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viernes, 7 de noviembre de 2014

Peaje de libertad. Elisa Beni

La que hoy me ocupa es otra de mis lecturas veraniegas, una que duró poco entre mis manos. Hay títulos y portadas que son verlas y quererlas, eso fue lo que me pasó a mi con este libro, verlo fue quererlo y a los pocos días ya lo tenía en casa.

Hace tiempo era lectora de thrillers judiciales, casi todos escritos por John Grissam pero un buen día una de sus novelas se me atragantó de tal forma que la arrastré durante seis largos meses, por aquella época libro que empezaba, libro que sí o sí terminaba, de aquella lectura extraje dos conclusiones, que el mundo no se acaba por no terminar una novela si no te gusta, que hay demasiados pendientes como para perder el tiempo y se terminó mi idilio con el americano del que no me han quedado ganas de leer más thrillers.

Esa racha se terminó con los premios de Novela de Abogados de Martinez Roca, volví entonces a recuperar el gusto por el género, por eso Peaje de Libertad se presentaba como una perita en dulce, a su autora no la conocía demasiado pero si lo suficiente para saber que era una entendida en la materia y el tema podría dar mucho de sí, así que en cuanto pude le hice un hueco.

La autor@:
Elisa Beni tras licenciarse en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra y cursar el
Máster en Seguridad y de Defensa por la UNED, se especializó en comunicación política y judicial.

Fue directora de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y ha participado en programas como El gran debate (Tele 5), Las mañanas de Cuatro, Al rojo vivo (La Sexta) y El debate (CNN+).

Actualmente colabora en Mas vale tarde y La Sexta noche (La Sexta), Julia en la onda (Onda cero), y Más claro que el agua (13TV), Sin ir más lejos (ETB) y De buena Ley (T5). Ha sido también columnista de La Razón y Tiempo y actualmente lo es en eldiario.es

La podéis seguir en twitter: @elisabeni

Argumento:

Transgresora y ultrasofisticada, la juez Gabriela Aldama es una rara avis en los juzgados de Plaza de Castilla. Procedente de una acaudalada familia madrileña, Gabriela destaca entre sus colegas por su independencia y por hacer las cosas a su manera, precisamente las mismas razones que le han convertido en uno de los miembros más inclasificables y envidiados de la clase judicial.

Siempre en el punto de mira y permanentemente  criticada, la juez se enfrenta a uno de los casos más complicados de su carrera: el asesinato de una pareja de desconocidos. Durante la investigación, Gaby tendrá que exponerse hasta el limite... y no solo profesionalmente...

Una trama de mucha actualidad: La corrupción política


Al hilo de las noticias que saltan todos los días y que nos tienen un poco ya asqueados y acostumbrados, esta novela viene a poner de manifiesto los entresijos de los hilos que mueven la corrupción y que afecta a políticos, empresarios e incluso jueces, esto último de momento solo en la ficción, pero demos tiempo al tiempo.

La novela se vale de dos tramas, la investigación del asesinato de dos desconocidos que han aparecido en un descampado de Las Barranquillas y que pista a pista van desentrañando el inspector Lozano y la juez Aldama. Y la segunda trama parte de la tardanza en admisión a procedimiento de una demanda judicial contra la construcción de un macrocentro comercial, con intereses empresariales y políticos muy elevados, de nuevo la juez Aldama, ayudada por su amigo el Juez Barredo arriesga algo más que su carrera profesional por defender su independencia.

Estas dos tramas que en un principio parece que nada tienen en común, en un momento dado convergerán y todas las piezas encajaran como si de los engranajes de un enorme reloj suizo se tratara.

Las dos me han parecido interesantes, cada una de ellas refleja el funcionamiento del sistema judicial español del que la autora es una gran conocedora, cosa que agradece el lector. Elisa Beni mezcla realidad y ficción en su primer libro  de ficción y ha puesto el listón muy alto. Sin embargo, puede que la trama de corrupción política, empresarial y judicial por todo lo que estemos viviendo llame la atención, aunque como ya he dicho espero se mantenga en el campo de la política y no pase al terreno jurídico aunque supongo que a veces es más que necesaria esta complicidad para que algunos proyectos vean la luz.

¡Ojalá hubieran más jueces como Aldama!


Con ello no quiero decir que el personaje de Gabriela me haya convencido al cien por cien, decía la autora en las entrevistas que ella quería poner de manifiesto la libertad de la juez, y ello la limitaba a la hora de crear el personaje, de ahí que Aldama se rica de cuna, y el dinero no coaccione su libertad, esa licencia puedo entenderla.

Pero de verdad era necesario para poner de manifiesto la libertad de la juez que esta sea una mujer cañón, guapa, escultural, altísima, y con gusto para vestir y combinar la ropa. Porque me concederán ustedes que riqueza y gusto en el vestir no siempre van de la mano. Creo que la autora hace demasiado hincapié en el físico de Gabriela, y para mi gusto no es necesario.

Gabriela levanta ampollas en el judicatura no por su físico si no por como dirige su Juzgado, por como se manifiesta, y porque es una piedra para los intereses de algún Magistrado y eso aunque fuera un cardo borriquero sería exactamente igual, eso sí no llevaría a la mitad de las togas masculinas de cabeza, y ni falta que hace.

Me ha gustado esa inquebrantable fe en la Justicia de la Juez, ese defender la ley a toda costa incluso cuando la vida corre peligro, y como humana que es una, flaquear sí, pensar en pagar ese peaje de libertad, pero al final mantenerse integra. Más jueces, abogados, fiscales, miembros de la judicatura en general debería haber como ella, porque otro gallo nos cantaría y tendríamos más fe en el sistema judicial.

Me lo he pasado como una enana con los entresijos del sistema judicial español, con las zancadillas entre jueces, con sus celos y sus rencillas, que al menos son muy verosímiles. A ello puede que contribuya el lenguaje que utiliza la autora, que no huye de los tecnicismos propios del oficio, que nos mete de lleno en el trabajo de la juez y de su secretario. 

Pero que no cunda el pánico entre los profanos en la materia, yo no soy abogada y mucho menos juez, soy periodista pero nunca me especialice en noticias judiciales, quizá porque poco futuro tenía aquí donde vivo, y a pesar de todo he seguido bien la novela, no me ha hecho falta buscar ningún termino y no se me ha quedado ningún concepto a medio entender. A pesar de los tecnicismos el lenguaje que usa Elisa Beni es ágil, dinámico, yo he disfrutado con esas partes más técnicas, como lo hago con una buena descripción de una autopsia y no soy médico forense.

Y me ratifico en que más jueces como Aldama harían falta para echarle narices al asunto, para enfrentarse a los intereses económicos creados por unos pocos, porque a la vista de las últimas noticias que nos llegan, la justicia no es igual para todos, hay ciudadanos de primera, y hasta de cuarta, y el corrupto al final sigue quedando impune.

Ser mujer significa trabajar el doble para no pagar ese peaje de libertad...


Aldama no es el único personaje femenino fuerte de esta novela, aunque si que es el único presente. Si nos olvidamos de la trama de corruptela y retomamos el asesinato, hablamos de unos cadáveres desconocidos, un hombre y una mujer de distinta condición social. Me gusta la forma como se llega a esas conclusiones, nada les identifica y ninguna pista marca el camino.

Nadie ha denunciado su desaparición, van indocumentados, y su pista se pierde en un descampado marginal, foco de drogadicción, las barranquillas. El modo en que de la nada van creando pistas, y poco a poco van dando con la identidad de los desconocidos me ha parecido magistral, la forma de involucrarse de la juez Aldama en un caso que podría quedar fuera de su competencia me ha dejado a veces sin respiración.

Pero lo que más me ha llegado es la historia que hay detrás de la mujer asesinada, una mujer valiente, que desafía todas los convencionalismos de su país y al final paga con su vida la ansiada libertad que a penas ha disfrutado.

Pero merece la pena que vosotros paso a paso sigáis la investigación y lleguéis hasta la historia de una desconocida que termina sus días de la forma menos agradable posible.


Otros personajes:


Y si el personaje femenino principal es Gabriela, a su alrededor todo un elenco de personajes masculinos marcan el contrapunto.

Ismael Barredo: Amigo de Gabriela desde la universidad, un juez tan integro como ella, pero que le gusta poco estar en el foco del conflicto, a pesar de todo cuando Gaby se lanza en plancha el la secunda.

Lozano: inspector de policía asignado al caso de los cadáveres desconocidos, se siente atraído por la juez y pone de su parte todo lo posible para que el caso avance y poder de esa manera poner al corriente a su señoría.

Bernardo Vergara: Juez de un juzgado de provincias, colabora con Aldama cuando las investigaciones la sacan de su jurisprudencia. Un hombre mayor que muestra tanta integridad como la propia Gabriela, porque no nos engañemos, no todas las manzanas están podridas en el cesto.

Roberto Maseda: Abogado defensor de los afectados por la construcción del macrocentro, todas sus actuaciones no son impecables, como tampoco son las de Gaby y Barredo.

No son todos los que son, pero si todos los que a mi me parecen importantes sin desvelar nada de la trama, y es que es un libro para descubrir, para saborear y para empaparte de como funciona la Justicia en España si eres neófita en el tema, como lo soy yo.

Y después que...


La autora cierra los casos pero deja un final para mi gusto muy abierto, un final que puede permitir soñar con una continuación, o quizás solo sea consecuencia de la poca seguridad de la juez en el terreno que pisa, puesto que Aldama tan segura de si misma profesionalmente no pisa con igual fuerza en el campo de las relaciones sociales y amorosas.

La novela me ha convencido tanto que si es un recurso para dejar la puerta abierta a mas andanzas de esta peculiar juez, bienvenida sea, porque me he convertido en una incondicional de esta mujer, aunque le rogaría a la autora que no nos restriegue tanto la condición social de Gabriela ni su físico de infarto, que con una sola vez nos basta.

Conclusión:

Nos encontramos ante un thriller judicial con tintes negros, ágil, dinámico, que no obvia los tecnicismos propios de la profesión y que realiza una radiografía de la vida judicial de España. Una novela con una protagonista fuerte, que no se arredra ante nada, que pone los puntos sobre las ies tanto en su vida personal como en la profesional. Y otra omnisciente que pone de manifiesto la lucha de muchas mujeres en el mundo por ganarse esa cuota de libertad que puede costarles incluso la vida.

Merece la pena embarcarse en esta historia, al menos yo hasta que la realidad me despertó de un mazazo con todo lo que nos está cayendo encima, pensé que otra Justicia era posible con más jueces como Aldama.


Retos:

25 españoles

cruce de caminos negro y criminal

miércoles, 5 de noviembre de 2014

El sueño del depredador. Oscar Bribian

Soy lectora de novela negra desde que era  adolescente, comencé por autores extranjeros, primero americanos e ingleses, luego llegaron los nórdicos y algún español, a raíz de tener el blog, comencé a descubrir que en la madre patria también se escribían buenas novelas, la mayoría ambientadas en Madrid o en Barcelona.

Pero también eso está cambiando y los autores ambientan sus novelas en aquellas ciudades que conocen, por las que han paseado, o en las que viven, y ello dota a las historias de descripciones magnificas. Óscar Bribián ambienta su novela en Zaragoza, en sus calles, con su climatología y con las particularidades de los maños.

Una no puede leer todo lo que le ofrecen, ni todo lo que se le mete entre ceja y ceja, necesitaría varias vidas para hacerlo, sin embargo, El sueño del depredador me sedujo desde el primer momento, a pesar de que tenía ingredientes que bien podrían haber ahuyentado mi curiosidad, los que me leéis con asiduidad sabéis que hay géneros que no toco, como es el terror, y la fantasía, sin embargo encontrar una novela pura es muy complicado, y con la mezcla de géneros uno tiene que poner una balanza y estudiar si le compensa. Desde el primer momento tuve claro que podía gustarme y no me equivoqué.

El autor:

Óscar Bribián, nació en Huesca en 1979 y reside en Zaragoza. Tras culminar dos títulos
universitarios decidió ingresar en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Desde entonces aprovecha sus experiencias y contactos laborales como policía para retratar en sus novelas situaciones y personajes perfectamente verosímiles que conserva en su retina.

Ha sido ganador de diversos certámenes literarios, Premio Heraldo (2011 y 2013), el Castillo de San Fernando (2013), el Liter (2008). Dirigió la revista literaria Oxigen (2002-2006) y ha participado en varias antologías como Insomnia (2012) o España criminal (2012)

Ha publicado el libro de relatos Mentes Perversas (2009) y la novela Raazbal (2010), así como el guión de premiado comic En el zulo (2012)

Puedes seguirlo en twitter: @oscarbribian


Argumento:

¿Qué tienen en común los poemas de Baudelarie, Silvia Plath o Leonard Cohen con los ahorcamientos para alcanzar el climax durante la asfixia autoerótica?

En un control rutinario en la carretera de entrada a Zaragoza, la Policía detiene un vehículo sospechoso. En su interior encuentran varios cerdos muertos y diversos instrumentos para desollarlos, algo extraño, pero no especialmente preocupante... si no fuera porque en la boca de uno de los animales aparece un dedo humano.

Laura Beltrán, la nueva subinspectora de la Brigada Provincial de Homicidios, y su superior, Santiago Herrera, un veterano inspector, se verán envueltos en un abanico de asesinatos que combinan el sadismo y los enigmas de la psicopatía con las inquietudes propias del comportamiento humano.

Mis impresiones:

El sueño del depredador tiene un principio contundente, que arrolla, un inicio de los que sacuden al lector de su letargo y los pone en tensión, y esta se mantiene durante toda la historia mediante giros y mazazos que noquean al imprudente que en el intermezzo osa relajarse.

Nos encontramos ante una novela negra que bebe de otros géneros, el fantástico con la figura de Cthulhu, y el de terror con menciones a Lovecraft y poesías un tanto oscuras de Silvia Plath, Leonard Cohen y Baudelarie que sinceramente no son muy de mi gusto, pero que dentro de esta novela tienen un sentido que la dota incluso de originalidad, al menos desde mi punto de vista.

Quién mejor conoce el mundo de la investigación, del crimen y sus entresijos es la Policía y se nota que el autor es parte de este mundo, porque se limita a ponernos delante los hechos para que seamos nosotros los que los veamos. Se agradece que sus personajes sean cercanos, personas de carne y hueso que van creciendo con el desarrollo de la historia. No nos encontramos con héroes que luchan contra el crimen, nos encontramos seres humanos cuyas profesiones inciden en su vida de forma negativa, con una vida personal que se ve arrollada por el trabajo y que los condena al fracaso sentimental, aunque no todos pasan por esa experiencia depende mucho de la persona que uno tenga a su lado.

Tanto Santiago Herrera, como Laura Beltrán son personajes heridos, uno por un matrimonio fracasado que le impide ver a su hijo con la frecuencia que desearía, Laura tiene un pasado lleno de vejaciones que desea olvidar y relaciones que no han llegado a cuajar, fruto de una de esas relaciones tiene un hijo por el que luchar.

Pero no todos los personajes salen bien parados, al menos yo no he podido soportar a Quique, no se si el autor ha querido hacer un poco de critica social, Enrique no es el mejor policía del grupo, no tiene escrúpulos y tampoco le gusta especialmente el trabajo, casi es un novato recién salido de la Academia, pero con unos padrinos de postín que lo han situado en la élite del Cuerpo sin despeinarse. Más chulo que un ocho, actúa con la certeza de que tiene las espaldas cubiertas, sin miedo a ser expedientado o cesado. Y a mi ese tipo de personas me caen más bien gordas, creo que uno ha de ganarse el puesto.

Nos encontramos con dos tramas paralelas, por un lado tenemos la investigación policial de un asesino en serie que gusta de la poesía gótica y que deja como pistas poemas a modo de leit motiv. Y por otro tenemos la historia de Ismael, un niño especial, con graves problemas de integración social, que sufre en su casa maltrato físico y psicológico que él intenta mitigar sumiéndose en un mundo de fantasía y literatura. De ahí su afición a la lectura, y a recitar fragmentos de poesías o de libros, hecho que no sería preocupante si los libros fueran aptos para su edad.

El personaje de Ismael va de menos a más, crece conforme avanza la trama, y nos va metiendo el miedo en el cuerpo, intentamos entenderlo y ni siquiera las palizas que madre e hijo sufren a manos del alcoholizado padre nos ayuda a comprender esa maldad que va poseyéndolo y que vuelca en todo aquel que le lleva la contraria. Para mi es el personaje más complejo de la historia, el que más juego da tanto al autor como al lector y el único que realmente logra una reacción en el último. Y con ello no quiero decir que el resto de personajes no estén trabajados, que lo están, presentan matices muy interesantes, claroscuros.

Que tienen en común ambas tramas en principio al hijo de Laura que va al mismo colegio que Ismael y se siente fascinado por ese niño mayor que es malo, que maltrata a los animales y siempre está recitando poemas que hablan de muerte, mutilaciones y miedo.

En un momento dado ambas tramas convergen y la novela gana en tensión, se reaviva, de ahí que si alguien se había dormido o relajado reciba un mazazo y quede noqueado. El autor cierra la historia con justicia poética, y sinceramente me ha impactado el final, no podía ser otro, un broche de oro que cierra una buena historia.

Y todo ello con un lenguaje ágil, sencillo que no abusa de tecnicismos y un buen uso de la tensión el autor nos mantiene pegados a las páginas del libro, y nos deja huérfanos cuando escribe la palabra fin

Conclusión:

Si eres lector de género negro no te puedes perder esta novela, por lo humano de sus personajes, por la historia que cuenta, por las psicopatías que nos muestra, por la investigación que no gusta de las pautas americanas y usa las que nos son propias.

Se puede hacer buena novela negra y se puede descentralizar la ambientación y no por ello perderá un ápice de interés, la clave está en unos personajes cercanos, en una investigación que abuse de procedimientos que no comprendemos y que no somos capaces de vislumbrar en nuestro país, y en una historia que atrape al lector.

El sueño del depredador cuenta con todos esos ingredientes y la novela es sobresaliente. ¿Te animas a leerla?

viernes, 31 de octubre de 2014

La sombra. John Katzenbach

Este es uno de los muchos libros que me han acompañado este verano, en el que ya os he dicho que mi marcha lectora ha sido regular, no como a mi me hubiera gustado, ya que reservo estas fechas para leer los libros de más de setecientas páginas que andan por casa, pero no puedo quejarme. Suelo ser un poco errática y caótica al elegir mis lecturas, sin embargo los retos a los que estoy apuntada me hacen ser un poco más selectiva.

Necesitaba un libro que pudiera incluir en varios retos, por aquello de matar varios pájaros de un tiro, así que me puse a pensar y escogí a John Katzenbach, por casa andaban tres libros que tienen una media de 4 años cogiendo polvo, escogí al autor para el reto autores eternamente pendientes, entraba dentro de mi reto 12 meses, 12 libros y podría incluirlo en cruce de caminos negro y criminal con un poco de suerte. Al final me echaron una manita, en la red se convoco una lectura simultanea, sorry no recuerdo que blog fue, cómo sabéis no tengo twitter pero no podía dejar pasar la oportunidad y de los tres libros que habitaban mi biblioteca elegí La sombra.

El libro me resultó durisimo de leer, no se si me pilló en una época en la que estaba sensible o es que después de tantos años leyendo sobre el holocausto judío aún hay acciones y temas que me pueden sorprender y doler, puede también que sea merito del autor que sepa meterme el miedo en cuerpo como pocos y sepa hacerme empatizar con los personajes de tal forma que los sienta tan cercanos que incluso llegué a fundirme con ellos. El motivo lo desconozco pero la lectura dejó huella, tanta que me tocó intercalar un libro de los que yo denomino blancos, de esos que te prometen puro entretenimiento sin pedirle más a cambio.

El autor:
John Katzenbach es escritor y periodista. Ha trabajado como cronista de tribunales para The Miami Herald y Miami News y ha sido colaborador en otras publicaciones periódicas como The New York Times, The Washington Post y The Philadelphia Enquirer. Ha publicado más de diez  novelas dos de las cuales, Al calor del verano y La sombra, han sido candidatas a los prestigiosos premios Edgar, que concede la American Mistery Writers Association. También es autor de los best sellers El psicoanalista, The traveler (Retrato en sangre) y Just Cause (Traducida como Juicio Final). Varias de sus novelas han sido adaptadas al cine con gran éxito.

Argumento:

En el Berlin de 1943 pocos vieron su cara. Nunca nadie supo su nombre. Entre susurros era conocido como Der Schattenman, la Sombra, un despiadado delator judío que colaboraba con la Gestapo.

Miami, finales del s, XX. La vida del detective retirado Simon Winter da un giro repentino cuando  recibe la visita de una vecina aterrorizada. La anciana cree haber visto aun fantasma del pasado: la Sombra. Cuando a la mañana siguiente aparece estrangulada, Winter es el único que sospecha la terrible verdad: un escurridizo asesino  está exterminando a los supervivientes del Holocausto que viven en Miami.

Mis impresiones:

Angustiosa, ese es el adjetivo con que definiría esta historia, y es que desde el primer momento el desasosiego se me metió en el cuerpo, había momentos en que la lectura dejaba de ser un placer y mi ánimo andaba por los suelos y es que sentía el peligro bien cerca, la tensión se  cortaba con cuchillo.

Aunque es una de sus primeras novelas y quizás no sea la mejor, se que no será lo último que leeré del autor, por comprobar si es capaz de meterme de nuevo en la historia que me cuenta, si los personajes vuelven a interactuar conmigo de la misma forma.

Puede que el punto de partida no sea original, el pasado que vuelve para rendir cuentas, en este caso el pasado se remonta al Berlin de la Segunda Guerra Mundial, un personaje que nadie conoce, que solo han visto unos pocos durante unos segundos, sin embargo era temido por los judíos. Los delatores fueron detenidos cuando terminó la guerra, nadie se explica como después de cincuenta años empiezan a aparecer asesinados supervivientes del holocausto y todos parecen haber visto a La sombra, el más cruel y despiadado de todos ellos.

El trasfondo histórico, o la intrahistoria

Siempre he sostenido que en casi todas las novelas se aprende algo, y me gustan las que sitúan su intrahistoria en la II Guerra Mundial, y el holocausto judío. El ser humano tiene un fuerte sentido de la supervivencia, así que cuando se siente amenazado suele usar todos los medios a su alcance para evitar lo desconocido. Si Hitler fue capaz de encontrar las madrigueras de muchos de ellos es porque evidentemente alguien los delataba y lo más duro de digerir es que sea alguien de tu propia comunidad el que te venda.

Las presiones y el miedo a morir sacan del hombre lo peor de si mismo, así que si para salvar la vida había que delatar a familiares y amigos, había que no tenía ningún reparo en hacerlo, se les llamó los cazadores y tuvieron un papel muy importante en el exterminio que ideó el Führer en su camino a la instauración de la supremacía aria.

La vida de esos cazadores tenía sentido mientras eran útiles, después como iba Hitler a olvidar que ellos mismos eran judíos, muchos desaparecieron y otros fueron juzgados al final de la II Guerra Mundial, pero siempre hay alguno astuto que consigue esfumarse y parece ser el caso de nuestra sombra, alguien a quien todos temen, del que solo conocen su mirada, y su crueldad.

Nos encontramos ante una novela irregular que comienza fuerte, con un intento de suicidio frustrado por una mujer asustada que teme por su vida. Cuando a la mañana siguiente aparece asesinada en su cama Simón, policía de homicidios retirado, decide investigar, salir de la monotonía que se ha convertido su vida. Lo que me sorprende es que la policía teniendo el caso cerrado decida dar crédito y pábulo a las declaraciones de un anciano que suenan inverosímiles.

Personajes:

El principal acierto de esta novela para mí son sus personajes, y la forma en que Katzenbach los dibuja dotándolos de una sicología compleja y gran cantidad de matices. Casi todos los personajes pertenecen a minorías con lo que tienen que luchar contra las desigualdades sociales, Sophie es judía, Walter el jefe de homicidios es afroamericano y Espy Martinez la fiscal es hispana. Todos y cada uno de ellos arrastran un pasado que los ha marcado y ha condicionado su vida.

En el caso de Sophie es una superviviente del Holocausto que se ha negado a hablar con su hijo y su marido de sus vivencias en la Alemania de Hitler, de sus sufrimientos, sin embargo cuando muere su hijo nos hace participe de los miedos de su madre que han condicionado su vida, sin explicaciones, como si de supersticiones se trataran. La fuerza que irradia este personaje es impresionante, consigue meterte el miedo y el desasosiego en el cuerpo, el mismo que ella siente desde el momento en que se cruza con una mirada acerada y entiende que después de tantos años la ha encontrado y esta vez terminará con ella.

Walter es un niño pobre afroamericano, durante toda su vida ayudado por su madre ha luchado por vencer el destino que la sociedad y la vida le tenía reservado, a fuerza de perseverancia y mucho sacrificio, ha logrado salir de la marginalidad, ha encontrado un trabajo que le llena, sin embargo no es capaz de olvidar las penalidades. El mismo a través de monólogos nos hace participe, nos explica como ha llegado a ser Jefe de policía, quizás este momento en que la acción se ralentiza muchisimo es el que menos me ha gustado, porque me ha llegado a sacar fuera de la trama en más de una ocasión, porque me daba la sensación que me metían la historia con calzador, nada tenía que ver con la investigación que estaban llevando a cabo.

Espy es hispana, una mujer atormentada por los remordimientos y la culpa, que no puede olvidar la muerte de su hermano, que convive con unos padres que desde aquel día mueren un poquito más y la tienen vigilada, cada paso que da lo hace para expiar unas culpas que el lector no acaba de entender, al menos yo no lo logré, su historia si no me parece tan forzada si me lo ha parecido esa química que nace entre ambos a pesar de todo tenerlo en contra.

La novela va de menos a más, creciendo la tensión a la par que la investigación avanza y se estrecha el cerco sobre el culpable, la valentía que muestra una de las judías al no querer esconderse más es impresionante después de haber sufrido tanto. Al mismo tiempo recuerdo con verdadero cariño el momento en el que el hijo de la vecina de Simón le dice que su madre nunca ha contado nada de su pasado, sin embargo todas las decisiones y todas las acciones que han regido su vida desde niño han estado influenciadas por esas vivencias que le han marcado para siempre.

Es de agradecer que el autor no se saque ningún as de la manga, que el final sea natural y para nada forzado, puede que la novela no sea del todo redonda, pero es más que digna. Katzenbach no se ha valido de las florituras para crear el ambiente de tensión y miedo de las víctimas, se ha valido de un lenguaje sencillo, ágil en el que ha combinado monólogos y diálogos, con unos personajes bien dibujados, unos más que otros, con una sicología compleja y muchos matices. Narrada en tercera persona por un narrador omnisciente se nos ofrece la trama desde todos los puntos de vista posibles.

Por primera vez siento que gracias a la lectura simultánea he comenzado la casa por los cimientos, porque mi intención era leer El sicoanalista, la que es considerada la mejor obra del autor y posiblemente esta me hubiera parecido poco madura de haberla abordado después de su obra cumbre.

Conclusión:

La sombra es un thriller de manual, con todos los tópicos y arquetipos, a los que John Katzembach ha sabido darle un giro de tuerca, dotándola de unos personajes bien dibujados y con carisma que dan vida a la historia, mantienen la tensión y el suspense, y la hacen diferente a todos los clichés que podamos haber visto hasta el momento.

Es una lectura para abordar en cualquier momento con el telón de fondo del Holocausto judío en el que no se profundiza pero que a mi modo de vez actúa como reclamo lector. A mi, a pesar de tenerme enganchada a su páginas me hizo falta un respiro, leer algo más optimista y desvincularme un poco de los personajes que me traspasaban su miedo, su angustia y desasosiego.

No es su libro más conocido, es anterior a este y seguro que menos maduro, pero merece la pena perderse entre sus líneas.


Retos

12 meses, 12 libros

Eternos pendientes

Cruce de caminos negro y criminal


lunes, 20 de octubre de 2014

La Hermandad. Marcos Chicot

Parece que últimamente tengo predilección por empezar la casa por el tejado, y cuando digo últimamente no me refiero a hace un mes, ni dos, ni siquiera medio año, llevo ya al menos un par de años de caótico fluir de lecturas. Y digo esto porque conocí a Marcos Chicot a través del mail que me mandó para promocionar un libro solidario escrito a varias manos, cuyo objetivo era captar fondos para Asociaciones de Síndrome de Down, con ilustraciones de muchachos aquejados por esta discapacidad. A pesar de no hacer publicidad de novedades, libros... me pareció una iniciativa tan bonita, tan cuidada y hecha con tanto mimo y cariño que me dejé llevar y rompí una de mis normas.

A raíz de aquello intercambiamos correos y Marcos me ofreció El asesinato de Pitágoras, pero por una serie de circunstancias la novela tardó tanto en llegar que me encontraba yo embarcada en otros proyectos, en un trabajo esporádico que  me absorbe muchas horas, en la recuperación de una lesión de rodilla que a día de hoy continua y sigo dedicándole horas a conseguir recuperarla lo máximo posible y en sacar adelante proyectos en la Asociación de Padres del colegio de mi hijo pequeño. 

Con ese panorama mi tiempo para leer se redujo bastante, a la par que el tiempo para escribir y visitar blogs. El asesinato de Pitágoras no es un libro ligero de peso y mis hernias cervicales aconsejaban no sacarlo de casa, y era precisamente donde menos tiempo tenía para dedicarlo a la lectura, el sueño me vencía irremediablemente. Este verano he estado trabajando muchísimo, lejos de mi pueblo y me desplazaba en coche, así que mis dos o tres horas después de comer dedicadas a mi mayor placer desaparecieron, en Julio porque trabajé en horario vespertino, en agosto porque llegaba sobre las cuatro de la tarde y abochornada.

Sin embargo, cuando Marcos me anunció la salida de su nueva novela y me ofreció la posibilidad de reseñarla no me supe, ni quise negarme, acepté encantada y ni siquiera pensé que pudiera ser una continuación de la primera. Cuando llegó a casa todavía no se había puesto a la venta en librerías y me propuse abandonar todo lo que tenía entre manos y dedicarme en exclusiva a La Hermandad. La terminé al día siguiente de su publicación, pero de nuevo el trabajo llamó a mi puerta y no he podido escribir antes mis impresiones.

Os adelanto que Marcos me ha convencido con su prosa, que no haber leído El asesinato de Pitágoras no ha sido un obstáculo para no disfrutar de La Hermandad, quizás la desventaja que le veo es que si no dejo pasar un tiempo hay muchos elementos de suspense que me han sido desvelados y le pueden restar interés a la primera novela del autor. En todo caso al final del libro Marcos ha tenido la gentileza de adelantarnos unos capítulos de su nueva novela Regreso a la muerte que cierra la trama que comienza con El asesinato de Pitágoras, y os puedo asegurar que es tan adictiva como esta que me ocupa, que tiene previsto su lanzamiento si no recuerdo mal  el primer trimestre del 2015, y me gustaría haber leído el génesis de esta digamos trilogía, a pesar de que cada libro es autoconclusivo, no es necesario leer el anterior para que la historia te atrape, y en ningún momento tienes la sensación de que te falten datos, tal es la maestría del autor para ponernos en situación sin dar nada por conocido.

Como podréis intuir la novela me ha proporcionado tardes de verdadero placer lector, en las que la historia antigua, las nuevas tecnologías, el estudio de la mente y el mal en su máxima expresión se han dado la mano, se han combinado a la perfección para dar lugar a una trama absorbente, adictiva, bien estructurada e hilada en la que no queda ningún fleco suelto.

El autor: 

Llama la atención los pocos datos que proporciona la editorial sobre el autor, y esos mismos me web.
propongo compartir con vosotros, si queréis acercaros más a él hacedlo a través de su página

Marcos Chicot nació en Madrid en 1971. Es psicólogo clínico y economista. Ha ganado el Premio de Novela Francisco Umbral, así como el Premio Rotary Internacional de Novela. También ha sido finalista del Premio Max Aub, el Juan Carlos Forner, el Ciudad de Badajoz y el Premio Planeta.

Ha publicado en Duomo El asesinato de Pitágoras (2013), un éxito de ventas en España; traducido a varios idiomas. Esta casado y tiene dos hijos: Lucía (2009) y Daniel.

El autor está muy sensibilizado con las personas discapacitadas, palabra que no me gusta nada, puesto que su hija padece Síndrome de Down, por ese motivo esta muy involucrado en las iniciativas de integración social de este colectivo, en la recogida de fondos para las Asociaciones que luchan por hacer su vida más fácil y placentera. Marcos dona un 10% de los beneficios que obtiene por la venta de sus libros a ONGs de ayuda a personas con discapacidad, de ahí el agradecimiento hacia sus lectores, porque sin ellos no sería posible.

Argumento:

España, siglo XXI: Irina, Daniel y Elena desarrollan proyectos punteros que exploran las capacidades y los límites del cerebro y los ordenadores. Cuando se conocen a través de Mensa, la mayor organización de superdotados del mundo, descubrirán que nada es lo que parece, y que ellos son las piezas decisivas de una guerra que comenzó hace 2500 años.

Cartago, siglo VI a C.: Ariadna, la hija del filósofo Pitágoras, recibe junto a su esposo Akenón un pergamino con una noticia que encarna la peor de sus pesadillas. El terrible mensaje incluye un pentáculo invertido, el símbolo abominable que representa todo lo opuesto a las elevadas enseñanzas de su padre. De inmediato se desata una vertiginosa espiral asesina tras la que se adivina una mente poderosa y despiadada.

En ambas épocas, los protagonistas intentarán descubrir la identidad de su enemigo antes de que acabe con todos ellos... pero se encontraran con respuestas para las que no están preparados.

Una trama impactante. Una hermandad milenaria. Una lucha que determinará el destino de la Humanidad

Mis impresiones:

Siempre me han gustado las novelas de sectas y hermandades secretas, si bien hubo un tiempo en que aparecían como setas y la verdad es que llegaron a aburrirme. Las dejé de lado y sólo de vez en cuando me sumerjo en ellas, suelen estar muy bien seleccionadas y cumplirse mis expectativas.

A Marcos Chicot narrativamente hablando no lo conocía, su novela esperaba en mi estantería, pero cosechó tan buenas criticas que supe que iba a encandilarme... y la verdad es que acerté de lleno, y aunque mi tiempo para leer era mínimo duró poco entre mis manos, una semana, todo un record si tenemos en cuenta que estábamos en fiestas patronales y a penas paraba por casa.

La Hermandad es una novela bien narrada, bien documentada y con unos personajes complejos bien perfilados tanto desde el punto de vista físico como desde el sicológico. Cada uno de ellos es rico en matices, están sometidos a presiones extremas y sus reacciones son tremendamente humanas, hasta el punto de poder empatizar con ellos fácilmente.

Tanto el Cartago antiguo donde Ariadna y Akenón viven las peripecias que dan  origen a esta lucha milenaria, como el Madrid actual están descritos con maestría, con todos los datos que el lector necesita conocer para situarse y sin paja que le despiste. Ambas historias se van alternando en la novela sin que ninguna de ellas reste intriga, ni importancia a la otra, el destino de los cartagineses de adopción va parejo al de Elena y Daniel nuestros protagonistas en el siglo XXI.

Reconozco que mi conocimiento de la historia de Cartago es nulo, ni siquiera recuerdo leves brochazos con lo que esta novela ha hecho mis delicias, me ha lanzado a investigar más sobre el periodo, la forma de organizarse tanto social, como política, y economicamente, y cuando una historia me lanza a estas practicas es que me ha ganado desde la primera página.

Nos encontramos ante un thriller trepidante made in Spain, en la que la acción comienza ya en las primeras páginas y va in crescendo, el autor consigue mantener la atención del lector recurriendo a giros en la argumentación que casi siempre nos pillan de sorpresa y también con otro recurso que últimamente va tomando adeptos y que si no recuerdo mal se llama Cliffhanger, y que consiste en cortar la narración en el punto álgido, en este caso si se encontraba en Cartago la acción se traslada a Madrid o viceversa, de esa manera se consigue mantener la tensión en el lector hasta que la trama vuelve donde se ha cortado.

Marcos Chicot tiene un estilo correcto, ágil, en el que combina a la perfección ficción y realidad, no huye de las descripciones pero tampoco abusa de ellas, el lector se sume en una vorágine que va pasando páginas sin que sea capaz de cerrar el libro salvo por fuerza mayor. Si la historia del pasado atrapa la del presente a veces aterra. La sociedad que retrata Marcos es la que nosotros vivimos, la sociedad de la globalización, en la que funcionamos a golpe de tecnología y es precisamente esta la que nos hace vulnerables, la que nos expone a miradas indiscretas, la que por un uso inadecuado nos deja a merced de mentes perversas, y privilegiadas.

Hay momentos en los que he pensado que simplemente se trataba de una ficción, que no podía darse en la realidad, después mi mente a volado a los hackers, personas capaces de entrar en nuestro ordenador por más cortafuegos que coloquemos, por más entendidos de la materia que seamos, y no es mi caso. El autor ha logrado ponerme los pelos de punta y de erizarme el vello ante las posibilidades que plantea.

Soy una apasionada de la psicología, nada es más fascinante que la mente humana, desde tiempos remotos se fantasea con la posibilidad de descifrar el funcionamiento del cerebro y potenciar el saber, el conocimiento... Hay muchas formas de potenciarlo y sin embargo ninguna de ella cien por cien efectiva. El estudio de Elena me ha fascinado, el proyecto de Daniel me ha aterrado por la posibilidad de que pueda ser usado para fines poco éticos.

Sin duda alguna Marcos ha tocado mi fibra sensible ha combinado dos temas de máxima actualidad, al tiempo que para mi al menos de máximo interés, si ya la novela ha conseguido inquietarme su carta a los lectores en la que nos explica el proceso de elaboración del libro, que hay de ficción y realidad en él, llega a abrumar, y solo espero que no desencadene una sicosis, aunque no está de más tomar precauciones.

La hermandad tiene un final tan impactante como abierto, un final dramático digno de cualquier película que se precie, en el que no se sabe muy bien quien ha ganado la batalla si el mal o el  bien, si la lucha que los protagonistas mantienen consigo mismos los va a destruir o va conseguir salvarlos. Sin duda el autor está preparando el terreno para su próxima novela en la que continua la lucha contra el mal que se desveló en el Asesinato de Pitágoras, en la que Elena y Daniel tienen un papel importante y seguro que otros personajes entran en acción, por ello nos ofrece los primeros capítulos de Regreso a la muerte... y a mi me ha apetecido continuar leyendo, pero habrá que esperar hasta primeros de 2015 para tener ese placer.

Conclusión:

Si me habéis seguido hasta aquí sabréis que os recomiendo encarecidamente su lectura, si habéis leído El asesinato de Pitágoras no os podéis perder esta, si no lo habéis leído y lo tenéis en la estantería o tenéis previsto leerlo hacedlo siguiendo el orden establecido, no hagáis como yo que creo que gran parte de la tensión e intriga de la primera novela me la he cargado con la lectura de esta.

Cómo ya os he dicho las novelas de este autor son autoconclusivas, por lo que si quieres pasar de leer su primera novela no te sentirás en ningún momento perdido, y si hace tiempo que la has leído no necesitas refrescarla el autor te va guiando, no da nada por conocido, incluye flashback constantemente que nos situan en El asesinato de Pitágoras.

Si te apetece sumergirte en una historia de hermandades secretas que luchan por erradicar el mal que pretende conquistar el mundo para postrarlo a sus pies no te puedes perder La Hermandad, con sus carismáticos personajes y la inclusión del conocimiento de la mente y las tecnologías propias de nuestro globalizado mundo seguro que te atrapa, te seduce, te pone los pelos como escarpias y las páginas vuelan en tus manos. Es un thriller tan adictivo como trepidante, bien documentado y narrado.

¿Se le puede pedir algo más? Yo creo que no.

PD: Aunque ya lo he  mencionado en el apartado del autor creo que merece la pena mencionarlo de nuevo, el autor dona un  10% de lo que obtiene de la venta de sus libros a ONGs de ayuda para personas con discapacidad, creo que es una razón a tener en cuenta a la hora de optar por comprar sus libros.

Retos:

25 españoles
cruce de caminos negra y criminal




lunes, 6 de octubre de 2014

Un millón de gotas. Víctor del Árbol

Este  ha sido un año de descubrimientos, de autores que han dejado de engrosar la lista de pendientes, no siempre basta con tener el libro o las ganas suficientes de encarar una lectura, a veces se ha de dar la coyuntura que te de ese empujón. Lógicamente no me refiero a esta novela que  salió hace relativamente poco al mercado, si no al autor, desde hacía años quería leer La tristeza del samurai, todo en ella me intrigaba, sin embargo nunca encontraba el momento de difrutarla, como os comenté en la reseña que hice de la novela la ocasión se pintó calva de la mano de una lectura simultánea que organizó Laky.

Como muchos sabréis no tengo twitter, a pesar de todo decidí agarrarme a esa tabla para sacar de mi lista de pendientes una novela que me hacía ojitos desde hacía tiempo. Fue entonces cuando descubrí a un autor que me sorprendió por la fuerza de su prosa, fue capaz de mover todas mis fibras sensibles, de ocasionarme dolor a través de la narración, un escritor que sabía remover los sentimientos, que me hacía reflexionar, y supe que no sería lo último que leería de él.

De hecho busqué Respirar por la herida, pero en mi biblioteca no tenían la edición de Alrevés y la letra del libro de bolsillo es demasiado pequeña y por prescripción médica debo alejarme de ella, pero se que llegarán tiempos mejores y al final me haré con un ejemplar de la novela. Mientras, salió al mercado Un millón de gotas y decidí que tenía que ser mía, no quería que me hicieran los dientes largos con las opiniones, no quería leerla cuando el boom la colocara en un pedestal y luego le exigiera tanto que terminara defraudándome. 

Sin embargo, con tanta lectura por casa y con el verano tan complicado que he tenido, ha pasado unos meses en la estantería hasta que he podido dedicarle el tiempo que yo quería, que necesitaba... Leí este verano una entrevista en la que Víctor decía que se valía del género negro, pero que no pensaba que sus novelas fueran únicamente eso, que el pretendía arañar el alma del lector, herir sus sentimientos, provocarlos. Después de terminar Un millón de gotas, puedo decir que ha logrado arañarme el corazón y el alma, hacerlos jirones que ondearan al viento, que me ha desarmado por completo.

En ocasiones la lectura dolía tanto, los pasajes que narraba eran tan duros que necesitaba un balón de oxigeno, una novela optimista, blanca, que me permitiera respirar, que me quitara el pesar del alma, que me permitiera leer sin pensar, por simple placer y entretenimiento. En otros ha servido para engrosar mis conocimientos históricos porque la trama transcurre en dos tiempos, los años 30 y 50 en Rusia y principios del siglo XXI, durante este tiempo conocemos la dictadura de Stalin, sus planes quinquenales, sus confinamientos en gulags, de la mano de Elías, también los campos de Argeles donde estuvieron muchos republicanos españoles que huían de la Península tras el avance de las tropas nacionales, pasando por el frente Ruso en la II Guerra Mundial, y no menos importantes las luchas intestinas en España antes y después de la Guerra Civil, el autor no nos ahorra algunos detalles de gran dureza, nos ofrece textos que nos harán reflexionar, porque cualquier persona sometida a grandes presiones puede sacar lo peor de si misma.

Durante la lectura de esta novela la frase que más veces me vino a la cabeza es El hombre es un lobo para el hombre, y es que el rencor y el odio de dos de los personajes no solo les destruye a ellos, si no a todos los que están a su alrededor, y alcanza a generaciones que nada conocen, que ningún mal han hecho, devorando a su paso a las personas más cercanas a ellos.

Sin duda una gran novela, que conjuga perfectamente pasado y presente, historia mundial y como no española, amor y odio, generosidad y egoísmo, dureza y un rayo de optimismo. Una historia que te hará sentir, pensar y pasar páginas porque hay momentos en que necesitas conocer y otros en los que necesitas respirar, y esa sensación la he tenido con muy pocos libros.

El autor:

Víctor del Árbol (Barcelona 1968) exseminarista, mosso d'esquadra i escritor, estudió historia antes de trabajar para el cuerpo de Mossos d'esquadra de la Generalitat de Catalunya.

Inició su andadura literaria siendo muy niño, leyendo en la biblioteca del barrio barcelonés de Guineueta, donde pasaba todas las tardes acompañado de sus cinco hermanos, hasta que su madre les recogía al salir de trabajar.

Dice el mismo autor "Decidí que quería ser escritor cuando gané un concurso de redacción con catorce años en el seminario y me regalaron el libro "Réquiem por un campesino español", de Ramón J.Sender". Cuatro años más tarde abandonó su vida de seminarista porque se enamoró.


En 1992 ingresó en el cuerpo de los mossos, del que ha sido miembro hasta 2012, "porque yo siempre quise formar parte de la realidad y, entrar en la policía en aquella época me servía para ayudar a la gente desde dentro y, además, formaba parte de un proyecto democrático y con una identidad muy romántica"

Colaboró dos años como locutor y colaborador en el programa radiofónico de realidad social «Catalunya sense barreres» (Radio Estel, ONCE). Como escritor fue finalista del Premio Fernando Lara en 2008 con El abismo de los sueños (no publicada) y ganó el Premio Tiflos de Novela en 2006 con El peso de los muertos. En 2011 publicó La tristeza del samurai (Editorial Alrevés), que ha sido un éxito nacional e internacional. Traducida a una decena de idiomas y best seller en Francia, cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios. Entre ellos, Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la prestigiosa publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de Lyon, le Prix Quercy Noir y el Premio Tormo Negro.

En 2013 publicó Respirar por la herida (editorial Alrevés), finalista den el Festival Internacional de Cine Negro de Beaune 2014 a la mejor novela Extranjera. Un millón de gotas (Destino) es su última novela.

Argumento:


Gonzalo Gil es un abogado metido en una vida que le resulta ajena, en una carrera malograda que trata de esquivar la constante manipulación de su omnipresente suegro, un personaje poderoso de sombra muy alargada. Pero algo va a sacudir esa monotonía.

 Tras años sin saber de ella, Gonzalo recibe la noticia de que su hermana Laura se ha suicidado en dramáticas circunstancias. Su muerte obliga a Gonzalo  a tensar hasta límites insospechados el frágil hilo que  sostiene el equilibrio de su vida como padre y esposo. Al involucrarse decididamente en la investigación de los pasos que han llevado a su hermana al suicidio, descubrirá que Laura es sospechosa de haber torturado y asesinado a un mafioso ruso que tiempo atrás secuestro y mató a su hijo pequeño.

Pero lo que parece una venganza es solo el principio de un tortuoso camino que va a arrastrar a Gonzalo a espacios inéditos de su propio pasado y del de su familia que tal vez hubiera preferido no afrontar. Tendrá que adentrarse en la fascinante historia de su padre, Elias Gil, el gran heróe de la resistencia contra el fascismo, el joven ingeniero asturiano que viajó a la URSS comprometido con los ideales de la revolución, que fue delatado, detenido y confinado en la pavorosa isla de Názino, y que se convirtió en personaje clave, admirado y temido, de los años más oscuros de nuestro país.

Una gran historia de ideales traicionados, de vidas zarandeadas por un destino implacable, una visceral y profunda historia de amor perdurable y de venganza postergada, un intenso thriller literario que recorre sin dar respiro la historia europea.


Mis impresiones:


Comentaba al principio que este es un libro que pone el corazón en un puño, que revela las miserias humanas, la capacidad de amar del ser humano y las de odiar, el tremendo instinto de supervivencia de la raza humana, los limites a los que puede llegar, la línea tan fina entre la cordura y la locura, entre la bondad y la maldad. Muchos son los temas que esconde esta historia, y todos se podrían resumir en una frase El hombre es un lobo para el hombre, el bienestar de cada uno y su supervivencia esta por encima de los demás.


El hombre un lobo para el hombre.


Han pasado años desde que Hobbes hizo popular esta frase, y puede que en este contexto tenga más significado que en ningún otro. Elías e Igor Stern son dos caras de una misma moneda. El primero la inocencia encarnada en un ingeniero que es convocado a la Unión Soviética para ayudar con sus conocimientos en el proyecto que llevan entre manos. Sin embargo, pronto descubre que nada es tan ideal como se le ha hecho creer, delatado por sus compañeros termina en un gulag siberiano de  gran dureza, Názino. Tras esa experiencia no vuelve a ser el mismo, en ese confinamiento no solo dejó parte de su integridad física, también la moral, sus ideales y terminará perdiendo la dignidad como hombre. Sin duda esa experiencia marcará su vida y por ende la de sus descendientes.

Igor Stern es soviético, un niño pobre que ha crecido en la calle, acostumbrado a sobrevivir a cualquier precio, un malhechor que evita la pena de muerte a cambio de un viaje a Názino, pero en billete de primera clase si se me permite la licencia, mientras que Elías lo hace como prisionero, Stern lo hace como verdugo.

Sus caminos se cruzan en esta experiencia y nacerá una historia de odios y admiración que se prologará en el tiempo, recorrerá la geografía europea, y destruirá a todos los personajes de esta novela. Ambos no son más que lobos, que no dudan en matar, extorsionar, engañar y traicionar para salvar la vida, los negocios o lo que que defiendan en cada momento.

La lucha de ambos dejarán muchos muertos por el camino, la integridad física y la dignidad de ambos hombres, generaran odios y resquemores que salpicarán a seres inocentes, porque el monstruo en que se convierten arrasa y pudre cuanto tocan.

Si tuviera que resaltar algo de esta novela es la complejidad ya no solo de la trama si no la de los personajes, todos y cada uno de ellos tienen luces y sombras que conforman su personalidad y que lejos de justificar sus acciones las humanizan, las dotan de tanta verosimilitud que los convierten en carne y hueso capaces de traspasar el papel. Es difícil poder empatizar con alguno de ellos, son seres heridos, tremendamente crueles en unos momentos y tiernos en otros, sin embargo si que he podido comprenderlos y evitar juzgarlos, porque es muy fácil desde fuera hacer juicios de valor.

Tanto los personajes del pasado como los del presente están perfilados con mucho mimo, sobretodo psicológicamente, el autor solo resalta el aspecto físico cuando es necesario para la narración, y eso es algo que se agradece, Víctor huye de los estereotipos en sus personajes tipo, sin embargo se pueden establecer similitudes entre las dos novelas que he leído, tanto los personajes de La Tristeza del Samurai como los de Un millón de gotas, están atormentados por un aspecto del pasado, están llevados al límite y se han convertido en una caricatura malvada de sí mismos, en ambas estos personajes son amados al límite por otro, justificados y protegidos. Las acciones que cometen no son justificables, sin embargo el autor nos lleva de la mano por los hechos que si bien no los justifican, si los explican. En ambas los errores de los padres los terminan pagando los hijos, y en esta Víctor da un paso más al incluir una generación posterior.

Si hubiera que quedarse con uno solo, sin duda elegiría a Elías Gil, la complejidad de su personalidad es impresionante, los matices de los que los dota el autor se ramifican y bifurcan de tal forma que te da la sensación de que nunca vas a terminar conociéndolo, y eso es lo que sucede, Elías es un misterio incluso para su mujer, sus reacciones sorprenden, sus explosiones son temidas, sin embargo es capaz de despertar amor en su hijo de cinco años que solo ve la parte positiva de su padre.

Ese hijo no es otro que Gonzalo Gil, el protagonista de la historia presente, un hombre anodino y gris, que lucha contra gigantes con pies de barro, anulado por su suegro que extiende sobre él su sombra alargada y poderosa, ninguneado por su mujer acostumbrada a una vida de lujos que el no es capaz de costear, ignorado por su hijo mayor que cada vez se aleja más de él, y reverenciado por su hija pequeña que ve en él a un héroe. Sin embargo Gonzalo es el prototipo del antihéroe, un perdedor que un buen día despierta, decide afrontar un caso que le viene grande y pone en peligro la integridad de su familia, y la suya propia al revolver un pasado que desconocía o había decidido olvidar. Ese viaje lo hará madurar, y despertar, romper lazos y mirar a su familia como lo que realmente es, algo ajeno a él.

Entre los personajes femeninos he admirado a Esperanza, para ser sincera al principio no la entendía, como había podido plegarse de esa manera a Elías como podía seguir guardando así su memoria con todo lo que sabía, sin embargo después entendí a esa muchacha que se enamoró de un  despojo de hombre, que lo siguió a España, que pasó miserias y calamidades como refugiada y que amo al héroe de Názino, al que murió en la helada estepa Siberiana devorado por las culpas.

Sin embargo Lola la mujer de Gonzalo me ha dejado fría, muy fría, no he sabido empatizar con ella, tampoco comprenderla, no he entendido los sacrificios que le imponía a su marido a costa de una materialidad que ella parecía no disfrutar tampoco, la complejidad de Lola no he sabido disfrutarla, quizás porque las personas como ella no suelen entrar en mis círculos sociales.

No son los únicos personajes y para ser sincera no debería obviar a Anna Ajmatova, otra superviviente que en su interior alberga tanto odio que nos sorprenderá en cada línea, en cada pasaje que protagonice. Pero creo que merece la pena descubrirlos a medida que se avanza en la lectura, ir pasito a pasito, para disfrutar de la red que va tejiendo Víctor entorno al lector, y una vez te atrapa no puedes apartarte de la trama hasta que esta no concluye.

Otra de las virtudes del autor es la capacidad de desarrollar dos hilos conductores de gran interés, llevarlos de forma paralela y que ambos mantengan la misma expectación. Es comprensible que en algunas ocasiones pueda atraernos más la historia de Gonzalo y en otras la de Elías, pero una no eclipsa a la otra y a pesar de ir desarrollándose en forma de zig zag a medida que Gonzalo se adentra en la investigación del suicidio de su hermana, al final todos los hilos quedan cerrados, todas las preguntas encuentran su respuesta, y como la maquinaria de una gran reloj suizo todas las piezas encajan a la perfección, creando una historia redonda, mucho más madura que La tristeza del samurai, más redonda, a pesar del sabor agridulce que nos deja el final.

Y es que uno piensa que Dios aprieta pero no ahoga, sin embargo no es este el caso, el autor no da respiro a los personajes en ningún momento, los somete a todo tipo de presiones, y cuando piensas que ya toca un descanso, que por fin verán un rayito de luz, nos asesta de nuevo golpes, nos mantiene en vilo hasta la última línea. Sin duda un escritor a tener en cuenta, paso a paso ha sabido encontrar su lugar en el panorama literario, desde las pequeñas editoriales a una grande, con historias siempre profundas, con un gran conocimiento de mente humana que plasma en sus personajes, dotadas de una gran humanidad, porque solo el ser humano es capaz de ser tan imperfecto y destilar tanta maldad como la que se respira en esta historia.

La mafia Rusa:

He reconocido en varias ocasiones, que esta novela me ha hecho sufrir, cuando uno se adentra en las barbaridades cometidas en la guerra relatadas de una forma tan vivida, es imposible que los sentimientos no afloren, sin embargo el presente tampoco se queda cojo, y las acciones de la mafia rusa, la pederastia, el asesinato del hijo de Laura, la maldad de las venganzas, también han contribuido con su granito de arena.

Ser madre me ha hecho sufrir en el alma cada vejación infligida a Siaka, nunca he podido entender esas mentes enfermas que sienten deseo por el cuerpo de un niño, que no tienen ningún reparo en destrozarles la vida. Si ello además te lo adornan como una practica habitual aunque no se detalle no he podido evitar que por mi mente desfilaran las informaciones que suelen darse en los telediarios, las miles de páginas pornográficas que pululan por la red.

Las secuelas que arrastran estos niños en su madurez, pude comprender a Laura y esa lucha contra un gigante que terminó devorándola, pude comprender a Siaka y esa determinación para que se llegara al final y pude comprender la lucha de Gonzalo, sus dudas. Sin embargo dejé de entender otras muchas cosas, que darían para un debate, pero que no tienen cabida en esta reseña por no restar intriga a quien no se haya adentrado todavía en esta magnifica novela.

Conclusión:

Un millón de gotas, es la novela más madura de Vector del Árbol, no se si la más ambiciosa porque seguro que tendrá nuevos retos en la recámara, nuevas historias que algún día verán la luz y que seguro que leeré.

De momento prepárate para que sacuda tus sentimientos, para que el alma se te parta en un millón de trozos, para sumergirte en una lección de historia tan cruel como verdadera, para disfrutar de la profundidad de sus personajes, de una trama bien hilada en la que al final encajan todas las piezas, sin flecos y para un ligero regusto agridulce...

Una novela magistral narrada en dos tiempos y que viaja por la geografía europea, que no deja de lado los años más oscuros de la historia de nuestro país ni obvia una realidad actual, las actividades de la mafia rusa, todo ello usando sin duda sus conocimientos como Mosso de esquadrada. El libro destila una gran tarea de documentación expuesta de forma atractiva para el lector.

Sin duda mucho más que una novela negra, o un thriller, una historia en la que los personajes tienen un lugar más importante que la propia trama, que a mi modo de ver esta a su servicio.

Ahora te toca decidir a ti, si te merece la pena adentrarte en esta novela que seguro que no te dejará indiferente y cumplirá todas tus expectativas por altas que sean.


Retos

25 españoles

Eternos pendientes

Cruce de caminos: Negro y criminal

lunes, 18 de agosto de 2014

El principe. Salva Rubio

Me he llevado una grata sorpresa con este libro, he de confesar que no he visto la serie aunque oía hablar de ella a mis compañeras de trabajo, si todas mujeres, sin embargo, no hablaban más que de sus protagonistas masculinos, Fran, Morey, Faruq, siendo este último quien se llevaba más suspiros y alabanzas, hasta el punto de llegar a creer que él era El Príncipe.

Pero nada más lejos de la realidad, El Príncipe es un barrio de Ceuta, uno de esos que podríamos decir que raya la marginalidad, en el que la mayor parte de la población es de origen marroquí, en el que las mezquitas dictan doctrina, en el que hay que luchar día tras día contra la tragedia, la droga y también contra el reclutamiento de los yihadistas.

Dicho así la novela promete, y mucho y he de decir que a  mí no me ha defraudado, a pesar de esos tintes rosas que ya se perciben en la portada, no es una novela romántica, va mucho más allá y sabe equilibrar la balanza entre lo dramático y lo romántico, no es un camino de rosas el que recorren los protagonistas, más bien diría yo que es de espinas... Tienen que luchar contra la diferencia cultural, racial y sobre todo religiosa.

Aunque empiece la casa por el tejado, cosa a la que soy bastante propensa últimamente, os recomiendo su lectura, seguro que alguna de las subtramas os atrapa, a mí personalmente el tema me apasiona, siempre he intentado entender porque una persona es capaz de sacrificar su vida, de inmolarse por algo que a mí me parece tan poco atractivo como las vírgenes del paraíso, ¿será porque soy mujer y heterosexual?

El autor:

Conocí al autor a través de un mail cuando me ofreció su anterior novela, Zingara: buscando a James Morrison, una novela que me sorprendió aunque no reseñé en su día y que posiblemente relea para hacerlo. Cuando se puso en contacto conmigo para ofrecerme El Príncipe, le di un vistazo a los enlaces que me mandó y caí rendida a los pies de la novela, le agradezco de corazón que siguiera pensando en mi blog...

Salva Rubio, Madrid 1978 es guionista, escritor y algunas cosas más. Finalista del premio SGAE Julio Alejandro, ha ganado diversos galardones de guión. El corto Checkout, escrito y codirigido por él, fue preseleccionado a los Premios Goya 2010. Es analista de proyectos cinematográficos y máster de Guión de Cine y Televisión por la UC3M. Actualmente trabaja como guionista en varias películas para diferentes productoras españolas, entre ellas el largometraje de animación Deep. Como guionista de novela gráfica trabaja en varios proyectos para el mercado franco-belga como el titulado El fotógrafo de Mauthausen.  Como novelista ha publicado Zíngara: buscando a Jim Morrison para Suma de Letras y actualmente trabaja en su tercera novela, Perdida en la Movida. A ratos pinta, dibuja y compone.

Le gusta charlar con sus lectores en @RubioSalva. También lo podéis encontrar en su web
www.salvarubio.info

Argumento:


El agente del CNI Javier Morey recibe la misión de infiltrarse como inspector en la comisaria de el barrio ceutí del Príncipe para investigar la posible colaboración de policías corruptos locales con terroristas de la yihad islámica. Allí se verá obligado a enfrentarse a trabajar con el subinspector Fran Peyón, el principal sospechoso, un hombre que reina en la zona con unos métodos poco ortodoxos, protegiendo a delincuentes y tratando de esconder su pasado trágico.

Pero en el Príncipe Morey también encontrara el amor y su destino se unirá al de Fátima, una maestra local que se debatirá entre el respeto a las tradiciones de su familia, su matrimonio concertado, su hermano Faruq y la entrega a un amor prohibido que le ofrece la posibilidad de ser libre.

El Príncipe es la novela de la exitosa serie de Telecinco protagonizada por José Coronado, Alex González, Hiba Abouk y Ruben Cortada avalada por una audiencia de 5.200.000 espectadores.
El Príncipe no solo existe en la ficción. Es una barriada de la periferia de Ceuta, uno de los lugares más peligrosos de Europa donde conviven cristianos y musulmanes

Mis impresiones:


Cada uno tiene sus manías lectoras y a mí me gusta saber que impulsó al autor a escribir una novela, de donde nace la idea, lo que yo llamo las bambalinas de una historia, y en este caso la respuesta me vino en el prólogo, de mano del guionista de la serie Aitor Gabilondo, si buena es la trama, las dudas que a él le asaltaron, los malabarismos que tuvo que hacer para desarrollar el tema y no meterse en aguas pantanosas que pudieran herir susceptibilidades, no lo es menos, así que os recomiendo no saltároslo, deporte muy común entre los lectores, al menos con los clásicos es un hito.

Hasta que no leí este libro no conocía el barrio ceutí del Principe, no tan distinto a muchos otros que podemos encontrar en cualquier  ciudad española, o quizás si porque la convivencia entre dos culturas, dos religiones es quizás precaria y se sostiene en equilibrio en un fino alambre. Esta misma realidad es la que fascinó al guionista, y quizás también a Salva Rubio, al que se le encomendó que escribiera esta novela una vez el guión estuvo terminado.

Nos pide Aitor Gabilondo que olvidemos a los actores que están detrás de la serie, que cerremos los ojos y que seamos capaces de imaginarlos, tal y como él lo hizo, reconozco que no fui capaz, yo no he visto la serie y no me debería haber resultado complicado, sin embargo, la portada de la novela ya nos desvela los rostros de dos de los protagonistas, de Morey y de Fátima y la contraportada de los otros dos, Fran y Faruq. Y en el interior del libro encontraremos fotografías a todo color de los actores, así que sin querer les puse la cara de la serie, y  me pude imaginar a aquellos que por ser secundarios no se fotografiaron.

Nos encontramos ante una novela difícil de clasificar, donde hay tensión, corrupción policial, terrorismo islámico, crímenes y un romance con todas las dificultades que se puedan encontrar una mujer musulmana que debe respeto a su padre y a su hermano y un hombre no sé si puede calificar de cristiano, pero desde luego no musulmán, el dilema moral con el que se encuentra la mujer es tremendo, las convenciones sociales y las tradiciones contra las que tiene que luchar él no le van a la zaga y en medio de tanto dolor, esas notas de color rosa proporcionan un balón de oxigeno para rebajar el drama que se vive en el barrio, en la comisaria, y en la vida de la mayoría de los protagonistas, porque todos ellos tienen cicatrices profundas que no cierran, fantasmas ocultos dentro del armario que en algún momento afloran, algunas veces incluso noquean al lector.

Los personajes:

El trabajo que ha hecho el autor es encomiable, porque los ha dotado de vida, de sentimientos de una sicología distinta y rica en matices, tanto a los principales como a los secundarios, no es complicado imaginarlos, empatizar con ellos o todo lo contrario, el autor termina por conseguir lo que se propone. Si hubiera que quedarse con uno solo, ese sin duda alguna sería Fran, creo que es el personaje con más matices, reconozco que al principio le cogí manía, me parecía más chulo que un ocho y lo juzgué por las apariencias, y consiguieron engañarme y Fran salió mal parado de mi juicio.

Pero no me gustaría quedarme con uno solo ni tampoco ceñirme a los cuatro que se consideran principales, así que intentaré ser breve, concisa, pero haré una lista un poco más extensa en la que van a abundar los personajes masculinos, porque femenino con fuerza solo he encontrado uno digno de destacar.

Comenzaré por el que a mí me ha llamado más la atención:

Fran Peyon: subinspector de policía de la comisaría del Príncipe, un hombre que conoce su trabajo, que está bajo sospecha de corrupción, un hombre que daría la vida por sus subordinados y hace todo lo posible por no verlos en peligro, pero tampoco le tiembla la mano cuando tiene que pasar esa fina línea que separa lo legal de lo ilegal. Es un personaje que va de menos a más, que coge importancia conforme avanza la trama, y nos descubre un alma atormentada, y una moral si no intachable, bastante honesta, a pesar de los métodos poco ortodoxos de los que hace gala.

Javier Morey: Agente del CNI infiltrado en la comisaría del Príncipe, con un doble objetivo desenmascarar la corrupción policial y descubrir al jefe de una célula yihadista que está reclutando jóvenes en el barrio, lo que no contaba Javier era  encontrar a la mujer de su vida, que esta fuera musulmana, la hermana de uno de los capos del barrio. Poco a poco lo veremos transformarse, desmoronarse sus convicciones, estar dispuesto a abandonarlo todo por amor y vivir como un fugitivo.

Faruq: El jefe de una de las bandas que se disputan el control del narcotráfico del barrio, la tranquilidad  en este depende de las rencillas de las dos bandas rivales. Faruq es además el hermano de Fátima, y está en el punto de mira de la policía. Es un hombre atractivo, de unos penetrantes ojos verdes, conocedor de su atractivo, la cabeza visible de su familia ante la debilidad y la enfermedad de su padre, en una casa en la que predominan las mujeres Faruq impone su ley y una mezcla de respeto y temor.

Quilez: Compañero de Fran, su mano derecha, un hombre que esconde en su armario muchos fantasmas y secretos, quizás mi descubrimiento, porque lo veía como un pelele, como un hombre sin nada de carisma, ni de personalidad.

Khaled: El prometido de Fátima, todo un partido, un hombre de mundo, en apariencia moderno, sin embargo esconde un as en la manga que puede sorprender a propios y a extraños, un personaje a descubrir y quizás de todos el que está dibujado con menos precisión, el más difuminado.

Fátima: Una mujer moderna, trabaja para dar un futuro a los niños marginados como educadora, el ansia por encontrar a su hermano, Abdú le lleva a colaborar con la policía a pesar de que su familia no lo ve con buenos ojos. No contaba con enamorarse de Javier Morey y libra una dura batalla entre el deber,  el honor de su familia y su felicidad. De todos los personajes es el que más sufre, el que más contradicciones tiene que superar, el que más arriesga. Una mujer de armas tomar...


Hay muchos más personajes que han llamado mi atención, pero casi todos esconden ases en la manga y tengo miedo de decir algo inapropiado, haceros sospechar y quitarle emoción y tensión a la lectura, mejor ir descubriéndolos poco a poco, eso si no se si la serie se ha acabado o tiene otra temporada, si es así no se si deberíais encarar la lectura puesto que se resuelve la desaparición de Abdú y le resta intriga a la serie.

Nos encontramos ante una lectura fresca, ligera, con una prosa sencilla, en la que abundan los diálogos, en la que están marcados todos los cambios de de escenario, narrada en presente y en tercera persona, por un narrador omnisciente que controla todos los ángulos. Una novela que va de menos a más, en la que la tensión va creciendo, a la par que la intriga y el suspense. Se nota que el autor es guionista profesional porque nos encontramos ante un libro muy visual, que desfila ante los ojos del lector, no podemos decir que sea un page turner, pero engancha, una vez la comienzas no la puedes dejar, necesitas saber que va a pasar con Fran, con Javier y Fátima, donde está realmente Abdú, que esconde el jóven, que hay detrás de Khaled, quién es el topo de la comisaría.

Sin duda detrás de la novela y de la serie hay un trabajo arduo de investigación, de documentación, para trazar un perfil de la sociedad y del barrio lo más fidedigno posible, que no levante ampollas entre la comunidad musulmana. No es fácil encarar el tema de los fanatismos, y quizás es más difícil todavía cuando se encara el islámico, con su llamada a la Guerra Santa, lograr un equilibrio era primordial, no demonizar a los musulmanes por el mero hecho de serlo un reto, y lo logran a través de Fátima y de alguna manera también a través de sus padres y del propio Faruq.


No puedo decir que me haya quedado claro porque los jovenes deciden abandonar su familia, renunciar a lo que conoce hasta ese momento, para prepararse  y autoinmolarse en nombre de Alá. Quizás porque quién lo ha escrito tampoco por más que lo haya investigado le ha quedado claro, quizás porque hay que vivirlo en primera persona para entenderlo, tampoco entiendo porque siempre eligen a jóvenes cuyas voluntades son más vulnerables, porque todos aquellos que se dedican a captarlos no tienen el valor para dar su vida por ideales tan altos. Supongo que por más libros que lea sobre el tema, nunca llegaré a comprenderlo, solo doy gracias de no vivir en una sociedad así, porque tengo dos hijos, carne de cañón en un barrio así y no hubiera podido vivir en paz, pensando en que momento podrían desaparecer.

Ya he comentado que es una novela muy  visual, me ha gustado perderme por las calles del Príncipe, por sus acantilados, pasear por sus avenidas, mezclarme con su gente, con sus costumbres, podríamos decir que es un personaje más, uno con una personalidad propia, que a veces se desangra y otras consigue la paz en sus calles y en medio de todos la policía intentando hacer malabarismos para mantener una paz precaria, una lucha de bandas que siempre termina con muertos, en uno o en ambos bandos, la venganza es el pan de cada día, al igual que la corrupción y la lucha por la supremacía.

Conclusión:

El Príncipe me ha sorprendido y me ha gustado a partes iguales, es una novela ligera, que encara un tema complicado y de difícil solución, el radicalismo islámico, para rebajar tensiones un romance en el que nada es fácil y el sufrimiento se impone la más de la veces a la pasión.

Una novela con unos personajes muy bien perfilados, con matices y dobleces que es imposible que no sorprendan al lector, incluso cuando este sea capaz de atar cabos y de imaginar cosas antes de que le sean desveladas. Una historia apta para disfrutar al borde una piscina, a la orilla de la playa, en cualquier lugar con sombra, con la intriga y la tensión bien dosificada hasta el final. Un final que sin duda supone un broche de oro para la novela, y sin embargo es lo suficientemente abierto para que el lector pueda sacar sus propias conclusiones, no creo que pueda haber segunda parte, pero tampoco sería nada descabellado, sin duda da para más la trama, se ha cerrado un capitulo pero sigue sin descabezarse una organización terrorista.

Te recomiendo la novela te atraiga o no el tema islámico, seguro que encuentras algún hilo que te atrapa, incluso si eres una romántica empedernida, y si te asusta el tono pastel, no temas porque el azúcar no te va a subir a niveles desorbitados, además no está metido con calzador y eso se agradece.

Retos:

Cruce de caminos: negro y criminal

25 españoles