Fui una de las afortunadas que recibí una edición no venal de El silencio del pantano, la opera prima de un valenciano desconocido para mi hasta ese momento. Confieso que no me puedo resistir al género negro y esta se iba a vender como la mejor novela negra del año. A estas alturas no se si será la mejor del 2015, pero si se que en líneas generales a mi me ha convencido, que ha sido un placer pasear por las calles del Cabañal y otros barrios de Valencia de la mano de Juanjo Braulio.
Mientras leía la novela y la comentaba en twitter me pregunté en varias ocasiones la edad que tenía el autor, porque parecía describir a la perfección a mi generación, me sentía tan identificada con muchas de las reflexiones de Q, sobre el periodismo y otros menesteres, que había momentos en que me sentía incluso abrumada. Al acceder a las pinceladas biográficas de Juanjo el misterio quedó resuelto, ambos nacimos el mismo año, ambos cursamos los mismos estudios universitarios y en la misma universidad, y quizás nos cruzamos en alguna ocasión por el pasillo, o quizás no.
Si Q cuando reflexiona sobre la profesión periodística es el alter ego de Juanjo puedo entender muchos pasajes, yo también he sentido la tentación en muchas ocasiones de desalentar a aquellos que quieren estudiar periodismo, a nosotros nos prometieron mucho y encontramos mucho ruido y pocas nueces. Lo que ya me ha costado más de entender es ese ataque a los bloggers, porque no creo que que sean ellos, o nosotros si me incluyo, los que desprestigian la profesión, si no lo que denuncia el autor con bastante buen tino, la politización de los medios, el mangoneo de los de siempre, del poder ya sea económico, político o social y además sin disimulo alguno.
Nos encontramos, con una novela dentro de otra, con unos personajes bien dibujados, con personalidades variopintas y psicologías complejas, una buena documentación histórica y una mejor ambientación espacial, aunque Valencia no se convierta en un personaje más de la trama. Conocer la localización de la historia me ha hecho disfrutarla hasta el final. Aunque hubiera preferido menos precipitación a la hora de abordarlo, y puestos a pedir que este no fuera tan abierto, se barrunta una segunda parte al menos eso pienso yo, ya desde mediados me di cuenta de que estábamos ante una novela en la que los personajes tenían mucho peso, y eso sólo podía significar que este era el primero de una saga, el final y los flecos sueltos me lo han confirmado. Si no fuera así no entendería demasiadas cosas y se desluciría el resultado final de la lectura, pero supongo que todavía tardaré en averiguarlo.
El autor:
Quién mejor para hablar de alguien que uno mismo, que la persona que mejor se conoce o no, siempre que me he visto en esa tesitura ha caído sobre mí un marrón de los gordos, porque encontrar el termino medio para no parecer un pedante o tan modesto que chirríe es realmente complicado. En la edición no venal no aparecen datos del autor, pero al pasar por su página web me ha gustado su forma de explicar quién es, y por ese motivo le cedo la palabra.
"Al igual que el mago Gandalf decía en El señor de los anillos que tenía muchos nombres porque iba a muchos lugares, me agrada decir que soy muchas cosas: marino frustrado, cocinero por herencia, viajero entusiasta, arquero intermitente, guitarrista amateur, pintor en ciernes, aprendiz de todo y oficial de nada. Como lo que más me gusta hacer es leer y por leer no pagan me hice periodista.
Nací en Valencia en 1972, me gradué en Enseñanzas Artísticas por la Sankt Eskils Skola de Eskilstuna (Suecia) y me licencié en Ciencias de la Información por la Universidad Politécnica de Valencia. Empecé a juntar letras en la delegación valenciana de «Diario 16» desde donde pasé a Las Provincias donde fui redactor de Medio Ambiente, Municipal, Política y Jefe de Opinión.
Posteriormente fui jefe de Informativos de Ràdio Nou y colaborador del Suplemento Semanal XL (Grupo Vocento), la agencia Colpisa y el diario ABC. Un compendio de mis columnas de opinión fue publicado en forma de libro bajo el título «La escalera de Jacob» (2004).
También soy autor de «En Ítaca hace frío» (2014) un libro de viajes sobre Suecia. Después de tantos años contando verdades que parecían mentira, con «El silencio del pantano», mi primera novela, decidí probar suerte en el intento de contar mentiras para decir verdades."
Nací en Valencia en 1972, me gradué en Enseñanzas Artísticas por la Sankt Eskils Skola de Eskilstuna (Suecia) y me licencié en Ciencias de la Información por la Universidad Politécnica de Valencia. Empecé a juntar letras en la delegación valenciana de «Diario 16» desde donde pasé a Las Provincias donde fui redactor de Medio Ambiente, Municipal, Política y Jefe de Opinión.
Posteriormente fui jefe de Informativos de Ràdio Nou y colaborador del Suplemento Semanal XL (Grupo Vocento), la agencia Colpisa y el diario ABC. Un compendio de mis columnas de opinión fue publicado en forma de libro bajo el título «La escalera de Jacob» (2004).
También soy autor de «En Ítaca hace frío» (2014) un libro de viajes sobre Suecia. Después de tantos años contando verdades que parecían mentira, con «El silencio del pantano», mi primera novela, decidí probar suerte en el intento de contar mentiras para decir verdades."
Argumento:
En esta deslumbrante novela negra, la poderosa voz de Juanjo Braulio, nos sumerge en una historia de muerte, codicia y falta de escrúpulos, dejando al lector sin aliento y con la sensación de haber leído una obra maestra.
La rama arranca con el hallazgo de un cadáver en un recodo del río Turia. El asesino parece recrear un antiguo ritual romano reservado a los reos culpables de parricidio. El crimen salpica a los poderosos de la sociedad valenciana, que pronto dejarán al descubierto el pantano silencioso, símbolo de la decadencia y la corrupción, sobre el que se alza la ciudad. La investigación se verá envuelta en este fango escondido y peligroso, desvelando oscuros episodios de nuestro pasado.
Lleno de referencias literarias, con ecos de Rafael Chirbes y guiños a Patricia Highsmith y Paul Auster, el adictivo debut literario de Juanjo Braulio lo tiene todo para convertirse en uno de los acontecimientos editoriales del año.
Datos tomados de la contraportada del libro
Mi Opinión Personal:
Es la segunda vez que tengo el privilegio de leer una novela antes de su publicación, y además he tenido el placer de compartir lectura en twitter con otras lectoras, y confieso que a pesar de que mi ritmo es mucho más lento que el suyo, me he hecho adicta a esas lecturas simultaneas, a ese comentar lo que me llama la atención y las respuestas dispares que puede causar.
El silencio del Pantano es una novela que atrapa desde el principio, comienza fuerte con un cadáver encontrado en el río Turia dentro de un saco, no tendría nada de especial si no compartiera habitáculo con un mono, una serpiente, un perro y un gallo, un castigo reservado en la Antigua Roma para los reos de parricidio. No hará falta avanzar mucho, para descubrir que lo que creíamos el principio de esta historia no es más que la tercera entrega de una serie negra que está escribiendo un periodista retirado, que firma con el seudónimo de Q.
Q del que exteriormente a penas conoceremos nada, es el verdadero protagonista de esta novela, un personaje oscuro, inquietante, con el que es difícil por no decir imposible empatizar, ni siquiera cuando nos habla de sus bloqueos creativos, o en mi caso cuando reflexiona sobre la profesión periodística, reconozco que compartimos muchas opiniones, cuanto menos similares. No me importaría encontrar a Q en otra entrega porque intuyo que a penas está explotado como personaje, y eso que en la vida real no me gustaría conocer a nadie como él.
El autor juega constantemente con las dos historias sin que nada las diferencie al inicio del capitulo, al principio puede causar un poco de confusión, pero esta dura poco, porque te sitúas conforme avanzas en la lectura y ninguna trama eclipsa a la otra, ambas son igual de interesantes. Aunque si me hacen elegir una, yo me quedó con la real, con la de Q, porque creo que puede dar todavía mucho más de sí.
Detrás de esta novela hay un gran trabajo de investigación, que en ningún momento abruma al lector y un gran conocimiento de la realidad política, social, económica y urbanística de Valencia en particular, pero que sería extrapolable a toda la Comunidad. Creo que Juanjo Braulio utiliza esta novela para denunciar la corrupción política que es la más visible, pero también aquella que está más escondida, percibo un hondo malestar del autor en el crecimiento urbanístico de la ciudad, muchas veces a conveniencia del político, o del pagamás de turno.
Pero también las corruptelas policiales, el mundo de la droga y sus pequeñas o grandes triquiñuelas, todo ello aderezado por una trama de ficción que hunde sus raíces en la Guerra Civil y el robo de bebes a presas republicanas, en la Transición, y en la Antigua Roma en la investigación de un crimen por parricidio, que el autor ha introducido de una forma más que original, y que me ha permitido conocer la poena cullei, o dicho en cristiano la pena del saco.
En esta trama de ficción el protagonista es David Grau, un brigada de la Guardia Civil, peculiar, inteligente, intuitivo, tenaz, que se gusta poco a sí mismo y no termina de ser valiente con su forma de ser. Quizás no sea muy original el planteamiento, pero a mi me ha conquistado el brigada. Pero si de verdad ha habido un personaje que me ha hecho sonreír, y ha puesto humor en este rosario de cadáveres es Manceñido, el superior de Grau, un hombre maduro, poco habituado a las nuevas tecnologías, muy autentico en su forma de hablar y de comportarse. Si la trama de ficción podríamos decir que se cierra bastante bien y tiene sus personajes definidos y bien dibujados. No sucede lo mismo con la real.
A Q, le acompañan una serie de personajes no menos oscuros, podríamos decir que procedentes del mundo del hampa, personajes dispuestos a todo por mantener su negocio y su estatus, y si Q pone el pelo de punta, Falconetti no se queda atrás, su pasado es espeluznante, su presente amenazador. Los modales fingidos de la Puri me han dado mucha grima, ninguno es mejor que el anterior y difícilmente se podrá empatizar con ellos.
Sin embargo, no nos encontramos ante una novela trepidante, si no más bien pausada, en la que se van sucediendo las cosas poco a poco sin perder intensidad, atrapando al lector entre sus líneas, tanto en la investigación de Grau, como en el devenir del escritor y su peculiar forma de escribir. Incluso el autor se permite poner una nota de color a través de la trama de ficción y de la fiesta magna valenciana las Fallas. Yo no vivo en Valencia y me he sorprendido recordando mi primera vez en las "Mascletás", y no he sido capaz de descubrir mi reacción, posiblemente porque era muy pequeña, mi padre es un gran amante de la pirotecnia y desde pequeña he asistido a espectáculos en los que el ruido, la luz y el color son los protagonistas.
Todo lo que me ha gustado la caracterización de los personajes, y esas pinceladas de la Valencia urbanística y tradicional con la que ha sido un placer encontrarme, me ha decepcionado la precipitación con la que he resuelto la trama principal, la que yo denomino real, no me hubiera importado leer veinte, treinta, o cuarenta páginas más, me he quedado con ganas de saber más de Q, de su amigo de la Policía Nacional, del negocio de la Puri, o del destino de Falconetti.
Demasiados cabos sueltos en una novela que se vende como la mejor novela negra del 2015, de ahí que siga defendiendo que vamos a reencontrarnos con Q, con Grau, y con algún personaje más. No vayáis a pensar que no me ha gustado la novela, porque la he disfrutado muchisimo, hasta ahora no había leído ninguna ambientada en un lugar que conociera, y es una delicia, además esas reflexiones sobre la profesión que en su día elegí y que he ejercido poco tiempo, me han hecho reafirmarme en la idea de que tomé en su día la decisión correcta.
Una novela que hay que leer si te gusta el género negro, en la que si eres de la terreta descubrirás muchos temas de actualidad, la corrupción política, la impunidad de los poderosos, el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, las luchas por mantener el poder en el negocio. Y un autor al que hay que seguirle la pista porque ha puesto el listón muy alto en su primera obra de ficción.
En esta deslumbrante novela negra, la poderosa voz de Juanjo Braulio, nos sumerge en una historia de muerte, codicia y falta de escrúpulos, dejando al lector sin aliento y con la sensación de haber leído una obra maestra.
La rama arranca con el hallazgo de un cadáver en un recodo del río Turia. El asesino parece recrear un antiguo ritual romano reservado a los reos culpables de parricidio. El crimen salpica a los poderosos de la sociedad valenciana, que pronto dejarán al descubierto el pantano silencioso, símbolo de la decadencia y la corrupción, sobre el que se alza la ciudad. La investigación se verá envuelta en este fango escondido y peligroso, desvelando oscuros episodios de nuestro pasado.
Lleno de referencias literarias, con ecos de Rafael Chirbes y guiños a Patricia Highsmith y Paul Auster, el adictivo debut literario de Juanjo Braulio lo tiene todo para convertirse en uno de los acontecimientos editoriales del año.
Datos tomados de la contraportada del libro
Mi Opinión Personal:
Es la segunda vez que tengo el privilegio de leer una novela antes de su publicación, y además he tenido el placer de compartir lectura en twitter con otras lectoras, y confieso que a pesar de que mi ritmo es mucho más lento que el suyo, me he hecho adicta a esas lecturas simultaneas, a ese comentar lo que me llama la atención y las respuestas dispares que puede causar.
El silencio del Pantano es una novela que atrapa desde el principio, comienza fuerte con un cadáver encontrado en el río Turia dentro de un saco, no tendría nada de especial si no compartiera habitáculo con un mono, una serpiente, un perro y un gallo, un castigo reservado en la Antigua Roma para los reos de parricidio. No hará falta avanzar mucho, para descubrir que lo que creíamos el principio de esta historia no es más que la tercera entrega de una serie negra que está escribiendo un periodista retirado, que firma con el seudónimo de Q.
Q del que exteriormente a penas conoceremos nada, es el verdadero protagonista de esta novela, un personaje oscuro, inquietante, con el que es difícil por no decir imposible empatizar, ni siquiera cuando nos habla de sus bloqueos creativos, o en mi caso cuando reflexiona sobre la profesión periodística, reconozco que compartimos muchas opiniones, cuanto menos similares. No me importaría encontrar a Q en otra entrega porque intuyo que a penas está explotado como personaje, y eso que en la vida real no me gustaría conocer a nadie como él.
El autor juega constantemente con las dos historias sin que nada las diferencie al inicio del capitulo, al principio puede causar un poco de confusión, pero esta dura poco, porque te sitúas conforme avanzas en la lectura y ninguna trama eclipsa a la otra, ambas son igual de interesantes. Aunque si me hacen elegir una, yo me quedó con la real, con la de Q, porque creo que puede dar todavía mucho más de sí.
Detrás de esta novela hay un gran trabajo de investigación, que en ningún momento abruma al lector y un gran conocimiento de la realidad política, social, económica y urbanística de Valencia en particular, pero que sería extrapolable a toda la Comunidad. Creo que Juanjo Braulio utiliza esta novela para denunciar la corrupción política que es la más visible, pero también aquella que está más escondida, percibo un hondo malestar del autor en el crecimiento urbanístico de la ciudad, muchas veces a conveniencia del político, o del pagamás de turno.
Pero también las corruptelas policiales, el mundo de la droga y sus pequeñas o grandes triquiñuelas, todo ello aderezado por una trama de ficción que hunde sus raíces en la Guerra Civil y el robo de bebes a presas republicanas, en la Transición, y en la Antigua Roma en la investigación de un crimen por parricidio, que el autor ha introducido de una forma más que original, y que me ha permitido conocer la poena cullei, o dicho en cristiano la pena del saco.
En esta trama de ficción el protagonista es David Grau, un brigada de la Guardia Civil, peculiar, inteligente, intuitivo, tenaz, que se gusta poco a sí mismo y no termina de ser valiente con su forma de ser. Quizás no sea muy original el planteamiento, pero a mi me ha conquistado el brigada. Pero si de verdad ha habido un personaje que me ha hecho sonreír, y ha puesto humor en este rosario de cadáveres es Manceñido, el superior de Grau, un hombre maduro, poco habituado a las nuevas tecnologías, muy autentico en su forma de hablar y de comportarse. Si la trama de ficción podríamos decir que se cierra bastante bien y tiene sus personajes definidos y bien dibujados. No sucede lo mismo con la real.
A Q, le acompañan una serie de personajes no menos oscuros, podríamos decir que procedentes del mundo del hampa, personajes dispuestos a todo por mantener su negocio y su estatus, y si Q pone el pelo de punta, Falconetti no se queda atrás, su pasado es espeluznante, su presente amenazador. Los modales fingidos de la Puri me han dado mucha grima, ninguno es mejor que el anterior y difícilmente se podrá empatizar con ellos.
Sin embargo, no nos encontramos ante una novela trepidante, si no más bien pausada, en la que se van sucediendo las cosas poco a poco sin perder intensidad, atrapando al lector entre sus líneas, tanto en la investigación de Grau, como en el devenir del escritor y su peculiar forma de escribir. Incluso el autor se permite poner una nota de color a través de la trama de ficción y de la fiesta magna valenciana las Fallas. Yo no vivo en Valencia y me he sorprendido recordando mi primera vez en las "Mascletás", y no he sido capaz de descubrir mi reacción, posiblemente porque era muy pequeña, mi padre es un gran amante de la pirotecnia y desde pequeña he asistido a espectáculos en los que el ruido, la luz y el color son los protagonistas.
Todo lo que me ha gustado la caracterización de los personajes, y esas pinceladas de la Valencia urbanística y tradicional con la que ha sido un placer encontrarme, me ha decepcionado la precipitación con la que he resuelto la trama principal, la que yo denomino real, no me hubiera importado leer veinte, treinta, o cuarenta páginas más, me he quedado con ganas de saber más de Q, de su amigo de la Policía Nacional, del negocio de la Puri, o del destino de Falconetti.
Demasiados cabos sueltos en una novela que se vende como la mejor novela negra del 2015, de ahí que siga defendiendo que vamos a reencontrarnos con Q, con Grau, y con algún personaje más. No vayáis a pensar que no me ha gustado la novela, porque la he disfrutado muchisimo, hasta ahora no había leído ninguna ambientada en un lugar que conociera, y es una delicia, además esas reflexiones sobre la profesión que en su día elegí y que he ejercido poco tiempo, me han hecho reafirmarme en la idea de que tomé en su día la decisión correcta.
Una novela que hay que leer si te gusta el género negro, en la que si eres de la terreta descubrirás muchos temas de actualidad, la corrupción política, la impunidad de los poderosos, el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, las luchas por mantener el poder en el negocio. Y un autor al que hay que seguirle la pista porque ha puesto el listón muy alto en su primera obra de ficción.
Pues aunque hace tiempo que no publicabas reseña,no has perdido tu maestría. Ya me atraía la novela,pero estaba esperando vuestras opiniones.Sigo convencida de que quiero leerla.
ResponderEliminarUn beso
Pues no hay más que hablar, de cabeza a mi lista. Besinos.
ResponderEliminarPues es una novela que no dejaré pasar si se cruza en mi camino.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tiene muy buena pinta la novela, espero verla pronto en los escaparates, con tu recomendación la leeré de buena gana.
ResponderEliminarBesos
P.D.: muy bonita la nueva cabecera, tienes buen gusto.
Volvemos a coincidir en nuestras impresiones. Una novela que he disfrutado, aunque el final también me ha parecido deba disco precipitado y abierto.
ResponderEliminarBesos.
Lo primero, me encanta la cabecera nueva. Si en Twitter queda chula, aquí queda preciosa. Y además antepones uno de mis libros pendientes al que le tengo muchas ganas, "Un millón de gotas".
ResponderEliminarEl silencio del pantano lo tengo también en esa lista. DE momento esta semana tengo que hincarle el diente a dos más, ayer comencé "Número Cero" de Umberto Eco y aún me queda un tercero para acabar la semana. (ME da a mí que el reto no lo consigo hajajajja).
No importa el ritmo que tenga cada uno para leer, o mejor dicho, el tiempo que tenga, que en tu caso es más eso, el tiempo. Lo realmente importante es disfrutar y aprender de la buena literatura.
Un besote.
Pues tiene muy buena pinta. ¡Qué suerte haber podido leerlo tan pronto! Seguro que lo tendré en cuenta como futura lectura.
ResponderEliminar¡Un beso!
He leído ya varias reseñas de la novela, y creo que puede gustarme, me atrae mucho, a ver si me hago con ella!
ResponderEliminarBesos
Me gusta el nuevo look del blog! Sobre la reseña... sigo sin decidirme, entre lo del comienzo lioso y el final abierto y su parecido inicial con la de rebeca... pues eso que no se que haré.
ResponderEliminarUn beso
He pasado ya por varias reseñas de esta novela. Lo que comentas en la tuya se une a lo que ya leí en las demás. Por tanto, título anotado. ¡Saludos!
ResponderEliminarEstoy participando en un sorteo, ¡a ver si me toca!, jeje.
ResponderEliminarbsos!
Por los que cuentas pinta bien. Empiezo a aficionarme al género y tal vez este título podría ser idóneo para seguir explorándolo. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarPor cierto Carmina, te invito a participar en la lectura conjunta que Tamara ha organizado de mi libro para el mes que viene. Me haría mucha ilusión que te unieras:
http://chica-sombra.blogspot.com.es/2015/09/sorteo-lectura-conjunta-al-otro-lado.html
Un beso ;)
A ti te ha conquistado y a mi también. Grau es magnífico. Como he dicho por ahí, si sus novelas fueran reales yo la leería sin duda. Besos
ResponderEliminarPor lo que veo hemos coincidido en todo.
ResponderEliminarPor cierto, no sé si hace mucho que cambiaste la cabecera del blog, pero yo me he dado cuenta ahora y me gusta :*
Pues es una de las novedades de septiembre que tengo en el punto de mira. A ver si tengo ocasión de leerla pronto.
ResponderEliminarBesos
Coincido con bastantes cosas en tu opinión, no queda todo lo cerrada que me gustaría, y aunque está bien hilada y documentada, no es trepidante ni tampoco la novela negra del año. Un besote!
ResponderEliminarMe apetece leerlo, me gusta la temática y por lo que decís creo que es una lectura entretenida =)
ResponderEliminarBesotes
Me apetece y no me apetece porque eso de que el final sea abierto me suele cabrear bastante,mal re todo,mis la,continuación aun no esta escrita. Seguramente esperare para ver si hay segunda parte para evitar ese final abierto.
ResponderEliminarExcelente reseña.
Bs.