
Cada vez que empiezo un libro de Isabel Allende pienso con desesperación porque sigo empeñada en que caiga en mis manos su prosa, repetitiva, y carente de platicidad, a mi juicio dura de leer, por su recargo y su morosidad. Y es que los temas que aborda me suelen seducir, y acabo siempre con un libro suyo en mis manos, para arrepentirme a las pocas páginas. Sin embargo cuando lo termino tengo dos sensaciones una de alivio por haber dejado atras el tormento narrativo, la segunda de satisfaccion porque la trama me ha gustado e incluso me ha atrapado pero echo de menos otro estilo narrativo.
La primera novela que lei de la chilena fue La casa de los espiritus, y tengo que confesar que me hechizó, me gustó tanto que busque inmediatamente otro libro suyo, y ahi es donde me equivoque, porque acababa de publicar el Plan infinito, y ese es uno de los libros que he dejado sin acabar de leer, aunque como solo lei diez paginas, nunca lo he considerado asi, se me hizo pesado hasta la saciedad. Con los años esta apreciacion la he compartido con bastantes lectores, unos fueron valientes y pudieron terminar sus libros, otros como yo abandonaron al poco de comenzarlo.
Deje unos años aparcada a Isabel y en el transcursos de estos años publico un sinfin de libros pero a mi no me apetecia para nada acercarme a ellos, hasta el año pasado, cuando una amiga a a la que aprecio, me dejo Ines del Alma mía, y debo reconocer que aunque me peso su retorica el argumento, los personajes, su tratamiento etc me gustaron e incluso me sedujeron. Hace poco más de un mes despues de leer dos novelones de más de seiscientas páginas, necesitaba algo mas digerible, asi que como la figura de El Zorro siempre me ha intrigado, me recomendaron este libro y obvie que era una novela de la chilena.
Craso error puesto que no cumplió el cometido que yo perseguía de una literatura fácil y llana, por lo demas no sera un libro que pase a los anales de la literatura, tiene aciertos y por supuesto errores, me hizo meterme en su interior en varias escenas, pero para mi entender presenta a este personaje como un señorito casquivano y alocado al que le tienen que poner freno en las locuras, no era la imagen que tenía yo de este personaje aun asi pienso que todos en los años jovenes incurrimos en locuras que con la madurez restañamos. Una novela de aventuras te tiene que atrapar y esta no lo consiguio algunos pasajes me parecian increibles.
Los personajes son creibles y humanos, la historia tambien esta bien ambientada, tanto en España como en las colonias de ultramar, pone de manifiesto las tropelias que los españoles cometieron en el Nuevo Mundo, su afan por enriquecerse, pero tambien muestra la bondad de algunos que viajaron buscando aventuras y un dia a dia mejor. A pesar de que Isabel Allende y yo no nos entendemos, recomendaria la lectura de este libro. Me sorprendio un poco la narradora aunque la adivine mas o menos a mitad libro, por el protagonismo que empezaba a tener en el transcurso de la narración...
SINOPSIS
El futuro Zorro fue un mestizo nacido en la década de 1790 en Alta California, hijo del capitán asturiano, Don Alejandro de la Vega y una guerrera amerindia, Toypurnia. El joven Diego es enviado a Barcelona por su padre para completar su educación, poco antes de que el Ejercito frances de Napoleon Bonaparte invada España
En la Barcelona ocupada en la decada de 1810 Diego de la Vega descubre su primer amor y se convierte en un luchador en contra de la opresión extranjera. Sus viajes lo ayudan a aprender muchas de las características propias del Zorro: acrobacias en los mástiles de los barcos, esgrima del maestro español Manuel Escalante, varios trucos de los gitanos y el cocinero de un barco, y modelo para su disfraz luego de un pirata bravucón.
Luego de la derrota francesa, De La Vega regresa a California, donde decide continuar luchando en contra de la tiranía de su enemigo de España, el presuntuoso Don Rafael Moncada, y los nobles dueños de las tierras sobre la gente de California. Para evitar ser reconocido, De La Vega asume la identidad secreta del Zorro. En su cruzada es ayudado por su amigo mudo Bernardo y Tornado, su caballo.
En la Barcelona ocupada en la decada de 1810 Diego de la Vega descubre su primer amor y se convierte en un luchador en contra de la opresión extranjera. Sus viajes lo ayudan a aprender muchas de las características propias del Zorro: acrobacias en los mástiles de los barcos, esgrima del maestro español Manuel Escalante, varios trucos de los gitanos y el cocinero de un barco, y modelo para su disfraz luego de un pirata bravucón.
Luego de la derrota francesa, De La Vega regresa a California, donde decide continuar luchando en contra de la tiranía de su enemigo de España, el presuntuoso Don Rafael Moncada, y los nobles dueños de las tierras sobre la gente de California. Para evitar ser reconocido, De La Vega asume la identidad secreta del Zorro. En su cruzada es ayudado por su amigo mudo Bernardo y Tornado, su caballo.