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viernes, 28 de noviembre de 2014

La camarera de Bach. Antonio Gomez Rufo

A Antonio Gomez Rufo lo descubrí con La noche del Tamarindo, una novela que me impactó por lo bien escrita que estaba, pero también por lo mucho que me hizo reflexionar sobre cuestiones que yo creía asumidas, y es que una persona llevada al limite de la desesperación puede actuar de forma que jamás hubiera pensado. Supe que no sería lo último que leería del autor, por eso cuando vi entre las novedades de Planeta La camarera de Bach, me lancé casi sin pensarlo.

Y digo casi porque la lista de pendientes de leer es ya tan larga que realmente me asusta, así que indague un poco en su ambientación y en su sinopsis, y entonces si que ya no me pude resistir, el periodo histórico en el que transcurre yo no lo tengo muy trillado y me llama mucho la atención, y el hecho de que la protagonista fuera una mujer fuerte y casi inconsciente, me llevó de cabeza a leer una historia de superación personal y a recibir una clase magistral de Historia contemporánea.

Y es que después de leer a algunos autores una no puede dejar de preguntarse porque los profesores de historia no se apoyan en algunos libros para dar sus clases y hacerlas algo más llevaderas, será que yo soy muy peliculera y una lectora empedernida, pero durante mis años de estudiante tiraba mucho de clásicos para entender la ambientación social del periodo, sobre todo todo en el XIX.

Poco más puedo añadir, con estas escasas líneas ya podéis intuir lo mucho que me ha gustado la novela, que se ha demorado en mis manos más de lo que me hubiera gustado por la falta de tiempo y cuya reseña ha hibernado por el mismo motivo más de lo que hubiera sido deseable.


El autor:

Antonio Gómez Rufo nació en Madrid, donde estudió Derecho y Criminología en la Universidad Complutense. Considerado uno de los mejores escritores españoles, es autor de novelas, guiones y otros textos, entre ellos la biografía de Berlanga. Su obra elogiada por la crítica española e internacional ha sido traducida al alemán, holandés, búlgaro, portugués, rumano, francés, griego y polaco. Premio Fernando Lara de Novela y Premio Indenpendencia Dos de Mayo por El secreto del rey cautivo (2005), fue finalista del Premio Nacional de Narrativa por El alma de los peces (2000). También es autor entre otras novelas de La abadía de los crímenes, Las lágrimas de Hernan, Los mares del miedo (2003, Premio de la Asociación de Libreros de Cartagena), Adiós a los hombres (2006), El señor de Cheshire (2206, Premio Ducal de Loeches), Balada triste en Madrid (2007) y La noche del Tamarindo (2008).


Argumento:

Un nevado día de 1750 la pequeña Madlene sale del orfanato de Leizpig, en el que ha vivido, para servir como ayuda de cámara del gran músico Johan Sebastian Bach. La joven tan adorable como curiosa y deseosa de aprender, se convierte en la luz que acompañará al genio en los últimos días de su vida, pero pronto conocerá la realidad de un mundo en el que no hay sitio para ella. Con la tenacidad que sólo dan la miseria y la perseverancia, Madlene logrará convertirse en un ejemplo de superación para las mujeres de una Europa en los albores de la Revolución francesa.

La camarera de Bach es el retrato inolvidable de una criada alemana que se transformó, sin saberlo, en la primera mujer de una nueva era.


Ambientación histórica:

Gómez Rufo sitúa esta novela en una época convulsa, de cambios sociales, políticos y económicos que trastocaron una sociedad clasista y tremendamente inmovilista que defendía con ahínco sus prebendas y sus privilegios políticos, sociales y económicos. Finales del siglo XVIII supuso el pistoletazo de salida de una nueva era, y este pistolezo se produjo por dos hechos principalmente, la revolución industrial en Inglaterra, y la Ilustración en Francia.

Inglaterra comienza por aquellos años su revolución Industrial que produjo una gran miseria en su territorio, y también en los vecinos, sin embargo el ansia de poder de los burgueses era tan grande que no tuvieron en cuenta la hambruna y los riesgos sociales y políticos que podría conllevar. Este modo de ver la vida comenzó a cambiar el punto de vista económico, social y político.

En Francia los filósofos franceses comenzaron a escribir La Enciclopedia, sentaron la bases de una ideología que daría paso a la Ilustración y años después a la Revolución francesa. Los cambios se notaron sobre todo desde el punto de vista social, cultural y politico

Y es en estos años donde sitúa Antonio su historia, Bach muere en 1750, y el final de su vida coincide con el final del viejo mundo, el medieval, y por lo tanto con el principio de una nueva era en la que los movimientos artísticos, y la cultura tienen más peso. Los años anteriores pasan con la preocupación de un sector, el cultural que se da cuenta de lo que se les viene encima y temen por sus privilegios.

Madlene una joven criada se convierte en la protagonista de esta historia que transcurre entre 1750 y 1764, una mujer que no es consciente del revuelo que levantan sus ansías de saber, su tenacidad para cambiar una situación adversa por otra que le sea más propicia, una joven inconformista y luchadora que es un ejemplo de superación para cualquier persona, una mujer adelantada a su tiempo que ayudo sin saberlo a asentar una nueva era.

Llama la atención la habilidad de Gómez Rufo para situarnos en este tiempo de grandes cambios, la forma en que nos introduce la historia pura y dura, muchas veces sin el apoyo de Madlene, sobre todo cuando habla de la revolución industrial y sin embargo, contra todo pronóstico consiguió que me mantuviera pegada a sus páginas y sobre todo desee haber tenido esas páginas cuando estudiaba 1 de Periodismo, pues mi profesor hizo su tesis en ese tema y ya podéis imaginar lo que cargaba las tintas en él.

No niego que la Historia en todas sus vertientes me haya tenido siempre enamorada, pero por mi vida estudiantil se han cruzado muchos tipos de profesores, unos que te hacían adorar la asignatura y otros que te hacían renegar de ella con todas las fuerzas, estoy segura de que Gómez Rufo, hubiera sido de los primeros.

Una mujer adelantada a su tiempo

Pocas cosas hay que me atraigan más en literatura que un personaje femenino potente, bien caracterizado y luchador, todo ello lo reúne Madlene Findelkind. La evolución de este personaje es abrumadora, la caracterización y los matices exhaustivos y la fuerza que emana arrolladora.

Comenzamos la historia con una Madlene niña carente de cariño por haberse criado en un orfanato y que pasa a ejercer como ayudante de cámara de Johan Sebastian Bach, que casi ciego requiere cuidados constantes. A su lado Madlene conoce un referente paternal, pero contrariamente a lo que pudiera parecer por el titulo de la novela la presencia del compositor se circunscribe al primer capitulo tras el que fallece pero sobrevuela de una manera o de otra toda la trama.

La muerte del compositor desencadena en Madlene un camino de infortunios, que pasan por la privación de libertad, en ese momento pierde la inocencia y el candor que no le habían arrebatado el hospicio y comienza a forjarse una mujer fuerte de espíritu aunque no tanto de salud, que comprende que la única manera de conseguir una vida mejor para ella y su descendencia pasa por la educación, por aprender a leer y escribir.

No entiende la pequeña Madlene el revuelo que levanta ese deseo que ella lucha por cumplir en las clases más pudientes, y una vez libre comienza un camino que la llevara desde Halle a Viena y a conocer por caprichos del destino al hombre que hará posible sus sueños. Podríamos en ese momento decir que Gómez Rufo convierte a Madlene en Cenicienta, solo que la felicidad dura poco en la casa del pobre.

Aprender a leer y a escribir le abre a Madlene la puerta a un nuevo mundo, pero al mismo tiempo enemistades abiertas con todos aquellos que ven peligrar su modo de vida y que comprueban como el viejo régimen se tambalea, por ello será perseguida y expulsada de Viena. No por ello flaquea en su ánimo, Madlene se levanta de nuevo dispuesta a luchar por la educación de las mujeres más desfavorecidas levantando con ello ampollas en su nuevo destino.

La trama nos ofrece la visión del candor de Madlene, su desesperación, su fortaleza ánimica y su declive cuando con todo en contra ve peligrar todo por lo que ha luchado. Ese trayecto viene acompañado por un deambular por tres paises, Alemania, Austria, Francia y apunta un destino final que habréis de conocer por vosotros mismos.

Pero Madlene no es el único personaje que el autor caracteriza con profundidad, de ello peca de dibujar con esmero la mayoría de ellos aunque su peso sea ínfimo en la trama, ralentizando con ello y las descripciones la lectura, aunque para mi no ha sido un obstáculo para disfrutarla.

Me gustaría destacar entre los personajes femeninos a:

Johanna: la hija de Bach que por aquella época contaba con la misma edad de Madlene y que desde el primer día sintió animadversión por ella, caprichosa, infantil, y toda maldad, propicia que la salida de la criada de casa de los Bach no sea nada honrosa con una acusación falsa.

Petra: Una prostituta que ayuda a Madlene a sobrevivir en prisión y que la ayuda a hacerse más fuerte para encarar los golpes de la vida. Sin embargo, nuestra protagonista no está dispuesta a seguir sus pasos y sus caminos se separan al salir de prisión.

Margit: una joven criada, en la que Madlene vio el reflejo de su propia existencia y que más que una sirvienta se convirtió en la hermana que nunca tuvo, me ha sorprendido el desparpajo de la joven, y es que el hambre agudiza el ingenio.

Entre los masculinos:

Johann Christoph Friedrich Bach: El nexo de unión de Madlene con la familia una vez desaparecido el compositor. Un hombre enamorado desde el primer día de Madlene sin embargo, gran defensor de las convencionalidades de la época que impedían a un miembro de las clases altas desposar una criada, aunque no mantenerla como concubina. Ante la negativa de Madlene a ejercer de ello se mantiene a su lado como un amigo fiel, su tabla de salvación cuando zozobra, aunque la llama del amor nunca se apagó del todo.

El duque de Losenstein: Un hombre valiente, que no vio en educar a una mujer ningún peligro, fue el quien enseño a Madlene a leer y a escribir, enfrentó a sus amistades, y siguió los dictados de su corazón. Un hombre sin duda adelantado a su tiempo que hizo posible que una criada cambiara su condición social, cumpliera su sueño y el de otras muchas mujeres como ella

Monsieur Sindalair: El clavo al que se agarra Madlene cuando llega a Francia, desconocedora del idioma tropieza con alguien que habla su misma lengua, y entre ellos se entabla una profunda amistad y una colaboración estrecha.

Podríamos decir que estos personajes aunque no son todos vertebran la trama, la dotan de fuerza y de sentido...

El estilo

Con un lenguaje cuidado, y culto Gómez Rufo nos lleva de la mano por una historia de desarrollo lento, en el que la acción es muy escasa y sin embargo abundan las descripciones y los datos históricos que han hecho mis delicias.

Quizás el único pero que se le podría poner a esta novela viene precisamente de esto último que he dicho, situar una novela en el tiempo no solo requiere enmarcarla si no también hacer referencia a personajes históricos reales y en este caso creo que abusa en la descripción de algunos que no tienen ningún peso especifico en la trama y ello además de ralentizar si cabe más el desarrollo no aporta nada nuevo, ni imprescindible. Sin embargo ello es fácilmente perdonable por el disfrute de un estilo depurado y bien documentado del que hace gala el autor.

Conclusión:

A estas alturas, quién ha llegado hasta aquí, sabe que recomiendo la novela. Quién se adentre en sus páginas se encontrara la historia de una mujer adelantada a su tiempo, que lucho por ver convertido un sueño y por dotar de él a las mujeres de su clase. Una novela de desarrollo lento que se paladea, en la que la acción es casi nula y sin embargo no carece de dinamismo, con unos personajes bien caracterizados y atrayentes, un vocabulario rico y un estilo culto y depurado.

Sin duda la pequeña Madlene ocupará vuestros corazones el tiempo que dure la lectura y se mantendrá en ellos una vez terminada, sin duda no será lo último que lea del autor, que ha hecho una vez más mis delicias.

Retos:

25 españoles



sábado, 3 de octubre de 2009

La noche del Tamarindo. A veces morir se convierte en delito


Hace algunos meses, mientras iba del colegio de mis hijos a mi trabajo en el coche, escuche una de esas campañas de publicidad que las editoriales insertan en las radios para promocionar un libro. Esta particularmente me impactó porque dos personas conversaban sobre un libro, y la una le hacia una reseña a la otra sobre el argumento y lo que podía encontrar en la novela. La obra era La noche del Tamarindo de Antonio Gómez Rufo.

Durante mucho tiempo este titulo estuvo rondando en mi memoria, así como partes inconexas de aquel anuncio publicitário radiofónico que despertó mi curiosidad. Varias cosas eran las que me atraían entre ellas que era el Tamarindo, porque me habían ofrecido un libro para mi hijo que se titulaba la flor del Tamarindo, y parecía que esa especie arbórea se cruzaba en mi camino repetidamente sin que yo fuera capaz de saber lo que era. La respuesta la encontré en la solapa del libro que un buen día encontré en la estantería de la biblioteca y me lleve hacia casa.


El Tamarindo es un árbol muy peculiar:cuando llega la noche y el sol se va, sus hojas se cierran sobre sí mismas y dejan visible el tronco, que puede contemplarse en toda su desnudez. Entonces es posible observarlo sin veladuras ni camuflaje, y no cabe disimular su hermosura pero tampoco sus defectos. La indiscreción paradójica de la oscuridad, la venganza de la noche por robarle la luz. Lo mismo sucede con muchas de las emociones que asaltan en la vida: por la noche son más visibles los gozos y los sufrimientos, las esperanzas y las decepciones. Más evidente la vida, pero también más evidente la muerte.

¿Cuanto tiempo crees que viviré papá? Belén no ocultó la serenidad que reflejaba su bello rostro al preguntarlo. Sus ojos brillaban en la penumbra, seguros, como si fuese de día y las hojas del tamarindo estuviesen recubriendo el miedo del tronco; miraba a su padre sin requerir ayuda, ni buscarlo para que la cobijase. Sencillamente afrontaba el futuro con la madurez de un anciano que ha aceptado que la medida de la vida es a veces injusta, como en su caso, y en otras razonable.

La lectura de esta novela plantea muchos interrogantes. Inmersa en una amalgama de géneros, sin que ninguno de ellos tome protagonismo absoluto, el autor y la editorial lo presentan como un trhiller y aunque tiene algunos elementos propios de este género no puede ser considerado como tal. Algunos de los interrogantes se resuelven a medida que avanza la narración otros simplemente bombardean la cabeza del lector que al final saca sus propias conclusiones. El medio ambiente, el deterioro al que lo estamos sometiendo, el avance de la ciencia y sus aplicaciones en le campo médico, las células madres y sus beneficios. El amor en mayúsculas o bien como accesorio, la lucha entre moral y ética y sobre todo un postulado la riqueza desorbitada que lleva a una persona a perseguir un ideal que el hombre ha buscado desde la más remota historia, el elixir de la juventud, o la inmortalidad del cuerpo.


Varios pasajes de este libro me han llevado a la reflexión, a la constatación de que no siempre es más rico aquel que más dinero posee, que hay riquezas que el vil metal no puede costear y parece ser que en esta novela se pone de manifiesto en más de una ocasión, porque el protagonista puede comprar un hospital pero no la salud de las personas a las que quiere y que pierde irremisiblemente, puede comprar compañía femenina pero no el amor, puede comprar la compañía pero no la dignidad... pequeñas joyas escritas que comparte Gómez Rufo con sus lectores.


La riqueza es la trampa de la sociedad para conservar al ser humano sumido en la esclavitud. Con ella, pensó, se puede conseguir cualquier cosa, menos las realmente importantes: el amor, la salud, la dignidad, la serenidad.... Él disponía de cuanto pudiera desear; ni en sus mejores sueños Aladino aspiró a tanto con su lampara; pero tenerla no le otorgaba ninguna de aquellas cosas que no estaban en venta. La sociedad se las había ingeniado para que unos pocos seres humanos alcanzasen la fortuna e indicasen a lo demás que, si se comportaban de manera obediente y sumisa, tal vez podrían obtener también el éxito. La sociedad escogía con sus tentáculos soluciones individuales, no amparaba a la colectividad. El centro del mundo no era el ser humano, sino algunos seres disciplinados, cómodos, rendidos y esclavizados.


La culpa gira entorno al personaje principal un acaudalado madrileño que ha pasado su vida amasando dinero sin atender a su hija en ningún momento, con el dinero pensaba que cubría su desatención. Se da cuenta de su error cuando a su hija de detectan tardíamente el síndrome de Morrish y todo el dinero del mundo no es suficiente para mantenerla a su lado. Ese dolor encubre la culpa que lo atenaza y que le llevara a tomar un batería de decisiones a cada cual más disparatada y a cometer delitos unos conscientemente y otros abocado por la locura. Convierte su vida en una constante huida.


Cuando huir se convierte en una necesidad acuciante para reencontrar la libertad, cualquier otro bien queda enmascarado, incluso la propia libertad, aunque ello pueda parecer una paradoja. Huir para alejarse del drama es un engaño del deseo, y también una necedad de los incautos porque quien huye acarrea el drama hasta donde el destino lo lleva, igual que si se tratase de un tumor alojado en las costuras del alma.

Huyendo es posible distanciarse de las cosas y de las personas, incluso de los paisajes; pero no hay lugar donde esconderse de las emociones cuando han levantado su alma en las evuelgtas y meandros por los que va corriendo el imprevisible rio de la vida.


Y de nuevo sintió el vacío, la frustración y la culpa; el gran error de vivir sin conformarse, de ignorar que morir cada día para no morir mañana es sufrir mil muertes, en una muerte sin final.

Otro tema presente es la muerte, y el miedo que siente el protagonista ante esta compañera que le arrebata cuanto ama, el temor a envejecer también es una constante que se desarrolla con una fuerza inusual. La ciencia ficción es uno de los géneros que con fuerza irrumpe en esta novela, planteando una realidad que hoy por hoy no creo posible y que si algún día lo fuera seguro que sería tan solo como afirma en la novela una excentricidad propia de unas personas con tanto dinero que no saben en que invertirlo.


La belleza de este libro estriba en esa amalgama de géneros que combina sabiamente la novela romántica con el amor como paladín, la novela negra, o policíaca, la ciencia ficción y sobre todo pone sobre el tapete temas de una tremenda actualidad, como el conflicto entre ciencia y moral, el complicado avance de la ciencia por las cortapisas de los gobiernos, el sacrificio necesario a veces incluso de vidas humanas que conlleva todo avance y la poca moral y ética que acompaña a algunos profesionales e investigadores. Y sobre todo el tema por excelencia creo que bien podría ser como se cometen errores por no vigilar en el momento adecuado aquello que se ama.

Para mi una lectura más que recomendable, aunque algunas veces la ficción va más allá de aquello que una persona pueda estar dispuesta a creer.