Con esta novela he descubierto la prosa de Teresa Viejo, a pesar de saber que no es su primera novela y tener en casa su opera prima, pero ya conocéis el mal ese que aqueja a los lectores compulsivos, que compran con mucha ilusión una novela, esperando devorarla cuanto antes y termina languideciendo en la estantería desbancada por otras que llegan después. Para arrepentirte justo el día que vuelves a posar los ojos sobre ella y al leer las primeras líneas o capitulo, o incluso atreverte con todo el libro pensar, pero porque he dejado pasar tanto tiempo.
Cuando vi que Teresa Viejo había vuelto a publicar, decidí que era el momento de iniciarme con ella, podría haber recurrido a mi estantería, pero no, desee lo que acababa de publicar, sobre todo intuyendo en Alma Gamboa uno de esos personajes femeninos que tanto me gustan y atraída por el periodo histórico en el que se ambienta, la posguerra española con todas sus penurias, restricciones...
No me equivoqué con el libro, ni con la autora cuya prosa me pareció exquisita, pero por razones personales este libro y otros muchos han tenido que esperar a ser reseñados y aprovecho que muchos estaréis pensando ya en los regalos navideños, para dejaros mi opinión por si decidís regalarlo, creo poder afirmar que acertaréis de lleno.
La autora:
Teresa Viejo es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, donde también cursó estudios de Sociología. A lo largo de su carrera ha conducido toda suerte de programas en TVE, Antena 3, Canal 9, CMTV, entre ellos Saber Vivir, 7 Dias 7 Noches o Tal como somos.
Comunicadora habitual en la radio, fue la primera mujer encargada e dirigir un programa matinal (Radio España). En la actualidad dirige en RNE, La Observadora, sábados y domingos. Asumir la dirección de Interviú supuso un revulsivo en los medios de comunicación al convertirse en la primera mujer al frente de una revista de información general, donde mantiene un articulo semanal.
Colaboradora habitual en presa (The Objective) es autora de tres exitosos ensayos (Hombres, modo de empleo; Pareja, fecha de caducidad; Cómo ser mujer y trabajar con hombres) y dos novelas (La memoria del agua, traducida a 4 idiomas y adaptada por TVE en una miniserie; y Que el tiempo nos encuentre).
Es embajadora de Buena Volundad de Unicef desde 2001.
La puedes encontrar en:
Twiter: @TeresaViejo
Facebook: www.facebook.com/TeresaViejo
Sinopsis:
Empezar de nuevo. Inventarse. Tratar de borrar el trazo que lástima, antes de descubrir espantada que no está dibujado con lápiz sino con tinta indeleble. Subirse a un tren y susurrar bajito al compás del traqueteo: "Sácame de aquí".
"Sácame de aquí": esa es la frase que retumba desde la cabeza al corazón de Alma Gamboa Monteserín, una mujer a la fuga a la que nadie persigue. Es el invierno de 1946 y Alma viaja a la casa de sus antepasados donde, en vez de la paz que tanto necesita, le espera, ineludible, una revelación transcendental.
En el paisaje encuentra una lluvia que no cesa. En ese enigma que es su vida, pronto descubre la fotografía de una joven sin nombre, las ruinas de una mansión devorada por el fuego y un libro misterioso. Nada de eso borra la huella de un amor devastador.
Una heroína tan imperfecta como irresistible que suscitará la complicidad de los lectores. Una novela tan potente, turbadora e hipnótica como un estado de ánimo.
Mis impresiones:
Me gusta descubrir las bambalinas de una novela, aquello que llevó a un autor a ambientar la novela en una determinada época, un determinado lugar, o incluso que historia real le obsesionó de tal forma que le llevó a crear una ficción para dar respuesta a sus preguntas.
Sin embargo, esta novela es fruto de la imaginación de su autora, incluso el enclave en el que se desarrolla la mayor parte de la acción es ficticio, una región inventada, Malpaís, bañada por el mar Cantábrico, en el que la persistente lluvia es una característica que tiñe las páginas de esta historia y que a mi irremediablemente me ha hecho pensar en Mientras Leo y su pertinaz espera para ver salir el sol en Invernalia, otra región inventada o rebautizada.
Teresa Viejo hace gala de una prosa cuidada, rica en vocabulario y excesiva en muchas ocasiones, porque si bien el lenguaje utilizado por el narrador omnisciente se adecua bien a su prosa casi poética, resulta un poco forzado en algunos diálogos, sin embargo, el buen hacer de la autora y sobre todo los personajes tan bien dibujados hacen que algo que a simple vista podría chirriar quede bien integrado en la novela y está se disfrute e incluso se devore.
La protagonista absoluta de esta novela es Alma Gamboa Monteserín, hija única de un matrimonio aburguesado que se instaló en Madrid, donde abrió una Farmacia que ha sido el sustento de la familia. Alma es una mujer moderna, que no se ha replegado al papel reservado a la mujer en su época, es de las pocas que ha estudiado, y a la muerte de su padre se hace cargo de la botica. Sin embargo, desde que la guerra civil se llevó a su padre pocas han sido las alegrías con las que ha contado.
La relación con su madre que nunca ha sido demasiado estrecha se complica por momentos, la hostilidad que en ocasiones despliega hacia ella la descolocan, y ella lo achaca al dolor que la lacera porque su marido lo era todo para ella. Poco sabe Alma de su familia, tan sólo unos pocos retazos, y fotos que se guardan en casa, en las que ella se refugia. Mientras su madre se va dejando ir poco a poco en una clínica, Alma se entrega a una historia de amor idílica, enfermiza que termina sumiéndola en la culpa y la desesperación y la obliga a una huida hacia adelante.
A la muerte de su madre y con más preguntas que respuestas, en ese afán por huir, y reinventarse acepta la invitación del único familiar que le queda, la tia Eunice, y se traslada a la tierra de su madre, esa que ella siempre adoró y que nunca visitaron. Lo que se suponía iba a ser una cura para su alma, un remanso de paz y tranquilidad, pronto se torna en una fuente de preocupaciones, en la que los secretos que rodean a la familia y los silencios de las personas que los conocen, la incitan a investigar, a querer saber, a entender el porqué de sueños truncados.
Pero esta es una novela coral, con muchos personajes, unos del presente y otros de ese pasado que Alma desconoce y que se va filtrando ante ella como piezas de un pequeño puzle que se verá obligada a recomponer y entre esos personajes encontramos a Refugio, una criada metomentodo, guardiana de los secretos familiares que la ve como una intrusa, como alguien que ha venido a remover lo oculto y que amenaza con alterar la paz de La Constante, la casona familiar. O la tía Eunice que no juega del todo limpio, que después de invitar a su sobrina se arrepiente, y no está para recibirla, que no responde a ninguna de sus preguntas. O Gabriel ese niño con una enfermedad rara, que parece que nadie atiende como es debido, y que ella se empeñara en sacar de su aislamiento.
O los tres hermanos de su madre, Ventura, Benigno y Fabián, tres hombres marcados por el amor a una mujer venida de Cuba, Cecile, una mujer que murió en trágicas circunstancias en una casa en ruinas cerca de La Constante, a la que descubre por un retrato familiar y a través de un misterioso libro que llega a ella de una forma un tanto extraña.
Como habréis podido intuir pasado y presente se entremezclan en las páginas de esta novela, y no precisamente de forma lineal, la autora demuestra haberse documentado e introduce de forma natural los rituales de santería provenientes del otro lado del charco y el espiritismo tan de moda en los años 40 en España, todo ello mezclado con metaliteratura porque el libro que encuentra por casualidad Alma es muy importante en la resolución de la trama.
Teresa Viejo crea unos personajes bien delineados en lo físico y en lo psíquico, personajes con los que es fácil empatizar, para bien o para mal, nos podemos meter en sus zapatos, hacernos eco de su desesperación, de sus alegrías, de sus temores y todo ello a través de cartas, o del propio libro y en menor medida por los recuerdos de Eunice, Refugio y otro personal
El misterio pues está servido en una familia en la que nada parece normal, en la que los odios, los celos, y el resentimiento son una constante, en la que Alma parece una pieza desubicada y mantenida al margen con el beneplácito de todos, y en la que los guardianes de los secretos no parecen dispuestos a soltar prenda, por más que la chica tire del hilo.
En La Constante le acechan los peligros, sobre todo en forma de esa pertinaz lluvia que se empeña en enfermarla y todo en La Providencia la embruja, y la empuja hacía sus ruinas. Ante la tozudez de Eunice y el silencio de Refugio, Alma encuentra ayuda en un personaje peculiar, un médico que pretende curar sus pulmones y también su alma, y quizás sea este junto con su mujer los personajes que más me han llamado la atención, aunque son los menos oscuros y misteriosos.
A pesar de desarrollarse la historia en un lugar inventado por la autora, las descripciones son tan detalladas que te da la impresión de acompañar a Alma en las incursiones a La Providencia, en sus paseos por los alrededores de la casona, en su deambular por La Constante, y lo mismo sucede con los episodios que se desarrollan en Madrid, Teresa Viejo pone un cuidado tan exquisito en la ambientación como en los personajes, logrando que la historia fluya, incluso más rápido de lo que sería lógico por el tipo de lenguaje y vocabulario del que hace gala.
No será la última novela que leeré de la autora, que me ha conquistado con su buen hacer con esa historia de secretos familiares y con la huida de una mujer a la que perseguían unos fantasmas que no existían, si quieres saber que esconden los Monteserín te tendrás que sumergir entre las páginas de Mientras Llueva, si quieres saber de que huye Alma tendrás que dejarte atrapar por su pasado y por su presente, para así participar de un futuro que a mi al menos me ha parecido un tanto previsible pero con un giro más que sorprendente, porque si algo caracteriza la trama de esta novela son los constantes giros que consiguen mantenerte pegada a sus páginas hasta el final.
Conclusión:
Si has llegado hasta aquí no dudarás de que te recomiendo la lectura, sobre todo porque la época en la que se desarrolla la novela no tiene un peso demasiado especifico en ella, más bien es el pasado el que pesa en Malpaís y en La Constante, la culpa y los remordimientos quienes empujan a sus moradores a actuar de una determinada manera.
Los recursos de los que se vale Teresa para introducir ese pasado misterioso y a la vez doloroso casi siempre son testimonios escritos, hay un pacto de silencio en la región, como si los asuntos de los Monteserín fueran tabús y Alma una intrusa sin derecho a remover el pasado.
Y en medio de todo ello una fina línea que separa la cordura y la locura y que Alma cree traspasar a diario, tanto que no consigue el propósito por el que dejó Madrid y su farmacia en manos de un amigo, recuperarse, olvidar, reparar el corazón dañado. Un viaje de unos pocos días se alarga meses, por una neumonía, y por el interés de Alma de descubrir quién és.
Te animo a descubrir quién es Alma, que esconde el hermetismo de Eunice, y la acritud de Refugio, te invito a un mundo exótico que a penas se puede entrever, e imaginar, a sesiones de santería y de espiritismo y cómo no de hipnotismo, todo en las pocas páginas de una historia que te conquistará desde muchos frentes.
Me gusta descubrir las bambalinas de una novela, aquello que llevó a un autor a ambientar la novela en una determinada época, un determinado lugar, o incluso que historia real le obsesionó de tal forma que le llevó a crear una ficción para dar respuesta a sus preguntas.
Sin embargo, esta novela es fruto de la imaginación de su autora, incluso el enclave en el que se desarrolla la mayor parte de la acción es ficticio, una región inventada, Malpaís, bañada por el mar Cantábrico, en el que la persistente lluvia es una característica que tiñe las páginas de esta historia y que a mi irremediablemente me ha hecho pensar en Mientras Leo y su pertinaz espera para ver salir el sol en Invernalia, otra región inventada o rebautizada.
Teresa Viejo hace gala de una prosa cuidada, rica en vocabulario y excesiva en muchas ocasiones, porque si bien el lenguaje utilizado por el narrador omnisciente se adecua bien a su prosa casi poética, resulta un poco forzado en algunos diálogos, sin embargo, el buen hacer de la autora y sobre todo los personajes tan bien dibujados hacen que algo que a simple vista podría chirriar quede bien integrado en la novela y está se disfrute e incluso se devore.
La protagonista absoluta de esta novela es Alma Gamboa Monteserín, hija única de un matrimonio aburguesado que se instaló en Madrid, donde abrió una Farmacia que ha sido el sustento de la familia. Alma es una mujer moderna, que no se ha replegado al papel reservado a la mujer en su época, es de las pocas que ha estudiado, y a la muerte de su padre se hace cargo de la botica. Sin embargo, desde que la guerra civil se llevó a su padre pocas han sido las alegrías con las que ha contado.
La relación con su madre que nunca ha sido demasiado estrecha se complica por momentos, la hostilidad que en ocasiones despliega hacia ella la descolocan, y ella lo achaca al dolor que la lacera porque su marido lo era todo para ella. Poco sabe Alma de su familia, tan sólo unos pocos retazos, y fotos que se guardan en casa, en las que ella se refugia. Mientras su madre se va dejando ir poco a poco en una clínica, Alma se entrega a una historia de amor idílica, enfermiza que termina sumiéndola en la culpa y la desesperación y la obliga a una huida hacia adelante.
A la muerte de su madre y con más preguntas que respuestas, en ese afán por huir, y reinventarse acepta la invitación del único familiar que le queda, la tia Eunice, y se traslada a la tierra de su madre, esa que ella siempre adoró y que nunca visitaron. Lo que se suponía iba a ser una cura para su alma, un remanso de paz y tranquilidad, pronto se torna en una fuente de preocupaciones, en la que los secretos que rodean a la familia y los silencios de las personas que los conocen, la incitan a investigar, a querer saber, a entender el porqué de sueños truncados.
Pero esta es una novela coral, con muchos personajes, unos del presente y otros de ese pasado que Alma desconoce y que se va filtrando ante ella como piezas de un pequeño puzle que se verá obligada a recomponer y entre esos personajes encontramos a Refugio, una criada metomentodo, guardiana de los secretos familiares que la ve como una intrusa, como alguien que ha venido a remover lo oculto y que amenaza con alterar la paz de La Constante, la casona familiar. O la tía Eunice que no juega del todo limpio, que después de invitar a su sobrina se arrepiente, y no está para recibirla, que no responde a ninguna de sus preguntas. O Gabriel ese niño con una enfermedad rara, que parece que nadie atiende como es debido, y que ella se empeñara en sacar de su aislamiento.
O los tres hermanos de su madre, Ventura, Benigno y Fabián, tres hombres marcados por el amor a una mujer venida de Cuba, Cecile, una mujer que murió en trágicas circunstancias en una casa en ruinas cerca de La Constante, a la que descubre por un retrato familiar y a través de un misterioso libro que llega a ella de una forma un tanto extraña.
Como habréis podido intuir pasado y presente se entremezclan en las páginas de esta novela, y no precisamente de forma lineal, la autora demuestra haberse documentado e introduce de forma natural los rituales de santería provenientes del otro lado del charco y el espiritismo tan de moda en los años 40 en España, todo ello mezclado con metaliteratura porque el libro que encuentra por casualidad Alma es muy importante en la resolución de la trama.
Teresa Viejo crea unos personajes bien delineados en lo físico y en lo psíquico, personajes con los que es fácil empatizar, para bien o para mal, nos podemos meter en sus zapatos, hacernos eco de su desesperación, de sus alegrías, de sus temores y todo ello a través de cartas, o del propio libro y en menor medida por los recuerdos de Eunice, Refugio y otro personal
El misterio pues está servido en una familia en la que nada parece normal, en la que los odios, los celos, y el resentimiento son una constante, en la que Alma parece una pieza desubicada y mantenida al margen con el beneplácito de todos, y en la que los guardianes de los secretos no parecen dispuestos a soltar prenda, por más que la chica tire del hilo.
En La Constante le acechan los peligros, sobre todo en forma de esa pertinaz lluvia que se empeña en enfermarla y todo en La Providencia la embruja, y la empuja hacía sus ruinas. Ante la tozudez de Eunice y el silencio de Refugio, Alma encuentra ayuda en un personaje peculiar, un médico que pretende curar sus pulmones y también su alma, y quizás sea este junto con su mujer los personajes que más me han llamado la atención, aunque son los menos oscuros y misteriosos.
A pesar de desarrollarse la historia en un lugar inventado por la autora, las descripciones son tan detalladas que te da la impresión de acompañar a Alma en las incursiones a La Providencia, en sus paseos por los alrededores de la casona, en su deambular por La Constante, y lo mismo sucede con los episodios que se desarrollan en Madrid, Teresa Viejo pone un cuidado tan exquisito en la ambientación como en los personajes, logrando que la historia fluya, incluso más rápido de lo que sería lógico por el tipo de lenguaje y vocabulario del que hace gala.
No será la última novela que leeré de la autora, que me ha conquistado con su buen hacer con esa historia de secretos familiares y con la huida de una mujer a la que perseguían unos fantasmas que no existían, si quieres saber que esconden los Monteserín te tendrás que sumergir entre las páginas de Mientras Llueva, si quieres saber de que huye Alma tendrás que dejarte atrapar por su pasado y por su presente, para así participar de un futuro que a mi al menos me ha parecido un tanto previsible pero con un giro más que sorprendente, porque si algo caracteriza la trama de esta novela son los constantes giros que consiguen mantenerte pegada a sus páginas hasta el final.
Conclusión:
Si has llegado hasta aquí no dudarás de que te recomiendo la lectura, sobre todo porque la época en la que se desarrolla la novela no tiene un peso demasiado especifico en ella, más bien es el pasado el que pesa en Malpaís y en La Constante, la culpa y los remordimientos quienes empujan a sus moradores a actuar de una determinada manera.
Los recursos de los que se vale Teresa para introducir ese pasado misterioso y a la vez doloroso casi siempre son testimonios escritos, hay un pacto de silencio en la región, como si los asuntos de los Monteserín fueran tabús y Alma una intrusa sin derecho a remover el pasado.
Y en medio de todo ello una fina línea que separa la cordura y la locura y que Alma cree traspasar a diario, tanto que no consigue el propósito por el que dejó Madrid y su farmacia en manos de un amigo, recuperarse, olvidar, reparar el corazón dañado. Un viaje de unos pocos días se alarga meses, por una neumonía, y por el interés de Alma de descubrir quién és.
Te animo a descubrir quién es Alma, que esconde el hermetismo de Eunice, y la acritud de Refugio, te invito a un mundo exótico que a penas se puede entrever, e imaginar, a sesiones de santería y de espiritismo y cómo no de hipnotismo, todo en las pocas páginas de una historia que te conquistará desde muchos frentes.
La verdad es que tiene muy buena pinta este libro.
ResponderEliminarUn beso :)
No he leído nada de esta autora, tengo el anterior sin tocar... Un beso
ResponderEliminarLa pienso leer en breve, porque a menudo me sucede como a ti, que los libros se me van acumulando en la estantería y luego me da coraje perderme historias como las que nos has resumido.
ResponderEliminarUn beso.
Este libro lo tengo en mente leer desde hace tiempo... la sinopsis y esa portada me llamaban mucho.... es la primera reseña que leo, y veo que tengo que leerlo sin duda
ResponderEliminarBesos
Muy buena reseña!
ResponderEliminarLo de acumular libros en la estantería sin leer me suena de algo... Y muy bien pinta esta novela. La voy a tener muy en cuenta.
ResponderEliminarBesotes!!
Hola guapa!
ResponderEliminarLo tengo pendiente por leer y lo cierto es que lo adquirí con un poquito de miedo, pues no sabía si me iba a gustar, pero ahora después de leer tu reseña creo que ha sido un acierto hacerme con él. Besotes
Pues tiene muy buena pinta! Leí su primer libro y me gustó así que éste no lo descarto.
ResponderEliminarBesos
Me alegro que te haya gustado. Yo también la disfruté un montón. Supo engancharme la autora y también me gustará seguir leyéndola. Besos.
ResponderEliminarPues creo que no me animo con él...
ResponderEliminarBesotes
Hace tiempo leí la memoria del agua u me gusto bastante pero no he vuelto a leer nada mas. Igual me animo con esta. Besinos.
ResponderEliminarCon tu primer párrafo me has definido estupendamente ;)
ResponderEliminarMe apetece a mí tb leerlo. Me ha encantado tu reseña, el argumento tiene pintaza.
Me alegro que ya estés más por aquí ;)
Besotes
Comencé a leerla y por otras obligaciones lo dejé aparcado con todo el dolor de mi corazón, hasta las primeras 150 páginas estaba disfrutando como un enano de la ambientación de la novela y la forma de Teresa
ResponderEliminarNo he dudado nada de nada del empujón que me has dado para que finalmente me anime con esta mujer
ResponderEliminarBesos
¿A quién no se le acumulan libros en la estantería?. En mi caso este es uno de ellos. El libro anterior de la autora y por lo que he leído en tu reseña me parece que este lleva al mismo camino. Tiempo, eso es lo que necesitamos para que no se nos acumulen los libros y yo voy a ver si logro sacar el suficiente para leer esa novela. Besos.
ResponderEliminarAun no he leído nada de esta autora, no se... lo mismo es que no no me cae muy bien, pero si algún día veo alguna de sus novelas en la biblioteca igual me animo a leerla, pero para comprarme una de sus novelas aun no estoy preparado.
ResponderEliminarBesos