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jueves, 21 de mayo de 2015

In Vino Veritas. Virginia Gasull

No puedo decir que sea una gran amante de los vinos, ni siquiera me gusta el vino tinto que encuentro muy fuerte de sabor, sin embargo, me atrae el mundo de la enología, los viñedos, las distintas variedades de cepas y uvas. Disfruto oyendo hablar a mi marido y a mi sobrina en las improvisadas catas domésticas que sin pretenderlo se montan en cualquier celebración familiar.

A pesar de considerarme una neófita, lo paso bien en los eventos vinícolas, y todos los años desde que mi sobrina nos lo descubrió visitamos una feria de vino, en la que disfrutamos probando caldos y cavas, yo blancos y rosados, ellos un poquito de todo, pero sobre todo tintos Esta feria suele tener lugar en Noviembre y esta abierta dos tardes al público en general, aunque su principal misión es dar a conocer novedades y afianzar mercados entre los profesionales del sector, restaurantes, bares, y tiendas especializadas en venta de vinos.

Compartir estos días con mi sobrina es un placer, sobre todo porque vía wassap nos va poniendo los dientes largos el día que solo pueden acceder los profesionales, no os he dicho que es maitre, nos va aconsejando vinos que probar por si no podemos coincidir ya que sus obligaciones a veces se lo impiden. Luego si compartimos la tarde sus charlas con los enólogos son de lo más ilustrativas, y a mi marido le brillan los ojos como a un niño chico, y no seáis malos no es por el efecto del alcohol, yo disfruto viendo la pasión que ponen en vendernos su producto, como lo miman, como se esfuerzan en que pruebes sus novedades, como están pendientes de ti en todo momento y esperan tu opinión como si fueras un experto en la materia, qué vergüenza pasé por dios.

Cuándo vi entre las novedades de Suma de Letras este título, ya os podéis imaginar lo mucho que me apeteció, y en poco tiempo lo tenía en casa. No solo me atrajo la enología, sino que estuviera ambientado en una región como Burdeos, y que parte de la historia nos trasladará a San Sebastián, ciudad que no conozco pero que me atrae muchísimo, y como no que hiciera referencia a la Resistencia francesa y a la Segunda Guerra Mundial. Muchos puntos a favor, unas expectativas muy altas y una lectura simultánea que disfruté como una enana.

Autor@:


Virginia Gasull nacida en Irún en la década de los setenta, comienza su actividad profesional en el

sector de la arquitectura y después lo dirige hacia el desarrollo de proyectos relacionados con Internet. Durante la siguiente década  mantendrá su actividad en este campo. En paralelo realiza estudios de sexología y en 2009 inicia su  labor profesional como formadora impartiendo charlas sexológicas para grupos y asociaciones de mujeres.

Su afición por la cultura del vino la lleva también a realizar diferentes cursos de enología y cata, así como visitas a bodegas en las principales regiones vinícolas de Europa. Durante una de estas  visitas a la región de Burdeos comienza a conocer la historia de los viticultores franceses durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial y, tras años escribiendo relatos cortos, en 2013 se sumerge en la investigación y elaboración de In Vino veritas, una novela que auna la cultura del vino, el nazismo y el mundo del arte. Todos los acontecimientos históricos narrados en estas páginas están basados en hechos reales.

In Vino Veritas fue autopublicada en Amazon y obtuvo un gran éxito de descargas y críticas, manteniéndose durante varias semanas en el número 1 de los más vendidos. Dada la repercusión que tuvo Suma de Letras apostó por publicarla en formato papel.

Puedes encontrar a la autora en :

Facebook: facebook.com/v.gasull

Twitter: @VirginiaGasull

Blogger: www.virginiagasull.com/blog

Mi opinión:

Cuando me acerqué a esta novela no sabía que había sido autopublicada en Amazon y que gracias a las ventas y a mantenerse mucho tiempo en el número 1, de la lista de los más vendidos, había conseguido su publicación en papel, sin duda este es una atractivo añadido, puesto que no se trata de un autor consagrado que cualquier cosa que escriba tiene probabilidades de ser publicada. Los autores noveles lo tienen más difícil y si dan el salto al papel con el aval de una editorial es que vale la pena adentrarse en su historia.

Luego están las consideraciones de que el tema de la novela sea de tu gusto o no, que el género se adapte a lo que sueles leer, pero seguro que encuentras una prosa aceptable, unos personajes trabajados y una trama bien construida, cientos de lectores no pueden estar equivocados. Y eso precisamente es lo que encuentras en esta novela, que no defraudó mis expectativas, que me mantuvo atrapada entre sus líneas y me sumergió en el mundo de los cultivos y las catas de vinos, que lejos de parecerme pesado hizo mis delicias, me transportó a Chateau DeuVille, a sus viñedos y ese mundo agrario que raras veces he podido contemplar.

Personajes:

Virginia acierta con su inspectora, Anne Oteiza, una mujer con una infancia traumática que sigue arrastrando, que la convierte en una mujer arisca socialmente, que ha levantado altos muros en torno a su corazón para impedir que el rompan el corazón. Una profesional integra, inspectora de la Brigada de Patrimonio, que no es muy habitual en las novelas. Al comienzo de la novela la encontramos en un pueblecito pequeño que ha sufrido el expolio de un mosaico del Dios Baco.

Afincada en Madrid, a donde huyó de los recuerdos, se le encomienda la investigación de la desaparición de unas botellas de vino anteriores a la Segunda Guerra Mundial en el aeropuerto de Barajas. Al parecer no se trata de un hecho aislado si no que ataques similares se han producido en distintos puntos de Europa.

Su nulo conocimiento del tema la llevan a consultar a su amiga Sofia Duchamp, una francesa que recaló en España cuando su padre trabajador de una multinacional francesa fue destinado aquí. Su amistad con Oteiza viene de lejos, ambas estudiaron Historia del arte y después cada uno dirigió los pasos hacía un vertiente distinta. Sofía regenta una galería de arte y es una gran conocedora y amante de los vinos, por eso es la primera persona a la que acude Anne.

Quiere la diosa fortuna que navegando por Internet Sofía descubra que Edouard DeauVille se encuentra en Madrid para participar en una Subasta de vinos, y este se erija en la mejor baza para asesorar a Oteiza. Con aspecto de un verdadero playboy trasnochado la primera impresión que el aristócrata causa en nuestra inspectora no es precisamente la mejor. Pero su investigación sobre las botellas desaparecidas y las pesquisas sobre las que conoce que hay en circulación les llevan a colaborar bastante estrechamente.

Christine: Enóloga, secretaria y amiga de la infancia de DeauVille, un personaje un tanto misterioso, que termina por sorprender en más de una ocasión.

Bertrand: De la policía francesa, ha colaborado en más de una ocasión con Oteiza, entre ambos hay una gran camaradería que al francés no le importaría que fuera algo más.

Para mi estos cinco personajes son los que llevan el peso de la trama, aunque especialmente Anne y Édouard, entre ellos se crea una gran complicidad que va venciendo las barreras que la inspectora ha levantado con tanto esfuerzo.

De Madrid a Burdeos:

Aunque la historia comienza en Madrid pronto la investigación del robo de las botellas, la trasladará a Burdeos, a la campiña francesa y a una de las regiones productora de vinos más importante. Sin embargo, antes de pasar la frontera, nuestros protagonistas recalaran en San Sebastián donde Oteiza pasó su infancia, y a donde no había vuelto desde que huyó de los fantasmas que la atormentan. Este es el momento que elige la autora para desnudar el alma de su protagonista, para que la podamos entender y empaticemos con ella. Donosti es también la ciudad donde DeauVille estudió y de la que guarda muy buenos recuerdos. Su estancia coincide con el Festival de Cine y con la presentación de unos nuevos vinos de Perrier Jouët en el que se exhiben tres botellas anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Sin volver a Madrid las circunstancias los trasladan a Burdeos donde nuestro galán ha sufrido un robo, adivináis ¿de que?. Y es en la campiña, entre viñedos, tractores, cepas, barriles, enólogos, buenos caldos y catas muy interesantes y algo subiditas de tono donde transcurre el resto de la acción. Y donde los amantes del vino seguro que encuentran un plus muy interesante en esta novela.

Si el vino no te apasiona, puede que esta parte se te haga pesada, e incluso te parezca innecesaria, pero a mi modo de ver le añade un atractivo que pocas novelas han explotado, al menos de esta manera.

Aunque nuestros protagonistas transitan en estas tres zonas, las investigaciones nos sitúan también en la Alemania de Hitler y en el Burdeos ocupado por los arios, y nos describe como pocas tramas el papel de la resistencia francesa y de los viticultores en particular dentro de esta. Cómo he disfrutado esta parte, no os lo podéis imaginar.

Nos encontramos una novela muy completa en cuanto a personajes, algunos de gran complejidad como la inspectora Oteiza, o el mismo DeauVille que no sabemos hasta el último momento si es angel o demonio. La autora nos los describe con guante blanco atendiendo tanto a su físico como a su perfil sicológico, al menos a los cinco que antes he mencionado. Y no se quedan a la zaga los escenarios que describe, se nota que los conoce bien, sobre todo la campiña francesa, tanto sus relieves y morfología como a sus gentes.

Una segunda persona desconcertante:

La novela está narrada en tercera persona del singular, por un narrador omnisciente capaz de reflejarnos todos los flancos y con un lenguaje cuidado, sobrio y elegante. Dividida en 51 capítulos de extensión variada, y un epilogo la trama va llevándote de la mano de manera que quieres seguir leyendo para ver donde concluye la investigación y quien es DeauVille verdaderamente.

Sin embargo el primer capitulo está narrado en segunda persona, no hay muchas novelas que hagan uso de esta voz para narrar. Al principio me desconcertó, incluso me llegó a sacar de la novela, me vi volviendo las páginas atrás a ver si me había perdido algo. Pronto me di cuenta que era la voz interior de la inspectora Oteiza, como una especie de Pepito Grillo, de Voz de la conciencia, un mudo dialogo interior que la protagonista exterioriza de esta forma y que a mi empezó desconcertándome y terminó gustándome por el aire de intimismo que le daba a esos capítulos.

Pero si pensamos que la autora se ha conformado con ese juego de voces, estamos muy equivocados, para comprender porque se están produciendo esos robos después de tantos años y de unas botellas cuya añada no es que sea excepcional, será fundamental un diario, y como habréis deducido este está escrito en primera persona, por una mujer fuerte, dinámica y muy pero que muy excepcional. Deseaba llegar a los trozos de diario para que su voz me envolviera, y me explicara de primera mano su papel en la resistencia, y el de sus vecinos, como el vino ayudo a vencer a los alemanes, como perdieron sus bodegas, como siguieron a pesar de todo trabajando sus campos y suministrando caldos a los alemanes cuando estaban bajo mínimos.

Esta novela me ha convencido por muchos motivos, creo que la autora ha hecho un trabajo de documentación excelente, ha sabido dotar de personalidad y voz propia a los distintos personajes, ha sabido darnos una lección de historia sin abochornarnos con datos y ha sabido mantenerme pegada a las páginas de esta novela a pesar de no ser un thriller trepidante.

Conclusión:

Me da la sensación de dejarme muchísimas cosas en el tintero, cuando has disfrutado una novela se nota y tienes tantas cosas que decir sobre ella que no sabes muy bien por donde empezar y como terminar. Esta es mi aportación, en la que he intentado no desvelar demasiadas cosas, aunque no se muy bien si lo he conseguido.

Si el mundo del vino no te gusta, o simplemente te es indiferente afirmaría que igual la serás capaz d disfrutarla, porque si tuviera que encuadrarla genéricamente me sería imposible, no es una novela romántica, aunque encontramos en ella varias historias de amor, no es solamente una novela policial, o de intriga porque auna más facetas, es además una novela histórica, pero no solamente eso, porque nos transporta a la Segunda Guerra Mundial...

Virginia Gasull ha compuesto una opera prima donde auna aromas, paladares, historia, acción, amor, erotismo y vino, elementos que mezclados con maestría nos depararan horas de placer para los sentidos, sobretodo si maridamos la lectura cada uno con el vino que más nos guste.

Si has llegado hasta aquí ya solo te falta hacerte con un ejemplar y disfrutarlo tanto como yo.


Retos:

25 españoles

reto viaje con los libros

Yincana Criminal: sucedió en Europa: La acción transcurre en Francia

miércoles, 20 de mayo de 2015

Martyrium. Vicente Garrido y Nieves Abarca

No os podéis imaginar las ganas que le tenía a este libro, y más desde que Nieves en la mesa redonda a la que acudí en febrero nos estuvo hablando de su mala, malisima, esa mujer que poco empatizaba con los lectores y a la que ella le tenía un especial cariño, y veía como un personaje diez. Por una u otra razón siempre iba posponiendo la lectura y al final me subí al carro de otra lectura simultanea en twitter de la que confieso no pude disfrutar por problemas de salud en mi entorno familiar.

Con ello no quiero decir que no disfrutara el libro, si no más bien, que me perdí los comentarios en la red del pajarito, las interacciones con la autora que siempre son muy atractivas. He leído en algunos comentarios que posiblemente esta sea la más floja de las tres novelas que tienen publicada. A mi sinceramente me ha gustado, no tiene tanta tensión como Crímenes exquisitos, ni tampoco tantas páginas, pero la historia me ha parecido creíble, el reencuentro con los personajes que se arrastran de la anterior novela impresionante, y los nuevos malos, si bien no están a la altura de Delgado, era difícil conseguir un ser más depravado, tampoco se quedan mancos y nos darán ganas de ahogarlos.

Creo que esta pareja si sigue publicando nos va a dar muchas satisfacciones con el tándem Negro-Sanjuán, y si bien no he conseguido del todo mi justicia poética, esa que le reclamaba a Nieves para el final de Crímenes exquisitos, si que puedo decir que con Martyrium me han resarcido, aunque como lectora hubiera preferido un final más duro para Mendiluce, pero sabiendo que sufre, me doy por satisfecha.


Los autores: 


Vicente Garrido es criminólogo y Doctor en Psicología por la Universidad de Valencia, donde imparte Criminología Forense y Pedagogía aplicada a la delincuencia. Ha sido consultor de naciones Unidas. Sus libros de criminología forense y de estudios sobre violencia son obras de referencia. Ha participado como asesor científico en telefilmes y reportajes sobre casos criminales. Colabora habitualmente programas de radio y de televisión de debate, cultura y divulgación. Actualmente se encarga de realizar los perfiles criminológicos en Expediente X, en Antena 3

Nieves Abarca estudió Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Compostela. Es Máster en Periodismo por la UOC y espcialista en Perfiles Criminales. Ha trabajado en diversos medios medios de comunicación en A Coruña y Ponferrada. Durante trece años trabajó en un cuartel de la policia local. Es una lectora incansable de la novela negra y criminal.


Argumento:


Cuando la magistrada Rebeca de Palacios recibe un extraño correo enviado por un desconocido, todo su mundo se tambalea: su hija Marta, una joven estudiante de Arte Dramático, ha sido secuestrada en Roma, y Rebeca ha de declarar inocente al hombre que dentro de poco va a juzgar, o Marta Morirá.

La inspectora de la Policía Nacional Valentina Negro, amiga de la infancia de la Magistrada, se ve obligada a ir a la Ciudad Eterna en una misión personal para liberar a Marta. Pero en Roma no solo hay un secuestrador, también hay un asesino apodado "Il Mostro", que ha conmocionado la ciudad durante los helados carnavales.

Mientras Valentina está en Roma, el criminólogo Javier Sanjuán acude también a la ciudad invitado por Alessandro Marforio, el millonario hermano de una de las supuestas víctimas de "Il Mostro" para que le ayude a atrapar al asesino de forma extraoficial. Sanjuán y Valentina se verán envueltos en una intriga endiablada en la que confluyen el Vaticano, el mundo de la política y los hombres y mujeres sin escrúpulos.


Una "Femme" Fatal:

Cómo os comentaba en la introducción, en la mesa redonda La mujer en la novela negra que se celebró en Castellón en febrero y de la que no os he podido comentar demasiado, Nieves habló largo y tendido de Rajiva, quizás el personaje más odiado de esta novela. Entonces comentó su fascinación por las mujeres fatales, por la maldad que algunas esconden, y a Rajiva no se le puede negar ese punto de ruindad.

De origen hindú, esta mujer menuda que maneja con maestría el arte de matar de forma sofisticada, o al menos a mi me lo ha parecido, se ampara en la impunidad diplomática que le proporciona su matrimonio, a la sombra de esa protección no duda en meterse en negocios de tráfico de drogas, trata de blancas y un rosario de delitos que incluyen el asesinato si se encuentra en peligro.

Como mujer fatal resulta muy atractiva, es un personaje al que se llega a odiar por esa sangre fría que demuestra, por esa dependencia del dinero que la lleva a vender mujeres al mejor postor, aunque para ello tenga que secuestrarlas, o drogarlas. Es la cara menos amable de un negocio que mueve dinero en las altas esferas y que arruina la vida de muchas jóvenes que se ven sometidas a la prostitución.

Quizás durante la lectura fui capaz de ver a Rajiva con los ojos que Nieves quería que la viera, para ello puso énfasis en su defensa, en presentarla como un personaje atractivo dentro de la novela e incluso añadiría que necesario porque es el que más vida le da.

Sin embargo como malvada no le llega a la suela de los zapatos a Delgado, que me ponía los pelos como escarpias cada vez que aparecía en escena, a Rajiva fui capaz de verle esa parte humana cuando su vida corría peligro, a Delgado jamás fui capaz de vérsela.

Por lo que he podido comprobar los malos, malisimos, esos que dan grima, siempre están protegidos por una persona poderosa o con dinero, a los que hacen el trabajo sucio y benefician económicamente. En el caso de Delgado era Mendiluce en el de Rajiva, el vicecapo de la Polícia de Roma,  Guido Barone.

Os recomiendo descubrir a Rajiva, no dejaros llevar por la rabia que os puedan causar sus acciones, seguro que así sois capaces de disfrutar más de un personaje que es absolutamente necesario.

Mis impresiones:

Si Crímenes exquisitos comienza fuerte, yo apostaría que Martyrium es mucho más impactante, a mi al menos consiguió noquearme, dejarme sin aliento, tremendo crimen y nada más comenzar, además cometido en Italia, y ahí se dispararon todas mis alarmas. Un crimen en el extranjero no podía ser competencia de la inspectora Negro. Y la verdad es que Valentina tarda en aparecer, y también Sanjuán aunque poco a poco vamos encontrándonos con viejos conocidos, con Mendiluce luchando para salir de la cárcel con una sentencia de inocencia, a Lúa Castro tan alocada, imprevisible y suicida como en la anterior novela, el horror hecho realidad, aunque no pienso deciros nada más y como no la inspectora y el criminólogo, aunque cada uno por separado e intentado resolver un caso distinto.

La Justicia esa dama que se representa con los ojos vendados y una balanza en la mano, nunca ha sido presentada con tanta crudeza en una novela, o al menos yo no me he encontrado con una forma tan directa de burlarla. Imagino que desde que el mundo es mundo, los poderosos han intentado eludir la pena de cárcel, y para ello han intentado comprar jurados, jueces, abogados, fiscales y todo lo que pudiera estar a su alcance.

Los tentáculos de nuestro corrupto, son más largos de lo que pudiéramos imaginar, tras la pérdida suponemos que irreparable de su mano derecha, Delgado y de su abogada, Raquel Conde, podríamos imaginarlo hundido, sin capacidad de reacción, pero nada más lejos de la realidad, con una nueva abogada deseosa de agradar a su jefe y con tan pocos escrúpulos como su antecesora, comienza a mover los hilos para conseguir ser declarado inocente de todos sus cargos, para ello pone toda la carne en el asador y extorsiona y coacciona, para que alguien haga por él el trabajo sucio.

Ser testigo de esa coacción a la Justicia, y más concretamente a los jueces me ha irritado, quizás por ser consciente de que puede darse, a lo mejor no de la forma que la novela lo pinta, pero hay mecanismos para subyugar la voluntad de un juez, para que este termine actuando de forma contraria a como piensa.

La mayor parte de la acción sin embargo, sucede en Roma, la Ciudad Eterna. Los carnavales son una buena época para que un asesino que huye de la gente, actúe amparado en el anonimato que conceden las mascaras y los disfraces. No nos es difícil descubrir a un antiguo conocido, quizás más radicalizado, más peligroso que nunca, con graves secuelas. Capaz de lo peor de si mismo, de la crueldad y la ruindad más absoluta. Un hombre que está sembrando el pánico, y que mantiene en jaque a la policía de Roma que nunca había lidiado con algo similar.

Y son precisamente estos asesinatos los que llevan a Lúa Castro y a Sanjuán a Roma, a la periodista en pos de la exclusiva, al criminólogo a saldar una deuda contraída que no le da descanso. Y mientras ellos intentan descubrir quién esta detrás de los asesinatos, Valentina Negro intenta salvar la vida de Marta e impedir que un corrupto se salga con la suya.

Que Valentina es una mujer de armas tomar nos quedó claro en Crímenes Exquisitos, sin embargo en Martyrium se encuentra con la horma de su zapato, Rajiva, una criminal que la pondrá contra las cuerdas en más de una ocasión, la pondrá en peligro, en incluso intentará acabar con su vida, y que finalmente será quien le proporcione la manera de sobrevivir a una mente enferma.

Si me habéis seguido hasta aquí, habréis deducido que nos encontramos con dos tramas paralelas, que aparentemente no tienen ninguna conexión, pero que acaban convergiendo para cerrar los flecos que quedaban abiertos en la anterior novela.

Comentaba en la introducción que había leído muchos comentarios de que esta novela es la que menos ha gustado de las tres que llevan publicadas estos autores, yo todavía tengo pendiente de lectura la tercera, pero a mi me ha parecido una buena consagración, si bien Nieves comentó en el encuentro al que asistí que una amiga suya la llamaba la novela de las felaciones, y a mi también me dio esa impresión, incluso llegó a agobiarme y eso que iba sobreaviso. No se si es por ello por lo que ha gustado menos, o por que Valentina y Sanjuán han tenido menos protagonismo, pero yo me he quedado con ganas de abordar la tercera entrega.

Mucho se ha comentado si es necesario abordar la serie por orden, yo lo creo más que oportuno, ya que aunque en Martyrium encontramos información más que suficiente para entender la lectura, también es verdad que si posteriormente abordas Crímenes exquisitos te restan parte de la intriga, puesto que ya conoces al asesino y te comes más de un spoiler, de ahí que comenzar con la primera de la serie sea más que necesario. Si ello no consiguiera convencerte esta segunda parte a penas ahonda en los personajes porque ya los conocemos de la entrega anterior, de ahí que la acción cobre mayor protagonismo, y sea mucho más ágil. A este dinamismo también contribuyen los capítulos cortos, que obligan a leer un poquito más, y cuando te das cuentas ese poquito se ha convertido en una hora, o más, arañando horas al descanso nocturno.

La mayoría de los personajes de esta novela son conocidos y aquellos que no lo son están descritos en ocasiones de forma somera, pero se aprehende bastante su forma de pensar y de ser, entre los nuevos me ha sorprendido Patrick Doyle, para ser un sicario, un hombre acostumbrado a matar, a secuestrar, torturar, lo veremos asquearse ante la trata de blancas. Casi parecía humano, y llegó a enternecerme, pero solo fue un espejismo, después su forma de actuar lo devolvió a su estatus. Si alguien me hizo dudar, y sobre todo tener sentimientos contradictorios ese fue Enzo Ferretti el novio de Marta, el que la vende a Rajiva para salvar su vida, y luego pone todo su empeño en lograr su libertad por mala conciencia. Ranucci me ganó, lo vi tan perdido, tan dividido entre lo que le gustaría y lo que debía hacer, por un lado tenía un caso que lo superaba, y con presiones por parte de un millonario para encontrar al asesino de su hermana, y por otra parte aceptar la injerencia de unos extranjeros que por otra parte echan por tierra el perfil del criminólogo italiano.

Tal y como sucediera con Crímenes Exquisitos, el final de la novela supone el gancho para que el lector desee embarcarse en una nueva aventura, la intriga esta servida y Valentina Negro de nuevo en el punto de mira, ¿qué le deparará el futuro? Espero descubrirlo pronto, quizás en el seno de otra lectura simultanea, en la que espero poder participar de forma más activa.

¿Tropezar dos veces con la misma piedra?

La novela en general me ha gustado, la he disfrutado, me ha parecido menos cruenta que Crímenes exquisitos, aunque sigue siendo poco apta para estómagos delicados, sin embargo si en la primera entrega me pareció que le sobrara tanta referencia a marcas de ropa y vehículos, en esta me ha chirriado el comportamiento de Lúa.

Y no que viaje a Roma buscando un reportaje, una exclusiva, eso entra dentro de lo cabal, una profesional siempre busca una primicia, y más si como le chivan los crímenes de Il Mostro son tan parecidos a los de El Artista, y el libro que ha escrito la ha catapultado a la fama. Sin embargo una vez en Roma, ya no entiendo como puede haber superado los traumas que debe arrastrar desde que arriesgara su vida y la de su padre, que no evolucione como lo ha hecho Sanjúan y sea tan irreflexiva que se meta en la  boca del lobo ella sola, arriesgando una vez más su vida.

Lúa es alocada, irreflexiva, pero no me la creo tan irresponsable, no puedo creer que tenga un carácter tan suicida, ninguna exclusiva merece pagarlo con la vida. Soy periodista y puedo entender parte de su forma de actuar, pero desde que descubre la guarida del Il Mostro no entiendo como no comunica su posición, como sigue intentado esconder algo tan importante en aras a proteger una exclusiva.

Es lo único en lo que les tiraría las orejas a los autores, creo que era innecesario y además le resta verosimilitud al resto de la trama.

Conclusión: 

Martyrium es una más que decente segunda parte, para mi la consagración de una pareja que ha demostrado que en España es posible hacer novela negra, y que esta no tenga nada que envidiarle a la que llega de fuera.

Nos encontramos ante una continuación de Crímenes Exquisitos, que retoma la acción donde aquella terminó, o en sus secuelas. Al encontrarnos tantos personajes conocidos  la trama cobra importancia, nos encontramos ante un thriller adictivo, en el que dos tramas paralelas terminan convergiendo y cerrando todos los flecos que quedaban pendientes.

Si quieres volver a vibrar con crímenes cruentos, secuestros, extorsiones a la justicia, si quieres volver a ver a Valentina Negro en acción y disfrutar con los perfiles de Sanjuán ya tardas en sumergirte en esta nueva entrega, yo ya tengo preparada la tercera de la serie.



Retos:

25 españoles

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12 meses, 12 libros

viaje con los libros

lunes, 20 de abril de 2015

Viajo Sola. Samuel Björk

A muchas lecturas se llega gracias al boca a boca, o bien por múltiples reseñas blogueras. A esta concretamente llegué a traves de las opiniones de una lectura conjunta que se hizo en blogger y en twitter, el libro picó mi curiosidad y cuando pasé por la biblioteca a devolver la lectura obligatoria de mi hijo mayor, no pude dejarlo allí a pesar de todo lo que tengo acumulado en mis estanterías.

Tenía las expectativas tan altas y los comentarios de twitter las alimentaban de tal forma que tenía miedo de que el libro terminara defraudándome, sin embargo he de reconocer que las ha cumplido con creces, que el autor para ser su primera novela negra ha puesto el listón muy alto, y ha creado una trama completamente adictiva y unos personajes sólidos que no me importaría volver a encontrar en el futuro, así que estaré pendiente de sus próximas novelas.

No es la única lectura que he acometido por recomendación de la red, sin embargo pocas han dejado una satisfacción tan alta y un sabor de boca tan intenso. A riesgo de seguir aumentando hasta el infinito mi lista de pendientes pienso seguir la pista de todo lo que recomendéis y si algo llama poderosamente mi atención me lanzaré a la piscina sin pensarlo mucho.

El autor:

Samuel Björk es el seudonónimo del noruego Frode Sander Öien. Es novelista, autor de obras de teatro, cantante, ha expuesto en diversas galerias de arte y ha traducido a Shakespeare. Hasta el momento ha publicado dos novelas Pepsi Love (2001) ySpeed for Breakfast (2009). Vive y trabaja en Oslo. Esta es su tercera novela, éxito de ventas en varios países donde ya se ha publicado.

Argumento:

Viajo sola y no soy la única

Un hombre sale a pasear con su perro para recuperarse de la resaca y de su cargo de conciencia. De repente el perro sale corriendo entre los arboles. Allí el hombre descubre a una niña que cuelga de un árbol, balanceándose sobre el suelo. Con una mochila escolar en la espalda y un cartel alrededor del cuello que dice "Viajo Sola". El inspector de policía Holger Munch se encarga del caso y no tarda en darse cuenta de que va a necesitar la ayuda de  su excolega Mía Krüger. Sin embargo, Mía que siempre había sido una chica sana, ahora parece estar enferma.

Holger Munch acude a su casa para pedirle que vuelva a servicio activo, no tienen la más remota idea de lo que les espera.

Mis impresiones:

La novela empieza fuerte, con un prólogo que nos situa en el año 2006 y una niña desaparecida en una maternidad, el caso pertenece al inspector Holger Munch, y del bebé nunca se supo nada más, ninguna pista para encontrarlo. El caso pesa en el palmares de Munch.

Seis años después el caso vuelve a la luz de una forma un poco dura, una niña vestida de muñeca pende de una cuerda en un árbol, con un cartel que reza Viajo sola. Lo que descoloca a los investigadores es la pulcritud del asesino y el método utilizado, así como toda la parafernalia que parece rodear la muerte de la pequeña, tanto como la certeza de que no será la única.

De esta forma tan contundente comienza una novela que se desarrollará en siete partes y 89 capítulos numerados en los que se entrecruzarán tramas y subtramas que en ocasiones parece que nada tienen en común pero que terminarán encajando con la precisión de los engranajes de un reloj suizo.

Quizás lo que en un principio más llamó mi atención fue la autodestrucción a la que estaba sometiéndose Mía Krüger en su casa de la isla de Hitra, por más que intentaba entender porque se atiborraba de pastillas esperando una muerte que tenía al alcance de la mano, no lo lograba, no podía empatizar con ella, la notaba fría, insensible, pensaba que estaba aquejada de alguna enfermedad incurable, y sin embargo esta parecía radicar en el alma.

Después ya empecé a centrar mi atención en los asesinatos, el hecho de que fueran niñas de seis años y la forma en que eran encontradas dolía, todo apuntaba a que el sufrimiento era nulo, que estaban bien cuidadas antes de su muerte, sin embargo no dejaban de ser niñas a las que habían secuestrado para asesinarlas, todas tenían algo en común, seis años, iban a comenzar la escuela, y todo parecía apuntar una y otra vez a ese caso que Munch fue incapaz de resolver seis años antes.

Los autores nórdicos suelen utilizar la novela negra para hacer denuncia social, para romper esa imagen idílica que se transmite de su país, y Samel Bjork hace lo propio, de aquí la presencia de subtramas, igual de atractivas que la trama principal, hasta el punto de que mantiene la atención del lector sobre la historia que está contando, sin ser un thriller vertiginoso, si que dosifica la información de tal forma que la tensión no disminuye en ningún momento, aunque se intensifica en las dos últimas partes.

Entre los temas de denuncia social se encuentra el estado de abandono y violencia en el que sobreviven dos hermanos en una cabaña en el bosque. Los Iversen encuentran a la segunda victima cuando juegan en el bosque para no escuchar las constantes peleas de sus padres. Contrasta la suciedad de la casa, con la limpieza de la habitación de los niños, la depravación de los padres con la pureza de ambos hermanos.

Junto con este tema también encontramos las sectas religiosas, el fanatismo, lo que se esconde tras muchas de ellas, ese lavado de cerebro para anular la voluntad de los seguidores y moldearlos según los intereses del lider, también aquí podemos ver la contraposición de la depravación y la pureza, en este caso el exponente de la depravación sería el pastor Simon y el de la pureza su mano derecha Lukas, un muchacho que adora al pastor, que haría cualquier cosa por él y que en ultima instancia pretende salvarlo del maligno.

Otro tema en este caso menor sería las drogas y el infierno en el que viven tanto los adictos como las familias, precisamente este es uno de los temas que tocan de cerca a Mia Krüger, el autor lo trata de una forma muy intimista, hasta el punto de que es creíble al 100 por 100, la experiencia de Mia se va desgranando en forma de flash back y ahí es donde comenzaremos a comprender un poco su comportamiento, esa obsesión por matarse, esa adicción a las pastillas para adormecer el dolor por la pérdida y el remordimiento de la culpa.

Quizás el tema que ha puesto un poco de humor a tanta tragedia ha sido el de los transexuales, el hecho de no aceptar ser mujer atrapada en un cuerpo de hombre, el hecho de esconderte en garitos de mala muerte y ser señalado por la calle.  Sin dejar de ser un drama, hay quien lo vive con tanta naturalidad que abochorna.

Y planeando durante toda la novela quizás el tema más importante y a la vez el tratado de forma más superficial, la imposibilidad de ser madre, los sinsabores que ocasiona.

¿Donde esta el límite que produce el click en el cerebro? ¿En que momento se cruza la raya y una persona normal es capaz de cometer un asesinato?

Estas preguntas planearon por mi mente durante la lectura de esta novela y creedme encuentran respuesta, poco a poco todas las piezas de este gran puzzle van encontrando su lugar, encajando a la perfección y dando respuesta a las múltiples preguntas que nos formulamos.

Pero si atractivas son la trama y las subtramas no menos lo son los personajes que transitan por ellas, aunque los principales son Holger Munch y Mia Krüger, una pareja de detectives de lo más variopinta y atractiva que no me importaría encontrarme en sucesivas entregas.

Holger Munch es un cincuentón que no ha tenido mucha suerte en el amor, divorciado de su mujer, la relación con su hija Miriam no ha sido nunca demasiado buena, sin embargo con su nieta Marion mantiene un vinculo indestructible. Holger rompe muchos de los estereotipos de la novela negra, fumador empedernido, adicto a las matemáticas, y un trabajador incansable, vive el que es el caso más duro de su carrera, que terminará por arrollarlo y por confundir a los investigadores.

Mia Krüger cabalga en la treintena, es una mujer muy intuitiva, con una gran capacidad para sacar conclusiones y reordenar datos mentalmente. Mia no atraviesa su mejor momento, demasiados fantasmas en el armario y un error que terminó con su brillante carrera policial, son el desencadenante. Su vuelta al servicio activo se debe a la gravedad del caso, pero seis meses auto destruyendose la tienen más espesa de lo habitual y las conexiones tardan en llegar más de lo esperado, poniendo en peligro su vida y la de todo el equipo.

Ambos  son el alma mater de un equipo que no tiene desperdicio y que puede dar para muchas novelas adictivas e intensas, estoy deseando volver a encontrarme con ellos. Lo más complicado de las novelas nórdicas son los nombres de los personajes, es de agradecer que en esta sean bastante sencillos, tanto los propios de persona, como los de los enclaves en los que sucede la acción.

Como no podría ser de otra forma la vida personal de los investigadores es importante para la trama, sin embargo en el caso de Holger no apreciamos fantasmas ahogados en alcohol, ni dramas familiares que incidan en su trabajo. El caso de Mia es distinto y su vida personal está involucrada en la investigación tanto como la de su jefe y se va desgranando en forma de flash back en el momento oportuno, dando de esa forma explicación a muchos interrogantes que el surgen al lector.

El merito de esta novela está en su estructura, una trama principal, salpicada de subtramas sin aparente conexión entre ellas, divida en un prólogo que nos pone en antecedentes y que data en 2006, siete partes y ochenta y nueve capítulos numerados que van atrapando al lector, y que narran los hechos ocurridos durante tres semanas de 2012.  La tensión se mantiene durante toda la novela a ello ayudan los capítulos más bien cortos, que se interrumpen en el momento álgido, obligando al lector a seguir leyendo un capitulo más.

El lenguaje utilizado es sencillo, a pesar de los hechos narrados el autor es completamente aseptico, no encontraremos escenas cruentas, ni de violencia gratuita, el lector en muchas ocasiones va un paso por delante de los propios investigadores y eso añade tensión a la lectura, el asesino se descubre antes del final de la novela, pero el atractivo reside en conocer los motivos que le llevan a cometer esos actos, el descubrir que esconde la parafernalia que monta, el significado de los vestidos de las victimas, en conocer el número exacto.

Conclusión:

Una novela con un soberbio planteamiento, brillante en su desarrollo y redonda en su desenlace, en el que la maldad y la pureza se contraponen en un sinfín de situaciones, en el que la condición humana queda al descubierto dejando patente cuan fina es la línea que separa la cordura de la locura, la normalidad de la sicopatía.

Una historia que pone al descubierto las miserias de una sociedad cualquiera, en este caso la noruega, pero que podría ser extrapolable a cualquier país, porque en todos en mayor o en menor medida se dan las lacras que el autor denuncia a través de su novela.

Si te gusta la novela negra no te puedes perder Viajo Sola, tu mente funcionará a pleno rendimiento durante su lectura, y después seguirá resonando el ¿por qué?

Retos

Viajar con los libros

yincana criminal

sábado, 4 de abril de 2015

La última noche en Tremore Beach. Mikel Santiago

Hay novelas que te van calando poco a poco, de tanto verla por los blogs, de tanto leer reseñas positivas, se fue metiendo en mis retinas, así que un día cuando fui a la biblioteca y la vi en la zona de las más prestadas no pude menos que llevármela puesta. En aquel momento reconozco que fue una locura, estaba metida en más charcos de los que podía surcar, pero dicen que la ocasión la pintan calva y yo no podía desaprovechar la mía.

Con todo lo que llevaba entre manos tardé un poco en cogerla, y cuando lo hice pude disfrutar de una lectura comentada por twitter, la verdad es que fue una experiencia muy grata, a pesar de no comentar aspectos específicos, por aquello de no fastidiar la lectura a un incauto futuro lector.

Mikel Santiago me ha sorprendido gratamente, me ha mantenido atrapada en su trama, me ha hecho sufrir con su protagonista, me ha introducido de forma natural un factor que suelo rehuir en literatura, lo onírico, lo paranormal, el mundo de las premoniciones, se crea o no se crea en ello es verosímil, y acongoja la experiencia del protagonista, la empatía que se desarrolla con él. Se masca la tragedia desde casi el principio, sin embargo el autor maneja con maestría la intriga y  mantiene al lector pegado a sus páginas.

No es la primera vez que me dejo llevar por una portada, por las reseñas literarias, ni creo que sea la última porque en raras ocasiones la experiencia ha sido frustrante, y a pesar de que las opiniones a las que he tenido acceso han sido unánimes, reconozco que picaron mi curiosidad de tal forma, que incluso obvié lo paranormal. Aunque reconozco que hasta bien avanzada la lectura temía que precisamente ese elemento me decepcionara.

El autor:

Mikel Santiago nació en un pueblo marinero de Vizcaya en 1975. El piano de su hermana, que
siempre resonaba por la casa, despertó en él un apetito muy temprano por la música. De sus primeras lecturas recuerda las obras de Sherlock Holmes, Los Cinco y Edgar Alan Poe.

Ha vivido en Irlanda, de donde sacó las ideas para escribir esta novela, y actualmente reside en Ámsterdam, donde trabaja en el mundo del software. Cuando no está entre ordenadores, se dedica a escribir y a tocar la guitarra con su banda de blues-rock.

La última noche en Tremore Beach, su debut literario, se ha convertido en un fenómeno antes de su publicación y ha hecho que se le compare con maestros como Stephen King, Jöel Dicker o John Connolly.

Argumento:

Un compositor que ha perdido la inspiración.
Una casa aislada en una playa irlandesa.
Una noche de tormenta que puede cambiarlo todo. 
Peter Harper es un prestigioso compositor de bandas sonoras que, tras un traumático divorcio, se refugia en un rincón perdido de la costa de Irlanda para recuperar la inspiración. La casa de Tremore Beach, aislada en una enorme  y solitaria playa, parece el lugar indicado para lograrlo. Todo parece perfecto... hasta que llega la noche de la gran tormenta.  

Mis impresiones:

Este no es el tipo de libros que suelo leer, en cuanto algo huele a onírico, sobrenatural, paranormal, premoniciones, futurista... suelo poner los pies en polvorosa y ya pueden asegurar que es bueno que ni me acerco. Sin embargo a pesar de saber que había ese elemento decidí arriesgarme ya que todos aseguraban que lo introducía de forma natural. Además tampoco perdía nada, si  no lograba superar la barrera con abandonar la lectura, listos.

Pero he de reconocer que es uno de los elementos que causan tensión, que ayudan a que la atmósfera en ocasiones sea opresiva, a que la tragedia se masque desde el minuto uno, y para darnos cuenta de que algo esconden los dulces vecinos, algo que puede tener consecuencias nefastas para nuestro protagonista. Me ha gustado la forma en que el autor ha manejado la intriga, y las premociones, no exentas de violencia, pero la justa, no se regodea en ella, sin embargo si somos realistas los sicarios no son hermanitas de la caridad, no se van con chiquitas.

Uno de los aciertos de esta novela es la ambientación en una isla, Irlanda, en pueblo rural inventado, Clenhburran, en el condado de Donegal, en una playa a dos millas de la población en la que solo hay edificadas dos casas, la de nuestro protagonista y la de Leo y Marie Kogan una dulce pareja de edad avanzada. Mikel nos transmite con gran verosimilitud la climatología del norte de Irlanda, el viento, el frío, la lluvia, las tormentas que descargan cuando menos lo esperas, el olor a hierba mojada. El ambiente en las zonas rurales, el pub que reúne en torno a una pinta a los parroquianos, una tienda en la que tiene cabida casi cualquier articulo, incluso la practica de yoga.

Y es precisamente una noche de tormenta y un accidente fortuito el que desencadena una serie de premoniciones, pesadillas que cerca están de llevar a nuestro protagonista a un psiquiátrico, para él son tan reales, que nos hará vivirlas con él, angustiarnos por su experiencia, por los golpes y magulladuras que sufre. Todo comienza de la misma forma, con una noche de tormenta, y la gran mayoría de las veces se desencadena en su mente. Sin embargo, la inquietud de Peter hace que los vecinos empiecen a creer que puede haber algo de cierto.

Peter nos cuenta su experiencia en primera persona, es el personaje que está más desarrollado, al resto lo vemos a través de sus ojos, de sus percepciones, sólo unas ligeras pinceladas nos bastan para dibujar unos secundarios necesarios que ayudan al desarrollo de la trama, y aquí es donde aparece Judie que regenta una peculiar tienda y que se convierte en su principal apoyo, Marie y Leo Kogan, una pareja que intenta integrarlo en el enclave que ha elegido para recuperar su inspiración, y también Jip y Beatrice los hijos  de Peter que pasan unas semanas con él.

La mayor parte de la acción transcurre en Tremore Beach, esa playa alejada de la civilización y de difícil acceso que termina convirtiéndose en una pesadilla para el compositor, también en Clenhburran, sobre todo a raíz de la visita de los niños, y como no Dublin donde vive el padre de nuestro protagonista, un personaje peculiar donde los haya. También encontraremos retazos de Amsterdam donde ha residido Peter hasta su divorcio y donde volverán sus hijos tras las vacaciones.

En un principio me sedujo que Peter fuera músico, compositor, que hubiera perdido la inspiración a raíz del divorcio, sin embargo las referencias a la música son pocas, a penas unas pocas pinceladas para transmitirnos la frustración del compositor por esas pulsiones en la cabeza que preceden a los episodios oníricos, por esa paz que no recupera, esa chispa que no termina de prender y su incapacidad para tejer una melodía, para arrancarle a las teclas blancas y negras un sonido que pueda ser comercial, que lo lleve de nuevo a la cumbre.

Es obvio que teniendo tres músicos en casa justo esa faceta del protagonista fuera la que más me atrayera, sobre todo dada mi nula capacidad para la música, para entender siquiera como esas notas sobre el pentagrama puede dar lugar a distintas melodias, como todos los artificios pueden llegar a coformar distintas melodías cuando a mi todas me parecen iguales. 

Me ha gustado el estilo del autor, esa forma de dosificar la tensión, de mantener la intriga a lo largo de toda trama, de jugar con el lector hasta el punto de plantearse que es verdad, que forma parte de los sueños, que es realidad o puede llegar a serlo. Peter es una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento, le cuesta convencer a los médicos de que no sufre ninguna enfermedad mental, pero se ha convertido en un peligro para su hijos, para sí mismo. El desenlace lo esperaba más noqueante, sin embargo después de mucho meditar me he dado cuenta de que es el único posible.

Considero que el autor ha estado brillante en el planteamiento de la trama, en el desarrollo a pesar de ser un poco lento al principio, y como no en el desenlace, en ese final que no llega a ser todo lo contundente que hubiéramos esperado, pero no por ello le resta brillo a la obra. Sin duda Mikel Santiago se ha convertido en un autor a ser tenido en cuenta.

Conclusión:

Si eres amante de los thrillers, de las novelas de suspense e intriga esta novela seguro que hará tus delicias, la tensión acumulada desde casi el principio irá in crescendo hasta que estalle, sin embargo no será ese el final que nos tiene deparado el escritor vasco, que maneja como pocos y dosifica con maestría la tensión.

El conocimiento que tiene el autor de Irlanda, su climatología, costumbres y gentes es un elemento que aporta verosimilitud y la naturalidad con la que introduce el elemento paranormal hasta el punto de integrarlo en la narración sin grandes artificios es un logro que pocos autores consiguen.

Por todo ello, os recomiendo que os adentréis en las páginas de La última noche en Tremore Beach, que empaticéis con Peter, que no os costara mucho, que sufráis con él, que os dejéis arrastrar por su locura, o por sus pesadillas, que descubráis que se esconde detrás de ellas. En pocas palabras que disfrutéis de una lectura llena de sobresaltos que os mantendrá en vilo mientras os dure.


Retos:

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yincana criminal. Islas enigmáticas. Sucedió en verano

reto viaje con los libros



jueves, 12 de febrero de 2015

Invierno en Paris. Imogen Robertson

Hay libros que entran por los ojos, cuya portada te llama imperiosamente la atención y te atrae de tal forma que a la que te das cuenta lo tienes en la estantería. No suelo dejarme llevar solo por una portada bonita, me han de convencer más cosas, y en este libro todo parecía estar hecho a la medida de mis gustos, protagonistas femeninas fuertes, un periodo histórico no muy trillado, un misterio que resolver... La conjunción de todos estos factores no podían dar con una lectura poco gratificante, sin embargo con estos mimbres no se ha urdido una novela redonda, o no todo lo redonda que a mi me hubiera gustado.

Creo que la autora no le ha sabido sacar partido a la trama que tenía entre manos y que para mí tenía más potencial del que se le ha dado, tampoco ha sabido enfocar bien a la protagonista que termina por aburrir al lector con su obsesión. La inundación hubiera podido dar para mucho más y ya puestos hay situaciones que no son verosímiles, que no se sostienen ni en aquella época, ni en esta.

A pesar de todos estos peros que argumentaré más adelante, la novela me ha gustado, me ha entretenido, me ha sumergido en su trama y en ese París de los bajos fondos que no solemos ver habitualmente en la literatura y como no en el del glamour y las clases pudientes. Creo que con todo lo mejor de esta novela es la ambientación, la autora consigue que pasees por sus calles y te pierdas en sus callejones y tabernas...

La autor@:

Imogen Robertson es una  escritora y periodista británica. Estudió filología rusa y alemana en
Cambridge. Trabajó en radio, cine y televisión antes de dedicarse por entero a la literatura. Además de la narrativa, cultiva la poesía y la critica literaria. Desde sus inicios como escritora ha cosechado los mejores elogios de la crítica y de los lectores.

En 2007 ganó el premio convocado por  el diario The Telegrah "Las primeras mil palabras de una novela" con el comienzo de su primera obra, Instruments of Darkness. Ha sido seleccionada en dos ocasiones como candidata a los premios que conceden las asociaciones británicas de escritores de novela negra: el CWA Ellis Peters Historical Awards, en 2011, y el CWA Dagger in The Library Award, en 2012.

Para los que tengáis soltura con el ingles, podéis seguir a la autora en:

www.imogenrobertson,com

@RobertsonImogen

Argumento:

Paris, invierno de 1910, la bohemia artística resplandece en cada rincón de la ciudad. Maud Heighton sueña con ser pintora para lo que ingresa en la selecta Academia Lafond. Pero la vida en París es muy cara y, mientras los que la rodean disfrutan de los placeres de la Belle Époque, Maud ve como se agota su patrimonio. Se siente sola.

La avezada modelo Yvette, maestra en las artes de la vida, y la rica y frivola heredera rusa Tanya Koltsova le consiguen un trabajo bien remunerado: acompañar e iniciar en la pintura a la bella Sylvie Morel, una inglesa acomodada que vive con su hermano Christian en un  mundo selecto y deslumbrante. Todo parece sonreirle a Maud hasta que los Morel son acusados de impostores y ladrones, y ella misma del robo de unas joyas. Solo podrá escapar de esta pesadilla recurriendo a las mismas artimañas de las que ha sido objeto.

Invierno en París es una novela histórica, de aventuras, de intriga, negra..., rocambolesca. Una novela de mentiras y traiciones, enigmática y elegantemente evocadora, que recrea de manera sin igual aquel París de final de época, con sus luces y sus sombras, en el que el arte y la bohemia convivían entre la decadente aristocracia de media Europa y ambiciosos sin escrúpulos, maestros de la apariencia, que no dudaban en recurrir a las mayores vilezas para mantener su estatus.

Mis impresiones:

A veces las novelas no llegan a tus manos en el mejor momento, y eso me paso a mí con Invierno en París, me llegó en un momento de mucho trabajo, y un gran atasco lector y reseñador que aún perdura, después de tenerla un tiempo en la estantería y tras la gratificante experiencia vivida en una lectura simultanea que nació así sin esperarlo, de un comentario inocente en twitter, pensé que la oportunidad para sacarla de su cárcel de polvo era convocar yo una simultanea.

Si yo, que era casi una recién llegada a la red social, pero quien algo quiere algo le cuesta, y aunque no soy de ponerme muy en primera línea de fuego, pero lo hice, a primera vista a mucha gente le apetecía leerla pero pocos tenían el ejemplar. Así que puse a pensar a mis neuronas que si tienen un día bueno acaban con ideas excelentes y sin mediar palabras con nadie empecé a mover hilos. A los poco minutos ya tenía un sorteo con cinco ejemplares, gracias a Alianza editorial, a la que le quiero volver a agradecer que se involucrase en nuestras actividades.

La experiencia de esta lectura en las redes la podéis seguir en el hastag #InviernoParis, y en las reseñas de los participantes, en unos días pondré un post recopilatorio. Ahora me toca mojarme a mí, creo que soy la última persona en publicar.

Ambientación:

Lo mejor de esta novela es sin duda la ambientación, ese Paris de principios de siglo, metido ya de lleno en la Belle Epoque, en el que convive el glamour y la pobreza, en el que las clases pudientes brillan con todo su esplendor, luciendo palmito, fiestas, joyas... y las clases bajas malviven en barrios malolientes, se prostituyen en burdeles, o roban para poder emborracharse una noche más.

Y en medio de esas dos clases, otra que no llega a la pobreza extrema, que malvive a base de comer poco y enfermar mucho. Y justo ahí encontramos a Maud, nuestra protagonista, una inglesa que pretende ser pintora y que con su herencia y una exigua renta se desplaza a París para cumplir su sueño. Pero este le resultara caro. París es una ciudad en pleno cambio, una ciudad de artistas y bohemios, en los que la mujer artista no tiene cabida. Se las tolera, se les permite estudiar, pero a cambio de precios más altos de los que pagan los varones, unas condiciones peores y en ocasiones aguantando las groserías de estos.

No es de estrañar pues que alguien viera el negocio, montar una academia para señoritas, con precios muy altos, y pocos recursos, por la que el maestro se pasa con suerte una vez a la semana. Con ese panorama y con lo caros que son los útiles de pintura, el dinero de Maud mengua a pasos agigantados, a penas come una vez al día,  ya ha cambiado de pensión y no tardará en hacerlo de nuevo.

A pesar de su orgullo, cuando Tanya le ofrece visitar a la señorita Harris por si le puede conseguir un empleo, Maud acepta, y no puede creer en su suerte cuando pasa a ser la señorita de compañía de la hermana de un hombre bien posicionado. El sueldo que va a cobrar es extremadamente alto, pero no la alarma, necesita tanto el dinero...

Es en ese momento cuando pasamos del Paris grisáceo en el que se mueve Maud, de ese en el que la gente pasa necesidades y va malviviendo a ese otro París casi a orillas del Sena donde la clase pudiente pasea sus orondos cuerpos y su riqueza. Casas con confort, en las que se come como mínimo tres veces al día. Maud no puede creer en su buena suerte, por las mañanas acude a la academia y por la tarde enseña inglés y pintura a la señorita Morel. Podríamos decir que los Morel y Tanya son los anfitriones en este mundo de lujos

Su vida así transcurre entre algodones, tanto se acostumbra al buen vivir que se atrofia su sexto sentido, porque el lector intuye que algo no va bien, pero ella tiene justificación para todas las señales de alarma que percibe. Su cuento de hadas se rompe en mil pedazos cuando los Morel son acusados de ladrones y ella misma del robo de un objeto de gran valor.

Eso nos da pie para conocer un París oscuro, sórdido, el de los desheredados, de la mano de Yvette, una modelo de arte, acostumbrada desde niña a moverse por los bajos fondos, por las tabernas y las casas de mal vivir. Y Maud se arrastrara con ella por esos lugares poco recomendables para hacer posible una venganza que terminará destruyendo parte de su personalidad y una identidad.

Y para finalizar la autora se vale de un momento histórico, como la inundación sufrida por París en enero de 1910, para mantener el suspense, para seguir retratando soberbiamente ese París de principios de siglo, que vuelvo a reivindicar como lo mejor de toda la novela, como el mejor reclamo para un futuro lector. Porque las aguas no respetó a ricos ni a pobres, se llevó por delante todo lo que quiso, y afectó por igual a unos y otros, los que nada tenían que perder se lo tomaron con más resignación, los que no intentaron salvar del agua lo máximo posible. La tensión se puede cortar con un cuchillo, la desesperación y el miedo es palpable.

París se resquebraja, como una metáfora de los cambios que está sufriendo la protagonista, pero también por ese exceso de bonhomía y glamour en el que se estaba sumergiendo.El agua tiene un efecto purificador en un Paris devastado todos debían arrimar el hombro y así lo hace Tanya como voluntaria ayudando a los damnificados.

Luces y sombras:

Al hilo de lo que he comentado de la ciudad del amor, el libro se divide en dos grandes partes en las que la primera representaría la luz. Podemos decir que es más descriptiva, nos sirve para conocer a los personajes, su entorno, y su realidad social, su día a día. A pesar de todas las necesidades que pasa Maud en un principio, esta se puede denominar una fase de mucha iluminación.

La gran protagonista es Maud y algo menos Tanya, la aristócrata rusa que pretende evitar que la casen a toda costa con un hombre al que no quiere. Al lector o por lo menos una gran mayoría de ellos puede empatizar con Maud, comprenderla, todo lo contrario que la rusa que hay momentos en que me la hubiera comido con papas. Es cuando conocemos a los Morel y comenzamos a intuir que no son trigo limpio, y que Maud se ha metido en la boca del lobo y no se da cuenta.

Nos encontramos situados en ese París que vive de fiesta en fiesta, entre trajes vaporosos y copas de champagne, que no teme por el mañana porque será igual de radiante que hoy.

En la segunda parte las sombras lo invaden todo, para sorpresa del lector, y aunque el narrador es una tercera persona omnipresente, el peso de la historia pasa a otra mujer Yvette, Maud esta sumida en su propia desdicha y obsesión, solo piensa en devolver todo el daño que le han causado, y de no haber tenido a su lado una persona tan fuerte al lado no hubiera salido adelante.

Paseamos por los callejones oscuros, donde acampan ladrones, bohemios, y mujeres de vida disoluta, nos tropezamos con gente de todas las condiciones, a cada cual más zafio, vamos conociendo un poco más a esa mujer que posa para pintores y que sueña con salir algún día de esa realidad, aunque cada vez lo ve más lejano. De tocar el cielo, pasamos al infierno, de la opulencia a la desaparición, de aquellos que tienen demasiado para vivir, a aquellos que no tienen ni lo imprescindible...

Y como colofón, como si el cielo se conjurara con esa obsesión y tristeza de Maud, la inundación, que le permite moverse con más libertad y llevar a cabo su venganza de forma más fácil y creíble, aunque hay escenas que una no puede comprender y piensa que maldita la falta que hacían.

La autora hace gala de una prosa sencilla, ágil, en la que se equilibran a la perfección los diálogos y la narración, aunque se puede echar en falta que no haya respetado la forma de hablar del periodo, apuesta por un hecho histórico y por personajes que existieron realmente para urdir la trama como pueden ser Picasso, Matisse, o Suzanne Valadon. También se inspira en personajes que existieron y tuvieron relevancia en esa época pero les cambia el nombre y los ficciona.

De todo ello si el lector no se ha dado cuenta durante la narración nos pone en antecedentes la autora al final del libro en Testimonios históricos.

Colección Invierno en París. Tesoros anónimos de la colección de Civray

En un principio lo que más me llamó la atención de la novela, son esos cuadros que la autora explica y que cuando lees el capitulo te das cuenta de que te pone en antecedentes, cuadros de autor anónimo, pero que terminas sospechando que ha pintado alguien que terminarás conociendo muy bien... y ahí lo dejo.

No somos pocas las lectoras que movidas por la curiosidad hemos buscado cada titulo de cuadro en google, a veces incluso con desaparición para visualizarlo,  hasta comprender que eran fruto de la imaginación de la autora y que le servían para introducir capítulos o secuencias, pero por si no todos los lectores sentían curiosidad por las obras pictóricas la autora en el epilogo nos lo explica.

Sinceramente a mi me ha parecido un buen recurso, me motivaba a leer, a buscar el pasaje que se veía reflejado en el cuadro, aunque tardé algunos en comprender el ardid de la autora, a partir de ese momento dejé de buscarlos y disfruté de la lectura, y sobre todo puse en marcha un arma poderosa, la imaginación.

Los personajes:

Me atrevo a decir sin temor a equivocarme que es una novela de mujeres, aunque no para mujeres. Y lo hago desde la perspectiva de que solo hay un personaje masculino desarrollado y bien dibujado, y es un mal necesario y secundario.

Para mi hay tres claras protagonistas que van tomando el relevo a lo largo de la narración en tercera persona.

Maud: una señorita inglesa, con moral victoriana, y fantasmas en el armario que nos ayudaran a comprender el porque de su evolución y su obsesión. Una mujer que ama la pintura, que pretender aprender en París para volver a su tierra. No diría yo que ingenua pero si el hambre azuza los sentidos, el estomago lleno los atrofia, y quien mucho ha pasado no quiere ver que vive en un castillo de naipes.

Tanya: Una rica heredera rusa, viaja a aprender pintura para posponer el momento en que su padre pretenda casarla con alguien que no sea de su agrado. De la señorita estirada del principio, egoísta y que a veces causa rechazo, evoluciona positivamente, tanto que se ganará las voluntades del lector y al final casi se convirtió en mi favorita... Es digno de ver la metamorfosis de esa mujer.

Yvette: El personaje va dando bandazos, en la primera parte a penas tiene importancia, va ganándola conforme avanza la trama, una gran conocedora del alma humana, tiende a ofrecer esa ayuda que ella posiblemente recibió o le gustaría haber recibido. Gana fuerza en la segunda parte del libro, donde para mi se convierte en protagonista, hasta el punto de eclipsar a una Maud obsesionada, gris y mediocre.

Los Morel

Sylvie y Christian Morel, son una caja de pandora, esconden tanto dentro de ellos que es imprescindible que lo descubra cada lector, que se deje influir por su magia y termine por aprehender todo lo que esconden. Sylvie sobre todo me descolocó en tantas ocasiones que me dio mucho que pensar. En ningún momento me cayeron bien, siempre estuve a la defensiva con ellos, pero superaron con mucho  mis expectativas.

Si me obligan a quedarme con uno, lo he dicho por activa y por pasiva yo me quedó con Yvette, aunque a pocos pasos se encuentra Tanya, con la que no me puedo quedar es con Maud porque terminó hastiándome con su obsesión, temía el momento en que saliera a escena para ponerse burra con el tema.

Conclusión:

No pretendo alargar más esta opinión porque creo que he tocado los principales puntos, sin spoilear no puedo explicar esas escenas inverosímiles para ello está el correo. La novela ya he dicho que no me ha parecido redonda porque podría haber dado más de sí, tenía un tema buenisimo, unos mimbres estupendos y hay momentos en que se queda en la superficie.

El personaje de Maud terminó por aburrirme, menos mal que salieron al rescate Yvette y Tanya, porque ella termino de resultarme atractiva en la segunda parte. Los Morel son únicos, dos mentes perversas que en conjunción te dejan fría.

Aún con todo es una novela que te atrapa, que te  mantiene pegado a sus lineas, en la que puedes encontrar, pasajes y personajes históricos, disfrutar de un paseo por todo París, un romance que se eclipsa con todo los demás hechos... Seguro que algo te atrapa y si eres amante de la pintura la descripción de los cuadros te van a parecer lo más.

Espero haberte dejado con los dientes largos y que te acerques a la novela!!!


Retos;

Lectura simultanea conjunta 

Reto Viaje con los libros: Francia; París