Últimas horas del 2012, y por no ser
previsora me encuentro ante una página en blanco intentando reseñar una novela
que estará entre las mejores que he leído este año. Todo libro lleva detrás una
historia, y este mío no iba a ser menos. Verano de este año que ya nos deja,
como cada mes de julio multitud de gestiones de matricula me retenían en la
capital. Los dos últimos años he tenido que viajar varios días por semana, y en
vacaciones aunque la frecuencia baja me sigue agobiando, así que aproveché los
días que tenía academia para preparar unas oposiciones que ya no sé si saldrán
algún día.
Sin embargo, me encontraba con un arma de
doble filo, por un lado solo viajaba un día pero por otro tenía que pasar
muchas horas sin hacer nada… y vamos a coger esa última afirmación con pinzas
porque evidentemente siempre he aprovechado para leer. Tenía en esos momentos
dos libros empezados y quiso mi escasa memoria que olvidara ambos en casa, así
que después de comer me pasé por el Corty dispuesta a comprar en edición
bolsillo El haiku de las palabras perdidas. Pero pasé por delante de unos
libros que estaban rebajadísimos y en un formato que me atrajo mucho más. De
esa forma compré El error azul de Javier Lorenzo y también La edad de la ira
que recomendó Rusta en su blog.
Esa misma tarde y sentada en el Paseo
Ribalta, un jardín botánico precioso que tiene multitud de enclaves para leer
con tranquilidad, comencé la lectura, y me di cuenta de que me encontraba ante
literatura gourmet, un libro para paladear, para tomarse su tiempo y sobre todo
para reflexionar. Pero también constaté otra cosa, que para desgracia mía
tendría que posponer mi deleite después de esa tarde porque me estaba
desluciendo un buen libro, se lo estaba tragando a grandes mordiscos a pesar de
que la temática no tenía nada en común.
Pocas veces he tenido esa sensación y he de
reconocer que no me gustó nada. La literatura es cuestión de gustos, sin
embargo que un libro que hasta ese momento te estaba gustando dejara de hacerlo
por tener uno mucho mejor entre manos, me hizo sentirme injusta, así que aplacé
el que hoy me ocupa, a pesar de las muchas ganas que tenía de leerlo.
Os adelanto que lo disfruté muchísimo, que no
es un libro para leer en el metro, o en enclaves ruidosos, que hay que tomarse
su tiempo para disfrutarlo y pararse en sus reflexiones y así descubrir que no todos
los libros que tienen como escenario la Guerra Civil están cortados con un
mismo patrón. Javier Lorenzo hace alarde de una gran valentía porque no nos
encontramos ante una novela comercial, si no ante un libro cultivado, que ha
escogido un vocabulario rico y culto y una forma de narrar a la que no todos
los lectores están acostumbrados, nos encontramos ante una historia que se pega a
las manos porque es interesante todo lo que cuenta, pero no es un page turner,
no se lee sola, y la lectura se va ralentizando en cada reflexión, porque
aunque la Guerra Civil esté de fondo es una novela de personajes, y todos son
complejos…
El autor
Javier Lorenzo nació en Madrid. Estudió
periodismo, y se inició e n la radio en la Cadena SER, aunque se decantó por la
prensa escrita, donde sigue colaborando. También ha trabajado como guionista de
televisión.
Comenzó su carrera literaria en el año 2000,
y tiene en el mercado dos novelas históricas El último soldurio, que
tuvo una buena acogida entre los lectores y que llegó a tener doce ediciones y
más de 50000 ejemplares vendidos, y su continuación Los guardianes del tabú.
Con El error azul abandona el género
histórico en estado puro para abordar el estrictamente literario, en mi humilde
opinión con gran éxito. Nos encontramos ante un libro muy bien escrito, ante
una pluma a tener en cuenta y sobre todo ante una obra que no es apta para
aquellos que solo buscan entretenimiento en una lectura.
Argumento
No es la primera vez que me encuentro ante un
libro tan complejo que escribir su argumento me supera, pero en esta ocasión no
me queda más remedio que coger al toro por los cuernos porque la que ofrece la
editorial en la contraportada no me dice nada.
Nos encontramos ante una novela de personajes,
la que conforman un triangulo amoroso en que una mujer de casa bien viene a
elegir el partido que menos le podía interesar económicamente, pero sin duda
alguna si el que más feliz la podía hacer. Amelia, es una muchacha rebelde que
se niega a morirse sin conocer la felicidad y si sigue los dictados de su
familia corre el riesgo de hacerlo.
Ese partido poco ventajoso es Martin, un idealista
y librepensador que un día aterriza en el pueblo con su tío y lo pone patas
arriba, incluso cuando se siente vencido nos regala unas perlas literarias para
quitarse el sombrero. Su principal delito estar en el bando de los vencidos al
que inevitablemente arrastra a Amelia.
El otro vértice de este triangulo es Alberto,
el temido alférez repellejo, un hombre complejo, que está acostumbrado a
salirse con la suya y que tiene a Martin como una espinita clavada en el
corazón, o bien como una china en el zapato. Alberto es capaz de lo mejor y de
lo peor, porque en el amor parece que todo vale para conquistar un corazón.
A través de un paseo por el pasado llegaremos
a comprender su presente y este nos llevará de la mano hacia su futuro… ¿Te
animas a descubrirlo?
Ambientación
Javier Lorenzo nos sorprende con la situación
geográfica de la novela. Todavía recuerdo un eslogan publicitario que rezaba
Teruel existe. Por suerte es una tierra que conozco, no queda lejos de donde
vivo y nos solemos perder de vez en cuando y tiene un arte mudéjar que quita el
sentido…
Pero voy a centrarme que me voy por las
ramas. Mira que habré leído libros que tienen como trasfondo la Guerra Civil,
sin embargo se ambientaban en Madrid, Barcelona… en grandes ciudades, y de esta manera nos perdíamos episodios menos
conocidos de nuestra historia más oscura.
Javier Lorenzo decide situar a sus
protagonistas en Teruel, una región preciosa pero sobre todo el único bastión
que pudo recuperar el ejército republicano. En esta ciudad se produjo creo que
uno de los episodios más vergonzosos y reconozco que lo desconocía. El mando
republicano intentaba mantener la moral de su gente como buenamente podía, y la
promesa de poder visitar a los suyos en cuanto recuperaran Teruel hizo que
lucharan con ahínco. Cuando reconquistaron la plaza los soldados pidieron su premio, que se hiciera efectiva
la promesa por la que se habían dejado la piel y lo único que consiguieron fue
una matanza sin precedentes a cargo de sus mandos que tiñó de rojo las calles
turolenses.
Pero no es entorno a este hecho que
gira la historia, podríamos decir que no es más que una mera anécdota en una
novela en la que los personajes tienen más valor que los hechos que acontecen,
que actúan de mera comparsa para que el lector pueda entender como se ha
llegado a la situación en la que se encuentran.
Impresiones
Llegué a esta novela a través de múltiples
recomendaciones, porque si algo tiene la blogosfera es que descubres buenas
novelas y autores a los que de otra forma no te hubieras acercado. Las
opiniones eran todas muy buenas y como compleja que es la novela cada una
resaltaba una faceta, tanto era así que al final decidí que tenía que juzgar
por mí misma.
Cuando lo vi en la librería, lo primero que me
atrajo fue esa portada en blanco y negro en la que una pareja baila, y el
agarre del hombre es tan efusivo que va más allá del decoro al que la época obligaba, y ello ya me dio una
ligera idea de lo que podía encontrar en su interior… Y es que Amelia y Martin
son muy poco convencionales, son unos luchadores natos que no se rinden ante
las adversidades.
La escueta contraportada también hace la
lectura más que apetecible, pero si con ello no tienes suficiente el arranque
de la novela revela con que exquisito cuidado ha sido concebida. Es uno de esos
arranques que te pegan a sus páginas de forma irremediable. Ninguna mujer es
culpable de que la amen dos hombres a la vez, y esta misma frase le sirve de
cierre a la historia. Creo que es la primera vez que me encuentro con un
artificio de ese calado.
Pero si que he corrido, como se me ocurre irme
al final cuando queda tanto trecho por recorrer y no he sentado las bases de la
novela. Vamos a ir por partes que quien mucho corre pronto para.
Estilo
Me ha sorprendido la valentía del autor al
apostar por una obra de culto, por una literatura más purista en una época en
la que las ventas son pocas y la mayoría de los lectores se inclinan más por el
best seller de moda.
Nos encontramos ante un libro de gran calidad
literaria que sin ser pedante ofrece un buen plato para degustar y saborear,
una lectura de reflexión, de esas que vale la pena tomarte todo el tiempo del
mundo para poder captar sus diferentes matices.
Tres son los protagonistas de la novela y
tres son las formas de narrar que encontramos en esta obra.
La que
hace referencia a Amelia, se centra sobre todo en su pasado, en su infancia y
en la influencia que su abuela Genoveva tiene en ella, un narrador omnisciente
en tercera persona nos pasea por ese flah back unas veces con añoranza y otras con
desapego.
Cuando
Martin toma la palabra la primera persona recoge el protagonismo. Cuando la
guerra termina Martin se convierte en un topo y en su escondrijo escribe para
no volverse loco. Con el uso de esa primera persona el lenguaje es más
intimista y precisamente ahí es donde el autor echa los restos y hace gala de una belleza literaria
sin parangón.
Volvemos a la tercera persona cuando la
historia se centra en Alberto, el alférez Repellejo, un personaje que por más
que intentemos que nos caiga simpático la empresa es complicada, porque siempre
ha sido una persona autoritaria, desde niño pensaba que todos debían rendirse
ante el por ser el hijo del alcalde y estar en el bando adecuado durante la
contienda no hace más que alimentar su ego. Nos encontramos ante una persona
maquiavélica, los fines siempre justifican los medios empleados. Por amor es
capaz de lo más ruin, y el odio es un virus que le corroe las entrañas.
Gracias a Amelia conoceremos la situación de
las mujeres en su época, cuando era niña, cuando la República era una realidad, en la
contienda y después de ella. La condición de fémina en aquellos días le hacía
muy complicado el día a día, pero ella no se arrugó en ningún momento y utilizó
sus armas de mujer cuando fue necesario para salvar a su hombre.
De la mano de Martin conocemos el bando
republicano, sus ideales, en muchas ocasiones eso iba acompañado de un alto
nivel cultural. Martin desde muy joven estuvo conspirando y defendiendo los
ideales que le inculcó su tío y que con el tiempo hizo suyos. Conoceremos su
época en Madrid, una sociedad secreta de intelectuales preparando la llegada de
la República. La vida en el pueblo y el respeto por ser un médico de bestias
que se ganó su tío, un hombre realmente impresionante. Descubriremos su desazón
al vivir encerrado, y su forma de sobrevivir.
Alberto nos mostrará la barbarie, lo que el poder puede otorgar a una persona equivocada. Con él nos pasearemos por el
frente, conoceremos anécdotas de las batallas, viviremos el acoso a los
vencidos y la forma de sonsacar información. Pero como todo no podía ser malo
también descubriremos el mundo de la filatelia, el valor de los sellos en
tiempos de escasez. Y también lo vulnerable que puede ser un hombre que cree
que está por encima de todo y de todos.
Además de la historia de estos tres
personajes cuyos capítulos se van alternando y que nos ofrecen una visión no
lineal, el autor nos regala al final dos anexos para que podamos atar algunos cabos
que nos quedan sueltos en la narración. En el primer anexo el protagonista es
Jean de Sperati, un famoso falsificador de sellos, el segundo nos habla de El
error azul, el sello que da nombre a esta novela y que es de gran importancia en el desarrollo de la trama.
Y por último el capítulo de agradecimientos,
todo un clásico en las novelas, que suelo leer porque me gusta imaginar a quien
debería agradecer en el caso de que fuera yo quien escribiera una novela.
Personajes
He dicho con anterioridad que El error azul
es una novela de personajes, y que ellos son lo más importante. Aunque nos
encontramos ante tres protagonistas, yo juraría que es una novela coral, con
unos secundarios de lujo que soportan mucho peso en la historia. Como ya he hablado de Amelia, de
Martin, y de Alberto, no me voy a repetir, porque merece la pena que los
matices los descubráis vosotros.
Pero hay dos secundarios de mucha enjundia que
me gustaría presentaros.
Genoveva: Sus labios pronuncian la famosa
frase con que comienza la novela. La abuela de Amelia es una mujer adelantada a
su tiempo, una mujer a la que tienen relegada en casa y cuyas primorosas manos
bordan unos manteles religiosos que son de una belleza sin igual y de una
perfección abrumadora. Aunque al padre de Amelia no le hace ninguna gracia que
su hija pase mucho tiempo con ella, la abuela se convierte en su refugio y las
reflexiones que ella deja caer de vez en cuando en forma de ensoñación
convencen a Amelia de que debe buscar la felicidad a toda costa. Sin duda Genoveva
es una mujer entrañable cuya historia podemos llegar a entrever cuando ella
tira del hilo de la memoria.
Nicolás: Es el tío de Martin, un hombre muy
culto, que se afinca en Madrid donde se codea con círculos de ilustrados. Se
hace cargo del muchacho a la muerte de sus padres y lo cría como a un hijo inculcándole
sus ideales y cimentando un hombre ilustrado. Con el tiempo decide volverse al
pueblo, con un Martin adolescente que despierta los recelos de Alberto. Sin ser
pedante su cultura le da mil vueltas a la de los habitantes del pueblo y ser
médico de bestias tiene allí un valor incalculable que le salva la vida después
de la guerra.
El carácter de Nicolás nos ganará como
lectores, comulguemos o no con sus ideales políticos, un hombre que no
menosprecia a nadie, que siempre intenta estar en el lugar que le corresponde, que
le da templanza a su sobrino…
Pero no son los únicos secundarios, podemos
encontrar al padre de Alberto, un personaje muy engreído, a Ramón el compañero
de fatigas en las trincheras de Martin, aunque a él lo conoceremos solo por
referencias, o los padres de Amelia, una fauna muy típica de la época. Mister
Warrington, un inglés experto en sellos, o la mano ejecutora de las atrocidades
que idea Alberto para que Amelia caiga rendida a sus pies…
Pero los vais a tener que descubrir solitos,
porque me quedo con esos cinco que ya son multitud y que creo que son los que
mejor dibujados están.
El error azul
No sé si el sello es quien da nombre a la novela,
o el titulo es una metáfora de la que el libro está plagado. Porque por él
desfilan camisas azules y Alberto es una de ellas y cuando acabas la historia
no puedes menos que preguntarte si tan solo se refería al sello el autor cuando
eligió el titulo.
Pero desvelar ese pequeño dilema podría
implicar descubrir el as que guarda en la manga esta novela, y creo que no
sería justo para aquellos que tienen previsto adentrarse en sus páginas y
disfrutar de sus líneas.
De momento hablaré del sello. Y es que la
valía le viene por ser una rareza, de la que se conocen muy pocos ejemplares. El
sello de dos reales era de color naranja y el de seis de color azul, por un
error unos cuantos sellos de dos reales adquirieron un color azul que no les
correspondía y en el mundo de la filatelia cualquier rareza se cotiza a precio
de oro.
Sin embargo este sello tiene su importancia
en la novela, porque Alberto una vez conoce su valor decide
compartirlo con Amelia y de esa manera demostrarle su amor, pero sin confesarle su valía, de esa forma no podría estar tentada de venderlo. Alberto es un
romántico, pero todo su buen corazón se
derrumba al descubrir que esa rareza era doblemente importante porque era el
único ejemplar que se conservaba unido y él en un acto de debilidad lo había
separado.
También era la prueba de que Amelia le
necesitaba y que algún día podría caer en sus redes por eso es el sello el
que desencadena la acción, pero esa parte la vais a tener que descubrir por vuestros
propios medios.
Tanto si el protagonista del título es este
peculiar valor filatélico o es una metáfora, sin duda Javier Lorenzo lo borda y
será la imaginación de cada uno quien le otorgue uno u otro valor.
Conclusión
Nos encontramos ante una novela compleja y
con matices, una historia que se saborea, se paladea y se reflexiona. Una obra
que puede que no sea maestra y no entre en los anales de la literatura aunque
tiene las bases muy bien centradas, pero sí que será apreciada por un lector curtido
que sabe disfrutar de los ejercicios literarios.
No creo que sea una novela para todos los públicos,
puesto que requiere de esfuerzo, no nos encontramos ante una historia que se lee
con facilidad porque entre renglones se esconde más de lo que se deja a la
vista.
Nos encontramos ante una historia que va
tejiendo la vida de los tres personajes principales y adornándola con
secundarios de lujo, una novela que no es lineal que va hacia adelante y hacia atrás
en un intento de ofrecernos una panorámica de la vida de los miembros del
triangulo y así explicarnos la situación en la que se encuentran.
El final borda un libro que ya de por sí se
merece un diez sobre diez, sorprende a la vez que emociona y se obtiene
justicia poética si se prefiere. Y el autor hace gala de un gran ingenio al
terminar la novela con la misma frase que la empieza.
Otra cosa que me ha gustado mucho es que al
final en un anexo explique un personaje que aparece un poco difuminado y que fue
real, y que explique algo más de El error azul, porque para los neófitos en el
tema nos puede sonar a chino.
Esta parte de la filatelia ha conseguido
atraparme como lectora, porque siendo niña los sellos me atraían mucho. Mi
abuelo trabajaba en una exportadora, recibía mucho correo del extranjero y me
traía los sellos, poco valor tenían al estar matasellados, pero para mí eran una
reliquia que podía presumir delante de mis compañeras de clase incluso
impresionarlas. Llegue a tener una gran colección pero con la adolescencia se
me paso la fiebre del coleccionismo y hoy apenas llaman mi atención.
Os la recomiendo encarecidamente, pero recordad
que es literatura de altura, que no es recomendable para viajes en metro,
trenes y demás servicios públicos, buscad un rato de tranquilidad para
adentraros en su páginas y bucear en sus líneas.
Con esta reseña pongo punto final al mes
temático de Laky
Yo le tengo muchísimas ganas!!
ResponderEliminarY ahora después de leer tu maravillosa reseña muchas ganas.
Gracias.
Feliz 2013!!!!!
Un libro que me sorprendió en su día y que he puesto entre mis mejores lecturas de los libros publicados este año
ResponderEliminarUn libro que está entre mis pendientes y que con tu excelente reseña sube muchísimos puestos en mi lista.
ResponderEliminarBesotes y feliz 2013!!!
yo lo tengo esperando en la estantería desde el pasado verano y entre tu reseña y alguna otra que he visto no creo que tarde mucho en ponerme con él
ResponderEliminarbesos
Qué libro, por lo que cuentas tiene una pinta buenísima. Tu reseña me ha producido unas ganas tremendas de comprarlo.
ResponderEliminarHace ya bastante tiempo, trabaje en una filatelia y el tema de los sellos me impresiono bastante, efectivamente los errores se pagan muy bien en ese mundo.
Bueno guapa, que no me quiero enrollar mucho, solamente quiero aprovechar y desearte un feliz año 2013. Un beso
Pues como entre mis propósitos de año nuevo también está el de ahorrar, esperaré a que alguien de mi familia lo compre para leerlo, porque después de semejante reseña, cualquiera lo ignora.
ResponderEliminarUn beso y ¡Feliz Año Nuevo!
Qué satisfacción cuando un libro deja tan grata impresión, ¿verdad?
ResponderEliminarMis mejores deseos para que el 2013 venga cargado de felicidad para ti y los tuyos.
He leído muchas reseñas de este libro, aunque no tan completas como la tuya que todo hay que decirlo, y todas lo ponen bastante bien, así que me terminas de convencer con tu entretenidísima reseña y me lo apunto, a ver si encuentro esa edición tan asequible y buena que comentas. ¡Feliz año guapis!
ResponderEliminarQué ganas le tengo!! Yo creo que me va a gustar mucho.
ResponderEliminarTe haré caso y la leeré en un momento de tranquilidad.
Un beso!
Me encantó este libro, es el tercero que le leo y estoy ya esperando el siguiente.
ResponderEliminarUn libro pausado con un personaje protagonista masculino y una gran fortaleza femenina.
Me encantó
Feliz Año, a ver si puedo volver a la rutina que las fiestas nos roba
Creo que ha sido una de las reseñas mas largas que leí en mi vida, pero no tiene que ver para que me haya gustado:)
ResponderEliminarbesos te seguimos
Con esta magnífica reseña es imposible no caer en la tentación de querer leer el libro. Ya he visto unas cuantas opiniones positivas sobre el libro, así que sin dudarlo me lo apunto. Creo que será una de mis próximas lecturas...
ResponderEliminarBesos!
La verdad es que tengo bastantes ganas de leerla, todos habláis muy bien de ella!
ResponderEliminarbesotes!!!!!
Me quedo con lo del Corty y la historia del libro. Respecto a la novela, no creo que sea para mi.
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