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miércoles, 19 de febrero de 2014

La terapeuta. Gaspar Hernández



No es la primera novela que leo de este autor. Gaspar Hernández ya me sorprendió con su anterior novela El silencio, que yo leí en catalán y que disfruté muchísimo a pesar de no considerarla una novela comercial, un best seller al uso.

Por eso cuando vi entre las novedades de Planeta La Terapeuta, supe que tenía que ser mía, hubiera preferido leerla en catalán, por aquello de que los sentimientos se expresan mejor en la lengua que uno maneja a diario, y por la musicalidad que fui capaz de encontrar en la otra novela y que en esta he buscado sin resultado alguno.

La terapeuta es una novela que sorprende, al menos a mi me ha sorprendido, parte de uno de las enfermedades más comunes de nuestros días, la ansiedad, como de fondo había un asesinato deduje yo erróneamente que se trataba de una novela negra, sin embargo el asesinato solo es el desencadenante de la trama, el factor involuntario que une a dos personas la terapeuta, Eugenia Llort, y el paciente, un actor que involuntariamente presencia un crimen, Héctor Amat.

Gaspar Hernández con su segunda novela se ha consagrado a mi modo de ver en un autor a tener en cuenta, con tramas que se salen de lo habitual, en las que la literatura, y el buen hacer literario no es un convidado de piedra.

El autor:

Gaspar Hernández nace en Girona en 1971, es escritor y periodista. Ganador del Premio Josep Pla porEl silencio, libro de ficción más vendido en Cataluña el año 2009, dirige y presenta el programa L'ofici de viure (El oficio de vivir) en Cataluña Radio.
su novela

Podéis visitar su página web

www.gaspar-hernandez.com

En twitter

@gasparhernandez


Sinopsis:

Héctor Amat es un actor que padece ansiedad. Después de presenciar por casualidad el asesinato de una joven, se bloquea y no recuerda detalles de lo sucedido.

Para mitigar su angustia y  recuperar su memoria, Héctor acude  a la consulta de la psicóloga Eugenia Llort, la terapeuta que lo atendió después del crimen. Esta relación en un primer momento profesional, se irá convirtiendo en una relación de dependencia que llegará a límites inusuales. Para que el pueda actuar, ella acudirá cada noche al teatro en el que Héctor interpreta a Dick Diver, el personaje protagonista de Suave es la noche. Pero como su propio personaje, un sicólogo que se enamora de una paciente, él también terminará por enamorarse perdidamente de su terapeuta.

Una excelente novela que aborda con sensibilidad e inteligencia el problema de la ansiedad, una de las enfermedades de nuestro siglo

Mis impresiones

Una vez superado mi error, es decir consciente de que no tenía una novela negra entre manos, me dispuse a disfrutarla, dejé mi mente en blanco y dejé que el autor imprimiera en ella sensaciones, que me contara su historia. Y reconozco que esta me llegó muy adentro, porque Gaspar juega con el lector contándole la historia primero desde la perspectiva del actor, supuesto paciente en esta trama, y después desde la perspectiva de la terapeuta. De esa forma empezamos a encajar las piezas del puzle que quedaban sueltas, que no comprendíamos, que no eramos capaces de colocar a ningún sitio porque simplemente no encajaban y por ese motivo buscábamos dobleces en unos personajes que eran incapaces de ello.

Comienza la novela un sábado cualquiera Hector Amat después de la representación de Suave es la noche sale del teatro Romea para irse a su casa, no es que sea antisocial, pero tiene sus normas, es abstemio y no le gusta ir de copas con los compañeros. En el parking en el que tiene aparcado su coche presencia un asesinato, aunque en un primer momento no es consciente de ello.

A partir de ese momento su mente bloquea todo lo que sucedió después. Y al mismo tiempo y como corresponde a un hombre tan perfeccionista como él, la ansiedad le gana terreno a pasos agigantados, hasta el punto de producirle bloqueos en la calle, inestabilidad, mareos, vértigos.

Decide apoyarse en la terapeuta Llort, la psicóloga del turno de guardia que le atendió tras el asesinato, entre ellos se produce una relación un tanto extraña, y yo diría que muy poco normal entre paciente y terapeuta. La relación de dependencia el lector la percibe como mutua, a pesar de que Amat cree que ella simplemente es una mujer excepcional que se preocupa por su paciente.

Quién tampoco será ajeno a esta relación serán sus compañeros de trabajo que intuyen una relación romántica entre ellos, y su ex mujer Ruth, que le hace ver que no es una terapeuta al uso. Posiblemente por los comentarios de su mujer y porque el ya está más que enamorado decide traspasar más fronteras. Sin embargo es en la tercera parte en la que comenzamos a comprender algunas cosas, cuando encaramos la perspectiva de Eugenia  y en estos momentos se nos rompen muchos esquemas.

Estilo

La novela está dividida en tres partes, narradas en tercera persona por un narrador omnisciente que nos ofrece todos los ángulos posibles de esta historia, manteniendo oportunamente en la sombra, datos que no necesitamos conocer en esos momentos. 

En las dos primeras partes se nos ofrecen los hechos desde la perspectiva de Héctor, su estado de ánimo, su forma de vivir la enfermedad, sus miedos, su perfeccionismo, su relación con la terapeuta de la que pasa a depender de una forma casi enfermiza. Su visión un poco desenfocada de su profesión y de su éxito. Su llegada al mundo de la interpretación, su forma de verse dentro de la farándula, las limitaciones que se crea el con su perfeccionismo. Su matrimonio fallido con una periodista que ahora intenta ser su mejor amiga. Héctor se convierte durante la primera parte sobre todo en el ombligo de la novela y quiere que todo gire a su alrededor, piensa que su incapacidad para actuar se debe a que es mal actor, veremos que su dependencia se está volviendo peligrosa hasta el punto de enamorarse de la terapeuta, e intuir que ella siente lo mismo por él.

En la segunda parte la obsesión de Héctor por saber que sucedió la noche del asesinato le lleva a ir haciendo averiguaciones, por si mismo es incapaz de recordar, tampoco parece que Eugenia tenga mucha prisa porque lo haga, y eso nos lleva a preguntarnos el porque. Sin duda la terapeuta nos parece una mujer rara, misteriosa, y Ruth ayudará a que tengamos esa percepción de ella.

En la tercera parte, es cuando comenzamos a ver las cosas narradas desde el punto de vista de Eugenia, retrocedemos bastante hasta saber porque decidió ser terapeuta, así vamos comprendiendo su personalidad y poco a poco conforme vamos averiguando cosas, conforme las piezas del puzle van encajando nos damos cuenta de la maestría del autor a la hora de tejer esta trama en la que nada es lo que parece, y en la que nos daremos cuenta hasta que punto uno es el peor critico de sí mismo.

La ansiedad

Esta es una enfermedad bastante común en nuestros días por el ritmo de vida que llevamos, por las miles de preocupaciones que nos rodean y por las circunstancias sociales y económicas que nos toca vivir.

Precisamente este es uno de los temas que se toca en la novela, la coyuntura social y económica, Hector decide ignorar las noticias, la actualidad el lo llama ayuno de noticias, y lo hace porque la crisis que estamos viviendo lo desestabiliza, le imposibilita pensar en otras cosas, sin embargo aunque bloquee la información hay cosas que le sirven de barómetro, su sueldo ha bajado bastante, la gente acude menos al teatro, los actores tienen que maquillarse ellos mismos, muchas comodidades han desaparecido en el mundo de la cultura para abaratar costes. He creído entrever, leer entre líneas una critica velada a esa subida del iva que ha supuesto una puntilla para el mundo de la cultura, hasta el punto de hacer desaparecer teatros.

Pero Héctor no es el único que padece ansiedad, también Ruth, su mujer, el periódico en el que trabaja prepara un ERE, su posición en la empresa  está tocada por su cruzada contra los insultos, esta intuye que tiene un pie fuera de la empresa y posiblemente los dos. Nos encontramos con dos formas distintas de encarar la ansiedad, Ruth prefiere tomar ansiolíticos que la sumergen en un estado de flotación continúa.

A través de la periodista que tiene los pies más en el suelo que su ex marido, nos encontramos ante una crítica a los insultos vertidos en los comentarios de las ediciones digitales, unas ediciones que nadie controla porque de hacerlo se pierden los lectores y al final hay que primar las lecturas sobre la elegancia en los comentarios. Y es que no nos olvidemos que los periódicos físicos o digitales no dejan de ser empresas, que necesitan de beneficios para seguir funcionando.

Al mismo tiempo nos encontramos literatura dentro de la literatura y esto ya no tiene que ver con la ansiedad, la obra representada tiene su reflejo en papel, en una novela de F. Scott Fitzgerald, también t Héctor es un gran lector y nos comenta sus lecturas y la terapeuta Llort también.

Pero no solo tiene el autor guiños para la literatura, también para el cine, para hacerse eco de las rarezas de Woody Allen no tan alejadas de las de nuestro actor. Nos cuenta anécdotas de su paso por Barcelona para grabar. Anécdotas del cine que más vale que conozcáis de primera mano porque para mí han constituido uno de los alicientes de la historia

La novela nos puede atrapar por varios frentes, su realismo es impresionante, si alguna vez has sentido ansiedad seguro que verás los síntomas reflejados con absoluto realismo, si la sicología no es un tema que te seduzca, te pueden atrapar, por la literatura, por le cine, o bien por el misterio que envuelve a Eugenia Llort.

Conclusión

La terapeuta me ha convencido, la he disfrutado los días que me ha acompañado, es una lectura relativamente corta, unas 255 páginas agradecimientos incluidos, una novela a la que no le falta  ni le sobra una coma. Una historia que coloca a todos los personajes en su sitio, unos personajes a los que conocemos sobre todo sicológicamente, dejando el físico para los meramente circunstanciales, para los que pintan poco o nada en esta historia.

El tema yo lo tengo poco trillado, y por ese motivo por lo cotidiano que puede llegar a ser, y por la forma de afrontarlo que tienen cada uno de los personajes, me parece una lectura atractiva, el misterio que envuelve a Eugenia Llort queda revelado en la tercera parte, en la que la figura de Hector Amat se difumina para ganar en protagonismo ella.

Una misma historia vista desde dos perspectivas, ¡Que diferente puede resultar! Gaspar Hernández me ha vuelto a enamorar con su prosa, me ha hecho comprender que la psicología también tiene cabida en la literatura y no por ello deja de ser atractiva la trama.

Estoy segura que volveré a repetir con el autor cuando este decida volver a publicar, en que lengua es lo que desconozco, me gustaría volver a paladearlo en catalán por los matices que le encuentro, no descarto afrontar la lectura de esta novela en esta lengua si me cruzo con ella en la biblioteca, para comparar impresiones y sensaciones.

Retos

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martes, 4 de mayo de 2010

El silenci.


Este libro se ha convertido para mi en un placer para los sentidos, hacía demasiado tiempo que no leía en catalán, tenía incluso miedo de haber equivocado el libro. A su favor jugaron varias variantes, me enamoró la portada que es esta misma que se reproduce en este texto, me gustó que el protagonista fuera un periodista radiofónico sin nombre, un protagonista anónimo que nos mete dentro de la historia de una forma magistral, debe ser deformación profesional, porque a la radio me dedicaba yo antes de dejar el periodismo activo.


Este es el primer salto a la novela del periodista Gaspar Hernández y con ella ganó el Premio Josep Pla de narrativa catalana el año pasado. Es el conductor de los programas de radio Una nit en la terra ( una noche en la tierra) y L'ofici de viure (el oficio de vivir). Gaspar Hernández bebe de fuentes tan poco literarias como pueden ser los manuales de autoayuda, se ha estado documentando durante tres años, y el resultado no podía ser un ensayo porque no es médico, así que con un estilo y personalidad propia ha creado un producto muy alejado de lo que habrían hecho autores como Paulo Coelho o Jorge Bucay.


Pero si hay un protagonista absoluto y a pesar del titulo este es la voz y los silencios que genera, el silencio lo entiende como esa forma de de dejar la mente en blanco, el fluir de los pensamientos, un silencio propio de la filosofía zen y de las meditaciones que han llevado mi mente hasta México y desde allí hasta Ale, a la que supongo que siendo una gran amante de la yoga este libro no desagradaría.


Confieso ser una neófita en este campo, del que no había oído casi hablar hasta el momento de leer este libro, y que siendo sincera no me atraía nada, sin embargo el autor ha sido ingenioso y ha sabido llevar al lector a su terreno, puesto que desde el principio nos hace participes de sus reticencias a los manuales de autoayuda, se cuestiona lo que le propone la bella Umiko y de esa forma se hace participe de los prejuicios que pueda tener el propio lector. Creo que con esta treta consigue que la persona que lee su obra le otorgue credibilidad y siga leyendo su novela aunque no se crea mucho lo que plantea.


Y lo que plantea no es ni más ni menos que la posibilidad de la curación de una enfermedad tan destructiva como el cáncer por el poder de la mente y de la voz. Creo que ha llegado del momento de exponer la sinopsis de la obra. Pido perdón por posibles errores de traducción puesto que mi ejemplar esta en catalán.


En una habitación de Formentera, un hombre habla suavemente, durante toda la noche, a una joven dormida y desnuda.

Se llama Umiko, es una joven japonesa que da clases de meditación y cree en el poder de la curación espiritual. Está enferma de cáncer, y no ha dudado en desafiar a la medicina tradicional. Umiko ha realizado un duro aprendizaje en un monasterio zen y esta convencida que si las emociones han hecho que enfermara, también la pueden curar.

El hombre con muchas dudas sobre los métodos extravagantes de la muchacha, le hablará toda la noche sobre la enfermedad, las remisiones espontáneas, el mundo de la autoayuda y del crecimiento personal, y de la meditación. Pero Umiko pide terminar la noche con un acto que va más allá de la palabra.

Una novela sobre el inmenso poder de la confianza, que pone en tela de juicio nuestros limites.

En situaciones limite y cuando ya no tenemos nada que perder, qué somos capaces de hacer?


Antes que nada y aunque he reconocido que para mi este libro ha sido un placer para los sentidos también tengo que reconocer que me ha causado un gran dolor. Por desgracia en los últimos años el cáncer se ha cebado en mi familia, en el año 2007 perdí a mi madrina por un cáncer galopante, y el año pasado a mi suegro, estas dos pérdidas marcaron mi vida de forma diferente. La primera me hizo coger la pluma después de muchisimos años sin escribir, la segunda y la forma tan cruel en como se produjo me hicieron cerrarla y sigo escribiendo muy poco, me siento oxidada. Umiko no es la única persona enferma de cáncer en esta novela, si el periodista acepta llevar a término un ejercicio que le crea más escepticismo que confianza, es porque tiene a su alrededor personas enfermas, un amigo suyo, dicho de paso es un personaje real, Baltasar Porcel, ha vencido a la enfermedad, un tío suyo, la está padeciendo en estos instantes.


La novela pone en tela de juicio el valor de los libros de autoayuda, del poder de la mente, el protagonista, un alter ego del autor, es un iniciado en la meditación, empezó precisamente de la mano de Umiko, en busca de una paz que sólo obtenía en los silencios radiofónicos. Cuando recibe el encargo empieza a investigar sobre el tema y se da cuenta de que a medida que avanza sus reticencias se van diluyendo. De todo eso habla durante esa noche tan larga, a través del monologo concebido como un guión de radio para una sola voz, vamos conociendo a los personajes. La vida de Umiko es una constate huida hacia adelante, situaciones de duelo personal le sirven para emprender la marcha, la muerte de sus padres la llevaron a un monasterio zen, del que salió tras una experiencia traumática rumbo a Formentera donde se dedicó a enseñar meditación. Sus expresiones de duelo constituían una ruptura con todo lo que había sido hasta ese momento. Una misma voz que puedes imaginar nítida y clara va narrando todos los episodios, unos los lee del dietario de Umiko, los pasajes del monasterio zen son los que leía con más avidez, puesto que eran mucho más ligeros.


Esa misma voz nos presenta a Pema, una amiga de Umiko, una neohippie prototipo del progresismo que vive en las islas Baleares los últimos coletazos de la ideología de los años sesenta que hoy se sintetiza en las sabidurías alternativas en contacto con la naturaleza y las nuevas religiones. El narrador se tiene que enfrentar a esta amiga que es la que le pone en antecedentes de que es lo que tiene que hacer, la que le informa del ejercicio de la segunda parte de la noche que transciende las palabras, y que pone al protagonista contra las cuerdas, pero si quieres saber porque tendrás que leerla.


El autor contrapone durante ese largo monologo las versiones de dos personajes reales a los que convierte en personajes, Baltasar Porcel y Alejandro Jorodowsky, el primero tiene plena confianza en los médicos y en la medicina tradicional, el segundo se define a si mismo como un psicomago, son puntos de vista contrapuestos, sin embargo ambos demuestran una gran alegría de vivir un ansía extrema por la vida, y esta es la visión que quiere transmitir el autor del libro. Y sin que eso sirva de precedente antes de terminar la novela pone de manifiesto un pasaje escabroso que contrapone la vida y la muerte, y los relativiza.


Gaspar Hernández en una disertación llena de dudas, salpicada de referencias a autores de manuales de autoayuda, expone la versión de estos autores y hace prevalecer la suya propia, posiblemente tal y como el sugiere el protagonista es el alter ego del escritor, puesto que el practica la meditación desde hace años. Puede la mente curar?, las ansias de vivir pueden crear el efecto placebo? Es posible una solución alternativa cuando la medicina te desahucia?, este libro viene a decir que si es posible curarse a través de la mente y las emociones, pero a las empresas farmacéuticas no les interesa este postulado por eso la ciencia no investiga en este campo.


Una novela llena de sensibilidad, en la que con guante blanco se nos dibujan los personajes que desfilan ante nuestros ojos, Umiko, Pema, Baltasar Porcel, Josep Pla, John Malkovich y Pascal Comelade, estos últimos representan una ligera pincelada, Carlota la mujer del protagonista a la que hace constante referencia... Creo que con sus razonamientos, la exposición de las fuentes de donde saca sus teorías, su rechazo o aceptación de los postulados de Pema i Umiko, Gaspar Hernández se gana al lector, que devora sus páginas, por un lado para saber en que consiste esa segunda parte del ejercicio que tanto le trastorna y que no deja entrever hasta el final y por otro para ver hasta donde le lleva ese hilo argumental que esgrime.


Puede que no pase nunca a los anales de la literatura clásica, sin embargo es un buen libro.