martes, 26 de febrero de 2019

El abrazo del monstruo. Félix J. Palma

Mi abuela solía decir que el miedo es gratuito y como tal cada uno se coge el que quiere, y en ocasiones condiciona la vida de una persona. Me solía decir que nunca tomara una porción demasiado grande para que no me impidiera ser libre y disfrutar de la vida. Y lo decía por las muchas cosas que ella dejó de hacer por los distintos miedos que atesoraba.

Al leer esta novela me he podido dar cuenta de cuanta razón tenía mi abuela, y aunque no pueda presumir de no tener ningún miedo, es verdad que intento que no me influya en mi vida diaria, hasta el punto  en que condiciona la infancia de Diego y su posterior vida de adulto. 

He de reconocer que es la primera obra del autor que leo, que a pesar de que su trilogía victoriana la vi pasearse por blogs en su día, no se que porqué a mi no me llamó la atención, sin embargo ya no sé si fue la agresiva campaña de marketing, la inestimable opinión de mi socia de #SoyYincanera, que los planetas se alinearon en el firmamento, pero no me importó su grosor a pesar de que mi tiempo cotiza en bolsa a precio de uranio enriquecido, y eso que ya voy quemando etapas, pero me meto en charcos de los que no soy capaz de salir.

No esperéis que os diga que me he ventilado la novela en dos días, porque no ha sido así. A pesar de haber luchado a brazo partido con el perverso dios del tiempo, he estado días enteros sin poder leer una sola línea, en ocasiones me ha resultado un poco repetitivo, he sentido que me daban demasiada información, no dejándome reflexionar dándome la trama demasiado mascada, en otros he disfrutado como una enana de la perversidad de algún que otro personaje, pero sobre todo esto último lo vais a descubrir si os adentráis en las páginas de esta novela, no quiero estropearle a un futuro lector el factor sorpresa.

El autor: 

Félix J. Palma nació en Sanlúcar de Barrameda en 1968, es profesor de escritura creativa y coach literario. Como novelista ha publicado entre otras La hormiga que quiso ser astronauta (2001) y Las corrientes oceánicas (Premio de novela Luis Bereguer, 2005). Pero su consagración como narrador se la debe a su trilogía victoriana, que se ha publicado en 27 países, ha obtenido numerosos galardones y ha aparecido en la lista de best sellers de The New York Times. Está formada por las novelas El mapa del tiempo (XL Premio Ateneo de Sevilla, 2008), El mapa del cielo (2012) y El mapa del caos (2014). Ha obtenido más de un centenar de premios por sus relatos, reunidos en El vigilante de la Salamandra (1998), Las interioridades (2001), Los arácnidos (2003) y El menor espectáculo del mundo (2010).


Con el abrazo del monstruo se adentra en el terreno del thriller psicológico.

Sinopsis:

Diego Arce es un reconocido escritor de novelas de misterio que no atraviesa su mejor momento creativo. Tras los ruegos de su editor, decide resucitar al mítico personaje al que le debe la fama: "el Monstruo", un aterrador psicópata que secuestraba a niñas en la Barcelona modernista. Pero una noche, mientras Diego y su mujer asisten a una fiesta, alguien decide llevar la ficción a la realidad: imitar al Monstruo secuestrando a la hija de Diego, Ariadna, de siete años, y proponerle al escritor el mismo juego macabro que en su novela. Si quiere recuperarla, durante los siguientes días Diego deberá superar tres pruebas en directo, a cada cual más espantosa. Comienza así una terrible carrera contrarreloj para descubrir quién está detrás del secuestro. Al mismo tiempo que debe demostrar al mundo hasta donde es capaz de llegar para salvar a su hija, también  tendrá que escarbar en su pasado, con la ayuda de su mujer y el inspector Rocamora, para descubrir quién puede desearle tanto mal. Pero ¿y si el mismísimo monstruo hubiera escapado de la  novela de Diego para acabar lo que el le impidió terminar?

Una historia sobre los terrores y fantasmas de la infancia y cómo proyectan su sombra sobre el hombre adulto.

Una historia de superación, de amor y de enfrentamiento a nuestros miedos más profundos.

¿Qué serías capaz de hacer para salvar a tu hija?


Mi opinión:

En el género negro innovar es muy complicado, parece que ya está todo inventado y cada vez es más difícil sorprender al lector, encontrar una bocanada de aire fresco, y Félix J. Palma consigue dar una vuelta de tuerca al sacar al personaje de una novela y convertirlo en carne y hueso y pergueñar de esa forma una venganza contra el autor por impedirle terminar su misión.

Mimbres hay sin duda, atractivo es el tema, no me lo negaréis, y además el personaje que crea el novelista es siniestro y el que se escapa de la novela es un psicópata de manual, con una mente retorcida y una capacidad para el mal espectacular. Y el lector es testigo de las vueltas de tuerca que da el autor a la trama, a los personajes a los que coloca en situaciones tan límites que quien se adentra en sus páginas no puede dejar de preguntarse que haría en una situación semejante.

Hay ocasiones en las que me he visto reflexionando con el propio Diego, no si él sería capaz de hacer las pruebas, si no si yo sería capaz de superarlas para salvar a mi hijo, porque como creador de la novela sabe perfectamente que el monstruo no tendrá ninguna duda de infligirle a su hija todo el mal que el no sepa o pueda superar. Y al hilo de esto, no se si la intención de Félix J. Palma era la de denunciar el voyeurismo que impera en las redes, ese ser testigo de la vida minuto a minuto de las personas que se avienen a compartirlas, ese morbo a golpe de tuit, o de video multimedia, también sobre eso reflexioné, que haría yo de encontrarme en tal tesitura, hacer caso a las autoridades para restar notoriedad a la prueba y no dar al Monstruo su minuto de gloria, o sentarme a ser testigo de las tropelías que se permitiera diseñar.

Siento deciros que no se muy bien que haría, porque he barajado varias hipótesis, pero no es menos cierto que hasta que no te encuentras entre la espada y la pared, sometida a más presión de la que tu cuerpo y mente es capaz de soportar, es baladí conjeturar si sería capaz o no de llevar a cabo esas pruebas,ni si sería participe de ese gran circo que monta el Monstruo, aún así creo que la última  es tan gore que veo un tanto improbable superarla, aún con toda la presión del mundo, pero también creo que no tendría estomago de verla en directo, soy bastante aprensiva.

Nos encontramos ante una novela de más de setecientas páginas, en las que no siempre la trama corre, que está salpicada de flash back, en la que hay hechos que se repiten en más de una ocasión, cuando el autor los piensa, tiene pesadillas,  cuando se los cuenta a su mujer, cuando se los cuenta a su hermano, cuando hace participe a Rocamora, el trauma infantil que arrastra Diego se repite hasta la saciedad y en ocasiones he llegado a pensar si no había forma de solo nombrarlo una vez, porque el lector ya está al tanto, en ocasiones es necesario dejar que piense, que se no se le de todo mascado, las pesadillas recurrentes de Diego me han ralentizado en algún momento la lectura, me han sonado a dejà vu, en definitiva me han sobrado, creo que con un vuelta de tuerca más se podría haber llegado a suprimir tanta repetición, o a lo mejor con alguna menos... No lo sé muy bien, a veces menos es más.

El protagonista absoluto de esta novela es Diego Arce, y todos los demás personajes se van desdibujando, en torno a él, a su gran éxito literario y a su personaje siniestro gira toda la novela, el resto  son meramente accesorios, necesarios según el pasaje que se esté narrando, pero con mucha menos fuerza literaria, y el egoísmo, la mezquindad de este ha llegado a hastiarme, una persona que se cree el centro del universo, que el mismo reconoce que salvo su hija poco más le importa, una persona que no se da cuenta de que quienes le rodean tienen sentimientos y necesidades. Diego me ha causado un montón de sentimientos, desde el desprecio más absoluto y esa sensación de que tiene merecido cuanto le pasa, hasta la conmiseración porque las pruebas se pasan de rosca, pasando por la pena más absoluta de ver como se va deteriorando su vida y sus relaciones, hasta la admiración final por su obstinación, perseverancia y valentía dentro de todos los miedos que lo sacuden convirtiéndolo en un pelele.

Y entre las tramas tenemos la metaliteraria, que va alternándose en la primera parte del libro con los capítulos de Sangre y ámbar el gran éxito literario de Diego Arce, me he sorprendido a mi  misma deseando que llegaran esos capítulos, hubiera devorado la novela dentro de la novela, la mezquindad de alguno de sus personajes me sobrepasaba. Diego Arce logró pintar al Monstruo de forma diabólica, tanto en su presencia física como en su mente enferma. Y Félix le da la vuelta a la novela de ficción y le permite escapar del manuscrito en el que Diego le ha encerrado para acabar el trabajo que le impidió terminar. Simplemente magistral, ahí me rendí a los pies del autor, y seguí leyendo con fruición hasta que en un momento dado intuí quién podía ser el monstruo, pero ni siquiera ello despegó el libro de mis manos.

Porque si el quién era importante, el porqué no lo era menos y el cómo tampoco, y eso es lo que vamos descubriendo en la segunda y tercera parte, y aquí alguna de las repeticiones no me han molestado porque me han aportado distintos puntos de vista, me han puesto los pelos como escarpias al descubrir como una apariencia benévola y altruista puede esconder la maldad en estado puro. Ser testigo de las manipulaciones que ese personaje somete al resto me puso muy mal cuerpo y me sumergió en una atmósfera opresiva, al entender que como lector iba un paso por delante de la investigación. Félix J. Palma no se saca ningún conejo de la chistera, todo está a la vista, en ocasiones sobreinformado y sin embargo viraje tras viraje va sorprendiendo al lector, porque le apunta una teoría que este ve plausible para ir desmoronándose línea a línea.

Felix J. Palma se divierte jugando con el lector, ofreciéndole pistas falsas, dando por concluida la investigación para llegar al punto de partida de nuevo, y el tiempo corre, las pruebas cada vez son más complicadas, la última es simplemente salvaje y aberrante y parece que la policía se empeña en enrocarse, en no ver lo que el lector ya intuye, en lo que Rocamora entreve, no es una novela negra al uso. Y no lo es porque la víctima es parte activa de la investigación, se desquicia, actúa a la desesperada, pero al mismo tiempo mantiene la mente lo suficientemente lúcida para que no se le pasen las pistas que aparecen en las pruebas.

El estilo del autor al narrar me ha convencido, es verdad que pienso que le sobran páginas, que hubiera podido solventar de otra forma las repeticiones, que tiene algún personaje infrautilizado, pero quizás  ese es el efecto que él buscaba, pretendía centrar nuestra atención en Diego y que los demás fueran accesorios, unos secundarios necesarios pero que si en algún momento prescindía de ellos tampoco se notara. Para ello posiblemente haga falta maestría, para mantener la atención del lector durante tantas páginas también

La última parte simplemente ha volado en mis manos, necesitaba saber como iba a cerrar una investigación que parecía no tener fin, y me ha sorprendido, me ha parecido muy ingenioso, sin necesidad de sacarse un as de la manga porque la novela estaba sembrada de pistas, pero la proliferación de ellas distrae la mente del lector, incluso la del más avezado. Me ha gustado el colofón final que despúes de tanto retorcer la trama y a los personajes nos ha brindado el autor. Me ha parecido brillante, un final acorde con la trama y las subtramas que se manejan, que son de lo más variadas pero giran todas en torno a la principal, o a un accesorio del protagonista.

Me costó cerrar la boca cuando tuve ante mí la resolución del caso, no podía dejar de pensar en si era verosímil, o una argucia más y terminé concluyendo que la desesperación y el ansía de salvar a lo que más quieres te da fuerza, más de la que pensaste tener alguna vez. No quiero destripar más, pero en ese final yo hubiera cambiado alguna cosita, por aquello de la justicia poética, pero es difícil entender lo que quiero decir sin haberse leído la novela, o quizás a vosotros os parezca perfecto tal y como lo presenta el autor, porque para gustos los colores.

Conclusión:

A pesar de unos pequeños peros, El abrazo del monstruo me ha parecido una buena novela, que juega con varios factores novedosos que le aportan un aire fresco al género, al tiempo que tintes góticos y juega con la metalitetura, con el mundillo de los autores, los editores y las editoriales, y como no de los lectores. Ahí he visto una crítica encubierta al mundo editorial de la mano de la insistencia de Tejada para que Diego resucitará al Monstruo en una nueva novela, también cuando secuestran a su hija y pretende que vaya a un plató de televisión para llevarse su parte del pastel. Me ha parecido tremendo el ninguneo al que somete al autor ante su negativa a escribir una segunda parte de su novela más exitosa, hasta que este se aviene a hacer volver al Monstruo. Me ha parecido un mundo despiadado, destructivo y muy interesado.

El estilo del autor es ágil, sencillo con profusión de diálogos, sabe dosificar la intriga, y cuando el lector cree que lo tiene todo bajo control es especialista en dar una vuelta de tuerca a la situación y dejar la  partida de nuevo en la casilla de salida. Félix J, Palma juega con el lector, pero juega limpio, no se saca ases de la manga, ni conejos de la chistera, aunque el lector no siempre sea capaz de ver las pistas a tiempo porque potencia otras que llevan a callejones sin salida.

A pesar de que Diego es un personaje potente que evoluciona a lo largo de la novela me hubiera gustado una mayor profundidad en algunos de los secundarios, sobre todo en la mujer de Diego, pero no quiero contar más porque es una novela para ir descubriéndola página a página. Es una historia para dejarte abrazar por el Monstruo, dejarte envolver por su maldad, por su atmosfera opresiva, y deshacerte de ese abrazo letal en la última línea.

Seguro que El abrazo del monstruo te proporciona muchas horas de lectura placentera, y seguro que esos peros si tu también los ves, se quedan en pequeñas anécdotas que no desmerecen la lectura de esta gran novela.

martes, 19 de febrero de 2019

Todo el bien y todo el mal. Care Santos

Care Santos llegó a casa por mi hijo mayor, un día en la libreria se acercó a un libro, su titulo Arcanus y un nombre, no me fijé que en el lomo lucía un numero uno, y que por tanto era una serie, más tarde descubrí que de trece libros, y todos en aquel momento no estaban publicados. El pequeñajo que entonces no era ni adolescente devoraba los libros en cuestión y no me daba tregua para comprar el siguiente. En mi pueblo no había librerías, tan solo papelerías donde vendían libros y Amazón no estaba a un click como ahora, por que ya tiene una edad el muchacho. Aún siguen en la estantería pero nadie más se ha interesado por ellos, a mi hijo pequeño no le gusta leer y mis sobrinos no parece que les guste ese tipo de lecturas, pero aún así guardó tan buenos recuerdos de esa época en la que me volvía loca buscandoselos que me da pena donarlos.

Después la descubrí en Habitaciones cerradas, que me encandiló y por casa andan muchos otros títulos que aún no he podido leer, porque la lista de libros que hay en casa es infinita y el tiempo tan puñeteramente escaso que no encuentro hueco para ellos, pero llegará el día en que me vengaré y me daré un atracón. Es un libro que he prestado muchísimo tanto a adultos como a adolescentes, esto último porque durante unos años fue lectura obligada en el IES de mis hijos y como la gente que me conoce sabe que leo, pues me preguntan por si acaso, así que el pobre ejemplar está bastante manoseado.

Hace dos años si no recuerdo mal, una de las lecturas obligatoria del IES del peque fue Mentira, y le gustó tanto que cuando se publicó Verdad se lo compramos, pero no le entusiasmo tanto, así que no se si compraré el final de la trilogía. Pero eso es otro cantar y como siempre me voy perdiendo en detalles que vienen poco al cuento, o igual vienen más de lo que yo creo

La Autora: 

Care Santos nació en Mataró en 1970 y es autora de diez novelas entre las que destacan Habitaciones Cerradas (2011), adaptada a la televisión en 2014, El aire que respiras (2013), Deseo de chocolate (2014, premio Ramón Llull) Diamante azul (2015) y Media vida (Premio Nadal 2017). Su obra ha sido traducida a más de  veinte idiomas, incluyendo el inglés, el alemán, el francés, el sueco, el italiano y el holandés. Es colaboradora de El Periódico y de la revista Mujer Hoy.

Podéis encontrarla en:

www.caresantos.com

@CareSantos

Sinopsis: 

Reina tiene un marido, un exmarido , un amante, un hijo adolescente, un buen sueldo y un trabajo que le apasiona y al que se dedica en cuerpo y alma. A Reina le gusta su vida. Aparentemente lo tiene todo, o por lo menos eso piensa ella. Hasta que, durante uno de sus viajes de trabajo, de repente sucede algo en su casa que lo cambiará todo, y que le demostrará de la peor manera hasta que punto es vulnerable.

Asi es como empieza para la protagonista de esta novela un largo camino de regreso, en el que lo peor que tendrá que afrontar no es la extenuante espera en aeropuerto cerrado por una ola de frío siberiano, sino el vértigo que le provoca revisar su vida en busca de la verdad y tener que enfrentarse a ciertas preguntas incómodas: ¿Cuáles son las personas imprescindibles en nuestra vida? ¿Qué consecuencias tienen las malas decisiones? ¿Qué seriamos capaces de hacer en las circunstancias más terribles? ¿Conocemos realmente a nuestros hijos? ¿Nos conocemos lo suficiente a nosotros mismos?

Todo el bien y todo el mal es sin duda una de las novelas más ambiciosas y valientes que ha escrito Care Santos, en la que se nos muestra la frágil telaraña de nuestras relaciones familiares y personales, y lo complicado que resulta mirarse al espejo.

Mis impresiones:

Nos encontramos ante una novela intimista, quizás la más intimista de las que he leído hasta el momento de la autora. En ella rompe los esquemas literarios a los que tiene nos tiene acostrumbrados una historia familiar narrada en dos tiempos. Y no es que no nos encontremos con una familia, que aunque muy peculiar la hay, ni tampoco nos encontremos con dos tiempos, porque la mente de Reina bucea en su pasado para aprehenderse a sí misma y buscar una razón para lo que ha hecho su hijo.

Quienes hayan leído a Care Santos se darán cuenta que nos encontramos ante una apuesta, no se si arriesgada o no porque su narración es tan impecable como siempre, pero sin duda ha salido de su zona de confort y nos ha presentado a una mujer que se va resquebrajando en un viaje interior que la deja devastada y menos segura de sí misma.

La novela empieza y termina de la misma manera, con unas misivas que parecen no tener ninguna relación con el resto de la novela y supongo que hacia ahí apuntará la segunda parte de esta historia,  porque nos encontramos ante una bilogía, y se puede constatar no solo por las cartas que tienen como protagonista al padre de Reina, si no también porque una de las tramas que maneja la novela queda tan sólo insinuada y mira por donde no se por donde tirará Care pero es la que a mi en estos  momentos más me apetece saber como va a terminar.

La historia que nos cuenta Care transcurre en apenas 24 horas en un aeropuerto de Bucarest cerrado al tráfico aéreo por un terrible tormenta siberiana a la que llaman la Bestia del Este, en ese momento la angustia de una madre que acaba de recibir una de las peores noticias que puede haber, nos atenaza el corazón hasta el punto de meternos en su piel y calzar sus zapatos, sufrir con ella y hacernos las miles de preguntas sin respuesta que ella se hace.

Nos encontramos con una historia a ritmo de thriller y golpe de teléfono móvil, el único nexo de unión con el lugar donde debería estar en ese momento, sin embargo conforme avanza la novela, en la medida que Reina va tranquilizándose y tomando conciencia que no puede hacer nada por acelerar su vuelta a casa también se va volviendo más intimista y reflexiva, con un viaje interior que va abriéndole heridas que había logrado arrumbar, y le hace preguntarse si realmente ha tomado las decisiones adecuadas en su vida.

Care Santos aborda en esta novela temas muy actuales, las relaciones de pareja, la maternidad, la adolescencia, la relación de padres entre padres e hijos, e incluso con las parejas de sus padres, la pedofilia, la investigación farmacéutica, las relaciones laborales, la conciliación de la vida laboral y familiar, el alzheimer.... distintos y variados temas que a mi me han hecho reflexionar, me han montado en un carrusel de emociones, me han hecho jurar en arameo en un par de ocasiones y cambiar en  más de una mi opinión sobre un personaje a medida que avanzaba la trama.

Me ha hecho pensar sobre todo la forma en que trata la adolescencia, Care es madre de tres adolescentes, en muchas ocasiones pienso como puede convivir con tanto saco de hormonas en plena esfervescencia, porque yo con uno solo voy servida. Esta novela ha despertado uno de mis peores miedos, uno que ya creía dormido, y que sin embargo me ha revelado lo frágil que es la existencia, y lo mejor de todo es el respeto con el que trata ese periodo de la vida que tan difícil resulta a padres e hijos, he disfrutado con Reina Gené, con la forma en que ha abordado esa conversación con su hijo al día siguiente de haberse intentado quitar la vida y he interiorizado esa promesa que le arranca en el último momento.

"Y por último y lo más importante: móntatelo como quieras, hijo mío, me da lo mismo si te haces ladrón de banco o escalador de ochomiles, pero hagas lo que hagas con tu vida _que también es un poco mía_, hazlo de modo que me entierres tu a mí".

El acierto de la autora en esta novela no se encuentra solo en la temática que aborda capaz de conmover al lector, si no también en los personajes complejos y llenos de matices que nos presenta, algunos con más sombras que luces que iremos descubriendo a lo largo de la lectura y cambiando nuestra forma de verlos y la impresión que nos causan en un primer momento. Dibujados con gran maestría la instropección de Reina nos lleva a conocer a los hombres de su vida, a su amigo, a su madre Cristina, a su padre José Gené y a su abuela Reina, un personaje que me enamoró a primera vista y sobre el que no me importaría volver a leer.

Con un equilibrio perfecto entre la reflexión y el diálogo ágil, la prosa de Care Santos nos adentra en la historia de una mujer que se ha hecho a sí misma, que ha tomado decisiones equivocadas, que se ha visto obligada a claudicar en ciertos temas y edificar su futuro sobre una mentira que ha condicionado su futuro, el de su marido y el de su hijo. La Reina triunfadora, capaz de detectar a los mejores profesionales a través del lenguaje no verbal se va resquebrajando a los ojos del lector, antepone su faceta de madre, abandona el trabajo e intenta volver por todos los medios a Barcelona, y solo cuando se ha convencido de que no lo va a poder hacer usa toda la tecnología a su alcance para manejar los hilos a golpe de móvil, tablet y ordenador.

Es el momento de cuestionarse la vida que uno lleva, de país en país, de hotel en hotel, lejos de su  marido y de su hijo, sin tiempo a penas para dedicarse a sí misma y a sus aficiones, 24 horas de soledad y angustia dan para mucho, también para tomar la decisión correcta, poner un poco de tranquilidad en su vida, dedicarse más tiempo a los suyos y menos a un trabajo tan absorbente.

Y es que si algo se puede vislumbrar en esta historia es como se las gastan las multinacionales en sus contratos, no importa lo que paguen por un profesional pero las clausulas de blindaje son salvajes, Reina abandona el trabajo sin pensar lo que firmó en su día, pero por un lado su jefe y por el otro un candidato se lo recuerdan. Y es que a través de esas conversaciones conocemos como trabaja Reina, que técnicas aplica, que valora y que le hace ser la profesional más cualificada del sector. Pero también conocemos las practicas amorales o incluso inmorales de la industria farmacéutica, conocemos la historia de Ulf y nuestra opinión sobre él cambia radicalmente, aunque no va a ser el único personaje que nos hará cambiar de opinión.

Y por último nos adentramos en el mundo de los adolescentes, las relaciones que mantienen entre ellos, las lealtades y deslealtades, Reina se pregunta como fue incapaz de ver que le pasaba a su hijo, como iba languideciendo a su lado, como sus amigos o los que ella creía que lo eran sabían lo que ella ignoraba y no había sabido vislumbrar. Y lo que más me ha llamado la atención es la reacción de la madre de Arnau, su falta de sensibilidad, las acusaciones que vierte sobre la madre angustiada, me dieron unas ganas de darle un par de gritos y desahogarme, espero no tener yo la misma insensibilidad si algún día recibo una llamada solicitándome ayuda.

Conclusión:

Si habéis llegado hasta aquí, os habréis dado cuenta que Todo el bien y todo el mal me ha proporcionado horas de placer literario y angustia, lo primero por la prosa y saber hacer de Care Santos que como siempre es impecable, elegante, sencilla y fluye sin artificios, en mi caso montada en una noria de sensaciones y metiéndome en la piel y  los zapatos de esa madre que hace una viaje a su interior y su vida para encontrar un solo motivo que explique lo que su hijo acaba de hacer.

Merece un diez ese equilibrio entre la reflexión y los diálogos que nos adentran en la sicología de los personajes, en su pasado y su presente, que van construyendo la trama a golpe de reproche y frases lapidarias que golpean al lector y le hacen parar, releer, avanzar y retroceder por puro placer, y le obligan a pensar, a reflexionar, no es una novela que deje indiferente al lector.

Y por último destacar el acierto de Care en todos y cada uno de sus personajes, no hay ninguno de ellos desdibujado y aunque la protagonista absoluta es Reina los secundarios son igual de ricos en matices, dotados de diferentes perfiles sicológicos con muchas sombras que alumbrar.

Una novela con nudos que deshacer, con piezas que ordenar, un verdadero rompecabezas que hará las delicias de cualquier lector


lunes, 11 de febrero de 2019

Reikiavik .Pablo Sebastià Tirado

Una es de letras, letras, ni siquiera salpicada de algún número, siempre me he sentido negada para los conocimientos científicos y nunca me han llamado la atención. Nunca, hasta que mi hijo mayor empezó a interesarse por ese ámbito, era la antítesis perfecta a mí, un enamorado de la física y de la ciencia.

No puedo decir que me haya contagiado su entusiasmo ni que entienda la mitad de las veces lo que me explica, sin embargo en alguna ocasión me he adentrado en novelas que tratan temas físicos para neófitos, como puede ser La puerta de los tres cerrojos, y no me han disgustado.

Sin embargo en la presentación de Reikiavik en Castellón, la presentadora y escritora Teresa Viejo mencionó en varias ocasiones que la novela era negra con tintes de ciencia ficción, y ahí me asusté, hasta el punto de plantearme no leerla . Y es que los asiduos al blog se habrán dado cuenta de que hay géneros que no toco, y uno de ellos es la ciencia ficción, quizás la culpa la tengan unas lecturas obligadas del colegio que me dejaron un mal sabor de boca.

Sin embargo, con la novela ya en casa decidí darle una oportunidad y participar con las Yincaneras de
Madrid en la lectura simultánea, y la verdad es que no me arrepiento de la decisión tomada, porque lo que para unos es ciencia ficción para mí simplemente se reduce a investigación científica, a anticipación; y la verdad es que lo que se cuenta en un futuro no será tan descabellado y seguramente en estos tiempos se estén dando pasos en esta dirección. Otra pregunta totalmente distinta sería los debates morales que se nos pueden plantear, pero esto queda para otra ocasión, o para charlar largo y tendido con un café sobre la mesa o un vermuth según la hora en que se acometa.

El Autor:

Pablo Sebastiá Tirado nació en Castellón de la Plana en 1973, es abogado, escritor y periodista. Ha trabajado para diferentes medios de comunicación, tanto en radio como en prensa escrita, y actualmente compagina la creación literaria con la asesoría de empresas y la promoción editorial.

Es miembro del comité organizador del certamen internacional de crimen y ficción Castelló Negre y forma parte del colectivo "12 plumas negras".

Ha publicado hasta el momento las novelas: El último proyecto del doctor Broch (2007), La agenda Bermeta (2008), El último grado (2010), Secreto de estado (2011) y La sonrisa de las iguanas (2014) Literatura Reino de Cordelia nº 43. También ha participado en varias antologías de relatos, entre ellas España negra (2013).

Sinopsis:

El albino Hannu siempre acompañado por un fiel y enorme rottweiler color azabache, ajusticia a los hermanos Ferrutti, los dos principales capos que controlan el juego y la prostitución en Cataluña. El golpe es tan salvaje como  efectivo, pero por primera vez el ejecutor deja un cabo suelto al respetar la vida de una joven que se esconde con su bebé, secuestrada por uno de los capos asesinados. Los tres juntos deberán huir de los sicarios del clan mafioso por una Barcelona corrupta y sumida en el odio, donde nadie es inocente y la traición y el poder se dan la mano en los bajos fondos. Pablo Sebastiá Tirado nos sumerge en los ambientes más sórdidos de la capital catalana, pero también nos lleva de viaje desde Sicilia hasta Islandia, e incluso al futuro mediante una extraña investigación donde un hombre se enfrenta en solitario a un reto científico peligroso e inquietante.

Mis impresiones:


Nos encontramos ante una novela en la que me gustaría destacar varios puntos, el primero de ellos, que no el más importante, es la edición. Reino de Cordelia nos presenta una novela encuadernada con primor, con materiales de alta calidad, aunque al mismo tiempo resulte un libro rígido y difícil de abrir para aquellos que nos gusta que se note lo menos posible que han pasado por nuestras manos. Lo primero que nos seduce es una portada en la que podemos encontrar a los dos protagonistas de esta novela, pero si la quitamos nos encontramos otra igual de atractiva, y que seduce de igual forma.


Al abrir el libro encontramos más extras en esta cuidada edición, con páginas en rojo, y otras en blanco, una letra más que aceptable y unos márgenes óptimos. Mi enhorabuena a la editorial por pensar en los lectores.

Pero si pienso en el principal activo de esta novela sin duda son sus protagonistas:

Hannu un albino asocial que carece de sentimientos, que se ha impuesto como misión limpiar de la faz de la tierra a los delincuentes y lo hace a golpe de salmos. Un personaje peculiar que actúa de forma mecánica para sobrevivir y a quien no parece importarle nadie más que el enorme rottweiler que le acompaña.

Reikiavik, es el enorme rottweiler de Hannu, un animal entrenado para matar que hace al mismo tiempo gala de una gran nobleza, parece que los papeles se intercambian y es más humano el perro que Hannu, pero como todo tiene un porque para encontrar respuestas a esta afirmación y a otras os vais a tener que sumergir en las páginas de esta impactante historia, que te puede gustar más o menos pero no te va a dejar indiferente y de la que no vas a salir indemne.

Nos encontramos ante una novela que se estructura en dos líneas temporales, una en el presente que se sitúa en Barcelona en el verano de 2016 y otra en pasado que comienza en Sicilia y se desplaza a Islandia que comprende entre 2005 a 2010. Ambas historias que en un principio no parecen tener nada en común terminan confluyendo de forma magistral y encajando como la maquinaria de un reloj suizo de precisión.

Tanto es así que podríamos leer la novela en un principio solo leyendo los impares y tendríamos una historia, solo que nos fallaría el final porque nos faltaría información, ya que esta se encuentra en los capítulos pares narrados en pasado. E igual pasaría si solo leyeramos los pares, no comprenderíamos que pinta Hannu en esta historia.

Por ello me parece un logro la forma en que esta escrita esta novela, porque el autor es ante todo sincero, no engaña al lector, ni rompe el pacto ficcional, no se saca de la manga nada, ni resuelve con artificios la enredada historia, se limita a hacer avanzar ambas tramas hasta que convergen, de tal forma que el lector avezado pronto ata cabos y podría parecerle previsible pero justamente esos cabos atados no son lo importante de esta novela.

Al hilo de esto en la historia actual, la que se desarrolla en Barcelona, nos presenta una ciudad en la que la corrupción campa a sus anchas, en la que la mafia de trata de blancas y narcotráfico tiene a policías y mossos en nomina y nadie puede sentirse a salvo, eso Hannu lo sabe, pero huir con una chica asustada y un bebé no es nada sencillo, y ella no se fía, como para hacerlo... Nos encontramos en los capítulos impares una novela negra en la que los protagonistas absolutos son  Hannu y Reikiavik, pero con unos secundarios de lujo muy logrados como Bianca la joven rumana que obligaron a prostituirse, Don Francesco que rezuma odio por todos los poros y a pesar de su enfermedad terminal sigue siendo peligroso y es el único del clan de los Ferrutti vivo, o su enfermera Carlota. Os animo a descubrirlos a todos ellos en las páginas de esta novela un tanto inusual.

En los capítulos pares conoceremos a Pietro Fabruccini, un hombre al que la vida ha golpeado duramente desde niño, y que sobrevive al amparo de una familia de mafiosos los Manzini, cuando cae su patrón él es encarcelado y la vida parece regalarle una oportunidad que no duda en aprovechar haciendo aquello que nunca había podido: leer, formarse, y convertirse en cinco años en un humanista, una persona capaz de leer a los clásicos en latín, Virgilio entre ellos. La oportunidad de salir de la cárcel la pintan calva cuando el hijo de su antiguo patrón se presenta con el abogado de la familia y le ofrecen participar en un experimento peligroso, la lealtad una de las virtudes que le adornan le obliga a aceptar y comienza en ese momento un periplo que le llevara desde Sicilia a Islandia.

Y aquí encontramos otro de los juegos de la novela, porque Reikiavik es el nombre del enorme rottweiler pero también es la ciudad donde esta instalado el laboratorio científico en el que Pietro se convertirá en objeto de estudio. Una ciudad fría para un laboratorio aséptico de acero y metal en el que los sentimientos y el lenguaje afectivo no tiene cabida, solo el lenguaje científico y la racionalidad. La teleportación, de ahí que muchos califiquen a esta novela de ciencia ficción, se convierte en la protagonista absoluta, en la meta a la que llegar, han experimentado con objetos, e incluso con animales pequeños, pero necesitan ver si funciona con animales más grandes y sobre todo con humanos.

Al lector, al menos a mí, se le coloca ante una disyuntiva un tanto extraña, porque quienes financian este proyecto son grandes riquezas, para luego utilizarlo en beneficio propio y hacer fortuna con ella, sin embargo todo avance científico aunque provoque graves dilemas es beneficioso para la sociedad, ¿O no? Hasta que punto una persona con todos los puntos en contra que se vislumbran sigue adelante, pensándolo fríamente no tiene otro remedio, o lo mata el experimento, o se encarga de él la mafia, pero aún así quién camina voluntariamente hacía un futuro tan incierto.

Como podréis comprobar en mi esta lectura ha suscitado más preguntas que respuestas he encontrado, porque precisamente el autor no nos lo da todo masticado, nos deja que seamos nosotros mismos, los lectores, los que que lleguemos a ciertas conclusiones, el planta la duda y cada uno que la resuelva a su antojo.

Me ha sorprendido bastante que una persona de letras haya sido capaz de acometer y explicar un tema tan complejo que hunde sus raíces en la física cuántica, para mí palabras mayores, sin embargo cuando le pregunté al respecto en el club de lectura Cosas&Musas, pude comprobar que a Pablo Sebastiá le apasiona la ciencia y que se documenta, nos expuso todos los experimentos que se han hecho hasta el momento y a partir de ellos él se ha dedicado a anticipar lo que podría dar de sí esa investigación, y ha dado por hecho que la teleportación puede ser una realidad dentro de muchos años, aunque quizás los lectores actuales no seamos testigos de ello.

Al hilo de todas las lagunas que se le presentan a los científicos nos encontramos con avances que se están utilizando hoy en día, como el volcado de imágenes en el cerebro, imágenes que previamente  se han obtenido por reacciones del cerebro a ciertos estímulos, sinceramente a mi me hizo plantearme muchas preguntas y no obtuve respuestas, quizás porque los dilemas en los que yo me vi envuelta darían para acolarados debates.

El punto de inflexión en esta historia se produce en 2007 cuando la crisis económica impacta de lleno en el centro de investigación, y tienen que desmantelarlo, es ahí donde empezaremos a comprender cosas y las historias empiezan a converger, donde el lector empieza a atar cabos y los flecos comienzan a desaparecer, tanto que si alguno queda libre es voluntad del escritor que así sea, para que el lector resuelva la situación como crea oportuno. Me parece un acierto porque es un impacto brutal que golpeó a las grandes fortunas y a todo lo que ellas financiaban y la verdad es que es bastante gráfica la explicación que le da el abogado financiero a los científicos que no parecen entender como el aleteo de una mariposa en Japón puede ocasionar un tsnami en el mundo entero.

A pesar de ser una negada para los temas científicos y para la física en particular he disfrutado de esta novela, de la frialdad y la falta de escrúpulos y si me apuras moral de los investigadores que en ningún momento consideraron humano al objeto de su experimento, les traía sin cuidado las consecuencias que pudiera tener para el equilibrio síquico y emocional, solo les importaba si era posible teleportar humanos. No puedo decir que haya entendido lo que el personaje científico comentaba, pero como se lo tenían que explicar a Pietro una neofita como yo fue capaz de entender, de sorprenderse, de escandalizarse con ciertas posturas... Toda una montaña rusa de contradicciones se desató en mi interior, dando como colofón una lectura más que satisfactoria.

Mención de honor para ese final, abierto, ambiguo, como queráis calificarlo, no me voy a poner tiquismiquis, que me sobrecogió el alma y me dejó un agujero impresionante. Contar con la presencia del autor en el Club de lectura fue un lujo porque nos contó entresijos que me ayudaron a comprender mejor la historia tal y como él la había escrito y que por caprichos de la edición cambio de orden algún capitulo dando lugar a un final no tan claro, pero para que podáis disfrutar de la novela tanto como yo, me reservo este dato para cuando la hayáis terminado y entonces hablamos largo y tendido sobre ello. ¿Os parece?

Conclusión:

Nos encontramos ante una novela negra de anticipación, me niego a clasificarla como ciencia ficción, porque para mi no lo es. Una historia que sorprende al lector, que lo hace reflexionar, posicionarse, preguntarse y como poco informarse.

Una historia que destapa los bajos fondos de una ciudad grande, como las mafias juegan a su antojo y  nos muestra un personaje frío, sin sentimientos, con el que no estaremos de acuerdo en muchas ocasiones, pero que bien nos iría si hubiera alguien como él pululando por nuestro mundo y nos fuera librando de la escoria delictiva.

Y también que se esconde detrás de ciertas mafias de guante blanco que se dedican a financiar investigaciones científicas para su beneficio económico, sin importarles que sacrifican por el camino.




lunes, 4 de febrero de 2019

No es tiempo de peros. David Jimenez El Tito

Voy a echar de menos a Marcial, ya lo estoy echando de menos y acabo de leer la última línea, tras el mosqueo inicial por un final que me ha hecho jurar en arameo y que no intuía me he ido quedando huérfana, a pesar del mucho frío que ya transmitía Marcial y no menos heladoras eran las sensaciones que emitía Zoe. A pesar de todo ya eran como de la familia y yo esperaba cada entrega con entusiasmo.

Hace mucho que conocí a David de un modo casual, porque me metí de lleno en su Facebook para que me diera información sobre Castelló Negre, han pasado años desde aquello y tres novelas, algún café que otro, muchas conversaciones sobre literatura y por mi parte una creciente admiración por la persona y por el escritor.

Por la persona, porque sabe escuchar y toma nota de lo que le puede servir para evolucionar, como escritor porque libro a libro sorprende lo que ha aprendido, lo que ha crecido y aún así sigue escuchando, sigue tomando nota de lo que la gente le comenta. Es cercano, no se cree ninguna leyenda, porque sabe que sin sus lectores un escritor no es nadie. He conocido autores autopublicados que no escuchan y se creen alguien en el mundo de la escritura, ningunean al lector que no les baila el agua, y contentar a todos es muy difícil, pero de todo se aprende

Pero como siempre me pierdo en disquisiciones a las que podréis llegar cualquiera que coincidáis con él, no perdáis la oportunidad de acercaros a una presentación, mesa redonda, cualquier evento en el que participe, es un gran conversador literario y no solo habla de su libro.


El autor:

David Jiménez "El Tito" nació en Cartagena en 1978. Es licenciado en Biología por la universidad de Murcia. Después de haber desarrollado su carrera como biólogo en el ámbito del control de calidad,  en la actualidad trabaja como agente marítimo de Vigilancia Aduanera.

Ha sido colaborador de Castellón Noticias, como especialista en género negro, hasta su debut literario con Muertes de Sobremesa (ACEN 2015). Dos años después llegó Inspector Solo (Ediciones Versátil, 2017) y ahora No es tiempo de peros. Una serie de novelas que pueden leerse como una trilogía o de manera independiente.


Sinopsis:

Ella ya no es esa policía tímida que no se atrevía a mirarlo a la cara. Él ya ni siquiera es policía.

Ambos han pagado un peaje demasiado alto por trabajar al margen de la ley. Ahora lo único que los une es una causa común: encontrar al Cazador.

Pero compartir un objetivo no los convierte en compañeros, sólo en socios; unos socios que tendrán que lidiar con una relación amor-odio basada en engaños.

Para Zoe. Marcial es el mejor medio para descubrir al verdadero culpable de la muerte de su novio. Para Marcial, Zoe es la única compañía humana que no le resulta insoportable.

La búsqueda del Cazador los une en un nuevo caso, pero esta vez nada será igual. Marcial ya no tiene una placa que le impida desafiar las normas, y Zoe simplemente ha dejado de cumplirlas. Ambos iniciaran un descenso a los suburbios de Cartagena en la investigación de una de blanqueo de capitales que salpicará de  sangre los cimientos de la ciudad.


Mis impresiones:


David ha conseguido lo que muchos autores sueñan y pocos consiguen crear el PERSONAJE, si en mayúsculas, porque eso es Marcial, un personaje que no deja a nadie indiferente, que cimenta toda la trama, que la arma, que la sustenta incluso cuando el autor lo convierte en un secundario. Un personaje que violenta al lector, que lo sube en una montaña rusa de sensaciones, que lo lleva desde el odio hasta la comprensión, aunque no en todos los casos, que obliga a que tome partido y en mi caso no siempre sale bien parado, aún así reconozco que Marcial se ha convertido en un imprescindible, que ansío encontrar un personaje como él en cada novela que empiezo, y por supuesto no lo encuentro.

Y ahora viene lo peor lectores adictos a Marcial, David concibió esta historia en tres novelas, y hemos llegado a su final, y no piensa estirar el éxito de su inspector de policía más allá de lo que se había propuesto en su día, por lo menos no de momento, quiere explorar nuevas historias, crear nuevos personajes, seguir evolucionando.

Después de No es tiempo de peros pretende hacer un borrón y cuenta nueva, de hecho ya lo está haciendo y yo al menos me voy a quedar huérfana sin ese policía, porque aunque haya entregado la placa lo sigue siendo, políticamente incorrecto, machista, asocial y muy peculiar que ha creado en mi vocabulario un nuevo vocablo a lo Luis Piedrahita amorodio y siempre en los extremos, sin matices, sin escalas de grises, en uno u otro lado del ring.

No es tiempo de peros empieza donde termina Inspector Solo, aunque el autor dice que las novelas se pueden leer de forma independiente aconsejo leerlas en orden para:

1.- Tener una visión global de todos los personajes, los hay que solo aparecen en Muertes de Sobremesa y se recuperan en No es tiempo de peros.

2.- Apreciar el derrumbamiento de Marcial, esa autodestrucción que comienza en la primera de la serie y que avanza imparable hasta el punto final de No es tiempo de peros.

3.-  Aprehender la metamorfosis de Zoe, confieso que he podido entenderla, pero no me ha gustado en que se ha convertido y se me queda un sabor amargo con ese punto y final.

4.- Constatar la evolución de David como escritor, y es que novela a novela se ha ido notando el cambio, un mayor dominio del lenguaje, de las técnicas de narración, de la utilización de recursos, una mayor soltura al narrar y al construir las tramas que ganan en complejidad y benefician a la historia y a sus personajes y por ende al lector que se pierde entre sus páginas.

No es tiempo de peros es una novela redonda en muchos sentidos que cierra muchos frentes y deja oros abiertos a la imaginación del lector para que este le de el final que más le convenga, el que más le guste. Aparenta que en cualquier momento puede empezar a andar de nuevo la historia, porque hay personajes para rato, sobre todo hay Marcial para muchos casos más aunque hoy parezca sólo la sombra de sí mismo, hay Zoe para muchas batallas más y sorpresas que solo descubrirás si te pierdes entre sus páginas.

Ambientada en Cartagena la ciudad que lo vio nacer y crecer, en esta novela se convierte en un personaje más, ganando protagonismo. No es necesario haber visitado la ciudad para pasear por ella de la mano de David que en esta ocasión se ha empeñado en llevarnos a aquellos barrios que no pisan los turistas, barrios marginales y oscuros, donde las drogas campan a sus anchas, donde malviven delincuentes, camellos y yonkis. Calles en las que más vale no perderse a según que horas y menos solo.

Al hilo de esto el autor utiliza su novela para hacer critica social, para poner en solfa a los políticos de Cartagena, para denunciar las deficiencias, porque no todo es bello en la ciudad que los turistas inundan a diario, también hay esos lugares que quedan olvidados, en los que cualquier delito es posible, y en los que posiblemente un poco de acción gubernamental sentaría de lujo. No conozco la ciudad pero novela a novela he podido recorrer sus calles, pasear por sus parques y bajar a las zonas más sórdidas, un tour completo el que ofrece David al alcance de todo aquel que se aventure en esta trilogía, aunque es en No es tiempo de peros donde más peso tiene la ambientación y la ciudad se convierte en un personaje más.

Hay una palabra que sobrevuela toda la novela LEALTAD, el leit motiv de Marcial, la razón de que sea tan peculiar, lo que exige a cualquier persona de su entorno, una cualidad que solo aprecia en su fiel galga Sola, ni siquiera Zoe que logró traspasar su coraza lo ha sido. La vida de Lisón se desmorona, pieza pieza van cayendo todos los hombres que creía honestos, sus referentes, aquellos por los que hubiera dado su vida. A veces la ignorancia es una bendición, pero conforme ese caso endiablado va resolviéndose conforme desenredan esa enorme madeja de corrupción y blanqueo de capitales, en la medida que se van acercando al final, la verdad lacera a Marcial, lo hunde más y más y lo aboca a los brazos de las rubias, ellas si saben consolar.

Marcial representa valores que ya están en desuso hoy en día, quizás por ello a pesar de su canallesca personalidad, a pesar de que no comprendamos todo lo que hace y que nos parezcan reprobables muchas de sus decisiones y actuaciones, nos atrae y parte de la culpa de ello la tiene su actitud con la perra; aunque en este libro parece descuidarla un tanto, si no es capaz de cuidarse a si mismo como va a hacerlo de un animal, más bien parece que es la galga quien cuida de él, quien lo saca de su letargo, quien le obliga a levantarse cada mañana aunque la resaca le martillee las sienes y le convierta en esparto la lengua.

Son precisamente esos pasajes con Sola, en los que Marcial se nos muestra como es, como se siente, es justamente ahí donde lo vemos navegar a la deriva, y justo ella es su puerto, su salvación, quien le pone los pies en la tierra, quien más se ha asomado a ese pozo oscuro, quien mejor conoce a su diablo interior porque ha sido capaz de asomarse a sus pupilas y sin embargo ha seguido a su lado sin reprocharle nada, dándole cariño, siéndole LEAL.

Pero Marcial no está solo en esta intricada trama, la acompaña una agente, Zoe Ochoa, una mujer que ha sufrido uno de los reveses más importantes de su vida; una mujer llena de odio que solo vive para la venganza. Una mujer que es la sombra de lo que fue, a pesar de que la veremos más aguerrida, más resuelta, porque el odio es un motor poderoso, más incluso que el amor. Nada queda de esa amistad que lograron forjar, se la llevaron los silencios, las mentiras, la desconfianza. Sólo les une una fuerza, la venganza. Marcial en ocasiones flaquea, le gustaría abandonar y no lo hace por lealtad a Zoe, otra vez esa virtud tan en desuso.

No puedo decir que me haya gustado la Zoe con la que me he encontrado, no creo que pueda volver a ser feliz ni tampoco ser una buena policía, el autor coloca a los personajes al límite, y traspasando una y otra vez la línea que separa la legalidad de la ilegalidad, una línea que en ocasiones es muy gruesa y otras tan fina que en el momento menos pensado estás al otro lado. A pesar de todo he entendido ese cambio, no se como hubiera actuado yo en su lugar, posiblemente igual que ella, porque si algo ha logrado David con esta novela es verosimilitud, personajes de carne y hueso que traspasan el papel, que respiran, que empatizan con el lector.


David ha conseguido que sus personajes bajen al infierno, y los lectores les acompañemos, nos muestra la realidad del alma humana de forma cruda, sin miramientos, esa maldad latente que anida en muchas personas. Pone de manifiesto todos los resortes de la autodestrucción, tanto la de Marcial como la de la misma Zoe, y de otros personajes que no quiero adelantar, vais a tener que descubrirlos entre las páginas de esta última novela.

Y como no podía ser de otra forma demuestra que es un gran lector, podemos encontrar guiños en la última de la trilogía, hay uno que me ha hecho especial ilusión, la mención a Pere Cervantes y a su novela Tres minutos de Color, aunque no es la única referencia metaliteraria que encontrarán los amantes de la novela negra.

Mención especial para ese final que me hizo jurar en arameo, y que redondea una trilogía en la que la mentira, la corrupción, la prostitución, el blanqueo de capitales y sobre todo la deslealtad tienen un papel predominante y también la LEALTAD esa virtud tan sobrevalorada y que se resume en una línea cargada de intenciones.

"Yo cuido de los míos"

Conclusión:

Con esta última entrega David Jimenez "El Tito" ha demostrado que ha llegado para quedarse, que se ha ganado un lugar más que merecido en la novela negra española, ha tenido la destreza de ambientar en una ciudad que conoce bien y la ha dibujado con su cara más bonita y con la más amarga. Ha sabido crear un personaje magistral cuya alargada sombra le va a perseguir en cada nuevo proyecto que emprenda, ojalá nos de muchos más personajes de ese calado tan profundo, con esos matices tan amargos y ácidos con esas sombras tan oscuras que hasta opacan la poca luz que logra emitir.

Nos encontramos ante una novela que tiene un ritmo constante, en la que no decae la tensión en ningún momento, con un vocabulario rico, pulido y cambios de registro cuando son necesarios, dotando a cada personaje de una individualidad muy marcada tanto física como psicológicamente. Y sobre todo si hemos leído las novelas por orden hemos ido asistiendo al nacimiento de un escritor, al que le deseo muchos éxitos y al que pienso seguir los pasos.

Ya solo me queda recomendarte encarecidamente esta trilogía, desde la primera de la serie que puedes encontrar por muy poco en la red, disfrutar de unos personajes ricos en matices y muy complejos y de una trama que vira en multitud de ocasiones haciendo que el lector cree sus propias hipótesis para finalmente demostrarle lo equivocado que estaba. Y como tres libros no se sustentan con una sola trama, novela a novela encontraremos una subtrama distinta igual de atractiva que la principal.