martes, 24 de marzo de 2020

Un asesino en tu sombra. Ana Lena Rivera.

Contrariamente a lo que pudiera haber esperado el confinamiento al que nos ha obligado el covid-19 no ha supuesto para mí mayor tiempo de lectura, primero porque la formación on line sigue sus tiempos, que para algo se ha de hacer desde casa, segundo porque no logro concentrarme, ni para leer ni para escribir, ya me gustaría que fuera de otra forma, pero las cosas son como son.
Voy a intentar de todas formas dejaros mis impresiones de una novela que para mi es la confirmación de que Ana Lena Rivera y su personaje Gracia San Sebastián han llegado para quedarse. Y es que esta segunda novela de la serie es más madura, más negra, mucho más negra que la primera entrega y deja al descubierto el oficio de la autora a la hora de narrar, de crear personajes potentes, de mantener la intriga de la trama y subtramas hasta el final, al menos yo intuí en una de las tramas donde podía estar el quid, pero en la otra me tuvo bastante pez.
Durante la pasada Feria de Madrid, un grupo de la iniciativa #SoyYincanera, mantuvimos con la autora un encuentro en d picnic un local cercano al Retiro, en el que pudimos cambiar impresiones sobre Lo que callan los muertos, novela que habíamos leído con anterioridad y comentado en twitter.
La cercanía de Ana Lena, su gran sonrisa a pesar de ir de aquí para allá, y la conversación centrada en gran medida sobre un personaje que nos enamoró a todas las lectoras, Adela, hizo que el tiempo volara, y cuando nos dimos cuenta habían pasado dos horas, sino más y a la autora la reclamaban en otra parte. Quedamos emplazadas a repetir la experiencia cuando volviera a publicar.
Y Ana ha cumplido, una delegación de Yincaneras de Madrid pudo compartir con ella un desayuno asturiano un poco tardío en las oficinas de Maeva, y departir sobre Un asesino en tu sombra. Me hubiera gustado asistir, pero las obligaciones laborales y los quilómetros de distancia que no son baladís lo hicieron inviable. Pero espero coincidir de nuevo con ella e intercambiar pareceres, es una conversadora amable y muy accesible.

La autora:

Ana Lena Rivera nació en Oviedo en 1972. Estudió Derecho y  Administración de Empresas en ICADE, en Madrid. Después de veinte años como directiva en una gran multinacional, cambió los negocios por su gran pasión, la escritura, coincidiendo con el nacimiento de su hijo, Alejandro. Junto a él nació también Gracia San Sebastián, la protagonista de su serie de intriga.

Su primera novela, Lo que callan los muertos, fue galardonada con el Premio Torrente Ballester.

Podéis encontrarla en:

www.analenarivera.com
Twitter @AnaRiveraMuniz
Instagram @analenarivera

Sinopsis:

La desaparición de una mujer involucrará a Gracia San Sebastián, la investigadora más original de Asturias, en un crimen particularmente perverso

Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparición de Imelda, una joven psicóloga a la que encuentran muerta pocos días después en las vías del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer.

Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policía de Oviedo, Gracia empezará una investigación que la llevará a la caza de un asesino por varias capitales europeas.

Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relación con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputación como investigadora está en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis múltiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad más extrema del triatlón, el Ironman. Gracia, convencida de que algo no encaja en la historia del funcionario, intenta reparar su error.

También en esta ocasión, contará con el apoyo de las mujeres más importantes de su vida, su madre, su hermana Bárbara y su amiga Sarah.

Mis impresiones:

Como he adelantado en la introducción esta es la segunda entrega de la serie Gracia San Sebastián, Ana Lena escribe historias autoconclusivas, por ese motivo podría leerse cada libro por separado, sin embargo, el gran atractivo de esta serie reside en los personajes y estos la mayoría se arrastran de un libro a otro, y van evolucionando por lo que creo que siendo una serie tan joven, y con tan solo dos entregas merece la pena empezar por el primero, para hacerte una idea de su personaje más sublime, Adela, que en este libro tiene un papel mucho más reducido. Pero no tan solo de la matriarca, si no también de Bárbara, esa hermana tan fría, metódica y distante, o de Sarah esa amiga que todos quisiéramos tener, o de Geni que justo en esta entrega tiene un papel más importante, o de Rafa, el amigo comisario y al mismo tiempo marido de la chismes, o de Jorge, el marido perfecto de Gracia.

Estos personajes que se mantienen libro a libro en la trama de investigación financiera y alguno que otro en la criminal, son el gran pilar sobre el que se asienta la narración, personajes potentes, carismáticos, con muchos matices sicológicos, pero sobre todo personajes cotidianos, que cualquier lector puede reconocer y encontrar en su entorno, personajes de carne y hueso. Quizás ese sea su principal mérito que los percibimos reales, cercanos, creíbles y por ese motivo empatizamos con ellos, o les cogemos tirria, unas veces entendemos sus reacciones, otras los zarandeariamos, no nos dejan indiferentes en ningún momento.

El toque de humor, como siempre lo pone doña Adela, la incombustible madre de Gracia, que igual te acuna al nieto, que te hace unas casadielles para un sospechoso, que cocina de sobra por si las hijas se presentan a comer, como que divaga sobre la investigación en curso, o levanta el teléfono para que Gracia ponga remedio a alguna de las injusticias que azotan a su familia. He echado de menos ese papel tan protagonista que tuvo que en Lo que callan los muertos, pero sinceramente le robaba mucho protagonismo a Gracia, que en esta entrega ha recuperado un poco, al mismo tiempo que su vida navega en lo personal y en lo profesional hacia la deriva.

En lo profesional porque la seguridad social pierde un juicio al acusar a un enfermo de fingir esclerosis múltiple para poder dedicarse a preparar la prueba más extrema del triatlon, el ironman y la persona que se presenta en el juzgado no parece capaz de andar ni dos pasos, ni tiene la musculatura de un atleta. Su reputación está en entredicho y quién la ha contratado para investigar no se lo pone nada fácil culpándola de todo el fracaso.

A pesar de todo Gracia no se achanta, sabe que la explicación está en algún lado y replantea de nuevo toda su investigación, revisa todas las pruebas en un tenso tira y afloja con la persona que se juega también la reputación al mismo tiempo que ella. Y de esta forma avistamos otra de las marcas de la casa la investigación lenta, con callejones sin salidas, investigaciones como las que llevaríamos a cabo nosotros, lógicas, sin ningún conejo escondido en la chistera. Una investigación más pausada, preguntando a los posibles implicados,  sin sobresaltos, más allá de las lógicas vueltas atrás.

Como nuestra protagonista no gana para sobresaltos, en medio de esa zozobra profesional recibe una llamada angustiada de su hermana en la que le pide que investigue la desaparición de la hermana de Teo, Imelda. Gracia no sabe negarse y a pesar de sus recelos porque no es una investigadora criminal lo suyo son los fraudes, decide investigar sin ningún compromiso.

Podriamos encuadrar las novelas de Ana Lena dentro del costumbrismo, o del realismo, aunque la anterior más que esta que ya adquiere ritmo de thriller, pero un thriller con sabor clásico. En esta entrega además deja de ambientar solo en Oviedo, para hacerlo también en Gijón en  Copenhague y Zurich. En todas las ambientaciones es un placer seguir a Gracia en su búsqueda de la verdad aún sabiendo que el precio a pagar puede ser muy alto, sobre todo en el caso del fraude a la seguridad social.

Las mujeres de su entorno le proporcionaran la vía de escape cuando se atasca y la investigación parece no avanzar, de esa forma la autora evita los subterfugios, y los ases en la manga. Me encanta seguir el día a día de Gracia, sus diálogos con su amiga Sarah no tienen precio. Y los que mantiene con su madre son bocatto di cardinale. Adela vuelve loca a nuestra investigadora pero también le da la vida, un soplo de optimismo en medio del naufragio de su vida. Una mujer con la sabiduria de la vida por bandera tratando que su hija sufra lo menos posible.

Las dos tramas están muy bien hiladas, cada una con su protagonismo, la lectura va fluyendo de forma dinámica porque en todo momento está pasando algo, cuando una investigación se atasca la otra cobra vida y se acelera, hilvanándose con el desastre  que se cierne sobre su vida personal, de la que en ocasiones parece que huya y en otras que corra al encuentro.

Asistiremos al nacimiento de una nueva Gracia San Sebastián no se si mejor o peor, pero al menos una distinta, renacida, y deseo seguir viendo como evoluciona, y aquí me tenéis a la espera de la nueva novela, pero creo que me adelanto, todavía no he terminado de comentaros las bondades de esta entrega.

Ana Lena utiliza un lenguaje sencillo, cargado de diálogos cotidianos y lugares comunes, capítulos cortos, unos narrados en primera persona por Gracia San Sebastián, otros los menos en tercera persona por un narrador omnisciente, de esa forma le da agilidad y una visión más amplia.

El protagonismo que adquiere Geni en algunos momentos de esta historia a mi modo de ver le da un balón de oxigeno, nos hace verla con nuevos ojos, un revulsivo necesario para que Gracia también abra los ojos y aprenda a valorarla en su justa medida.

En un momento dado he dicho que esta novela es más negra que la anterior y lo es por la trama de la desaparición de Imelda y su posterior asesinato, hay escenas un poco duras por lo visuales de las descripciones, pero la autora no se recrea en el morbo, más bien lo hace en el quién y en los motivos que esconde y al menos a mí me sorprendió muchísimo la resolución.

Una novela muy recomendable, me atrevería a decir que narrativamente mejor que la primera, más compleja en cuanto a la elaboración de las tramas, posiblemente con menos frescura por la menor presencia de Adela en la trama y en la resolución de los casos. Un paseo por el Oviedo natal de la autora, por su gastronomía y por sus emblemáticas tascas. Con ganas de perderme en la ciudad, en sus cuestas, en sus bares, y de probar alguna de sus delicias gastrónomicas.

Conclusiones:

Una novela muy recomendable, te aconsejaría empezar la serie desde el principio aunque no es absolutamente necesario, disfrutarás de Oviedo, de su gastronomía, de sus costumbres, de una narración sencilla, una estructura compleja con dos tramas y alguna que otra subrama, una negra y una de fraudes económicos, muy creíble con la picaresca tan española.

Me gustaría animaros a conocer a Gracia y a las mujeres de su entorno, seguro que Adela te causará la misma adicción que a mi.


martes, 3 de marzo de 2020

El alano. José Zoilo Hernandez



Una de romanos, ¿de verdad? ¿Tú, leyendo y reseñando una de romanos?, me lo vas a tener que explicar... después de tantos años oyéndote jurar en arameo cada vez que una novela se ambientaba en el Imperio Romano, temo que te hayas dado un golpe en la cabeza, ¡no puede haber otra explicación!.

No, ¡hombre no!, que no es una de romanos, que el Imperio ya está cayendo en picado y los bárbaros campan a sus anchas en Hispania, ¡si hasta sale Atila!, de refilón y como anécdota, ¡pero ahí está!. Uyyy esa cara es todo un poema, no te convenzo eh… pues prepárate que es una larga historia, y mantente atento, porque es posible que aún así no lo entiendas.

A mitad de noviembre de 2019, participé en el Certamen Histórico Internacional Ciudad de Úbeda con otras yincaneras, del viaje mejor ni hablamos... (qué odisea) solo te puedo decir que salí en tren de Castellón sobre las doce de mediodía y llegué a Baeza más de las seis de la tarde... encajada en un asiento deformado que me dejó el cuerpo como una jota.

Mi maltrecho cuerpo me pedía a gritos quedarme en el hotel, pero sobre las siete empezaba la ultima presentación del día, y después de soltar las maletas nos dispusimos a salir hacia la librería. Allí un exultante José Zoilo Hernández, hasta ese momento desconocido para mí, habló con tanta pasión del periodo histórico, de Attax, ese alano que me ha robado el corazón y la razón, de vándalos, alanos, godos y suevos, y de un Imperio Romano que se desmoronaba a marchas forzadas, que casi me convenció para leerme su trilogía. Uyyyy, no pongas esos ojos, has oído bien, son tres libros, tres tochazos que dirías tu,  y este solo es el primero.


Esa misma noche compartimos mesa en la cena, y fue un placer hablar de literatura con él y con su mujer, Esther Morera, por la mesa corría el agua, menos mal que no era tinto, porque por ella paseaban los personajes de la novela, nuestra curiosidad que el autor iba saciando y metiéndome la época por los ojos. Y te aseguro que era complicado, dado el trauma que arrastraba de mi época de estudiante, un buen profesor de historia es muy importante para que un tema te apasione o lo odies.





Para que te hagas una idea,  soy fan de Obelix, si ese hombretón pasado de peso, al que le divertía soltar mamporros a los romanos al grito de “¡están locos estos romanos!”, y cuantos más sopapos soltaba, y más romanos salían disparados por el aire, más fuerte sonaba mi carcajada. De vivir en la época me hubiera parapetado con los galos y hubiera tomado la pócima para soltar sopapos a todo tren. Ahhhh... ya sonríes eh, ¿ves como sigo siendo la misma?. Lo de Attax ha sido un flechazo, y no es romano, hombre, ¡es alano!.


Y ahora que te noto más tranquilo, te anuncio que tengo intención de leer también Niebla y Acero, y El dux del fin del mundo, porque quiero seguir a Attax hasta el fin de sus días, Lo he conocido siendo un niño, y lo he dejado siendo un madurito interesante…

Pero ¡basta de cháchara!, porque la que me ha liado como siempre ha sido Ana, sí, ya se que que a ella le gusta el Imperio Romano, pero se la sopla que a mí no, que quieres que te cuente, y volvió a argumentar que no era la típica novela, que patatin, que patatón, y por no oírla ( como casi siempre que me meto en un charco enorme) le dije venga va, ¡habemus lectura simultánea! si las yincaneras nos siguen en esta aventura. Y vaya si nos siguieron, ni las más de 500 páginas les asustaron.

Y ya que estamos, ¡quédate y te cuento que me ha parecido El alano!, venga... ¡igual te animas a leerla tú también!.




El autor:


José Zoilo Hernández nace en Tenerife en 1977, es biólogo de profesión y trabaja en el ámbito de la agricultura y el desarrollo rural. Aunque su labor profesional, ha discurrido en el campo de las ciencias, es un autentico apasionado de la historia desde muy temprana edad. El alano es su primera novela y con ella inicia la épica trilogía Las Cenizas de Hispania, una apasionante recreación de la Hispania tardorromana.


Lo podéis encontrar en:


En twitter: @josezoilohdez


Sinopsis:


La apasionante historia de Attax, un bárbaro en el ocaso de la Hispania romana.

Hispalis, año 438 d. C. Ante la alarmante aparición de una horda sueva dispuesta a asolar sus tierras, Attax, un bárbaro alano, decide unirse al ejército de un viejo amigo para luchar por la defensa de su gente. La gloria que él espera desaparece al caer prisionero y ser vendido como esclavo.

Tras once años de servidumbre, Attax debe emprender una nueva vida tras el asesinato de su amo, acompañado por el hijo de este, Marco. Attax se sumergirá en un intenso viaje por la moribunda Hispania, que le llevará a comprender el valor de la amistad y el amor, así como el precio deperder ambos. Un recorrido hacía la madurez que despreció en su juventud.

Suevos, vándalos y alanos cobran vida en el escenario de una Hispania convulsa y decadente, abandona a su suerte por un imperio romano que se desvanece.


Mis impresiones:

El Alano es una novela con una gran documentación detrás, que se ambienta en una época convulsa en la que Hispania estaba a merced de bárbaros disputándose lo que quedaba del otrora espléndido Imperio Romano que abandonó a sus habitantes la mayor parte de las veces a su suerte y al saqueo constante de los pueblos invasores, suevos, vándalos y alanos que tejían alianzas unos contra otros según evolucionaban sus intereses en las distintas zonas.




Esta gran labor de documentación en un periodo que la literatura no tiene nada trillado, también ofrece grandes lagunas y ahí es donde el autor se ha tomado alguna que otra licencia en beneficio de la trama y para acercarnos una parte de nuestra historia bastante lejana y olvidada en los currículos educativos, de forma llevadera e incluso adictiva, porque de la mano de Attax viviremos todo tipo de situaciones, incluso participaremos en alguna que otra batalla y entrenaremos nuestro cuerpo y mente para entrar en combate.

Últimamente no tengo el vicio de recorrer las páginas finales de la novela nada más empezarla, o cuando la llevo mediada, y en esta ocasión me he perdido un par de glosarios, uno con términos latinos y otro con las referencias a las ciudades en las que se desarrolla la acción, recomiendo acudir a ellos para situarse mejor en la historia y disfrutarla al máximo.

Narrada en primera persona por Attax, la novela se vuelve más intimista, y el lector,al menos así me sucedió a mi, liga su suerte a la del bárbaro pagano que te roba el corazón con su humanidad desde las primeras líneas. Y es que a pesar de haber sido educado y entrenado para guerrear nuestro gigante rubio es capaz de adaptarse a numerosas situaciones y así lo vemos en Hispalis paseando entre olivares, ejerciendo de guardaespaldas de un terrateniente, ajustando cuentas con algún ladrón, o atendiendo a los entresijos de la producción del aceite. Nada hacía presagiar que el león seguía agazapado en su interior, un viaje a Corduba, la amenaza de invasión sueva y el reencuentro con el vándalo que lo acogió en su niñez cuando murieron sus padres, lo lleva a colocarse la cota de malla y a coger de nuevo la espada.

Esa nueva aventura le enseña la amargura de la esclavitud, un viaje en condiciones penosas hacia el norte y la pérdida de sus compañeros de penurias. Comienza un nuevo periodo de adaptación en Conimbriga de la mano de Quinto, un romano del que llega a ser mano derecha y lograr la manumisión, en este caso se pasea entre cepas y cría caballos. Y nuestro alocado mozalbete conoce el amor junto a Aspasia una hispana menuda y pizpireta a la que ligará su suerte y con la que llegará a regentar una taberna en Lucus Augusti cuando la tragedia se vuelve a cernir sobre ellos y tiene que desplazarse junto a Marco en busca de su tio.

Y de nuevo se cierne sobre ellos la amenaza sueva y el fragor de la batalla resuena en la cabeza de Attax que tiene que abandonar la confortabilidad de una vida sedentaria junto a la mujer que ama para ser fiel a la promesa que le hizo a su señor. Con la vitalidad de la juventud ya mermada y sitiendose responsable de los mozalbetes que lleva a su cargo vuelve a recorrer los caminos repletos de asaltadores y amenazas continuas hasta unirse al ejército godo.

Las descripciones bélicas son uno de los platos fuertes de esta historia, narradas con tanta profusión de detalles que el lector se ve inmerso en la lucha, en el choque de espadas y en el entrechocar de caballos y escudos. Tal es el realismo de las escenas épicas que te quedas ganas con ganas de más, aunque tu espíritu no sea nada guerrero.

Jose Zoilo ha sabido crear el PERSONAJE, sí en mayúsculas y sin temor a que me llaméis exagerada. Attax es de los que llegan para quedarse a vivir en el corazón de los lectores, porque a pesar de ser un bárbaro aculturizado, que conserva algunas costumbres de un pueblo que a penas llegó a conocer, tiene rasgos tan humanos que te roban la voluntad. Pero a ese acierto hay que sumar que todos y cada uno de los personajes con algo de peso en esta historia está creado con mimo, con tanta profusión de matices que en ocasiones llegan a tal realismo que traspasan el papel. No sabría con que secundario quedarme, la aspereza de Gelimer me atraía, las maneras finas de Anderico me sorprendieron, la humildad de Quinto hizo que me quitara el sombrero, la cabezonería y constancia de Marco se ganaron mi simpatía. Aspasia uno de los pocos personajes femeninos con peso me hizo sonreír en más de una ocasión y me dieron ganas de zarandearla en otras pocas. Galieno se ganó mi admiración y el pequeño britanno me enamoró. Y que decir de la mole de Ibbas o del culturizado Sallas.

Son muchos los personajes que desfilan por esta novela y sólo he nombrado algunos de ellos, porque para mi ha sido un placer ir descubriendolos a medida que avanzaba la trama. Lo realmente importante es que a algunos de ellos los acompañas durante un largo trecho y los ves evolucionar, madurar, caer, levantarse, caer en desgracia, avanzar, tomar decisiones importantes. Arriesgar la vida por una promesa, por venganza, o por la necesidad de defender una tierra que sienten como propia.

Lealtad esa palabra tan en desuso en nuestros días y que tan poco valor parece tener, es la que mueve todas y cada una de las acciones de Attax, que siente el peso de la palabra dada tanto como el de su spatha durante la batalla. Amistad otro concepto con mucho peso y que en esta historia tiene un amplio recorrido en muchas acepciones, tanto como el amor, las pérdidas materiales y afectivas que a veces sacuden a los personajes con la fuerza de tsunami.

Muchas son las razones para sumergirte en las 540 páginas de El Alano que seguro que se irán diluyendo entre tus dedos como lo hace la arena. Seguro que te mantendrá en vilo durante toda la narración y te dará la sensación de que compartes un café con un antiguo compañero que te cuenta batallas que te has perdido y que te hubiera gustado presenciar, aunque a su lado las vives con igual realismo.


Conclusión:


Jose Zoilo ha creado no solo un personaje potente que sostiene toda una trama épica, si no que ha acertado con la voz narrativa, no es fácil llegar al lector con una primera persona, pero Attax consigue conquistar a quien se acerca a sus páginas, consigue mantenerlo en vilo y pegado a sus devenires, y no contento con ello, consigue que tras devorar más de quinientas páginas te quedes con ganas de más, de seguir a su lado viviendo más aventuras.

Sorprende la fuerza narrativa del autor en las escenas bélicas, y al mismo tiempo el realismo que consigue transmitir. Los personajes tan cuidados y ricos en matices a los que odias o te atrapan irremisiblemente. Las costumbres barbaras y paganas en contraposición con las cristianas.

Una novela que puede gustar a un público muy amplio porque tiene muchas tramas y subtramas y a pesar de ser el género histórico el que predomina al tratarse de una ficción histórica, hunde sus raíces en tantos aspectos como la vida misma, dándole mucho realismo a lo que el autor con una prosa cuidada y alejada de los artificios superfluos pretende transmitirnos a través de las vivencias de su carismático personaje que a la postre es un SUPERVIVIENTE, en mayúsculas.

¿Te animas a conocer a Attax? Si te acercas a El alano por recomendación de este blog hazme llegar tus impresiones.