Hace unos años mi vida dio un giro de 180º, que en cierto modo supuso una liberación y en otro me hundió el ánimo hasta cotas insospechadas. Y es que quedarte en el paro no es una bicoca, pero cuando llevas casi medio año sufriendo las iras de tu jefe y siendo responsable de fracasos en los que tu no has tenido ni voz ni voto, la autoestima de una persona va consumiendose de una manera brutal. Ya no aguantaba más y casi estaba pensando en abandonar mi trabajo cuando un día me anunciaron mi despido temporal que se convirtió en definitivo.
La gente que me conoce envidia mi sentido del humor incombustible, mi lema a mal tiempo buena cara en aquellos días desapareció, porque también lo hizo ese sentido que la gente me envidiaba, esa facilidad para reírme de todo y de hacer una gracia de algo que pudiera desdramatizarse, donde se fue lo ignoro incluso hoy, pero me volví bastante arisca e irascible y ni yo misma me reconocía. Y la cosa se fue agravando conforme pasaron los meses y ese trabajo que yo pensaba que no tardaría en conseguir seguía brillando por su ausencia y mi tabla de salvación fue mi blog e ir saltando de blog en blog, lo que yo entonces denominaba blogging y que ahora echo muchisimo de menos.
En unos de esos días en que el blogging era una válvula de escape recalé en un blog que me llamó la atención por su nombre Una mamá española en Alemania, y pensé narices que lejos se ha ido esta mujer... cuando llegué allí no llevaba mucho tiempo activo el blog, pero enseguida me dí cuenta que con ella podía recuperar cosas que había perdido por el camino, como la sonrisa, aquel día me hice seguidora y casi puedo decir que en los días que le siguieron me hice adicta al blog. Esta bloguera no actualizaba a diario pero yo tenía material de lectura y cuando me puse al día y no había post nuevos pues releía aquellos que más me habían hecho reír.
Poco a poco me dí cuenta de que mi sentido del humor estaba de vuelta, que había recuperado la capacidad de reírme de mi misma y con los demás, que la vida con una sonrisa a veces es mucho más llevadera aunque en tu interior se esté desatando la más cruel de las tormentas. Sin embargo no se muy bien porque perdí el contacto con el blog, desapareció de mi blogroll y tampoco hice mucho por recuperarlo. Hasta que entre las novedades de Planeta vi un titulo conocido, una novedad que tenía que ser mía, y vaya si lo fue.
La autora
Fátima Casaseca Muñoz (Madrid, 1981)
es licenciada en Filosofía y Teología protestante por la Universidad Humboldt
de Berlín. Ella nunca pensó en quedarse a vivir en Alemania y lo que en
realidad le llevó a ese país fue la intención fallida de obtener una beca
Erasmus.
Sin embargo, por problemas formales con el nivel idioma (es autodidacta
y aprendió alemán sola en su casa, pero no tenía ningún título oficial
que lo acreditase) su petición fue denegada. Ella, según sus propias
palabras es una persona muy obstinada, y no se arredró hasta que consiguió
el traslado de expediente y la admisión en la Universidad para cursar estudios
en Berlín.
Mientras hacía la carrera, conoció en una
fiesta al que poco después se convertiría en su marido. Vivieron en Berlín
los cuatro primeros años, y posteriormente se trasladaron a un bucólico
pueblecito de Baden Württenberg, lugar donde su suegro tiene un negocio
que espera el relevo generacional de su hijo tras una próxima jubilación.
Los niños fueron haciendo tempranamente acto
de presencia en el matrimonio, y lo que en principio parecía un impedimento
para su desarrollo profesional —la maternidad—, se terminó convirtiendo
en un inesperado elemento de proyección social gracias a un blog que adquirió
popularidad muy rápidamente.
Como muestra de que hay vida más allá del
blog, y también de los hijos, Fátima Casaseca trabaja, además, en el departamento
internacional de una PYME de aquel país, a lo que sin duda ha contribuido
su amplio domino de idiomas: español y francés, en los que es bilingüe,
y alemán e inglés a un nivel casi similar.
Que Fátima Casaseca es inseparable de su blog,
a pesar de todo y de todos, lo revela el hecho de haberse convertido
en una referencia de la maternidad para las nuevas generaciones de madres
y padres, al tratar un tema que es de todos de una manera irónica, lúcida,
desmitificadora y, desde luego, llena de inteligencia y humor.
Información facilitada por la editorial en dossier de prensa
El Blog
Si quieres visitar su blog para saber que puedes encontrar en el libro... pincha aquí
Muchas son las razones que pueden llevar a una persona a abrir un blog, las de Fatima seguro que se parecen a las de muchos de nosotros. Cuando uno se encuentra en un país que no es el suyo, y tan distinto al nuestro, se enamora de un autóctono y se queda embarazada antes de terminar los estudios el mundo se vuelve del reves, por si ello fuera poco, pasar de vivir en una capital como Berlin con todo a tu alcance a hacerlo en un bucólico pueblo de montaña de Baviera puede volver loco a cualquiera, más si ya tienes dos niños y otro de camino y el acelguismo local no te permite ningún tipo de acercamiento a tus vecinos.
Con este panorama nos cuenta la autora que tenía dos salidas visitar un sicólogo que ni siquiera podía encontrar en su pueblo o abrir un blog y la verdad es que su estilo es imponente. Antes de decidirse a adentrarse en este mundo ya era lectora de blogs de maternidad en los que se dio cuenta de que circulaban muchos mitos sobre la maternidad en Alemania, mitos que reconozco que yo también me había tragado a pies juntillas, a pesar de poder comprobarlo de primera mano porque tengo familia allí afincada.
Como cualquier lectora aplicada cuando leía algo que no se ajustaba a la realidad se dedicaba a hacer matizaciones, puntualizaciones y comentarios que en realidad le quitaban bastante tiempo, con lo que decidió abrir su propio blog, y hoy tres años después la cita con él es imprescindible. ¿Que lo hace único? Creo que es de las pocas personas que llevan la sinceridad por bandera, no presume de tener unos niños perfectos, y tampoco pregona a los cuatro vientos que la maternidad es una bicoca, porque no nos equivoquemos señores no lo es, la maternidad tiene momentos preciosos, pero otros horrorosos, y los niños a veces te los comerías y otras te arrepientes de no haberlo hecho y la forma en que ella te lo cuenta siempre, siempre te levanta una sonrisa y te hace olvidar los malos ratos.
Yo ya lo he recuperado, lo he vuelto a colocar en el blogroll y aunque no siempre comento, me paso con asiduidad, aunque no haya actualizado.
Mis impresiones
Al conocer el estilo de la autora sabía que el libro me iba a gustar, que lo iba a disfrutar, que iba a soltar más de una carcajada, así que en ese sentido me sorprendió poco, si bien no, bastante menos que alguien que no conociera a la autora de antemano, pero reconozco que ha sido una gozada reencontrarme con ella, redescubrirla de nuevo y ver que tiene en mi las mismas dotes terapéuticas que antaño. Hoy mi vida ha cambiado bastante, he recuperado mi sentido del humor, en ocasiones me pongo el mundo por montera y si alguna vez me hundo recuerdo que las burbujas siempre suben para arriba y soy capaz de remontar, sigo sin tener un trabajo estable y aprovecho cualquier oportunidad que me dan como si fuera la definitiva, de ahí que algunas veces esté menos activa en el blog, pero reconozco que los escritos de esta mujer me ayudaron cuando más lo necesitaba y por ello siempre le estaré agradecida.
El libro consta de un prologo en el que nos cuenta más o menos porque abrió un blog, y que me hizo esbozar la primera sonrisa cuando leí, "Y es que, puestos a elegir, ¿quién prefiere llorar a reir?", porque me recordó porque me sentí tan identificada con ella desde el primero momento, y por supuesto no era porque vivo en Alemania, ni tengo marido teutón que se precie, ni tres churumbeles que yo fui menos valiente y me quedé con dos, eso sí de sexo masculino como los de Fátima, así que yo también me encuentro en desigualdad numérica como ella.
Tras el prólogo podemos encontrar hasta 82 relatos de diferente índole, pero todos ellos en clave de humor, desmitificando al motor de europa y sus muchas ayudas sociales y sobre todo echandole mucha pero que mucha ironía a su vida familiar, en las Teutonias, a su nostalgia por España y por lo que aquí dejó, a las recriminaciones de su madre, a sus imperfecciones y las de su marido al que llama cariñosamente maromen.
No puedo decir que relato, que post, que entrada me ha gustado más, pero si puedo decir que me ha robado el corazón un polluelo, uno al que le falta una paleta, es rubio y un Atila en potencia, si señores Destroyer se ha convertido en mi ojito derecho, por muchos méritos, pero sobre todo por los detalles que tiene, supongo que su madre ya tiene muy claro que va a llevar de cabeza a todas las teutonas en unos añitos y va a tener que atarlo bien corto si no quiere ser abuela joven.
Y si Destroyer me ha robado el corazón, el del rizo me ha hecho temblar, porque los pequeñines desarrollan un sexto sentido para que les hagan caso y el pulmón de acero de este pequeñajo ha resquebrajado mis timpanos sin haberlo oído ni una sola vez... Me he puesto en los zapatos de esta mama española en Alemania y he terminado en ocasiones agotada y dando gracias porque mis hijos ya estén creciditos y tener la ayuda de mamá a pocas calles de distancia y el apoyo de mis hermanas. Si una es egoísta que le se le va a hacer.
Y no es que el mayor me haya resultado indiferente porque yo tengo uno de esa indole, resabidillo vaya, y ahora que ya tiene catorce años puedo respirar tranquila, pero cuando era peque siempre esperaba a ver por donde me salía, y que habría de explicarle y como lo interpretaría él. Porque anda que no me reí con eso de que Jesus vestía de blanco porque era del Real Madrid, y es que el maromen tenía cada explicación que no tenía desperdicio
Pero con los ochenta y dos relatos no termina la cosa en Vente pa Alemania la autora nos da las claves para una buena integración en el país de las oportunidades tal y como la Merkel nos lo presenta, lo que tenemos que dejarnos en nuestro país y lo que nos servirá para echar raíces. Y es que como he podido comprobar al pasearme de nuevo por su blog hay mucha española maridada con teuton, allí en el motor de Europa, pero por mi trabajo he podido comprobar que hay muchos matrimonios mixtos aquí en España y es una gozada sacarle una sonrisa a uno de esos peques rubitos que yo para siempre bautizo como destroyer.
Creo que lo que más sorprenderá de este libro a quién nunca se haya acercado a su blog, y también a los que tenemos la suerte de conocerlo es la capacidad que tiene Fátima para crear vocablos nuevos, y para que no nos perdamos nos ofrece un lexikon, sin embargo solo nos va a servir para aquellos vocablos que usa en alemán, pero las palabras que ella remasteriza como maromen, koñen y otras por el estilo son fácilmente contextualizables. También la sencillez con la que te explica sus vivencias y lo fácil que te saca una sonrisa, un movimiento afirmativo de cabeza o una sonora carcajada. Todo ello en conjunto la hace única e irrepetible.
Conclusión
Si habéis llegado hasta aquí, habréis podido descubrir lo mucho que he disfrutado con el libro, un ejemplar que he encarado como si de un blog se tratara o de un libro de relatos, lo he leído ha ratos sueltos y confieso que he vuelto sobre algunos capítulos unas cuantas veces, y también supongo que los que lo habeis leido imaginareis sobre cuales, proque he dado unas cuantas pistas a lo largo de mi opinión. También os servirá para conocerme un poquito más, porque si alguna vez he desnudado mi alma abiertamente ha sido en esta entrada.
Solo me queda recomendaros encarecidamente el libro y también su blog, en una época en las que tenemos pocas alegrías al alcance de la mano, sin duda tener un rincón donde refugiarnos de tanta noticia económica adversa es sin duda alguna una bendición.