lunes, 27 de febrero de 2012
El Sant Jordi Bloguero
domingo, 26 de febrero de 2012
Recordatorio lectura conjunta El ladrón de compresas
lunes, 20 de febrero de 2012
El susurro de la caracola. Màxim Huerta
domingo, 12 de febrero de 2012
El eterno olvido. Enrique Osuna
viernes, 10 de febrero de 2012
BBF#38 con José Antonio Castro Cebrián
miércoles, 8 de febrero de 2012
Crónica insignificante. Emilio Casado
Después del fracaso de su matrimonio Marcelo Suelas se ha visto obligado a empaquetar sus pocas pertenencias y volver al hogar de sus padres, a su habitación de toda la vida, al barrio que le vio crecer y emanciparse fallidamente. Rondando los cuarenta y cuestionándose amargamente su propia estabilidad mental, Marcelo se ha quedado sin casa, sin coche, económicamente famélico y con su adorada hija... en régimen de visitas. Para colmo su trabajo como psicólogo interino en la Prisión Provincial pende de un hilo. La vida no parece darle tregua. En su caminar nos encontramos con sus padres, ella aspirante a beata y él policía crápula jubilado y rehabilitado, su amigo Domingo, soltero y triunfador, sus variopintos compañeros de trabajo y las entrevistas con los presos que finalmente marcarán las cartas con las que Marcelo Suelas tendrá que jugar. Durante más de trescientas páginas asistimos, en un sutil crescendo, a seis días en la existencia gris de un hombre gris. En primera persona y en presente, Marcelo suelas nos hace partícipes de sus vaivenes cotidianos y de su incesante empeño por retomar el rumbo de su anodina vida. Crónica insignificante nos muestra como las pequeñas decisiones de cada día son las que indefectiblemente marcan el camino por el que terminamos transitando
Impresiones
La novela transcurre en un barrio de Madrid, en la prisión en la que trabaja Marcelo y el centro comercial en el que trabaja Sonia. Con algunas escapadas a su antiguo barrio para recoger a su hija. Es una novela de lo más realista, a ello contribuye tanto la ambientación, como los personajes, como lo que cuenta, y también el hecho de que narre solo seis días de la vida del personaje.
En forma de diario, Marcelo nos va contando su día a día en primera persona, no se siente un hombre afortunado, más bien carece de suerte y eso ha sido una constante en su vida. Rondando los cuarenta y viviendo en casa de mamá, porque no puede permitirse otra cosa, le agobia la constante vigilancia de su madre, redescubre un padre que empieza a mostrarsele humano y débil, y se ve desbordado en el cuidado de su pequeña que es lo que más quiere en este mundo y a la que tiene en régimen de visitas.
Fuera de la familia su trabajo también le proporciona dolores de cabeza. Estudió sicología y pronto su opción se reveló infructuosa, después de pasar por múltiples trabajos consiguió un interinato en la prisión. Trabajar con presos no es una bicoca, como tampoco lo es saber que cualquier día vuelve el dueño de la plaza y te encuentras en la calle, con la edad que uno tiene y la poca fortuna que le acompaña.
Es en la cárcel donde parece que se le pueden solucionar sus problemas, en ocasiones se plantea si no es él mismo quien esta preso allí. Tiene que tomar una serie de decisiones que podrían arreglarle la vida, pero es un personaje gris, anodino a quien la conciencia le puede más que solventar su vida. Las decisiones que irá tomando, marcarán su devenir. Y es que Emilio sabe como atrapar al lector con una historia cotidiana en la que pueden verse reflejados muchos lectores, y cuando te encuentras un poco desamparado no sabiendo donde quiere llegar el autor, la historia da un giro, un golpe de efecto que te deja sin respiración.
En ese momento ya es imposible soltar la novela, Marcelo Suelas te ha atrapado para siempre, también cambia el estilo en que esta narrado el texto,el punto de vista desde el que esta narrado, Marcelo Suelas les da protagonismo a su amigo Domingo, a su ex Mujer, a su amiga de la infancia Sonia, a sus padres, e incluso a su hija, amen de los ultimos presos a los que ha tratado y entrevistado.
Nos encontramos ante una crónica muy minuciosa, en la que llegaremos a conocer muy bien no sólo a Marcelo Suelas, si no a toda la gente que le rodea, nos hará participes de sus reflexiones, de sus gustos músicales, de los de su amigo, de los de la gente con la que se relaciona. Yo soy una persona bastante pez en este tema y me ha dado la sensación de que Emilio sabe de lo que habla, pero ello no ha impedido que se me hiciera un poco largo y pesado el tema puesto que no conocía a los grupos de los que hablaba o las canciones que para él o para otro personaje tenían tanta importancia.
Los personajes están todos muy bien dibujados, con guante blanco, quizás el que más me ha llamado la atención ha sido el de la madre, por lo veraz que puede llegar a resultar, sobreprotectora en todos los aspectos y terriblemente fiscalizadora, un verdadero ahogo para su hijo, al que solo pretende ayudar y aconsejar. El personaje del padre me ha llamado menos la atención por haber experimentado un cambio no se si poco creíble, de ser una persona ausente, poco comunicativa con el hijo en su infancia y juventud, y preocuparse poco por su bienestar, me parece demasiado volcado en él, tapándole los escarceos a la vista de la madre, dándole dinero para sus salidas...
Marcelo Suelas es un hombre integro con sus defectos y sus virtudes, un hombre corriente y moliente, enfrentado a decisiones dificiles, y que actuó no como el lector hubiera imaginado, puesto que una novela es eso una ficción y encontrar una realidad tan descarada a veces es difícil. Es imposible no cogerle a Marcelo cariño conforme va transcurriendo la novela, aunque al principio no comulgues con su conformismo y con su forma de ver la vida, poco a poco evoluciona el personaje y también evoluciona el autor en la narración, mucho más fluida e interesante, hasta llegar a un final nada previsible, todo lo contrario que había sido la novela hasta ese momento. Un final de impacto que difílcilmente no complacerá al lector o no lo sorprenderá. Un verdadero broche de oro para una novela que tiene tanto mérito que una no llega a comprender como no está respaldada por una editorial.
Y ello me lleva a preguntarme por enésima vez, que criterios siguen las editoriales en la elección de las obras que publican, que buscan la comercialidad de una obra con un autor conocido, o realmente ofrecer al lector un libro de calidad, al precio que se venden en España. Muchas preguntas y solo hipotesis cada vez más claras por la política editorial, aunque de vez en cuando nos encontramos con autores desconocidos y obras de calidad.
Puntos flojos
Se trata de una obra autoeditada, por lo que encontramos errores ortográficos y de puntuación, y es que aunque revises un manuscrito miles de veces siempre hay pequeños flecos que escapan a la atenta mirada del autor e incluso de aquellas personas que lo han leido antes de publicarse. Sin duda con un respaldo editorial esto no hubiera pasado, aunque tengo mis dudas porque me he encontrado faltas ortográficas en libros de editoriales serias y eso para mí si que es delito.
Conclusión.
Por un lado pedirle disculpas al autor por haber tardado tanto en leer la novela, la verdad es que no dispongo de todo el tiempo que me gustaría y no disponer de lector en su momento me supuso un handicap muy importante. Despues cuando una lucha contra Cronos debe tomar decisiones, y de eso sabe mucho el protagonista de nuestra novela, y las grandes sacrificadas estan siendo las opiniones sobre los libros leídos, este lleva finiquitado casi un mes, benditas notas que una va tomando mientras lee, si no sería poco menos que imposible hacer una opinión de calidad.
Por otro lado animaros a que la leáis, a que compartais vuestro tiempo con Marcelo, con sus reflexiones, con su crítica encubierta a la sociedad actual, con los conocimientos de panorama musical del autor que igual hace vuestras delicias a pesar de que a mi me saturo un poco. Os animo a que visiteis la página de facebook del autor donde encontrareis más opiniones. Os animaría a que perdierais un poco el miedo a leer a autores no respaldados por editoriales, porque en ocasiones os encontrareis con buenas novelas, con personajes entrañables, que nada tienen que envidiar a los que pergueñan los grandes autores.