miércoles, 31 de octubre de 2018

Los crímenes de Mitford. Jessica Felowes

#SoyYincanera está resultando una experiencia de lo más edificante, me ayuda a acercarme a libros que me hubieran pasado desapercibidos entre la gran cantidad de títulos que se publican cada mes y eso cuando tu tiempo es tan escaso que para leer se lo tienes que robar al sueño, es muy de agradecer. Quizás por esa escasez que menciono este no era el mejor momento para leer lo que yo vengo en llamar una novela costumbrista que se recrea en la ambientación y en la descripción de los personajes, porque le siguen al menos seis entregas más y bien es sabido que la primera de la saga es la más lenta y descriptiva de todas.

Me costó mucho avanzar, meterme en la novela, disfrutar de los paisajes que nos va desgranando Jessica con tanta habilidad que parece que estés allí mismo, sin embargo cuando la parte descriptiva dio paso al desenlace de la trama, la historia voló entre mis dedos, y pude disfrutar mucho más de la lectura, que he reconocido no era el mejor momento para abordarla porque suelo disfrutar y mucho con este tipo de novelas.

Como las novelas hay que valorarlas en su conjunto, os aconsejo que busquéis un buen momento para sumergiros en ella y así la simbiosis con la historia será completa y la disfrutaréis desde la primera línea. Y también que empecéis investigando un poco sobre las hermanas Mitford, yo lo hice al final, cuando al terminar la novela me picó mucho más la curiosidad y encontré un articulo que arroja mucha luz sobre lo que fueron, si te apetece consultarlo pincha aquí, te aseguro que no tiene desperdicio.

La Autora:

Jessica Fellowes es conocida por ser la autora de las cinco novelas oficiales de Downton Abbey, gracias a las cuales se ha consolidado como autora de best seller de The New York Times y del Sundey Times con más de un millón de lectores. Como conferenciante ha asistido a numerosos eventos tanto en Inglaterra como en Estados Unidos; también ha hecho varias apariciones en radio y en televisión. Vive en Londres y en Osfordshire con su familia.

La puedes encontrar en: 

www.jessucafellowes.com

@jessicafellowes


Sinopsis:

Estamos en 1919, y Louisa Cannon sueña con escapar de su vida de pobreza en Londres, y sobre todo, de su peligroso y opresivo tío.

La única salvación para Louisa es una posición dentro de la casa de los Mitford en Asthall Manor, en el campo de Oxfordshire. Allí se convertirá en niñera, acompañante y confidente de las hermanas Mitford, especialmente de Nancy, de dieciséis años, una chica joven y mordaz, fantasiosa e imaginativa.

Sin embargo, una enfermera de nombre Florence Nightingale Shore será asesinada en un tren a plena luz del día, y Louisa y Nancy se encontrarán envueltas en los crímenes de un asesino que hará cualquier cosa para ocultar su secreto.

Mis impresiones:

Jessica Fellowes parte de varios hechos reales y de unos personajes que existieron para crear una novela de ficción histórica, o una un libro de historia ficcionada, para la elección de los términos cada lector es muy libre y puede aplicar el que más le guste. Cierto es que la autora se permite ciertas licencias como bien explica al final del libro.

Ambienta la trama en 1919, un periodo entreguerras, con muchas carencias, mucha pobreza y escasez de hombres, son los años previos a los felices 20 que ya comienzan a vislumbrarse y se sirve de una de las familias aristocráticas más peculiares de la época, los Mitford, con su seis hijas y un sólo varón.
Parece ser que las mujeres Mitford que ya apuntan maneras en esta novela fueron toda una institución en la época, rebeldes, lenguaraces y transgresoras.


Y la tercera pata para crear la trama es otro hecho real, el asesinato de Florence Nightingale Shore en un tren a plena luz del día, un caso nunca resuelto, y que nos tendrá en vilo durante toda la narración, porque es una de las licencias que se toma la autora y que le da ritmo al último cuarto de novela.

En este libro la Mitford que tiene más protagonismo es Nancy, una jovencita de dieciséis años, caprichosa, decidida, manipuladora, mordaz, fantasiosa, ya se vislumbra en ella a la escritora famosa que llegó a ser, sin embargo, no se puede decir que sea la protagonista sino un personaje secundario de lujo muy necesario para la trama. Porque a mi entender la protagonista de esta novela es Louisa Cannon.

Y ello me va a dar pie para hablar de los personajes, podríamos decir que nos encontramos ante una novela coral, con muchos personajes y todos dibujados de forma bastante completa, y aquellos que quedan más difuminados es porque son meramente accesorios y posiblemente no vayan a tener cabida en próximas entregas. Como podréis comprender no voy a hablar de todos y cada uno de ellos, pero sí de los que me parecen más importantes

Louisa Cannon: es una joven humilde, huérfana de padre e hija de una lavandera, su vida se convierte en un infierno tras la muerte del cabeza del familia y la llegada a casa de su tío Stephen, un hombre sin escrúpulos que no duda en utilizarla para cometer pequeños delitos. Cuando las cosas pintan feas para Louisa, esta busca la forma de alejarse de él y su salvación será el empleo de niñera en Asthall Manor. A pesar de ser consciente de su posición en más de una ocasión no medirá bien las consecuencias de algunos de sus actos o alguna de sus palabras. Louisa es uno de los personajes que  más evoluciona en la historia y a la que más cariño se le llega a coger.

Nancy Mitford: La primera de seis hermanas, con las que tiene rivalidades, una rebelde que pone en más de un aprieto a la pobre Louisa a la que convierte en confidente y en carabina para sus propósitos tengan o no el beneplácito de sus padres. Nancy se nos va a presentar como una joven de su tiempo a pesar de que la nobleza por aquellos años estaba en decadencia y el dinero no fluía a raudales. Se muestra caprichosa, testaruda y tremendamente inteligente, audaz, perspicaz, unas cualidades que no le abandonarían al madurar.

Stephen Cannon: Posiblemente el personaje más odioso de este libro y eso que apenas tiene protagonismo, pero es como una sombra alargada que acecha en todo momento a Louisa y que condiciona su forma de actuar. Jugador y bebedor, utiliza a su sobrina para pagar las deudas de juego, lo que empezó siendo perqueños hurtos, se convirtió en algo que Louisa no podía consentir y huir se convirtió en la única vía posible para no terminar vendiendo su cuerpo cada vez que su tio incurriera en una deuda.

Guy Sullivan: policía ferroviario, un joven con problemas en la vista que le impidieron ir a la guerra y que se minusvalora a sí mismo por ese motivo. Cuando asesinan a Florence Shore en el tren ve en la resolución del caso una forma de ascenso, un trampolín para llegar a la Policía Metropolitana. Su camino se cruza por casualidad con el de Louisa Cannon y queda prendado de la joven a la que ayuda económicamente cuando se zafa de su tío y no tiene forma de pagar el billete de tren para acudir a la entrevista de trabajo.  El Guy apocado se va despertando y tomando la iniciativa conforme avanza la investigación y va a tener como aliadas a Louisa y a Nancy.

Roland Lucknor: Un soldado que compartió batallón con Lord Redesdale, el padre de Nancy, la presencia de este personaje es muy significativa e importante para la resolución de la trama y también para el planteamiento. Por casualidad conoce a Nancy, le hace creer que tiene algún interés en ella, cuando quien en realidad le interesa es su padre. No llega a ser un personaje del todo limpio, oculta muchos secretos, sin embargo, al final la autora lo redime.

Florence Shore: es una enfermera de guerra, que al licenciarse decide jubilarse y vivir con sus ahorros en una casita en la playa, sin embargo, nunca llegará a cumplir su sueños porque su vida se trunca en el tren que la llevaba a visitar a una amiga. Florence se nos presenta por aquellos que la recuerdan como una buena profesional, vocacional, muy volcada en su trabajo, una mujer que gracias a una herencia no necesitaba ponerse en peligro. La conoceremos por lo que los demás cuentan de ella y también por las cartas que escribió estando en el hospital de campaña.

No son todos los que son, pero si los que yo quiero y puedo resaltar sin destripar nada y sin condicionar la lectura de aquel que decida acercarse al libro al leer esta reseña.

Si los personajes están trazados de forma concienzuda y con mimo por la autora, no lo es menos la ambientación. Y es que a través de esta historia somos conscientes de las diferencias sociales y económicas de la clase trabajadora y la nobleza, a pesar de que la escasez afectaba a todos, siempre han habido clases y estatus. Y en esta novela son muy palpables tanto en la casa de Asthall Manor como en Londres donde vive Louisa antes de encontrar trabajo de niñera.

Jessica Fellowes retrata muy bien la sociedad de la época, el encorsetamiento de las clases pudientes, su relación con los sirvientes, el empobrecimiento que también les afectaba y que intentaban tapar a toda costa. La autora retrata de forma minuciosa el día a día en la casa de los Mitford, la relación que tenían con sus hijos y con los criados. El cariño que le tenían los niños a sus niñeras superior al que podían sentir por sus padres con los que ni siquiera compartían mesa todos los días.

Los bailes de sociedad recién terminada la guerra, la importancia de encontrar marido cuando la población masculina estaba diezmada por el conflicto bélico y muchos arrastraban problemas físicos o psíquicos. La pobreza de la clase trabajadora que luchaba por sobrevivir día día, y que buscaba prosperar.

Nos encontramos ante una novela de misterio  en la que lo importante es el crimen y la investigación para su resolución en la que se verán enredadas por distintos motivos Nancy y Louisa. Se trata de una historia de corte clásico, más pausada que las actuales, pero más ágil que las de antaño,  en la que una pista lleva a otra y en la que durante largos periodos de tiempo incluso se estanca. Puede ser una investigación al estilo de las novelas de Agatha Christie, en la que la sucesión de pistas lleva hasta el asesino y no siempre resulta ser quien habíamos pensado en un principio.

Conclusión:

Jessica Fellowes nos presenta una trama narrada en tercera persona, de forma sencilla, ágil y con multitud de diálogos, una novela de corte costumbrista en la que la resolución de un asesinato involucra a una señorita de la aristocracia, su niñera y un policía ferroviario. Entre los tres compondrán una estampa muy verosímil de la época y harán las delicias de los amantes de las novelas de misterio clásicas.

lunes, 22 de octubre de 2018

Tres mil noches con Marga. Pedro Ramos

He tardado más en volver de lo que esperaba, una vez terminadas las oposiciones había pospuesto tantas cosas, había parado de tal forma mi vida, que no era capaz de volver a poner en marcha toda la maquinaria, ni la lectora ni de la de mi día a día. Si a ello le juntamos que en el trabajo estamos bajo mínimos y que arrastro un cansancio que no es ni medio normal, el blog ocupaba el último escalafón de mis prioridades, sobre todo porque me notaba tan oxidada que me veía incapaz de plasmar mis impresiones en un post medio decente.

Tampoco es que haya leído demasiado, me cuesta mucho encontrar un rato para perderme entre las páginas de una lectura y dejarme enredar en la historia, en pocas palabras disfrutar de ellas, y cuando me pasa eso prefiero darme un tiempo porque si no temo no ser justa con las opiniones que vierta, por aquello de no eres tú, si no yo.

Algún día tenía que volver y #SoyYincanera me ha puesto las pilas, y aquí vengo a hablar de una novela en la que me costó entrar, cogerle el ritmo, entender a la protagonista y me fue ganando página a página, línea a línea, grieta en la coraza de Marga tras grieta. Una novela con una mujer muy potente a través de la cual Pedro Ramos nos sumerge en los años más convulsos de la historia de España, años de miedos y de luchas, que él sabe explicarnos de una forma magistral a través del devenir de una familia los Durán-Garcia.

El autor:

Pedro Ramos nació en Madrid en 1973, es escritor y profesor de escritura creativa, miembro de la European Association of Creative Writting Programmes, ha colaborado con los talleres Clara Obligado y Fuentaja en Madrid y dirigió la escuela Polisemias en A Coruña. Es autor de las novelas El coleccionista de besos (Edebé, 2018) La playa de los cristales (Edebé, 2017), Todo es mentira (Trifolium, 2014), Masculino singular (Edaf, 2006) y del libro de poemas Enelpaisdelosmeritos (Noroeste, 2010). También ha escrito guiones, una serie para smartphones y una obra de teatro, además de haber codirigido un documental y realizado varios espectáculos multidisciplinares. Actualmente reside en Málaga.


Sinopsis:

Marga es una joven bióloga gallega, brillante en su profesión, que hace seis años, que trabaja como investigadora en Alaska. Desde entonces nunca ha vuelto a Galicia para visitar a su familia, y el vinculo con sus orígenes se reduce a las pocas llamadas telefónicas con su madre.

Pero en su última conversación recibirá la noticia de la enfermedad de su padre y, a pesar del miedo a enfrentarse a los fantasmas de su pasado, decidirá regresar de inmediato. El reencuentro familiar abrirá inevitablemente heridas mal curadas, y  Marga se debatirá entre contar aquello que la hizo alejarse de todos sin dar más explicaciones o mantenerlo en secreto, y seguir viviendo en un extraño equilibrio entre el sentimiento de culpa y la responsabilidad de amparar a los suyos.

Una novela cautivadora que nos sumergirá en la vida de Marga, sus veranos de juventud y el primer amor, y reconstruirá con la complicidad del lector los años en que una familia tuvo que bregar con el cambio de mentalidad de un país que paso de la transición a la democracia.

Mis impresiones:

Tres mil noches con Marga es una novela que te cautiva línea a línea, conforme vas conociendo a esa mujer asocial que parece que solo vive para trabajar, que lucha por superarse, que quiere hacerlo todo por si misma, como si tuviera que demostrarse algo a diario. Es difícil empatizar con la M. del primer capitulo, que no se toma ni un respiro en vísperas de Navidad y no hay que ser ningún lince para saber que esconde algún trauma o algún secreto.

El frío de Alaska combina a la perfección con la frialdad de su carácter, o por lo menos con el que nos muestra al principio. El único vinculo que sigue manteniendo con su familia es a través de su madre, pero incluso ese mínimo contacto parece molestarle. Todo te lleva a preguntarte una y otra vez que le ha podido pasar a esa mujer para mantener las distancias incluso por teléfono. Hasta que una de esas llamadas telefónicas rompe su paz interior, su equilibrio emocional, su padre está muy enfermo y su madre le pide que vaya a pasar las navidades con ellos.

M. decide emprender el viaje sola, necesita cerrar heridas, explicar porque se fue y porque está manteniendo las distancias, necesita soltar todo lo que lleva dentro, pero teme que con sus revelaciones la familia se rompa, causar más dolor que tranquilidad pueda proporcionarle.

Y aquí en ese viaje emocional que comienza M. y en la estructura del libro el autor consigue atraparnos, porque vamos a conocer a esa mujer hecha así misma en tres periodos de su vida, cuando es una adolescente de 15 años en 1986, cuando se doctora en Madrid y vuelve al pueblo de sus padres para preparar la boda de su hermano Carlos en 1997 y la Navidad de 2005 cuando vuelve a casa de nuevo para ajustar cuentas con su pasado y poder cerrar una etapa dolorosa.

A través de esta original estructura conoceremos a Margarita una adolescente de 15 años que pasa los veranos en el pueblo de su abuela. Esta parte se ambienta en Galicia, y la elección del lugar no es nada baladí, el autor pretende con ello poner de manifiesto una de las mayores lacras que sufrió nuestro país en los años 80. Y es que Marga tiene una fuerte personalidad, es rebelde, y comienza a coquetear con el alcohol, las drogas y los chicos. El ambiente en casa es fuertemente patriarcal, su padre hace gala de un machismo exacerbado, el único delito de Margarita haber nacido mujer, si hubiera sido un varón hubiera tenido una gran relación con su padre puesto que son dos figuras muy semejantes, separadas por generaciones y nunca mejor dicho por el genero.

Ese verano marcara un punto de inflexión en la familia Durán-García, y en el distanciamiento cada vez mayor de Margarita con su padre. Y es que por algo esos capítulos se llaman Heroína y ahí Pedro Ramos juega con la polisemia de la palabra, por un lado se refiere a la mayor lacra que se vivió en aquellos años, que se llevó por delante a una gran cantidad de jóvenes y destrozó familias enteras, y por otro lado menciona la rebeldía de Margarita.

El carácter de Marga le lleva a estudiar Biología, a trasladarse a Madrid, y a mantenerse a si misma con trabajos en la hostelería, podríamos pensar que por orgullo, pero no es lo único, su padre no está de acuerdo con su elección, ni con que se haya ido tan lejos. Y eso nos lleva a ese segundo periodo, con una Marga recién doctorada hum laude, a la ceremonia solo acude su madre, con la que nunca pierde el contacto, a pesar de que la relación entre ellas no es todo lo estrecha que se podría esperar entre una madre y una hija.

Marga sabe que pasar todo un mes en le pueblo ayudando a preparar la boda de su hermano, no es  una buena idea, pero en ningún momento imaginará cuanto. Se reencuentra con su pasado, con los primos que le quedan, con los amigos de la adolescencia a los que lleva años sin ver y su vida se revuelve por dentro. Los choques con su padre son frecuentes, la relación con sus hermanos al principio es un poco fría, es como si ya se hubieran acostumbrado un poco a estar sin ella.

Pedro Ramos aprovecha esta vuelta de Marga a su pueblo y ese desasosiego y desubicación de la joven doctora para sumergirnos en otro de los episodios más dolorosos de la nuestra historia. ETA está en su punto álgido, por aquellos días se produce la liberación de Ortega Lara, pero también el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, el país entero se paralizó aquellos días para despertar al horror de una ejecución anunciada. Esa aberración marcó un antes un después en la sociedad, nació el espíritu de Ermua, la ciudadanía perdió el miedo a gritar y se rebeló contra el yugo de los terroristas. Este episodio me estremeció, me devolvió toda la rabia que sentí en el momento en que supe de la muerte del concejal, me trasladó al salón de mi casa aquella tarde, expectante ante algo que sonaba a una muerte anunciada y sin embargo hasta el final mantuve una esperanza tan vana como inútil.

Esta nueva visita al pueblo de su padre, marca un nuevo punto de inflexión en Marga, no seré yo quien os cuente que pasó, tendréis que leer el libro, adentraros en la lectura y tirar del hilo, para ir descubriendo poco a poco el secreto de Marga y como este puede hacer explotar la convivencia familiar.

El nuevo revés que sufre sin que su padre sea capaz de atajar el desastre aleja a Marga de nuevo de su familia al día siguiente de la boda de su hermano y sin despedirse de nadie más que de su padre. Acepta una plaza de investigadora en la Universidad de Alaska y allí sin intención de volver nunca vive su vida con las llamadas esporádicas de su madre que le informa de los acontecimientos familiares.

Y ello nos devuelve a la actualidad a una M. que hace las maletas y decide enfrentarse en solitario a su pasado, que pretende cerrar heridas, y que encuentra a su vuelta el rechazo de su hermana menor, y la indiferencia del resto de la familia. Sólo Ana, su madre,  parece feliz con su vuelta. M. no puede evitar sentirse como una intrusa, y se da cuenta de que si desvela su secreto sólo puede causar más dolor. Decide volver cuanto antes a Alaska, sin soltar lastre y sin volver a despedirse de nadie. Como la primera vez su padre es el único testigo de su marcha, quizás intuye que no volverá a verla nunca y decide acompañarla a la estación.

 M. no es capaz de soltar lastre, y hundir más a su familia, pero si que deja que su padre entrevea parte de su secreto, y si vosotros queréis descubrirlo tendréis que adentraros en las páginas de esta historia, que tan bien refleja el paso de la transición a la Democracia. Un fiel fotograma de los años 80, 90 y primeros años del siglo XXI a través de una mirada serena y de las vivencias de una mujer que cambia de nombre a cada revés que le da la vida, Margarita, Marga, M. tres nombres para un mismo personaje, tan real que se sale del papel, que cobra vida y se queda con el lector mucho tiempo después de haber leído la última línea.

Pedro Ramos logra sin apenas florituras y con una narración no lineal meternos en la vida de Marga y su familia, que podría ser la de muchas otras mujeres en aquella época, una sociedad patriarcal marcada por las decisiones del cabeza de familia. El retrato que de Miguel ofrece el autor no me es desconocido, pero por momentos me ha hecho identificarme de tal forma con Margarita que se que yo también hubiera seguido su camino, aunque algunas de las decisiones que toma no pueda compartirlas.

Conclusión:

No me queda más recomendaros encarecidamente su lectura, seguro que disfrutaréis con con el trasfondo histórico, seguro que comprendáis o no a Marga seréis capaces de empatizar con ella en algún momento. Tres mil noches con Marga es un fiel reflejo de la historia reciente de España contada de forma amena y sin ningún morbo que seguro que disfrutaréis tanto como yo.