El virus de la lectura, o para decirlo de forma más amable
el gusanillo, se inocula de padres a hijos, sin embargo estos también son
capaces de transmitirnos su pasión por un género, un autor, o un libro en
concreto... Care Santos fue una de las autoras fetiche de mi hijo mayor hace
unos años, cuando tenía entre diez y once años, cetro que compartía con Laura
Gallego. Tanta era la pasión que sentía por los libros de esta autora y tan
poca la mía por el género en el que se moví, la literatura juvenil que
abrace con gusto Habitaciones cerradas, a esta le siguió El aire que respiras,
sin embargo a pesar de llegar con muchas ganas a casa han dormido el sueño de
los justos en las estanterías, a la espera del momento adecuado para
zambullirme en sus tramas.
A pesar de eso cuando vi que había ganado el Premio Ramón
Llull, volví a lanzarme a incorporar el libro a una lista de pendientes de
lectura que ya empieza a ser preocupante. Esta vez quizás mi pasión por el chocolate, o
porque el libro tenía un grosor asequible, no lo he dejado reposar demasiado. A
ello se ha sumado que comencé a leer la historia en catalán, me gusta acercarme
a las lecturas en su lengua original, pero pronto vi que no iba a disfrutarla
porque se me hacía cuesta arriba el idioma. No leo con soltura en catalán y si
veo que las primera páginas no me atrapan suelo dejar el libro de lado. Sin embargo, me di cuenta que el problema de
este libro no es que no me atrapara, si no que no llegaba a aprehender lo que
leía, por eso dejé mi ejemplar en catalán y fui en pos de uno en castellano,
seguro que me he perdido matices, porque los sentimientos se transmiten mejor
en la lengua materna del escritor, pero no fui capaz.
El libro me ha gustado, pero no todas las partes me han
atrapado por igual, aunque para ser sincera me ha parecido original la forma en
que la autora ha construido la trama, el hilo constructor una chocolatera de
porcelana, y las protagonistas sus tres dueñas. A ello como cada parte se
desarrolla en una época distinta, también es distinta la forma de narrar, y si
la trama no te engancha por igual, si lo consigue el estilo. Pero como siempre
me voy por las ramas, me adelanto y os dejo con la miel en los labios...
La autor@:
Hace meses que por falta de tiempo la información sobre los
autores se limitaba a la que la editorial ofrecía
en las solapas. Quizás la que sobre Care Santos se facilita no sea extensa para una autora de su calibre, una mujer que en literatura juvenil es y ha sido un referente y con sus novelas para adultos no se ha quedado atrás. Pero ahora a la falta de tiempo se le une que no tengo ADSL más que unas horas cada dos o tres días, así que este apartado seguirá sin más información que la que podéis encontrar en el libro en cuestión.
en las solapas. Quizás la que sobre Care Santos se facilita no sea extensa para una autora de su calibre, una mujer que en literatura juvenil es y ha sido un referente y con sus novelas para adultos no se ha quedado atrás. Pero ahora a la falta de tiempo se le une que no tengo ADSL más que unas horas cada dos o tres días, así que este apartado seguirá sin más información que la que podéis encontrar en el libro en cuestión.
Care Santos nació en Mataró en 1970, ha publicado ocho
novelas, seis libros de relatos y numerosos libros para jóvenes, campo en el
que es una de las autoras más leídas de nuestro país. Entre sus títulos
destacan Los que rugen, La muerte de Venus, con la que resultó finalista del
Premio Primavera en 2007, Habitaciones cerradas y El aire que respiras. Su obra
ha sido traducida a dieciocho idiomas. Deseo de chocolate ha sido galardonada
con el Premio Ramon Llull 2014.
Si necesitais más información la podréis encontrar en su
twitter, y en sus páginas web
@CareSantos
www.caresantos.com
www.silencioeslodemas.blogspot.com.es
Argumento:
Tres mujeres, tres siglos y la misma chocolatera de
exquisita porcelana blanca:
Sara: propietaria de un apellido que en Barcelona es
sinónimo de chocolate, se enorgullece de dar continuidad a la tradición
heredada de sus padres.
Aurora: hija de una sirvienta de una familia burguesa del
siglo XIX, para quien el chocolate es un producto prohibido.
Mariana: esposa del fabricante de chocolate más famoso del
siglo XVIII, abastecedor de la corte francesa e inventor de una maquina
prodigiosa.
A través de la pasión por el chocolate, Care Santos traza un
apasionante viaje en el tiempo en el que recorreremos más de tres siglos de
historia, desde su llegada a Europa hasta la sofisticación de nuestros días.
Vibrante y adictiva, esta maravillosa novela es un exquisito
placer para los sentidos.
Mis impresiones:
Care Santos me ha sorprendido con una historia que comienza
por el final para llegar al principio, nuestra gran protagonista es una
chocolatera de porcelana blanca, que ha conocido mejores días, y que comienza a
vivir una segunda oportunidad tras un fortuito accidente, sin embargo lo
importante es como terminó en manos de Sara Rovira, y que significaba para ella
ese objeto y sin comerlo ni beberlo la historia que buscaba Sara es la que
acaba conociendo el lector, pero para ello tendrá que esperar a la tercera
parte del libro.
Estilo:
La novela comienza en lo que podríamos llamar un falso
prologo, y digo que es falso porque en realidad lo que nos narra es la
muerte y resurrección de la chocolatera. A partir de este momento y conocido el
objeto en cuestión y su final la autora nos relata su historia que corre
paralela a la historia del Cacao y su manipulación y a la historia de Barcelona
donde el chocolate es muy apreciado y se le da distintos usos.
Para ello divide la trama en tres partes o lo que ella llama
actos cuyos titulos son bastante representativos de lo que vamos a encontrar en
su interior y al mismo tiempo relacionados de un modo u otro con el chocolate.
Primer acto: Guindilla, jengibre y
lavanda, tres ingredientes que uno de los personajes de la primera parte
utiliza para crear unos bombones, que simbolizan la amistad entre tres personas a cada cual más distinta, unidas en un triángulo amoroso de lealtades y traiciones.
Segundo acto: Cacao,
azúcar y canela, de nuevo los tres ingredientes que la protagonista de esta
parte utiliza para hacer un chocolate espeso que tomaba primero la mujer a la que servía y más tarde ella y su marido a media tarde.
Tercer acto:
Pimienta, clavo y achicoria, si los ingredientes del primer acto me parecen un
poco atrevidos para un chocolate, los del tercero todavía me parecen más
inviables sobre todo porque últimamente en pastelería se usa mucho la pimienta
rosa, pero la achicoria no se si se me ocurriría darle uso alguno.
Sin embargo reconozco que pocas veces tres palabras han
resumido mejor lo que se puede encontrar entre las líneas de un libro, o un
acto en este caso.
Cada acto es una historia diferente con uno o más hilos
en común, la chocolatera de porcelana blanca en la que solo caben tres tacitas,
el chocolate y su evolución a través de los siglos, ligado ello a la historia
de Barcelona desde la actualidad hasta el s. XV, XVI, saltando de Barcelona a
Francia, concretamente a Versalles.
Estos saltos en el tiempo los aprovecha la autora para
cambiar el estilo en la narración desde el actual en el primer acto, en el que
podemos prácticamente reconocernos de la mano de tres jóvenes que sueñan con
hacer del chocolate su medio de vida, Sara desea mejorar la tradición pero
mantenerse en su línea, mejorar lo ya bueno, Oriol desea innovar, darle un toque
atrevido, y el tercer vértice del triángulo lo forma un catedrático de química, Max,
que en el arte de manipular el chocolate es nulo pero su estructura la controla
mejor que ninguno. La historia de esta amistad a tres bandas, es también la
historia del chocolate en la actualidad .
Y quién vertebra esta historia es la
chocolatera que Sara compró la primera
noche en que los tres salieron a tomar copas tras el curso de Chocolate en el
que participaban. Una historia de amor, amistad, lealtad y traiciones con un
hilo conductor el amor por Barcelona y el chocolate.
De esta narrativa fresca y actual, saltamos a 1899, a una
Barcelona de clases acomodadas, en la que el Liceo era el alma y el pulmón de
la ciudad, en la que la alta burguesía tenía un papel predominante, a una
sociedad clasista en la que unos tenían mucho y otros tenían que contentarse
con servirlos y ganar un jornal que les permitieran vivir. Care Santos le resta
frescura a la narración para acomodarla a la época, la historia está contada
por uno de los personajes que ni siquiera es principal, sino meramente
accesorio.
Dos familias los Sampons chocolateros y los Turull, inventor de
máquinas, unen en matrimonio a sus hijos y comienzan negocios para mejorar y
facilitar la fabricación de Chocolate. Una historia unida a la de El Liceo de
Barcelona, al amor por la música, la opera y el glamour, contada por el marido
de la mujer que sirvió a la niña de los Turull, una mujer que cumplió el papel
para el que fue criada. A veces me pregunto si Aurora tiene problemas de memoria
porque el doctor Vulpi bastante mayor que ella recurre al recuerda, toda la
historia esta narrada como si él se la contara a ella o esa es la impresión que
me ha dado a mí porque la interpela en bastantes ocasiones.
De la segunda propietaria Aurora, pasamos a la tercera parte
que en realidad es el principio, ese que tanto investigó Sara, la mujer que la mandó fabricar, perteniciente a la corte de Versalles. En esta parte vuelve a
cambiar el registro para acomodarlo a la época. El lenguaje se hace más recargado,
la narración se acomoda al lenguaje escrito, al diario que un secretario
escribe para la hija del rey de Francia, Madame Adelaide. A través de ese
diario conocemos el Gremio de Chocolateros, como funcionaba, como se
estructuraba y como se las gastaban. Paseamos por una Barcelona muy distinta de
la que conocemos. Conocemos la historia de Mariana, una mujer que con todas la
aptitudes para ser chocolatera le es negado por la sociedad en la que vive, y
que debe abandonar.
Tres historias que podrían conformar tres novelas diferentes
y que la autora consigue aunar en un mismo libro a través del hilo conductor
del chocolate y un objeto que va sufriendo desperfectos con el paso del tiempo,
una chocolatera de porcelana blanca salida de la fabrica de Sevres en Versalles, como regalo de Mme Adelaide a Fernández, el mejor maestro chocolatero de Barcelona.
Personajes:
Nos encontramos ante una novela coral, cada parte tiene sus personajes principales y los accesorios, todos ellos bien dibujados, con matices, por insignificantes que creamos que puedan ser.
De la primera parte si alguien me merece respeto y una compresión absoluta es Max, un hombre que ama a su mujer y perdona lo imperdonable, aún así es capaz de encarar con su amigo una cuestión que lleva coleando desde el momento en que se conocen. Para mí el final de ese primer acto es magistral y desde luego reivindica a Max como personaje. A pesar de que los tres vértices del triángulo tienen sus virtudes y sus defectos me quedo con el catedrático al que en un principio llegué a menospreciar, me dio una gran lección de humanidad y de humildad.
En la segunda parte los personajes se multiplican, tenemos una sociedad burguesa que tiende a la fiesta y al despilfarro, a la participación en actos sociales. Esta parte a pesar de ser interesante se me ha hecho en ocasiones un tanto pesada. Quizás porque aunque estoy familiarizada con los compositores clásicos, no lo estoy tanto con las operas, género que no es santo de mi devoción.
Me gustaría resaltar a dos mujeres y a un hombre:
Hortensia: la matriarca del clan Turull, una mujer capaz de darse por entero a la hija de una criada, salvarle la vida, y proporcionarle un futuro sin salir de su clase social, siempre en la sombra, sin querer nada a cambio, una mujer que termina sufriendo lo indecible con el comportamiento de su hija biológica.
Aurora: Al servicio de la niña de los Turull es su confidente y amiga, y sigue con ella después de casada. Cuando esta desaparece vuelve al servicio de Dña Hortensia y más tarde al del Dr Volpi. Es una mujer que conoce su lugar en la sociedad, que le cuesta salir de él, pero que lo consigue. Se convierte en la segunda dueña de la chocolatera por un error, y al final consigue devolverla a casa de los Sampons, de donde nunca debería haber salido.
Dr. Volpi: Un hombre tremendamente interesante, es el narrador de este segundo acto y sin embargo aparece en él bastante avanzado. Desde el primer momento me llegó al alma, y me conquistó de la misma manera que logro que Aurora aceptara su propuesta de matrimonio.
No menos numerosos son los personajes en la tercera parte, sin embargo yo solo voy a destacar uno, porque me gustan los personajes femeninos fuertes, que vencen las pruebas que le pone la vida, que son capaces de renacer una y más veces de las cenizas. Y ese personaje es Mariana.
Mariana es una mujer hecha a si misma, desde su nacimiento ha recibido golpes de la vida, sin embargo ha sabido ir sorteándolos unas veces sola y otras con la ayuda del padre Fideo. La conocemos luchando por llevar adelante sola el negocio de su marido que es maestro chocolatero y tropezando con las envidias del Gremio. Una historia de superación, que merece ser leída.
Ya había comentado al principio que no todos los actos me han atrapado por igual, el primero lo hizo por actual, y el último por ser verdaderamente interesante, a pesar de que el lenguaje es un poco artificioso, como podríamos esperar de un francés que escribe a la Corte y que imita a un escritor de comedias, la trama que se despliega ante el lector es tremendamente adictiva porque tiene todos los ingredientes para gustar, hay un misterio en torno a uno de los personajes, otro que se convierte en detective aficionado a la par que en salvador de una dama en apuros, y una historia atractiva, la de Mariana.
Ya habréis adivinado pues que el acto que menos me ha atrapado y que menos me ha gustado ha sido el segundo. No es que la historia de los Turull y los Sampons no merezca la pena, si no que se me ha ralentizado demasiado, quizás la culpa la haya tenido la opera a la que no soy nada aficionada.
Ya solo me queda recomendaros esta novela, seguro que te atrapará alguna de sus partes, si no todas, ya tengo preparado Habitaciones cerradas, me gustaría leerlo este verano, aunque el mes de julio me esta resultando muy complicado, mi horario de trabajo es un poco difícil para compaginarlo con el blog, aún así lo voy a intentar.
PD: no tengo ADSL a mi disposición, apenas consigo tener unas horas libres al día y no encuebtro la forma de publicar, aunque voy redactando las reseñas en borradores en word. Del mismo modo os leo por el móvil, pero no puedo comentar. Me iré asomando por vuestros blogs aunque no deje rastro...
Retos
25 españoles
PD: no tengo ADSL a mi disposición, apenas consigo tener unas horas libres al día y no encuebtro la forma de publicar, aunque voy redactando las reseñas en borradores en word. Del mismo modo os leo por el móvil, pero no puedo comentar. Me iré asomando por vuestros blogs aunque no deje rastro...
Retos
25 españoles
Feliz verano!!
12 comentarios:
Siempre que se lee un libro con diferentes partes se corre el riesgo de que una llegue a gustar menos. En este caso quizás a mí fue la última la que menos me gustó.
Precisamente ahora lo estoy leyendo! De momento no puedo opinar demasiado, llevo como la cuarta parte...
Tengo ganas dr hacerme con el. De la autora leí Habitaciones ceradas y me encantó.
Besos y disfruta del verano!
Es un libro que me llama, que la autora me gusta bastante. Pero no estoy viendo reseñas muy entusiastas, así que mis expectativas van bajando, por si acaso...
Besotes!!!
Lo tengo en casa, pendiente de lectura =)
Besotes
Deseo leer esta novela. Me gustó mucho Habitaciones cerradas y El aire que respiras, aunque me costó entrar en ella un poco, acabó gustándome también.
Gracias por tu reseña. Saludos.
Es una autora que siempre tengo en espera. quiero este mes leer habitaciones cerradas, os ire contando.
Una de mis eternas pendientes, Care Santos, de la que ya tenia fichada Habitaciones cerradas y más tarde este otro. Seguro que en algun momento de este año (espero) conseguire hacerle un hueco, porque lo que nos has contado de esta novela me atrae a pesar de que (como en todos los libros con varias lineas temporales) una de ellas no nos interese tanto. Besos
yo aún no me he estrenado con esta escritora, pero esta puede ser una buena opción, chao
Este libro me encanto au que la ultima historia lo desinflo un poco. Feliz verano!!
Tengo muchas ganas de leerlo porque me encanta el chocolate y porque de la autora me gustó El aire que respiras y sobre todo Habitaciones cerradas. Muchos besos.
Últimamente no hago más que leer buenas reseñas de este libro, así que tendré que darle una oportunidad...
Besitos veraniegos.
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