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sábado, 6 de septiembre de 2014

Ashford Park. Lauren Willig

Este es uno de los libros que llegó a mi casa con mucha ilusión y que por unas cosas y otras ha tardado en ser leído, y una vez acabado, como suele pasarme, me pregunto porque ha dormido durante tanto tiempo en las estanterías. Andaba a la caza de un libro para el reto 12 meses, 12 libros, que este año llevo mucho mejor y mis ojos se posaron de nuevo en  él, creo que lo que definitivamente consiguió que me interesará fue la velada promesa de incluirlo en dos retos, aunque creo que finalmente no podrá ser, porque tan sólo hace un mención muy velada a la primera guerra mundial.

Aunque me ha gustado el libro, es de esos que creo que le han faltado páginas, la historia abarca casi un siglo entre el presente y el pasado y hay hechos que se dejan muy en el aire, siendo el lector quien tiene que rellenar lagunas con su imaginación, por lo que si ya suelo mantener que dos lectores no leen un mismo libro, en este las probabilidades se multiplican hasta el infinito, porque cada uno puede tejer la hipótesi o hipótesis que más se adecuen a sus intereses, o a su bagaje cultural.

La autora realiza un trabajo de ambientación magistral uniendo tres continentes que entre sí tienen poco en común, la vieja Europa, (Londres), África (Kenia) y América (Nueva York), al mismo tiempo realiza un recorrido histórico en el que tiene cabida la primera guerra mundial, la segunda... Retrata las encorsetadas relaciones sociales de la Inglaterra de principios del siglo XX, y el papel de la mujer en estos años, poco más que floreros...

La autor@:

A pesar de su larga trayectoria como escritora de best sellers históricos, Lauren Willig no era conocida en Ashford Park. La autora ha escrito once novelas que han sido traducidas a doce lenguas y  cuenta con varios premios, entre ellos el prestigioso RITA.
nuestro país hasta que la editorial Espasa apostó por

Tras graduarse en Yale, cursó un máster en Historia Inglesa en Harvard mientras escribía las novelas de la serie El clavel carmesí. Reside en Nueva York y se dedica por entero a la escritura.

Argumento:

Clementine Evans siempre ha admirado a su abuela Addie: disfrutó de un matrimonio perfecto, tuvo tres hijos y una carrera profesional de éxito en una época en la que pocas mujeres la tenían. Pero cuando la familia ser reune para celebrar el noventa y nueve cumpleaños de la abuela, un pariente la desconcierta con insinuaciones acerca de un secreto de familia largo tiempo sepultado que afecta directamente a Addie y podría cambiarlo todo...

Cuando sus padres mueren, Addie de tan sólo seis años, se traslada a Ashford Park, la gran mansión inglesa de sus aristócratas tíos. Allí crece, en el apogeo de una sociedad eduardiana, pero en realidad siempre siente que no pertenece a ese lugar. Su hermosa prima Bea se convierte en su amiga y aliada. Pronto una guerra cambia la faz de Europa de una forma irrevocable, afectando también a Addie y a Bea, y a todos los que están a su alrededor, en particular al fascinante y atractivo joven que está empezando a salir con Addie ¿Qué sucede cuando aparece finalmente algo que no se puede compartir?

Lauren Willig teje una red de de deseo, poder y pérdidas que nos lleva desde los cerrados círculos de la sociedad británica hasta los rascacielos de Manhattan y las arenosas colinas rojizas de Kenia, y desde la Primera Guerra Mundial hasta el mundo de hoy.

Una soberbia ambientación:

No se puede negar que la autora maneja como pocos los escenarios, dotándolos de tal realismo que no nos es difícil imaginarnos como parte de la infancia de Bea y Addie, en esa casa aristocrática donde el protocolo ganaba espacio a la naturalidad y la espontaneidad, donde los niños vivían confinados en la habitación de los juegos al cuidado de una niñera casi las  veinticuatro horas del día. Lauren Willig retrata la época eduardiana en sus costumbres, en su vestimenta, en las frías relaciones entre hombre y mujer, no tan extrañas en los matrimonios de conveniencia, y también entre los padres y sus hijos, como si darles cariño pudiera malograr sus perspectivas de futuro.

Las fiestas y las presentaciones en sociedad se nos muestran de forma fidedigna, también la pena que sentían por aquellos que contraviniendo los deseos de la familia se casaban por amor sin tener en cuenta la posición social de marido... Y después estaba Addie, siempre a la sombra de Bea, ilusionándose con lo que nunca sería para ella porque su tía no la veía más que como una pariente pobre a la que había que soportar.

Si la época eduardiana es interesante no lo es menos el retrato que hace de Kenia, de sus polvorientos caminos, de su sobria confortabilidad, de sus deficiencias en servicios médicos, higiénicos, en sus escasas posibilidades de diversión, no es extraño que Bea se ahogara en ese ambiente. Pasear por los cafetales, ir de safari, volar en avión... todo ello es posible a través de la pluma de la autora.

 Quizás la visión que tenemos de la Nueva York cosmopolita sea la más pobre, a pesar de todo con Clementine podemos pasear por el parque y ver el paisaje desde la ventana de la casa de la abuela o bien desde su apartamento. Lo mismo sucede con el Londres de la actualidad, que la autora representa con unas finas pinceladas que nada de interés a la historia en este plano aporta.

Una historia en zig zag...
La autora no sigue un planteamiento lineal en esta novela, contra todo pronóstico la historia comienza en
1926, con el viaje que Addie hace a Kenia para reunirse con Bea y su marido después de cinco años de incomunicación. La belleza de las descripciones de la autora hace que empaticemos con  Addie de forma inmediata. Quizás lo que pretende con el prólogo es situarnos en una historia poco convencional que nos va a obligar a dar continuos cambios del presente al pasado, sin embargo están tan bien enlazados que el lector no se pierde en ningún momento.

La historia de una familia tiene zonas de luces y sombras, secretos nunca desvelados y otros conocidos a medias, grandes amores y también grandes desilusiones, traiciones y fidelidades encubiertas y todo ello es fácil de encontrar en Asford Park.

El libro cuenta con un prólogo que comienza con el viaje de Addie a Kenia, y dos partes, la primera se titula Ashford Park, y la segunda Kenia. Ello da la medida de los escenarios que podremos encontrar, y el tercero, el de la actualidad se entremezcla en ambas partes.

La primera parte comienza con el cumpleaños de Addie, pocos llegan a los 99 años, idolatrada por su  nieta, querida por su hija mayor y denostada por la pequeña, Addie es una mujer compleja que guarda un secreto durante 70 años, quizás la que peor encaja la revelación es Clemen. Para conseguir que no nos perdamos cada vez que cambia de escenario la autora nos sitúa en la ciudad y en la época, también el cambio de escenarios nos ayuda, puesto que viajar a principios del s. XX en Gran Bretaña tiene su aquel.

Lo que más me ha sorprendido son los cambios temporales, cada parte a su vez esta dividida en capítulos y cada uno de estos se desarrolla en un tiempo distinto, el final de un capitulo enlaza con el siguiente, dándole continuidad y coherencia, y uniendo de esta forma pasado y presente, los recuerdos de la abuela Addie, las investigaciones de Clemen o las revelaciones de Ana i Marjorie.

Se que es complicado de explicar pero un ejemplo vale más que mil palabras:

No está bien, Clem. _ Y después_: Creo que deberías volver a casa (Pág 187)

Londres, 1920

Lo único que quería Addie era volver a casa (Pág 188)

A veces  entre un capitulo y otro no se producen saltos temporales, pero igualmente la unión entre ellos es sutil

¿Es mio? (Pág 236)

Londres, 1921

No seas abominable_ espeto Bea
Addie apenas la oyó. Las unicas palabras que el imporban eran las de Frederik. 
"¿ Es mío? (Pág 237)

Y otras los saltos temporales se producen en el mismo capitulo sin ese enlace temático

Pág 244 la historia se desarrolla en Londres en 1921, para seguir en Nueva York en 1999.

La segunda parte, desarrolla el prólogo, ese viaje a Kenia que Addie imaginaba de otra forma, en la que llevaba sueños y en el que descubrió que nunca podría volver a su anterior vida.

La historia más interesante a mi modo de ver es la que se desarrolla en el pasado, de Addie en el presente a penas queda nada, una mujer que se va apagando poco a poco, una hija entregada que la defiende y otra desairada que la ataca y pretende destruir cualquier respeto que pudiera sentirse por ella.

Ashford Park desarrolla la infancia de Addie y Bea, su adolescencia, como la Gran Guerra truncó su puesta de largo y las secuelas que tuvo en los jóvenes a los que conocieron. Los errores que ambas cometieron, y el final  de una bonita historia de amistad, o eso pensaba yo... En Kenia una Addie adulta se enfrenta a su mayor fantasma, un amor no correspondido o eso pensaba ella, a una vida diferente a la de Londres, más acorde a su forma de ser que a la de su prima, una tragedia que cambia la vida de los personajes, y una certeza que la llevara a investigar años después...

El nexo entre pasado y presente es Clem, la hija de Marjorie, y la nieta de Addie, una muchacha a la que prácticamente ha criado, a la que ha intentado modelar, y que no pasa por el mejor momento de su vida personal y profesional, y en medio de la debacle descubre un secreto guardado durante 70 años que somueve los pilares de su existencia.

Con ganas de más...

Casi cien años de la vida de una persona, no se pueden ventilar en 430 páginas. Cómo he dicho al principio hay novelas a las que le sobran páginas y a esta perfectamente le faltan unas doscientas más. Muchos sucesos quedan en el aire y la autora jamás cierra la historia, un buen día Bea desaparece, ¿se nos da una versión pero es esa la real? Sabemos que el caso se cerró en falso...  

En el presente nos encontramos con un imperio dirigido por Addie, pero nunca sabemos como llegó hasta el puesto que ostenta, en una época en la que las mujeres no tenían el acceso al éxito de forma fácil, Addie es una mujer extraordinaria pero alguna explicación nos merecíamos los lectores y no las someras pinceladas que la autora tiene a bien ofrecernos.

El periodo histórico en el que se desarrolla abarca las  dos guerras mundiales y por ambas se pasa de forma somera, solo mencionándolas, con poco calado y seguro que dado la importancia que tuvieron somovieron los cimientos de la sociedad tal y como estaban establecidos, quizá esto es más patente en la Primera Guerra Mundial.

A veces menos es más, pero otras veces menos es menos, y en esta ocasión se echa en falta una mayor profundización en ciertos episodios de la vida de las protagonistas, por temor a los spoilers lo dejo aquí.

Personajes con carisma:

Lauren Willing hace una buena labor en este campo, todos los personajes están bien dibujados, en ocasiones incluso los secundarios o aquellos que son omniscientes como los padres de Addie, de todos ellos el lector puede hacerse una idea. Muchos son los que circulan por esta novela pero me voy a quedar con unos cuantos

Addie: Tanto de niña, como de mujer es un personaje carismático que evoluciona a la par que la historia. Criada de forma humilde su vida cambia cuando sus padres mueren atropellados y se hace cargo de ella sus aristocráticos tíos. Su llegada a Ashford Park se ve  dulcificada por la presencia de su prima Bea que la acogerá bajo su protección. Addie se convertirá en su sombra, casi no tendrá derecho a pensar ni a actuar. La entrada en la edad adulta de ambas supone un primer punto de fricción, Bea contrae matrimonio y Addie se convierte en su dama de compañía, sin embargo esta la tiene como un objeto de su propiedad impidiéndole tener vida propia. Con la huida de Bea la vida de Addie da un vuelco se libera del yugo de su tía y comienza a hacerse autónoma y fuerte, a sembrar la mujer que es en la ancianidad y que tanto he admirado hasta el final.

Bea: Hija de los Gillecote, tan hermosa como caprichosa y malcriada, una mujer posesiva que no sabía retener a las personas a su lado, quizás la más fiel de todas fue Addie. Su vida va hacia la deriva desde el principio. No le guardo mucha simpatía al personaje, no he logrado entenderla, ni empatizar con ella.

Marcus: El aristocrático marido de Bea, el que se lleva el Trofeo de la temporada de bailes para darse cuenta del error cometido. A pesar de todo su comportamiento aunque propio de la época es censurable, dicen que en el error uno encuentra la penitencia, y Bea jamás salió de su pensamiento.

Frederick: Desde el primer momento es un personaje al que se le coge simpatía sin embargo las secuelas de la Primera Guerra Mundial lo convierten  en alguien hosco, desagradable y le llevan a cometer un gran error que pagará caro... Exiliado en Kenia monta un negocio cafetero y no logra ser feliz hasta la llegada de Addie, un fatal accidente allana el camino hacia la felicidad y en el presente su imagen se desdibuja tanto como la de Bea

Marjorie: Madre de Clem, hija de Frederick y Addie, al menos eso es lo es que piensa la propia Clem, defiende a Addie de cualquier ataque de Ana, guarda en la memoria todo lo que le debe a esta mujer que no es poco. Lucha porque su hija tenga una formación, y consigue verla bien situada.

Ana: Un personaje poco amable siempre a la greña con su hermana Marjorie, intentado desacreditar a Addie...

Clem: La nieta de Addie y la gran protagonista de la historia presente. Abogada con un éxito laboral que se tambalea y un desastre en las relaciones amorosas, tiene a sus abuelos de referente y por ello quizás se siente más desgraciada. Ciertas revelaciones unidas a un bache sentimental y laboral llevaran su vida al límite y se preguntará en más de una ocasión quién es.

John: Hijastro de Ana, anda a la greña con Clem por un asunto del pasado que el lector terminará descubriendo. Tiene a Addie por su abuela aunque nada tiene que ver con ella. Historiador conoce parte de la historia de la abuela y ayudará a Clem a recomponer el puzzle de su vida.

No son todos, pero aquí cierro yo mi lista, para mi son los principales, puede que alguno de ellos sea incluso un secundario de lujo al que yo le haya dado más importancia de la que tiene.

Conclusión:

Si me has seguido hasta aquí, verás que esta novela no es redonda por los flecos que deja sueltos, para mi son  demasiados y se hubieran podido solucionar con unas páginas más, sin embargo en conjunto es una buena historia, engancha, sitúa bien al lector tanto temporal como geográficamente y logra mantener su interés a lo largo de sus páginas, y ello ya es todo un logro cuando la novela no tiene un desarrollo lineal.

Los personajes están bien dibujados y perfilados, la autora no deja nada al azar a unos nos los presenta físicamente y a otros psicológicamente y si resulta de interés para el desarrollo de la trama nos los presenta en ambas vertientes, dándoles unos matices muy ricos, aunque estos personajes son los mínimos, yo diría que como mucho cuatro personajes están tratados de esa forma y al final se puede establecer un paralelismo entre ellos, pero lo dejo ahí...

Ahora depende de ti dejarte seducir por la Inglaterra eduardiana, por la polvorienta África y por la cosmopolita Nueva York...


Retos

12 meses, 12 libros

Reto 1914

Reto 1ª Guerra Mundial

PD: Al final lo he incluido en los retos de conmemoración de la 1ª Guerra Mundial porque aunque no la trata en profundidad si que se pueden ver los efectos que tuvo la guerra en las clases altas y en las mentes de los soldados que participaron en ella

viernes, 25 de abril de 2014

Cartas a Palacio. Jorge Diaz

Comencé abril con mucha ilusión y como un reto personal. Los que me leéis con frecuencia sabréis que tuve un final de enero un tanto desafortunado que me dejó tocada la rodilla, después de dos meses de rehabilitación, de los que mes y medio estuve de reposo absoluto, había llegado la hora de hacer vida más o menos normal, con muchas limitaciones, pero normal. Para ponérmelo en bandeja me llegó un contrato, y pensé que no podría ser más feliz. Pero la realidad se impuso pronto, mi pierna aguantaba y aguanta bastante mal la jornada de 8 horas de trabajo, por más que la mayor parte del tiempo estoy sentada.

A ello se unió que por la Semana Santa y ahora por el puente de mayo, que hay quien se ha concedido acueducto, la plantilla se ha reducido bastante porque lo que los que nos hemos quedado hemos tenido que trabajar más, y la pierna no ha hecho más que quejarse, el resultado, vuelvo a estar con corticoides, de nuevo en el fisio, y dopada para poder aguantar mis jornadas laborales. Creo que ahí tenéis un poco la explicación de porque este mes ha sido tan poco productivo en cuanto a reseñas, que no en cuanto a lecturas.

Hoy me he propuesto coger el toro por los cuernos y hablaros de una novela que ha hecho mis delicias, que confieso que no comencé con buen pie, porque la leía en el tren, y con tanto personaje me dispersaba, además pesa lo suyo y mis sufridos hombros elevaron queja formal para que aligerara el peso de mi bolso. Queja que por mi parte fue escuchada y terminé disfrutando la novela muchisimo, en el salón de mi casa, sentada en mi sofá y acompañada en ocasiones de algún zumito, té, o refresco... Una delicia vamos.

Creo que sobra, pero aún así os adelanto que me ha gustado, porque tiene todo lo que le pido  a un libro, una trama atrayente, una ambientación lograda, unos personajes bien perfilados, atractivos y con personalidad propia, y que pueda aprender algo de ella... y en esta conozco un periodo de la historia de España y una faceta de un rey bastante denostado, que me eran completamente ajenos. Más entusiasta no se puede ser al principio de una entrada, espero que eso no me pase factura en algún momento.

El autor:

Nació en Alicante en 1962. Es escritor, periodista y guionista de televisión. Es uno de los creadores
y ha sido coordinador de guionistas de Hospital Central, serie con la que ha cosechado todos los premios de la profesión, el TP y el Ondas, entre otros muchos.

Tras un año sabático en Brasil regreso con Los números del elefante, su primera novela. La justicia de los Errantes, en la que se narraba el viaje latinoamericano de los anarquistas españoles Francisco Ascaso y Buenaventura Durruti en los años veinte del pasado siglo, fue su primera incursión en el género histórico.

Cartas a Palacio es su tercera novela.

Argumento:

Se acerca el año más triste que se recuerda en el viejo continente. La guerra ha estallado hace unos meses y avanza sin piedad, sembrando de muertos y heridos el corazón de Europa, cuando al Palacio Real llega una carta que remueve profundamente el ánimo de Alfonso XVIII: una niña francesa suplica su ayuda para dar con el paradero de su hermano, desaparecido en el frente. Conmovido por tal petición, el monarca emplea la diplomacia española para saber la suerte del hermano de la pequeña Sylvie, pero su acción navideña tiene consecuencias imprevistas y provoca la llegada de un alud de solicitudes a palacio.

Impresionado por la magnitud de la tragedia, Alfonso XVIII reune a un excepcional grupo de colaboradores entre los que se encuentran su intimo amigo Álvaro Giner, Manuel Campos, profesor de mecanografía y simpatizante anarquista, o Blanca Alerces, una joven aristócrata madrileña dispuesta a tomar las riendas de su vida. Con ellos, el rey pondrá en marcha la Oficina Pro- Cautivos donde, gracias a la ayuda de funcionarios y diplomáticos, buscarán el modo de dar respuesta a todas esas familias rotas por la guerra, desesperadas por encontrar a sus seres queridos.

Inspirada en un hecho real, Cartas a Palacio recrea un momento histórico fascinante. Una ambiciosa novela en la que se mezclan el amor y la guerra, reyes y anarquistas, ambientes aristocráticos y humildes, el frente de batalla y el bullicio de las ciudades. Una emocionante novela coral de héroes anónimos, que con su compromiso llevaron a cabo una misión extraordinaria.

Mis impresiones:

Si tuviera que definir esta novela con pocas palabras, diría que es una novela de contrastes, de fuertes y duros contrastes, que nos hacen tener una visión muy amplia de lo que se estaba gestando en las primeras décadas del siglo XX en Europa, con una guerra que se preveía corta y con a penas bajas y que supuso un gran sangría. Y aunque la posición de España estratégicamente fue neutral por su poco peso militar tras los desastres sufridos con la perdida de las colonias de ultramar, en el terreno diplomático hizo cuantas gestiones estuvo en su parte para minimizar el gasto de vidas humanas en los campos de prisioneros.

Ambientación:

En el párrafo anterior ya he encuadrado un poco el periodo en el que transcurre la historia, y cual fue el papel de nuestro país. Sin embargo pienso que vale la pena dedicar un apartado a este tema en particular, porque nos encontramos a mi modo de ver ante una novela compleja, no en cuanto a su lectura, si no en cuanto a su escritura, al andamiaje que la sustenta. Y baso esta afirmación en la multitud de palos que toca, en los distintos escenarios en los que transcurre, en esos contrastes en los que hacía hincapié y que nos lleva de la opulencia a la pobreza, de la aristocracia y la monarquía al anarquismo, del Palacio de Oriente y los barrios ricos a las chabolas de Las Injurias.

Comienzo por nuestro país, en aquel momento gobernado por Alfonso XIII, un rey muy denostado, mujeriego, al que se le achaca la ruina de España, la  pérdida de las últimas colonias... Un monarca poco querido en la historia y que sin embargo tuvo la sensatez de obviar las decisiones de los militares, reconocer que el país no estaba preparado para una guerra en la que no tenía ninguna posibilidad de salir bien librado, y ahorrarle sufrimiento a una población que ya de por sí pasaba hambre y arrastraba miserias. A pesar de que el la principal guerra la tenía en casa representada por su madre y su mujer, la primera representante de la casa de los Austrias que quería España se alineara en el bando germanófilo, la segunda de origen ingles pretendía que su majestad apoyara a los aliados. Dada la situación económica del país y la familiar, lo más inteligente fue optar por la neutralidad.

Nuestro país no fue el único que se mantuvo neutral, también lo hizo Suiza, y ambos se ocuparon de velar porque los contendientes respetaran los derechos de los ciudadanos. La novela nos presenta un Alfonso XIII cercano, un hombre al que le gustan las mujeres, pero no por ello descuida a su familia y su mujer, un hombre que se preocupa por el dolor de aquellos que han perdido el contacto con sus familiares que luchan en el frente, que paga de su propio bolsillo una oficina para dar respuesta a tanta búsqueda, y que pone a sus diplomáticos a trabajar por el bien de los prisioneros de ambos lados. Un hecho real poco conocido, que ha hecho mis delicias, porque he sido capaz de meterme en la piel de esos hombres y mujeres, que se leían la correspondencia, buscaban en listados, bajas, heridos, y prisioneros y que se alegraban cada vez que una encontraban una coincidencia y podían dar una noticia positiva a un familiar angustiado.

Supongo que tan poca cosa no sirve para reivindicar la figura de un rey que la historia no ha tratado demasiado bien, pero a mis ojos y a pesar de sus muchas carencias porque cuando uno nada en la abundancia no es capaz de meterse en todos los zapatos, creo que al menos se le puede dar una pincelada de luz entre tanta sombra.

Mientras el rey establece la neutralidad, los poderosos hacen negocios con ambos bandos enriqueciéndose a costa de subir los precios en España, que la población pase hambre y ese es el caldo de cultivo que necesitan los anarquistas para actuar, para manifestarse si es que se puede llamar de esta forma, para reunirse clandestinamente y para intentar terminar con la figura del rey que para ellos encarna todos los males. Y si la aristocracia y la monarquía se pasea por las zonas altas de la ciudad, los anarquistas y los desheredados lo hacen por las bajas, por las insalubres, por la zona de las sombras. Y ambos mundos están muy dibujados, con guante blanco diría yo, tanto el boato como la miseria y podríamos decir que también tiene sus representantes en los personajes que desfilan por esta novela, que podríamos denominar coral.

En el bando de los afortunados estarían el Rey, Alvaro Giner, y Blanca Alerces para citar a los personajes más importantes.

En el de los desheredados, Manuel Campos, su amigo Miguel Segura, La murciana...

Y en tierra de nadie, en aquello que podríamos llamar burguesía, colocaría a Elisa y a su hermano Gonzalo Fuentes, ambos personajes bastante importantes.

Una novela Coral

Ya hemos comentado que nos encontramos ante una novela con una gran profusión de personajes, todos y cada uno de ellos bien perfilados, con su atractivo, con su personalidad, con sus penas y sus glorias, con sus amarguras y sus dichas. Personajes que sienten y viven, que a mi modo de ver no te dejaran indiferente, los podrás odiar, los podrás amar, pero creo que en ningún momento te dará igual que pase con ellos. A mi me han hecho desarrollar filias y fobias, cambiar de parecer con respecto a uno y otro en nombrosas ocasiones, sentir deseos de zarandearlos, de pedirles explicaciones, de darles un empujoncito para que se centraran, para que lucharan, para que abrieran los ojos a la realidad. Y a pesar de que son muy numerosos, y que hacen su aparición en los capítulos sin seguir una estructura trazada, llegan a ser tan familiares para el lector que los ubica con poco esfuerzo en su escenario.

Por lo que he comentado sería casi imposible hacer un análisis de todos y cada uno de ellos, así que me voy a quedar con unos pocos, los que a mi por un motivo u otro han conseguido llegarme más adentro, me han conmovido en el buen sentido o en el mal sentido... aquellos que me han arrancado un sinfín de emociones y que junto a un episodio para mi desconocido han hecho que esta novela me haya gustado más de lo que esperaba al principio.

Blanca Alerces: Para mí la verdadera protagonista, una mujer adelantada a su tiempo, afortunada de nacimiento en el seno de una familia nombre, una mujer de mundo gracias a los destinos diplomáticos de su padre que le han abierto las miras, hasta el punto de no conformarse con ser una mujer florero, que consienta las infidelidades de su marido, porque los trapos sucios se lavan en casa. Una mujer que no duda en tomar una decisión que la marcará en un futuro y que sin duda hará daño a su familia, y a ella misma por no medir las consecuencias. Una mujer que después de rechazar un matrimonio sin duda conveniente por estatus social, pero nada por humanidad decide ponerse a trabajar sin tener en cuenta su condición social. Para mi es el personaje que más evoluciona a lo largo de toda la novela, porque la pobre niña rica, es capaz de ponerse en la piel de aquellos que sufren...

Elisa Fuentes: La mejor amiga de Blanca cuando comienza esta historia, una serie de hechos las separaran de forma definitiva, si la evolución de Blanca es positiva, la de Elisa es todo lo contrario, se transforma en un ser egoísta que pierde la razón y es capaz de hacer daño a las personas que la quieren.

Carmen: Una gitana de Sevilla, casada por el rito calé con un pintor francés que ha marchado al frente. Después de salir del clan y verse obligada a la marcha de su marido a regresar a él se da cuenta de que no puede vivir de nuevo esa misma vida, decide escaparse, viajar a Madrid y desde allí buscar noticias de su marido. La vida para esta mujer no será nada fácil tendrá que instalarse en Las Injurias, trabajar para mantener a su hijo e incluso prestarse a cosas que jamás hubieran entrado en sus planes. Carmen para mí ha sido todo un descubrimiento.

La Murciana: Sin entrar a juzgarla puede que sea el personaje que al final menos me ha calado, y más me ha decepcionado. De ser verla como una heroína, me cayó del pedestal y se me hizo este en miles de pedazos, tanto que la verdad no acabé de disfrutar del personaje a pesar de la gran labor que realizaba en el barrio marginal.

Como os habréis dado cuenta tengo predilección por los personajes femeninos y por ellos he comenzado, sin embargo el elenco masculino no le va la zaga

Carlos de la Era: comienzo por el personaje que me ha sido más antipático, por el único que el autor no ha hecho ningún esfuerzo por redimir. Por el novio despechado que saca lo peor de sí mismo para hacer que la mujer que lo plantó delante del altar lo lamente todos los días de su vida, para ello no duda en jugar con los sentimientos de cualquier mujer de su entorno, hacer el mal es su prioridad y las tornas se volverán en su contra, quizás lo único positivo es la justicia poética que al final se hace con él.

Alvaro Giner: Quizás este sea el personaje más amable, un hombre integro, aristócrata, amigo personal del Rey, pero con valores. Un personaje sumido en una serie de contradicciones entre el deber y los sentimientos. Un trabajador incansable, dispuesto a sacrificar su tiempo, e incluso su integridad física. También es un personaje que evoluciona en sentido positivo.

Manuel Campo: Para mi el personaje masculino por excelencia, no se si es el que el tiene mayor peso, pero si es el que a mi más me ha impactado. Anarquista de convencimiento, no comulga con las formas de actuar de sus compañeros. La vida lo pone en una encrucijada al tener que trabajar codo a codo con el Rey. Discernir quien es y donde está le resulta complicado, asumir sus sentimientos una locura, atender a las peticiones de sus compañeros de filas simplemente inaceptable... Manuel es un personaje que enamora, con el que apetece pasar el tiempo, al que gusta escuchar y participar de sus tribulaciones.

Gonzalo Fuentes: El hermano de Elisa, la mejor amiga de Blanca, y de su mano entra otro tema que para la época debió ser controvertido, la homosexualidad, los locales clandestinos, las relaciones fijas o esporádicas escondidas, las palizas.... A Gonzalo se le aprende a querer, a entender e incluso a admirar a lo  largo de la novela.

Y como ya he comentado antes, no son todos los que son, pero si todos los que a mi me han impactado de un modo u otro, quizás dejarme a Marcos, o Luis Segura sea un delito que pocos que hayan leído la novela me querrán perdonar, pero es que si resalto estos de su mano vendrán otros y otros más, y en algún momento debía finalizar este análisis.

Temas:

Puede que al encarar este apartado me repita un poco, pero es que creo que se me quedan cosas en el tintero y a modo de esquema me gustaría plantearlos.

La liberación de la mujer... Estamos en una época en que la mujer esta bajo la tutela del padre, hasta que pasa a la tutela de su marido, es poco más que un florero que sirve para dar placer a su marido, o mejor podríamos decir hijos, porque lo primero se lo procuran con amantes, y acompañarles embelleciéndolos a cualquier acto social. Blanca decide que ese no es su camino, por ser una señorita de clase alta no tiene porque no estar preparada, trabajar, poder elegir un marido que la respete por quien es, por como es y no por su riqueza y por su titulo nobiliario.

Pero si ella lo representa en la clase alta, en las bajas este exponente lo tenemos en Carmen, la gitana que decide no someterse más a la voluntad de su hermano como jefe del clan, a la  Murciana que lucha para que las mujeres de Las injurias y las que acuden a ella puedan decidir sobre su cuerpo, sobre su historia, sobre la forma de cuidar a sus hijos.

En el lado contrario en el de las tradiciones, y el sometimiento al marido podemos encontrar a Elisa.

La guerra... Vista desde la trinchera, y desde las casas de los familiares que esperan noticias. Pero no es una guerra de estrategias militares, es una guerra de seres humanos, que no entienden porque luchan, que hacen en aquellas trincheras esperando a que los maten o a que se les presente la posibilidad de matar para salvar la vida. El máximo exponente es un personaje que no he resaltado Jean Marie Huguet, el marido de Carmen, gracias a él las trincheras son más humanas, nos refleja el miedo, las miserias las ilusiones de esos soldados que fueron movilizados a la fuerza, en contra de su voluntad y que por el camino lo fueron perdiendo todo, algunos incluso la dignidad.

Los campos de refugiados... Si hay una cosa que me ha gustado de esta novela es que el autor no demoniza a ninguno de los dos bandos, en ambos se cometieron locuras, se torturo a los prisioneros se los uso en beneficio propio, se los alimento mal, se les obligó ha hacer trabajos forzados.

El movimiento anarquista en España, de la mano de Manuel Campos, Luis Segura y en ultima instancia de Marcos, un fiel reflejo de la clandestinidad en el que se movían y respiraban sus miembros, el caldo de cultivo de la guerra, y las exportaciones hacía el exterior que desabastecieron el mercado español.

La homosexualidad: quien crea que es una moda de hoy en día, por llamarla de alguna manera, que los lugares de ambiente son de lo más novedoso, se equivoca, y aquí tenemos a Gonzalo Fuentes y a Frank Heimer para contárnoslo de la primera mano, sin morbo, los sentimientos son lo realmente importante en este tema.

Y por supuesto el tema estrella La Oficina Pro-Cautivos el trabajo que desarrollo para aliviar a las familias que tenían a sus hijos en el frente, primero con noticias sobre su paradero, después logrando liberaciones e intercambio de prisioneros.

Y no nos podemos olvidar que nos encontramos ante una novela de AMOR, que no romántica, formada por dos hombres y una mujer, Blanca Alerces divida entre los sentimientos de dos hombres, Manuel Campos y Alvaro Giner, y dos hombres enamorados de la misma mujer. Pero no es la única historia, también encontraremos la obsesión de Elisa por Carlos de la Era, el amor del padre de Blanca por la flores de su jardín, el de Gonzalo Fuentes por Frank Heimer, el de Carmen por Jean Marie y más tarde por Diego, el de La Murciana por Manuel Campos...

Historias que se entrelazan, se tejen y destejen para construir una novela que a mi me ha gustado, me ha entretenido y me ha enseñado. Quizás si tuviera que ponerle algún pero, es ese optimismo final en el que casi todo sale a pedir de boca, hay sombras claro que las hay, en cualquier novela que se precie las hay, pero al final el regusto que se me ha quedado en varias historias es el de un cuento de hadas, fueron felices y comieron perdices, pero eso no empaña el trabajo que ha hecho con el resto de la novela.

Estructura y estilo:

Después de todo lo que llevo hablado solo me queda hacer una breve mención, so riesgo de aburriros en exceso y que dejéis de leerme, si no habéis hecho ya, a la estructura del libro y al estilo del autor.

El libro esta estructurado en 13 largos capítulos, y dentro de estos a su vez vamos a encontrar las distintas historias separadas por asteriscos, de forma que tenemos siempre una visión completa de los hechos, desde todos los puntos de vista posibles. En cada una de las historias es el personaje que la protagoniza quien toma la palabra, generalmente en primera persona, aunque hay descripciones en tercera y una gran profusión de diálogos que le dan profundidad y agilidad a la trama. De ahí que la historia se vaya escurriendo entre los dedos independientemente de las filias o fobias que despierten los personajes en el lector.

El epilogo sirve para ir cerrando flecos, para dar fin a historias o hechos que se quedaban abiertos o un poco en el aire. Y al menos yo cuando la termine fui incapaz de empezar otra lectura, me había quedado huérfana, necesitaba a Manuel, a Blanca, a Alvaro, a Marcos, a Alicia, a todos y cada uno de los personajes que me habían acompañado durante mis tardes de reposo después de cargar la rodilla por la mañana. Y aún hoy cuando ha pasado un tiempo desde que lo finalicé me sorprendo pensando en sus personajes, en lo que me hubiera gustado trabajar en esa oficina pro cautivos, ayudar a las familias a encontrar a sus hijos, maridos... en el frente, en los campos de prisioneros, en las enfermerias...

Conclusión

No conviene más alargar esta opinión, ya se que para gustos los colores, que ha habido blogueros a los que esta historia no les ha convencido, no creo que sea la mejor novela que leeré este año, sin embargo si que tiene muchos puntos para estar en el top ten. Me hubiera gustado un final menos de cuento de hadas, pero tampoco este es demasiado dulce, ni inverosímil.

Ya solo me queda recomendaros la lectura de esta novela, dedicándole tiempo porque ni su peso, ni la cantidad de personaje que pululan por ella la hacen idónea para el disfrute en transporte público.


Retos:

1914

1ª Guerra Mundial

25 españoles

jueves, 6 de febrero de 2014

Reto 1ª Guerra Mundial/ Reto 1914

Cómo vereis me ánimo con un reto más, bueno con dos, que prácticamente son el mismo.Y os preguntaréis porque participar en dos, si con uno saldaría la deuda, pues porque la primera vez que lo vi fue en el blog Reading at  the moonlight, o mejor dicho en El universo de los libros, pero la idea original era de Little Emily, y el blog de Eva, La historia en mis libros lo sigo desde hace años, así que siendo justa con las dos promociono ambos retos, y cada cual que elija el que quiera.

A pesar de que creo que ya me he apuntado a demasiados retos este año y eso que no quería agobiarme, pico en uno más por que me gusta la novela histórica y La primera guerra mundial es un período que yo no tengo muy trillado. La que se llamó la Gran Guerra, pronto fue eclipsada por la que le sucedió, con mucha más notoriedad y ya que este año se cumple el centenario, podemos recordar este evento bélico leyendo obras ambientadas en este periodo.


Reading at the moonlight lo pone sencillo, cualquier obra que hable de la primera guerra mundial o esté ambientada a principios del siglo XX en cualquier país implicado en ella serviría. También cualquier género, novela, poesía... y cualquier aspecto relacionado con ella. Pero creo que si decidís participar mejor os pasáis por su blog y consultáis las bases


La historia en mis libros, además de explicar como surge la idea de lanzar este reto, nos anima a leer cualquier libro que hable de la temática y además para ponérnoslo fácil nos da unos cuantos títulos que seguro que nos serán de utilidad a la hora de encarar el reto. Puedes pasarte por aquí y consultar tanto los libros como las bases.

Utilizaré este mis post para ir actualizando mis avances.

Mis lecturas

1.- La ciudad de los ojos grises. Félix G. Modroño

2.- Cartas a Palacio. Jorge Diaz

3.- Ashford Park. Lauren Willig