sábado, 25 de julio de 2020

Penitencia. Pablo Rivero

¡¡¡De vuelta!!!, o eso creo. 2020 está siendo un año complicado y no solo por el Covid-19, que también, trabajar cara el público con todas las medidas de higiene y protección me está resultando muy complicado, luchar con los cuatro inconscientes que a pesar de decretarse la mascarilla obligatoria en mi comunidad a tuti plen siguen viniendo sin ella es agotador, todos los dias aparece uno o dos, con las excusas más peregrinas que podáis imaginar, es más rápido atenderlos y desinfectar cuando se vayan que aguantar miles de explicaciones que no se tienen por ningún lado y atenderlos después bajo amenaza de reclamación o denuncia, los más valientes, con una cola que crece y crece bajo un sol de justicia. Me siento a veces tan frustrada.

Os comentaba que 2020 esta resultando un año díficil, con muy poco tiempo libre, leo mucho menos que antes y como habréis podido comprobar las reseñas se publican de forma más anarquica que nunca. La culpa de todo ello la tiene el terreno profesional. En 2011empecé un camino que no se si terminará algún día pero que al menos ahora ya está más que encarrilado, poco a poco voy cumpliendo mis objetivos, oposiciones aprobadas, y plaza fija ahora sí donde y como quería, todavía me queda un pequeño pero, pero también se conseguirá. Pero para llegar hasta aquí he empleado muchas horas de estudio hasta septiembre de 2018 y muchas horas de formación online, con la que sigo y ocupa muchas de mis tardes. Trabajar hasta las 15:00 o más, llegar a casa y sobre las 17:00 estar haciendo cursos online no deja mucho tiempo libre, así que cuando me levanto del ordenador lo que menos me apetece es reseñar.

Ese es el motivo por el que el blog a pesar de un confinamiento que yo no he podido hacer ha estado parado desde el mes de abril. Cierto es que no podía concentrarme, trabajaba día sí, día no, el día que lo hacía me caía sobre los hombros todo el peso de la oficina y del miedo a contraer la enfermedad y contagiarsela a los mios. La compra semanal también corría de mi cuenta, y cuando disponía de tiempo libre lo dedicaba a mirar la nada, no podía leer, no podía mirar series, todo mi esfuerzo lo centré en trabajar y formarme.

Hace un par de meses que recuperé la concentración y hoy me propongo de nuevo  reseñar una novela que me ha sorprendido, de la que no esperaba demasiado y que me ha tenido en vilo durante un par de semanas, en las que he recuperado de nuevo el placer de leer y de compartir impresiones. Penitencia es una novela que va de menos a más, podríamos calificarla de adictiva, opresiva y sus constantes giros te llevan de sobresalto en sobresalto durante toda la narración.

Meterse en los zapatos de Jon Marquez no es fácil al principio, quizás porque desde nuestro punto de vista no podemos ni imaginar como el fenomeno fan puede afectar a un rostro conocido, de esa forma se nos representa como un neurótico que un día decide aislarse del mundo en busca de un poco de tranquilidad y esa anhelada búsqueda se vuelve en su contra.

El actor Pablo Rivero es una voz a tener en cuenta dentro del género por la solvencia en la que maneja los tiempos y dosifica la intriga, por esos giros que dejan sin respiración al lector y que le hacen pasar páginas casi sin darse cuenta hasta llegar a un final que esta a la altura de toda la novela.

El autor:

Licenciado en comunicación audiovisual, Pablo Rivero es conocido por interpretar a Toni Alcántara en la serie de TVE Cuéntame como pasó, trabajo que combina con personajes en peliculas como Desde tu ventana a la mía de Paula Ortiz, Proyecto tiempo de Isabel Coixet, No me pidas que te bese porque te besaré de Albert Espinosa o La noche del hermano de Santiago Garcia de Leániz.

En teatro ha participado en montajes como La caida de los dioses, dirigido por Tomaz Pandur, Los hijos se han dormido, dirigido por Daniel Veronense, El sirviente, dirigido por Mireia Gabilondo, las tres en el Teatro Español, o Fausto tambien de Tomaz Pandur, para el CDN, entre otras.

Debutó como novelista con No volveré a tener miedo, un domestic thriller que tuvo una garan acogida entre los lectores y la critica. Penitencia es su segunda novela.

El actor nos adentra en el mundo de la interpretación, y la industria que la rodea, que conoce muy bien, para dar profundidad a una trama de puro género que te envuelve y te dejará con la boca abierta.

Sinopsis:

Jon lleva veinte años interpretando a un asesino en la serie más longeva de la televisión española y, pese a que la fama y el dinero le acompañan, vive tan atormentado por el personaje que representa que decide abandonarlo todo y retirarse a una casa perdida en un bosque aledaño aun pequeño pueblo. Solo tiene que asegurarse de que nadie se entere de que vive ahí y evitar a toda costa que la prensa y los paparazzi lo arruinen todo. No sospecha que librarse de su alter ego será tan fácil. Al poco de instalarse una serie de escabrosos sucesos alterará su tan ansiada tranquilidad y tendrá que luchar porque los secretos que ocultan esos bosques no traigan del vuelta al personaje que tanto teme. Aunque quizá nunca se haya ido.

Entre Bambalinas:

Los que seguis este blog desde hace tiempo sabéis que me gusta saber que inspiró a un autor a escribir una novela, que hay detrás de ella, lo que viene a ser la chispa que prendió esa primera idea que después se convirtió en una novela. Y cuando tengo esa información me gusta compartirla, porque a veces da otro punto de vista a la trama, te hace profundizar en esa lectura entre líneas que tienen todas las novelas, o que yo creo ver en todas las novelas.

El germen de esta novela se encuentra en el problema que Pablo Rivero tuvo con una vecina del bloque de pisos en el que residía, hasta el punto incomodó al autor esta situación que se fue a vivir a una casa en un entorno rural, como su personaje Jon Marquez.

Pero aquí terminan todos los paralelismos entre ambos, aunque tanto Pablo como Jon encarnan a sus personajes durante dos décadas, lo que para Jon es una condena que le obliga a alejarse del mundo que conoce para huir de su personaje y el miedo que le produce, para Pablo ha resultado una bendición que le ha abierto la puerta a proyectos interesantes y le permite elegir los papeles que quiere interpretar.

El conocimiento del actor del mundo de la interpretación nos permite adentrarnos en el trabajo de las  las agencias, los contratos de publicidad en los distintos medios o las campañas pactadas en las redes sociales, al tiempo que le  aportan un plus a una novela que va creciendo en intesidad conforme avanza la trama, que va envolviendo al lector, sorprendiendolo en cada giro.

Mis Impresiones:

Penitencia es una novela bien escrita, estructurada y con la acción y la intriga muy bien dosificadas. Pablo Rivero consigue que la historia vaya de menos a más hasta explotar en un final que nos deja con la boca abierta y muchas preguntas que se quedan sobrevolando en la mente muchos días después de haber cerrado la novela.

Nos encontramos ante una novela de suspense sicologico muy bien llevado, hay momentos en los que el lector, o al menos yo, se mimetiza con el personaje, es capaz de sentir su desazón, esa opresión que no le deja respirar, el miedo se palpa, la tensión es tan espesa que se podría cortar con un cuchillo, y esas sensaciones que algunas veces me obligan a cerrar una novela para poder coger aire, en Penitencia me obligaban a seguir leyendo para acompañar a Jon en ese descenso a los infiernos en que se convierte su anhelado retiro.

Con tan solo tres personajes el autor construye una novela de venganza y odios que para nada se intuye de la lectura de la sinopsis y de la que no voy a revelar nada porque merece la pena descubrirla de a poquitos para no restarle sorpresa a ninguno de los virajes que el autor introduce en una trama que podría parecer sencilla pero que es más complicada de lo que a simple vista parece.

Y eso mismo podría aplicarse a los personajes, ninguno es quien dice ser, ni lo que aparenta, incluso la casa de Jon es un trampantojo que el lector descubrirá en la medida que avance la historia. Al principio de la novela nos basta conocer a Jon y que es lo que le induce a abandonar la vida de fama y dinero que tiene hasta ese momento en un camino de huida que parece no tener éxito. Quizás porque se basa en que nadie le reconozca y cuando eres el rostro de la serie más vista en televisión durante 20 años eso es un poco complicado, quizás porque huir de una sombra es harto más complicado que hacerlo de una persona o de un hecho.

No siempre he podido comprender a Jon y no siempre he podido habitar sus zapatos, unas veces me era simpático y otras veces me repelía. Me costaba entender la fobia a esa ventana que se abría a su terraza, esa sensación de sentirse observado cuando realmente la casa parecía abandonada desde hacía mucho tiempo, la obsesión por lograr aislarse del mundo dentro del bunker que se construye y cuya fachada no parece presagiar. Un comienzo muy a lo Alfred Hitchcok, para una novela muy visual en la que no he podido evitar ver ciertos planos del celebre cineasta, aunque no se si Pablo Rivero estudió sus celebres planos cinematográficos como yo en la licenciatura.

Aunque el personaje principal es Jon y toda la complejidad de matices que le acompaña, hacia mitad libro más o menos, o un poco más de mitad aparecen dos personajes más que complementan la historia y la llevan hacia su culmen desvelándonos finalmente de que huye realmente Jon, que es lo que quiere dejar atrás y que ya intuimos un poco en el prólogo que cobra sentido conforme cierras la última página con los ojos y la boca abierta por la impresión.

Los dos personajes femeninos que acompañan a Jon son tan ricos en matices como él, personajes creados con maestría, con más sombras que luces, con pecados que expiar, ninguno es lo que aparenta ser. La venganza, el odio y la maldad sobrevuela las páginas de esta novela de la que el lector no saldrá indemne.

Otro acierto del autor es el paraje que elige para la casa de Jon, un bosque casi inaccesible en el que solo se encuentran dos construcciones adosadas, una recien rehabilitada y la otra abandonada, para llegar hasta allí un carretera o pista con muchas curvas y el bosque crea esa atmósfera de desasosiego y opresión que tanto necesita esta historia. Hay instantes en que la casa vecina cobra vida, temes por la cordura del personaje, montas una hipotesis detrás de otra a la par que lo hace Jon, para que el autor te las desmonte giro a giro.

Pablo Rivero se inclina por la tercera persona, por un narrador omnisciene que conoce a los tres personajes, su pasado, su presente, sus miedos y fobias. Utiliza un lenguaje cuidado, a simple vista sencillo, una estructura que como un reloj suizo encaja las piezas con precisión, llevándonos a una lectura rápida, ágil, llena de sobresaltos que nos obliga a no soltar el libro y avanzar en la trama hacia un final inesperado, o no, supongo que eso dependerá del lector, a mi me sorprendió.

Conclusión:

Pablo Rivero es una voz a tener en cuenta dentro del Thriller sicológico que defiende con mucha soltura, incluso me atrevería a decir con maestria, dosificando la intriga, con giros cuando creías que todo había terminado, con personajes muy bien dibujados, perfilados y con ricos matices sicológicos.

Con un tema que sobrevuela durante toda la novela como accesorio el mundillo de la interpretación, el dinero que mueve, las presiones de los agentes, las campañas de publicidad orquestadas en las redes sociales, y en los medios de comunicación, como excusa para desarrollar una trama de venganza, en la que la maldad se esconde en los rostros más angelicales.

Una historia que me gustaría ver en la gran pantalla porque se presta para ello y que seguro que grandes cineastas de nuestro país podrían sacar partido a esa ventana que parece sacada de la mente de Hitchcok.