De vuelta y con una reseña de un libro que
recomiendo muy vivamente, por cuanto la situación que plantea no nos es a nadie
ajena y el tono de sátira e ironía en el que está escrito nos puede hacer pasar
un buen rato.
Nuestra sociedad gira inevitablemente
alrededor de aparatos tecnológicos, el móvil, el ipad, el e-reader, el portátil…
y podríamos seguir y la lista sería infinita. Pero sobretodo hay un aparato del
que dependemos casi en exclusiva porque concentra muchas modernidades en una,
el móvil, en el que tenemos todos nuestros contactos, nuestras alertas,
navegamos por internet… ¿Qué pasaría si un día nos dejamos el móvil olvidado en
un taxi? ¿Qué pasaría si allí dentro tuviéramos todo nuestro medio de vida?
Pues esta y no otra es la hipótesis que plantea Benoit Duteurtre en Atención al
cliente.
El autor
He de reconocer que este autor me resultaba
desconocido, tampoco soy muy dada a leer libros que provengan de allende los Pirineos, a pesar de dominar bastante bien la lengua y poderlos leer en versión
original, supongo que se debe más a la vagancia que a otra cosa, pero mis
lecturas son más bien anglosajonas, y habrá que remediarlo porque de vez en
cuando del país vecino llega alguna joyita que hay que tener en cuenta.
Benoit Duteurtre nació en Sainte Adresse ,
Francia, en 1960, es novelista, ensayista, y crítico musical, escribió su primer
texto en 1982 en la revista Minuit, y desde entonces ha publicado dieciséis novelas
entre las que destacan:
Sommeil perdu (1985)
Tout doit diparaitre (1989)
Les malenentendus (1999)
Ballets roses (2009)
Viaje a Francia (2001), obra por la que
recibió el premio Medicis.
Su escritura clara sin preciosismos y su
visión irónica de la sociedad contemporánea han despertado tanta polémica como
admiración. La niña y el cigarrillo que aparece por primera vez publicada en
castellano ha sido traducida a más de
una docena de lenguas.
Argumento
El narrador_cuarentón y periodista
free-lance_ olvida den el taxi el teléfono móvil de última generación que le
acaban de regalar sus padres, junto con un abono de “cliente privilegiado”.
Este percance hace que pierda todos sus contactos personales y profesionales y
empiece para él un sinfín de episodios relacionados con su conexión a internet
y su tarjeta de crédito, una autentica odisea que le llevará a tener que pasar
por diferentes servicios de atención al cliente.
Con esta inteligente sátira, Benoit Duteurtre
hace un retrato en el que reconocerán sus propias desventuras como consumidores
numerosos abonados y clientes.
Por una vez he preferido copiar la sinopsis
de la editorial, por miedo a desvelar alguna cosa que pueda romper el encanto
de la lectura a quien movido por la curiosidad decida adentrarse en las páginas
de este libro.
Impresiones personales
Cuando vi el titulo de este libro no pude
menos que esbozar una sonrisa, porque como usuaria de distintos servicios me
las he tenido que ver con los ordenadores previos a la señorita o caballero que
tienen pocas respuestas para las preguntas y cuestiones que les planteas. Con
los que después de lidiar con maquinas y
no pocas respuestas maquinales tiendes a pagar tu descontento, siendo en la mayoría
de los casos descortés, aunque sepas que en el fondo no son más que cabezas de
turco de las multinacionales que
minimizan los costes con un capital humano más bien escaso.
Sí, sin duda me he visto reflejada en el
protagonista, porque yo también he entrado en la década de los 40, porque soy
periodista aunque no ejerza y venza mi mono de escritura de otra forma, porque
tampoco me llevo muy bien con la tecnología y cualquier avance me das más miedo
que otra cosa, porque también soy cabezona y cuando me propongo solucionar
algún desaguisado llego hasta el final caiga quien caiga.
Pero reconozco que lo que encontramos aquí es
un cumulo de situaciones que es difícil que se le den a una persona en un corto
espacio de tiempo, y que por lo tanto el hecho de reunirlas no es más que un
sátira de este tiempo moderno en el que funcionamos a golpe de contraseñas, pin
y amén de otras claves que no hacen más que complicarnos un poco más la vida, y
sin las que no sabríamos vivir.
El autor hace un alegato a tiempos pasados
donde la tecnología no tenía tanta importancia en nuestra vida, en los que
perder un simple móvil no desencadenaba ninguna catástrofe, y sin embargo en este
alegato a tiempos pasados introduce un personaje que aúna antigüedad por
llamarlo de algún modo y modernidad. Y este personaje no es más que un cura con
sotana, que parece haber salido de la edad media y que sin embargo entre sus
faldones esconde los últimos artefactos de la modernidad, como un llavero electrónico
para el coche, un teléfono de última generación, y habla de informática con la
misma naturalidad que de su oficio sagrado.
Del personaje principal no sabemos más que lo
que él nos cuenta, que es cuarentón, que trabaja de free- lance, que se gana
bien la vida y no tiene problemas económicos y que es muy poco manitas con la
tecnología que termina poniéndolo de los nervios, e intuimos por su forma de
actuar muchas otras, como que es cabezón, que intenta salirse siempre con la
suya y que muchas veces no reflexiona y actúa
al tun. Pero lo que nunca llegamos a saber de este desventurado es el nombre, y
creo que con ello el autor busca que cualquier lector pueda identificarse con
él.
Y es que quien no ha tenido que lidiar en su
vida con un servicio de atención al cliente, quien no ha tenido que hablar con
maquinas hasta llegar a un operador descontento que no tiene respuestas y se
convierte en el blanco de las iras de un cliente que harto de no encontrar
soluciones la toma con él. ¿Y qué nos encontramos detrás de estos servicios?,
gente mal pagada, que no puede solucionar nada porque no tiene poder de
decisión, gente preparada para otros trabajos que ha recalado como último
recurso en un servicio que no le llena ni le satisface.
¿Lo hemos pensado alguna vez cuando presos de
la ira por no encontrar más que una y otra vez la misma repuesta evasiva la
hemos tomado con el pobre tele operador?, creo que este libro me ha abierto un
poco los ojos en este sentido, aunque supongo que la próxima vez que me las
tenga que ver con un servicio de atención al cliente lo recordaré los primeros
veinte minutos o media hora, pero como se alargue mucho más no respondo.
No contento con situar a nuestro protagonista
ante la disyuntiva de haber perdido sus contactos personales y profesionales,
nuestro autor nos lo manda de vacaciones a USA, donde comprobará que su tarjeta
de crédito premier es una estafa, que no le va a permitir ni pagar, ni sacar
dinero en los países en los que recala y que ningún servicio de atención al
cliente le va a solucionar el desaguisado. Y no contento con ello a la vuelta a
Paris se encuentra con que le reclaman dinero por una conexión a internet de
banda ancha que él nunca ha solicitado.
El
colmo de los colmos, se impone una visita a la multinacional, en la que se da
cuenta que no es el único en esa situación, que el personal es más que escaso,
y que las condiciones en las que trabaja no son las más recomendables y todo ello
para descubrir que a pesar de haberle dicho que no existía el director de
atención al cliente, este sí que existe, que no es precisamente lo que él
esperaba, y que terminará cayendo en cuanto disparate le propongan porque lo
tienen muy bien montado las multinacionales.
Conclusión
Una lectura fresca, con un toque de humor e
ironía, con un lenguaje directo y sin florituras, con unas situaciones un tanto
desproporcionadas, y que sin embargo nos serán reconocibles. Sin duda una buena
lectura para estas vacaciones, que por su extensión, 129 páginas en una letra
más que aceptable, y el tamaño del libro es pequeñito, de bolsillo, bolsillo…
de esos que te los metes en el bolsillo del abrigo y ni siquiera hace bulto, y
en el trasero de algunos vaqueros también cabe.
Y por su toque de humor que lo hace más que
apetecible para intercalar entre lecturas más densas o libros más extensos.
¿Te animas a sumergirte en el mundo de
Atención al cliente?
Tengo ganas de leerlo desde que leí la opinión de Leira sobre el mismo.
ResponderEliminar¿Qué haría yo si dejo el móvil en un taxi? Morirme!"
Besos
Pues tiene muy buena pinta, no lo conocía pero me apunto el título porque he estado en las dos situaciones, llamando y recibiendo llamadas de clientes así que seguro que me resulta entretenido
ResponderEliminarbesos
Pues pinta muy bien. Seguro que tiene situaciones muy caóticas.
ResponderEliminarMe lo apunto.
Besitos.
Suena estupendo, este tipo no se parece a mi, yo el teléfono lo tiro en cuanto llego a casa.
ResponderEliminarPor cierto, ¿quién lo edita?
Besotes frescos.
Es la segunda reseña positiva que leo de este libro, así que lo tengo en mi lista de pendientes esperando hueco para ser leído, que tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarBesotes!!!
La verdad es que suena entretenido, aunque el mundo de atención al cliente es un mundo de terror. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesos
Tiene muy buena pinta, y desde luego la situación que plantea no es nada descabellada.
ResponderEliminarTambién lo tendré en cuenta, ya que creo que todos nos sentimos identificados.
ResponderEliminarEs la primera reseña que leo sobre el libro, no conocía al autor.
ResponderEliminarPinta muy bien!!
Besotes
Yo tampoco lo conocía y la verdad es que parece curioso el tema. Apuntado queda. Un beso
ResponderEliminarYa había leído una reseña bastante positiva en el blog de Leira, pero no sé por qué no me acaba de llamar la atención. Quizás porque yo no me llevo mal con la tecnología, no sé :D
ResponderEliminar1beso!