Contrariamente a lo que pudiera haber esperado el confinamiento al que nos ha obligado el covid-19 no ha supuesto para mí mayor tiempo de lectura, primero porque la formación on line sigue sus tiempos, que para algo se ha de hacer desde casa, segundo porque no logro concentrarme, ni para leer ni para escribir, ya me gustaría que fuera de otra forma, pero las cosas son como son.
Voy a intentar de todas formas dejaros mis impresiones de una novela que para mi es la confirmación de que Ana Lena Rivera y su personaje Gracia San Sebastián han llegado para quedarse. Y es que esta segunda novela de la serie es más madura, más negra, mucho más negra que la primera entrega y deja al descubierto el oficio de la autora a la hora de narrar, de crear personajes potentes, de mantener la intriga de la trama y subtramas hasta el final, al menos yo intuí en una de las tramas donde podía estar el quid, pero en la otra me tuvo bastante pez.
Durante la pasada Feria de Madrid, un grupo de la iniciativa #SoyYincanera, mantuvimos con la autora un encuentro en d picnic un local cercano al Retiro, en el que pudimos cambiar impresiones sobre Lo que callan los muertos, novela que habíamos leído con anterioridad y comentado en twitter.
La cercanía de Ana Lena, su gran sonrisa a pesar de ir de aquí para allá, y la conversación centrada en gran medida sobre un personaje que nos enamoró a todas las lectoras, Adela, hizo que el tiempo volara, y cuando nos dimos cuenta habían pasado dos horas, sino más y a la autora la reclamaban en otra parte. Quedamos emplazadas a repetir la experiencia cuando volviera a publicar.
Y Ana ha cumplido, una delegación de Yincaneras de Madrid pudo compartir con ella un desayuno asturiano un poco tardío en las oficinas de Maeva, y departir sobre Un asesino en tu sombra. Me hubiera gustado asistir, pero las obligaciones laborales y los quilómetros de distancia que no son baladís lo hicieron inviable. Pero espero coincidir de nuevo con ella e intercambiar pareceres, es una conversadora amable y muy accesible.
Ana Lena Rivera nació en Oviedo en 1972. Estudió Derecho y Administración de Empresas en ICADE, en Madrid. Después de veinte años como directiva en una gran multinacional, cambió los negocios por su gran pasión, la escritura, coincidiendo con el nacimiento de su hijo, Alejandro. Junto a él nació también Gracia San Sebastián, la protagonista de su serie de intriga.
Su primera novela, Lo que callan los muertos, fue galardonada con el Premio Torrente Ballester.
Podéis encontrarla en:
www.analenarivera.com
www.analenarivera.com
Twitter @AnaRiveraMuniz
Instagram @analenarivera
Sinopsis:
La desaparición de una mujer involucrará a Gracia San Sebastián, la investigadora más original de Asturias, en un crimen particularmente perverso
Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparición de Imelda, una joven psicóloga a la que encuentran muerta pocos días después en las vías del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer.
Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policía de Oviedo, Gracia empezará una investigación que la llevará a la caza de un asesino por varias capitales europeas.
Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relación con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputación como investigadora está en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis múltiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad más extrema del triatlón, el Ironman. Gracia, convencida de que algo no encaja en la historia del funcionario, intenta reparar su error.
También en esta ocasión, contará con el apoyo de las mujeres más importantes de su vida, su madre, su hermana Bárbara y su amiga Sarah.
Mis impresiones:
Como he adelantado en la introducción esta es la segunda entrega de la serie Gracia San Sebastián, Ana Lena escribe historias autoconclusivas, por ese motivo podría leerse cada libro por separado, sin embargo, el gran atractivo de esta serie reside en los personajes y estos la mayoría se arrastran de un libro a otro, y van evolucionando por lo que creo que siendo una serie tan joven, y con tan solo dos entregas merece la pena empezar por el primero, para hacerte una idea de su personaje más sublime, Adela, que en este libro tiene un papel mucho más reducido. Pero no tan solo de la matriarca, si no también de Bárbara, esa hermana tan fría, metódica y distante, o de Sarah esa amiga que todos quisiéramos tener, o de Geni que justo en esta entrega tiene un papel más importante, o de Rafa, el amigo comisario y al mismo tiempo marido de la chismes, o de Jorge, el marido perfecto de Gracia.
Estos personajes que se mantienen libro a libro en la trama de investigación financiera y alguno que otro en la criminal, son el gran pilar sobre el que se asienta la narración, personajes potentes, carismáticos, con muchos matices sicológicos, pero sobre todo personajes cotidianos, que cualquier lector puede reconocer y encontrar en su entorno, personajes de carne y hueso. Quizás ese sea su principal mérito que los percibimos reales, cercanos, creíbles y por ese motivo empatizamos con ellos, o les cogemos tirria, unas veces entendemos sus reacciones, otras los zarandeariamos, no nos dejan indiferentes en ningún momento.
El toque de humor, como siempre lo pone doña Adela, la incombustible madre de Gracia, que igual te acuna al nieto, que te hace unas casadielles para un sospechoso, que cocina de sobra por si las hijas se presentan a comer, como que divaga sobre la investigación en curso, o levanta el teléfono para que Gracia ponga remedio a alguna de las injusticias que azotan a su familia. He echado de menos ese papel tan protagonista que tuvo que en Lo que callan los muertos, pero sinceramente le robaba mucho protagonismo a Gracia, que en esta entrega ha recuperado un poco, al mismo tiempo que su vida navega en lo personal y en lo profesional hacia la deriva.
En lo profesional porque la seguridad social pierde un juicio al acusar a un enfermo de fingir esclerosis múltiple para poder dedicarse a preparar la prueba más extrema del triatlon, el ironman y la persona que se presenta en el juzgado no parece capaz de andar ni dos pasos, ni tiene la musculatura de un atleta. Su reputación está en entredicho y quién la ha contratado para investigar no se lo pone nada fácil culpándola de todo el fracaso.
A pesar de todo Gracia no se achanta, sabe que la explicación está en algún lado y replantea de nuevo toda su investigación, revisa todas las pruebas en un tenso tira y afloja con la persona que se juega también la reputación al mismo tiempo que ella. Y de esta forma avistamos otra de las marcas de la casa la investigación lenta, con callejones sin salidas, investigaciones como las que llevaríamos a cabo nosotros, lógicas, sin ningún conejo escondido en la chistera. Una investigación más pausada, preguntando a los posibles implicados, sin sobresaltos, más allá de las lógicas vueltas atrás.
Como nuestra protagonista no gana para sobresaltos, en medio de esa zozobra profesional recibe una llamada angustiada de su hermana en la que le pide que investigue la desaparición de la hermana de Teo, Imelda. Gracia no sabe negarse y a pesar de sus recelos porque no es una investigadora criminal lo suyo son los fraudes, decide investigar sin ningún compromiso.
Podriamos encuadrar las novelas de Ana Lena dentro del costumbrismo, o del realismo, aunque la anterior más que esta que ya adquiere ritmo de thriller, pero un thriller con sabor clásico. En esta entrega además deja de ambientar solo en Oviedo, para hacerlo también en Gijón en Copenhague y Zurich. En todas las ambientaciones es un placer seguir a Gracia en su búsqueda de la verdad aún sabiendo que el precio a pagar puede ser muy alto, sobre todo en el caso del fraude a la seguridad social.
Las mujeres de su entorno le proporcionaran la vía de escape cuando se atasca y la investigación parece no avanzar, de esa forma la autora evita los subterfugios, y los ases en la manga. Me encanta seguir el día a día de Gracia, sus diálogos con su amiga Sarah no tienen precio. Y los que mantiene con su madre son bocatto di cardinale. Adela vuelve loca a nuestra investigadora pero también le da la vida, un soplo de optimismo en medio del naufragio de su vida. Una mujer con la sabiduria de la vida por bandera tratando que su hija sufra lo menos posible.
Las dos tramas están muy bien hiladas, cada una con su protagonismo, la lectura va fluyendo de forma dinámica porque en todo momento está pasando algo, cuando una investigación se atasca la otra cobra vida y se acelera, hilvanándose con el desastre que se cierne sobre su vida personal, de la que en ocasiones parece que huya y en otras que corra al encuentro.
Asistiremos al nacimiento de una nueva Gracia San Sebastián no se si mejor o peor, pero al menos una distinta, renacida, y deseo seguir viendo como evoluciona, y aquí me tenéis a la espera de la nueva novela, pero creo que me adelanto, todavía no he terminado de comentaros las bondades de esta entrega.
Ana Lena utiliza un lenguaje sencillo, cargado de diálogos cotidianos y lugares comunes, capítulos cortos, unos narrados en primera persona por Gracia San Sebastián, otros los menos en tercera persona por un narrador omnisciente, de esa forma le da agilidad y una visión más amplia.
El protagonismo que adquiere Geni en algunos momentos de esta historia a mi modo de ver le da un balón de oxigeno, nos hace verla con nuevos ojos, un revulsivo necesario para que Gracia también abra los ojos y aprenda a valorarla en su justa medida.
En un momento dado he dicho que esta novela es más negra que la anterior y lo es por la trama de la desaparición de Imelda y su posterior asesinato, hay escenas un poco duras por lo visuales de las descripciones, pero la autora no se recrea en el morbo, más bien lo hace en el quién y en los motivos que esconde y al menos a mí me sorprendió muchísimo la resolución.
Una novela muy recomendable, me atrevería a decir que narrativamente mejor que la primera, más compleja en cuanto a la elaboración de las tramas, posiblemente con menos frescura por la menor presencia de Adela en la trama y en la resolución de los casos. Un paseo por el Oviedo natal de la autora, por su gastronomía y por sus emblemáticas tascas. Con ganas de perderme en la ciudad, en sus cuestas, en sus bares, y de probar alguna de sus delicias gastrónomicas.
Conclusiones:
Una novela muy recomendable, te aconsejaría empezar la serie desde el principio aunque no es absolutamente necesario, disfrutarás de Oviedo, de su gastronomía, de sus costumbres, de una narración sencilla, una estructura compleja con dos tramas y alguna que otra subrama, una negra y una de fraudes económicos, muy creíble con la picaresca tan española.
Me gustaría animaros a conocer a Gracia y a las mujeres de su entorno, seguro que Adela te causará la misma adicción que a mi.