisamente no soy fan.

Espero que con todas estas pinceladas decidas acercarte a Muertes de sobremesa. Una última recomendación, todo autor sostiene y David no es menos que sus novelas a pesar de formar parte de una trilogía se pueden leer independientemente, sin embargo y  a pesar de que contextualiza bien y sitúa al lector en todo momento en la trama, si tienes previsto leer Inspector Solo, adéntrate primero en Muertes de Sobremesa,  seguro que disfrutas mucho más la evolución de los personajes, pero sobre todo el crecimiento del autor como escritor, y de su forma de escribir que sufre una evolución más que notable.