lunes, 26 de noviembre de 2018

La madre. Fiona Barton

No tengo vergüenza, lo sé, tengo La Viuda en la estantería desde que salió y en aquel momento cosechó tan malas opiniones e incluso alguna tibia, que decidí posponerlo, y eso que a mi me gusta comprobar de primera mano si una novela es tan floja como los blogueros opinan, pero llevo años inmersa en una espiral de tiempo de ocio precario y al final hay que priorizar. Después de leer La Madre, me arrepiento de haberle hecho un hueco, porque me he encontrado a una autora cuyo estilo me gusta, y la novela es previsible, sí, y un lector avispado resuelve el misterio bastante pronto, pero esto no es lo importante de esta historia, y uno no se debe quedar en la superficie, ha de intentar descubrir lo que la autora nos ha querido contar con la trama que nos lega.

Por ello recomiendo a cualquier lector, que no deseche sin mas una novela, que si un libro le atrae, no es necesario comprarlo, existen bibliotecas públicas y hasta virtuales, e-biblio, posiblemente alguna historia le sorprenda para bien, como a mi me ha sorprendido esta autora, a la que ya había descartado y de no ser porque La Madre me llegó por sorpresa no tenía pensado leerla.

Dicho esto nos metemos en harina porque #SoyYincanera me ha brindado la oportunidad de compartir esta lectura con otras lectoras entusiastas y cita a cita hemos diseccionado bastante bien el libro.

La autora:

Fiona Barton cuenta con una dilatada carrera en el mundo del periodismo, donde ha trabajado, entre otros medios, para el Daily Mail, el Daily Telegraph, y el Daily Sunday, cubriendo los casos judicales más mediáticos, como el de la desaparición de Madelein McCann. Galardonada con el prestigioso Premio Nacional de la Prensa británica, desde 2008 trabaja formando a periodistas exiliados y amenazados por todo el mundo.


Nacida en Cambridge, Inglaterra, Barton reside acturalmente en el sur de Francia. La Viuda su primera novela se convirtió en un fenómeno editorial internacional:: se publicó en más de treinta y cinco paises ocupando las listas de los más vendidos durante meses, fue seleccionada como una de las mejores novelas del año por Publishers Weekly y esta a punto de ver la luz su adaptación para televisión.

Puedes encontrarla en:

www.fionabartonauthor.com

@fionabarton

Sinopsis:

Un escueto párrafo en el periódico informa sobre una noticia que se remonta a décadas atrás. La mayor parte de los lectores la pasaran por alto. Para tres mujeres, sin embargo, es imposible de ignorar.

Para Angela es el recuerdo de lo peor que le ha pasado en la vida.

Para Emma, la peligrosa posibilidad de que su secreto más oculto sea revelado.

Para la periodista Kate Waters, la primera pista en una carrera para descubrir la verdad.

Secretos guardados durante años, enterrados bajo tierra y en el fondo del corazón saldrán a la luz  para cambiar tres vidas para siempre.

Mis impresiones:

Nos encontramos ante una novela que se desarrolla en apenas dos meses entre el 20 de marzo de 2012 cuando el Evening Standard publica una noticia en las páginas interiores y de poca extensión sobre la aparición de los restos de un bebé, hasta su resolución el 26 de mayo. Aunque después encontraremos un epilogo que nos sitúa aproximadamente un año después.

Fiona Barton nos presenta una historia desde cuatro puntos de vista, y sólo un personaje Emma lo hace en primera persona, dice la autora que es la voz que ella oía en su cabeza, por eso cuenta su experiencia personal, ella es quién abre y quién cierra la novela,  sin embargo no es el personaje que más peso tiene, y ello la dota de una complejidad que no está a la vista del lector, puesto que  la novela parece sencilla, pero sólo si te quedas en la superficie. Los otros narradores, todos mujeres con más sombras que luces, lo hacen en tercera persona convirtiéndose en narradores omniscientes.

Antes he comentado que hay un personaje que lleva el peso de la trama, y no solo lo lleva, si no que aglutina las tramas y subtramas, porque todos los personajes confluyen en ella, y enlaza las distintas historias entre sí, a través de la investigación. Y este no es otro que Kate Waters, una periodista que se cruza con una noticia que a cualquiera le hubiera pasado desapercibida por su extensión e importancia, y que ella recorta y mete en su bolso para leerla después con más atención. Podría decirse que Kate es el alter ego de Fiona, quién también tiene esa costumbre, aunque nunca ha tirado de un recorte de ese tipo para un reportaje de investigación, si que le han servido para pergueñar esta historia más compleja de lo que parece, aunque algunos temas se podrían haber explorado más.

Pero he hablado de cuatro puntos de vista y de momento solo he comentado dos, Emma y Kate, las otras dos mujeres de esta historia son Jude, la madre de Emma y Angela cuya hija recién nacida desapareció y nunca se recuperó del golpe, creando una burbuja de dolor a su alrededor, y condicionando de esa forma la vida de la familia. De todos los personajes con quien más me ha costado empatizar y entender es a Emma, ni siquiera ese testimonio directo me acercaba a ella, sin embargo al avanzar la historia, al conocer su pasado y sus vivencias, vamos entendiendo a esa mujer que parece tener sus facultades mentales mermadas, y vivir en constante estado de ansiedad. 

A la que no he podido entender de ninguna forma es a la egocéntrica Jude, no he tenido forma de entenderla, ni  de comprender su forma de actuar, esa manía de ser el ombligo del mundo y al mismo tiempo otorgarle tanto poder sobre ella al hombre de turno, sin tener en cuenta a su hija. Y Angela me ha parecido creíble, muy humana, pero al mismo tiempo muy repetitiva, un personaje demasiado encerrado en su dolor sin pensar en sus otros dos hijos y su marido. Los pasajes en los que ella es protagonista pueden llegar a aburrir un poco por ser  más de lo mismo, aunque posiblemente haya que meterse en la piel de una mujer que haya sufrido una pérdida de tal tamaño para poder entender que vive en un perpetuo día de la marmota.

No todos los personajes de esta novela son mujeres, aunque si los más importantes, entre los hombres nos encontramos secundarios de lujo, sin los que la acción no hubiera podido transcurrir, meros actores necesarios, a algunos la autora los redime, a otros les cogeremos una gran animadversión, y es que  Fiona juega en todo momento con el lector, y aunque este resolverá el misterio mucho antes de que la trama finalice, no es lo más importante de esta novela, que cualquier lector que se quede en lo banal tachará de previsible.

Presentados los personajes me queda hablar de los temas, y es que estos son muy variados, y más complejos de lo que pueda parecer a simple vista, aunque alguno podría estar tratado con mayor profundidad.

Las relaciones materno-filiales: Un tema que hubiera dado para mucho más, nos encontramos con tres madres muy distintas entre sí, con relaciones dispares con sus hijos, y de todas ellas con la que más he empatizado es con Kate, aunque solo sea porque es la que tiene una historia más cotidiana, más acorde con mi forma de vida. A Jude no he logrado entenderla, ese egocentrismo me ha cegado, ese poner su felicidad por delante de la de su hija, ese dejarse llevar por la pareja que tuviera en cada momento, para lo inteligente e independiente que aparenta en un primer momento , no me ha cuajado.  El tema de Angela es distinto, dicen que un clavo no saca otro clavo, y eso lo puedo entender, la pérdida de un hijo no se suple con otro, pero puestos a vivir, hay que luchar por los que tienes a tu lado, y que el dolor no monopolice toda tu vida. Fiona ha sabido retratar toda la humanidad de esta mujer, la culpa que la corroe desde ese fatídico día, esa necesidad de saber que ha pasado para poder continuar con su vida. Esa montaña rusa en la que se monta cada vez que vislumbra la posibilidad de resolver el misterio que un día terminó con su felicidad.
Las relaciones entre Emma y Jude son muy frías, yo diría que incluso distantes, el lector conforme avance la historia irá descubriendo porque, y posicionándose, aunque no voy a revelar al lado de quién.

Las relaciones tóxicas: Porque a todo no se le puede llamar amor, y las relaciones de Jude con sus parejas se las puede definir de muchas formas, pero yo solo veo personas muy peligrosas, pero también es tóxica la relación que Will Burneside mantiene con el casero de Jude.

Los abusos sexuales: y como estos pueden marcar el resto de la vida a una persona, como el peso de la culpa las puede convertir en personas retraídas, inseguras. Un tema muy actual se mire por donde se mire.

El peso de las mentiras del pasado: Y es que como he dicho todos los personajes tienen más sombras que luces, secretos que esconder, parece que quien más sufre por ello es Emma cuando ve la posibilidad de que salga a la luz aquello que le cambió la vida, pero no menos cierto es que todos y cada uno de ellos tiene cosas que esconder y de esa forma juega la autora con el lector, quien cada vez que aparece una de ellas piensa ¡¡¡Tu eres la culpable!!!

El dolor de la pérdida: No saber que ha sucedido con ese ser querido es uno de los lastres más profundos que puede arrastrar una persona, si además ello se une al gran peso de la culpa el cóctel no puede ser más destructivo para la persona en sí, y para la gente que está a su alrededor, y Fiona lo retrata sin caer en el amarillismo, nos intenta colocar en los zapatos de Angela, aunque no en todo momento lo consigue, al menos conmigo no, porque tanta repetición me sacaba de la novela.

Y por último el tema que más he disfrutado, el declive del periodismo de investigación en pos de la inmediatez, y la lucha titánica de una periodista de pura raza que quiere preservar su trabajo tal y como lo conoce. Se percibe una cierta crítica social, puesto que ese periodismo digital es de mucha menor calidad, muchas veces sin contrastar, incluso el becario que le asignan en muchas ocasiones no está familiarizado con cosas que a cualquier estudiante de periodismo nos cantaban como si fuera el catón. 

Como licenciada en periodismo echo mucho de menos publicaciones más serias donde se hacían reportajes de investigación muy trabajados y a los que me aficione en mi época de estudiante, años en los que era frecuente encontrarme con un ejemplar de Cambio 16, o Interviú en mi mochila, por razones obvias no iba a la vista. El periodismo evoluciona como muchas otras profesiones, pero si me perdonan tanta inmediatez, tanto sensacionalismo, perjudica gravemente a la profesión y eso es muy visible y constatable en La Madre a través de Kate Waters y de las escenas que se producen en la redacción.

A pesar de eso Fiona nos presenta a una periodista que cruza los limites de la profesión al involucrarse de forma emotiva con las personas que investiga, es una línea que no se debe cruzar para lograr la objetividad, y no es que a los periodistas no les importen las personas que están detrás de las noticias, pero se tienen que quedar al margen de ello. Con ello Fiona ha conseguido dotar de más humanidad a Kate, por un lado persigue un reportaje, por otro pretende ayudar a Angela y se preocupa por su bienestar cuando intenta mitigar el impacto de las investigaciones,  su parte racional y la emotiva están en constante lucha.

No puedo decir que sea la mejor novela que he leído este año, pero si tiene muy buenos mimbres, y a pesar de ser un poco previsible, no es lo más importante, si no esos temas profundos que trata y que en más de una ocasión he echado en falta una mayor profundidad.

Conclusión:

Fiona Barton nos presenta una novela ágil, debido a sus capítulos cortos, aunque también los hay un poco más largos, que tienen al lector en vilo y al constante cambio de voces narrativas, aunque no todas tienen el mismo peso, Kate es la que más capítulos acapara, quizás por ser ese nexo aglutinador de tramas y personajes, es su investigación quien pone en contacto a los distintos personajes y las distintas historias.

Una historia en apariencia sencilla que esconde temas profundos y de gran calado, unos personajes con más sombras que luces y muchos fantasmas escondidos en el armario, que con una lectura atenta seremos capaces de vislumbrar sin quedarnos en lo previsible, que si a la autora le hubiera parecido lo más importante no lo hubiera puesto tan a la vista. ¡¡¡No os parece!!!

Una lectura muy recomendable, a la que yo le hubiera pedido un plus que seguramente hubiera enriquecido más la novela.

sábado, 24 de noviembre de 2018

Caballos lentos. Mick Herron

Hay títulos que que no sabes muy bien como llegan a ti, y Caballos lentos es uno de ellos, un día te cruzas con él en Twitter y un tuit entusiasta te llama la atención y como obra de magia y sin saber muy bien porque se va cruzando en tu camino y va calando de forma subliminal y cuando la ocasión la pintan calva, tu dedo va directamente a ese título sin ningún motivo aparente. Solo después de mucho pensar te das cuenta del goteo de tuits que te han llevado a él y piensas que quizás, y solo quizás tus expectativas estén tan altas que te puedas dar de bruces.

Con ese miedo en el cuerpo comencé Caballos lentos, del que a priori únicamente sabía que era una novela de espías bastante alejada de los clichés tradicionales. el autor había aplicado un mano de chapa y pintura con el fin de adaptar el género a nuestros días, modernizarlo, y a fe que lo consigue con una dosis elevada de humor, de diálogos inteligentes y unos personajes potentes y muy bien trazados. Los puñales van que vuelan en el servicio secreto y Herron se atreve a destapar las cloacas del servicio de inteligencia británico.

Con el libro en casa descubrí que es el primero que se traduce al español, que la serie cuenta ya con cinco títulos publicados en versión original y que su políticamente incorrecto Jackson Lamb no está ni mucho menos acabado, con lo que tenemos espía para rato si esta primera novela tiene buena acogida en nuestro país. ¡¡¡Tengo cruzados los veinte dedos para que así sea!!!!

El autor: 

Mike Herron nació en Newcastle upon Tyne y estudió en el Balliol College (Oxford). Es autor de la aclamada serie de Jackson Lamb, de la que ya han aparecido cinco entregas y cuya primera novela, Caballos lentos, fue finalista del Silver Dagger Award de la British Crime Writters Association.

Entre sus obras destacan la serie de Sarah Tucker y Zöe Boehm y las novelas Reconstuction, Dolphin Junction, que obtuvo  ex aequo el premio de los lectores de la revista Ellery Queen en 2009, y Nobody Walks, que fue finalista del Silver Dagger Award en 2015 y fue incluida en la lista de las 101 mejores novelas negras de la década por la revista Booklist. Ha sido finalista de los premios Macavity, Barry y Shamus. Vive en Oxford.

Sinopsis:

El reino del irreverente y sarcástico Jackson Lamb está en Londres y se llama la Casa de la Ciénaga, un vertedero al que van a parar los miembros de los servicios secretos que han cometido un error, ya sea olvidar un documento en un tren, despistarse en una ronda de vigilancia o volverse poco fiables a causa del Alcohol. Sus colegas los denominan "caballos lentos", son los parientes pobres del espionaje británico y todos comparten las ganas de salir de allí a cualquier precio y volver a la acción.

De este extravagante grupo de proscritos, el más desengañado es River Cartwright, que se pasa el día trascribiendo conversaciones interceptadas de teléfonos móviles. Sin embargo, cuando se produce el secuestro de un joven y los autores amenazan con decapitarlo en directo por internet, River ve en ese acto una oportunidad para redimirse. ¿La víctima es quién parece ser? ¿Y que relación guardan  los secuestradores con ese periodista caído en desgracia que los caballos lentos investigan? Mientras suena el tic tac que nos acerca al plazo establecido para la ejecución, River descubre que cada uno de los implicados tiene intereses ocultos, y si los caballos lentos no espabilan, el eco del crimen se difundirá por todo el mundo.

Mis impresiones:

Caballos lentos es una novela que va de menos a más, una novela que comienza muy pausada con un ritmo descriptivo para meternos de lleno en el ambiente decaído de la Casa de la Ciénaga, donde nadie está por gusto y en la que impera el mal humor, la apatía, un discurrir lento de los días dentro de la monotonía de unos trabajos que no tienen ningún sentido para quienes los realizan. Se nota que es la primera de la serie puesto que el autor se recrea en la ambientación física del lugar de trabajo de los agentes caídos en desgracia.

Y al mismo tiempo dibuja de forma concienzuda unos personajes complejos, llenos de matices, con un pasado que cambiarían si pudieran y un presente gris, ahogado en el alcohol en muchas ocasiones, en el que todos se odian entre sí, en el que compañerismo brilla por su ausencia y en la que la mayoría se pregunta que ha hecho el otro para estar allí, porque casi todos conocen el error que han cometido. Conforme avanza la novela el lector conocerá la metedura de pata de cada integrante de esta peculiar Casa, solo uno de ellos sigue envuelto en un aura de misterio, Jackson Lamb, quien dirige con mano de hierro ese grupo de espías caídos en desgracia y se asegura que entiendan que nunca volverán al servicio activo en Regent's Park.

Pero la acción no solo transcurre de forma pausada por las descripciones, si no porque el autor nos muestra los pensamientos tanto de los agentes como los del joven secuestrado, todo un mundo interior que llega a subyugarnos, sentimos el miedo que él siente, somos participes del esa intimidad a la que solo tiene acceso cada cual, Hassan se nos revela como un joven británico que no entiende como el color de su piel lo ha puesto en esa situación límite, en su fuero interno la policía lo rescata varias veces, en la realidad, soledad, oscuridad, frío y una mente que lo tortura con lo que pudo ser y nunca será, y un odio irracional que no comprende, pero que a los lectores, al menos a mí, me ha costado de digerir.

Conforme avanza la trama esa parte descriptiva va perdiendo peso y lo va ganando la acción, y no es que pasen demasiadas cosas, sin embargo notamos más dinamismo y eso se debe a los cambios continuos de escenarios, y también de actores principales, los pensamientos de Hassan van dejando paso a más actividad por parte de lo secuestradores. Los diálogos inteligentes van ganando peso y le otorgan una mayor agilidad a la historia que se va deslizando cada vez más rápida hacia un final en el que cualquier posibilidad cabía dentro de los cálculos del lector, pero solo una en los del autor que hace justicia poética con estos caballos lentos.

Mick Herron plantea una novela de espías sin el glamour de los clásicos, sin los enclaves exóticos y sin esos agentes todo acción y sonrisas blancas, adapta los temas que trata a las preocupaciones actuales, el terrorismo islámico, el auge de la extrema derecha... y los dota de un sentido del humor, y un sarcasmo muy inglés, muy seco y a la vez brillante.

Esos fogonazos vienen de la mano del personaje más políticamente incorrecto de las novelas de espías, Jackson Lamb, un obeso, desaliñado y con las manos grasientas por la comida que engulle, con una lengua afilada que saca a pasear y no deja títere con cabeza, un hombre mordaz, leal a los suyos, que aplica a la perfección las normas de Londres, pero en lugar de tapar su culo, tapa las puertas y ventanas de su reino, La Casa de la Ciénaga, y para ello juega todos las manos que conoce y hace todas las trampas que se le permiten. Un personaje tan repelente y flatuliento, como brillante en sus diálogos, de manera que al menos a mi me tenía el corazón dividido.

El autor nos sumerge en las cloacas del servicio secreto británico en esas misiones en las que el agente estaba solo si algo fallaba, en esos tejemanejes conocidos por pocos en el que todo lo que estaba controlado en algún momento podía saltar por lo aires. En la que las indiscreciones se pagan con el exilio, en las que para medrar tienes que pisar a un compañero. En las que  cuando todo falla solo las cabezas pensantes de unos agentes un tanto oxidados pueden solucionar la misión o hundirla más en el lodo. Cuando la mierda puede llegar hasta el ventilador todo el mundo ha de ponerse en marcha, lo que parecía un secuestro sin malicia puede generar un enfrentamiento internacional, y poner a Reino Unido en el punto de vista una vez más del terrorismo islámico.

La novela se divide en tres partes, la primera es la más pausada para ir tomando ritmo a partir de la segunda, no nos encontramos ante un thriller vertiginoso, ni falta que le hace, si no más bien ante una novela muy bien escrita, con unos personajes que quitan el hipo, con una trama interesante, que trata temas actuales que preocupan tanto a los británicos como a cualquier país que el terrorismo islámico haya azotado, se echa de menos últimamente el lenguaje cuidado, sin pedanterías, crudo en ocasiones, sarcástico en otras, mordaz, sin miedo a poner los puntos sobre las íes, y todo esto lo vas a encontrar en la pluma de Mick Herron

Conclusión:

Lector si me has seguido hasta aquí ya intuirás que recomiendo encarecidamente esta novela, que seguro que hace las delicias de los amantes de los libros de espías, pero que también disfrutará cualquiera que guste de las tramas bien elaboradas, de los personajes contundentes, y de los temas candentes.

Caballos lentos es una gran opera prima, y espero que no tarde en llegar demasiado la segunda entrega, porque Jackson Lamb es un personaje con suficientes sombras como para atraer a cualquier lector, nada es lo que parece en la Casa de la Ciénaga ni en Regent's Park y será el lector el encargado de vislumbrar ese juego de luces y sombras que en ocasiones se intuye y otras veces nos es velado.


miércoles, 14 de noviembre de 2018

La isla de las últimas voces. Mikel Santiago

Conocí a Mikel Santiago con La última noche en Tremore Beach, y a pesar de no disfrutar con los elementos paranormales me ganó como lectora, de manera que he seguido su obra novela a novela, disfrutando de cada una ellas. Tengo que reconocer que en los dos libros anteriores El mal camino y El extraño verano de Tom Harvey ese componente sobrenatural se había perdido y yo no lo había echado de menos.

Con ello no quiero decir que no haya disfrutado de La isla de las últimas voces, porque como ya dije al hablar de su primera novela integra de forma tan natural lo paranormal que le da un puntito a la narración sin que moleste a los que no gustan del género, como puede ser mi caso. En esta ocasión asistí en Madrid a la presentación en la Fnac junto a otras lectoras de #SoyYincanera y ya la experiencia fue completa y pude comprender algunos puntos que se me escapaban, porque Mikel es tan políticamente incorrecto como algunos de los personajes de su obra, es un placer escucharlo hablar de su libro e intuir lo que esconde celosamente, para luego darte cuenta de que pocas veces das en el clavo, como cuando te enfrentas a una de sus novelas y la cabeza te hierve de tantas hipótesis que te planteas. Si te apetece escuchar lo que dijo Mikel sobre su novela pincha aquí

En la presentación nos obsequiaron con un plano de la isla que he tenido a mi lado mientras leía y consultaba las andanzas de los personajes, y puedo asegurar que ha hecho mucho más satisfactoria la experiencia lectora.

El autor:

Mikel Santiago nació en Portugalete, en 1975. Comenzó escribiendo relatos y novelas cortas, y
publicando sus propios e-books en internet, con lo que consiguió llegar a la lista de best sellers de iTunes, Amazon y Barnes & Noble. Ha vivido en Irlanda y en Amsterdam. Actualmente reside en Bilbao.

Ha publicado las novelas La última noche en Tremore Beach (2014), El mal camino (2015) y El extraño verano de Tom Harvey (2017) en Ediciones B. Todas ellas han escalado hasta los primeros puestos en las listas de best sellers en España y han sido publicadas por una veintena de países. Sus obras han conquistado tanto a los lectores como a la crítica internacional.

Sinopsis:

UNA ISLA PERDIDA EN EL MAR DEL NORTE.

El temporal se cierne sobre Santa Kilda y casi todos han huido en el último ferry. No quedan en la isla más que cincuenta personas, entre ellos Carmen, una mujer española que trabaja en el pequeño hotel local, y un puñado de pescadores. Serán ellos quien encuentren un  misterioso contenedor metálico junto a los acantilados.

UNA EXTRAÑA CAJA TRAÍDA POR LAS OLAS.

A través de unos personajes llenos de matices y secretos, atrapados en el corazón de la tormenta, Mikel Santiago nos plantea la pregunta que sobrevuela cada página de la novela...

¿HASTA DÓNDE ESTARÍAS DISPUESTO A LLEGAR PARA SOBREVIVIR?


Mis impresiones:

Mikel Santiago lo ha vuelto a hacer, me ha tenido dando vueltas a una obsesión, porque al final he empatizado tanto con los habitantes de Santa Kilda que tenía los mismos temores que ellos y las mismas ganas de saber que escondía la caja encontrada en alta mar.

La ambientación de Mikel crea un espacio completamente opresivo, una isla pequeña, con la mitad de sus habitantes porque los otros se han marchado para celebrar la Navidad, y cercados por una tormenta que la hace más inhóspita todavía. Con los pocos habitantes que quedan enfrentados entre sí, unos porque quieren abrir la caja, ya que según las leyes del mar es suya, y otros que abogan por no hacerlo porque tiene un dueño y se pueden meter en problemas, sobrevivir se hace indispensable.

Pero no es solo esa atmósfera desapacible que tan bien describe la que crea tensión, también lo consigue a través de sus personajes, de todo pelaje y condición, todos con  más sombras que luces, con secretos y miedos tan arraigados en su interior que llevados al límite se convierten en una bomba de relojería. Personajes complejos con infinidad de matices, ninguno es bueno ni malo per se y eso iremos descubriéndolo poco a poco, conforme vaya avanzando la trama, conforme la climatología en la isla vaya empeorando, conforme los habitantes se vayan volviendo más hoscos y conforme vayan fallando cosas tan importantes como la electricidad y las comunicaciones.

Y es que Mikel que nos tiene acostumbrados a narraciones en primera persona introduce una novedad en esta novela, narrada a dos voces una lo hará con su propia voz y la otra en tercera persona, con un narrador omnisciente que nos dará una visión más amplia de la trama.

Dave un soldado curtido en  mil batallas, será quién nos cuente en primera persona porque se encuentra en la isla luchando por sobrevivir, será quién tenga también esa vena políticamente incorrecta, el que nos dará destellos de humor que destensaran la opresión en la que nos envuelve Mikel Santiago, pequeños balones de oxigeno que nos harán sonreír, cuanto no reír abiertamente a pesar de las situaciones que narra. Y es que la mente gamberra de Dave y la forma de hablar me recuerda un montón  al autor que pude escuchar en la presentación de la Fnac.

Carmen una española que lleva unos meses en la isla ha decidido quedarse porque no le apetece volver a Madrid a enfrentarse a sus recuerdos, a través de ella y en tercera persona viviremos los acontecimientos desde otro angulo distinto, con ella nos moriremos de miedo, resurgiremos de nuestras cenizas, sacaremos fuerzas de flaqueza y nos envalentonaremos. Será por momentos nuestra heroína, nuestro faro, pero también la veremos flaquear.

Junto a estos personajes principales tenemos otros secundarios de lujo, completamente necesarios para que la historia sea redonda y por ello los rudos pescadores encabezados por McGrady, Ngar y Zack Lusk, que repelen cada vez que salen a escena, es complicadísimo empatizar con ellos. O los agoreros litúrgicos encabezados por Theresa a la que se le ha ido la cabeza y nos da ese punto de locura religioso y apocalíptico. O los aliados de Carmen, Didi, Amelia, Bram y Charlie, a los que iremos descubriendo poco a poco.

Y junto a estos personajes dos más la isla de Santa Kilda que con su orografía y el temporal que la azota se convertirá en una cárcel para los habitantes que se han quedado a pesar de todo y la caja, ese objeto de discordia que parece afectar de una forma distinta a cada habitante de la isla y ninguno parece poder sustraerse a su poder.

Mikel Santiago nos somete a un ritmo endiablado, con una acción frenética, en todo momento están sucediendo cosas en una isla tan pequeña, a ello contribuyen los capítulos cortos, unos más que otros, al principio se alternan los narrados en primera persona y los narrados en tercera, conforme avanza la historia dividida a su vez en partes, esa alternancia ya no es tan perfecta, y tampoco son ellos los protagonistas absolutos, otros habitantes de la isla les toman el relevo. Desde el principio hasta el final consigue pegarnos el libro a las manos, que no lo podamos soltar en ningún momento, que todo quede atado y bien atado a pesar que en algún momento temes que se saque un as de la manga y te la juegue con un falso final.

Y ahora vamos a ese elemento al que yo le temo tanto y que Mikel integra a la perfección en la narración para que seduzca a los apasionados del género y no moleste a los que abominan de él, los fenómenos paranormales, presentes en todo momento de la novela, introducidos con tal naturalidad que pasan incluso desapercibidos, al menos a mi que no gusto de ellos no me han molestado en absoluto, incluso puedo decir que los he disfrutado, y cuando lo leas entenderás porque, ya que son una parte fundamental para entender porque actúan los personajes de la forma que lo hacen.

Con esta novela queda patente que Mikel Santiago se ha hecho un sitio entre los autores de Thriller que no tiene nada que envidiarle a ningún autor laureado, que novela a novela se afianza como un autor a tener en cuenta, y después de casi haber devorado su novela, porque para el poco tiempo del que dispongo me ha durado un suspiro, queda una larga espera, al menos de un año antes de poder disfrutar de nuevo de su narrativa, y quizás este sea el único pero que le pueda poner a una novela, que si bien no es redonda del todo, poco le falta.

Conclusión:

Si te apasionan los Trillers con este vas a disfrutar como un enano, ágil, incluso frenético en ocasiones, la isla de Santa Kilda se convertirá en tu prisión, te envolverá en su ambiente opresivo, te quitará el aliento y querrás seguir un capitulo más, y a la que te habrás dado cuenta te habrá robado la noche, eso si eres capaz de leerlo a esas horas sin que las pesadillas pueblen tu descanso.

Mikel Santiago ha creado una trama absorbente que se pega a las manos del lector y al mismo tiempo vuela y que seguro disfrutarás de sus personajes y de la historia que cuentan.

Y hasta ahí te puedo contar, porque considero que a las novelas de este autor hay que acercarse habiendo leído lo mínimo para que disfrutar descubriendo a la par que los personajes que está sucediendo en sus vidas y descubrir que cualquier persona sometida a presión y temiendo por su vida es capaz de transformarse y luchar.


Por si no he sido lo suficientemente convincente os dejo el booktrailer de esta  novela que me parece muy acertado