domingo, 27 de octubre de 2019

No hay luz bajo la nieve. Jordi Llobregat

Conocí a este autor gracias al boca oreja, ese potente promocionador que es algo así como poco ruído y muchas nueces. Me gusta escuchar a las personas cuando hablan de libros, tanto si lo hacen con entusiasmo, como si lo hacen con reservas, y si he leído el libro en cuestión me gusta participar de la tertulia, lo he echado durante mucho tiempo de menos. 

Mi tiempo se reduce exponencialmente en la medida que voy cumpliendo años y creciendo mis hijos, aunque me habían prometido que sería al contrario, supongo que llegará el día en que se cumpla el dicho, pero mientras tanto elegir bien las lecturas es importante para gestionar ese poco tiempo del que dispongo. Cuando personas cuyo criterio para mí es más que válido recomendaban de forma entusiasta El secreto de Vesalio, tardé poco en hacerme con un ejemplar de la novela, y en contribuir yo misma a ese boca oreja que a mí me había ayudado a descubrir a un escritor al que había que seguir la pista.

Jordi se ha hecho de rogar, o más bien su segunda novela, pero todo el tiempo esperado ha valido la pena porque se ha superado con esta nueva historia, que en nada se parece a su antecesora, pero mantiene al lector pegado a sus páginas durante toda la lectura.

Como muchos sabréis participo en el Club de lectura Cosas&Musas de Nules, hace un par de años o tres porque el tiempo vuela, tuvimos la suerte de tener a Jordi a nuestra merced para someterlo al tercer grado, no debió desagradarle la experiencia porque vuelve el próximo 8 de noviembre para que hablemos largo y tendido de No hay luz bajo la nieve.

Pero basta de chachara y nos metemos ya en harina.

El autor:

Jordi Llobregat (Valencia, 1971) soñó con ser escritor a la edad de doce años tras ver la película Le magnifique, con Jean-Paul Belmondo y Jacqueline Bisset. Ha escrito numerosos relatos publicados en varias antologías, es el autor de la novela El secreto de Vesalio (Destino, 2015), traducida a diecinueve idiomas y vendida a más de cuarenta países. Es creador y director de Valencia Negra, festival internacional de género negro, codirector del festival Torrent Histórica y del ciclo de encuentros culturales XATS en la Fundación Bancaja. Escribe la columna cultural Atasco en la mesita de noche en el diario Las Provincias y colabora con varios medios especializados. Pertenece al grupo literario El cuaderno rojo.

Lo podéis encontrar en las redes en:

jordillobregat.com
nohayluzbajolanieve.com
Twitter: @jordillobregat
Instagram: @jordi.llobregat
Facebook: JordiLlobregat.autor

La sinopsis:

En un lugar olvidado, una montaña guarda un antiguo secreto. Cuando el silencio de la nieve no sea suficiente para esconderlo, las muertes ya no se detendrán.

Un hombre desnudo y maniatado, con los párpados cosidos con un alambre, ha sido encontrado sumergido en las aguas heladas de una piscina, durante las obras de la estación de esquí Vall de Beau en el Pirineo: la infraestructura más emblemática de la candidatura hispano-francesa para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno.
La subinspectora de homicidios Álex Serra y el teniente de policía francés Jean Cassel serán los encargados de la investigación. Después de un tiempo apartada del cuerpo por un grave incidente en el que Serra disparó a un compañero, sus superiores la envían a las montañas a investigar el caso. Serra creció en un pequeño pueblo de la zona, al otro lado del valle. Nadie como ella conoce aquel lugar.
Con su regreso, se reencuentra con todo aquello que creía haber dejado atrás: una montaña inmisericorde, un entorno opresivo dominado por los secretos y los recuerdos de un pasado que todavía no ha superado. Ahora, además, un asesino inteligente e implacable la pondrá a prueba.
Este será solo el primero de una serie de crímenes que tienen que ver con una historia oculta durante décadas. Solo quien la conozca podrá resolver el caso y dar con el misterioso criminal.
Mientras tanto, la tormenta de nieve más devastadora de los últimos veinte años está a punto de desencadenarse.
Mis impresiones:

No sabría explicar muy bien a que se debe el éxito de esta novela, o sobre que bases se sustenta este, porque son varias y muy diversas, a la vez que heterogéneas, pero todas ellas unidas componen una historia de la que no saldrás indemne y tardarás en olvidar. Voy a ir desgranando poco a poco los que para mí son los pilares de esta novela, no precisamente en el orden en el que los voy a enumerar, pero como por algún sitio hay que empezar ¿qué tal si lo hacemos por la ambientación?

Si la anterior novela la ambientaba en la Barcelona de finales del s. XIX, en esta ocasión elige un pueblo situado en la Vall Tova, Meranges de tan sólo  noventa y ocho habitantes, situado en valle catalán de la Cerdanya  y colindante con Francia. No es que Jordi se prodigue en descripciones que son más bien escasas, pero con la narración sabe crear ese ambiente de misterio, de quietud de la montaña, si me apuras incluso de opresión, ese silencio que se produce cuando nieva, incluso cuando la nieve es virgen y no se ha compactado, la oscuridad. Y para acabar de aportar ese ambiente incluso claustrofóbico tenemos un elemento sobrenatural que ejerce de nexo de conexión entre las tramas e incluso entre los personajes, que no voy a nombrar porque considero importantísimo descubrirlo a lo largo de la lectura e ir atando cabos.

Otro de esos pilares es la propia estructura de la novela, formada por 88 capítulos cortos, de una gran intensidad y siete partes con unos títulos muy reveladores que vas a tener que descubrir internándote en sus páginas, porque nada es baladí en ella y el autor va dejándonos pistas que si leemos con atención vamos uniendo hasta llegar a un todo que nos deja con la boca abierta y con ganas de más de mucho más. Es una historia para leer atentamente, no la recomiendo para lugares en los que las distracciones abunden para disfrutarla en toda su intensidad

Nos encontramos con una estructura compleja, con distintos planos espacio/temporales, historias sin conexión aparente que nos descolocan en algún momento , una gran diversidad de personajes con ricos matices, incluso los que aparecen poco y para acabar de rematar un diario escrito en primera persona por una niña judía que escapa de los nazis tras perder a toda su familia. El resto de la novela está narrado por un narrador omnisciente que nos va dando una visión general de la historia y nos va a hacer ir un paso por delante de la subinspectora Serra. 

El lector tiene ante sí un rompecabezas, a medida que avanzan las tramas y subtramas si hemos estado atentos a las pistas que va sembrando el autor todo encaja con la precisión de la maquinaria de un reloj suizo, para regocijo de quien va pasando las páginas del libro. Jordi Llobregat no da puntada sin hilo, no saca conejos de la chistera, todo está a la vista y el lector avezado puede disfrutar del juego que le plantea el autor, porque se trata de eso,  de jugar, de componer nuestras propias hipótesis para ver una vez tras otra lo equivocados que estábamos, porque no supe ver hasta el final quién estaba detrás de esa macabra y a la vez inteligente venganza.

Otro pilar es la multitud de temas que desfilan en esta novela en la que se incluyen hechos históricos y mucha ficción, sin olvidar ese elemento sobrenatural. Quienes me conocen saben que lo sobrenatural me desagrada, intento no abordar novelas en las que de antemano sé que tienen ese componente, pero encaja en la narración de forma tan natural que no me ha molestado en absoluto, incluso me hacía esperarlo con ansia.

Los hechos históricos que relata son el paso de los judios por la frontera francesa hacia España para después coger un barco que los llevaría  a Ámerica, un total de  15000 cruzaron los Pirineos pero no todos llegaron a su destino, en esta novela se da una posible explicación que pone los pelo como escarpias. Cuando leo me gusta aprender cosas nuevas, encontrarme como hechos de nuestra historia remota o reciente que desconozca, No hay luz bajo la nieve habla de las antiguas Colonias Textiles, no es la primera vez que me cruzo con este tema este año, pero entre las dos novelas me he hecho una composición bastante exacta  de lo que significaron para el patrón y también para los trabajadores.

Un enclave alejado de las ciudades, en el que vivían y trabajaban, en ese mismo reducido espacio tenían tiendas, iglesia, escuela, dispensario médico,  una casa donde vivir, todo ello supervisado por el patrón que tenía que dar su consentimiento para los matrimonios. Se podía trabajar en la fábrica, o servir en la mansión de los señores, y cada trabajo tenía su estatus, pero también en ocasiones se era la comidilla de la comunidad. Un negocio redondo para el patrón que pagaba el sueldo que estimaba oportuno y al mismo tiempo se aseguraba que parte de lo que ganaban los trabajadores volviera a sus manos.

Un último elemento histórico que desconocía es la línea de búnqueres  P, una barrera defensiva pirenaica que nunca tuvo que utilizarse, pero que en esta novela da mucho juego, introduciendo una línea de misterio más, por cuanto en uno de ellos sucederá algo que marcará a nuestra protagonista, convirtiéndola en un personaje peculiar.

En cuanto a los temas encontramos una investigación policial enrevesada, secretos familiares, traumas infantiles que se siguen arrastrando en la madurez, un gran sentimiento de culpa, una venganza planificada con gran inteligencia, mucha violencia, metaliteratura ya que la Divina Comedia de Dante tiene un peso importante, historias antiguas en forma de diario en primera persona que nos conmueve, una gran historia de amor, desencuentros familiares, traiciones.

Los elementos son múltiples y muy variados, no falta de nada en esta historia, una familia adinerada con mucho que esconder, una antigua colonia textil cuya existencia no consta, una heredera con una enfermedad rara "porfiria eritropoyética", tremendamente inteligente, empática, que ha sabido salir adelante sin apenas salir de las cuatro paredes de su mansión, que se encuentra en estado ruinoso por fuera y en total oscuridad en su interior. Un monasterio, un prior pedófilo, secretos guardados que ponen los pelos como escarpias. Y con tantos elementos esta novela hará las delicias de múltiples lectores porque se adentra en muchos géneros, es un thriller porque los asesinatos se suceden en poco tiempo, gustará también a los amantes de la novela histórica por esos hechos reales que ficciona, es romántica por esa gran historia de amor que esconde.

La Divina comedia y sus siete pecados capitales como eje de una venganza meticulosamente planificada, sembrada de pistas para mantener a la policía despistada, como eje central de la investigación una vieja fotografía, todos los que aparecen en ella serán asesinados uno a uno porque encarnan la envidia, la ira, la lujuria, la soberbia, la gula y la avaricia y la pereza, si no ellos sus descendientes. Si digo que vi venir el final mentiría, Jordi me tuvo engañada toda la novela, el final me cayó como un jarro de agua fría, ojo, no porque no esté a la altura, si no por lo inesperado.

Y me queda abordar una última cuestión, los personajes, múltiples y cada uno de ellos cumple su función, muy bien perfilados, todos y cada uno de ellos necesarios, y a pesar de ello el lector no se pierde en ningún momento. Un acierto el perfil de la subinspectora Serra, una mujer muy preparada, la mejor de su comisaría, pero tremendamente inestable, arrastra un trauma de la infancia, lo que ella cree un abandono familiar, que soporta ataques de pánico, por ese motivo se convierte en una bomba de relojería. Una mujer que sufre visiones en las escenas del crimen, que no puede comentar con nadie porque dudarían de su cordura, aunque ella misma lo hace constantemente.

Comienza la novela suspendida de empleo y sueldo por haber disparado por la espalda a un compañero en medio de un ataque de pánico, pero al conocer la zona de los crímenes por haber pasado allí su infancia se convertirá en la mejor baza para investigarlos. Trabaja mejor en solitario, sin embargo aceptará como compañero a un francés, Jean Cassel, entre ambos se tejerá una especie de relación cordial y confidente. Pero tampoco aquí es oro todo lo que reluce para consternación de una persona con una pétrea coraza  y también para la del lector que ya ve dibujarse la trama un poco más.

Si alguién merecería una mención a parte sería Beatrice Dalmau, un personaje creado con mimo, con gran multitud de matices, una dama a la que la luz del sol perjudica, una mujer inteligente, muy sociable a pesar de los pocos momentos en que puede hacerlo. Aprehender este personaje es un reto para el lector, la iremos conociendo por lo que el narrador omnisciente nos cuenta, por las descripciones que hace el autor, por los diálogos en los que es protagonista y a través de los ojos del médico que la trata desde niña. Me ha subyugado la enfermedad que padece, como la afronta, su sentido del humor, la aparente resignación con la que sobrelleva su enfermedad, porque ya se sabe que con dinero todos es más fácil.

Muchos más son los personajes que aparecen y todos ellos están trabajados con el mismo cuidado, explicando su presente y su pasado porque como ya he dicho no hay puntada sin hilo en esta novela y todo esta pensando para que al final las piezas encajen y creen un puzzle bello, sorprendente que hará las delicias del lector que se adentre en sus páginas.

Sólo espero que Jordi Llobregat ya esté pensando en su próxima novela, que no nos haga esperar cuatro años de nuevo, y si ello sucede nos sorprenda como lo ha hecho en esta ocasión.

Conclusión:

No hay luz bajo la nieve es una novela ambiciosa, con un estructura compleja que en algún momento puede descolocar al lector, con multitud de temas candentes y actuales que quien se adentre en sus páginas podrá descubrir ruborizándose en ocasiones. La envidia, la ira, la lujuria, la soberbia, la gula, la avaricia y la pereza, los siete pecados capitales, como eje de una venganza en que la Divina comedia de Dante tiene gran  importancia. 

Una venganza que ancla sus raíces en el pasado, en una vieja fotografía y en un diario que el lector irá descubriendo poco a poco y atando cabos. El pasado siempre vuelve y si no que se lo digan a la subinspectora Serra a quién volver al pueblo de su infancia no le está haciendo ningún bien.

Solo me queda recomendaros este thriller, porque te guste el género que te guste encontrarás en el elementos suficientes para que te enganche y disfrutes. Y ten paciencia con la estructura de la novela, esta pensada para no dárselo todo mascado al lector, para que juegue con el autor, con los personajes, para que teja y desteja teorías y para que se sorprenda con una final que está a la altura de toda esa obra de ingeniería literaria que el autor ha levantado con este NOVELON, sí en mayúsculas.
¿Y tú lo has leído? ¿Me cuentas que te ha parecido?


domingo, 13 de octubre de 2019

La sospecha de Sofía. Paloma Sanchez Garnica

He de confesar que tras un verano atípico en el que el tiempo ha brillado por su ausencia, en el que acercarme a un libro a veces ha sido una odisea y ya no digo acercarme a un ordenador por ocio, o a mi propio blog, constancia queda sobrada en esta casa que voy levantando día a día conforme voy pudiendo; que me alegra volver, aunque no se con que regularidad, con mis impresiones sobre una novela que me ha removido por dentro, que me ha hecho pensar, reflexionar, aprender y sobre todo ser más tolerante con algunos arquetipos que me causaban rechazo.

Paloma Sánchez-Garnica es una escritora con oficio que afirma que no escribe novela histórica, si no ficción histórica, sin embargo, sabe elegir bien la época en la que ambienta sus novelas, capta la esencia y nos la transmite sin que se note el ingente trabajo de documentación que hay detrás. En esta novela se ha salido de su zona de confort, en las anteriores ha ambientado la mayoría de las veces en la historia más o menos de reciente de España y situado las tramas en Madrid y alrededores. La ciudad donde vive y que tan bien conoce.  Ahora nos traslada a un París convulso en plena lucha de los estudiantes por sus derechos, a través de su pluma somos capaces de vivir mayo del 68 como si estuviéramos a pie de calle, en las barricadas, recibiendo golpes y corriendo delante de los gendarmes. Pero también nos trasladaremos a Berlin, a la extinta RDA, con su régimen comunista que no deja de ser otra dictadura que rompe los sueños y las ansias de volar de la gente, con un muro insalvable y con una servidumbre y mansedumbre que no todos son capaces de soportar.

Posiblemente esta sea la novela más ambiciosa de Paloma Sánchez-Garnica, en la que más se ha salido de su zona de confort, porque al cambio de localizaciones se une también que la novela deja de ser solamente histórica o con tintes históricos para asumir pinceladas de misterio, de intriga y suspense, de la mano de la Stasi y la KGB, con unos giros que sorprenden al lector y  un final a la altura de todo el libro.

No me extraña que vaya ya por la séptima edición, porque realmente lo merece. Por si tenéis una edición anterior a la tercera, la novela tiene una banda sonora que le regaló su hijo, Javier de Jorge, me dio mucha rabia descubrirla al final porque me hubiera gustado  escucharla a la par que avanzaba en la trama. Así que por una vez no está de más empezar por los agradecimientos para tener una experiencia completa.

Y ahora sí, nos metemos en harina que hay mucho de lo que hablar, muchos palos que tocar, pero sin destripar nada, porque hay que descubrir cada cosa a su tiempo.

La autora:

Paloma Sánchez-Garnica nace en Madrid en1962 es licenciada en Derecho y Geografía e Historia. Autora de El gran arcano (2006) y La brisa de Oriente (2009), su novela El alma de las piedras (2010) tuvo un gran éxito entre los lectores. Las tres heridas (2012) y, sobre todo, La sonata del silencio, de la que se hizo una adaptación para una serie en TVE, supusieron su consagración entre la crítica y los lectores como una escritora de gran personalidad literaria. Con Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido, de la que se publicaron cinco ediciones y que se ha traducido para todos los países de habla anglosajona, obtuvo el Premio de Novela Fernando Lara 2016.

Sinopsis:

En una Europa dividida por un muro insalvable, dos hombres y una mujer buscan desesperadamente su destino.

La anodina vida de Sofía y Daniel cambia radicalmente cuando él recibe una carta anónima en la que se le dice que Sagrario, a la que venera, no es su verdadera madre y que si quiere conocer la verdad de su origen debe ir a París esa misma noche. Intrigado, pregunta a su padre por esta cuestión y él le recomienda que lo deje pasar, que no remueva el pasado. Sin embargo, hay preguntas que necesitan una respuesta y esta búsqueda desencadenará una sucesión de terribles acontecimientos y encuentros inesperados de infortunado desenlace que trastocará su vida y la de su mujer, Sofía, para siempre. Madrid, París y su mayo del 68, el muro de Berlín, la Stasi y la KGB, los servicios de contraespionaje en la España tardofranquista y tres personajes en busca de su identidad son las claves de esta fantástica novela con el inconfundible sello de Paloma Sánchez-Garnica.




Mis impresiones:

Hace ya unos tres años si no recuerdo mal porque el tiempo pasa muy deprisa y hay ocasiones en las que no somos conscientes, juraría que fue con motivo de La sonata del silencio,  asistí a una charla literaria que tenía como protagonista a Paloma Sánchez-Garnica, autora que descubrí con Las tres heridas. Armada de una libreta y un bolígrafo me disponía a pasar una tarde memorable y no es que no la pasara, si no que me cautivó tanto con todo lo que contó, que  no fui capaz de tomar ni una sola nota, aunque sus palabras una semana después todavía resonaban en mi cabeza. 

No he dejado de leer ninguna de sus novelas posteriores constatando que la autora tiene un don para plasmar escenas costumbristas, para dar relieve al detalle más nimio y otorgarle una cotidianeidad que abruma, refleja tan bien los usos y costumbres de la época en la que ambienta que el lector se adentra en la trama como si compartiera espacio y tiempo con unos personajes a la vez tan bien perfilados que llegas a sentirlos de carne y hueso.

Unas novelas me han gustado más que otras, unos personajes me han calado más que otros, sin embargo, he de reconocer que con La sospecha de Sofia se ha superado, se ha salido de lo meramente histórico para atreverse con el suspense y la intriga, un elemento que si no se maneja con cuidado puede dar al traste con cualquier novela y que Paloma ha sabido dosificar de forma acertada creando al lector angustia, empatizando con Sofia en unas ocasiones, y en otras con Daniel y la suerte que ambos corren por ir en pos de una verdad que más valdría no haber conocido.

No diría yo que Paloma Sanchez-Garnica se haya atrevido con la novela negra, ni con el thriller como he leído en alguna parte, pero sí que ha introducido una trama de espionaje y contraespionaje con mucho acierto, de forma que el lector siempre va un paso por delante de los propios protagonistas y ello le obliga a leer con avidez, y le provoca una contradicción, necesita que la novela avance para saber que suerte corre cada cual, y al mismo tiempo no quiere que llegue el final.

La novela se desarrolla desde 1968 a 1989 en tres países diferentes, y con realidades totalmente distintas, en el Madrid del tardofranquismo, con una dictadura ya en declive pero que sigue cortando las alas a las mujeres, en París y su famoso mayo del 68, que enfoca con un realismo tal que me vi corriendo por las calles de la ciudad del la luz de la mano de Sofía y Monique, y el Berlin del muro, en el que la Stasi imponía la ley del miedo y las  represalias a cualquiera que pretendiera abandonar la cárcel en la que se había convertido el país. Y si no fuera suficiente con la Stasi, la KGB también solicita colaboración, que es más una obligación que otra cosa.

Si hay una parte que me ha conmocionado, ha sido la ambientada en Berlin, pocas novelas he leído ambientadas en ese periodo del muro y que lo cuente con la crudeza que lo hace Paloma, sueños truncados, familias rotas, jóvenes anulados y obligados a ser como borregos y a agradecer al régimen el tener un trabajo digno, unos estudios, un coche o incluso una vivienda; a pensar en la clave establecida si no se quiere terminar en una prisión, torturado, o con una vida  peor que una cárcel. Betina y Klaus me llegaron al alma, porque el levantamiento del muro les pillo por sorpresa y les trajo muchas desgracias. No he sido capaz de aborrecer a Klaus a pesar de todo lo que ha hecho, quizás como Hanna veía al hombre atormentado por la culpa, un hombre que lo perdió todo por el camino, incluso la dignidad y no quería perder esa porción de libertad que le ofreció la Stasi.

Betina es un personaje tan humano, tan rebelde, tan soñador, tan duro en algunos momentos, una joven con los pies en el suelo y las manos levantadas para tocar el cielo. En un primer momento no me cayó bien, pero luego reflexioné sobre el flashback anterior a 1961 y pude descubrir el producto de toda una serie de maltratos y torturas por un único delito, querer ser libre.

Pero si la historia ambientada en la RDA es la que más me ha conmocionado, la que más me ha hecho reflexionar ha sido la que se desarrolla en París, con unas calles tomadas por los estudiantes y los obreros. Las conversaciones entre Sofia y Monique hicieron mis delicias, me obligaron a cerrar el libro para pensar. Pero no contenta con ello me vi corriendo por las calles de la ciudad, esquivando golpes de los gendarmes, buscando un portal en el que esconderme para que no me llevaran presa. Pasear por las calles de la ciudad de la luz con dos mujeres tan distintas, una con una mente científica y analítica y otra con una mente más abstracta y humanística ha sido un verdadero placer. Yo como Sofía también olvidé el motivo que le había llevado a esa mágica ciudad en la que los disturbios iban en aumento. Monique fue una gran anfitriona capaz de explicar a una foránea y por lo tanto a los lectores la razón de ser de ese mayo del 68.

Y ya por último volvemos a casa, a Madrid, donde el franquismo está dando sus últimos coletazos, donde el contraespionaje tiene un peso importantísimo en ese pretendido neutralismo de Francisco Franco. El papel de la mujer en esa época siempre consigue revolverme el estómago, se que es lo que hay, que la historia no se puede cambiar y que es necesario conocerla para no repetirla. Pero es que las mujeres que Paloma Sanchez-Gárnica propone como protagonistas de sus novelas no son las típicas de la época, y sin embargo, no son luchadoras, se pliegan a los dictados de la época. Sofía es una mujer con estudios, una mente brillante que un día decidió contraer matrimonio sin renunciar a sus sueños, su marido le prometió a ella y a su padre que podría hacer el doctorado y dedicarse a la investigación científica, sin embargo, ese momento nunca llega, las niñas son pequeñas, se ha de ocupar de ellas, de la casa y de él. En realidad teme que ella lo eclipse porque sabe que es mucho más inteligente que él, y ella va acatando los deseos del marido y languideciendo en una vida anodina y con un marido cada vez más distante. Y yo he echado de menos un golpe en la mesa y el reivindicar el derecho a desarrollarse laboralmente e intelectualmente.

Si Sofía es el arquetipo que no hay forma que entienda, la cruz sería su amiga Carmen, así es como yo entiendo que debería haberse comportado Sofía, aunque Carmen es soltera y no se pliega a los dictados de ningún hombre y mantiene ese libertad como un tesoro, a pesar de no tener tanta formación como Sofía. Esa misma forma de actuar o al menos de luchar me hubiera gustado ver en la protagonista de La sonata del silencio, aunque igual eso significaba cambiar la Historia, pero en mujeres de mundo y de ciencia esa sumisión me subleva.

Una carta anónima viene a truncar la vida y la rutina de ese matrimonio, a conectar todas las tramas, y los tres países. En cada uno de ellos nos encontramos un elenco de personajes cuidado, con matices, luces y sombras, y descubrí que, a pesar de estar más avanzado, en Francia la mujer también tenía sus limitaciones, no tan potentes como en España pero tampoco tenía plena libertad.

Hay un personaje que me ha sorprendido por encima de todos los demás, y esa es la madre de Daniel Sandoval, Sagrario, una mujer por la que llegué a tener animadversión, de carácter débil, manejando la vida de su hijo a su antojo, y que en cuanto puede se muestra como todo lo contrario, y eso ya lo intuye Sofia. En la época se requería de una mujer que fuera buena madre y esposa, y ese papel lo juega a la perfección tanto Sagrario como Adela la madre de Sofia, las dos mujeres que le afean que quiera ser algo más en su vida.

Todos los personajes excepto uno son seres castrados, personas anuladas por otras, o por el régimen en el que viven, unos son conscientes de ello y otros no llegan a serlo nunca, o lo son cuando les arrebatan lo que más quieren. Una novela coral, en la que el peso no está en la ambientación, si no en los personajes protagonistas y en los secundarios, angeles y demonios en un mismo cuerpo. La autora los lleva al extremo, los pone en situaciones límite y evolucionan conforme los acontecimientos se van sucediendo, unas veces se condenan y otras se redimen.

Solo un personaje no es un ángel caído, o una persona con los sueños rotos, Romualdo Sandoval, en la cima de su carrera laboral y de la vida social, es el único personaje al que nadie pide explicaciones, es el reflejo del régimen, un colaborador necesario. Tan fuerte es su personalidad que lleva el despacho de abogados con mano de hierro, tiene sometidos a sus trabajadores, a su hijo, a su mujer y a su propia nuera a la que apenas presta atención. El rey de la partida de ajedrez, el único personaje al que la autora no ha redimido ni el lector podrá hacerlo tampoco.

Podría seguir contando las bondades de esta novela, pero vale la pena adentrarse entre sus páginas, dejarse llevar por la trama, conocer a sus personajes, su presente y su pasado, ir un paso por delante de Sofia en esa búsqueda de respuestas, enfadarte con ella y darle la mano cuando lo necesita, y deleitarte con la banda sonora que Javier de Jorge ha compuesto para esta historia, valen la pena cada de una de las seiscientas y pico páginas que se disfrutan, se reflexionan y se quedan durante mucho tiempo en la memoria.

Conclusiones:

Paloma Sánchez-Garnica nos presenta una novela que recorre Europa en busca de una verdad que igual no merecía la pena descubrir y que dinamita la vida de sus personajes. Unos personajes que son el eje de esta historia, el pilar sobre el que se desarrolla esta trama, angeles y demonios en un mismo cuerpo, luces y sombras, porque nadie es bueno y malo en sí mismo si no que las circunstancias que a cada uno le toca vivir y las decisiones que toma les convierten en una u otra cosa.

Con una prosa cuidada, cuasi poética y unos diálogos inteligentes la autora nos lleva a reflexionar sobre temas candentes de la época en la que ambienta, alguno de ellos extrapolables a nuestros días porque todo es cíclico y no todos los temas se resuelven.

Solo me queda recomendaros la que quizás sea la novela más ambiciosa de Paloma por esa trama de espías que introduce y esa intriga que tan bien dosifica, una historia que necesitas que avance y al mismo tiempo te da pena terminar.