" Nunca leo sin antes estar segura de que me hallo en posición estable. Conservo esta costumbre desde que tenía siete años, cuando, sentada sobre un muro alto leyendo Los niños del agua, tan cautivada me tenía la descripción de la vida submarina que inconscientemente relaje los músculos. En lugar de flotar en el agua que con tanta nitidez me rodeaba en mi imaginación, caí de bruces al suelo y perdí el conocimiento. Todavía se me nota la cicatriz debajo del flequillo. Leer puede ser peligroso" ( El cuento número trece. Diane Setterfield)
Siendo también una niña aunque puede que un poco mayor, yo también comprobé lo peligroso que puede ser leer. Me tenían como un bicho raro, porque me sumergía en libros grosísimos en lugar de jugar con muñecas. Veraneaba en un pequeño pueblo de montaña y mi residencia se encontraba en una urbanización un tanto alejada del pueblecito, ello limitaba las relaciones que podíamos tener y la única niña/o que leía en aquel lugar y tiempo era yo. Hoy desde la lejanía y la madurez puedo comprender a mis amigos, pero en aquel entonces me escondía para leer. Mi lugar favorito era una piedra en una vertiente de la montaña, se encontraba en precario equilibrio pero nunca pensé que algún día se me pudiera llevar ladera abajo. No recuerdo en este momento que estaba leyendo, ni que me tenía tan sumergida para no darme cuenta de que la piedra comenzaba a moverse y me arrastraba, me vi rodando montaña abajo sin soltar mi libro, y cuando terminó mi aventura estaba completamente arañada por las zarzas que encontré en el camino y con las rodillas y los codos ensangrentados. Aquella experiencia me enseñó que cada uno es como es, y no es necesario esconderse siempre que no se esté haciendo una mala acción. Las heridas eran tantas y tan grandes que me tuvieron todo el mes sin entrar en la piscina, y aproveche ese tiempo para leer a mis anchas sentada en un sofá y por las tardes mientras mis amigas jugaban a muñecas yo cogía un asiento seguro y leía no lejos de donde ellas representaban una vida imaginada.
Cuando leí ese fragmento me vi rodando montaña abajo e intentando frenarme con los codos y las rodillas, fue como si de pronto saltara ante mis ojos un fragmento de mi vida. Por suerte yo no perdí el conocimiento, me costo horrores volver a subir la ladera sin ayuda y completamente ensangrentada y asiendo el libro como si me fuera la vida en ello. A pesar de las heridas no me quedaron cicatrices.
¿Vosotros también habéis constatado los peligroso que puede ser leer?. ¿Te animas a compartir tu experiencia?
PD. Puede que tarde en pasarme, esta entrada estaba programada y si puedo dejare alguna más el jueves pasado comenzaron las fiestas patronales en mi pueblo y no se si tendré tiempo de asomarme a esta ventana.
28 comentarios:
Ja, ja, nunca hubiese pensado que leer fuese tan peligroso. Yo no recuerdo nada similar...
Que lo pases bien en las fiestas de tu pueblo!
Madre mía que aventura xD
No recuerdo que me pasase nada similar claro que de pequeña leía poco y prefería salir con el perro por el campo a explorar caminos (en Lanzarote es todo llano y sin árboles así que jamás perdía de vista mi casa en medio de la nada).
jajaja A mí nunca me ha pasado nada parecido, pero es normal que al leer ese párrafo pensaras en tu "pequeño" percance...
Me ha encantado esta entrada tan personal, una forma fantástica de inaugurar la sección Como en un espejo. Gracias por compartir tu experiencia con todos nosotros, aunque fue tan dolorosa. A mí nunca me pasó nada parecido, por suerte, pero te comprendo a la perfección cuando dices eso de sentirte un bicho raro, me pasaba de pequeña y me pasó incluso hasta hace un par de años, con mis amigas, pero bueno con los años, al madurar, te das cuenta de que cada uno es como es, y ahora, desde hace casi 7 años, tengo la suerte de compartir la pasión por la literatura con mi chico. Lo dicho, enhorabuena por esta entrada y por esta sección. Pásalo muy bien en las fiestas de tu pueblo. Muchos besos.
Cuéntate la vida http://cuentatelavida.blogspot.com
Ja ja, me ha encantado esta entrada, es increíble el paralelismo que hay entre el libro y lo que te pasó a tí. Así por lo pronto no recuerdo ninguna historia tan loca, menos mal que no te pasó nada grave, aunque me identifico totalmente con lo de "bicho raro", mi momento infantil de felicidad total fue cuando me rompí un pie y tenía que pasar los recreos sentada en el cole y podía leer todo lo que quería mientras mis amigas jugaban a mi alrededor!!!
Bsos :)
Supongo que desde entonces leerás en lugares más seguros ;)
No recuerdo que me haya pasado nada parecido, pero sí es cierto que a veces me he sentido un poco bicho raro. Como cuando alguna gente viene a casa y al ver tantos libros dice sorprendida: ¿y te los has leído todos? Pero no me importa que puedan considerarme rara porque me guste leer mucho. ¡Ellos se lo pierden!
Besos. Y disfruta de las fiestas.
Siempre había pensado que cuando se decía que la lectura era peligrosa, tenía un sentido más ideológico que físico. Acabo de comprobar que no.
A estas alturas, lo más peligroso de mi lectura es que puede provocarme artrosis por exceso de inmovilidad, así que me toca compensarla, a regañadientes, con un poco de ejercicio físico, que eso si que es peligroso de verdad.
Buenas fiestas y a seguir leyendo.
¡ja,ja! Llevo pensando desde que leí tu reseña esta mañana en qué situación de riesgo me ha puesto a mí la lectura y francamente creo que en ninguna. Otra cosa sería preguntar cuantos sofritos se han resecado en la cazuela o en un sartén ¡je,je!, pero bueno no hay nada que no se pueda arreglar con un chorrito de vino y ¡aquí no ha pasado nada!
jaja¡¡ de todas formas, aunque peligrosa, ha quedado una gran historia que contar¡¡ ;) yo leía muchíiisimo de peque y cuando me enganchaba a un libro quería llevarlo a la mesa y ponerlo de pie ante el vaso para seguir leyendo... eso me trajo varios disgustos en la familia, pero ahora veo que no lo hacia de forma maleducada ni por fastidiar a nadie, simplemente me costaba muchísimo "salir" de la magia que suponía leer aquellos libros... pero había que seguir comiendo¡¡
Un beso, me ha encantado el post¡
Jajajajaj ainsss que risa, si es que te pasan unas cosas. Yo nunca me he sentido "rara" por leer, cierto es que empece con este vicio ya crecidita( unos 15 o 16 años) y ya entonces mi hermana leia y mucho. Si es cierto que la gente cuando entra en casa flipa con mis libros( los pintores que estan hoy en casa han alucinado de como tenia la terraza llena de libros). En cuanto a percances con la lectura alguno casero he tenido... se quema la cazuela, me quemo los dedos por fumar jajjjaja, y alguna que otra parada de metro me he pasado por ir tan ensimismada en la lectura.
Pasalo bien en las fiestukis guapa. Bsitos.
P.D. Y la de circulo sin venir!!!!! las piernas van a ser poco!!!!
Buff yo creo que nunca me ha pasado nada por el estilo.
Es cierto que lo raro es leer en una sociedad que no lo hace por desgracia. Cuando mis primas me dicen que se aburren les digo que lean y es como si se rieran de mí.
Espero que sean cosas de la edad :)
Es una magnífica entrada la que has escrito. Disfruta de las fiestas!
Un beso!
Me ha encantado esta primera entrega del Como en un espejo. Tengo que decirte que el relato (vivencia) está muy logrado y que estoy convencido que éste es el tono que le quieres dar a tu nueva sección.
Te quiero animar a seguir con ella pues descubrimos a una Carmina más personal, más literaria y me gusta.
Uf, yo no creo que haya pasado por una historia así por cuestión de lectura, es más, empecé a deborar libro a edad tardía.
Saludos
Me ha gustado mucho la historia, que no sé si tomar como un aliciente a leer o como una prevención contra los riesgos de la lectura ;-) A mí no tanto, pero sí me ha pasado alguna vez de estar abstraído en un libro y no darme cuenta, por ejemplo, de que se quemaba la leche o se había levantado frío (y acababa entonces constipado)
Laky todo lo bueno se acaba, asi que ya de vuelta, y leer bueno si que es peligroso si, sobre todo si no se hace sobre terreno firme, otro dia tan ensimismada estaba con la lectura que toque el brazo del silloncito y me sente, pero no lo hice en el suelo porque el asiento estaba al otro lado... asi que ya ves...
Elwen a mi es que las muñecas me aburrian tanto y era una urbanización tan pequeña que encontrar variedad de juegos era tan dificil que en ocasiones hasta los pocos chicos que habían jugaban a muñecas, yo alucinaba, de todas maneras siempre he sido un poco trotamundos y me ha gustado trepar, pero desde luego no con un libro en la mano al que intentas preservar a toda costa, y completamente ensangrentada, anda que cuando me vio mi madre, a punto estuvo de tirarme el libro a la basura de la rabia que le dio...
jejej Isi se me pasó por la mente como si se tratara de una pelicula, hubo un par de ocasiones que me puse y todo las manos a la cabeza mientras me veía rodar y yo misma me decía pero tu no soltarás el libro no... jajajaj
Me alegra de que te haya gustado el parrafo con el que he iniciado la sección,hay otros en los que me veo reflejada, y la verdad es que me costó bastante elegir pero veo que al final acerté. La experiencia fue dolorosa pero edificante, porque aprendí que al leer me abstraigo tanto que tengo que estar sobre firme, aún asi percances sin importancia he tenido otros. En cuanto a lo de ser bicho raro, he llegado a la conclusión de que los raros son los otros, mis amigas no me han comprendido nunca asi que no lo van a hacer ahora y mi marido no entiende como puedo "perder el tiempo" leyendo... en fin que ahora paso un poco de todo y dedico mi tiempo libro a lo que me apetece que para eso es mio no?
Supongo que muchos tenemos experiencias que se asemejan a lo que relatan libros, no en balde dicen que la realidad supera a la ficción. Veo que somos unos cuantos bichitos raros... yo tambien soy feliz cuando algo me obliga a permanecer mucho tiempo sentada, asi puedo dedicarme a lo que me gusta. Soy reumatica asi que cuando tengo crisis, un par de dias sin moverme no me los quita nadie y esos dias me vengo, solo puedo ver la tv,o leer, porque ni siquera estar en la silla del ordenador puedo, asi que mi marido viendome tan apurada no despotrica... y yo leo a gusto
Ay Luisa seguro que yo tengo muchisimos menos que tu, y tambien me lo preguntan, pero es normal en un país en el que unos pocos concentramos toda la capacidad lectora, imaginas si todos leyeran tanto como nosotras?... madre mía cuanto papel haría falta...en fin guapa nosotras disfrutamos haciendolo, pero en posiciones seguras, percances he tenido muchos más pero tan graves la verdad no...
Golem me temo que es peligrosa en ambos sentidos, pero el libro y yo nos referiamos a la parte física... hombre luego tambien esta la parte de intendencia se te va el santo al cielo y no compras lo necesario para hacer la comida que tenías prevista, o esta se te quema... o se te olvida que has puesto la lavadora, o ir al tinte a recoger algo que necesitabas urgente... vamos que no solo es peligrosa en el sentido ideologico no... y luego esta la parte que tu relatas, que si no te obligas a salir un poco terminas anquilosado... asi que un poco de ejercicio nos viene bien a todos
Jejejej Mertxe, a mi aquello me paso siendo una niña, ahora me pasa lo que tu dices, comida echada a perder, sofritos carbonizados, nada de resecos, cazuelas a la basura porque no habia quien quitara el requemado... ya te digo yo... eso no lo arreglaba un chorrito de vino blanco niña... a mi se me olvida del todo, asi que al final me ponía el despertador para que fuera sonandome, asi me molestaba y miraba la comida...
Mararía si es que en el fondo somos unas incomprendidas, ese episodio de la comida y el libro en la mesa tambien lo he vivido yo, y los gritos de mi padre se oían hasta en la conchinchina, al final comia como un pajarito y volvía a coger mi libro con el enfado de mis progenitores. Y es que como dices cuesta mucho salir sobre todo cuando no eres madura de un libro, yo hoy ya me pueden enganchar que a no ser que este sola no me lo llevo a la mesa, pero si lo estoy, me sigue a todas partes
Chula si es que ya sabes que lo que no me pasa a mi no le pasa a nadie, cuantas veces me lo habrás dicho ehm... unas cuantas que yo sepa, pero ya sabes soy bichito raro... Yo empece a devorar libros con 8 años, asi que me dirás si la gente me veia o no rariña... pues un rato largo, si es que hoy lo entiendo, pero sigo diciendo que los raros son los demás, que yo soy muy normal, ya conoces mi lema. Por cierto las fiestas de maravilla, cansada y con problemas de concentración y por dios muchacha deja a la del circulo que seguro que me denuncian por incitar a la violencia...
Chula por cierto los libros han terminado bien de tu experiencia con los pintores? Por que a fuer de sincera temia por la integridad de ellos
ay María si que es una lastima que la gente lea tan poco y que las estadisticas lectoras se concentren en unos pocos creo yo que privilegiados, aunque hagamos estragos en nuestras economías. En cuanto a tus primas, los lectores voraces generalmente se hacen en la infancia y algunos en la adolescencia, ya es menos normal que lo hagan en la edad adulta, sin embargo excepcion confirma la regla, yo no me he aburrido nunca si he tenido a mano un libro.
Bolzano no andas desencaminado en el sentido que quiero darle a mi sección, desgranar pequeños pedacitos de mi. Me alegra de que te haya gustado esa parte más literaria y personal de mí en la medida de lo posible seguire con una sección que me ha dado satisfacción en esa primera entrega.
Tu eres lector tardío... pues entonces tu eres mi excepción que confirma la regla.
Miguel hombre yo nunca he prevenido contra la lectura, jajja siempre incito a hacerlo pero bien sentado, porque igual que resbalas ladera abajo, puede cogerte una lumbalgía, en mas de una ocasión se me ha resentido la espalda a mi por leer en mala postura... jejejej por dios si al final esto de leer sera peligroso de verdad. En cuanto a la leche, tambien se me ha quedado pegada en el cazo muchas veces, y me he quedado fría con el consiguiente constipado, o me he dormido con las gafas puestas y la luz encendida con el consiguiente cabreo de mi consorte cuando ha llegado a cas... jejeje cosas que pasan...
¡ja,ja! Yo pongo el despertador para colgar la lavadora porque donde está no la escucho y me olvido de que la he puesto y ya he tenido algún pequeño estropicio con alguna prendilla de color que estaba donde no debía estar.
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