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miércoles, 14 de noviembre de 2018

La isla de las últimas voces. Mikel Santiago

Conocí a Mikel Santiago con La última noche en Tremore Beach, y a pesar de no disfrutar con los elementos paranormales me ganó como lectora, de manera que he seguido su obra novela a novela, disfrutando de cada una ellas. Tengo que reconocer que en los dos libros anteriores El mal camino y El extraño verano de Tom Harvey ese componente sobrenatural se había perdido y yo no lo había echado de menos.

Con ello no quiero decir que no haya disfrutado de La isla de las últimas voces, porque como ya dije al hablar de su primera novela integra de forma tan natural lo paranormal que le da un puntito a la narración sin que moleste a los que no gustan del género, como puede ser mi caso. En esta ocasión asistí en Madrid a la presentación en la Fnac junto a otras lectoras de #SoyYincanera y ya la experiencia fue completa y pude comprender algunos puntos que se me escapaban, porque Mikel es tan políticamente incorrecto como algunos de los personajes de su obra, es un placer escucharlo hablar de su libro e intuir lo que esconde celosamente, para luego darte cuenta de que pocas veces das en el clavo, como cuando te enfrentas a una de sus novelas y la cabeza te hierve de tantas hipótesis que te planteas. Si te apetece escuchar lo que dijo Mikel sobre su novela pincha aquí

En la presentación nos obsequiaron con un plano de la isla que he tenido a mi lado mientras leía y consultaba las andanzas de los personajes, y puedo asegurar que ha hecho mucho más satisfactoria la experiencia lectora.

El autor:

Mikel Santiago nació en Portugalete, en 1975. Comenzó escribiendo relatos y novelas cortas, y
publicando sus propios e-books en internet, con lo que consiguió llegar a la lista de best sellers de iTunes, Amazon y Barnes & Noble. Ha vivido en Irlanda y en Amsterdam. Actualmente reside en Bilbao.

Ha publicado las novelas La última noche en Tremore Beach (2014), El mal camino (2015) y El extraño verano de Tom Harvey (2017) en Ediciones B. Todas ellas han escalado hasta los primeros puestos en las listas de best sellers en España y han sido publicadas por una veintena de países. Sus obras han conquistado tanto a los lectores como a la crítica internacional.

Sinopsis:

UNA ISLA PERDIDA EN EL MAR DEL NORTE.

El temporal se cierne sobre Santa Kilda y casi todos han huido en el último ferry. No quedan en la isla más que cincuenta personas, entre ellos Carmen, una mujer española que trabaja en el pequeño hotel local, y un puñado de pescadores. Serán ellos quien encuentren un  misterioso contenedor metálico junto a los acantilados.

UNA EXTRAÑA CAJA TRAÍDA POR LAS OLAS.

A través de unos personajes llenos de matices y secretos, atrapados en el corazón de la tormenta, Mikel Santiago nos plantea la pregunta que sobrevuela cada página de la novela...

¿HASTA DÓNDE ESTARÍAS DISPUESTO A LLEGAR PARA SOBREVIVIR?


Mis impresiones:

Mikel Santiago lo ha vuelto a hacer, me ha tenido dando vueltas a una obsesión, porque al final he empatizado tanto con los habitantes de Santa Kilda que tenía los mismos temores que ellos y las mismas ganas de saber que escondía la caja encontrada en alta mar.

La ambientación de Mikel crea un espacio completamente opresivo, una isla pequeña, con la mitad de sus habitantes porque los otros se han marchado para celebrar la Navidad, y cercados por una tormenta que la hace más inhóspita todavía. Con los pocos habitantes que quedan enfrentados entre sí, unos porque quieren abrir la caja, ya que según las leyes del mar es suya, y otros que abogan por no hacerlo porque tiene un dueño y se pueden meter en problemas, sobrevivir se hace indispensable.

Pero no es solo esa atmósfera desapacible que tan bien describe la que crea tensión, también lo consigue a través de sus personajes, de todo pelaje y condición, todos con  más sombras que luces, con secretos y miedos tan arraigados en su interior que llevados al límite se convierten en una bomba de relojería. Personajes complejos con infinidad de matices, ninguno es bueno ni malo per se y eso iremos descubriéndolo poco a poco, conforme vaya avanzando la trama, conforme la climatología en la isla vaya empeorando, conforme los habitantes se vayan volviendo más hoscos y conforme vayan fallando cosas tan importantes como la electricidad y las comunicaciones.

Y es que Mikel que nos tiene acostumbrados a narraciones en primera persona introduce una novedad en esta novela, narrada a dos voces una lo hará con su propia voz y la otra en tercera persona, con un narrador omnisciente que nos dará una visión más amplia de la trama.

Dave un soldado curtido en  mil batallas, será quién nos cuente en primera persona porque se encuentra en la isla luchando por sobrevivir, será quién tenga también esa vena políticamente incorrecta, el que nos dará destellos de humor que destensaran la opresión en la que nos envuelve Mikel Santiago, pequeños balones de oxigeno que nos harán sonreír, cuanto no reír abiertamente a pesar de las situaciones que narra. Y es que la mente gamberra de Dave y la forma de hablar me recuerda un montón  al autor que pude escuchar en la presentación de la Fnac.

Carmen una española que lleva unos meses en la isla ha decidido quedarse porque no le apetece volver a Madrid a enfrentarse a sus recuerdos, a través de ella y en tercera persona viviremos los acontecimientos desde otro angulo distinto, con ella nos moriremos de miedo, resurgiremos de nuestras cenizas, sacaremos fuerzas de flaqueza y nos envalentonaremos. Será por momentos nuestra heroína, nuestro faro, pero también la veremos flaquear.

Junto a estos personajes principales tenemos otros secundarios de lujo, completamente necesarios para que la historia sea redonda y por ello los rudos pescadores encabezados por McGrady, Ngar y Zack Lusk, que repelen cada vez que salen a escena, es complicadísimo empatizar con ellos. O los agoreros litúrgicos encabezados por Theresa a la que se le ha ido la cabeza y nos da ese punto de locura religioso y apocalíptico. O los aliados de Carmen, Didi, Amelia, Bram y Charlie, a los que iremos descubriendo poco a poco.

Y junto a estos personajes dos más la isla de Santa Kilda que con su orografía y el temporal que la azota se convertirá en una cárcel para los habitantes que se han quedado a pesar de todo y la caja, ese objeto de discordia que parece afectar de una forma distinta a cada habitante de la isla y ninguno parece poder sustraerse a su poder.

Mikel Santiago nos somete a un ritmo endiablado, con una acción frenética, en todo momento están sucediendo cosas en una isla tan pequeña, a ello contribuyen los capítulos cortos, unos más que otros, al principio se alternan los narrados en primera persona y los narrados en tercera, conforme avanza la historia dividida a su vez en partes, esa alternancia ya no es tan perfecta, y tampoco son ellos los protagonistas absolutos, otros habitantes de la isla les toman el relevo. Desde el principio hasta el final consigue pegarnos el libro a las manos, que no lo podamos soltar en ningún momento, que todo quede atado y bien atado a pesar que en algún momento temes que se saque un as de la manga y te la juegue con un falso final.

Y ahora vamos a ese elemento al que yo le temo tanto y que Mikel integra a la perfección en la narración para que seduzca a los apasionados del género y no moleste a los que abominan de él, los fenómenos paranormales, presentes en todo momento de la novela, introducidos con tal naturalidad que pasan incluso desapercibidos, al menos a mi que no gusto de ellos no me han molestado en absoluto, incluso puedo decir que los he disfrutado, y cuando lo leas entenderás porque, ya que son una parte fundamental para entender porque actúan los personajes de la forma que lo hacen.

Con esta novela queda patente que Mikel Santiago se ha hecho un sitio entre los autores de Thriller que no tiene nada que envidiarle a ningún autor laureado, que novela a novela se afianza como un autor a tener en cuenta, y después de casi haber devorado su novela, porque para el poco tiempo del que dispongo me ha durado un suspiro, queda una larga espera, al menos de un año antes de poder disfrutar de nuevo de su narrativa, y quizás este sea el único pero que le pueda poner a una novela, que si bien no es redonda del todo, poco le falta.

Conclusión:

Si te apasionan los Trillers con este vas a disfrutar como un enano, ágil, incluso frenético en ocasiones, la isla de Santa Kilda se convertirá en tu prisión, te envolverá en su ambiente opresivo, te quitará el aliento y querrás seguir un capitulo más, y a la que te habrás dado cuenta te habrá robado la noche, eso si eres capaz de leerlo a esas horas sin que las pesadillas pueblen tu descanso.

Mikel Santiago ha creado una trama absorbente que se pega a las manos del lector y al mismo tiempo vuela y que seguro disfrutarás de sus personajes y de la historia que cuentan.

Y hasta ahí te puedo contar, porque considero que a las novelas de este autor hay que acercarse habiendo leído lo mínimo para que disfrutar descubriendo a la par que los personajes que está sucediendo en sus vidas y descubrir que cualquier persona sometida a presión y temiendo por su vida es capaz de transformarse y luchar.


Por si no he sido lo suficientemente convincente os dejo el booktrailer de esta  novela que me parece muy acertado



lunes, 12 de octubre de 2015

El mal camino. Mikel Santiago

Hace escasos minutos leyendo un post de Mientras Leo sobre los libros del verano, he estado reflexionando cual fue el libro que vi el verano pasado y que acabé leyendo meses más tarde, y fue La última noche en Tremore Beach de Mikel Santiago. En aquel momento, como hoy mismo tenía tanto acumulado que no me plantee comprarlo, pero en el mes de diciembre cuando me lo crucé en la biblioteca no pude resistirme a llevarlo a casa. Seguro que os preguntaréis si habían cambiado las condiciones, y os contestaré que no, pero me apetecía tanto que desoí a ese Pepito Grillo que es mi conciencia en ocasiones.

Tuve la suerte de compartir la lectura en twitter con Manuela del blog Entre mis libros yo, y la verdad es que lo pasamos genial, una a la otra nos picábamos y el libro voló en mis manos. Así que cuando me enteré que Mikel Santigo iba a publicar un nuevo libro, supe que no iba a esperar que pasaran los meses. Lo que no esperaba es que me ofrecieran una edición no venal, ya os podéis imaginar no solo mi cara de sorpresa, si no también mi felicidad absoluta.

El libro llegó antes de su publicación y me embarqué en una lectura simultánea en twitter, que no recuerdo en estos momentos quien convocó. Pero por problemas personales no pude avanzar ninguna lectura en junio, tres libros empecé y dos los terminé en julio. Y es que los que os pasáis por el blog, por facebook o por twitter sabéis que la salud de mi padre es un tanto precaria y entra muchas veces en el hospital.

Mikel Santiago me ha vuelto a sorprender con este libro, en el que se duda de todos y de todo, en el que las hipótesis se construyen como castillos en el aire y caen con la misma facilidad. En el que no sabes cual es el límite entre la locura y la cordura, en la que hay momentos en que empatizas con Bert de una forma demencial y otros en los que se produce una desconexión brutal. ¿Que es verdad y que es mentira? Sólo lo descubrirás adentrandote en sus páginas.

El autor:

Mikel Santiago nació en un pueblo marinero de Vizcaya en 1975. El piano de su hermana, que siempre resonaba por la casa, despertó en él un apetito muy temprano por la música. De sus primeras lecturas recuerda las obras de Sherlock Holmes, Los Cinco y Edgar Alan Poe.

Ha vivido en Irlanda, de donde sacó las ideas para escribir esta novela, y actualmente reside en Ámsterdam, donde trabaja en el mundo del software. Cuando no está entre ordenadores, se dedica a escribir y a tocar la guitarra con su banda de blues-rock.

La última noche en Tremore Beach, su debut literario, se ha convertido en un fenómeno antes de su publicación y ha hecho que se le compare con maestros como Stephen King, Jöel Dicker o John Connolly. Y se publicará durante este año y 2016 en quince países entre los que figuran Francia, Japón, Argentina, Brasil, Grecia y Estados Unido donde compartirá editoral con su admirado Stephen King.


Argumento:

En una carretera rural del sur de Francia, un hombre surge de la oscuridad y desencadena una serie de extraños acontecimientos, convirtiendo en pesadilla las vidas del escritor Bert Amandale y su amigo Chucks Basil, una estrella del rock en horas bajas.

Santiago se sirve de un escenario idílico e inquietante, en el corazón de la Provenza, para atraparnos en una historia que se lee compulsivamente y en la que late, de fondo, el destino de unos personajes marcados por sus errores.

Mis impresiones:

En mi opinión nos encontramos ante una novela más madura, con una trama bien pensada, un ritmo frenético y unos personajes bien dibujados aunque desde la perspectiva del protagonista y narrador. Mikel Santiago con esta novela se ha consagrado, se ha hecho un hueco en la novela de intriga, en el thriller sicológico. Juega con el lector, lo hace participe de la trama, le hace plantearse si Amandale es una persona emocionalmente equilibrada, o llevada al extremo su mente ha saltado por los aires. Desde el principio tantas son las hipótesis que he construido, que he perdido la cuenta de ellas. Mi mente era un hervidero que no descansaba ni mientras leía, ni cuando el tiempo me faltaba y no podía acercarme a ella que os aseguro que han sido días y semanas enteras.

El éxito de esta novela se asienta sobre dos pilares, uno sus personajes, con apenas unas pinceladas Mikel es capaz de meternos en la piel de personas que arrastran muchos errores del pasado, personas que siempre han escogido el mal camino y que sin embargo piensan que están a tiempo de redimirse, y por ello buscan una segunda oportunidad lejos de su país, y de su entorno. Y ahí es donde entra el segundo pilar, el lugar que escogen para reedificar su vida la Provenza francesa, un lugar lleno de luz, y color, idílico podríamos decir, con pocas descripciones Mikel es capaz de llevarnos por la soleada Provenza y sus campos en flor y también de sumirnos en la oscuridad de las carreteras mal iluminadas, con curvas que trocan lo idílico en amenazador.

El verdadero protagonista de esta novela es Bert Amandale, un escritor al que las musas parecen haber abandonado y que se refugia en Saint -Remy en busca de un poco de inspiración, y tranquilidad para su familia. Atrás espera haber dejado los problemas de adicción al alcohol y las pastillas, las malas compañias que frecuentaba su hija, y los problemas conyugales con su  mujer. Sin embargo, no contará con un desencadenante que pondrá su vida patas arriba de nuevo, que hará que el pasado resurja con fuerza de nuevo y que traspase la fina línea que separa la locura y la cordura.

A través de su mirada un tanto escéptica y en ocasiones febril, iremos conociendo los hechos y también al resto de personajes, ello hará que a la larga el lector empatice con facilidad con aquellos afines a Bert y sienta antipatía y como una amenaza aquellos por los que el escritor siente rechazo. El personaje al que mejor retrata es Chucks Basil, su amigo de la infancia, casi un hermano, una fuente de problemas para Miriam, la mujer de Bert. Uno de los motivos por los que esta accede a alejarse de Londres, y dejar en stand by su trabajo.

Pero Chucks que también arrastra sus propios errores decide instalarse también en la Provenza, su tiempo parece haber pasado y tiene entre manos un disco que podría relanzar su carrera y situarlo de nuevo en el panorama musical. La relación entre ambos artistas es cordial y al mismo tiempo un poco escasa, siempre se encuentran en casa el músico para evitar roces con Miriam. Y es que Chucks tiene la habilidad de fastidiar todos los acercamientos que esta intenta.

Cuando la vida parecía sonreirles, una aparición en medio de la noche, un atropello, y una fuga a la desesperada cambia la vida de ambos. La de Chucks porque la culpa no le deja vivir, y desde esa noche el miedo se ha instalado en el cuerpo, la de Bert porque quiere creer a su amigo, pero todo apunta a que el roquero ha recaído y sufre uno de esos episodios de manía persecutoria a los que es dado.

A partir de ese momento comienza una carrera desenfrenada en la que el lector acompaña a Amandale en un camino tortuoso y solitario, en el que está a punto de perder a su familia, la cordura y la vida. Las tornas se vuelven y esas mismas dudas que lo asaltaban a él cuando su amigo le contaba la historia, las sufre en  propia carne cuando ni su mujer ni su hija lo creen, y el peligro se cierne sobre ellas.

Nos encontramos ante una historia lineal, que va in crescendo, en la que la angustia y la opresión va creciendo a la par que vamos pasando páginas, sin embargo para ir encajando las piezas en su sitio el autor recurre a flashback, a través de los cuales vamos conociendo de donde viene la animadversión de Miriam hacia Chucks, porque la familia abandona Londres y que pretende reconstruir, porque la relación de los Amandale parece cogida con pinzas, o porque Britney reacciona de forma a veces un tanto desproporcionada al control de sus padres.

Mikel Santiago demuestra una gran habilidad a la hora de dosificar la intriga, hasta el punto de que el lector en ocasiones duda de la cordura de Amandale, incluso cuando la amenaza es confirmada por dos personajes. Ese juego que se trae con el lector a mi me ha convencido, me ha obligado a pensar en la novela y en la suerte de la familia Amandale incluso cuando no tenía tiempo para leer, la obsesión y las hipótesis unas veces descabelladas y otras no tan lejos de la propuesta del autor me han tenido en ascuas durante toda la lectura.

Con un prosa sencilla, fresca, ágil,  un lenguaje directo, y unos diálogos dinámicos, naturales y casi cinematográficos, Mikel Santiago consigue atrapar al lector y llevarlo a un viaje sin retorno, en el que la ironía logra descongestionar los momentos de máxima tensión, con esos toques de humor que alivian el agobio y la opresión que pueden acompañar la lectura de este libro.

Conclusión:

Mikel Santiago auna de nuevo en esta novela sus dos grandes pasiones, la música y la escritura, a la vez que nos muestra una obra mucho más madura, pero asentada sobre los mismos pilares que su opera prima, puliendo los flecos y mejorando la construcción de sus personajes.

El gusto del autor por los lugares remotos es palpable de nuevo, si en la última noche en Tremore Beach la acción transcurría en una recóndita playa irlandesa de difícil acceso, en esta ocasión nos emplaza a un pueblecito de la Provenza francesa con unas carreteras llenas de curvas y peligros y una comunidad capaz de eclipsar el sol y la frescura de tan idílico enclave.

Nos encontramos ante una novela más depurada, ante un estilo propio, y una forma de escribir que atrapa desde de la primera línea, y eso que el uso de la primera persona hay que saberlo manejar con elegancia para no perder perspectiva.

Mikel Santiago con su segunda novela ha dejado claro que es un autor a tener en cuenta, y seguro que ya cuenta con una legión de seguidores que esperan su nueva novela, entre los que me incluyo



PD. Comencé a escribir esta reseña a finales de julio, de ahí las alusiones al post de Silvia, mi poco tiempo dejaron reposar en la carpeta de borradores esta opinión que he rescatado ahora y pulido. Llevo mucho retraso, espero que merezca la pena la espera