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jueves, 13 de junio de 2019

Madera de savia azul. Jose Luis Gil Soto

Con Madera de savia azul he podido constatar lo importante que es la sección en la que la editorial encuadra un libro, supongo que no soy la única lectora que huye de algunos géneros porque no hay manera humana de que me lleguen, siempre tengo un pero, y si soy sincera si no creo en dragones, seres mitológicos, gnomos, hadas, difícilmente la culpa la tiene la novela en cuestión, más bien está en mis gustos y en mi bagaje.

Y todo esto os lo cuento porque ya tenía descartado este libro cuando Ana Kayena llegó con la noticia de una simultánea en #SoyYincanera y yo por activa y por pasiva quería bajarme de ella por el bien de la novela. No es difícil intuir que si el género no me gusta difícilmente la experiencia podría resultar placentera y  por ende mi opinión resultaría poco válida a lectores que seguro disfrutan de él.

Como no es lista la madrileña ni na, empezó a leerlo antes de darme la noticia, llevaba más de cien páginas y no había visto el corte fantástico por ningún lado y con la confianza que dan los años trabajando codo con codo me aseguró de que disfrutaría como una enana porque estaba más cerca de la ficción histórica de lo que me pudiera imaginar.

Vencí mis reticencias y me lancé a la aventura de una nueva lectura simultánea con el temor todavía en el cuerpo, y hoy tras haber disfrutado cada una de sus páginas, y si me apuras cada una de sus líneas no me arrepiento de haber cambiado de opinión, de haberme sumergido en ese viaje épico y haber acompañado al pueblo de Ariok en ese éxodo a la tierra prometida.

Si como a mí no te gustan las novelas fantásticas, no temas abordar Madera de savia azul, porque si bien la trama sucede en un reino inventado por el autor, y adoran a diversas deidades, el resto de la historia es perfectamente verosímil, ha salido de la mente del autor, pero  hubiera podido pasar. Para mi nos encontramos más ante una novela épica, de aventuras o ficción histórica que de fantasía.

Una vez puntalizado esto, me meto en harina que no se si seré capaz de hacerle justicia a lo que yo considero UN NOVELON y no precisamente por el número de sus páginas que bien podría serlo, que sin anestesia son más de seiscientas, así que cuidadín con las contracturas si eres de las que sólo lee un libro y no lo compaginas con ninguno más porque el bolso puede convertirse en un arma de destrucción masiva, tanto para quien ose apropiarse de él como para tus hombros y caderas.


El autor:

José Luis Gil Soto nace en Badajoz en 1972, es ingeniero agrónomo, estudiante de Humanidades y novelista. Autor de numerosos guiones literarios y publicitarios, es autor de las novelas La traición del rey (2008), La colina de las piedras blancas (2010) y la dama de Saigon (2014). Aficionado a la historia, estas obras recrean episodios del pasado de España.

Ahora con Madera de savia azul, deja a un lado el género histórico para ofrecernos una novela en la que cada lector encontrará personajes, dilemas y conflictos con los que conectará profundamente. Una gran historia como las de antes, de la que no querrás salir nunca y cuyo emocionante final dejará una huella imborrable en tu memoria.

Puedes encontrar al autor en:

Twitter @glgilsoto

Facebook e Instagram: @joseluisgilsoto



Sinopsis:

El destino de un niño.

Erik tiene apenas cuatro años cuando pierde a su madre en el gran terremoto que destruye Waliria, la capital de Ariok. Su padre, el carpintero Bertrand de Lis, y Astrid, la humilde viuda de un herrero, no pueden imaginar que la catástrofe no solo cambiará sus vidas para siempre, sino que, sin quererlo, les hará dueños de secretos que nunca hubieran querido tener que guardar.


El viaje hacia un reino de leyenda.


Tras el desastre, y alentado por una profecía, el rey decide emprender con su pueblo un peligroso viaje hasta tierras del sur. Una gran caravana se pone en marcha. La esperanza, el miedo y la ambición viajan con ellos.


La búsqueda de un padre.


A Bertrand solo le queda su hijo, y su única preocupación es cuidarle, pero un hecho inesperado cambia el rumbo de sus vidas. Así, quien era solo un hombre bueno y sencillo, se convertirá en protagonista de una aventura épica, impulsada por el profundo amor a su hijo y su deseo de volver a reunirse con él.

Una gran novela, llena de emociones y aventura, que nos traslada hasta un mundo medieval legendario para mostrarnos las grandes pasiones que, desde el principio de los tiempos, mueven al ser humano.

Mis impresiones:


Madera de savia azul comienza creando intriga, en una estancia forrada en madera del suelo al techo, una vieja aya se dispone a contarle a la princesa una historia, pero no una cualquiera si no su propia historia, la que lleva muchos años guardando y que la ha corroído porque sus hombros no estaban preparados para tanta responsabilidad en el peor momento de su vida.

Así en el tono reposado de una mujer cansada que ve como la vida se le escurre de las manos y no quiere llevarse con ella la esencia de quién es la persona llamada a reinar en Ariok, comienza una relato que nos llevará desde Waliria a los Grandes Lagos. Un éxodo no exento de peligros, aventuras, y como no desventuras que hará las delicias del lector de cualquier género, que a pesar de su grosor irá avanzando unas veces lentamente y otras con más rapidez, porque el autor sabe dosificar la intriga, maneja el arte del diálogo y del monólogo, y ha sabido crear unos personajes que de tan reales se salen del papel y se convierten en carne y hueso para quedarse con el lector mucho tiempo después de haber cerrado la última página.

Lo que relata el aya a la princesa está narrado en primera persona, después la voz pasa a la tercera persona del singular y un narrador omnisciente nos cuenta una aventura mucho más amplia en la que el pueblo de Ariok es el protagonista absoluto, pero dentro de este gran pueblo existen unos secundarios de lujo que van a ser los que nos van a montar en una montaña rusa, en las que unas veces reiremos y otras las más nos angustiaremos, porque yo no soy llorona, pero seguramente a alguien le pueda provocar el llanto y otras nos enfadaremos con la situación, con los personajes, con el destino en general. Una novela que desde luego no dejará indiferente al lector, en la que el autor está hábil con los giros, y en la que en todo momento pasa algo.

Toda aventura suele comenzar con un desastre de la entidad y magnitud que sea, pero por regla general hoy y siempre el ser humano suele ser acomodaticio, así que para lanzarse al vacío y sin red como el pueblo de Ariok algo tiene que destruir su bienestar. En este caso es un terremoto que asola la capital del reino, termina con parte de su población y obliga a su rey a tomar una decisión, reconstruir la antigua Waliria, o ir en pos de una leyenda como prometió un día a su difunto padre.

Magmalión, el rey de los arokies es una persona responsable, cabal, que sopesa bien los pros y los contras, sabe que van en busca de algo que ni siquiera saben si existe, aunque él fervientemente cree que sí, pero sobre todo no saben bien donde está, a que peligros se van a enfrentar, aunque sí tiene claro que no todos van a llegar, y también que no pueden permanecer en la ciudad porque bajo los escombros hay muchos cadáveres y las ratas campan a sus anchas.

Los súbditos con el alma algún encogida por el dolor de la pérdida de sus seres queridos, se ven ante una disyuntiva difícil de asimilar, seguir a su rey en busca de una tierra fértil, o quedarse a morir en aquella explanada porque entrar a la ciudad y sobrevivir en ella no es una opción. Entre estos arokies se encuentran Bertrand de Lis y Astrid, el primero ha perdido a su mujer, Lizet y ha logrado salvar al pequeño Erik que pierde el habla, la segunda ha perdido a su marido y a su hija.

Ambos iniciaran el viaje en diferentes grupos, vigilándose por el rabillo del ojo, procurando cuidar entre ellos, hasta un momento en que el camino se dificulta y Bertrand pierde al resto de la expedición de vista, pero al mismo tiempo a su hijo. A partir de este momento el papel de Erik se hace mucho más importante en la novela, pero me vas a permitir que te recomiende internarte en la historia para descubrir porque.

La novela está ambientada en la Edad Media, las comunicaciones en aquella época eran lentas, las travesías arduas, este aspecto queda muy bien reflejado en el libro, igual que la vida en la Corte, la división en gremios y la importancia de estos en una gran ciudad. Bertrand es maestro carpintero, de ahí la importancia de la madera en la historia y en el mismo título, de ahí la importancia que cobrará la estancia en la que se encuentran el aya y la princesa, de ahí que mi me apeteciera visitar ese palacio y en especial la habitación del monarca. Mi mente que en ocasiones se desboca pudo incluso visualizar parte de esa decoración, imaginar las casas que construía sin tener ni la mas remota idea de construcción.

José Luis Gil Soto consigue que la novela pase en ocasiones ante tus ojos como si de fotogramas se tratara, y las situaciones que pasa el pueblo no son precisamente un camino de rosas, más bien podríamos decir que atraviesan caminos de espinas y que estas no parecen tener fin. El autor es minucioso en sus descripciones, y no le ahorra al lector escenas escabrosas y hay algunas que a fe reconozco que me enrabietaron, cabrearon y un sin fin de adjetivos que no quiero pronunciar y casi todas esas escenas iban unidas al villano de esta novela, porque haberlo haylo, y el lector lo odia desde su primera aparición, pero no solo a él, también al instigador de tanta maldad, su padre, porque al proyectar su larga sombra sobre él lo convierte en más malvado de lo que por naturaleza es.

Habréis podido imaginar que nos encontramos ante una novela coral, en la que la mayoría de los personajes están bien dibujados, con matices, tanto física como psicológicamente, aunque lo segundo predomina, ningún personaje por poco peso que tenga resulta gris o plano, y al lector no le resulta indiferente, le puede gustar más o menos, le puede inspirar ternura, odio, pero resultarle indiferente pocos. Entre ellos destacan, Bertrand, Astrid, Erik, Elisheva, la princesa Shebaszka, Barthazar, Gabiok, la Gran Aya, Dragan, Willem...

Muchos y muy variados y aún así quien se adentra en sus páginas no tiene la sensación de perderse y de necesitar un árbol genealógico para situarse y eso es lo sorprendente de esta novela, que va avanzando y al tiempo que unos personajes se quedan por el camino aparecen otros, y en un momento dado, cuando Bertrand se separa de la caravana, nos encontramos con dos historias paralelas, la del pueblo de Ariok en busca de ese lugar de leyenda para asentar su capital, y la lucha de Bertrand por encontrar a su hijo y aún así en todo momento sabemos de quien se habla sin necesidad de fichas, ni apuntes.

En Madera de savia azul José Luis Gil Soto aborda temas que son tan antiguos como el mismo mundo y la vida, el amor en todas sus variantes, el dolor ante la pérdida de seres queridos, la envidia, la ambición, la maldad, las intrigas en la Corte, el poder, el todo vale para conseguirlo, los sacrificios en pos de un bien común, el instinto de supervivencia, la venganza... Y si algo nos queda claro es que la felicidad es efímera, que hay que vivir el día a día porque no sabemos que ocurrirá mañana, si vamos a seguir teniendo a la persona que amamos al lado, si la estabilidad de la que disfrutamos va durar o no.

Al tiempo que aborda un oficio fascinante de la mano de Bertrand de Lis, el trabajo con la madera, tanto en la elaboración de pequeños y grandes muebles, como en empresas más laboriosas como la construcción de casas, o en la decoración. De la mano de Bertrand recorreremos todo el camino lo veremos crecer como maestro carpintero, lo veremos posponer una y otra vez la búsqueda de su hijo que es el motor principal de su existencia, con él sufriremos y reiremos, experimentaremos la crudeza de la vida del bosque, la maldad que se gastan algunos, el salvajismo de los nómadas, las reglas que rigen en ese mundo olvidado de la civilización, la jerarquía de un jefe...

De la mano de Astrid conoceremos la vida en la Corte, sus intrigas, los personajes nobles aunque no en acciones, viviremos con ella la zozobra de no saberse segura, de ser depositaria de un secreto demasiado pesado para sus endebles hombros. El caprichoso destino la pondrá  un sinfín de ocasiones en una disyuntiva que ella tendrá que resolver de la forma que más convenga al reino, aunque con ello dañe a las personas que más quiere.

Si he admirado a Bertrand desde el principio, con Astrid he mantenido una lucha interna en la que no siempre salía bien parada, el autor ha sido diestro a la hora de manejar las emociones del lector que en un momento dado coinciden con las de la misma princesa. Al menos yo he sido capaz de comprenderla, y sinceramente creo que hubiera actuado igual que ella, era demasiado lo que estaba en juego, pero hay que dar tiempo a la narración, a que el autor vaya descubriendo sus cartas, que son muchas y muy variadas.

No puedo más que recomendar esta lectura que estoy convencida hará las delicias de cualquier lector, tenga la edad que tenga, y frecuente el género que frecuente. José Luis Gil Soto tiene oficio, sabe escribir, y sobre todo sabe narrar, sabe contar una historia con maestría de manera que atrape al lector y termine olvidando que tiene entre sus manos un libro de más de seiscientas páginas, y solo pretenda conocer y descubrir en que termina esa gran aventura que empieza el pueblo de Ariok.

Soy consciente de que me dejo muchas cosas en el tintero, unas porque quiero que las descubras tú, de la misma forma que las he descubierto yo, otras por incapacidad para hacer honor a esta historia, pero espero que al menos a partir de mis letras te animes a darle una oportunidad a este libro, porque estoy segura de que no te vas a arrepentir.

Conclusión:

A riesgo de repetirme, Madera de savia azul será mi libro revelación de 2019, una novela que no hubiera elegido por estar encuadrada por la editorial en el género fantástico y que me ha procurado muchas horas de buena lectura.

UN NOVELÓN, que cuenta con unos ingredientes atractivos y con un cocinero de excepción que sabe cocinar la historia a fuego lento, como las abuelas preparaban los pucheros, dejando que soltaran toda su esencia. Así es esta historia, una narración cuidada, lenta, que avanza al ritmo que las comunicaciones en la época en la que se ambienta, y el resultado es una historia bella, como la prosa del autor y los personajes que con gran tino ha sabido crear.

Si como a mí no te gusta la novela fantástica, no descartes por ese motivo Madera de savia azul, porque te vas a encontrar con una amalgama de géneros y lo único que tiene de fantasía es el lugar en el que transcurre, que ha salido de la mente del autor, todo lo demás bien podría haber pasado, es muy verosímil, y te vas a encontrar historias de amor, de desamor, traiciones, la lucha del hombre contra la naturaleza, intrigas en la  Corte, celos, maldad, engaños, venganzas ...

¿Se puede pedir algo más?  Sí tiempo para disfrutar de este tipo de historias y autores valientes que se atrevan a escribirlas.








miércoles, 30 de diciembre de 2015

La novela de Rebeca. Mikel Alvira

Reconozco que libro veo, libro quiero, desde que pululo por Twitter mi lista de deseos se ha desmandado y  no os podéis imaginar de que  manera, algunos caen enseguida y otros aguardan su ocasión pacientemente. Con La novela de Rebeca sentí un flechazo a primera vista, y tuve que hacerme con un ejemplar sí o sí, y sin embargo luego su lectura fue de lo más accidentada, con lecturas conjuntas que se me cruzaban por medio, con poco tiempo para leer, y semanas enteras sin poder simultanear, con lo que estuvo parado bastante tiempo, tanto que pensé que tendría que volver a comenzar de nuevo para coger de nuevo el hilo, pero me pasó con ella igual que con esos amigos que vuelves a ver diez años después y es como si hubierais estado juntos el día anterior.

Y es que La novela de Rebeca es como un gran juego, una gran matrioska literaria en la que encontramos una novela dentro de otra novela, pero a su vez varias tramas, varios enclaves, y una forma de narrar que descoloca al lector, que en todo momento tiene las piezas a la vista, solo ha de saberlas mirar bien para darse cuenta de que todo lo tiene delante, y sin embargo el autor es capaz de sorprenderlo con giros inesperados y sobre todo con ese final tan brillante que termina noqueando al incauto lector que pensaba que ya lo había visto todo.

Y es que es innegable que la novela negra está de moda, que ha dejado de ser un subgénero, el hermanito pobre de la literatura para convertirse en un género que aglutina a un gran número de lectores ávidos de frescura. Cuando eres asiduo a un tipo de novela, te da la sensación de un dejà vu cuando comienzas a leer, o bien los personajes están estereotipados en exceso, o te presentan una novela negra de manual, con lo que ya sabes si una novela va a ser de tu gusto o no. De ahí que, al menos yo, cada vez más valore esos pequeños o grandes soplos de aire fresco que autores noveles o consagrados son capaces de imprimir a su creaciones.

Mikel Alvira ha sido capaz de sorprenderme con su personaje Simón Lugar, en unas cosas tan parecido a mí y en otras cosas tan diametralmente opuesto, pero al mismo tiempo con Rebeca, o mejor dicho con las dos Rebecas, la real y la de ficción si podemos hablar en esos términos, y no contento con ello ha conseguido que me formule un montón de preguntas que a pesar de no dejar cabos sueltos me ha costado contestar y para terminar me ha deleitado con sus reflexiones sobre la creación literaria, sobre las exigencias del mundo editorial, de los representantes, un mundo que para nada imaginaba tan estresante y en ocasiones tan cruel.

Por todo ello ha valido la pena su lectura, incluso lo accidentada que me ha resultado a mí en concreto, porque una novela que es vibrante y cuesta soltarla me visto obligada a relegarla, sin embargo mi mente no lo ha hecho de ahí que no haya necesitado en ningún momento volver atrás, cuando retomé mi lectura tuve la sensación que hacia unos minutos o unas horas que había dejado el libro.

El autor:

Mikel Alvira, inquieto creador multidisciplinar, alterna la producción literaria con las
manifestaciones plásticas y la redacción de guiones.

Ha publicado varios ensayos, poemarios y novelas, entre ellas el bestseller El silencio de las hayas.

"Soy escritor y todo cuanto hago tiene que ver con lo que escribo. Si tuviera que resumir mi perfil, diría que no sé no escribir".

Argumento:

Solo un escritor tramposo puede escribir la novela perfecta.

El autor de éxito Simón Lugar lucha por dar forma a su primera novela negra. Meláncolico, misántropo, se siente presionado por su agente literaria y sus cientos de miles de lectores. Buscando la inspiración en un paseo por la playa, conoce a una joven enigmática. Mientras, una serie de sangrientos asesinatos van conformando la trama del libro dentro de su cabeza.

Mis impresiones:

Si me permitieras recomendarte algo, sería que llegaras a la novela lo más inocente posible, habiendo leído las menos opiniones posibles sobre ella, porque muchas veces en nuestro entusiasmo opinador no nos damos cuenta de que damos demasiadas claves al futuro lector, como me ha pasado a mí y menos mal que ya había leído la novela me desvelaron un aspecto clave que el autor tarda bastante en aclarar y que a mi juicio le quita emoción a la novela saberlo de antemano, aunque yo ya lo intuía.

Dicho esto y si persistes en conocer mi opinión, aviso que cómo considero una experiencia maravillosa el ensamblar este puzzle voy a desvelar lo menos posible y voy a exponer sobre todo las sensaciones que a mí me ha causado esta lectura, que no son pocas.

En primer lugar reconozco que he disfrutado como una enana con esas reflexiones que el autor nos regala sobre el oficio de escribir, el mundo editorial y sobre todo las presiones que sobre un escritor ejercen su agente literario y también sus lectores. Presión que  muchas veces le impide cambiar de género, o le aboca a escribir segundas partes de novelas que no estaban previstas, y no es precisamente esto último lo que expone Alvira en La novela de Rebeca, pero no he querido dejar de constatarlo.

En el transcurso de esas reflexiones me he visto asintiendo como si yo perteneciera al gremio, y es que ese bloqueo que sufre Simón Lugar, esa falta de ideas, lo sufrimos casi todos los que jugamos a juntar letras, yo misma muchas veces me he visto estancada en un reseña sin saber que camino coger, ni como ordenar mis ideas, ni que es mejor decir, ni que debería callar, simplemente las palabras se niegan a fluir y con ello la página en blanco cada vez se convierte en una pesadilla mayor. Sin duda ha sido unos de los puntos fuertes de esta novela.

Otro de sus puntos fuertes ha sido la forma caótica de exponer el autor los hechos y las tramas, nos encontramos ante un escritor de éxito, que decide desoír el consejo de su agente literaria y por una vez decide escribir la historia que le apetece, y esta se circunscribe en el género negro, y Simón Lugar no lo domina, no sabe como hacerlo, quizás ahí radique la frescura, porque ya sabemos que no vamos a encontrar un trama de manual, no vamos a encontrar un asesino al uso, ni un investigador corriente, ni siquiera crímenes que se parezcan a otros, en esa falta de conocimiento se encuentra la clave para sorprender al lector, y a fe que lo consigue.

Me he preguntado en muchas ocasiones si realmente Mikel Alvira se parece en algo a Simón Lugar, y no en su forma de ser, que ya me ha quedado claro que es diametralmente opuesto, me refiero a esas manías de escritor que exhibe nuestro protagonista, a la forma que tiene de enfrentarse a la creación literaria, al bloqueo creacional, si tiene ese caos de ideas que apunta de cualquier forma para luego crear un crimen que se le parezca. Reconozco que me chocó en un principio tanto que no sabía en las primeras páginas en que podía terminar aquella experiencia.

Porque además de enfrentarnos a esa faceta creadora del autor, nos enfrentamos a una protagonista de ficción que pretende escribir una novela negra, esta protagonista atiende al nombre de Rebeca, y trabaja en una revista de decoración, aunque pretende escribir una novela negra. En ocasiones parece que Simón pierde el control sobre su personaje, parece que esta toma vida propia, que se hace más atrevida y más descarada, y todo ello salpicado por unos crímenes que como poco te hielan la sangre y te hacen elucubrar quién puede estar tras ello.

Muchas piezas en este rompecabezas, pero si el lector piensa que con ello ya cuenta con todas  está muy equivocado, porque la vida de Simón Lugar da para más de un quebradero de cabeza y eso que es una persona asocial que rehuye el contacto humano, sin embargo de momento nos encontramos en Buenos Aires y con dos personajes más Luz y Rebeca, y nos preguntamos que relación los une, sin que llegue a estar nunca demasiado claro, y dos hermanas que se enfrentan a un juicio, y que tampoco sabemos demasiado bien quien les ha dado vela en ese entierro, ni que han hecho para merecer eso.

No contento con ello el autor introduce un nuevo escenario La Provenza, con su bucólica evocación, un lugar en el que Simón Lugar busca la paz y también la soledad tan solo rota por los guardeses que le alquilan la vivienda. Un escenario más, y otros personajes que tampoco es que aporten demasiado a la trama, pero que tienen su encanto, y que sufren un giro a lo largo de la misma, porque si algo define a esta novela son sus continuos giros, nada es lo que parece, quien es el personaje real y quien la ficción, el juego que se lleva Mikel Alvira con el lector le hace dudar de todo y de todos, sospechar de cada uno de los personajes, para darse cuenta de que en el juego ha sido burlado por el autor, aunque yo reconozco que no del todo.

Uno de los temas que trata este libro, el que atañe a la pequeña Rebeca, y que no quiero desvelar, lo he vivido en propia carne, sin llegar a juicios, sin necesitar gran atención psiquica, porque mi hijo demostró ser más fuerte que yo misma, quizás por eso esta novela llegó a dolerme en lo más hondo de mi misma, hubiera querido tener un Simón Lugar, que me apoyase, que hiciera reír a mi hijo, hubiera querido sobre todo ser capaz de darme cuenta antes de lo que estaba pasando. Como bien dice Simón Lugar, Rebeca no volvió a ser la misma, mi hijo maduró muchísimo quizás porque no tuvo consecuencias físicas, solo psiquicas, aprendió a ser mordaz y a utilizar la palabra como arma. Aprendió a quitarle hierro al asunto y sobre todo a olvidar esa etapa de su vida.

Así pues nos encontramos con una novela que no es lineal, pero tampoco deja de serlo, que da saltos desde la realidad a la ficción, si es que podemos decirlo de esa manera, para ello se vale de unos encabezamientos de decoración que escribe Rebeca Lehman, y de la letra en cursiva para la parte de la novela que escribe Simón Lugar. También los saltos en el espacio están bien señalados y como los personajes son distintos no podemos perdernos, más cuesta en ocasiones los saltos al pasado, pero cuando logras centrarte en la trama no pierdes la concentración lectora.

Conclusión:

Si quieres un soplo de aire fresco dentro de la novela negra, quizás La novela de Rebeca te sorprenda, si te gustan los juegos literarios, te recomiendo jugar con Mikel Alvira, seguro que no puedes soltar la novela de la mano, y si la tienes que soltar como yo, seguro que cuando vuelves a ella descubres que parece que el tiempo no haya pasado.

Simón Lugar me ha montado en una montaña de sensaciones, en ocasiones he sido capaz de empatizar con él, en otras su forma de ser me ha hecho revolverme, me ha gustado el personaje de Eme y  me ha hecho pensar mucho, incluso después de haberla terminado, pero estoy con la pequeña Rebeca, es la explicación más plausible.

Y si la novela engancha, y te mantiene pegado a sus páginas el final te deja con la boca abierta, creo que todavía no he podido cerrarla del todo y eso que ya han pasado unos meses, y cuando releo el final, a pesar de conocerlo todavía es capaz de sorprenderme el juego del autor que consigue noquear al lector.


sábado, 26 de diciembre de 2015

Retos 2015. Debacle total

Creo que 2015 será uno de los años que pasará a los anales de mi biografía como uno de los peores de mi vida, y sí, como decía mi padre soy joven todavía, pero dudo, o más bien deseo que un año en el que se junten tantas cosas malas, vuelva a repetirse.

El año comenzó ya regular, sin embargo todavía me sentía con fuerzas e ilusión, tanta como para volver a convocar el Reto 12 meses, 12 libros, que me saqué de la manga para reducir la cantidad de libros que poblaban mi biblioteca sin que fuera capaz de darle salida porque otras novedades siempre me apetecían más. Vergüenza debería darme, pero tan sólo he leído y reseñado uno de ellos, así que me he quedado muy lejos de conseguirlo. Ya anuncio que este año no voy a volver a convocarlo, debería estar estudiando para las oposiciones y la verdad es que no lo estoy haciendo en serio, tendré menos tiempo para leer y reseñar, por lo que no quiero convocar algo para luego no cumplirlo.

Conversando con Kayena, de vez en cuando nos gusta coger el teléfono y calentarnos mutuamente la oreja, que termina de un vermellón chillón, surgió la locura de la Yincana Criminal, a la que le puse mucha pasión y que terminó quedándose un poco en el aire, por las continuas entradas de mi padre en el hospital. De 31 libros que la componían creo que reseñé solo ocho, aunque leí alguno más, porque las tardes en el hospital daban para mucho la verdad.

No me ha ido mucho mejor el  Reto 25 españoles, aunque creo que si los he leído todos, pero reseña se me puso cuesta arriba desde el mes de mayo y no he vuelto a coger ritmo, ni  siquiera después de fallecer mi padre, me está costando volver a sentarme y sentir un poco de ilusión por el blog, y por compartir mis impresiones, supongo que todo pasará y el gusanillo de escribir se convertirá de nuevo en el motor de mi tiempo de ocio.

Reto Viaje con los libros, algo he viajado, pero mucho menos que de costumbre, decidí saltarme un poco las bases, ya que no se podía repetir país, pero como quería ver que tal se me daba el viaje, yo consigne todas mis salidas de España, lástima que no todos los libros estén reseñados, este se puede considerar conseguido porque no había un número mínimo de lecturas.

Reto eternos pendientes... Este tampoco lo he conseguido, creo que solo uno de los autores que me propuse ha salido de mi estantería, Vicente Garrido y Nieves Abarca y la tercera de sus novelas a pesar de haberme gustado mucho la tengo pendiente de reseña, y en breve saldrá la cuarta.

Visto lo mal que se me ha dado 2015, y que practicamente el primer semestre de 2016 me lo voy a pasar entre temarios, si no es más tiempo, no se que voy hacer en 2016, de momento he convocado junto a Kayena la Yincana Histórica, en breve volveremos a convocar la Yincana Criminal y supongo que conforme avance Enero algún reto más caerá, pero me tengo que mentalizar porque de momento me veo con muy poco tiempo libre.

¡¡¡Espero que a vosotros os haya ido mejor que a mi!!!

sábado, 12 de diciembre de 2015

Mientras llueva. Teresa Viejo

Con esta novela he descubierto la prosa de Teresa Viejo, a pesar de saber que no es su primera novela y tener en casa su opera prima, pero ya conocéis el mal ese que aqueja a los lectores compulsivos, que compran con mucha ilusión una novela, esperando devorarla cuanto antes y termina languideciendo en la estantería desbancada por otras que llegan después. Para arrepentirte justo el día que vuelves a posar los ojos sobre ella y al leer las primeras líneas o capitulo, o incluso atreverte con todo el libro pensar, pero porque he dejado pasar tanto tiempo.

Cuando vi que Teresa Viejo había vuelto a publicar, decidí que era el momento de iniciarme con ella, podría haber recurrido a mi estantería, pero no, desee lo que acababa de publicar, sobre todo intuyendo en Alma Gamboa uno de esos personajes femeninos que tanto me gustan y atraída por el periodo histórico en el que se ambienta, la posguerra española con todas sus penurias, restricciones...

No me equivoqué con el libro, ni con la autora cuya prosa me pareció exquisita, pero por razones personales este libro y otros muchos han tenido que esperar a ser reseñados y aprovecho que muchos estaréis pensando ya en los regalos navideños, para dejaros mi opinión por si decidís regalarlo, creo poder afirmar que acertaréis de lleno.

La autora:

Teresa Viejo es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, donde también cursó estudios de Sociología. A lo largo de su carrera ha conducido toda suerte de programas en TVE, Antena 3,  Canal 9, CMTV, entre ellos Saber Vivir, 7 Dias 7 Noches o Tal como somos.

Comunicadora habitual en la radio, fue la primera mujer encargada e dirigir un programa matinal (Radio España). En la actualidad dirige en RNE, La Observadora, sábados y domingos. Asumir la dirección de Interviú supuso un revulsivo en los medios de comunicación al convertirse en la primera mujer al frente de una revista de información general, donde mantiene un articulo semanal.

Colaboradora habitual en presa (The Objective) es autora de tres exitosos ensayos (Hombres, modo de empleo; Pareja, fecha de caducidad; Cómo ser mujer y trabajar con hombres)  y dos novelas (La memoria del agua, traducida a 4 idiomas y adaptada por TVE en una miniserie; y Que el tiempo nos encuentre).

Es embajadora de Buena Volundad de Unicef desde 2001.

La puedes encontrar en:

Twiter: @TeresaViejo

Facebook: www.facebook.com/TeresaViejo

Sinopsis:

Empezar de nuevo. Inventarse. Tratar de borrar el trazo que lástima, antes de descubrir espantada que no está dibujado con lápiz sino con tinta indeleble. Subirse a un tren y susurrar bajito al compás del traqueteo: "Sácame de aquí".

"Sácame de aquí": esa es la frase que retumba desde la cabeza al corazón de Alma Gamboa Monteserín, una mujer a la fuga a la que nadie persigue. Es el invierno de 1946 y Alma viaja a la casa de sus antepasados donde, en vez de la paz que tanto necesita, le espera, ineludible, una revelación transcendental.

En el paisaje encuentra una lluvia que no cesa. En ese enigma que es su vida, pronto descubre la fotografía de una joven sin nombre, las ruinas de una mansión devorada por el fuego y un libro misterioso. Nada de eso borra la huella de un amor devastador.

Una heroína tan imperfecta como irresistible que suscitará la complicidad de los lectores. Una novela tan potente, turbadora e hipnótica como un estado de ánimo.

Mis impresiones:

Me gusta descubrir las bambalinas de una novela, aquello que llevó a un autor a ambientar la novela en una determinada época, un determinado lugar, o incluso que historia real le obsesionó de tal forma que le llevó a crear una ficción para dar respuesta a sus preguntas.

Sin embargo, esta novela es fruto de la imaginación de su autora, incluso el enclave en el que se desarrolla la mayor parte de la acción es ficticio, una región inventada, Malpaís,  bañada por el mar Cantábrico, en el que la persistente lluvia es una característica que tiñe las páginas de esta historia y que a mi irremediablemente me ha hecho pensar en Mientras Leo y su pertinaz espera para ver salir el sol en Invernalia, otra región inventada o rebautizada.

Teresa Viejo hace gala de una prosa cuidada, rica en vocabulario y excesiva en muchas ocasiones, porque si bien el lenguaje utilizado por el narrador omnisciente se adecua bien a su prosa casi poética, resulta un poco forzado en algunos diálogos, sin embargo, el buen hacer de la autora y sobre todo los personajes tan bien dibujados hacen que algo que a simple vista podría chirriar quede bien integrado en la novela y está se disfrute e incluso se devore.

La protagonista absoluta de esta novela es Alma Gamboa Monteserín, hija única de un matrimonio aburguesado que se instaló en Madrid, donde abrió una Farmacia que ha sido el sustento de la familia. Alma es una mujer moderna, que no se ha replegado al papel reservado a la mujer en su época, es de las pocas que ha estudiado, y a la muerte de su padre se hace cargo de la botica. Sin embargo, desde que la guerra civil se llevó a su padre pocas han sido las alegrías con las que ha contado.

La relación con su madre que nunca ha sido demasiado estrecha se complica por momentos, la hostilidad que en ocasiones despliega hacia ella la descolocan, y ella lo achaca al dolor que la lacera porque su marido lo era todo para ella. Poco sabe Alma de su familia, tan sólo unos pocos retazos, y fotos que se guardan en casa, en las que ella se refugia. Mientras su  madre se va dejando ir poco a poco en una clínica, Alma se entrega a una historia de amor idílica, enfermiza que termina sumiéndola en la culpa y la desesperación y la obliga a una huida hacia adelante.

A la muerte de su madre y con más preguntas que respuestas, en ese afán por huir, y reinventarse acepta la invitación del único familiar que le queda, la tia Eunice, y se traslada a la tierra de su madre, esa que ella siempre adoró y que nunca visitaron. Lo que se suponía iba a ser una cura para su alma, un remanso de paz y tranquilidad, pronto se torna en una fuente de preocupaciones, en la que los secretos que rodean a la familia y los silencios de las personas que los conocen, la incitan a investigar, a querer saber, a entender el porqué de sueños truncados.

Pero esta es una novela coral, con muchos personajes, unos del presente y otros de ese pasado que Alma desconoce y que se va filtrando ante ella como piezas de un pequeño puzle que se verá obligada a recomponer y entre esos personajes encontramos a Refugio, una criada metomentodo, guardiana de los secretos familiares que la ve como una intrusa, como alguien que ha venido a remover lo oculto y que amenaza con alterar la paz de La Constante, la casona familiar. O la tía Eunice que no juega del todo limpio, que después de invitar a su sobrina se arrepiente, y no está para recibirla, que no responde a ninguna de sus preguntas. O Gabriel ese niño con una enfermedad rara, que parece que nadie atiende como es debido, y que ella se empeñara en sacar de su aislamiento.

O los tres hermanos de su madre, Ventura, Benigno y Fabián, tres hombres marcados por el amor a una mujer venida de Cuba, Cecile,  una mujer que murió en trágicas circunstancias en una casa en ruinas cerca de La Constante, a la que descubre por un retrato familiar y a través de un misterioso libro que llega a ella de una forma un tanto extraña.

Como habréis podido intuir pasado y presente se entremezclan en las páginas de esta novela, y no precisamente de forma lineal, la autora demuestra haberse documentado e introduce de forma natural los rituales de santería provenientes del otro lado del charco y el espiritismo tan de moda en los años 40 en España, todo ello mezclado con metaliteratura porque el libro que encuentra por casualidad Alma es muy importante en la resolución de la trama.

Teresa Viejo crea unos personajes bien delineados en lo físico y en lo psíquico, personajes con los que es fácil empatizar, para bien o para mal, nos podemos meter en sus zapatos, hacernos eco de su desesperación, de sus alegrías, de sus temores y todo ello a través de cartas, o del propio libro y en menor medida por los recuerdos de Eunice, Refugio y otro personal

El misterio pues está servido en una familia en la que nada parece normal, en la que los odios, los celos, y el resentimiento son una constante, en la que Alma parece una pieza desubicada y mantenida al margen con el beneplácito de todos, y en la que los guardianes de los secretos no parecen dispuestos a soltar prenda, por más que la chica tire del hilo.

En La Constante le acechan los peligros, sobre todo en forma de esa pertinaz lluvia que se empeña en enfermarla y todo en La Providencia la embruja, y la empuja hacía sus ruinas. Ante la tozudez de Eunice y el silencio de Refugio, Alma encuentra ayuda en un personaje peculiar, un médico que pretende curar sus pulmones y también su alma, y quizás sea este junto con su mujer los personajes que más me han llamado la atención, aunque son los menos oscuros y  misteriosos.

A pesar de desarrollarse la historia en un lugar inventado por la autora, las descripciones son tan detalladas que te da la impresión de acompañar a Alma en las incursiones a La Providencia, en sus paseos por los alrededores de la casona, en su deambular por La Constante, y lo mismo sucede con los episodios que se desarrollan en Madrid, Teresa Viejo pone un cuidado tan exquisito en la ambientación como en los personajes, logrando que la historia fluya, incluso más rápido de lo que sería lógico por el tipo de lenguaje y vocabulario del que hace gala.

No será la última novela que leeré de la autora, que me ha conquistado con su buen hacer con esa historia de secretos familiares y con la huida de una mujer a la que perseguían unos fantasmas que no existían, si quieres saber que esconden los Monteserín te tendrás que sumergir entre las páginas de Mientras Llueva, si quieres saber de que huye Alma tendrás que dejarte atrapar por su pasado y por su presente, para así participar de un futuro que a mi al menos me ha parecido un tanto previsible pero con un giro más que sorprendente, porque si algo caracteriza la trama de esta novela son los constantes giros que consiguen mantenerte pegada a sus páginas hasta el final.

Conclusión:

Si has llegado hasta aquí no dudarás de que te recomiendo la lectura, sobre todo porque la época en la que se desarrolla la novela no tiene un peso demasiado especifico en ella, más bien es el pasado el que pesa en Malpaís y en La Constante, la culpa y los remordimientos quienes empujan a sus moradores a actuar de una determinada manera.

Los recursos de los que se vale Teresa para introducir ese pasado misterioso y a la vez doloroso casi siempre son testimonios escritos, hay un pacto de silencio en la región, como si los asuntos de los Monteserín fueran tabús y Alma una intrusa sin derecho a remover el pasado.

Y en medio de todo ello una fina línea que separa la cordura y la locura y que Alma cree traspasar a diario, tanto que no consigue el propósito por el que dejó Madrid y su farmacia en manos de un amigo, recuperarse, olvidar, reparar el corazón dañado. Un viaje de unos pocos días se alarga meses, por una neumonía,  y por el interés de Alma de descubrir quién és.

Te animo a descubrir quién es Alma, que esconde el hermetismo de Eunice, y la acritud de Refugio, te invito a un mundo exótico que a penas se puede entrever, e imaginar, a sesiones de santería y de espiritismo y cómo no de hipnotismo, todo en las pocas páginas de una historia que te conquistará desde muchos frentes.




sábado, 31 de octubre de 2015

El secreto de Vesalio. Jordi Llobregat

Tengo tantas reseñas por escribir que he decidido publicar una lectura reciente y otra que lleve más tiempo reposando, este es el caso de El secreto de Vesalio que leí este verano y que disfruté como una enana. Pero con esta novela no tuve un flechazo, no fue un amor a primera vista, si no más bien un enamoramiento lento, twitter a twitter, comentario a comentario, reseña a reseña, y es que no se muy bien porque pensaba que la novela estaba ambientada en la antigua Roma, será por el nombre digo yo, que es un periodo histórico que no he disfrutado demasiado ni en mi época de estudiante, ni en la literatura. 

Aclarada la confusión que me llevó a descartarla así sin mas, empezó a calarme poco a poco y eso que tenía poco tiempo para leer, y un montón de novelas esperando en la estantería a que les hiciera un poco de caso, aún así, tan entre ceja y ceja tenía metido el libro que aproveché que se había convocado un conjunta, simultánea, y me perdonaréis que no recuerde quién la lió, y como cada día pasaba por librería preferida de Eloy Moreno, Argot, que no cierra a mediodía de camino al trabajo me lié la manta a la cabeza y la compré.

Llevaba en ese momento dos novelas entre manos y le hice hueco a una tercera, que a pesar de no ser una primera opción me estaba robando el sueño, y confieso que terminó arrinconando a las otras dos que me miraban mal y todavía no me lo han perdonado, sobre todo porque las reseñas siguen tan pendientes como esta que estoy escribiendo en estos momentos.

Siempre he dicho que soy caótica por naturaleza, que no tengo ni un orden de lectura, ni un orden de reseñas, ni un día fijo para publicar y es que los plazos me agobian de tal manera que el placer se convertiría en trabajo y por ende dejaría de ser un disfrute para convertirse en una obligación. Pero como las lideresas de Somos Alianza, Carax y Teresa, dedicaron el mes de octubre a Jordi Llobregat, pensé que era un buen momento para escribir mis impresiones.

Y dejo de enrollarme que me voy por las ramas y supongo que a pesar de que se han escrito mares de tinta sobre esta novela, igual necesitas un último empujón para lanzarte de cabeza a su lectura, y espero dártelo yo en esta opinión.

El autor:

Jordi Llobregat nació en Valencia en 1971, es un apasionado de la historia y de la evolución de las
ciudades. Desde hace años mantiene un vínculo especial con Barcelona, la ciudad de su familia materna.

Actualmente, compagina la escritura con su trabajo al frente de una empresa dedicada a la realización de proyectos de competitividad territorial y desarrollo local. Es cocreador y director del festival de novela Valencia negra, donde espero encontrarlo en la próxima edición aprovechando la proximidad geográfica.

Ha participado en varias antologías de relatos y pertenece al grupo literario El cuaderno Rojo.


Argumento:


Barcelona, mayo de 1888. A pocos días de inaugurarse la primera Exposición Universal del país, aparecen los cuerpos horriblemente mutilados de varías muchachas. Son heridas que recuerdan a una antigua maldición de la ciudad largo tiempo olvidada.

Daniel Amat, joven profesor residente en Oxford, recibe la noticia de que su padre ha muerto en extrañas circunstancias, lo que le obliga a volver a Barcelona después de años de ausencia. A partir de ese momento, se verá envuelto en la persecución de un despiadado asesino mientras se enfrenta a las consecuencias de su propio pasado.

Bernat Fleixa, reportero del Correo de Barcelona, cuyo único interés es conseguir una noticia que le haga famoso i Pau Gilbert, un enigmático estudiante de medicina, se unirán a Amat en busca de un antiguo manuscrito anatómico que puede cambiar la historia del conocimiento y que resulta ser el principal objetivo del misterioso asesino.

Secretos, traiciones y pasiones prohibidas en la Barcelona convulsa y facinante de finales del siglo XIX, donde nada es lo que parece ni nadie está a salvo de su pasado.


Mis impresiones:


Toda trama tiene un trasfondo, o un desencadenante, algo que motiva al autor a poner en marcha todo el engranaje que termina o no siendo una historia publicada. He dicho al principio que pensaba que Vesalio era romano, sin embargo nada más lejos de la realidad, Vesalio fue un médico de origen germánico nacido en Bruselas, considerado el padre de la Anatomía Moderna. Fue juzgado por la Inquisición en Madrid por realizar la autopsia a un hombre vivo. 

Y este es precisamente el punto de partida de esta novela, puesto que el autor se preguntaba como había podido cometer semejante error, si es cierta la anécdota, porque de sobra son conocidas las acusaciones que esta institución realizaba. Las elucubraciones de Jordi intentando dar respuesta a este interrogante dan lugar a una trama oscura, bien hilada, con giros argumentales que sorprenden al lector y unos personajes entrañables que nos acompañaran a lo largo de sus más de quinientas páginas.

Quizás lo que más me ha sorprendido de este libro sea la riqueza del léxico utilizado por el autor que lejos de entorpecer la lectura ni recargarla la ha dotado de una mayor belleza, aumentando el placer de pasar páginas y adentrarse en la trama. Para ser una opera prima Jordi Llobregat ha puesto el listón muy alto.

Uno de los principales activos de esta historia es la tensión, el misterio, el suspense que no decae en ningún momento, la pericia del autor para ir facilitando detalles que lleven de la mano al lector hasta la resolución de algunos misterios y secretos que esconden sus personajes, de esa manera la resolución final no resulta forzada, atrapa irremisiblemente al lector que con horas por delante termina la novela en un par de sentadas, como mucho tres.

Otro y no por ello menos importante la ambientación, Jordi Llobregat es capaz de transportanos a la Barcelona de 1888, a esa ciudad gótica más cercana al Londres Victoriano que a la ciudad que muchos podamos tener en mente, una ciudad con grandes contrastes sociales, en los que la clase trabajadora comienza a organizarse en sindicatos para defender sus derechos, en la que el progreso convive con las supersticiones y el papel de la mujer es más bien escaso y de sumisión al hombre a pesar del talento que pueda atesorar. Una Barcelona que abre sus puertas a la modernidad, a la iluminación electrica, y en la que el Espiritismo empieza a gozar de muchos adeptos.

Una ciudad que en la pluma de este valenciano tiene más sombras que luces y atesora tantos secretos familiares que el lector tendrá un reto por delante. No es díficil visualizar los coches de punto, escuchar el traqueteo de los landós de la gente pudiente, veremos surgir los primeros edificios modernistas, la llegada de la electricidad, pero también nos llevara a los bajos fondos donde viven los obreros, y aquellas mujeres que nadie reclama, y bajaremos incluso a las cloacas donde los delincuentes han establecido su propio reino sembrando el terror incluso entre la policia.

Barcelona se convierte en una protagonista más dada la rica y cuidada ambientación del autor, en la que se nota una profusa documentación. Como también se convierte en personaje Vesalio, alrededor del cual gira toda la trama, y también aquí es patente todo el trabajo previo que Jordi ha tenido que hacer a la hora de abordar esta apasionante historia.

Y ya que hablamos de personajes, os contaré que esta novela se sustenta sobre un trío de lo más dispar, que se verá arrastrado a una investigación en la que arriesgaran su propia vida.

Daniel Amat: Un telegrama anunciando la muerte de su padre llega en el peor de los momentos. No da crédito a como han podido dar con su paradero tras siete años de huida, y justo cuando acaba de prometerse en matrimonio y le ofrecen una vacante en la institución en la que da clases. La noticia cae a plomo en el joven, más por lo que significa, que el pasado vuelve de golpe y los fantasmas amenazan con quedarse, que por la muerte en sí, puesto que la relación entre ambos era inexistente.

Alrededor de Amat sobrevuela un misterio, un accidente que cambio para siempre su vida y la de su familia y que el lector irá descubriendo poco a poco. Amat es terco y al llegar a Barcelona le van a sobrevenir más sorpresas, como que la muerte accidental de su padre pueda encubrir un asesinato y pueda estar relacionada con las muertes de mujeres anónimas. A pesar de querer cerrar cuanto antes ese capitulo y volver a su rutina, los acontecimientos se encadenan de tal forma que no tiene más remedio que investigar que le ha podido pasar a su padre.

Bernat Fleixa: periodista, impenitente jugador, endeudado hasta las cejas, frecuentador de burdeles, un personaje turbio que se mueve con igual facilidad por las luces que por las sombras. Su vida laboral ha tocado fondo, no es el reportero de antaño y la savia joven amenaza con desbancarlo con malas artes. Corre tras el reportaje que le devuelva la notoriedad perdida, y la llave la tiene Amat.

El encuentro entre ambos no es demasiado amigable, y Daniel no da crédito a lo que le cuenta, la idea de que la muerte de su padre pase de un accidente a un asesinato, no entra en sus planes, pero el periodista es tenaz e insistente, y termina por embarcarlo en sus planes.

Juntos se adentraran en esa Barcelona que solo conocen los que estan acostumbrados a bajar a los bajos fondos y los que viven en ellos sin posibilidad alguna de abandonarlos.

Pau Gilbert: Un avezado estudiante de medicina, que pretende mantenerse en un discreto segundo plano, aunque no siempre lo consigue. Sus conocimientos médicos sorprenden incluso a sus profesores y levantan las envidias de algunos compañeros. Esconde un secreto de ahí su discreción. La vida de Pau dará contantes giros, se encontrara en situaciones limites, y al final asesorará a Amat y Fleixa en calidad de ayudante del padre de Daniel.

Los tres se embarcan en la búsqueda de un libro inédito de Vesalio y todos ellos estarán en algún momento al borde de perder la vida.

Junto al trio protagonista encontramos a unos secundarios de lujo, tan bien perfilados como los principales, tratados con el mismo mimo y la misma delicadeza, ofreciéndonos datos tanto de su personalidad como de su físico. Entre ellos ha llamado mi atención Irene, una mujer que se vio obligada a casarse con el hombre equivocado, un tirano con problemas mentales, y a pesar de todo sigue rebelándose a su autoridad y sufriendo las cosecuencias.

La novela avanza a un ritmo constante que en ningún momento decae, dejándonos pistas para que lleguemos a sospechar el secreto o misterio que esconden los personajes incluso antes de que el autor lo desvele, y es su forma de ir preparándonos para el giro final, para ese que al menos a mí me dejó con la boca abierta, y completamente noqueada, tanto o más que Amat. Un final que para nada resulta forzado y para el que el autor nos va preparando a lo largo de toda la trama. Un broche de oro, para una novela, bien escrita, bien tramada, bien orquestada que seguro que hará las delicias de cualquier lector.

Conclusión

El secreto de Vesalio es una novela que cuenta con una multitud de ingredientes bien cocinados por la mano maestra de Jordi Llobregat, que ha conseguido con esta opera prima poner el listón muy alto y revelarse como un autor a tener en cuenta.

Junto a la novela negra, la histórica es uno de mis géneros favoritos, y este libro combina a la perfección la ambientación de la época, adecua los personajes a la trama y crea las luces y las sombras necesarias para que resulte creible.

Creo que si has llegado hasta aquí, huelga decirte que te recomiendo encarecidamente su lectura, si tenías dudas, espero las haya despejado todas, si ya lo tenías en mente, ya tardas en leerlo.



lunes, 12 de octubre de 2015

El mal camino. Mikel Santiago

Hace escasos minutos leyendo un post de Mientras Leo sobre los libros del verano, he estado reflexionando cual fue el libro que vi el verano pasado y que acabé leyendo meses más tarde, y fue La última noche en Tremore Beach de Mikel Santiago. En aquel momento, como hoy mismo tenía tanto acumulado que no me plantee comprarlo, pero en el mes de diciembre cuando me lo crucé en la biblioteca no pude resistirme a llevarlo a casa. Seguro que os preguntaréis si habían cambiado las condiciones, y os contestaré que no, pero me apetecía tanto que desoí a ese Pepito Grillo que es mi conciencia en ocasiones.

Tuve la suerte de compartir la lectura en twitter con Manuela del blog Entre mis libros yo, y la verdad es que lo pasamos genial, una a la otra nos picábamos y el libro voló en mis manos. Así que cuando me enteré que Mikel Santigo iba a publicar un nuevo libro, supe que no iba a esperar que pasaran los meses. Lo que no esperaba es que me ofrecieran una edición no venal, ya os podéis imaginar no solo mi cara de sorpresa, si no también mi felicidad absoluta.

El libro llegó antes de su publicación y me embarqué en una lectura simultánea en twitter, que no recuerdo en estos momentos quien convocó. Pero por problemas personales no pude avanzar ninguna lectura en junio, tres libros empecé y dos los terminé en julio. Y es que los que os pasáis por el blog, por facebook o por twitter sabéis que la salud de mi padre es un tanto precaria y entra muchas veces en el hospital.

Mikel Santiago me ha vuelto a sorprender con este libro, en el que se duda de todos y de todo, en el que las hipótesis se construyen como castillos en el aire y caen con la misma facilidad. En el que no sabes cual es el límite entre la locura y la cordura, en la que hay momentos en que empatizas con Bert de una forma demencial y otros en los que se produce una desconexión brutal. ¿Que es verdad y que es mentira? Sólo lo descubrirás adentrandote en sus páginas.

El autor:

Mikel Santiago nació en un pueblo marinero de Vizcaya en 1975. El piano de su hermana, que siempre resonaba por la casa, despertó en él un apetito muy temprano por la música. De sus primeras lecturas recuerda las obras de Sherlock Holmes, Los Cinco y Edgar Alan Poe.

Ha vivido en Irlanda, de donde sacó las ideas para escribir esta novela, y actualmente reside en Ámsterdam, donde trabaja en el mundo del software. Cuando no está entre ordenadores, se dedica a escribir y a tocar la guitarra con su banda de blues-rock.

La última noche en Tremore Beach, su debut literario, se ha convertido en un fenómeno antes de su publicación y ha hecho que se le compare con maestros como Stephen King, Jöel Dicker o John Connolly. Y se publicará durante este año y 2016 en quince países entre los que figuran Francia, Japón, Argentina, Brasil, Grecia y Estados Unido donde compartirá editoral con su admirado Stephen King.


Argumento:

En una carretera rural del sur de Francia, un hombre surge de la oscuridad y desencadena una serie de extraños acontecimientos, convirtiendo en pesadilla las vidas del escritor Bert Amandale y su amigo Chucks Basil, una estrella del rock en horas bajas.

Santiago se sirve de un escenario idílico e inquietante, en el corazón de la Provenza, para atraparnos en una historia que se lee compulsivamente y en la que late, de fondo, el destino de unos personajes marcados por sus errores.

Mis impresiones:

En mi opinión nos encontramos ante una novela más madura, con una trama bien pensada, un ritmo frenético y unos personajes bien dibujados aunque desde la perspectiva del protagonista y narrador. Mikel Santiago con esta novela se ha consagrado, se ha hecho un hueco en la novela de intriga, en el thriller sicológico. Juega con el lector, lo hace participe de la trama, le hace plantearse si Amandale es una persona emocionalmente equilibrada, o llevada al extremo su mente ha saltado por los aires. Desde el principio tantas son las hipótesis que he construido, que he perdido la cuenta de ellas. Mi mente era un hervidero que no descansaba ni mientras leía, ni cuando el tiempo me faltaba y no podía acercarme a ella que os aseguro que han sido días y semanas enteras.

El éxito de esta novela se asienta sobre dos pilares, uno sus personajes, con apenas unas pinceladas Mikel es capaz de meternos en la piel de personas que arrastran muchos errores del pasado, personas que siempre han escogido el mal camino y que sin embargo piensan que están a tiempo de redimirse, y por ello buscan una segunda oportunidad lejos de su país, y de su entorno. Y ahí es donde entra el segundo pilar, el lugar que escogen para reedificar su vida la Provenza francesa, un lugar lleno de luz, y color, idílico podríamos decir, con pocas descripciones Mikel es capaz de llevarnos por la soleada Provenza y sus campos en flor y también de sumirnos en la oscuridad de las carreteras mal iluminadas, con curvas que trocan lo idílico en amenazador.

El verdadero protagonista de esta novela es Bert Amandale, un escritor al que las musas parecen haber abandonado y que se refugia en Saint -Remy en busca de un poco de inspiración, y tranquilidad para su familia. Atrás espera haber dejado los problemas de adicción al alcohol y las pastillas, las malas compañias que frecuentaba su hija, y los problemas conyugales con su  mujer. Sin embargo, no contará con un desencadenante que pondrá su vida patas arriba de nuevo, que hará que el pasado resurja con fuerza de nuevo y que traspase la fina línea que separa la locura y la cordura.

A través de su mirada un tanto escéptica y en ocasiones febril, iremos conociendo los hechos y también al resto de personajes, ello hará que a la larga el lector empatice con facilidad con aquellos afines a Bert y sienta antipatía y como una amenaza aquellos por los que el escritor siente rechazo. El personaje al que mejor retrata es Chucks Basil, su amigo de la infancia, casi un hermano, una fuente de problemas para Miriam, la mujer de Bert. Uno de los motivos por los que esta accede a alejarse de Londres, y dejar en stand by su trabajo.

Pero Chucks que también arrastra sus propios errores decide instalarse también en la Provenza, su tiempo parece haber pasado y tiene entre manos un disco que podría relanzar su carrera y situarlo de nuevo en el panorama musical. La relación entre ambos artistas es cordial y al mismo tiempo un poco escasa, siempre se encuentran en casa el músico para evitar roces con Miriam. Y es que Chucks tiene la habilidad de fastidiar todos los acercamientos que esta intenta.

Cuando la vida parecía sonreirles, una aparición en medio de la noche, un atropello, y una fuga a la desesperada cambia la vida de ambos. La de Chucks porque la culpa no le deja vivir, y desde esa noche el miedo se ha instalado en el cuerpo, la de Bert porque quiere creer a su amigo, pero todo apunta a que el roquero ha recaído y sufre uno de esos episodios de manía persecutoria a los que es dado.

A partir de ese momento comienza una carrera desenfrenada en la que el lector acompaña a Amandale en un camino tortuoso y solitario, en el que está a punto de perder a su familia, la cordura y la vida. Las tornas se vuelven y esas mismas dudas que lo asaltaban a él cuando su amigo le contaba la historia, las sufre en  propia carne cuando ni su mujer ni su hija lo creen, y el peligro se cierne sobre ellas.

Nos encontramos ante una historia lineal, que va in crescendo, en la que la angustia y la opresión va creciendo a la par que vamos pasando páginas, sin embargo para ir encajando las piezas en su sitio el autor recurre a flashback, a través de los cuales vamos conociendo de donde viene la animadversión de Miriam hacia Chucks, porque la familia abandona Londres y que pretende reconstruir, porque la relación de los Amandale parece cogida con pinzas, o porque Britney reacciona de forma a veces un tanto desproporcionada al control de sus padres.

Mikel Santiago demuestra una gran habilidad a la hora de dosificar la intriga, hasta el punto de que el lector en ocasiones duda de la cordura de Amandale, incluso cuando la amenaza es confirmada por dos personajes. Ese juego que se trae con el lector a mi me ha convencido, me ha obligado a pensar en la novela y en la suerte de la familia Amandale incluso cuando no tenía tiempo para leer, la obsesión y las hipótesis unas veces descabelladas y otras no tan lejos de la propuesta del autor me han tenido en ascuas durante toda la lectura.

Con un prosa sencilla, fresca, ágil,  un lenguaje directo, y unos diálogos dinámicos, naturales y casi cinematográficos, Mikel Santiago consigue atrapar al lector y llevarlo a un viaje sin retorno, en el que la ironía logra descongestionar los momentos de máxima tensión, con esos toques de humor que alivian el agobio y la opresión que pueden acompañar la lectura de este libro.

Conclusión:

Mikel Santiago auna de nuevo en esta novela sus dos grandes pasiones, la música y la escritura, a la vez que nos muestra una obra mucho más madura, pero asentada sobre los mismos pilares que su opera prima, puliendo los flecos y mejorando la construcción de sus personajes.

El gusto del autor por los lugares remotos es palpable de nuevo, si en la última noche en Tremore Beach la acción transcurría en una recóndita playa irlandesa de difícil acceso, en esta ocasión nos emplaza a un pueblecito de la Provenza francesa con unas carreteras llenas de curvas y peligros y una comunidad capaz de eclipsar el sol y la frescura de tan idílico enclave.

Nos encontramos ante una novela más depurada, ante un estilo propio, y una forma de escribir que atrapa desde de la primera línea, y eso que el uso de la primera persona hay que saberlo manejar con elegancia para no perder perspectiva.

Mikel Santiago con su segunda novela ha dejado claro que es un autor a tener en cuenta, y seguro que ya cuenta con una legión de seguidores que esperan su nueva novela, entre los que me incluyo



PD. Comencé a escribir esta reseña a finales de julio, de ahí las alusiones al post de Silvia, mi poco tiempo dejaron reposar en la carpeta de borradores esta opinión que he rescatado ahora y pulido. Llevo mucho retraso, espero que merezca la pena la espera

miércoles, 16 de septiembre de 2015

El silencio del pantano. Juanjo Braulio

Fui una de las afortunadas que recibí una edición no venal de El silencio del pantano, la opera prima de un valenciano desconocido para mi hasta ese momento. Confieso que no me puedo resistir al género negro y esta se iba a vender como la mejor novela negra del año. A estas alturas no se si será la mejor del 2015, pero si se que en líneas generales a mi me ha convencido, que ha sido un placer pasear por las calles del Cabañal y otros barrios de Valencia de la mano de Juanjo Braulio.

Mientras leía la novela y la comentaba en twitter me pregunté en varias ocasiones la edad que tenía el autor, porque parecía describir a la perfección a mi generación, me sentía tan identificada con muchas de las reflexiones de Q, sobre el periodismo y otros menesteres, que había momentos en que me sentía incluso abrumada. Al acceder a las pinceladas biográficas de Juanjo el misterio quedó resuelto, ambos nacimos el mismo año, ambos cursamos los mismos estudios universitarios y en la misma universidad, y quizás nos cruzamos en alguna ocasión por el pasillo, o quizás no.

Si Q cuando reflexiona sobre la profesión periodística es el alter ego de Juanjo puedo entender muchos pasajes, yo también he sentido la tentación en muchas ocasiones de desalentar a aquellos que quieren estudiar periodismo, a nosotros nos prometieron mucho y encontramos mucho ruido y pocas nueces. Lo que ya me ha costado más de entender es ese ataque a los bloggers, porque no creo que que sean ellos, o nosotros si me incluyo, los que desprestigian la profesión, si no lo que denuncia el autor con bastante buen tino, la politización de los medios, el mangoneo de los de siempre, del poder ya sea económico, político o social y además sin disimulo alguno.

Nos encontramos, con una novela dentro de otra, con unos personajes bien dibujados, con personalidades variopintas y psicologías complejas, una buena documentación histórica y una mejor ambientación espacial, aunque Valencia no se convierta en un personaje más de la trama. Conocer la localización de la historia me ha hecho disfrutarla hasta el final. Aunque hubiera preferido menos precipitación a la hora de abordarlo, y puestos a pedir que este no fuera tan abierto, se barrunta una segunda parte al menos eso pienso yo, ya desde mediados me di cuenta de que estábamos ante una novela en la que los personajes tenían mucho peso, y eso sólo podía significar que este era el primero de una saga, el final y los flecos sueltos me lo han confirmado. Si no fuera así no entendería demasiadas cosas y se desluciría el resultado final de la lectura, pero supongo que todavía tardaré en averiguarlo.

El autor:
Quién mejor para hablar de alguien que uno mismo, que la persona que mejor se conoce o no, siempre que me he visto en esa tesitura ha caído sobre mí un marrón de los gordos, porque encontrar el termino medio para no parecer un pedante o tan modesto que chirríe es realmente complicado. En la edición no venal no aparecen datos del autor, pero al pasar por su página web me ha gustado su forma de explicar quién es, y por ese motivo le cedo la palabra.


"Al igual que el mago Gandalf decía en El señor de los anillos que tenía muchos nombres porque iba a muchos lugares, me agrada decir que soy muchas cosas: marino frustrado, cocinero por herencia, viajero entusiasta, arquero intermitente, guitarrista amateur, pintor en ciernes, aprendiz de todo y oficial de nada. Como lo que más me gusta hacer es leer y  por leer no pagan me hice periodista.

Nací en  Valencia en 1972, me gradué en Enseñanzas Artísticas por la Sankt Eskils Skola de Eskilstuna (Suecia) y me licencié en Ciencias de la Información por la Universidad Politécnica de Valencia. Empecé a juntar letras en la delegación valenciana de «Diario 16» desde donde pasé a Las Provincias donde fui redactor de Medio Ambiente, Municipal, Política y Jefe de Opinión. 

Posteriormente fui jefe de Informativos de Ràdio Nou y colaborador del Suplemento Semanal XL (Grupo Vocento), la agencia Colpisa y el diario ABC. Un compendio de mis columnas de opinión fue publicado en forma de libro bajo el título «La escalera de Jacob» (2004). 

También soy autor de «En Ítaca hace frío» (2014) un libro de viajes sobre Suecia.  Después de tantos años contando verdades que parecían mentira, con «El silencio del pantano», mi primera novela, decidí probar suerte en el intento de contar mentiras para decir verdades."


Argumento:

En esta deslumbrante novela negra, la poderosa voz de Juanjo Braulio, nos sumerge en una historia de muerte, codicia y falta de escrúpulos, dejando al lector sin aliento y con la sensación de haber leído una obra maestra.

La rama arranca con el hallazgo de un cadáver en un recodo del río Turia. El asesino parece recrear un antiguo ritual romano reservado a los reos culpables de parricidio. El crimen salpica a los poderosos de la sociedad valenciana, que pronto dejarán al descubierto el pantano silencioso, símbolo de la decadencia y la corrupción, sobre el que se alza la ciudad. La investigación se verá envuelta en este fango escondido y peligroso, desvelando oscuros episodios de nuestro pasado.

Lleno de referencias literarias, con ecos de Rafael Chirbes y guiños a Patricia Highsmith y Paul Auster, el adictivo debut literario de Juanjo Braulio lo tiene todo para convertirse en uno de los acontecimientos editoriales del año.

Datos tomados de la contraportada del libro

Mi Opinión Personal:

Es la segunda vez que tengo el privilegio de leer una novela antes de su publicación, y además he tenido el placer de compartir lectura en twitter con otras lectoras, y confieso que a pesar de que mi ritmo es mucho más lento que el suyo, me he hecho adicta a esas lecturas simultaneas, a ese comentar lo que me llama la atención y las respuestas dispares que puede causar.

El silencio del Pantano es una novela que atrapa desde el principio, comienza fuerte con un cadáver encontrado en el río Turia dentro de un saco, no tendría nada de especial si no compartiera habitáculo con un mono, una serpiente, un perro y un gallo, un castigo reservado en la Antigua Roma para los reos de parricidio. No hará falta avanzar mucho, para descubrir que lo que creíamos el principio de esta historia no es más que la tercera entrega de una serie negra que está escribiendo un periodista retirado, que firma con el seudónimo de Q.

Q del que exteriormente a penas conoceremos nada, es el verdadero protagonista de esta novela, un personaje oscuro, inquietante, con el que es difícil por no decir imposible empatizar, ni siquiera cuando nos habla de sus bloqueos creativos, o en mi caso cuando reflexiona sobre la profesión periodística, reconozco que compartimos muchas opiniones, cuanto menos similares. No me importaría encontrar a Q en otra entrega porque intuyo que a penas está explotado como personaje, y eso que en la vida real no me gustaría conocer a nadie como él.

El autor juega constantemente con las dos historias sin que nada las diferencie al inicio del capitulo, al principio puede causar un poco de confusión, pero esta dura poco, porque te sitúas conforme avanzas en la lectura y ninguna trama eclipsa a la otra, ambas son igual de interesantes. Aunque si me hacen elegir una, yo me quedó con la real, con la de Q, porque creo que puede dar todavía mucho más de sí.

Detrás de esta novela hay un gran trabajo de investigación, que en ningún momento abruma al lector y un gran conocimiento de la realidad política, social, económica y urbanística de Valencia en particular, pero que sería extrapolable a toda la Comunidad. Creo que Juanjo Braulio utiliza esta novela para denunciar la corrupción política que es la más visible, pero también aquella que está más escondida, percibo un hondo malestar del autor en el crecimiento urbanístico de la ciudad, muchas veces a conveniencia del político, o del pagamás de turno.

Pero también las corruptelas policiales, el mundo de la droga y sus pequeñas o grandes triquiñuelas, todo ello aderezado por una trama de ficción que hunde sus raíces en la Guerra Civil y el robo de bebes a presas republicanas, en la Transición, y en la Antigua Roma en la investigación de un crimen por parricidio, que el autor ha introducido de una forma más que original, y que me ha permitido conocer la poena cullei, o dicho en cristiano la pena del saco.

En esta trama de ficción el protagonista es David Grau, un brigada de la Guardia Civil, peculiar, inteligente, intuitivo, tenaz, que se gusta poco a sí mismo y no termina de ser valiente con su forma de ser. Quizás no sea muy original el planteamiento, pero a mi me ha conquistado el brigada. Pero si de verdad ha habido un personaje que me ha hecho sonreír, y ha puesto humor en este rosario de cadáveres es Manceñido, el superior de Grau, un hombre maduro, poco habituado a las nuevas tecnologías, muy autentico en su forma de hablar y de comportarse. Si la trama de ficción podríamos decir que se cierra bastante bien y tiene sus personajes definidos y bien dibujados. No sucede lo mismo con la real.

A Q, le acompañan una serie de personajes no menos oscuros, podríamos decir que procedentes del mundo del hampa, personajes dispuestos a todo por mantener su negocio y su estatus, y si Q pone el pelo de punta, Falconetti no se queda atrás, su pasado es espeluznante, su presente amenazador. Los modales fingidos de la Puri me han dado mucha grima, ninguno es mejor que el anterior y difícilmente se podrá empatizar con ellos.

Sin embargo, no nos encontramos ante una novela trepidante, si no más bien pausada, en la que se van sucediendo las cosas poco a poco sin perder intensidad, atrapando al lector entre sus líneas, tanto en la investigación de Grau, como en el devenir del escritor y su peculiar forma de escribir. Incluso el autor se permite poner una nota de color a través de la trama de ficción y de la fiesta magna valenciana las Fallas. Yo no vivo en Valencia y me he sorprendido recordando mi primera vez en las "Mascletás", y no he sido capaz de descubrir mi reacción, posiblemente porque era muy pequeña, mi padre es un gran amante de la pirotecnia y desde pequeña he asistido a espectáculos en los que el ruido, la luz y el color son los protagonistas.

Todo lo que me ha gustado la caracterización de los personajes, y esas pinceladas de la Valencia urbanística y tradicional con la que ha sido un placer encontrarme, me ha decepcionado la precipitación con la que he resuelto la trama principal, la que yo denomino real, no me hubiera importado leer veinte, treinta, o cuarenta páginas más, me he quedado con ganas de saber más de Q, de su amigo de la Policía Nacional, del negocio de la Puri, o del destino de Falconetti.

Demasiados cabos sueltos en una novela que se vende como la mejor novela negra del 2015, de ahí que siga defendiendo que vamos a reencontrarnos con Q, con Grau, y con algún personaje más. No vayáis a pensar que no me ha gustado la novela, porque la he disfrutado muchisimo, hasta ahora no había leído ninguna ambientada en un lugar que conociera, y es una delicia, además esas reflexiones sobre la profesión que en su día elegí y que he ejercido poco  tiempo, me han hecho reafirmarme en la idea de que tomé en su día la decisión correcta.

Una novela que hay que leer si te gusta el género negro, en la que si eres de la terreta descubrirás muchos temas de actualidad, la corrupción política, la impunidad de los poderosos, el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, las luchas por mantener el poder en el negocio. Y un autor al que hay que seguirle la pista porque ha puesto el listón muy alto en su primera obra de ficción.