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sábado, 26 de diciembre de 2015

Retos 2015. Debacle total

Creo que 2015 será uno de los años que pasará a los anales de mi biografía como uno de los peores de mi vida, y sí, como decía mi padre soy joven todavía, pero dudo, o más bien deseo que un año en el que se junten tantas cosas malas, vuelva a repetirse.

El año comenzó ya regular, sin embargo todavía me sentía con fuerzas e ilusión, tanta como para volver a convocar el Reto 12 meses, 12 libros, que me saqué de la manga para reducir la cantidad de libros que poblaban mi biblioteca sin que fuera capaz de darle salida porque otras novedades siempre me apetecían más. Vergüenza debería darme, pero tan sólo he leído y reseñado uno de ellos, así que me he quedado muy lejos de conseguirlo. Ya anuncio que este año no voy a volver a convocarlo, debería estar estudiando para las oposiciones y la verdad es que no lo estoy haciendo en serio, tendré menos tiempo para leer y reseñar, por lo que no quiero convocar algo para luego no cumplirlo.

Conversando con Kayena, de vez en cuando nos gusta coger el teléfono y calentarnos mutuamente la oreja, que termina de un vermellón chillón, surgió la locura de la Yincana Criminal, a la que le puse mucha pasión y que terminó quedándose un poco en el aire, por las continuas entradas de mi padre en el hospital. De 31 libros que la componían creo que reseñé solo ocho, aunque leí alguno más, porque las tardes en el hospital daban para mucho la verdad.

No me ha ido mucho mejor el  Reto 25 españoles, aunque creo que si los he leído todos, pero reseña se me puso cuesta arriba desde el mes de mayo y no he vuelto a coger ritmo, ni  siquiera después de fallecer mi padre, me está costando volver a sentarme y sentir un poco de ilusión por el blog, y por compartir mis impresiones, supongo que todo pasará y el gusanillo de escribir se convertirá de nuevo en el motor de mi tiempo de ocio.

Reto Viaje con los libros, algo he viajado, pero mucho menos que de costumbre, decidí saltarme un poco las bases, ya que no se podía repetir país, pero como quería ver que tal se me daba el viaje, yo consigne todas mis salidas de España, lástima que no todos los libros estén reseñados, este se puede considerar conseguido porque no había un número mínimo de lecturas.

Reto eternos pendientes... Este tampoco lo he conseguido, creo que solo uno de los autores que me propuse ha salido de mi estantería, Vicente Garrido y Nieves Abarca y la tercera de sus novelas a pesar de haberme gustado mucho la tengo pendiente de reseña, y en breve saldrá la cuarta.

Visto lo mal que se me ha dado 2015, y que practicamente el primer semestre de 2016 me lo voy a pasar entre temarios, si no es más tiempo, no se que voy hacer en 2016, de momento he convocado junto a Kayena la Yincana Histórica, en breve volveremos a convocar la Yincana Criminal y supongo que conforme avance Enero algún reto más caerá, pero me tengo que mentalizar porque de momento me veo con muy poco tiempo libre.

¡¡¡Espero que a vosotros os haya ido mejor que a mi!!!

viernes, 8 de mayo de 2015

Crimenes exquisitos. Vicente Garrido y Nieves Abarca

No me preguntéis por qué, quizás por la extensión del libro, quizás por el título, pero yo me había hecho una idea muy distinta de este título, para empezar pensaba que se trataba de un libro de relatos, y aunque los disfruto mucho, reconozco que me cuesta tomar la decisión de adentrarme en sus páginas. 

Allá por el mes de enero Laky propuso una lectura simultánea comentada en Twitter, en mi estantería descansaba Martyrium y la yincana criminal empezaba a ser una realidad, y ante la insistencia de la donostiarra de lo mucho que podía gustarme a mi esta novela me dejé seducir. Solamente había un problema, no tenía el libro, en casa se amontonaban peligrosamente los títulos pendientes, mi marido empezaba a ver con malos ojos la entrada de un ejemplar más en casa hasta que no salieran algunos libros y sólo me quedaba una opción, el préstamo bibliotecario.

Así que aproveché que iba a la biblioteca a buscar una lectura obligatoria para mi hijo mayor e investigue si tenían el ejemplar en cuestión, lo primero que me sorprendió fue su tamaño, para ser una novela  negra asustaban sus páginas, y ello quedó más patente cuando lo abrí y constaté la letra minúscula que la editorial había hecho servir para esta publicación, 800 páginas son muchas, pero cuando uno se atreve a publicar una novela de esa envergadura me temo que un centenar de páginas más no llevan a ningún sitio y además minimiza el impacto visual en el lector. Al menos yo tengo prohibido por mi oftalmólogo acercarme a ese tipo de letras y suelo rehuirlas.

Sin embargo, la sinopsis de esta novela me ganó, el hecho de que fuera prestada también, no perdía nada si no me enganchaba o si mi vista se resentía, la verdad es que era bastante escéptica sobre los resultados de este titulo, una novela escrita a cuatro manos, con un número de páginas más que elevado, y que no perdiera fuelle a lo largo de la trama. ¿ Cómo pensaban lograrlo los autores?

Quizás esto fue lo que me llevó a enfrentarme a esta lectura por encima de otras consideraciones, mi ritmo lector es bastante lento, mi horario de trabajo de tarde, y los avances del resto de lectores participantes en la simultánea arrollador, pero no me desalenté, la lectura me ocupó unos veinte días, la acarree al trabajo durante una semana, un pertinaz dolor de hombro me convenció de que mejor elegía otra novela para las salidas y relegaba  Crímenes exquisitos a la comodidad del sofá. Me he sorprendido robándole horas al sueño, teniendo pesadillas, investigando obras de arte, literarias y cinematográficas. Toda una proeza os lo aseguro lo que han conseguido estos dos autores con esta novela negra, negra, cruel, sádica, con algunos toques ligeros de humor y maldad a espuertas. Donde la denuncia social también tiene su pequeño lugar de honor, junto a los perfiles criminales, una detective que sorprende y un criminólogo que a mi me ha seducido.

No digo que la novela no tenga peros, sin embargo, reconozco que los aciertos pesan más en la balanza, quizás porque soy una persona que no suele vestir de marca, que muchas ni las conoce, ni le apetece conocerlas, el que haga tanto hincapié en la marca de las ropas, de los relojes y modelos de vehículos me ha sobrado, pero supongo que a otros puede que sea eso precisamente lo que más les haya atraído, por eso no me parece relevante en una trama muy bien hilada, en una intriga muy bien dosificada y en unos hilos argumentales que encajan a la perfección en la trama principal dando lugar a una lectura adictiva que se lee con más rapidez de la que el lector podría pensar en un principio.

Los autores: 

Vicente Garrido es criminólogo y Doctor en Psicología por la Universidad de Valencia, donde imparte Criminología Forense y Pedagogía aplicada a la delincuencia. Ha sido consultor de naciones Unidas. Sus libros de criminología forense y de estudios sobre violencia son obras de referencia. Ha participado como asesor científico en telefilmes y reportajes sobre casos criminales. Colabora habitualmente programas de radio y de televisión de debate, cultura y divulgación. Actualmente se encarga de realizar los perfiles criminológicos en Expediente X, en Antena 3

Nieves Abarca estudió Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Compostela. Es Máster en Periodismo por la UOC y espcialista en Perfiles Criminales. Ha trabajado en diversos medios medios de comunicación en A Coruña y Ponferrada. Durante trece años trabajó en un cuartel de la policia local. Es una lectora incansable de la novela negra y criminal.

Argumento:

El cuerpo de Lidia Naveira, una joven de la alta sociedad coruñesa, aparece flotando en el estanque de Eiris recreando la famosa Ofelia de Millais. ¿Qué relación tiene este crimen con el macabro asesinato acontecido meses antes en la Abadía de Whitby?. La inspectora Valentina Negro, con ayuda del famoso criminólogo Javier Sanjuán, liderará una investigación que la llevará a colaborar con Scotland Yard, en una oscura trama a caballo entre A Coruña y Londres. Lo que nadie puede llegar a sospechar es que en la vertiginosa cuenta atrás para atrapar al asesino, deberán enfrentarse a las obsesiones más inconfesables de la sociedad actual.

Una novela a cuatro manos:


Tuve el placer de asistir a una una mesa redonda  sobre la mujer en la novela negra, en la que participaban Nieves Abarca, y Marta Sanz, por aquel entonces yo ya había leído Crímenes Exquisitos y me había impactado sobremanera. Descubrí una mujer menuda que tenía muchas posibilidades dentro de la novela negra y que no era muy distinta a mí en cuanto a gustos lectores y a lo que busca en el género negro. La charla estuvo muy distendida, y el turno de preguntas fue quizás más corto de lo que me hubiera gustado, sin embargo se planteó una pregunta a la que yo le tenía mucha curiosidad. Y como podréis imaginar esta no fue otra que ¿Cómo se escribe una novela a cuatro manos, sin  que se note que no está escrita por un único autor?

Me encantó la respuesta de Nieves, ella no sabía como se escribía una novela así, solo sabía que su coalición con Vicente Garrido funcionaba, que Vicente se encargaba más del perfil social, de la denuncia que pretendía a través de sus novelas, y ella se encargaba del lado oscuro, del mal, de la vertiente sórdida, de la sicología de los personajes puesto que es lo que a ella más le interesa en una novela negra.

Sin embargo no sólo ahí puede radicar su éxito, comentó Nieves, que ambos releen lo que ha escrito el otro, y lo reescriben hasta que consiguen un tono neutro y uniforme, y  a fe que lo consiguen, porque en ningún momento he sido capaz de adivinar donde empieza la pluma de uno de ellos y donde termina la del otro, además siempre hubiera pensado que los pasajes más sórdidos podrían deberse a Vicente y por lo visto son obra de Nieves.

Disfruté muchísimo de aquella charla y después me acerqué a la mesa con mi ejemplar de Martyrium que me dedicó con mucho gusto, lamenté no tener más tiempo para comentar la novela, hubiera sido muy fructífero, pero el tiempo apremiaba, el local donde se realizó el evento cerraba sus puertas en pocos minutos y había que recoger, en otra ocasión espero hablar con ella largo y tendido, sobre todo ahora que ya he leído la segunda de sus novelas y tengo en espera la tercera.

Mis impresiones:

Crímenes Exquisitos apuesta fuerte, con un principio que descoloca al lector, que lo noquea y hace que la adrenalina se le dispare, no hay concesiones, el pasaje que se describe es de una brutalidad impresionante y se queda grabado en la retina, sobre todo si tienes una imaginación tan desbocada como la mía.

Desde las primeras líneas te haces incondicional de Valentina Negro, una inspectora de bandera, una mujer que no es consciente de su belleza, que siente la profesión, que arriesga en ocasiones demasiado, y que no sale muy bien parada en ese prólogo al que he hecho referencia, aunque luego termina pareciendo demasiado perfecta, al menos físicamente, una mujer dura, con ciertos fantasmas en el armario que la hacen vulnerable.

Podría pensar el lector que después de un comienzo tan duro la novela podría relajarse e incluso perder fuelle porque 800 páginas son muchas, sin embargo no es así porque nos encontramos con varias tramas y subtramas, todas ellas de una actualidad rabiosa, y que se se entrecruzan sin robarse protagonismo entre sí, complementándose para al final terminar encajando como un puzle y mientras el lector no tiene un momento de respiro gracias también a unos personajes soberbios, bien trazados y dibujados con una maestría sin parangón.

En la línea argumental podemos encontrar violencia, crueldad, gustos sexuales que se alejan de la normalidad pero que ya no nos resultan tan desconocidos gracias a la trilogía de las sombras, y otros no tanto, todo ello se mezcla con temas candentes como la trata de blancas, la corrupción, los sobornos, el deshonor, la deslealtad, la codicia sin medida, ese todo vale que a veces asquea.

Nos encontramos ante una novela muy completa capaz de tocar muchos palos y todos bien tocados, sus autores son polifacéticos y se nota, y ello a su vez obliga al lector a estar bien atento, a sumergirse en los mundos que nos dibujan, a descubrir lo que nos es ajeno, a buscar en internet datos, cuadros, pasajes literarios e incluso operas, puede que haya podido echar en falta unas representaciones de los cuadros, imágenes a las que se hace alusión, me hubiera resultado muy práctico.

Decía que se tocan muchos palos, entre ellos el mundo del periodismo que encarna Lúa Castro, una joven alocada que no duda en meterse en la boca del lobo para conseguir una exclusiva, y no siempre sale bien parada del ímpetu con que acomete ciertas empresas. De su  mano conoceremos las triquiñuelas de las que hacen gala algunos periodistas para conseguir información. Lua cuenta con un gran aliado Jaime Anido, un fotógrafo free lance sin escrúpulos que termina uniendo los dos hilos y relacionando crímenes similares.

Gracias a la inspectora Negro conocemos como funciona una comisaría de policía y gracias a Javier San Juan  como trabaja un criminólogo, cómo elabora sus perfiles, en que sustenta sus teorías. Pero no son los únicos temas o subtemas, Christian Morgado nos ofrece la visión de un profesor de Arte y crítico artístico y a través de Raquel Conde descubrimos la avaricia extrema, la falta de ética profesional puesta al servicio de los poderosos desvirtuando en exceso el ejercicio de la abogacía.

Pero si hay un personaje que pone los pelos de punta, al que se odia sin posibilidad de redención ese es Sebastian Delgado, mano derecha de Pedro Mendiluce, un hombre capaz de lo más vil y cruel, de su mano conocemos el mundo de la prostitución, la crueldad empleada con aquellas mujeres que no se doblegaban a sus deseos. Cuando el aparecía en escena un nudo se me formaba en el estomago, nada bueno podía suceder, tal era su maldad, todo lo emponzoñaba.

Pero los negocios de Pedro y Delgado no se suscribían solo al comercio de mujeres, también a la especulación inmobiliaria, y a la extorsión de cargos funcionarios para conseguir sus propósitos a pesar de que ello pueda perjudicar a muchas otras personas.

Y cómo colofón un asesino que recrea obras de Arte, reproduce escenas de libros, o pasajes de opera, que pone en jaque a la policía de A Coruña, pero también a la inglesa, una mente insana que pretende crear belleza a través de la muerte y la destrucción y que sumerge a la policía española y a la británica en una carrera contrarreloj para detener a El Artista como han llegado a bautizarlo.

La acción está garantizada durante las 800 páginas de la novela, todos los frentes quedan cerrados, ante tanta maldad y crueldad hay espacio para el humor y también para el romance, que no se enfade Nieves por esta afirmación, en ningún momento a esta novela se la puede tildar de romántica, con el mal campando a sus anchas en todas y cada una de sus páginas.

Si impactante es el inicio, no menos lo es el final, muy digno de la trama hilada y que golpea al lector y lo deja con ganas de más a pesar del poco respiro que ha tenido durante la lectura, no se le puede negar a estos autores que han sabido hacer una novela negra distinta a la que últimamente solemos ver, dura pero sin exceso, sin recrearse en el morbo, pero sin concesiones, para lectores con estomago, abstenerse los sensibles y aquellos que busquen un poco de intriga en una trama romántica, se les puede atragantar en las primeras páginas.

Pero si eres un amante del género negro sin duda disfrutarás de la prosa de estos autores, de su ritmo, de su puesta en escena, de los crímenes que describen, de sus personajes bien trazados y dibujados, y de los temas actuales que sin duda no te resultaran desconocidos y que seguro lograrán indignarte. Yo me quedé con ganas de más a pesar de que necesitaba un respiro, creer que en el mundo no puede haber gente tan ruin, por circunstancias tardé un poco más de lo deseado en leer Martyrium, que para mi supone la consagración de estos escritores al alimón.

Conclusión:

Si has llegado hasta aquí, te habrás dado cuenta de que el libro me ha gustado y me convencido, tiene algún que otro pero que no consigue desmerecer la impresión final de la novela. Sus ochocientas páginas están más que justificadas, aunque cuando uno se enfrenta a ese numero de páginas unas cuantas más y una letra aceptable sería un triunfo.

Su detective, Valentina Negro me ha gustado, pero si tengo que ser sincera yo soy más de Javier San Juan, un personaje que me ha enamorado, que no me importaría tener en mi vida, ni encontrar en otras novelas, son personajes complejos, pero humanos y cercanos.

Para mi el éxito de esta novela radica en sus personajes, en la complejidad de sus perfiles sicológicos, pero también en el ritmo que marcan los autores, en ese golpeo continuo al lector, que le obliga a leer sin parar, por mor de sus capítulos cortos, que sitúan siempre al lector tanto en la línea temporal como en el lugar donde se desarrolla, que os recuerdo que es a caballo entre España e Inglaterra, pero además está adornado con flash backs que nos permiten comprender ciertos pasajes.

Ahora te toca descubrirla a ti si he logrado captar tu atención y si no aquí te dejo el booktrailer a ver si así te acabas de convencer.





Retos:

Autores eternamente pendientes

Yincana Criminal: Made in Spain. Uno de sus personajes es un abogado

25 españoles

domingo, 18 de enero de 2015

Reto eternos pendientes, 2ª Edicion



En casa de herrero cuchillo de palo, el año pasado me apunté a algunos retos y solo no conseguí superar el mio, este la verdad es que se me dio muy bien, y me fue muy bien para quitarme esos autores a los que les tengo ganas pero no hay forma de coger. Por eso me vuelvo a subir al carro del reto que nos trae O meu Cartafol.

Mis  autores elegidos son:

Antonio Garrido

John Verdon

Vicente Garrido/ Nieves Abarca

Alguno más caerá, pero no quiero agobiarme, que este mes ya me he metido en más charcos de los que puedo atravesar.

Si os animáis pasaros por su blog, ella lo explica mucho mejor de lo que pueda hacerlo yo

1.- Crímenes exquisitos. Vicente Garrido/ Nieves Abarca

2.- Martyrim. Vicente Garrido/ Nieves Abarca

3.- El hombre de la mascara de espejos. Vicente Garrido/ Nieves Abarca

martes, 11 de noviembre de 2014

Gafas de sol para días de lluvia. Mamen Sanchez

Hace tiempo que quiero estrenarme con esta autora, pero por unas cosas o por otras siempre la iba dejando. Pero como bien dice el refrán a la fuerza ahorcan, y dando un vistazo a los retos que tengo este año entre manos, que son menos de los que pensaba, me di cuenta que el desafío libros musicales, estaba incompleto, me faltaba la nota sol, miré todos los libros que andan por casa y no encontré ninguno que se acoplara, comenzaba una ardua tarea bibliotecaria.
 
Con esa idea en mente empecé a pasarme por los pasillos de la Biblioteca y me cruce con este libro Gafas de sol para días de lluvia, en un principio no me atraía, pero pensando en el reto me lo llevé a casa. Cuando comencé a leerlo me pareció demasiado fantasioso, una de las protagonistas vive instalada perpetuamente en una nube de sueños difíciles de alcanzar, la otra enfadada con el mundo... pero seguí leyendo a ver que me deparaba el discurrir de la historia.
 
He de reconocer que el libro finalmente me ha gustado bastante y me ha servido para mi propósito final terminar el reto de las notas musicales y sacar a un autor más de mi lista de eternos pendientes, ¿No está mal eh?
 
La autor@:

Mamen Sanchez nació en Madrid en 1971, es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Ha realizado cursos de doctorado en Historia y Literatura en las Universidades de Londres, Oxford y Paris. En el momento de la publicación de esta novela era directora adjunta de la revista ¡Hola! y codirectora de ¡Hola! México. Esta casada y tiene cinco hijos. Gafas de sol para días de lluvia es su opera prima, inicialmente publicada por la editorial El andén, y reeditada por la editorial Espasa, que ha publicado otras novelas suyas


Sinopsis:


Lina es capaz de ver lo negro blanco y llevar gafas de sol en los días de lluvia. Perseguida por un asunto turbio, huye de su país natal y encuentra trabajo en el servicio de limpieza del hotel Ritz de Madrid. Carol es la única heredera de un a de las familias más poderosas de Manhattan. Aunque vive rodeada de lujos y diversiones no logra ser feliz. Cuando el azar las reuna ante un enigmático cuadro, nacerá en ellas una amistad que habrá de cambiar sus vidas para siempre.


Una cenicienta moderna...
 
Nos encontramos con una historia que en sí es una metáfora que esconde otras. La autora ha pretendido darle otra visión al cuento de la cenicienta, el hada madrina es una peruana, inmigrante, que a pesar de sus problemas económicos mira la vida con optimismo y le enseña a su antagonista a vivir de otra forma.
 
Nuestra cenicienta se llama Carol, es la heredera de una de las familias más ricas de Manhattan, sin embargo si alguna vez el dinero no hizo la felicidad nos encontramos ante uno de los casos más flagrantes. Y es que toda esa fortuna lleva aparejada un control férreo por parte de la abuela materna y renunciar a lo que ella no cree oportuno, además desde niña está marcada por la muerte de su madre.

Gracias a Lina, Carol empieza a ver la vida de otra forma, y al mismo tiempo la peruana empieza a conocer los placeres de la riqueza, y su fantasiosa mente mezcla realidad y ficción en los cuentos que a través del teléfono le hace llegar a su hija, y que también usa en sus conversaciones con Carol y con Emmerson y ahí es cuando a mi me ha recordado a otro cuento...


Pedro y el lobo...


Supongo que todos conoceréis el cuento, en el que un niño se divierte a costa de sus vecinos gritando que viene el lobo... tantas veces repite la operación y tantas veces se sienten los vecinos burlados que cuando realmente el lobo ataca a las ovejas no acuden en su auxilio.

A Lina le pasa lo mismo, está tan acostumbrada a inventar, a maquillar su vida, para hacerla de color de rosa que cuando realmente le acecha el peligro nadie la cree y tiene que buscar ella la salida a sus problemas, traicionar lo que más valoraba y dedicarse a vivir un cuento hecho a su medida.
 
Mamen Sánchez en esta novela toca el problema de muchos inmigrantes, que tienen que abandonar su tierra huyendo de algún peligro, no sólo de la miseria, atrás dejan sus familias confiando que estén a salvo, pero no siempre es así, a veces pagan justos por pecadores y eso es lo que le pasa a Lina, lo que trastoca su vida en Madrid, y lo que le lleva a tomar decisiones limite que termina afectando a todo lo que hasta en ese momento quería.


Las metáforas:


Mamen Sánchez utiliza un lenguaje casi poético, plagado de sueños de grandeza los de Lina que maquilla un presente de privaciones, soledad y preocupación y a la vez Carol se convierte en una metáfora, que huele a mar, su pelo son olas, su cama un lecho de arena, y todo ello por un cuadro que recrea una niña en una roca junto al mar. Una niña que les hace sentir la sal, la brisa del mar, la finura de la arena, y ese aroma inconfundible que todos los que estamos cerca de él reconocemos, incluso el ruido que hace el mar en su ir y venir.

En ocasiones me ha parecido que la autora ha abusado demasiado de este recurso, al principio descoloca, incluso piensas que puede estar emparentado con el realismo mágico, luego te das cuenta que no, que es una forma bonita de expresarlo, y al final cuando la habitación 112 del Ritz se convierte en un reducto del Caribe piensas que lo poco gusta y lo mucho cansa.


Cuando el dinero no logra la felicidad


Carol lo tiene todo y precisamente por eso le falta lo más importante, la libertad para decidir, para amar a quien ella quiera, para vivir donde ella desee, para hacer lo que le venga en gana, su vida transcurre en hoteles de lujo, casi siempre sola, sin embargo su abuela está informada de todos sus movimientos y cuando alguno se sale de la vereda lo enmienda.

Recala en el Ritz de Madrid huyendo del de París, arrastrada por su abuela que no considera oportuna su amistad, o puede que algo más con un pintor que no tiene su nivel social ni económico, sin embargo con lo que no cuenta su abuela es con que su corazón ha quedado tocado, sus ganas de vivir minimizadas y con tanta exigencia ha perdido el norte, que será justo lo que recuperará junto a Lina, y ese optimismo exarcebado.


La que todo lo tiene, nada valora, el dinero le sirve para malvivir, para dejar que la vida discurra, para pagarse costosos trajes, tratamientos de salud, pero no para que vele por ella, así es como conoce a Lina.


Lina llega a Madrid huyendo de su Perú natal por un asunto turbio que amenaza su vida, atrás deja marido e hija, por el marido no lo siente, pero si por su princesa. Su trabajo como camarera del Ritz le aporta la válvula de escape para que cada día sea una fiesta, una vida distinta que ella inventa para salir del tedio y la monotonía. Todas las habitaciones tienen su aquel pero la 112 es su preferida.


Una mañana sus caminos se cruzan, Carol ha llegado a su límite, y Lina convertida en su enfermera le enseña a ver el vaso medio lleno, y a recuperar el gusto por la vida, la forma en que lo consigue sinceramente es de lo más ingeniosa, esa mujer era toda recursos.


Conclusión:


Gafas de sol para días de lluvia es una novela optimista, que pone de relieve por un lado el problema de los inmigrantes en España, y por otro los problemas con los que lidian los que tienen demasiado dinero y un apellido que defender.

Una prima opera muy conseguida en la que se abusa de las metáforas, con gran sabor a mar, aunque este solo aparezca en un cuadro, que logra contagiar optimismo. Una gran lección para aquellos que deciden que al sol hay que mirarle de frente y siempre existen gafas de sol para un día de lluvia.
 
Si te apetece leerla Espasa la reeditó en 2011, después del éxito de El agua del Limonero, se que volveré a leer a esta autora, no se todavía cual de sus novelas pero seguro que le sigo la pista.

Retos

25 españoles

Eternos pendientes

Desafio Libros musicales: Sol

viernes, 31 de octubre de 2014

La sombra. John Katzenbach

Este es uno de los muchos libros que me han acompañado este verano, en el que ya os he dicho que mi marcha lectora ha sido regular, no como a mi me hubiera gustado, ya que reservo estas fechas para leer los libros de más de setecientas páginas que andan por casa, pero no puedo quejarme. Suelo ser un poco errática y caótica al elegir mis lecturas, sin embargo los retos a los que estoy apuntada me hacen ser un poco más selectiva.

Necesitaba un libro que pudiera incluir en varios retos, por aquello de matar varios pájaros de un tiro, así que me puse a pensar y escogí a John Katzenbach, por casa andaban tres libros que tienen una media de 4 años cogiendo polvo, escogí al autor para el reto autores eternamente pendientes, entraba dentro de mi reto 12 meses, 12 libros y podría incluirlo en cruce de caminos negro y criminal con un poco de suerte. Al final me echaron una manita, en la red se convoco una lectura simultanea, sorry no recuerdo que blog fue, cómo sabéis no tengo twitter pero no podía dejar pasar la oportunidad y de los tres libros que habitaban mi biblioteca elegí La sombra.

El libro me resultó durisimo de leer, no se si me pilló en una época en la que estaba sensible o es que después de tantos años leyendo sobre el holocausto judío aún hay acciones y temas que me pueden sorprender y doler, puede también que sea merito del autor que sepa meterme el miedo en cuerpo como pocos y sepa hacerme empatizar con los personajes de tal forma que los sienta tan cercanos que incluso llegué a fundirme con ellos. El motivo lo desconozco pero la lectura dejó huella, tanta que me tocó intercalar un libro de los que yo denomino blancos, de esos que te prometen puro entretenimiento sin pedirle más a cambio.

El autor:
John Katzenbach es escritor y periodista. Ha trabajado como cronista de tribunales para The Miami Herald y Miami News y ha sido colaborador en otras publicaciones periódicas como The New York Times, The Washington Post y The Philadelphia Enquirer. Ha publicado más de diez  novelas dos de las cuales, Al calor del verano y La sombra, han sido candidatas a los prestigiosos premios Edgar, que concede la American Mistery Writers Association. También es autor de los best sellers El psicoanalista, The traveler (Retrato en sangre) y Just Cause (Traducida como Juicio Final). Varias de sus novelas han sido adaptadas al cine con gran éxito.

Argumento:

En el Berlin de 1943 pocos vieron su cara. Nunca nadie supo su nombre. Entre susurros era conocido como Der Schattenman, la Sombra, un despiadado delator judío que colaboraba con la Gestapo.

Miami, finales del s, XX. La vida del detective retirado Simon Winter da un giro repentino cuando  recibe la visita de una vecina aterrorizada. La anciana cree haber visto aun fantasma del pasado: la Sombra. Cuando a la mañana siguiente aparece estrangulada, Winter es el único que sospecha la terrible verdad: un escurridizo asesino  está exterminando a los supervivientes del Holocausto que viven en Miami.

Mis impresiones:

Angustiosa, ese es el adjetivo con que definiría esta historia, y es que desde el primer momento el desasosiego se me metió en el cuerpo, había momentos en que la lectura dejaba de ser un placer y mi ánimo andaba por los suelos y es que sentía el peligro bien cerca, la tensión se  cortaba con cuchillo.

Aunque es una de sus primeras novelas y quizás no sea la mejor, se que no será lo último que leeré del autor, por comprobar si es capaz de meterme de nuevo en la historia que me cuenta, si los personajes vuelven a interactuar conmigo de la misma forma.

Puede que el punto de partida no sea original, el pasado que vuelve para rendir cuentas, en este caso el pasado se remonta al Berlin de la Segunda Guerra Mundial, un personaje que nadie conoce, que solo han visto unos pocos durante unos segundos, sin embargo era temido por los judíos. Los delatores fueron detenidos cuando terminó la guerra, nadie se explica como después de cincuenta años empiezan a aparecer asesinados supervivientes del holocausto y todos parecen haber visto a La sombra, el más cruel y despiadado de todos ellos.

El trasfondo histórico, o la intrahistoria

Siempre he sostenido que en casi todas las novelas se aprende algo, y me gustan las que sitúan su intrahistoria en la II Guerra Mundial, y el holocausto judío. El ser humano tiene un fuerte sentido de la supervivencia, así que cuando se siente amenazado suele usar todos los medios a su alcance para evitar lo desconocido. Si Hitler fue capaz de encontrar las madrigueras de muchos de ellos es porque evidentemente alguien los delataba y lo más duro de digerir es que sea alguien de tu propia comunidad el que te venda.

Las presiones y el miedo a morir sacan del hombre lo peor de si mismo, así que si para salvar la vida había que delatar a familiares y amigos, había que no tenía ningún reparo en hacerlo, se les llamó los cazadores y tuvieron un papel muy importante en el exterminio que ideó el Führer en su camino a la instauración de la supremacía aria.

La vida de esos cazadores tenía sentido mientras eran útiles, después como iba Hitler a olvidar que ellos mismos eran judíos, muchos desaparecieron y otros fueron juzgados al final de la II Guerra Mundial, pero siempre hay alguno astuto que consigue esfumarse y parece ser el caso de nuestra sombra, alguien a quien todos temen, del que solo conocen su mirada, y su crueldad.

Nos encontramos ante una novela irregular que comienza fuerte, con un intento de suicidio frustrado por una mujer asustada que teme por su vida. Cuando a la mañana siguiente aparece asesinada en su cama Simón, policía de homicidios retirado, decide investigar, salir de la monotonía que se ha convertido su vida. Lo que me sorprende es que la policía teniendo el caso cerrado decida dar crédito y pábulo a las declaraciones de un anciano que suenan inverosímiles.

Personajes:

El principal acierto de esta novela para mí son sus personajes, y la forma en que Katzenbach los dibuja dotándolos de una sicología compleja y gran cantidad de matices. Casi todos los personajes pertenecen a minorías con lo que tienen que luchar contra las desigualdades sociales, Sophie es judía, Walter el jefe de homicidios es afroamericano y Espy Martinez la fiscal es hispana. Todos y cada uno de ellos arrastran un pasado que los ha marcado y ha condicionado su vida.

En el caso de Sophie es una superviviente del Holocausto que se ha negado a hablar con su hijo y su marido de sus vivencias en la Alemania de Hitler, de sus sufrimientos, sin embargo cuando muere su hijo nos hace participe de los miedos de su madre que han condicionado su vida, sin explicaciones, como si de supersticiones se trataran. La fuerza que irradia este personaje es impresionante, consigue meterte el miedo y el desasosiego en el cuerpo, el mismo que ella siente desde el momento en que se cruza con una mirada acerada y entiende que después de tantos años la ha encontrado y esta vez terminará con ella.

Walter es un niño pobre afroamericano, durante toda su vida ayudado por su madre ha luchado por vencer el destino que la sociedad y la vida le tenía reservado, a fuerza de perseverancia y mucho sacrificio, ha logrado salir de la marginalidad, ha encontrado un trabajo que le llena, sin embargo no es capaz de olvidar las penalidades. El mismo a través de monólogos nos hace participe, nos explica como ha llegado a ser Jefe de policía, quizás este momento en que la acción se ralentiza muchisimo es el que menos me ha gustado, porque me ha llegado a sacar fuera de la trama en más de una ocasión, porque me daba la sensación que me metían la historia con calzador, nada tenía que ver con la investigación que estaban llevando a cabo.

Espy es hispana, una mujer atormentada por los remordimientos y la culpa, que no puede olvidar la muerte de su hermano, que convive con unos padres que desde aquel día mueren un poquito más y la tienen vigilada, cada paso que da lo hace para expiar unas culpas que el lector no acaba de entender, al menos yo no lo logré, su historia si no me parece tan forzada si me lo ha parecido esa química que nace entre ambos a pesar de todo tenerlo en contra.

La novela va de menos a más, creciendo la tensión a la par que la investigación avanza y se estrecha el cerco sobre el culpable, la valentía que muestra una de las judías al no querer esconderse más es impresionante después de haber sufrido tanto. Al mismo tiempo recuerdo con verdadero cariño el momento en el que el hijo de la vecina de Simón le dice que su madre nunca ha contado nada de su pasado, sin embargo todas las decisiones y todas las acciones que han regido su vida desde niño han estado influenciadas por esas vivencias que le han marcado para siempre.

Es de agradecer que el autor no se saque ningún as de la manga, que el final sea natural y para nada forzado, puede que la novela no sea del todo redonda, pero es más que digna. Katzenbach no se ha valido de las florituras para crear el ambiente de tensión y miedo de las víctimas, se ha valido de un lenguaje sencillo, ágil en el que ha combinado monólogos y diálogos, con unos personajes bien dibujados, unos más que otros, con una sicología compleja y muchos matices. Narrada en tercera persona por un narrador omnisciente se nos ofrece la trama desde todos los puntos de vista posibles.

Por primera vez siento que gracias a la lectura simultánea he comenzado la casa por los cimientos, porque mi intención era leer El sicoanalista, la que es considerada la mejor obra del autor y posiblemente esta me hubiera parecido poco madura de haberla abordado después de su obra cumbre.

Conclusión:

La sombra es un thriller de manual, con todos los tópicos y arquetipos, a los que John Katzembach ha sabido darle un giro de tuerca, dotándola de unos personajes bien dibujados y con carisma que dan vida a la historia, mantienen la tensión y el suspense, y la hacen diferente a todos los clichés que podamos haber visto hasta el momento.

Es una lectura para abordar en cualquier momento con el telón de fondo del Holocausto judío en el que no se profundiza pero que a mi modo de vez actúa como reclamo lector. A mi, a pesar de tenerme enganchada a su páginas me hizo falta un respiro, leer algo más optimista y desvincularme un poco de los personajes que me traspasaban su miedo, su angustia y desasosiego.

No es su libro más conocido, es anterior a este y seguro que menos maduro, pero merece la pena perderse entre sus líneas.


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lunes, 6 de octubre de 2014

Un millón de gotas. Víctor del Árbol

Este  ha sido un año de descubrimientos, de autores que han dejado de engrosar la lista de pendientes, no siempre basta con tener el libro o las ganas suficientes de encarar una lectura, a veces se ha de dar la coyuntura que te de ese empujón. Lógicamente no me refiero a esta novela que  salió hace relativamente poco al mercado, si no al autor, desde hacía años quería leer La tristeza del samurai, todo en ella me intrigaba, sin embargo nunca encontraba el momento de difrutarla, como os comenté en la reseña que hice de la novela la ocasión se pintó calva de la mano de una lectura simultánea que organizó Laky.

Como muchos sabréis no tengo twitter, a pesar de todo decidí agarrarme a esa tabla para sacar de mi lista de pendientes una novela que me hacía ojitos desde hacía tiempo. Fue entonces cuando descubrí a un autor que me sorprendió por la fuerza de su prosa, fue capaz de mover todas mis fibras sensibles, de ocasionarme dolor a través de la narración, un escritor que sabía remover los sentimientos, que me hacía reflexionar, y supe que no sería lo último que leería de él.

De hecho busqué Respirar por la herida, pero en mi biblioteca no tenían la edición de Alrevés y la letra del libro de bolsillo es demasiado pequeña y por prescripción médica debo alejarme de ella, pero se que llegarán tiempos mejores y al final me haré con un ejemplar de la novela. Mientras, salió al mercado Un millón de gotas y decidí que tenía que ser mía, no quería que me hicieran los dientes largos con las opiniones, no quería leerla cuando el boom la colocara en un pedestal y luego le exigiera tanto que terminara defraudándome. 

Sin embargo, con tanta lectura por casa y con el verano tan complicado que he tenido, ha pasado unos meses en la estantería hasta que he podido dedicarle el tiempo que yo quería, que necesitaba... Leí este verano una entrevista en la que Víctor decía que se valía del género negro, pero que no pensaba que sus novelas fueran únicamente eso, que el pretendía arañar el alma del lector, herir sus sentimientos, provocarlos. Después de terminar Un millón de gotas, puedo decir que ha logrado arañarme el corazón y el alma, hacerlos jirones que ondearan al viento, que me ha desarmado por completo.

En ocasiones la lectura dolía tanto, los pasajes que narraba eran tan duros que necesitaba un balón de oxigeno, una novela optimista, blanca, que me permitiera respirar, que me quitara el pesar del alma, que me permitiera leer sin pensar, por simple placer y entretenimiento. En otros ha servido para engrosar mis conocimientos históricos porque la trama transcurre en dos tiempos, los años 30 y 50 en Rusia y principios del siglo XXI, durante este tiempo conocemos la dictadura de Stalin, sus planes quinquenales, sus confinamientos en gulags, de la mano de Elías, también los campos de Argeles donde estuvieron muchos republicanos españoles que huían de la Península tras el avance de las tropas nacionales, pasando por el frente Ruso en la II Guerra Mundial, y no menos importantes las luchas intestinas en España antes y después de la Guerra Civil, el autor no nos ahorra algunos detalles de gran dureza, nos ofrece textos que nos harán reflexionar, porque cualquier persona sometida a grandes presiones puede sacar lo peor de si misma.

Durante la lectura de esta novela la frase que más veces me vino a la cabeza es El hombre es un lobo para el hombre, y es que el rencor y el odio de dos de los personajes no solo les destruye a ellos, si no a todos los que están a su alrededor, y alcanza a generaciones que nada conocen, que ningún mal han hecho, devorando a su paso a las personas más cercanas a ellos.

Sin duda una gran novela, que conjuga perfectamente pasado y presente, historia mundial y como no española, amor y odio, generosidad y egoísmo, dureza y un rayo de optimismo. Una historia que te hará sentir, pensar y pasar páginas porque hay momentos en que necesitas conocer y otros en los que necesitas respirar, y esa sensación la he tenido con muy pocos libros.

El autor:

Víctor del Árbol (Barcelona 1968) exseminarista, mosso d'esquadra i escritor, estudió historia antes de trabajar para el cuerpo de Mossos d'esquadra de la Generalitat de Catalunya.

Inició su andadura literaria siendo muy niño, leyendo en la biblioteca del barrio barcelonés de Guineueta, donde pasaba todas las tardes acompañado de sus cinco hermanos, hasta que su madre les recogía al salir de trabajar.

Dice el mismo autor "Decidí que quería ser escritor cuando gané un concurso de redacción con catorce años en el seminario y me regalaron el libro "Réquiem por un campesino español", de Ramón J.Sender". Cuatro años más tarde abandonó su vida de seminarista porque se enamoró.


En 1992 ingresó en el cuerpo de los mossos, del que ha sido miembro hasta 2012, "porque yo siempre quise formar parte de la realidad y, entrar en la policía en aquella época me servía para ayudar a la gente desde dentro y, además, formaba parte de un proyecto democrático y con una identidad muy romántica"

Colaboró dos años como locutor y colaborador en el programa radiofónico de realidad social «Catalunya sense barreres» (Radio Estel, ONCE). Como escritor fue finalista del Premio Fernando Lara en 2008 con El abismo de los sueños (no publicada) y ganó el Premio Tiflos de Novela en 2006 con El peso de los muertos. En 2011 publicó La tristeza del samurai (Editorial Alrevés), que ha sido un éxito nacional e internacional. Traducida a una decena de idiomas y best seller en Francia, cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios. Entre ellos, Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la prestigiosa publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de Lyon, le Prix Quercy Noir y el Premio Tormo Negro.

En 2013 publicó Respirar por la herida (editorial Alrevés), finalista den el Festival Internacional de Cine Negro de Beaune 2014 a la mejor novela Extranjera. Un millón de gotas (Destino) es su última novela.

Argumento:


Gonzalo Gil es un abogado metido en una vida que le resulta ajena, en una carrera malograda que trata de esquivar la constante manipulación de su omnipresente suegro, un personaje poderoso de sombra muy alargada. Pero algo va a sacudir esa monotonía.

 Tras años sin saber de ella, Gonzalo recibe la noticia de que su hermana Laura se ha suicidado en dramáticas circunstancias. Su muerte obliga a Gonzalo  a tensar hasta límites insospechados el frágil hilo que  sostiene el equilibrio de su vida como padre y esposo. Al involucrarse decididamente en la investigación de los pasos que han llevado a su hermana al suicidio, descubrirá que Laura es sospechosa de haber torturado y asesinado a un mafioso ruso que tiempo atrás secuestro y mató a su hijo pequeño.

Pero lo que parece una venganza es solo el principio de un tortuoso camino que va a arrastrar a Gonzalo a espacios inéditos de su propio pasado y del de su familia que tal vez hubiera preferido no afrontar. Tendrá que adentrarse en la fascinante historia de su padre, Elias Gil, el gran heróe de la resistencia contra el fascismo, el joven ingeniero asturiano que viajó a la URSS comprometido con los ideales de la revolución, que fue delatado, detenido y confinado en la pavorosa isla de Názino, y que se convirtió en personaje clave, admirado y temido, de los años más oscuros de nuestro país.

Una gran historia de ideales traicionados, de vidas zarandeadas por un destino implacable, una visceral y profunda historia de amor perdurable y de venganza postergada, un intenso thriller literario que recorre sin dar respiro la historia europea.


Mis impresiones:


Comentaba al principio que este es un libro que pone el corazón en un puño, que revela las miserias humanas, la capacidad de amar del ser humano y las de odiar, el tremendo instinto de supervivencia de la raza humana, los limites a los que puede llegar, la línea tan fina entre la cordura y la locura, entre la bondad y la maldad. Muchos son los temas que esconde esta historia, y todos se podrían resumir en una frase El hombre es un lobo para el hombre, el bienestar de cada uno y su supervivencia esta por encima de los demás.


El hombre un lobo para el hombre.


Han pasado años desde que Hobbes hizo popular esta frase, y puede que en este contexto tenga más significado que en ningún otro. Elías e Igor Stern son dos caras de una misma moneda. El primero la inocencia encarnada en un ingeniero que es convocado a la Unión Soviética para ayudar con sus conocimientos en el proyecto que llevan entre manos. Sin embargo, pronto descubre que nada es tan ideal como se le ha hecho creer, delatado por sus compañeros termina en un gulag siberiano de  gran dureza, Názino. Tras esa experiencia no vuelve a ser el mismo, en ese confinamiento no solo dejó parte de su integridad física, también la moral, sus ideales y terminará perdiendo la dignidad como hombre. Sin duda esa experiencia marcará su vida y por ende la de sus descendientes.

Igor Stern es soviético, un niño pobre que ha crecido en la calle, acostumbrado a sobrevivir a cualquier precio, un malhechor que evita la pena de muerte a cambio de un viaje a Názino, pero en billete de primera clase si se me permite la licencia, mientras que Elías lo hace como prisionero, Stern lo hace como verdugo.

Sus caminos se cruzan en esta experiencia y nacerá una historia de odios y admiración que se prologará en el tiempo, recorrerá la geografía europea, y destruirá a todos los personajes de esta novela. Ambos no son más que lobos, que no dudan en matar, extorsionar, engañar y traicionar para salvar la vida, los negocios o lo que que defiendan en cada momento.

La lucha de ambos dejarán muchos muertos por el camino, la integridad física y la dignidad de ambos hombres, generaran odios y resquemores que salpicarán a seres inocentes, porque el monstruo en que se convierten arrasa y pudre cuanto tocan.

Si tuviera que resaltar algo de esta novela es la complejidad ya no solo de la trama si no la de los personajes, todos y cada uno de ellos tienen luces y sombras que conforman su personalidad y que lejos de justificar sus acciones las humanizan, las dotan de tanta verosimilitud que los convierten en carne y hueso capaces de traspasar el papel. Es difícil poder empatizar con alguno de ellos, son seres heridos, tremendamente crueles en unos momentos y tiernos en otros, sin embargo si que he podido comprenderlos y evitar juzgarlos, porque es muy fácil desde fuera hacer juicios de valor.

Tanto los personajes del pasado como los del presente están perfilados con mucho mimo, sobretodo psicológicamente, el autor solo resalta el aspecto físico cuando es necesario para la narración, y eso es algo que se agradece, Víctor huye de los estereotipos en sus personajes tipo, sin embargo se pueden establecer similitudes entre las dos novelas que he leído, tanto los personajes de La Tristeza del Samurai como los de Un millón de gotas, están atormentados por un aspecto del pasado, están llevados al límite y se han convertido en una caricatura malvada de sí mismos, en ambas estos personajes son amados al límite por otro, justificados y protegidos. Las acciones que cometen no son justificables, sin embargo el autor nos lleva de la mano por los hechos que si bien no los justifican, si los explican. En ambas los errores de los padres los terminan pagando los hijos, y en esta Víctor da un paso más al incluir una generación posterior.

Si hubiera que quedarse con uno solo, sin duda elegiría a Elías Gil, la complejidad de su personalidad es impresionante, los matices de los que los dota el autor se ramifican y bifurcan de tal forma que te da la sensación de que nunca vas a terminar conociéndolo, y eso es lo que sucede, Elías es un misterio incluso para su mujer, sus reacciones sorprenden, sus explosiones son temidas, sin embargo es capaz de despertar amor en su hijo de cinco años que solo ve la parte positiva de su padre.

Ese hijo no es otro que Gonzalo Gil, el protagonista de la historia presente, un hombre anodino y gris, que lucha contra gigantes con pies de barro, anulado por su suegro que extiende sobre él su sombra alargada y poderosa, ninguneado por su mujer acostumbrada a una vida de lujos que el no es capaz de costear, ignorado por su hijo mayor que cada vez se aleja más de él, y reverenciado por su hija pequeña que ve en él a un héroe. Sin embargo Gonzalo es el prototipo del antihéroe, un perdedor que un buen día despierta, decide afrontar un caso que le viene grande y pone en peligro la integridad de su familia, y la suya propia al revolver un pasado que desconocía o había decidido olvidar. Ese viaje lo hará madurar, y despertar, romper lazos y mirar a su familia como lo que realmente es, algo ajeno a él.

Entre los personajes femeninos he admirado a Esperanza, para ser sincera al principio no la entendía, como había podido plegarse de esa manera a Elías como podía seguir guardando así su memoria con todo lo que sabía, sin embargo después entendí a esa muchacha que se enamoró de un  despojo de hombre, que lo siguió a España, que pasó miserias y calamidades como refugiada y que amo al héroe de Názino, al que murió en la helada estepa Siberiana devorado por las culpas.

Sin embargo Lola la mujer de Gonzalo me ha dejado fría, muy fría, no he sabido empatizar con ella, tampoco comprenderla, no he entendido los sacrificios que le imponía a su marido a costa de una materialidad que ella parecía no disfrutar tampoco, la complejidad de Lola no he sabido disfrutarla, quizás porque las personas como ella no suelen entrar en mis círculos sociales.

No son los únicos personajes y para ser sincera no debería obviar a Anna Ajmatova, otra superviviente que en su interior alberga tanto odio que nos sorprenderá en cada línea, en cada pasaje que protagonice. Pero creo que merece la pena descubrirlos a medida que se avanza en la lectura, ir pasito a pasito, para disfrutar de la red que va tejiendo Víctor entorno al lector, y una vez te atrapa no puedes apartarte de la trama hasta que esta no concluye.

Otra de las virtudes del autor es la capacidad de desarrollar dos hilos conductores de gran interés, llevarlos de forma paralela y que ambos mantengan la misma expectación. Es comprensible que en algunas ocasiones pueda atraernos más la historia de Gonzalo y en otras la de Elías, pero una no eclipsa a la otra y a pesar de ir desarrollándose en forma de zig zag a medida que Gonzalo se adentra en la investigación del suicidio de su hermana, al final todos los hilos quedan cerrados, todas las preguntas encuentran su respuesta, y como la maquinaria de una gran reloj suizo todas las piezas encajan a la perfección, creando una historia redonda, mucho más madura que La tristeza del samurai, más redonda, a pesar del sabor agridulce que nos deja el final.

Y es que uno piensa que Dios aprieta pero no ahoga, sin embargo no es este el caso, el autor no da respiro a los personajes en ningún momento, los somete a todo tipo de presiones, y cuando piensas que ya toca un descanso, que por fin verán un rayito de luz, nos asesta de nuevo golpes, nos mantiene en vilo hasta la última línea. Sin duda un escritor a tener en cuenta, paso a paso ha sabido encontrar su lugar en el panorama literario, desde las pequeñas editoriales a una grande, con historias siempre profundas, con un gran conocimiento de mente humana que plasma en sus personajes, dotadas de una gran humanidad, porque solo el ser humano es capaz de ser tan imperfecto y destilar tanta maldad como la que se respira en esta historia.

La mafia Rusa:

He reconocido en varias ocasiones, que esta novela me ha hecho sufrir, cuando uno se adentra en las barbaridades cometidas en la guerra relatadas de una forma tan vivida, es imposible que los sentimientos no afloren, sin embargo el presente tampoco se queda cojo, y las acciones de la mafia rusa, la pederastia, el asesinato del hijo de Laura, la maldad de las venganzas, también han contribuido con su granito de arena.

Ser madre me ha hecho sufrir en el alma cada vejación infligida a Siaka, nunca he podido entender esas mentes enfermas que sienten deseo por el cuerpo de un niño, que no tienen ningún reparo en destrozarles la vida. Si ello además te lo adornan como una practica habitual aunque no se detalle no he podido evitar que por mi mente desfilaran las informaciones que suelen darse en los telediarios, las miles de páginas pornográficas que pululan por la red.

Las secuelas que arrastran estos niños en su madurez, pude comprender a Laura y esa lucha contra un gigante que terminó devorándola, pude comprender a Siaka y esa determinación para que se llegara al final y pude comprender la lucha de Gonzalo, sus dudas. Sin embargo dejé de entender otras muchas cosas, que darían para un debate, pero que no tienen cabida en esta reseña por no restar intriga a quien no se haya adentrado todavía en esta magnifica novela.

Conclusión:

Un millón de gotas, es la novela más madura de Vector del Árbol, no se si la más ambiciosa porque seguro que tendrá nuevos retos en la recámara, nuevas historias que algún día verán la luz y que seguro que leeré.

De momento prepárate para que sacuda tus sentimientos, para que el alma se te parta en un millón de trozos, para sumergirte en una lección de historia tan cruel como verdadera, para disfrutar de la profundidad de sus personajes, de una trama bien hilada en la que al final encajan todas las piezas, sin flecos y para un ligero regusto agridulce...

Una novela magistral narrada en dos tiempos y que viaja por la geografía europea, que no deja de lado los años más oscuros de la historia de nuestro país ni obvia una realidad actual, las actividades de la mafia rusa, todo ello usando sin duda sus conocimientos como Mosso de esquadrada. El libro destila una gran tarea de documentación expuesta de forma atractiva para el lector.

Sin duda mucho más que una novela negra, o un thriller, una historia en la que los personajes tienen un lugar más importante que la propia trama, que a mi modo de ver esta a su servicio.

Ahora te toca decidir a ti, si te merece la pena adentrarte en esta novela que seguro que no te dejará indiferente y cumplirá todas tus expectativas por altas que sean.


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jueves, 10 de abril de 2014

La tristeza del samurai. Victor del Árbol

Hacía mucho tiempo que me apetecía leer este libro, que su portada se había grabado a fuego en mi retina, sin embargo, nunca llegaba el momento de adentrarme entre sus páginas. La ocasión se pinto calva hace unas semanas, pase por la biblioteca a coger en préstamo el libro que mi hijo tiene que leer para el tercer trimestre, y como quien no quiere la cosa y a pesar de todo lo que tengo pendiente en casa por leer, me dio por pasearme por las estanterías de adulto, y mis ojos se volvieron a posar de nuevo en ese ejemplar, decidí no hacer caso a la vocecita gritona de mi conciencia que me conminaba a no añadir más lecturas a las que ya tenía pendiente y de allí salí más feliz que una perdiz con La tristeza del samurai y el libro de teatro que necesitaba mi hijo.

Incluso fui capaz de vencer la reticencia a leer en formato bolsillo, y es que mi vista se resiente mucho con esa letra tan pequeña. A los dos días de tener tan ansiado libro en casa me acometió una apatía sin precedentes, tenía los ánimos por los suelos, mi rodilla no mejoraba como se esperaba y yo acusé el golpe, además fisios y médicos parecía que querían tirar la toalla. No me apetecía leer, no me apetecía reseñar, y tenía entre manos un libro que no acababa de engancharme, decidí acometer la lectura del libro de Víctor, y para ser justa con él si no me atrapaba en las primeras páginas soltarlo, por aquello de aguardar al momento idóneo para volver a cogerlo.

Creo que fue precisamente tener esta novela entre manos lo que me ayudo a vencer la apatía, al menos la lectora, la reseñadora es harina de otro costal. No me quiero agobiar, tengo muy poco tiempo y muchos frentes abiertos, así que poco a poco irán apareciendo reseñas.

El autor:

Víctor del Árbol (Barcelona 1968) exseminarista, mosso d'esquadra i escritor, estudió historia antes de trabajar para el cuerpo de Mossos d'esquadra de la Generalitat de Catalunya.

Víctor del Árbol inició su andadura literaria siendo muy niño, leyendo en la biblioteca del barrio barcelonés de Guineueta, donde pasaba todas las tardes acompañado de sus cinco hermanos, hasta que su madre les recogía al salir de trabajar.

Dice el mismo autor "Decidí que quería ser escritor cuando gané un concurso de redacción con catorce años en el seminario y me regalaron el libro "Réquiem por un campesino español", de Ramón J.Sender". Cuatro años más tarde abandonó su vida de seminarista porque se enamoró.


En 1992 ingresó en el cuerpo de los mossos, del que ha sido miembro hasta 2012, "porque yo siempre quise formar parte de la realidad y, entrar en la policía en aquella época me servía para ayudar a la gente desde dentro y, además, formaba parte de un proyecto democrático y con una identidad muy romántica"

Colaboró dos años como locutor y colaborador en el programa radiofónico de realidad social «Catalunya sense barreres» (Radio Estel, ONCE). Como escritor fue finalista del Premio Fernando Lara en 2008 con El abismo de los sueños (no publicada) y ganó el Premio Tiflos de Novela en 2006 con El peso de los muertos. En 2011 publicó La tristeza del samurai (Editorial Alrevés), que ha sido un éxito nacional e internacional. Traducida a una decena de idiomas y best seller en Francia, cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios. Entre ellos, Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la prestigiosa publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de Lyon, le Prix QuercyNoir y el Premio Tormo Negro.


En 2013 publica Respirar por la herida, con la editorial Alrevés. Y en mayo de este año año la editorial Destino publicará Un millón de gotas.




Sinopsis:




Diciembre de 1914. En una fría estación de Mérida, Isabel está a punto de perder todo aquello por lo que ha vivido.



Mayo de 1981. María, una joven y exitosa abogada de Barcelona, debe comparecer ante la justicia de los hombres. Pero eso no le preocupa, está agonizando y no es a ellos a quienes deberá rendir cuentas, sino a su memoria.



¿Qué se puede hacer por amor? ¿Y por odio o sed de venganza? ¿Existen la redención, el perdón o el olvido? Podemos llegar a ser, incluso antes de morir,  aquello que una vez soñamos? Isabel y María habrán de enfrentarse a esas preguntas en el curso de sus vidas, tan distintas y, a la vez, tan semejantes.



Estas dos mujeres son el origen y el final de una historia que nos llevará desde Extremadura hasta las estepas rusas y, más adelante, a la Ciudad Condal y a los paisajes de una España que durante cuarenta años se fingió dormida, con el fin de demostrarnos que no existen limites cuando luchamos por lo que anhelamos.




Mis Impresiones:




Había leído tantas reseñas positivas de este libro que se mi instaló el miedo en la boca del estomago desde el mismo momento en que comencé a leerla, no es la primera vez que las expectativas han sido tan altas, que el libro ha terminado defraudándome, y a ello se le unía que no estaba en mi mejor momento lector, a pesar de haber encadenado muchas lecturas más que satisfactorias. Sin embargo, pronto me di cuenta que estaba ante LITERATURA, si en mayúsculas. El autor es capaz de engarzar dos historias distintas en el tiempo y en el espacio, dos historias tan distintas y a la vez tan semejantes, dos historias que sin saber la una de la otra se han prolongado en el tiempo hasta confluir en la figura de María, una abogada de éxito.



Las claves del éxito de esta novela está en el buen hacer de Víctor del Árbol, en su prosa bella pero sin ornamentos, en las protagonistas femeninas, dos mujeres que nada tienen que ver entre ellas, y que sin embargo acaban unidas por lazos indestructibles. También en la habilidad para unir géneros distintos entre sí con maestría, porque La tristeza del samurai es una novela policíaca o criminal, también es una novela histórica porque en ella tienen cabida momentos de la historia más o menos reciente de España, la posguerra civil, la división azul, la democracia y los fallidos golpes de Estado, siendo uno de los puntos álgidos el del 23 F, todo ello sin poder considerarse una novela sobre este tema. Pero al mismo tiempo es también un thriller sicológico que desgrana en profundidad la psique de los personajes. También podría considerarse una novela coral por la multitud de personajes que se pasean por sus páginas... Una novela de trama compleja que Víctor sabe hilvanar con gusto para crear una novela que tardaré mucho tiempo en olvidar.



Ambientación:



Como he comentado antes, nos encontramos ante dos historias que terminan confluyendo en una.



La primera se desarrolla en Mérida, en los primeros años de la posguerra civil, con los camisas azules imponiendo su ley y aprovechándose de los bienes incautados, en estos momentos conocemos a la familia Mola, bien situada económica y socialmente. Su cabeza de familia ocupa un lugar importante en el partido, y está llamado a escalar rápidamente.



La vida de esa familia y los avatares que les acontecen le sirven a Víctor del Árbol para ir retratando los primeros años de dictadura, la actuación de la policía y su brutalidad, los juicios en los que el condenado recibía todo tipo de humillaciones y torturas a cambio de una confesión, sin la cual igual era ejecutado. La creación de la División Azul, y la participación de España en la II Guerra mundial al lado de los alemanes en el frente ruso.



Puede que esos fragmentos de la historia sean los que más han calado en mi ánimo, las condiciones de los soldados españoles no eran las mejores, no niego que algunos fueran voluntarios, pero los más fueron obligados, como Fernando Mola, o Pedro Recasens, mantenerse con vida en el frente no era sencillo, sin embargo las puñaladas más profundas no las asestaba el enemigo si no la propia familia...



De la fría estepa rusa la acción se traslada a Barcelona, donde ha sido destinado Guillermo Mola, donde contra todo pronóstico vuelve su hijo Fernando. Dónde comienza la segunda historia de la mano de María Bengoechea. Han pasado cuarenta años, y la trama ha avanzado, y comienza a confluir, porque la culpa roe las entrañas, aunque estas sean heredadas.




El tiempo:




Como he comentado anteriormente la historia se desarrolla durante cuarenta años, Comienza en 1941 y termina en 1981. Durante estos años, España pasa de una dictadura a una democracía que busca afianzarse. Víctor del Árbol hace un buen retrato de la sociedad de la época tanto en el pasado como en el presente. De su mano conocemos los excesos de los militares en la dictadura. Los horrores vividos por los soldados de la División azul, los primeros pasos de una democracia con la que parece que no todos están contentos y que pretenden derrocar y como colofón a todo ello la intriga para acabar con la joven libertad estrenada.



Por las páginas de esta novela desfilan personajes reales y personajes de ficción, hechos reales y otros frutos de la imaginación del autor, todos ellos hilvanados con elegancia y maestría, al servicio de unos personajes complejos y bien estudiados, que hacen las delicias del lector.




Los personajes




Como he dicho al principio cuando intentaba sin éxito encuadrar la novela, nos encontramos ante una novela coral, con una gran multitud de personajes, algunos se mantienen durante toda la novela y otras pasan a ser omniscientes en un momento dado.



Quizá lo que más llama la atención es lo bien dibujados que están todos y cada uno de ellos, y no solo desde el punto de vista físico, si no también desde el sicológico, y quizás este sea el punto más importante. Nos encontramos con personajes de carne y hueso, que hay momentos que traspasan el papel con su personalidad. A ninguno de ellos se le puede acusar de ser plano o anodino. Y sobre todo ninguno de ellos es malo o bueno, yo diría que todos y cada uno de ellos tiene una parte oscura, que hace que esta novela sea bastante pesimista, con distintos tonos de gris, pero sin concesión a la blancura, a la luz, al optimismo.



Víctor del Árbol saca lo peor de cada uno de sus personajes y  nos presenta su parte dulce y emotiva, pero también esa que todos desearíamos mantener fuera del alcance de los curiosos. La crueldad de algunos personajes es impresionante, y lo más triste de todo es que hay personas así, que matan sin remordimientos, que propinan palizas... que pagan para que liquiden a la persona que les molesta.



A Isabel Mola una de nuestras protagonistas ausentes la he podido entender, he comprendido sus decisiones, su angustia, su amor de madre. A María me ha costado más superar su frialdad, su dureza, creo que es un personaje al que no se le llega a querer por más que al final enmiende un poco todo el daño que ha hecho. Dos mujeres que no coinciden en el tiempo y que al final terminan teniendo alguien en común.



Hay personajes como Guillermo Mola, Publio, Lorenzo o Ramoneda a los que odiarás. Otros como Cesar Alcalá a los que  compadecerás. Y hay un personaje misterioso, muy importante en la trama que mueve los hilos en el pasado y este vuelve de lleno para presentarle factura, y tardaremos en descubrirlo, pero en cuanto lo hagamos todo empezará a cobrar sentido, y la trama comenzará a precipitarse hacía un final  de justicia poética.




La culpa




Si hay algo que sobrevuela durante toda la novela es la culpa, esa que termina condenando a tres generaciones de Alcalá por un crimen que no ha cometido, la que sobrelleva Fernando Mola, la que atenaza a María, la que consumía a Isabel, la que trata de ignorar Guillermo.



Pero también la que arrastra Cesar porque en busca de su verdad termina cometiendo ilegalidades. Las redes de la culpa son grandes y llegan hasta lugares insospechados y terminan por manchar a la mayoría de los personajes, de ahí que sea una novela en la que se dan cita una gran gama de grises, y en la que la única luz posible la pone Marta, la hija de Cesar Alcalá.




Conclusión:




Con todos estos ingredientes Víctor del Árbol ha aderezado una historia con dos tramas, ha conseguido que ninguna tenga más interés que la otra, ha ido dosificando la información con tanto acierto que mantiene al lector pegado a sus páginas aún cuando se van desvelando misterios. Ha incluido de forma satisfactoria personajes históricos y ficticios, hechos reales y otros frutos de la imaginación de su autor.



Con acierto nos ha hecho viajar a través de la historia más reciente de España, para dar un salto a la fría estepa Rusa y volver a nuestro país en una época diferente, pero con los mismos protagonistas, que si corruptos eran antes, corruptos siguen siendo.



Creo que es una novela que lo tiene todo para gustar al lector, guste este del género literario que guste, una trama bien hilvanada, personajes bien dibujados, tensión bien dosificada y justicia poética, que no coincide con las dictadas por las leyes y los hombres. Una historia diez, para un lector que sabe apreciar las pequeñas cosas...



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