miércoles, 29 de octubre de 2014

Como en un espejo...





Ay esos bolsos grandes que además de fastidiarnos los hombros y las cervicales se convierten en un pozo sin fondo cuando suena el móvil. Encontrarlo se convierte en una odisea y terminas haciendo lo que nuestra protagonista, pero es que a mi me vuelven loca los bolsos grandes, esos en los que cabe casi cualquier cosa y que después hay que haber desayunado, comido o merendado dos veces para levantarlo.

Seguro que a las mujeres os suena este pasaje y los hombres os habréis desesperado en más de una ocasión con vuestras mujeres, amigas, novias, o hermanas cuando rebuscaban desesperadamente sin dar con el dichoso movil, con las llaves o con lo que necesiten en ese momento.

El fragmento esta sacado de Tardes de Chocolate en el Ritz

Pero sonó el móvil

Desafortunadamente, lo había metido en el bolso de cualquier manera, como quien lanza un guijarro al agua o un papel a la papelera. Suelo llevar bolsos enormes, de tal tamaño y envergadura que llenarían de envidía a la mismisima Mary Poppins; pesan como un mal matrimonio y a la larga te destrozan el hombro, pero en ellos cabe casi de todo, incluyendo el ordenador. La única pega que tienen es que , cuando necesitas encontrar algo con urgencia, resulta misión imposible.


El telefono porfiaba. Los de las mesas próximas nos observaban sin disimulo. Marta permanecía flemática; yo me azoré. A toda prisa, empecé a desocupar el bolso. Primero el Mac, guardado en su correspondiente funda, después, el cargador; luego dos libros y un cuaderno Moleskine; las gafas de sol, las de leer, un peine el colorete, las cosas que no quieres que se vean... Cuando saqué la bolsa con los zapatos de repuesto (siempre llevo zapato plano para patear Madrid), en las profundidades, divisé el maldito móvil.  (Pág 42).

Mi bolso no es tan grande, jajaja no suelo llevar el Mac, más que nada porque mi portatil es enorme, el calzado de repuesto también suelo prescindir de él, pero todo lo demás puedes encontrarlo en mi bolso, y ahora que voy rehabilitación se puede encontrar también un pantalon corto, y las almohadillas del tens, a mi no me duele a la larga el hombro, si no a la corta, y el movil siempre suele estar debajo de aquello que no quiero que se vea, en mi caso eran tampax y compresas, así que les habilite un neceser para no tener que sulfurarme más de la cuenta cuando me tocaba operación desalojo.

Supongo que a más de una os ha pasado algo similar...

10 comentarios:

Marga Ramon dijo...

En los bolsos llevamos la mitad de nuestras pertenencias, jaja. Lo que buscas nunca lo tienes a mano y lo otro sale a la vista para que todo el mundo vea con lo que cargamos. Qué malas jugadas dan las compresas, jaja.
Besitos

Kristineta! dijo...

Jajajaja creo que a todas nos pasa lo mismo! Yo llevo el Ipad que es mas pequeñito pero sí, los bolsos de las mujeres son un pozo sin fondo!

Unknown dijo...

Gran verdad... por más pequeño que me compre el bolso siempre llevo media casa dentro... toallitas, pañuelos, juguetes del peque... mi bolso siempre parece el almacén de mi enano en vez de mío

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Jajaja cómo me he reído y me he sentido totalmente identificada. Además de todas mis cosas ahora mi bolso también está lleno de cosas del peque chupetes mordedores trozos de pan galletas juguetes... el caso es no encontrar nunca lo que nos hace falta. Muchos besos.

Trescatorce dijo...

Yo le hago un test a todos los bolsos antes de comprarlos: si no cabe un libro no es para mí. Luego lo vas cargando, y con la peque más, claro (ahora es más grande que el de Goizeder, pero también llevas cosas: el monedero, el de las tarjetas, una bolsita con cosas de botiquín de emergencia, el libro, una botella de agua (que si está llena ni te digo cómo pesa). Últimamente, y debido al dolor de espalda he optado por mochila, no es que me guste mucho pero me resulta más práctica. Eso sí, como la cargo a dos hombros, puedo meter más peso...
Y ponte a buscar el móvil... Que además, cuando lo encuentras justo deja sonar, el maldito...
¡Besotes!

Margari dijo...

Jajaja, totalmente identificada con este texto. Si es que te puedes comprar el bolso del tamaño que sea, que seguro que lo que estás buscando es lo último que encuentras.
Besotes!!!

Anuca dijo...

Ja jajajaja
Pues si, yo también soy de el bolso cuanto más grande mejor, y luego pasa lo que pasa jeje
Un besin

Carla dijo...

Soy de las de bolso grande, que si de repente de me ocurre embarcarme en una expedición en el Himalaya no me pille desprevenida jajajaja
Besos

Marisa G. dijo...

Yo soy de bolso grande sí o sí... aunque más que grande diría enorme. Llevo de todo hasta una botella de agua incluso. Así que cuando voy a una boda y hay que llevar un mini bolso lo paso fatal. Lo soluciono llevando el bolso grande en el maletero del coche jejejeje. Besos.

Angela Leon dijo...

Pues fijate, yo desde que mis hijos son mayores y ya no tengo que llevar chupetes, pañales, biberones, toallitas y similares, llevo bolsos que sólo tienen que cumplir una condición: que me entren en el cesto de la bicicleta con la que me muevo por la ciudad.

Bs.