viernes, 12 de febrero de 2016

La sonata del silencio. Paloma Sanchez Garnica

Me enamoré de la prosa de Paloma Sanchez Garnica y de sus personajes con Las tres heridas, así que cuando vi que volvía a publicar no tardé en hacerme con un ejemplar, sin embargo, tardé bastante más en leerlo, y es que el tamaño del libro era inversamente proporcional al tiempo de ocio del que disponía por aquel entonces y que se ha visto más menguado conforme avanzan los años y los meses.

Os preguntaréis que me ha animado a leer precisamente en estos momentos La sonata del silencio, y estáis en vuestro derecho, a pesar de llevar mucho tiempo en la estantería y de tenerle unas enormes ganas, no fue hasta que Kayena y yo planificamos la Yincana Histórica que vi la oportunidad perfecta. Por un lado sacaba de la estantería títulos que llevaban demasiados años en ella y por otro retomaba el gusto por el género histórico que tenía bastante abandonado, puesto que la mayoría de las lecturas son lo que yo denomino tochos, más de 600 páginas.

Mi reencuentro con la autora ha sido toda una gozada, tuve la oportunidad de asistir a una charla presentación en la que Paloma nos habló de la intrahistoria de La sonata del silencio, ella se resiste a hablar de novela histórica porque para ella es mucho más importante esa intrahistoria, valga la redundancia. Me costó mucho entender sin haber leído la novela de que estaba hablando, sin embargo no evitó que me exasperara, me irritara y sobre todo hubiera momentos en que me sintiera totalmente enojada con ese papel otorgado a la mujer en este periodo histórico.

También comentó lo importante que era la música en esta historia y no solo por el titulo si no por las piezas musicales que desfilan entre sus páginas, si no recuerdo mal un total de 23, sin embargo y a pesar de reconocer que necesita música para escribir, Paloma recurrió a los profesionales para poder comprender la pasión que embarga a los músicos cuando interpretan una obra y muchas veces se mimetizan con su instrumento. Tengo la ventaja de convivir con tres de ellos, y en ocasiones ves que la música se funde en ellos de tal forma que es imposible separar el instrumento de quién ejecuta la pieza, los sentimientos que transmiten los sonidos y los que experimentan los músicos.

Adelanto que nos encontramos con una novela mucho más madura que Las tres heridas, una novela que supera en listón a la primera y eso que parecía difícil, Paloma sabe crear personajes de carne y hueso que se salen del papel, personajes tan espontáneos como imprevisibles que pocas veces actúan como el lector preve.

La autor@:

Paloma Sanchez Garnica nació en Madrid en 1962, es licenciada en Derecho e Historia. Autora de
El gran arcano (2006) y La brisa de Oriente (2009), su novela El alma de las piedras (2010) tuvo un gran éxito entre los lectores y se publicaron cinco ediciones. Las tres heridas (2012) supuso su consagración entre la crítica y los lectores como una escritora de gran personalidad literaria.

Sus novelas se han publicado con éxito en varios países entre los que destacan Brasil, Italia y Portugal.

Actualmente se graba una serie sobre esta novela, espero que pronto vea la luz, tengo curiosidad por ver quienes son los autores y como representan ciertas escenas, y sobre todo como se solucionan los pasajes de la música, no todo el mundo sabe interpretar emociones cuando actúa sobre todo si no siente la música

Sinopsis:

Marta Ribas tenía un futuro prometedor cuando conoció a Antonio, pero una lealtad mal entendida trastocará sus vidas. Cuando Antonio cae enfermo Marta se ve obligada a ponerse a trabajar, exponiéndose a las murmuraciones del vecindario y a la indignación de su esposo. Pero a Marta se le presenta una inesperada oportunidad que le permitirá salvar su propia supervivencia y la de su hija, y encontrar, por fin, su lugar en el mundo.

La sonata del silencio es una novela de pasión, celos y sueños anhelados. Es la historia de una España de posguerra, de castañeras y carboneros, de cócteles en el Chicote y medias de nailon de estraperlo. Es un edificio cualquiera donde la riqueza y la pobreza, el triunfo y el fracaso solo están separados por un tabique.

Una novela coral

El alma de esta novela son sus personajes, tan bien construidos, tan imprevisibles que se diría que son autónomos, que sienten y respiran, y sobre todo nunca van a actuar como el lector espera. Sobre todo es la historia de tres amigos y dos familias y las idas y vueltas que da la vida.

Antonio, Rafael y Proculo son amigos desde la infancia. Antonio y Rafael, vivieron en el mismo edificio y fueron al mismo colegio. Más tarde Antonio y Proculo estudiaron medicina y Rafael derecho. Partían de un estatus social y económico similar, sin embargo la vida los llevara por derroteros muy distintos.

Antonio dejará pronto la medicina para dedicarse al negocio paterno de venta de antigüedades al fallecer su padre y sus hermanos en un accidente de automóvil. Precisamente regentando el negocio conoce a una joven que le robará el corazón, Marta Ribas, hija de unos diplomáticos, que quedará igualmente prendada de él. Al poco tiempo contraerán matrimonio.

Rafael por su parte aprobadas las oposiciones a notarias marcha para su primer destino Betanzos, allí la soledad hace que acepte las atenciones de la solterona del pueblo, poco agraciada, pero con muchas riquezas, entre madre e hija urden un plan para que Rafael caiga en las redes de Virtudes, y sin saber muy bien como este terminará casado con ella a pesar de que bebe los vientos por otra mujer y detesta a la suya. 

Dos matrimonios los Montejano Ribas, y los Figueroa Molina que viven en la misma escalera, a los segundos los hijos les llegan pronto, a los primeros la ansiada maternidad tarda en llegarles. Una lealtad mal entendida lleva a Antonio a la cárcel y a la ruina. Rafael y su familia se hacen cargo de los gastos, en un alarde de "generosidad", le compran el piso donde montan la notaria y los Montejano se trasladan al cuarto, a un cuchitril insalubre, que para nada en digno de ellos.

Este y otros hechos que siendo secretos son conocidos por muchos de sus protagonistas marcan el devenir de una relación marcada por los celos, las traiciones, y la infelicidad. Las vidas de los padres repercuten en la de sus vástagos, sobre todo afectan a Julita Figueroa y a Elena Montejano, que tan solo se llevan trece días.

Pero no serán solo estas familias los personajes principales, porque es muy difícil dilucidar quién es principal y quién es secundario.

A Próculo ya lo he presentado, es el representante del estamento religioso, amigo de Antonio y de Rafael conocerá secretos de ambos y deberá mediar para que no se rompa la amistad entre ellos. El importante papel de la iglesia en un país de santurronas y beatas es impresionante, y Próculo a través del secreto de confesión conspirará en todas las direcciones, y terminará llevando la voz cantante en muchas ocasiones.

Eutimio Granados: Oficial de notaria. Mano derecha de Rafael, tanto dentro de la Notaria como a la hora de conseguir productos de estraperlo, es tanto el poder que este personaje tiene en sus manos que llega a asustar. Taimado y ruin, Eutimio provocará rechazo en el lector desde el primer momento.

Virtuditas: La primogénita del matrimonio Figueroa, la guerra la deja viuda antes de contraer matrimonio, y entre su madre y el cura la convierten en una novia viuda, amargada y resentida, cuyo mayor anhelo sería contraer matrimonio. Junto a su madre una beata arpía de mucho cuidado.

Basilio: Un tarambana, acostumbrado a vivir muy bien, adicto a la cocaína, y con muchas deudas, con el fin de costearse un vicio caro se asocia con un delincuente de altos vuelos que no perdona ningún desliz, de esa manera entra en el negocio de la droga y de la prostitución de menores, puesto que es él quien se encarga de conseguir las chicas para las fiestas del Kaiser, su mala cabeza a punto está de causarle más de un disgusto. Es el personaje que más evoluciona y el lector puede llegar a cogerle incluso cariño

Julita: La pequeña del clan Figueroa, una niña mimada que actúa sin tener en cuenta las consecuencias, novia de un aspirante a notario, se deja seducir. En sus actuaciones arrastra a Elena que se encuentra con situaciones comprometidas, que amenazan con repetir la historia de sus padres.

Elena Montejano: Una joven muy madura para la edad que tiene, que echa de menos la vida acomodada que llevaba, menos visceral que su amiga termina en más de un embrollo por culpa de los hermanos Figueroa.

Fermina: Una vecina que tiene en gran estima a Marta, y que le ayudará en cuanto pueda, es también la que resolverá el futuro de los Montejano. Fermina es una caja de sorpresas, cuando se queda viuda toma las riendas del negocio del marido y maneja como pocos las redes del estraperlo, cuesta ver en una señora tan mayor el cerebro de un negocio semejante. Sin embargo no le queda más remedio, su hijo mayor Adolfo desapareció durante la Guerra Civil, y Camilo tiene unas inclinaciones sexuales poco convenientes para los tiempos que corren.

Roberta Moretti: Una mujer de negocios italiana, consigue que Marta regrese por un tiempo al lugar del que no debería haber salido, una mujer de mundo como ella, con una educación exquisita y su saber estar no habría de someterse al yugo machista, sin embargo Marta es incapaz de tomar la decisión correcta, la que le liberaría de la pobreza, y de la vida gris que lleva, en cuanto el marido sale del hospital lo abandona todo. Sentí verdadera pasión por esa mujer que en mundo de hombres supo hacerse un lugar y ser respetada incluso en la España franquista.

Flavio Tassoni: Director de orquesta, pianista y chelista, sumido en una profunda tristeza tras la muerte de su mujer y sus hijas en un bombardeo. Compone para Marta la sonata del silencio y ambos protagonizaran una de las páginas más tiernas y emotivas de todo el libro, por lo menos para una enomorada de la música como yo.

Hanno: Músico callejero que se gana la vida con su violin, tras la delicadeza que destilan las piezas que interpreta se esconde una historia triste, sobrevive gracias a las monedas que le da la gente y la caridad de unos taberneros.

Mauricio Canales: Juez y Jefe de la casa del numero 10 de la Plaza del Angel, un personaje con demasiadas sombras, cruel, taimado, amparándose en su condición perpetra abusos que no se le perdonarían a otra persona. Viudo al poco de casarse, se las arregló para quedarse con la herencia de la mujer y de sus suegros, y valiéndose de la necesidad de Antonio concierta matrimonio con Elena Montejano.

No son todos los que son, pero si todos los que en un momento determinado cogen las riendas de la historia. Aunque para mi la protagonista absoluta es Marta Ribas, puesto que todo gira en torno a su personaje.

¿Madrid un personaje más?

Puede que a través de la prosa de Paloma no sepamos como era aquel Madrid físicamente, porque a penas paseamos por su calles, casi siempre son las mismas y sin que profundice demasiado en sus descripciones, puede que para los que residen allí los pocos detalles que da sean suficientes, pero yo a penas he transitado sus calles.

Sin embargo lo que si podemos es tener una idea muy clara de lo que era vivir allí, de los cocteles en Chicote, de las veladas en el Palace para aquellos que podían permitirselo, de las largas colas para conseguir lo más básico para comer, y del mercado negro o el estraperlo para lo que podríamos considerar bagatelas.

El Madrid en el que como en otras partes convivían acomodados y aquellos que no tenían ni con que calentarse, ni tan solo que comer. Creo que justo eso Paloma ha sabido reflejarlo muy bien, por ello bien podría ser un personaje más de esta novela.

Contexto histórico:

Nos encontramos en plena dictadura franquista con una dura restricción de los derechos y libertades de la mayor parte de los ciudadanos, pero si alguien salió perdiendo  en todos los ámbitos fue la mujer, que vuelve a ser relegada al hogar, y sometida a una figura masculina.

Se vuelve a considerar delito el adulterio para las mujeres, que estaba castigado con hasta seis años de cárcel, su suerte estaba ligada al marido que era quien podía mantener o retirar la acusación. También se penaliza el uso, distribución de anticonceptivos y se castiga el aborto.

Se estableció la incapacidad jurídica de la mujer. A estas se las educaba para el matrimonio, de esa forma salían de la protección del padre para integrarse en la potestad del marido, de quién dependían para todo. Eran las dueñas y las reinas del hogar, allí tenían libertad en cuanto a organización y dirección de la casa y la compra. Sin embargo el marido es el que se encargaba de administrar el patrimonio, pudiendo disponer de él en su totalidad, incluso en lo aportado por la esposa.

La mujer necesitaba autorización del marido para casi todo, pero sobre todo para trabajar, puesto que era este, y en su ausencia un tutor quien firmaba el contrato, en el caso de Marta y ante la incapacidad de Antonio, lo hizo Proculo. Tampoco podían abrir una cuenta bancaria, ni aceptar una herencia sin la firma del marido, tampoco acceder a los tribunales sin estar representada por el marido, salvo que fuera contra el propio conyuge.

Si nos atenemos a la época quizás podamos entender a Marta Ribas, pero ni siquiera así, porque ella no había sido educada en España, provenía de una familia de diplomáticos que viajaba muchísimo, había tenido una educación cosmopolita, dominaba varios idiomas y doblegarse de tal forma a la sumisión incluso cuando la infelicidad es tal que puede suponer cambiar la vida para siempre, me parece casi imposible. En alguna ocasión la hubiera zarandeado, le hubiera hecho abrir los ojos, porque ella no negaba que con Antonio se había acabado la magia, que ni tan siquiera quedaba el cariño, que estaba a su lado por obligación, porque eso se esperaba de ella. Me costaba entender que todo lo vivido en su infancia y juventud quedara olvidado, que no se cogiera a Roberta Moretti como a un clavo ardiendo.

Que fuera capaz de volver a tocar el cielo, de revivir ocupando un lugar que jamás debería haber dejado, y que a la vuelta del marido volviera a ocuparse de una casa que ni esa mención merecía, que volviera a consumirse en el tedio, a pasar necesidades cuando tenía la comodidad en la punta de los dedos y ella sabía que no hacía nada malo.

Mención a parte me merece Antonio Montejano, en un principio me dio pena, mucha, porque las decisiones que se toman sin pensar acarrean serias consecuencias, y el pago muy caro ese error, sin embargo no fue el único en sufrirlo, arrastró con él a su mujer y a su hija, y en ningún momento  hizo nada relevante para mitigar el sufrimiento. La necesidad mermó su relación de pareja, también su poca sensibilidad, no supo en ningún momento con quién se había casado, no entendió la necesidad que su mujer tenía de la música y que solo esta podía robarle  protagonismo. Tampoco supo querer a su única hija, le molestaba que su mujer trabajara, por el que dirán, pero no que su hija abandonara los estudios y trabajara por un salario misero, incluso lo justificaba por ser mujer.

Intenta paliar la situación de la familia y evitar que su mujer trabaje, aceptando la propuesta de un hombre bastante mayor para su hija, un hombre metódico que no podría hacerla feliz, no atendió los ruegos de las dos mujeres de la casa y justificó lo injustificable puesto que un hombre puede meter en cintura a sus mujeres. Termino dándome mucho asco, y toda la pena que había sentido por él desapareció para convertirse en odio.

Sin duda he tenido mucha suerte de no haber vivido en ese periodo, no se si yo hubiera sabido doblegarme a mi marido, si hubiera soportado a las beatas de la escalera, y un mundo tan dominado por jueces, militares y curas. Creo que lo hubiera pasado muy mal.

Mis impresiones:

La sonata del silencio es una historia bien narrada, con una documentación exhaustiva que la autora ha sabido dosificar y plasmar de forma amena, sin que el interés lector decaiga en ningún momento, podemos decir que es una historia de amor, de celos, traiciones e infidelidades. En la que la riqueza y la pobreza conviven en el mismo edificio separada por tabiques. En la que la generosidad tiene una cara oscura la del dominio.

Aunque la novela transcurre durante la  posguerra, no es del todo lineal porque la autora recurre al pasado, como una forma de explicar la situación que se vive en ese momento, por ello mira hacía atrás a la preguerra, pero también a esos años de Guerra que todo lo cambiaron y que supusieron el declive de los Montejano, su caída.

No es difícil entender la tensa relación que mantienen las dos familias, que aparentan una cordialidad que están lejos de sentir, secretos a voces que los protagonistas piensan que los otros ignoran, resentimientos acallados por la penitencia del cura amigo. Paloma hace gala de su buena pluma, sabe como tejer una historia crear personajes humanos, creíbles, emotivos, personajes que parecen evolucionar a su antojo sorprendiendo al lector, dejándolo mudo de incomprensión.

Con una prosa bella y los personajes tomando el relevo constantemente, la autora nos narra la vida de Marta Ribas, una mujer de bandera que languidece por mor de un matrimonio que no le convenía que truncó sus sueños musicales, con un marido egoísta incapaz de anteponer la felicidad de su familia al que dirán. Actuando en todo momento como un ser déspota, al que poco le importa la felicidad de las personas a las que quiere.

Quizás el único pero que le puedo encontrar a esta novela es el final, había muchas formas de encararlo, y sin embargo, lo cierra de la forma para mí menos conveniente, y menos vistosa, con una Marta derrumbada, incapaz de coger las riendas de su vida, como tantas otras veces. Reconozco que me noqueo ese final, no me lo esperaba, quizás hubiera preferido justicia poética, pero no para Antonio, si no para ella, para su abnegada mujer. Puede que no fuera consecuente con la época en que se desarrolla la historia, pero si con la educación de Marta y su bagaje cultural.

Conclusión:

Si has llegado hasta aquí, sabrás que te recomiendo la lectura de esta novela, por muchas razones, por la historia que cuenta, por los personajes que desfilan por ella, por la música, te recomiendo que escuches las piezas porque son todas muy buenas, incluso si no te gusta la música clásica te emocionará y te hará vivir más profundamente esta historia...

Muchas son las razones para leerla, pero sobre todo por ellas, por todas aquellas mujeres que un día estuvieron bajo la tutela de sus  maridos, o tutores, por todas esas heroínas que en su día a día luchaban para sacar adelante una familia, a veces sin dinero y sin alimentos que llevarse a la boca.

Porque conocer la historia ayuda a que esta no vuelva a repetirse, a veces se me revuelve la tripa cuando oigo hablar a algunos jóvenes, estamos viviendo una coyuntura difícil, en la que muchos de ellos no tiene trabajo y no es descabellado oír que las mujeres deberían volver al hogar y no quitar puestos de trabajo de los hombres. Mucho hemos avanzando desde aquellos años cuarenta, pero no lo suficiente para que la mujer pueda equiparse a un hombre y que con las dificultades económicas vuelva a resurgir el machismo entre los más jóvenes me parece preocupante.

Y tú, ¿la has leído? ¿Qué te ha parecido?



Esta reseña participa en la Yincana Historica, en la segunda semana dedicada a España y en la casilla, Uno de los personajes ha participado en la Guerra Civil: en este caso dos Antonio Montejano ejerció de médico en los hospitales de campaña y Adolfo Bonilla luchó en el frente

18 comentarios:

Inés dijo...

No he leído aún a esta autora,pero tengo "Las tres heridas", tarde o temprano la leeré.
Besos

Eyra dijo...

Me encantó esta novela y compré Las tres heridas que me dijeron que es incluso mejor. Tengo previsto leerla el mes que viene.

Un beso!

Ginger dijo...

Sólo he leído un libro de la autora y me dejó un buen sabor de boca, así que me lo llevo apuntado.
Besos!

Lunilla dijo...

Que bien desentrañas las novelas.
Esta novela la tengo pendiente.
Quiero leérmela antes de ver la serie o peli que están haciendo.. tiene una pintaza por lo que te leo
A ver si me animo de una vez por todas
Besos

Margari dijo...

¿Que supera a Las tres heridas? Voy a tener que ir a la biblio a sacarlo prontito.
Besotes!!!

Marisa G. dijo...

Carmina pues yo tengo Las tres heridas en casa y aún no lo he leído. La verdad es que es una autora con la que se me apetece estrenarme pero hay tanto que leer y tan poco tiempo. A ver si algún día puedo hacerle hueco a las heridas y a este. Besos

Manuela dijo...

Sin duda un novelón, me gustó muchísimo.
Besos.

mar dijo...

La he visto en la biblioteca varias veces y siempre he estado tentada a sacarla, parece que la proxima vez que la encuentre es lectura obligada. Besinos.

Martina A. Britt dijo...

La leí, y me gustó mucho el contexto histórico y la forma de narrar. Tengo muy buenas sensaciones de esta escritora.
Buen finde.

porlomenix dijo...

No tardará en caer, quiero encontrar un buen momento sin agobios,
besucus

Shorby dijo...

Tengo ganas de leerlo, tiene muy buenas críticas en general y creo que podría gustarme.

Besotes

Carla dijo...

Lo tengo pendiente, en algún momento lo leeré
Besos

buscandomiequilibrio dijo...

La paso por encima porque quiero leerla, la tengo en digital.
ES un tocho, para llevar en el bolso malamente.
BEsitos

Ismael Cruceta dijo...

Muy buena reseña, súper completa.
No he leído nada de la autora, pero creo que tengo uno en el kindle, Las tres heridas.

Besos!

Espe dijo...

Jo, pues yo todavía ni me he estrenado siquiera con la autora. A ver si le pongo remedio...

Silvia Santipolo dijo...

Tu reseña despierta la curiosidad y la ¡¡¡ansiedad!!! por leer la novela. Muchas gracias!!

Xavier Beltrán dijo...

La tengo, aunque hay un par de la autora que me gustaría leer antes.

Un besito.

Kayena dijo...

La reseña es soberbia, en tu línea. Coincido contigo en lo referente a las descripciones de Madrid y fíjate que aún siendo de aquí, también a mi me parecieron escasas. Otra cosa es que puedas identificar las calles, pero por el mero conocimiento que se tienen de ellos, no por los detalles que ofrece la autora, algo que también me llamó la atención.

Con respecto a los personajes, es verdad que están tan bien retratados que parece que tuviesen cada uno (y son muchos), vida propia.

Un beso.