viernes, 30 de diciembre de 2016

No nos dejan ser niños. Pere Cervantes

Conocí a Pere Cervantes en Castelló Negre, la verdad es que este año lo he disfrutado como una enana, tenía un acompañante de lujo, que a la vez era uno de los autores invitados, con el que hoy tengo una complicidad enorme, y que entonces que a penas nos conocíamos ya charlábamos por los codos, pero eso es otra historia que espero contaros en breve.

Conocí a muchos más autores y me reencontré con otro al que todavía le debo dos reseñas, creo que también llegarán pronto Julio, pero ya sabes que soy poco constante y que mi tiempo es el que es, aunque como nos hemos visto bastantes veces sabes lo que pienso de tu inspector Monfort y de tus dos novelas.

Siempre he defendido que a un autor hay que empezar a leerlo con su primera novela,  sobre todo si se trata de una serie que comparte personajes, puesto que aunque sean autoconclusivas se pierden matices acerca de su forma de ser que luego nos dejan cojos cuando leemos la siguiente de la serie. Y así se lo hice saber a Pere que en plena promoción de la Mirada de Chapman defendía que se podía empezar directamente por esta sin leer No nos dejan ser niños. En aquel momento no había leído ninguna de las dos, y eso que había tenido esta última en el punto de mira para la Yincana Criminal, pero las reseñas que iba leyendo y mi escaso tiempo me hicieron aparcarla.

Parecía que esta segunda novela estaba revolucionando la blogosfera, incluso lectores a quien no les había acabado de convencer la que hoy reseño se deshacían en elogios sobre la última, así que después de compartir charlas con Pere y de argumentarle que me parecía imprescindible comenzar la casa por los cimientos me hice con un ejemplar de cada una.

Después de leídas las dos me ratifico, para conocer a María Medem y Roberto Rial, para saber que les une y que les separa, hay que leer sí o sí, No nos dejan ser niños, que no deja de ser una novela menos madura que su sucesora pero con unos personajes muy fuertes y atractivos que te harán olvidar los pequeños chirridos que puedas encontrar.

Después de Castelló Negre he coincidido con Pere en el Club de lectura de Nules de Cosas y Musas, hemos podido hablar largo y tendido de sus dos novelas y de los proyectos de futuro, y espero coincidir ya que  vive y trabaja en mi provincia en más actos con él, incluso me gustaría que volviera a pasarse por el club en cuanto publique de nuevo.

Pero en estos momentos nos ocupa No nos dejan ser niños, una novela que no es redonda, a la que se le pueden encontrar peros, pero que está bien tramada y tiene dos personajes muy sólidos con los que nos volveremos a encontrar y espero tenga a bien Pere retomar algún día, porque para mí son una pareja que todavía tiene que dar mucha guerra y puede dar mucho de sí.

El autor:

Pere Cervantes(Barcelona 1971, cuando la vida era en sí una novela negra)

Diagnosticado por quien bien le conoce como un tipo nostálgico, tozudo por vocación y soñador, lleva casi veinticinco años pateando las calles de este país con una placa en el bolsillo, una pistola en la cintura y una mirada en modo grabación que le sirve, de primera mano, para crear sus novelas.

Es lo que se conoce en el argot policial como un miembro de “la pringue”. Afirma que se licenció en la carrera errónea, que en esa época no existía la licenciatura de narrador de historias,  y que su experiencia de tres años en los Balcanes como observador de paz  de la ONU le enseñó que la hostilidad, al margen de etnias y religiones, suele atemperarse con la lectura. Es autor de Trescientos sesenta y seis lunes, La soledad de las ballenas, Tranki pap@s y Rompeolas

Esta es la biografía que ofrece la editorial y me ha gustado tanto y la veo tan como él es que he decido hacerme eco de ella, creo que ya he dejado claro que hablar con Pere es una gozada y que atiende a su público fenomenal.

Sinopsis:

Ciudadela, Menorca. Cuando María Médem se reincorpora a su puesto de agente de la comisaría local tras una baja maternal, aparecen en la isla dos sexagenarias asesinadas. En el domicilio donde se descubren los cuerpos se dan tres coincidencias: un fuerte olor a algo parecido a la hierbabuena, una misma canción de Raphael reproduciéndose una y otra vez en el ordenador y un orden estricto en todas las estancias. El pasado de la protagonista como integrante del grupo de Homicidios de Barcelona es razón suficiente para que le encarguen una investigación que se presenta compleja.

Compatibilizar sus obligaciones de madre con su trabajo, a pesar de las ausencias intermitentes de su marido por exigencias laborales, incluso la turbadora presencia del enigmático Roberto Rial, responsable de la unidad de Homicidios de la central en Madrid, no son ni de lejos la principal preocupación de María. Su verdadero problema tiene nombre y apellido: Amparo García, su suegra.

Dormir varios días al mes con medio lecho vacío, trabajar en una comisaría repleta de tipos insensibles y tener un bebé del que ocuparse, pueden convertir la vida en un infierno. Pero tener que vérselas con una suegra insoportable que incluso podría ser una asesina de ancianas, es algo definitivamente peor.

Una novela negra actual y cercana que desconcierta al lector desde la primera página, obligándolo a modificar constantemente su opinión y empujándolo a continuar leyendo.

Mis impresiones:

Desde el primer momento me atrajo el enclave en el que se ambienta esta novela, si bien es cierto que en los últimos años estamos asistiendo a una localización que huye de las grandes urbes, también lo es que las islas tienen sus peculiaridades que a un foráneo se le pueden escapar, cuando más pequeño es el lugar en que se ambienta más se puede pillar infraganti a un  autor, y creo que es por ello por lo que Pere Cervantes no se mete demasiado a fondo en el carácter de los autóctonos, nos hace pasear por sus calles, nos hace sentir ese viento de tramuntana tan frecuente por esos lares, pero no profundiza demasiado para no caer en errores. También puede deberse a ello que sus protagonistas sean de la Península aunque María resida allí desde hace años.

Si me atrajo la isla, Menorca, no menos lo hizo que su protagonista fuera una mujer, María Medem, agente de policía que en este momento realiza sus funciones en la oficina de denuncias pero que proviene de Homicidios. Lo que me sorprendió y ahí comencé a temblar es que Pere se atreviera a meterse en la piel de una mujer que ha sido madre recientemente y se ve obligada a conciliar la vida laboral y familiar y que la convierta en la narradora de su historia. Quizás porque hombres y mujeres solemos ver la vida de distinta forma, quizás porque los roles de la crianza siguen siendo en su mayor parte femeninos, sobre todo si tu marido pasa varios días al mes en Shangai y el cuidado del bebe recae únicamente en tus manos, se que muchos lectores no se han creído a María, pero yo me he sentido en muchas ocasiones identificada con ella, en ese dilema de elegir entre el cuidado de mi hijo y el ejercicio de mi profesión, también me he sentido mala madre, y también he creído que nunca estaba en el sitio en que debía, y en ese sentido la labor de Pere me ha parecido encomiable.

Incluso podría decir que me sorprendió bastante que Pere diera en el clavo de esa manera, luego cuando charlé con él y supe que tenía un niño de corta edad, intuí que pudiera haberse inspirado si no en su mujer en otras que habían pasado por la misma situación que María, puesto que hay trabajos muy absorbentes y difíciles de sobrellevar cuando se tienen niños de corta edad. Además Medem no pasa por su mejor momento, y eso se nota en sus reacciones, a veces un tanto histéricas, otras desproporcionadas, pero nada ayuda a esta mujer que vive al borde de su propio abismo.

Mientras leía pensaba, mira que Pere los tiene bien puestos, con la de lugares que hay para ambientar una novela, se me pone a matar en un una isla y no precisamente de las más grandes, en un lugar idílico, tranquilo en el que nunca pasa nada, aunque eso mismo pensaba yo de mi provincia y mira por donde también hay quien se ha atrevido a hacerlo. Y es que si bien no tengo el placer de conocer personalmente Menorca, mi hermana lo ha elegido en varias ocasiones mientras los gemelos han sido pequeños, y siempre ha subrayado que es un excelente lugar para viajar con niños por la tranquilidad y seguridad de la isla.

También es verdad que no son crímenes truculentos, no vamos a leer imágenes sangrientas, para lectores asiduos al género puede que se les quede corto, sin embargo, si que inquieta un tanto encontrar a sexagenarias simulando un suicidio, en su casa impoluta y con una canción sonando en bucle en su reproductor. Y esa canción es ni más ni menos que No nos dejan ser niños de Raphael, una canción que no se si los muy fan del cantante conocerían, yo confieso que no, y que después de oírla tampoco la pondría entre las que más me gustan de él.

Tanto la canción como el titulo, que tampoco es lo que más me gusta de esta novela, hacen referencia a las infancias que terminan demasiado pronto, desde muy chicos damos a los niños mensajes contradictorios como ya eres mayor para hacer eso, eso sólo lo hacen los bebés, sin embargo estamos hablando de infancias que terminan bruscamente por algún hecho que hace madurar al niño demasiado deprisa y sin tiempo para serlo, y no sólo es el caso de la asesina de este libro, y no creáis que os descubro nada, desde el principio se sabe que solo ha podido ser una mujer, si no prácticamente de la mayoría de los personajes.

María vive en un mundo de hombres en el que no se siente valorada, viene de investigar homicidios en Barcelona y se encuentra en Menorca atendiendo denuncias, su trabajo no la motiva, su marido está fuera quince días al mes por trabajo, su relación no atraviesa su mejor momento, trabajar y ocuparse de su hijo se le hace cuesta arriba, menos mal que su vecina le echa un cable, sin embargo, tampoco ella pasa por su mejor momento económico y personal, y para rematar todo ello  y sin previo aviso, su suegra llega cargada de maletas dispuesta a quedarse una larga temporada, y si las relaciones nuera suegra nunca son idílicas esta es un polvorín que desequilibrará a María, en el momento en que  todos los indicios apunten a que ella podría estar detrás de las muertes.

Nunca he estado en una comisaria y menos trabajando, pero me he sentido en muchos momentos indignada, y no es que el trato sea muy distinto del que se pueda encontrar en cualquier otro sitio porque compañeros repelentes los puedes encontrar en cualquier lado, pero parece que Medem los colecciona. Y si no fuera poco el polvorín en el que se ha convertido su vida, el pasado llama a su puerta, A la isla llegan refuerzos ante la incapacidad para resolver los crímenes, con toda su fuerza desembarca Roberto Rial, y con él María comienza a redescubrir su feminidad, recupera su verdadero sitio dentro de la policía, pero también sufre los mayores dilemas maternos, porque Rial exige tiempo completo durante la investigación, y María ya tiene suficientes problemas para añadir uno más a su día a día.

Con estos ingredientes nos encontramos una novela en la que hay un poco de todo y en las dosis adecuadas, unos crímenes que para los asiduos al género pueden resultar light, una suegra con todos los clichés que da mucho juego, sexo el justo y necesario, amor y desamor a partes iguales, amistad en estado puro, y machismo controlado. Porque todos y cada uno de los personajes tienen algo que esconder, una parte de su vida que llevan oculta a la vista de sus conocidos.

Al ser la primera de la serie creo conveniente hablar de los personajes, tanto de los que nos van a acompañar de nuevo, como de aquellos que se apearan en esta primera entrega.

María Medem: de ella ya os he dado muchas claves, es la narradora de esta historia, y lo hace con una voz muy íntima, yo fui no solo capaz de meterme en su piel, si no de entenderla completamente, en algunos momentos llegué incluso a sufrir con ella, y eso a pesar de que mi maternidad me queda un poco lejos, y de que yo nunca he compartido con ella profesión.

María es una mujer fuerte, una madre entregada que ve como su vida se desmorona, su matrimonio parece que va diluyéndose con los continuos viajes de su  marido, no es fácil dormir con la cama vacía la mitad del mes, y criar sola a un hijo, pero es que cuando están juntos las cosas entre ellos tampoco marchan. Su principal apoyo es su vecina, madre de un adolescente y con problemas económicos que trata de solucionar como puede, me ha gustado mucho este papel, es un secundario muy necesario en esta historia.

María es un mar de dudas, y tiene la culpabilidad agarrada al corazón como una lapa y para empeorar eso aparece un antiguo jefe, una relación inacabada y el despertar de su interior femenino, menudo baile de hormonas. Y para rematar la faena, aparece la suegra, empieza a sacarla de quicio, se comporta de una forma tan extraña que llega un momento que para María todos los indicios apuntan a ella. La vida en su casa comienza a ser un calvario con un marido egoísta que nunca piensa en ella, una suegra manipuladora, un jefe que exige de ella más y más dedicación y unos sentimientos desbocados y sin frenos, y todo ello logra transmitirlo en primera persona. María pasa por todos los estados que una mujer superada puede pasar y eso quien en alguna ocasión lo haya sufrido lo sabrá ver, porque para mí María es muy creíble.

Roberto Rial: Si María seduce por lo humana y cercana, Roberto por todo lo contrario, es el misterio hecho hombre. Roberto es inaccesible, tiene una parte oscura que ni siquiera María conoce. Un hombre centrado en su trabajo, metódico, exigente hasta decir basta, el tipo de jefe que puede sacar lo mejor de sus empleados, pero también capaz de sacar lo peor.

Es Roberto quien saca a María de la sección de denuncias y la pone a investigar los crímenes, es él quien lucha con sus demonios internos porque rescatar una relación que un día no funcionó o dejó de funcionar le asusta, además ahora María está casada y es madre.

Rial es un personaje con un magnetismo impresionante, atrae, seduce y se mete en la retina del lector, lo vemos tal y como lo ve María y quizás por ello, porque esta desconoce tanto de él el aura de misterio que desprende es tan grande, lo que si puede verse claro es que Rial es una persona con una infancia rota, un hombre herido incapaz de mirar el futuro, porque no ha sido capaz de afrontar el pasado que tanto lo atormenta.

Bruno: El marido de María, un personaje con el que cuesta empatizar, egoísta hasta decir basta, mimado en exceso. Bruno se nos presenta como un lastre para nuestra protagonista, que no es tonta y sabe porque pasa tanto tiempo en el extranjero. Empatizar con él me ha sido imposible, es de esos personajes que no logras entender de ninguna manera, ser hijo único no es motivo suficiente para comportarse de esa forma, para dedicar tan poco tiempo a tu familia y a tu hijo. Bruno busca separar a María de todo aquello que la hace feliz, de su vecina, de su trabajo... me atrevería a decir que es como poco un maltratador sicológico en potencia.

Amparo García: La suegra, un personaje que ha dado muchísimo juego y que ha despertado mis instintos asesinos en más de una ocasión, comprender su actuación en ocasiones me resultaba difícil, conforme avanza la novela vas pensando que el odio que siente hacia Maria por haberse llevado a su único y mimado hijo es irracional, pero como no podía ser de otra forma tampoco todo lo que está a la vista es lo que parece y al final lograremos entenderla e incluso redimirla.

Amparo es todo un personaje, al que veremos hacer la vida imposible a María, la veremos sobre actuar y también sufrir cuando se entera de los crímenes, es quien da una de las pistas fiables en la investigación, no puedo decir que ni siquiera al final haya empatizado con ella, pero reconozco el atractivo del personaje y la potencia que ha sabido imprimirle Pere, y por desgracia relaciones de nueras y suegras tan destructivas haberlas haylas.

No son todos los que son, pero si todos los que yo creo necesario destacar, mención aparte merecería quizás la asesina, pero temo descubrir alguna cosa, ella tiene voz propia, nos explica porque hace las cosas, nos pone de vez en cuando la piel de gallina, me ha gustado esa voz, esa forma de escritura distinta, ese adentrarse en la mente del criminal porque te da pie para ello, pero quizás por ello a los lectores asiduos al género se le ha dado demasiadas pistas y han descubierto su identidad demasiado pronto a pesar de los esfuerzos del autor para que el lector mirara en otra dirección.

Conclusión:

Nos encontramos ante una novela entretenida, no es la mejor del autor, pero si que es un comienzo de serie que gracias al atractivo de la pareja investigadora se deja leer. Seduce el enclave en el que se ambienta la historia, y y los personajes protagonistas y secundarios.

No es redonda, no por supuesto que no lo es y más si eres asidua al género, porque descubres muy pronto quien es la asesina, porque los crímenes son muy ligeros, sin embargo el autor ha sabido dosificar bien la acción y aunque no ha sabido mantener hasta el último momento la identidad del asesino ha dosificado la intriga y ha mezclado los diferentes ingredientes de esta historia con gracia, de manera que en mi opinión se engancha al lector para una próxima entrega

Y al pie de esta última línea una queja, y es que la novela no ha acabado como a mi me hubiera gustado, pero si lo ha hecho con una gran humanidad, y de forma muy propia al carácter de María, es una de las cosas que seguramente más le habrán reprochado a Pere, yo he entendido a Medem hasta en esta última decisión, aunque no por ello le hubiera dado un baño de realidad.

El final es muy abierto, cada cual que ponga el que más le guste, por suerte yo tenía preparada la segunda y pronto pude ponerle el final real, no puedo decir lo mismo cuando terminé la Mirada de Chapman, con un final que te vuelve a dejar con ganas de más, pero sabiendo que de momento no hay una tercera entrega de esta pareja.

Si te apetece conocer a María Medem y a Roberto Rial no puedes perderte esta novela, no es redonda pero es la que te va a permitir conocerlos, y para mí es indispensable.

Os dejo la portada de la edición de Circulo de lectores que me parece muy pero que muy atractiva


lunes, 26 de diciembre de 2016

El método 15/33. Shanon Kirk

Hay portadas que no sabes muy bien porqué te atraen irremisiblemente, como si de un potente imán se tratara, si esa portada va acompañada de frases gancho contundentes que te noquean, el resultado es, verlo es quererlo, y no parar hasta conseguirlo. A mediados de junio Ediciones B empezó la promoción de este libro, y desde el primer momento supe que caería en mis manos, lo que no esperaba es que llegara a mis manos antes de su publicación, y que todos las fuerzas del universo se confabularan para que lo terminara después de la misma y cuando la blogosfera ya andaba bastante inundada de opiniones no unánimes. Eso unido a mi escaso tiempo me hizo posponer mi reseña, reflexionar mis impresiones, porque me había dejado sentimientos muy encontrados y temía ser injusta con la novela.

La novela es original, muy original, puesto que pasa de la posición de una victima algo distinta a lo habitual, que acaba por convertirse en verdugo por su mente prodigiosa y muy retorcida. Nuestra protagonista Lisa es una sociópata no diagnosticada, una mujer fuera de serie con nervios de acero y emociones controladas en exceso, madura para sus dieciséis años y tremendamente manipuladora, una gran conocedora de la mente humana, con un cerebro científico, analítico, que le lleva a no dar puntada sin hilo, a atesorar todo aquello que le pueda ser útil en una hipotética huida, es el verdadero puntal sobre el que se vertebra esta novela.

A pesar de todo lo que he comentado hasta el momento la novela no termina de ser redonda, la campaña de marketing llevada a cabo por la editorial hizo que mis expectativas estuvieran altas, muy altas, rozando las nubes y cuando eso sucede me gusta tener tiempo para bajarlas, para acomodarlas, al disponer de un ejemplar promocional no considere oportuno aplazar su lectura, no se muy bien que esperaba, pero lo que si se es que me encontré con una novela contada años después de que sucedieran los hechos, con prácticamente un único enclave, la habitación en la que estaba recluida la chica, y tal como para ella le debió resultar esa rutina del paso de los días que estuvo secuestrada, a mi me llegó a aburrir tanta repetición, tanta enumeración de recursos, tanta rutina, y aún así la novela se pegó a mis manos y se negó a soltarme hasta que leí la última línea dejándome con más preguntas que respuestas.

La autora:

Shannon Kirk es abogada y profesora de Derecho. Asistió a las Universidades de West Virginia y St
John, se graduó en la facultad de Derecho de Suffolk y ejerció como letrada en Chicago antes de trasladarse a Massachussets. Ha sido nominada en tres ocasiones por la Faulkner Society para la William Faulkner-William Wisdom Creative Writting Competition. Vive en Massachussets con su marido, físico de profesión y su hijo.

El método 15/33 es su primera novela y ha ganado el Premio National Indie Excellence a la mejor novela de suspense de 2015. Se han vendido los derechos de traducción a 19 países y Next Wednesday Productions ha adquirido los derechos cinematográficos.

Sinopsis:

Imaginad a una chica de dieciséis años, embarazada, vulnerable, a quien acaban de arrancar de la tranquilidad de su hogar para arrojarla dentro de una furgoneta destartalada. Raptada...Sola...Aterrorizada.
Ahora, olvidaos de ella.

Imaginad en cambio a una prodigiosa manipuladora de dieciséis años que, desde los primeros instantes de su secuestro, se centra, con tanta serenidad como determinación, en dos cosas: salvar al niño que lleva en su seno y vengarse.

Metódica y calculadora, pone a punto un plan organizado de manera casi científica en el que nada está librado al azar. 
Su férrea voluntad y su ingenio serán sus mejores armas contra la brutalidad de sus raptores, y lo único que le falta por hacer es esperar el momento ideal para lanzar su ataque.

Mis impresiones:

Hace mucho tiempo que escribí las primeras líneas de esta opinión que por falta de tiempo deje en la carpeta de borradores, quería poner en orden mis ideas, y creo que lo he conseguido. A mi la novela no me pareció tan redonda como a otros lectores y no porque no me pareciera original, que eso no se lo puedo negar, si no porque me costó creerme a la protagonista, se que no todo el mundo está preparado para encontrarse a una mujer como Lisa, a mi incluso me aterraría convivir a diario con ella, sin embargo si me encuentro en una situación comprometida me gustaría tenerla a mi lado.

Voy a intentar ser lo menos caótica posible, nos encontramos ante una trama cuyo desenlace creemos que conocemos, al menos en parte así es, pero es que eso no es lo importante en esta historia, por eso la autora no tiene inconveniente en presentarnos a nuestra protagonista muchos años después, ni que sea ella quién narre aquellos días de cautiverio de una forma tan detallada como si lo estuviera viviendo en ese mismo momento. Si el lector piensa que la novela ha perdido su interés no puede estar más equivocado.

Sin embargo, yo lo perdí, pensé que utilizar la primera persona para relatar un cautiverio vivido cuando se es una adolescente y encima se está embarazada, no era la mejor forma de abordar una novela. No podía estar más equivocada, y  menos mal que seguí leyendo, no haciendo caso de ese primer impulso que me pedía a gritos que abandonara su lectura.

El principal pilar de esta historia es Lisa, una joven de dieciséis años, muy  madura para su edad, con un coeficiente intelectual muy elevado, una mente analítica y científica a la que somete cuestiones tan poco racionales como el amor, unos nervios de acero y control sobre sus emociones fuera de lo normal, capaz de apagar los sentimientos que puedan bloquear su mente ante situaciones difíciles. Lisa es todo aquello que no esperaríamos encontrar en una familia formada por una abogada agresiva que siempre está de viaje y que no da ningún caso por perdido y un padre ex marine dedicado a la física del que ha heredado su pasión por la ciencia.

Dos cosas llaman la atención en ese ambiente familiar, primero que Lisa sepa defenderse tan bien, y sepa encarar la adversidad de esa forma tan admirable y segundo que sus padres no fueran capaces de darse cuenta del embarazo de la hija hasta bien avanzada la gestación, y más aún que su única reacción sea la decepción por no haber confiado en ellos. La única medio normal la abuela, para mí la única humana de toda esta historia y a penas se la vislumbra.

Con estos antecedentes no es difícil entender que cuando Lisa es secuestrada, metida en una furgoneta, amordazada y asegurada a un sillón mediante cinta americana la mente de la chica comenzara a maquinar una venganza y la forma de escapar de sus captores. Por desgracia pronto se da cuenta de que no es un secuestro normal, y que su carcelero no es un hombre excesivamente inteligente y ahí llega la parte que a mi llegó a aburrirme. La forma que tiene Lisa de no desmoronarse, de seguir adelante y buscar un modo de salir de allí y además vengarse es mantener su mente en constante funcionamiento matemático, hacer acopio de todo cuanto está a su alcance por insignificante que parezca, todo se convierte en un recurso que podrá utilizar en su plan de fuga. Todos los días son iguales en esa habitación, día tras día Lisa repite la misma rutina para aprovechar cualquier descuido de su captor, y día tras día nos enumera cada nuevo recurso que le ponen a su alcance sin mencionar muy bien que puede hacer con él.

Paralelamente nos encontramos otra trama, también contada en pasado y en primera persona por el agente del FBI Roger Liu, un policía que tiene un don especial, una visión fuera de lo convencional que junto con su compañera Lola dotada de un gran olfato forman un grupo fuera de lo común, que se enfrenta al secuestro de jóvenes embarazadas. No conseguí que me atrapará esa parte de la narración, hubo momentos sobre todo en los frecuentes flash backs de Roger en los que perdía todo interés, yo desconectaba de la lectura, no entiendo todavía que aportaba eso a la trama, para mi sobraba, hasta el punto de querer volver de nuevo a esa habitación, a esa mente analítica a esa sucesión de días todos iguales.

Lo bueno llega con la vuelta de tuerca que la autora introduce hacía mitad de libro o un poco más que cambia el rumbo de la acción, a mi me dio oxigeno, pegó el  libro a mis manos y ya sólo necesitaba saber si la autora iba a ser capaz de dar con un final digno que borrase las dudas que todavía albergaba. Confieso que el final para mí estuvo a la altura, muy trabajado, sin introducir elementos innecesarios y usando el mismo recurso que durante toda la historia la mente y la frialdad de Lisa, que en muy pocas ocasiones nos deja ver su humanidad, ni siquiera en las constantes reflexiones.

La autora utiliza un lenguaje directo, a veces duro sobre todo cuando pone voz a los secuestradores, dosifica el suspense y también la acción que en algunos momentos vuela y otros simplemente parece que se estanca que no pasa nada. Sin embargo, si hemos dicho que Lisa no da puntada sin hilo, tampoco lo hace la autora todo nos va llevando hacía ese desenlace final, sin que el lector sea capaz de sospecharlo si quiera, cualquier nueva aparición tiene su porque, y aún así se deja flecos sin cerrar, de ahí que haya terminado con más preguntas que respuestas, porque estas martillean mi mente de forma machacona.

Es difícil enfrentarse a la lectura de una novela tan reseñada sin que se pierda parte de la sorpresa, pero también es harto complicado reseñarla cuando no quieres desvelar nada  que pueda comprometer a un futuro lector. Por eso creo que este es el mejor momento para terminar esta opinión, si quieres saber como consiguió Lisa salir del embrollo en el que  la metieron y si consiguió o no venganza tendrás que adentrarte en las páginas de este thriller sicológico que a nadie ha dejado indiferente, aunque no a todos ha gustado por igual.

Conclusión:

Nos encontramos ante una novela original, tanto en su planteamiento como en su forma de contarlo, nada sucede tal y como esperaríamos, comenzando por las reacciones de su protagonista, y siguiendo por la forma en que se desarrolla toda la trama. Un final a la altura la salva de esas pequeñas lagunas y desconexiones que he tenido a lo largo de su lectura.

A pesar de todo es una novela que se lee sola, que se pega a las manos y que avanza muy rápido, un page turner en toda regla, y un soplo de aire fresco para la novela de suspense, negra, policíaca y con todas las etiquetas que le queráis poner, a las que no soy  nada aficionada. Ahhh y una autora a seguir de cerca, si ha sido capaz de esto con su Opera Prima que nos deparara el futuro...

martes, 20 de diciembre de 2016

La ciudad. Luis Zueco

Hay autores que te causan muy buena impresión con su primera novela y ya te ganan para siempre, ese es el caso de Luis Zueco, lo conocí con El escalón 33, y me gustó tanto que cuando publicó El castillo me lancé de cabeza a leerlo, sin plantearme siquiera el elevado numero de páginas de las que hacía gala. A pesar de ser un libro voluminoso, voló entre mis manos, el autor sabe bien como atrapar al lector en su historia e incitarle a leer una página tras otra.

Cuando vi la portada de La ciudad supe que no podría resistirme a sus encantos, y más cuando descubrí en que enclave y época estaba ambientada. Hay dos épocas históricas que hacen mis delicias lectoras, la Edad Media, por ese oscurantismo que la caracteriza, y la II Guerra Mundial, porque hechos tan graves como acaecieron han de conocerse para evitar repetirlos.

Los que me seguís por twitter habréis podido seguir mi lectura, las emociones que me causaba la novela, sus personajes, la ciudad en sí y la prosa del autor, poco descubriréis en esta reseña, o sí, solo espero que, si dudáis todavía daros las herramientas precisas para que os decidáis.

El autor:

Luís Zueco nació en Borja, Zaragoza, en 1979, es novelista, historiador, investigador y fotógrafo. Director del Castillo de Grisel, fortaleza medieval convertida en hotel con encanto, es, además, ingeniero industrial, licenciado en Historia y máster en Investigación Artística e Histórica, miembro de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, vicepresidente de la Asociación Amigos de los Castillos de Aragón y colaborador, como experto en  patrimonio y cultura, en diversos medios de comunicación.

Es autor de la guía Castillos de Aragón: 133 rutas y de las novelas El escalón 33 (Mención de Honor en el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza 2012, Premio al mejor Thriller Histórico 2012) Tierra sin rey y El Castillo (Ediciones B, 2015; Mejor Novela Histórica por la web Novelas Históricas).

Tras el éxito de El Castillo, Luis Zueco continúa con la construcción de su épica trilogía medieval con La ciudad, un thriller histórico que nos sumerge en la vida cotidiana de la Edad Media a través de una trama llena de suspense.

Sinopsis:

Año 1284.

Cae la noche en la ciudad medieval más bella del mundo. Poderosas montañas y murallas inexpugnables la protegen de los reinos que la rodean.

Entra y camina por sus estrechas calles, por sus empinadas cuestas y sus asombrosos rincones.

Siente el frío. Escucha los rumores acerca de las inexplicables muertes que se están sucediendo. De los secretos que esconden los gremios. De la peligrosa mujer encerrada en las mazmorras.

Una noche más, nadie podrá escapar de la ciudad.

Mis impresiones:

En pocos comienzos me he recreado tanto, y también pocos han dejado entrever el peso que tendría en la novela el lugar en el que se ambienta

"Se encontraba protegida por altas y agrestes montañas, en lo más profundo de un valle horadado por el curso de un río que se alimentaba de las abundantes nieves del invierno. Tan sólo se podía acceder hasta ella por un estrecho desfiladero que conducía hasta sus murallas, impregnadas del color rojizo proveniente de la peculiar piedra que se extraía de su sierra, rodeada de altos cerros coronados por castillos y torres que, desafiantes, la defendían contra los numerosos enemigos que ansiaban poseerla."

Ese simple párrafo me transportó, me hizo querer visitar Albarracín con más ansías de las que ya tenía, porque es un destino, que quizás por la cercanía, siempre se descuelga cuando pillamos vacaciones, cosa harto difícil últimamente porque rara vez coincidimos todos.

Si algo caracteriza las obras de Luís Zueco es lo profusamente documentadas que se encuentran, sin embargo, no nos encontramos ante novelas densas en que esta información se nos meta con calzador y ralentice la trama, todo lo contrario, va fluyendo de la mano de los personajes, que a su vez están dibujados con mimo, al detalle, tanto física como psicológicamente, dotados de matices y conforme a los usos de la época en la que les toca vivir.

Si tuviera que destacar uno sólo, sin duda, sería Alodia, una niña valenciana hija de buena familia a quién el destino le tiene reservada la más cruel de las sorpresas. A través de Alodia, Luis Zueco , dibuja el papel de la mujer en la Edad Media. Nos encontramos ante una chica que podría considerarse afortunada, de buena familia, con un padre que le permite lo que pocos, aprender a leer y tener acceso al saber,  poder desarrollar sus habilidades. Alodia lo tenía todo para ser feliz, pero es un producto de su época, en la que una mujer solo tiene que conocer el protocolo del hogar, hacer feliz a  su marido y estar a la sombra de él. La belleza en la mujer, o bien el valor estratégico u económico de las posesiones de su familia es un aval para un buen matrimonio.

Ser mujer y leer La ciudad es sentirte indignada en un sinfín de ocasiones, el conocer la historia no nos  exime de reaccionar, de hecho más de una lectora lo ha plasmado en las redes, sin embargo es muy importante que se refleje esta realidad, sobre todo para las más jóvenes, para esas que no han luchado en su vida por nada y que muchas veces se dejan avasallar por sus compañeros, novios o incluso maridos porque no valoran lo que tienen. Quizás porque conocer la historia es la única manera de avanzar, de no repetir errores.

Y es que a pesar de tenerlo todo, o creer tenerlo todo, Alodia no come perdices en esta historia, todo se tuerce porque la posición de sus padres es delicada económicamente y precisamente la belleza no es una de las cualidades que la adornan. Obligada a abandonar el confort del hogar  se  ve retada a sobrevivir, a sacar fuerzas de donde no hay, a utilizar los dones y las habilidades ejercitadas. Alodia es un personaje fuerte, sobre el que se construye buena parte de la trama, del que se sirve el autor para despistar al lector, a mi es el personaje que más me ha llegado, quizás porque no es habitual en una mujer esa fortaleza, al menos en una época de hombres, hecha para hombres y por los hombres, en la que una mujer es un mero adorno, alguien a no tener en cuenta, cuyas opiniones no importan, que no pueden gobernar aunque amen más su tierra que los maridos que se agencian, que no pueden luchar aunque  manejen la espada mejor que cualquier campesino. Muestras de mujeres capaces encontraremos algunas en este libro, pero sólo Alodia es tratada con reverencia, y eso el lector lo percibe, tozuda, luchadora, tenaz, imprevisible, una mujer a la que le entusiasman los libros, y es capaz de recitar párrafos enteros, quizás por ello llegó a mi corazón y se quedó en él.

Pero si sobre Alodia o alrededor de ella construye la trama de suspense y misterio de este libro, la verdadera protagonista es Albarracín, la ciudad amurallada, su historia, sus gentes. Luís Zueco nos invita a pasear, por lo que fue esa ciudad en el siglo XIII, inexpugnable, deseada por su valor estratégico por todos los reinos. Nos adentra en sus mercados, en los secretos que esconden los mercaderes. Nos revela los gremios, su fortaleza, los secretos que custodian incluso con su propia vida y la luchas que existen entre ellos, la posición de los  maestros y de los aprendices, y para ello se vale de unos terribles asesinatos que los asolan.

Entre las murallas de Albarracín convivían varias religiones, y por tanto varias formas de concebir la vida, varias tradiciones, y en cierta medida Luís les da visibilidad a todas, a través de nuevo de sus personajes, la musulmana y múdejar a través de Ayub, la judía por Abraham, y la cristiana, a través de personajes imperdibles como Martín, odiosos como el Padre Melendo, o respetables como el Dominico, fray Esteban, todos ellos deambulan, respiran y van evolucionando ante nuestros ojos, unas veces más presentes, otras los echaremos de menos, el autor dará golpes de timón que nos irán descubriendo la verdadera naturaleza de cada uno de ellos, porque  nadie es quien parece ser, todos ocultan un lado oscuro.

Conocer la Edad Media, es adentrarse en la época de mayores desigualdades en el plano económico y social, la gente nacía en compartimentos estancos, donde se permanecía toda la vida, y rara vez se salía de ellos. Sin embargo, la astucia y la maldad de Atilano de Heredia le permite escalar aún siendo un bastardo, veremos evolucionar el personaje ante nuestros ojos y nos sorprenderá en más de una ocasión, como lectora pasé de la admiración al desdén, y me horroricé ante la bajeza que es capaz de exhibir el ser humano.

Y hablando de estamentos, Luís Zueco da voz también a los más pobres, a los que están en el último escalafón, ahí precisamente se encuentra Alodia, pero también Lízer, o Blasco el hijo del herrero que sueña con ser caballero y su hermano Alfonso que de vez en cuando le da un baño de realidad. También los mercaderes, los que abastecen la ciudad, y entre ellos destaca Guillermo Trasobares, un pillo, un personaje que esconde mucho tras él, pero que parece ser que no todo el mundo desconoce sus argucias y pequeños trapicheos.

Y si había un estamento fuerte, ese era la Iglesia, y la Edad Media es una época muy oscura en la que la magia y el miedo a Dios se dan la mano, el autor retrata bien las dos partes de la Iglesia, la centrada en los bienes materiales y aquella que se preocupa más por los espirituales, de ahí que el padre Melendo se me antojara odioso y fuera capaz de empatizar con Martín y con su forma de vivir y de ver la religión.

Y si la Iglesia es importante, aquello con lo que pretenden infundir temor, el Maligno y la magia también tiene su puesto de honor, aunque se muestre en todo momento agazapado, fuera de la vista del lector, aunque se nota sobrevolar toda la narración, poco a poco irá ganando fuerza y cogiendo protagonismo.

Albarracín se nos muestra en todo su esplendor y señorío, una ciudad que vive, respira, y que se ve azotada por unos extraños crímenes que van asolando a los gremios de la ciudad, el miedo al Maligno se adentra en su estructura, se puede palpar, necesitan un cabeza de turco, pero no por ello cesan los asesinatos, la decadencia de la ciudad se va mascando y se completa con el asedio al que la somete el rey Pedro III, el Grande.

Y eso me da pie para introducir a los personajes reales de esta historia, puesto que no todos son ficticios, y por estas páginas desfilan Pedro III el Grande, hijo de Jaime I el Conquistador que es mencionado en más de una ocasión por los nobles y no siempre en sentido halagüeño. Hablando de magia y siendo los protagonistas los talismanes y los libros no podía faltar Alfonso X el Sabio, y por ultimo aunque no menos importantes los Señores de Albarracín, Juan Nuñez de Lara y  Teresa de Azagra. Todos ellos están presentes, aunque no son los que llevan el peso de la historia.

Al principio del libro, autor y editorial nos regalan un mapa de aquella época, nos sitúan los distintos reinos existentes y la posición independiente de Albarracín entre ellos, al tiempo que cuadros genealógicos para que situemos a los personajes reales, y por si eso fuera poco considera el autor imprescindible un glosario con los personajes históricos y los ficticios y para meternos en situación una anciana, nos cuenta la historia de la ciudad, una voz a la que después de leer la novela le he puesto nombre e imagen, pero me la reservo, a ver si llegáis a la misma conclusión que yo.

Narrada en tercera persona por un narrador omnisciente, La ciudad hace gala de una prosa cuidada, sencilla, en ocasiones cercana a lo poético sin florituras, en otras desgarradora por los sucesos que narra, Luis Zueco sabe moverse en todos los registros. Dosifica la tensión con maestría y da golpes de efecto que noquea al lector, al menos a mí me tuvo despistada durante toda la narración. Por todo ello considero que La ciudad es una novela que puede gustar a un amplio numero de lectores, en primer lugar por su ritmo, que unas veces es más rápido e incluso en las escenas más pausadas se masca la tensión, por otra por el suspense, hasta el último momento no sabemos quién esta detrás de los asesinatos ni que busca, aunque hay  momentos en que el porque se intuye.

Y al hilo de esto último quizás lo único negativo de esta novela, conforme iba avanzando la lectura, me dió la sensación de que Luís Zueco iba a matar hasta al apuntador, muchas muertes, algunas muy salvajes, como la época en la que  suceden, pero queda un regusto amargo, quizás con  algunas menos se hubiera minimizado y hubiera sido igual de efectista la historia. Aunque si lo que buscamos es justicia poética a mi gusto se queda corto, la traición es un Pecado Capital y se queda sin venganza

Conclusión:


Creo que he dado muchos argumentos de porqué la novela me ha gustado y de porque creo que puede gustar, si no sabéis que regalar en estas fechas, creo que es una apuesta segura, y además si aciertas con el regalo siempre tienes la opción de regalar El castillo y el autor amenaza con culminar su visión de la Edad Media con otra historia que esperemos no tarde en publicar

Os dejo un último párrafo para que disfrutéis de la prosa de Luis Zueco

"La mentira siempre hace mucho ruido, necesita elevarse sobre la realidad. La  mentira es algarabía y griterío, mientras que la verdad es una suave melodía que todos conocen, aunque muchos olvidan"

domingo, 18 de diciembre de 2016

IV EDICION RETO 12 MESES 12 LIBROS



A finales de 2012 se me ocurrió una forma de sacar de la estantería esos libros que se habían quedado cogiendo polvo, libros comprados con mucha ilusión y ganas lectoras que pronto se vieron desplazados por otras novedades y nunca encuentro la forma de darles una salida.

Reconozco que nunca he conseguido mi reto, porque no he logrado reseñar todo lo que leo, pero me doy por satisfecha si aligero mis estanterías. 2015 fue un año difícil para mí, así que quise darme un respiro y a pesar de que  muchos me lo pedisteis decidí no seguir adelante con este reto. 

2016 no ha sido un gran año lector, he leído bastante poco, los temarios han ocupado gran parte de mi tiempo libro, pero si echo la vista atrás soy consciente que no he leído ninguno de mis eternos pendientes, que en mis estanterías y a riesgo que me tiréis de las orejas en cajas se van acumulando libros y más libros, y no dejan de entrar en casa en mayor o en menor medida tanto ejemplares físicos como digitales.

Por ese motivo vuelve el Reto 12 meses, 12 libros, y espero que alguien se anime a acompañarme en este viaje por las estanterías para rescatar del olvido historias que un día nos sedujeron lo suficiente para venirse a casa.

Os recuerdo que se entiende por libro pendiente:

Es aquel que lleva en la estantería un año o más, no sirven las últimas obras en llegar y que solo estén en nuestra estantería unos meses, porque de lo que se trata es de dar salida a esos libros que compramos, nos regalaron, intercambiamos... y que al final se han quedado en un rincón, y a los que dicho de paso les seguimos teniendo unas ganas tremendas pero no encontramos el hueco para leerlos.

Creo que el reto es factible, puesto que solo nos obliga a leer un libro pendiente por mes, aunque reconozco que para mí este año hubiera sido una odisea, aún así creo que lo puedo sacar adelante, y ¿quién no tiene una eterna lista de pendientes?

Como mis cervicales están en pie de guerra y sentarme frente al ordenador es una tortura copio los requisitos de la I edición que siguen siendo válidos a estas alturas, entonces se animó mucha gente, espero siga siendo igual de atractivo.

Requisitos

1. Tener un blog para reseñar o participar en alguna pagina de opinión como puede ser ciao, dooyoo, Amazon ... Si conocéis otras también servirían

2. Es obligatorio ser seguidor del blog, porque  me será útil para controlar un poco la progresión del reto y si consigo que las editoriales se impliquen al final  haré un sorteo.

3. Escribir una entrada individual  en tu blog, en la que puedes ir poniendo los links de los libros que has leído y reseñado. Si publicas en otra plataforma, guarda tus enlaces en un documento word que me enviarás por correo electrónico al finalizar el año.

4. Colocar el banner que tendrá que estar en el visible mientras dure el reto, enlazado a esta entrada

5. El plazo máximo para apuntarse será mayo, considero que después de esa fecha es muy complicado que les demos salida a tanto libro pendiente atrasado, pero si alguien se siente capaz, bienvenido sea; sobre todo porque siendo lectores voraces seguirán llegando ejemplares a nuestra biblioteca.

6. El reto comenzará el día 1 de enero y terminará el 31 de diciembre, con las campanadas de final de año. Una vez finalizado y si puedo hacer un concurso publicaré las bases y para participar me tendréis que mandar los enlaces para comprobar que el reto se ha superado.

7. Apuntaros mediante comentario en este post


¿Os animáis?


Espero ser disciplinada este año, aquí dejaré los enlaces de los libros que lea

1.-