Creo
que ya es hora de empezar a opinar sobre los libros de mi maratón
veraniega, y es que por circunstancias
varias, agosto fue un gran mes y disfrute de lecturas bastante surtidas, aunque
haciendo un recuento me doy cuenta que me incliné hacía el género negro o de
intriga más de lo que me imaginaba.
Echando
la vista atrás me doy cuenta de que mis gustos literarios han pasado por varias
etapas, de jovencita y hasta los veintitantos tuve la fiebre de los clásicos,
me sentía una rara avis porque no solo me leía los que me imponían los
profesores, si no que yo buscaba aquellos que me llamaban la atención y la
verdad es que me restó horas de estudio en dos asignaturas, literatura e
historia.
Después
vinieron la novela negra y a la par las novelas de abogados, con John Grisham a
la cabeza, idilio que se rompió hace algunos años cuando una lectura se me
atragantó tanto que tardé seis meses en
terminarla, seis largos meses en los que me obligue a no coger otro libro, y de
los que terminé tan asqueada que me hice el firme propósito de no terminar
todas las novelas, aquella que se me atascara sería irremediablemente
abandonada.
La
novela que hizo trizas ese idilio fue El proyecto Williamson y a pesar de haber
leído libros de otros autores los relegue a todos al ostracismo. Hace tres años
se convocó el Premio Novela de Abogados, y asistí a su nacimiento con mucha
apatía, sin embargo en su segunda edición logró despertar mi interés, aún así
no me he acercado a ningún ganador hasta la tercera edición.
Oí hablar de El bufete en el programa
radiofónico La ventana, entonces
conducido por Gemma Nierga, aunque no soy una radioyente empedernida, me gusta
llevarla encendida cuando conduzco,
había una sección que se hacía desde la prisión con contertulios recluidos allí
y la verdad que me parecía de lo más interesante. Todos habían leído este libro
y lo que comentaron me llamó tanto la atención que supe que estaría entre mis
lecturas, más pronto que tarde.
Para
acelerar los trámites lo incluí en mi maratón de lectura veraniega y fue la
primera lectura que disfruté y he de reconocer que me ha reconciliado con el
subgénero, aunque no sé muy bien si eso incluye al archiconocido John Grisham.
El
autor
Borja Martínez
– Echevarría nació en 1975 en Madrid. Se licenció en Derecho en la Complutense
de Madrid pero ha ejercido siempre como periodista.
Tras
una primera etapa en Expansión Tv, donde llegó a ser el corresponsal en la
Bolsa y presentó el programa Abogados, pasó al diario Expansión para encargarse
de la información sobre despachos de abogados. Allí formó parte del equipo
fundacional del suplemento “Jurídico”. También ha trabajado para El
Confidencial, el semanario Alba y el diario Negocio.
En la
actualidad dirige y presenta el programa Abogados en Gestiona Radio y es socio
de Pérez + Partners, donde realiza labores de asesoramiento estratégico a
firmas de abogados. Su conocimiento y capacidad de análisis sobre el
funcionamiento del opaco mundo de los bufetes lo han convertido en una
referencia dentro de la información jurídica.
En su
primera novela, Martínez Echevarría conocido como Borja Mec en el mundo de los
bufetes, nos descubre los entresijos del trabajo en un despacho de abogados
especializado en el mundo de los negocios.
Argumento
Alberto
Spínola, es un joven ambicioso y brillante, terminados sus estudios de Derecho
y con un máster de Derecho Internacional bajo el brazo es contratado por Kline
& Burbridge, un prestigioso bufete internacional que opera en España. Un
golpe de suerte lo bendice y su vida da un vuelco en el que el dinero, el poder
y privilegios llaman a su puerta. Su camino se cruza con el de Berta una
periodista especializada en información sobre bufetes de abogados que es la
pesadilla de los profesionales del ramo. Trabaja en diario económico Financiero
y se está haciendo un hueco en el sector gracias a sus exclusivas y las formas
poco ortodoxas de conseguirlas.
Inesperadamente
Alberto se encuentra metido en una gran operación, el lanzamiento de una opa
hostil sobre la petrolera más grande España pone a prueba sus conocimientos,
pero también su moral, porque la línea que separa lo lícito de lo ilícito se
traspasa en un momento dado y las consecuencias de este inesperado cruce hacía
el delito le hará plantearse su futuro…
Impresiones
A
simple vista no estaríamos muy lejos del estilo de John Grisham, en la novela
se mezcla el dinero, la corrupción, el poder, la ambición y como no la intriga.
El hecho de que el autor trabaje como periodista le da mucha veracidad al
personaje de Berta, por ser el ambiente en el que él se mueve a diario. Por
otra parte sus conocimientos del derecho le sirven para presentarnos de forma
amena y sobre todo didáctica temas y términos que resultan incompresibles de otra forma para los neófitos.
Que la acción transcurra en España, aunque dentro de una firma
extranjera también le aporta mucho atractivo, porque parece que en este país no
ocurra nada interesante sin embargo no tiene porque ser diferente a otros donde la
literatura en la que los abogados y los bufetes son los protagonistas tiene un
mayor arraigo.
Hay otro factor que ha hecho mis delicias y es que es posible ver como se trabaja por dentro en un periódico, como una exclusiva para maquinas para cambiar una primera página. Lo efímero de las noticias en la prensa escrita es patente en las páginas de este libro, hay información que pierde relevancia incluso antes de ver la luz, desplazada por otra noticia de mayor interés. Como periodista el ver reflejado este mundo y el frenesí de un rotativo me ha gustado y me ha mantenido atrapada entre sus líneas.
Los
personajes tienen un peso específico, están dibujados con mimo tanto los
principales como los secundarios, y algunos con tanto esmero que traspasan por
momentos el papel, es imposible no sentir simpatía o antipatía por ellos, lo
que sí es seguro que no nos serán indiferentes. No nos encontramos ante
personajes planos, sino que están en constante evolución, puedes empatizar con
uno al principio de la novela y terminar odiándolo, y al contrario puedes cogerle
tirria a un personaje y terminar comprendiendo su forma de actuar.
Personajes
Cómo ya
he comentado a mí me parece uno de los puntos fuertes de la novela y además un
acierto.
Alberto
Spínola: Un joven brillante, ambicioso, y preparado, pero como las primeras
impresiones son las que cuentan aparenta ser un repelente, estirado. Esa es la
sensación que el lector si es de género femenino comparte con Berta. Después de
pasar tantos años preparándose cualquier trabajo no es bueno para él, sueña con
un bufete grande y de prestigio. Su currículo le abre las puertas, su
arrogancia y su descaro le proporcionan unas condiciones ventajosas y un lugar
privilegiado para un pasante de primer año. Eso le granjeará más enemigos que
amigos, sin embargo contará con la fiel compañía de un compañero de bufete. El
orgullo se le transformará en humildad cuando su ética está en entredicho y la
fina línea que separa la legalidad de la ilegalidad es traspasada en la
operación en la que participa.
Berta:
Una chica de pueblo que recala en la capital, echa de menos a su padre pero le
apasiona el mundo del periodismo donde se ha especializado en información sobre
bufetes de abogados al tiempo que se ha convertido en la pesadilla de muchos de
ellos. Cuando encuentra un hilo tira de él y no para hasta hacerse con la
exclusiva. Bien considerada en el periódico y con una red de informadores bien
surtida, no sale bien parada de su primer encuentro con Alberto, sin embargo
ambos unirán sus fuerzas en un momento dado.
Cristóbal:
El único compañero de bufete que desde el primer momento está al lado de
Alberto, está hecho de otra pasta, no ansía convertirse en socio de la firma, y
por lo tanto no siente celos ni envidias, sólo sabe que le conviene estar cerca
de Alberto y no duda en ayudarlo aún poniendo en peligro su trabajo cuando este
descubre un asunto ilegal.
Nicolás
Verde: Podríamos decir que es el verdadero protagonista de esta novela. Es un
socio del Kline & Burbridge, uno de los más antiguos y de los que más
honorarios gana y hace ganar a la firma, sus minutas son astronómicas. Se
encuentra de sabático cuando recibe una llamada que le hace volver a Madrid,
algo gordo se mueve y le piden que sea él quien mueva los hilos. Todo irá sobre
ruedas hasta que los imprevistos empiezan a arruinar la operación y la única
salida que queda no es precisamente muy lícita. En ese momento es cuando se
replantea el motivo por el que se hizo abogado y se derrumba.
Mateo
Blasco: Es de los malos malísimos, un personaje sin moral ni remordimientos,
que hace de la máxima el fin justifica los medios, su bandera. Y de esta forma
teje una red paralela al trabajo de los abogados para que la Opa tenga éxito,
sólo que la legalidad queda al margen y todo vale, incluso asesinar a inocentes.
No son
los únicos personajes, pero si los de más relevancia y peso, aquellos a los que
se les ve evolucionar, sentir y vivir, y los que hacen que la lectura de la
novela valga la pena.
Estilo
No es
fácil abordar el complejo mundo de las Opas hostiles y exponerlo de forma que
la novela no quede llena de tecnicismo y con ello se haga tediosa la lectura y
la novela entre en un punto muerto.
Borja consigue que la información y las explicaciones queden bien
ligadas dentro de la novela, que constituyan una parte más del todo y no un
añadido.
Dosifica
bien la intriga, y aunque es muy difícil no encontrarle un cierto parecido a
John Grisham a mí la experiencia me ha valido la pena, la he disfrutado, he
sentido de cerca la acción con los personajes, me he planteado que hubiera
hecho yo en su lugar, si hubiera sido capaz de arriesgar o bien hubiera cerrado
los ojos y hubiera dejado que se salieran con la suya.
La
novela va de menos a más, al principio nos presenta a los personajes, y los sitúa
dentro del contexto, para luego plantear la acción e ir desarrollándola
obteniendo su clímax casi al final en el que el lector está casi al borde la
taquicardia, igual que los personajes. Y es que al menos en mi caso la empatía
con Berta ha sido total, me he visto tantas veces reflejada en ella, que he
recordado porque estudie periodismo y también porque al final abandoné su
práctica.
Conclusión
Una
novela ágil, dinámica en la que el dialogo tiene un peso importante y la
intriga está bien dosificada. La ausencia de tecnicismos la hace llevadera y
permite centrarse más en la trama de acción que en la legal.
Los
personajes constituyen uno de los aciertos de El bufete, sobre todo porque es
difícil que le resulten indiferentes al lector, o se les aprecia o se les odia
no hay medias tintas, al menos en el caso de los protagonistas.
Si eres
fan de John Grisham seguro que esta novela te gusta, si como a mí un día te
defraudó y abandonaste el género, descubrirás que hay buena literatura más allá
del americano, escrita por autores españoles y desarrollada en España.
No
descarto leer los otros galardonados en las ediciones anteriores, y sobre todo estaré muy pendiente de Borja
Martínez-Echevarría si en su primera incursión en el mundo literario ha logrado
crear una novela de calidad habrá que seguirle la pista.
¿Y vosotros
la habéis leído?
Hace tiempo he comprado "La confesión" de Grisham, pero todavía no la he leído. Una de esas compras por impulso que termina quedándose olvidada en la estantería. ¡Gracias por descubrírme a un nuevo autor!
ResponderEliminarDe Grisham no he leído nada, así que no puedo opinar. Pero con este libro, que no conocía, me has convencido. Así que me parece que antes de probar con el americano, lo voy a hacer con este autor.
ResponderEliminarBesotes!!!
Estimada autora,
ResponderEliminarMil gracias por la crítica tan generosa!!!
Me alegra que te haya gustado la novela.
Yo también tuve una época de desencuentro con Grisham a raíz de El proyecto Williamson...pero volví a leer Legítima Defensa y El socio y nos reconciliamos.
El 8 de noviembre publican en España Los Litigadores. Estaré atento.
Terminé hace poco La confesión y, sin ser el mejor, es Grisham volviendo a sus raíces.
Bueno...que muchas gracias por haber leído El Bufete.
Por cierto, presento la novela el martes 16 de octubre a las 20.00 en el Colegio de Abogados de Madrid (C/ Serrano 9) ¡Estás invitadísima!
Enhorabuena por el blog.
Un saludo
Borja Mec
Parece que aunque trata un tema tedioso para mí, lo ha hecho de forma ágil y dinámica. Si la veo por ahí la tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesos
A mí me gustan mucho las novelas de abogado y he leído unas cuantas de este estilo; por supuesto, también algunas de Grisham aunque (por lo visto, afortunadamente) no he leído El proyecto WIlliamson.
ResponderEliminarHabrá que tener en cuenta ésta que tanto te ha gustado.
Besos
No he leído nada de Grisham ni tampoco novelas de abogados, no conocía ni este libro que nos presentas hoy ni a su autor, pero este género no termina de llamarme. Aun así, me alegro de que te haya gustado y te haya ayudado a reconciliarte con el género. Muchos besos.
ResponderEliminarPues no, no lo he leído y, la verdad es que no lo conocía. No pinta nada mal- Parece una amena lectura.
ResponderEliminarBesos,
Esa maratón a la que al final no me animé a apuntarme. Y menos mal, porque agosto siempre suele ser mi mes menos productivo...
ResponderEliminarTiene buena pinta, no lo descarto. Un beso.
ResponderEliminarHe leído varios títulos de Grisham, y no he podido evitar recordarlos según iba leyendo tu reseña, pero dejando aparte a Grisham, lo importante es que la novela de Borja Mec, te ha gustado y lo que transmites desde luego ha despertado mi interés.
ResponderEliminarUn beso
Carmina por tu reseña el libro me ha interesado bastante. No he leído nada de Grisham pero por lo que cuentas éste parece merecer la pena.
ResponderEliminarBesos!!