En mis paseos por los blogs, me encontraba una y otra vez con el nombre de Haruki Murakami, hasta ese momento ni me había atraido la literatura nipona, ni los titulos de los libros de este autor japones, pero leyendo las diversas reseñas que me iba encontrando en mi peregrinar, termino por apetecerme adentrarme en la obra de este autor que ha vendido muchos ejemplares en las distintas lenguas en las que se han publicado sus novelas.
Elegí Tokio Blues porque era la única disponible en esos momentos en la biblioteca pública que frecuento, y debo reconocer que en un primer momento me resulto confusa y no consiguió engacharme, hasta llegue a plantearme si lo mejor no sería desistir de la lectura, quizás no era el momento adecuado para acometer una lectura de ese tipo. Sin embargo cuando fui capaz de situarme y comprender las conversaciones y las acciones termino enganchandome de tal forma que me resultaba complicado dejar de leer.
La novela esta concebida como un largo flashback en la que Toru Watanabe recuerda su juventud, y su paso a la madurez desde sus treinta y siete años. Desencadena ese cumulo de recuerdos una cancion de los Beatles, Norwegian Blues, que en ese momento suena en el hilo musical del avión.
A través de unos recuerdos algo desordenados hace un repaso a sus sentimientos, a sus relaciones de amor y de desamor, da un repaso a las mujeres que pasaron por su vida, a su relación con la muerte y la vida, a esa fragil linea que separa ambas... Los personajes son jovenes entre los 17 y los 21 años una etapa dificil por la cantidad de decisiones que tienen que tomar sin ser maduros para ello.
Dos temas recurrentes en esta novela, el sexo, expuesto de una forma muy libertina para la época en la que ambienta la novela, en los años 60 y 70 en España hubiera sido impensable relaciones sexuales tan precoces, y un personaje como Naoko, que se adentra en los misterios del sexo con tan solo doce o trece años, aunque no haya penetracion, si felaciones y masturbaciones, de las que habla con una libertad que seguro los jovenes españoles no tenian. Otro personaje un tanto peculiar, que no terminó de llegarme fue Midori, una muchacha extrafalaria, aqui coloquialmente la llamariamos una calientabragueta, porque provoca al protagonista y lo deja con la miel en los labios con la excusa de que tiene novio... y esa situacion se repite cada vez que se encuentran hasta que ella deja al novio, con la intencion de empezar una relacion con Watanabe.
El otro tema recurrente es la muerte, y sobre todo el suicidio como solucion a los problemas que la vida plantea, el primero en tomar esa decision es Kizuki el único amigo de Watanabe, su muerte lo marco profundamente, más tarde su novia Naoko, con graves problemas sicologicocos, decide que su vida deja de tener sentido y toma el mismo camino, dejando a Watanabe sumido en una serie de culpabilidades que le llevan al deterioro fisico y sicologico. Creo que trata el suicidio de una forma demasiado blanda, y da la sensacion de que es un recurso fácil, debe ser que la cultura nipona diverge mucho de la occidental puesto que no soy capaz de aceptar esa vision tan bucolica del suicidio.
Sobre la muerte hace algunas reflexiones que he resaltado y me gustaria compartir, cuando Midori habla de la muerte por enfermedad dice:
Elegí Tokio Blues porque era la única disponible en esos momentos en la biblioteca pública que frecuento, y debo reconocer que en un primer momento me resulto confusa y no consiguió engacharme, hasta llegue a plantearme si lo mejor no sería desistir de la lectura, quizás no era el momento adecuado para acometer una lectura de ese tipo. Sin embargo cuando fui capaz de situarme y comprender las conversaciones y las acciones termino enganchandome de tal forma que me resultaba complicado dejar de leer.
La novela esta concebida como un largo flashback en la que Toru Watanabe recuerda su juventud, y su paso a la madurez desde sus treinta y siete años. Desencadena ese cumulo de recuerdos una cancion de los Beatles, Norwegian Blues, que en ese momento suena en el hilo musical del avión.
A través de unos recuerdos algo desordenados hace un repaso a sus sentimientos, a sus relaciones de amor y de desamor, da un repaso a las mujeres que pasaron por su vida, a su relación con la muerte y la vida, a esa fragil linea que separa ambas... Los personajes son jovenes entre los 17 y los 21 años una etapa dificil por la cantidad de decisiones que tienen que tomar sin ser maduros para ello.
Dos temas recurrentes en esta novela, el sexo, expuesto de una forma muy libertina para la época en la que ambienta la novela, en los años 60 y 70 en España hubiera sido impensable relaciones sexuales tan precoces, y un personaje como Naoko, que se adentra en los misterios del sexo con tan solo doce o trece años, aunque no haya penetracion, si felaciones y masturbaciones, de las que habla con una libertad que seguro los jovenes españoles no tenian. Otro personaje un tanto peculiar, que no terminó de llegarme fue Midori, una muchacha extrafalaria, aqui coloquialmente la llamariamos una calientabragueta, porque provoca al protagonista y lo deja con la miel en los labios con la excusa de que tiene novio... y esa situacion se repite cada vez que se encuentran hasta que ella deja al novio, con la intencion de empezar una relacion con Watanabe.
El otro tema recurrente es la muerte, y sobre todo el suicidio como solucion a los problemas que la vida plantea, el primero en tomar esa decision es Kizuki el único amigo de Watanabe, su muerte lo marco profundamente, más tarde su novia Naoko, con graves problemas sicologicocos, decide que su vida deja de tener sentido y toma el mismo camino, dejando a Watanabe sumido en una serie de culpabilidades que le llevan al deterioro fisico y sicologico. Creo que trata el suicidio de una forma demasiado blanda, y da la sensacion de que es un recurso fácil, debe ser que la cultura nipona diverge mucho de la occidental puesto que no soy capaz de aceptar esa vision tan bucolica del suicidio.
Sobre la muerte hace algunas reflexiones que he resaltado y me gustaria compartir, cuando Midori habla de la muerte por enfermedad dice:
Tengo miedo a morir de ese modo. La sombra de la muerte va invadiendo despacio, muy despacio, el territorio de la vida y, antes de que tre des cuenta, todo está oscuro, y no se ve nada, y la gente que te rodea piensa que estas mas muerta que viva... Es eso. Yo eso no lo quiero. No podria soportarlo.
Tampoco las reflexiones de Watanabe tienen desperdicio
Cuando murió Kizuki aprendí una cosa. Quizá me resigné a hacerla mía: La muerte no se opone a la vida, la muerte esta incluida en nuestra vida.
Es una realidad. Mientras vivimos, vamos criando la muerte al mismo tiempo. Pero esta es solo parte de la verdad que debemos conocer. La muerte de Naoko me lo enseñó. Me dije: El conocimiento de la verdad no alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza ni el cariño son capaces de curar esta tristeza. Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso.
El amor es otro tema, quizás no tan fuerte y tan vivido, dos tipos de amores se pueden encontrar de la mano de Watanabe, el puro, casto, e incluso bucolico y platonico que siente por Naoko, quien fuera la novia de su amigo, en diversos pasajes reconoce no saber que siente por ella, ni si puede ser esa historía sin embargo en realidad esta enamorado de la fragilidad que representa Naoko, de su belleza, un personaje que Murakami ha mimado, y ha contrapuesto a Midori el otro amor de Watanabe, de menor belleza, con una fuerza inusitada, no es frágil , contrapone la debilidad sicologica de Naoko a la fortaleza de animo de Midori. Uno es el amor platonico de Watanabe y la otra el real, el que ve factible, el que se desarrolla cotidianamente, día a día, el otro es mas fruto de una irrealidad, de recuerdos que se solapan.
Otro personaje femenino con peso es Reiko, otra mujer con problemas sicologicos, que comparte con Watanabe y Naoko unas conversaciones de gran belleza, quizás sea la parte del libro que más me ha atrapado, y que más me ha gustado. Nagasawa es el otro personaje fuerte de la novela, a traves de él Murakami resalta el carácter ductil y bienintencionado de Watanabe, es un personaje frivolo, con un visión de la vida muy extraña, el sexo rige su vida como una forma de dominación, a pesar de tener novia todos los fines de semana busca sexo con desconocidas. A Watanabe esto le produce al final un gran vacio, sin embarga Nagasawa a persar del daño que le hace a su novia Hatsumi sigue con esa práctica semana a semana, hasta que al final ella tambien muere al intentar rehacer su vida, y aunque no lo explicita supongo que opta por el suicidio.
La novela es urbanita, se desarrolla casi toda en Tokio, excepto los pasajes del sanatorio, que ya he expresado que son mis preferidos, los bares, centros comerciales, la universidad, los metros, las calles atestadas de gente cobran protagonismo, tambien las comidas tipicas japonesas y la música, presente en toda la novela, tanto en los pasajes del sanatorio, como los que se desarrollan en la ciudad.
Podría seguir destripando la novela y seguro que tendría para un rato largo puesto que la relacion con los personajes se da de tres en tres... en un principio Kizuki-Naoko-Watanabe, Naoko- Watanabe- Reiko, Naoko- Watanabe- Midori, Midori-Watanabe- y el novio de Midori, Nagasawa- Watanabe- Hatumi, relaciones complejas a tres bandas, donde se dan situaciones de dependencia. Watanabe es una especie de paño de lágrimas, una persona con un gran candor, dispuesta a ayudar, de gran bondad... en contraposición con otros personajes.
Pero a riesgo de resultar pesada dejo aqui el analisis de la obra, que seguro abordaremos con más profundidad en el club de lectura. Murakami tiene una prosa sencilla, intenta abordar temas densos, pero me da la sensacion que en muchas ocasiones se queda en un mero intento, es como si tirase la piedra y escondiera la mano. Despejare mis dudas con la lectura de alguna otra novela suya.
buenas!!
ResponderEliminara mi la novela también me dejó buena impresión, aunque diferimos en varios puntos de vista.
Para mi, los pasajes del sanatorio fueron los más pesados de leer, y terminé la novela siendo fan absoluto de Midori. Quizá sea una cabraloca, pero la prefería a ella antes que al aura gris que desprendía Naoko.
A ver si me pongo yo también, y dejo algún comentario del libro en el club de lectura
Pues a mí me pasa lo contrario que a César: Naoko me gustó tanto, me parecía tan dulce y tan desarmada que ví a Midori como a una intrusa.
ResponderEliminarEs cierto que el tema del suicidio es controvertido, pero ¿quién mejor que uno mismo para decidir cuándo morir? Supongo que sea parte de la cultura japonesa. En "Kafka en la orilla" también parece que la muerte es como una liberación, como una salvación, pero dejando aparte el tema religioso. Me resulta difícil de explicar.
El sanatorio también me parecía interesante, aunque alguna cosa se me escapaba, como por ejemplo, el funcionamiento mismo de ese sanatorio, tan extraño!!
Bueno, continuará en el club de lectura.
Me he leído los dos primeros párrafos y el último, porque no quiero enterarme del argumento, aunque ya he leído "suicidio", vamos... que hoy no hago más que leer finales :-)
ResponderEliminar¿Lo recomiendas entonces, o no?
Yo no lo saqué de la biblio (para el club), porque tenía malas referencias de otros blogs, y estoy con "Al sur de la frontera...", depués de "After Dark".
Bueno, ya lo comentaremos, pero me empieza a dar la impresión de que es un autor que se repite un poco
Ufff, no haces sino confirmar mis peores temores. No me tira nada el estilo de la novela oriental. Con su espiritualidad rara, que no es religión, ni hay Dios, ni nadie se aclara mucho.
ResponderEliminarCuando me enteré de la elección de Murakami para el club de lectura no me sorprendí. Es un autor que está muy en boga. Pero, con lo que has dicho, me has confirmado en mi decisión de no leer nada de este tio.
Sexo desenfrenado, relaciones a varias bandas, comidas de coco, suicidios... Creo que lo dejaré pasar.
Además, de esta forma, podré seguir mi estilo independiente, y elegir lo que me dé la gana.
Antes que se me olvidé, he encontrado una expresión en tu reseña que no logro entender del todo, es: "sin embarga Nagasawa a persar". ¿Nagasawa está embargada? ¿Va a apresar a alguién? Creo que se te ha colado un gamusino.
Un saludo.
Leo tu reseña...para el club de lectura he comprado Kafka en la orilla y será mi primero de este autor. A ver que tal me va porque con Tristam Shandy he estado a punto de tirar la chancla porque nomás no termina de contar la historia de su nacimiento...me tiene en ascuas...
ResponderEliminarYo estoy igual, con la chancla en la mano, a ver si la tiro, o no.
ResponderEliminar(Ale, de verdad, cómo me estoy riendo)
Yo recuerdo , la libreria donde pasaban las horas el joven y la niña
ResponderEliminarMe animaré con ese libro, aunque no se si lo encuentre.
ResponderEliminarTe sigo, tienes un buen blog.
Saludos. Nos leemos
Cesar suele decir Mertxe que para gustos los colores, a mi el personaje de Midori me parecio demasiado despendolado, eso si lleno de vida, ella me pareció vengativa y una niña caprichosa, no es que me gustara Naoko y su fragilidad si no que constate que el autor quería meternos a Naoko por los cinco sentidos, solo eso, yo todavia tengo pendiente el comentario en el club de lectura puesto que tendre que hacerlo mas escueto...
ResponderEliminarIsi supongo que cada uno es dueño de elegir el momento en el que morir, pero cuando se elige esa opcion siempre se dejan secuelas en los demás y entonces no se hasta que punto esa decision compete solo a una persona, en cuanto al sanatorio era muy peculiar eso si es verdad entre ellos funcionaba la autoayuda, pero eso es bueno solo para algunos casos los menos graves como decia Reiko, los que necesitan atencion medica alli no tenian cabida, era como un campamento de verano pero para inadaptados socialmente, lo podemos dejar ahi...
Hilario tu siempre en tu senda, me gusta que elijas un poco que leer, mira a mi no me ha entusiasmado, me parecio un poco repetitivo el tema del sexo, lo introducia muchas veces sin venir a cuento, y de algo natural llegaba a veces a ensuciarlo con tanta felacion y con tanta conversacion banal y tanto irse de rollito facil con cama incluida, asi que he decidido que si encuentro de aqui a octubre otro titulo en la biblioteca lo leere pero no creo que compre ningun libro porque no es de mi estilo este nipon.
Perdon loque me salte tu coment, yo lo recomendaria?, se deja leer esa es la verdad, pero no es el genero que más me gusta, demasiado tema tratado de forma superficial, pero por lo que he leido en foros y lo que podido caleyar, sus temas son recurrentes si.
ResponderEliminarAle te entiendo yo entre que tenia problemas con la vista que me dejan leer poco, y la letra tan pequeña del ejemplar del Tristam que encontre, he tirado la chancla que tu dices, llevo como una semana y media sin leer nada... ahora poco a poco y sin forzar me voy volviendo a coger.
Loquemeahorro no la tires la chancla se valiente y termina con el Tristam por los que no hemos podido.
Alba pues espero tu opinion por si se me ha escapado alguna cosita.
Deigar si lo encuentras y lo lees ya me cuentas a ver que dia me paso por tu blog.
A lo mejor me animo con Kafka en la Orilla, que a Isi le gustó tanto.
ResponderEliminar¡Es verdad, a tí fue la que le pasó lo de la vista! No me extraña nada, tiene una letra enana!!!
Me vuelve a hacer gracia lo de la chancla, de verdad.
Esta semana no he leído nada de Tristram Shandy, pero estoy a punto de acabar el tercer volumen. Perseveraré.
A mí también me gustó la novela,fue la primera que leí de Murakami.Después leí Crónica del pájaro que da cuerda al mundo,y me gustó mucho más.A ver si hago tiempo y empiezo con 1q84.
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