Llevaba tiempo llamándome la atención esta autora japonesa. La opiniones que leía en la red me la estaban haciendo más que apetecible, así que cuando la editorial El funambulista presentó La residencia de estudiantes pensé que era un buen momento para iniciarme con la literatura de Yoko Ogawa.
Pero me equivoqué no es la mejor de las novelas, si es que puede llamarse así por su extensión, para comenzar a leer a esta autora. Y lo digo por ese final tan abierto como extraño que te deja con más preguntas que respuestas, con más interrogantes que páginas tiene el libro. Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos por partes porque podría parecer que tengo una opinión negativa y no es el caso, pero no me acabo de adaptar a la literatura japonesa.La autora
Yoko Ogawa nació en Okayma en 1962. Estudio y se graduó en la universidad de Waseda. Actualmente vive con su marido y su hijo en Ashya, Hyogo. Desde 1988 escribe obras de ficción y de no ficción. Su novela de más éxito es La fórmula preferida del profesor, que ha sido adaptada a la gran pantalla y es la que aún no habiéndola leído os recomiendo para iniciaros con la autora.
Su obra se inspira en Ana Frank y Kenzaburo Oe, y su carrera está plagada de premios y de obras de corto recorrido, que por lo que cuentan los lectores se dividen en dos grupos, los que tienen un final cerrado y los que lo tienen abierto y surrealista. La residencia de estudiantes se engloba en este último grupo.Argumento
Nuestra protagonista, como el resto de los personajes de esta novela carece de nombre, es una mujer solitaria, retraida y con una autoestima algo baja. Al principio de la novela recibe la llamada de un primo al que no veía desde pequeña, que le pide que inicie trámites para alojarse en la misma residencia de estudiantes que ella pernoctó durante sus estudios universitarios.
La vuelta a la residencia y sobre todo el ver de nuevo al sensei, un hombre que sufre graves mutilaciones en sus brazos y en sus piernas y que sin embargo se basta por si mismo, le producen unas desconexiones en las que siempre vuelve a la residencia.
La soledad en la que vive la protagonista le lleva a hacerle frecuentes visitas a su primo, al que por una u otra razón nunca encuentra en el recinto, eso unido a la falta de residentes en el local por la inexplicable desaparición de un estudiante meses atras, pondrá en guardia a nuestra protagonista y a nosotros como lectores....
El ejemplar
Tiene escasamente 110 páginas por lo que unido a su tamaño lo hace ideal para llevar en el bolso o incluso en el bolsillo de una chaqueta. Su edición está cuidada con esmero, las páginas están despejadas con una letra y un sangrado óptimo, y a pesar de no estar dividida en capítulos su lectura es un placer para los ojos que en ningún momento sufren cansancio.
Impresiones personales
La novela comienza de una forma desconcertante, nuestra protagonista desde hace un tiempo sufre desconexiones que comienzan con un fuerte ruido que aparece de forma inesperada y la traslada a su vieja residencia de estudiantes. Esa mezcla de lo onírico con lo real en un primer momento me dejo un tanto sorprendida porque pensé que en todo momento la novela iba a girar sobre esos viajes que la mujer realizaba con la mente, pero me equivoqué, era solo la excusa para introducir un lugar que es importante en toda la narración y que se nos presenta en ruinas, inhabitable, sin vida y como contraposición a ello las desconexiones nos ayudan a comprender como era durante la estancia de la protagonista en sus instalaciones.
Estilo
Poco conocemos de la constitución física de la protagonista, sin embargo sicológicamente la tenemos mejor perfilada, es una mujer a la que la soledad le esta afectando profundamente, su marido se encuentra en Suecia con un contrato de trabajo, cuando lo tenga todo dispuesto se tiene que reunir con él, pero el hecho no la entusiasma, tiene miedo a perder sus raices, a no acostumbrarse a otro país y eso hace que aplace los preparativos, es esa soledad la que le lleva a visitar a su primo, al que nunca encontrará y a intimar con el sensei.
Del primo sabemos algo más, pero no sicológicamente si no físicamente gracias al retrato que hace de él el sensei de la residencia, un retrato que en un primer momento sorprende a la protagonista. La musculatura y la forma física de este deportista nos son expuestas con claridad.
A través de nuestra protagonista vemos al sensei, las mutilaciones de su miembros, como se las ingenia en su día a día para ser independiente y no necesitar a nadie. Las conversaciones que ambos mantienen nos dejan entrever el porque del deterioro de la residencia, las actividades del ausente primo, el deterioro de la enfermedad, la elegancia que no está reñida en ningún momento con la minusvalia.
La autora aprovecha para ir trazando tenues pinceladas que llenan de desasosiego al lector, al mismo tiempo que le hacen trazar miles de hipótesis para las que no obtendrá respuesta, apuesta por el intimismo, por esas relaciones a dos bandas llenas de confidencias, tardes que transcurren en torno a una taza de té y unas pastas.
La trama se vuelve inquietante, nos muestra un crescendo y un final abierto que no hay muy bien por donde cogerlo, dejandonos con miles de preguntas sin respuestas. Dicen de este final que es digno de una película de Alfred Hitchcok, yo diría que posiblemente toda la novela da para uno de los filmes de este genial director, por el desasosiego que crea. No me quedaré con las ganas de probar con otra novela de la autora, y esta vez espero acertar con una de final cerrado, para poder comparar.
Conclusión
El final abierto ha sido mi talón de Aquiles, pero no en esta novela en todas las que leo y lo tienen, por ello si en la autora son una constante voy a tener que ponerme la pilas porque no quiero dejar de disfrutar de su prosa. Quizás para poder hacernos una composición de lugar le faltan páginas a esta novela, pero entonces romperiamos la dinámica de esta autora que parece que se mueve mejor en las distancias cortas.
Lo recomiendo sin duda sí, pero si eres amante de la literatura japonesa y te gustan los finales abiertos, si no es tu primer contacto con la autora, porque si no te recomiendo comenzar por otra. Si te gusta la sensación de desazón, estas ante una prosa que con ligeras pinceladas te la proporciona, me parece una novela muy fotográfica, se es capaz de ver pasar las escenas como si nos encontraramos ante una película. De hecho no he podido evitar ponerles caras a losprotagonistas, pero como comprendereis estoy tan pez de cine nipon como de literatura y mis protas tenían rasgos occidentales. Hasta he visualizado mi cara de poker ante un final que no he sabido entender.
No te preocupes, lo del final nos ha sucedido a todos. De hecho, me he dado cuenta al leer tu reseña que yo tambien le puse cara occidental a los personajes. Es un libro que me ha gustado, pero me ha dejado un poco descolocada. Tengo pendiente El embarazo de mi hermana, que es de los pocos que me quedan por leer. Besos!
ResponderEliminarDe esta autora solo he leído La fórmula preferida del profesor que me encantó, tengo ganas de repetir pero en éste todos coincidís en lo del final y no me convence, probaré antes con otro título
ResponderEliminarbesos
Aun no he leído nada de esta autora, pero la verdad es que sólo leo buenas críticas de su obra. Tengo ganas de leer algo de ella a ver que me parece a mi. Besos
ResponderEliminarYa te lo comenté en otros lares: estoy de acuerdo contigo, me gusta mucho el estilo de la autora y no me gustó nada el final. Tienes que probar con La fórmula preferida del profesor.
ResponderEliminarBesos
Reconozco que soy muy especial en las lecturas, de la autora empecé “La fórmula preferida del profesor” ya que últimamente había leído muchas y buenas reseñas. Tuve que dejarlo, quizá no le di la oportunidad que se merecía. De momento esperaré.
ResponderEliminarYo le tengo ganas a esta nueva novela de Yoko Ogawa.
ResponderEliminarMe encantó su forma de escribir en "La fórmula preferida del profesor". tengo que comprarme sus anteriores novelas.
Buena reseña, saludos!
Solo he leído La fórmula preferida del profesor y me gustó mucho, pero este no acaba de llamarme... Si cae, lo leo, por supuesto, pero no tengo prisa...
ResponderEliminarbeso!
Leo reseñas muy positivas de esta autora, pero viendo tu reseña sobre este libro, creo que con éste no voy a empezar a descubrir a esta autora ya que no me gustan mucho los finales abiertos. Besos!
ResponderEliminarHe leído un montón de reseñas de "La fórmula preferida..." pero no de este libro que comentas. Veremos que va opinando la gente.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues yo sigo sin saber por cuál de las dos novelas que mencionas empezar; por un lado, me intriga más ésta que reseñas y, por otro, la mayoría coincidís en que es mejor empezar a leer a Ogawa con La fórmula preferida del profesor.
ResponderEliminarEn fin, ya veré cuál cae primero, musus.
P.S.: me gusta el cambio de look del blog.
Conocí a la autora con "La fórmula preferida del profesor" y me gustó hasta el punto de que quiero continuar leyendo su obra, pero creo que lo haré con otra de sus novelas.
ResponderEliminarUn abrazo.