Cuando me enfrento a una faja en la que a bombo y platillo anuncian el thriller del año, la verdad es que me asusta y me da igual que ese reclamo se haga en enero o en diciembre. Y es que ahora ya he aprendido a amarrar las expectativas, a no hacer caso de las técnicas de marketing y no crearme falsas expectativas que den al traste con la lectura.
Toda la verdad es una novela que entretiene, que mantiene la tensión durante toda la novela, que te hace reflexionar sobre ciertos comportamientos, que te coloca en los zapatos de Vivian y te obliga a vivir su incomoda situación, a plantearte que hubieras hecho tu en su lugar, como te hubieras sentido, en pocas palabras te mete en sus zapatos y te monta en una montaña rusa en la que unas veces zarandearías a la protagonista y otras empatizas con ella o bien llegas a plantearte si no hubieras tomado la misma decisión.
Y si entretiene es porque es una novela muy visual, podría pasar ante nuestros ojos fotograma a fotograma, si quieren hacer una adaptación cinematográfica no les va a resultar nada complicado, ni siquiera encontrar a los actores porque para mi gusto son estereotipos muy americanos.
Si os parece empezamos por el principio, que soy muy de levantar la casa por el tejado y eso puede tener consecuencias nefastas.
La autora:
Karen Cleaveland, trabajó como analista en la CIA durante ocho años, los seis últimos especializada FBI.
en la lucha contra el terrorismo, y también colaboró brevemente con el
Estudió en el Trinity College de Dublin con una beca Fullbright y en la Universidad de Harvard. Vive en el norte de Virginia, Estados Unidos, con su marido y sus dos hijos pequeños.
Toda la verdad es su primera novela, se publicará en más de treinta países y será llevada a la pantalla por Universal Pictures con Charlize Theron como protagonista.
La puedes encontrar en :
www.karen-cleaveland.com
@karecleve (Twitter)
@KarenClevelandAuthor (Facebook)
Sinopsis
Cuidado con la sinopsis, contiene spoilers, soy partidaria de descubrir cada cosa a su tiempo, si a ti te gusta que no te adelanten acontecimientos saltatela
Vivian Miller es una brillante analista de contrainteligencia de la CIA, donde se encarga de destapar agentes rusos encubiertos en Estados Unidos. Tras acceder al ordenador de un posible agente, Vivian descubre un archivo con cinco fotografías. Un clic más tarde, su vida se detiene, quien le sonríe desde una de las fotos es su marido.
Mis impresiones:
Que la autora haya sido analista de la CIA y hable de un trabajo y un mundo que conoce es un plus y un añadido en esta novela. Una historia escrita con sencillez montada sobre un personaje principal Vivian, que está muy bien dibujada en todos los aspectos y unos secundarios que andan algo desdibujados y hubieran podido ser mejor aprovechados, pero después de terminarla pienso que ese era el efecto que quería conseguir la autora, que el lector fuera capaz de ponerse en la piel de Vivian, de cuestionarse con ella las decisiones tomadas, de sentir como propia la decepción que ella se lleva, la de plantearse si priorizar a sus hijos o la defensa de su país.
Y en ese momento descubrimos que Vivian es ante todo madre, que hace tiempo que ser analista ya no es su prioridad, que preferiría atender a sus cuatro hijos, pasar tiempo con ellos, precisamente lo que hace Matt con un trabajo más flexible, pero también con peores coberturas en el seguro de salud. La novela es muy americana, y puede chocar con nuestra forma mediterránea de pensar, a mi al menos me cuesta mucho empatizar con la cultura y estilo de vida americano. Ese sentimiento patriótico tan arraigado me ha chocado en muchas ocasiones, aunque puedo entenderla perfectamente.
En esta historia se libra una batalla entre la razón y el corazón, entre el sentido del deber y los sentimientos, y en ningún momento sabes que va imponerse porque como buen thriller la autora nos propone giros y contragiros, algunos al menos a mi me parecieron forzados, no los asumí con normalidad, me chirriaba algo, me alarmaba, o me alertaba, llamadlo como queráis, igual de tanto leer el género he desarrollado un sexto sentido que todavía no anda muy afinado y he tenido que esperar hasta el final para que el golpe de gracia de la autora dejara al descubierto lo que no me encajaba y el porque de ello.
Todos tenemos un punto débil, y ese es el que aprovechan las personas entrenadas para conseguir lo que se proponen de otra, y ahí tenemos a Matt, un hombre en apariencia perfecto, demasiado perfecto, que encajó desde el primer momento en la vida de Vivian, de una muchacha dispuesta a enamorarse, a formar una familia si se presentaba el hombre adecuado, y este sin duda es Matt, juntos forman una pareja idílica, un familia perfecta, al menos en apariencia, porque Viv hace tiempo que no es feliz del todo, desearía tener tiempo para sus hijos, desearía quedarse en casa con ellos, pero eso es imposible porque hay que pagar el colegio de los niños, una casa y un seguro médico con buenas coberturas, perder el trabajo no es una opción, quedarse en casa tampoco y pedir un puesto más cómodo por lo visto tampoco.
Como analista Vivian tiene una reputación, ha creado varios algoritmos y tras varios fracasos está a punto de conseguir algún éxito, pero lejos de sentirlo así, su descubrimiento pone en jaque su vida, su familia, su patria. Como un gran castillo de naipes todo se desmorona a su alrededor, entra en una espiral de culpabilidad que la arrastra, la desconcierta la reacción de la persona cuya identidad ha puesto al descubierto el programa, ya no sabe que pensar, y durante las horas más frenéticas de su vida en pos de una respuesta que ha de buscar en su pasado, Viv llega a darse cuenta de cuanto ha sido manipulada, que si ella es buena en su trabajo y ha sido entrenada para él, la otra variable de la ecuación también, no sabe hasta que punto es sincero, hasta que punto la cara que le muestra es la real, o fruto de ese entrenamiento al que ha sido sometido. Se niega a pensar que toda su vida haya sido un montaje, una gran mentira, su mente por momentos reina en el mundo de la razón y en otras ocasiones coge las riendas el corazón.
Y lo peor de todo es que unas veces estaremos a su lado y otras querremos zarandearla y obligarle a abrir los ojos, querremos arrancarle a Matt la careta, y también a otros secundarios que al menos yo no vi nada claros. Una de cal y una de arena para la pobre Vivian que sumerge al lector también en una espiral de sentimientos, los mismos que sufre la protagonista. Y es que la autora consigue que el lector se posicione, que haga su lectura paralela, que en ocasiones este a su lado y otras veces en el punto diametralmente opuesto.
Una lectura muy apropiada para las tardes de piscina o playa, con una letra grande, un espaciado generoso y una trama que va fluyendo, sostiene la tensión y te mantiene en todo momento pegada a sus páginas, a la espera de descubrir con Vivian si su vida va a saltar finalmente en pedazos o hay alguna forma de salvar los muebles sin que resulten dañados. Ayuda y mucho que sea una lectura muy visual de principio a fin, y eso que últimamente no veo mucho séptimo arte, ni series, pero tuve mi época, y si me hubieran dicho que era guionista me lo hubiera creído.
Y para rematar una lectura que engancha en todo momento el final te deja con la boca abierta, un nuevo giro de tuerca, un final muy abierto, para que el lector termine como mejor le plazca o para que la autora siga con los personajes al menos una entrega más. ¿Que, montamos una porra? ¿Cuantos pensáis que tenemos Viv y Matt para rato? Si toda la novela es muy visual, el final es de nota, de superproducción de Hollywood, para montarse la película cada cual en su casa, sentado al sofá, con pijama y pantuflas.
Conclusión:
Toda la verdad es una novela refrescante, que se deja leer bien y entretiene, apta para esos ratos de piscina, o para cuando la canícula aprieta, una novela que tanto en el presente como en el pasado que va reflexionando Vivian se mueve en el dilema, entre el bien y el mal, entre la culpa y los sentimientos, entre el deber patriótico y el familiar. Calzarte los zapatos de Vivian no es nada fácil, los de Matt como los vemos a través de los ojos de ella nos vienen grandes, muy grandes, nos puede atraer o repeler, nos puede chirriar tanta perfección o desarla para nuestra pareja, pero poco más.
En cuanto a Viv, a mi no me gustaría estar en sus zapatos en ningún momento, porque yo como ella soy ante todo madre y seguro que hubiera tomado decisiones que me hubieran complicado la vida, no hubiera podido confiar en quien para mi me había traicionado y al mismo tiempo no se si hubiera sido capaz de creer en nadie, porque el baile en el que se mete no tiene pasos sencillos y uno a destiempo puede ocasionar víctimas no deseadas.
Un juego en el que tome la decisión que tome hay daños colaterales, y estos afectan a su moral, a su conciencia.
La autora sabe jugar con el lector, sabe hacerlo entrar en su juego, sabe dosificar la intriga y dar giros que lo mantengan pegado a las páginas del libro aún cuando algunos pasajes te parezcan previsibles. Con las expectativas bien amarradas y obviando la sentencia de la faja, es una lectura apta para la época estival.