Mostrando entradas con la etiqueta Juan Gómez-Jurado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan Gómez-Jurado. Mostrar todas las entradas

lunes, 16 de mayo de 2016

Cicatriz. Juan Gómez Jurado

Comencé a leer a Juan Gómez-Jurado con su anterior novela El paciente, y me ganó como lectora, no sabría explicar muy bien que me conquistó, porque no fue una única cosa si no la suma de muchas de ellas, pero sobre todo la empatia con su protagonista, el meterme en sus zapatos desde el minuto cero y estar preguntándome a cada momento que haría yo en su lugar, que estaría dispuesta a sacrificar, que riesgos estaría dispuesta a correr.

Por eso cuando salió Cicatriz y a pesar de tener en casa desde hace mucho tiempo La leyenda del ladrón por leer, no me lo pensé dos veces y  me lancé en barrena, como siempre una cosa es disfrutar de la historia y otra muy distinta encontrar tiempo para reseñarla, para plasmar mis impresiones.

Sin embargo, con Cicatriz no obtuve un flechazo a primera vista, tenía sentimientos encontrados, no lograba empatizar con Simon y eso me hacía cuesta arriba su lectura, Todo cambiaba cuando las riendas las tomaba Irina, y de esa forma casi sin darme cuenta me fui metiendo en una historia en la que al final hasta Simon llegó a ser Santo de mi devoción.

El pasado lunes nueve de mayor en el transcurso de uno de los muchos actos de Valencia Negra tuve la ocasión de escuchar a Juan Gómez-Jurado, Juan Bolea y María Oruña hablar sobre novela negra moderados por Jordi Llobregat. Una charla para mí muy interesante que terminó con los autores firmando ejemplares de sus novelas. En ese momento me sorprendió que Juan Gómez-Jurado me preguntara si lo había leído, y que escuchara mis impresiones, y cuando le expresé lo mucho que me había costado entrar en la historia por culpa de Simon una sonrisa iluminó su cara y me dijo "eso precisamente esperaba conseguir", no pude ver mi cara, porque no había espejos por allí, pero seguro que la perplejidad bailaría en mis ojos.


A pesar de la timidez o quizás por lo abierto que es Juan la conversación no se quedó solamente en esta novela, danzó a El paciente su anterior novela, y creo que allí me devoción ya era absoluta y se preocupó por la novela que lleva tanto tiempo en mi estantería, me conminó a leerla y a que le escribiera cuando lo hubiera hecho, y supongo que la rescataré pronto de la estantería, porque aunque él contestó a la pregunta de Jordi que no le gustaban las etiquetas y justamente puso de ejemplo La leyenda del ladrón que muchos consideran histórica, cuando para él no lo es, si que reconoció que la ambientación histórica es importante, así que mataré dos pájaros de un tiro, rellenaré una casilla de la Yincana Histórica y sacaré del estante un libro al que le tengo ganas, y que su autor reconoció haber tardado cuatro años en escribir.

Pero como siempre me voy por las ramas, me pierdo en miles de detalles y lo importante que son mis impresiones de esta novela voy retrasándolas.

El autor:

Juan Gómez-Jurado nació en Madrid en 1977, se licenció en periodismo en la Universidad San Pablo, CEU, menuda coincidencia yo también en otra ciudad y unos años antes. Compagina su trabajo como periodista con la escritura de novelas. 

Como periodista ha pasado por las redacciones de Canal +, Cadena SER, diario ABC, TVE y La voz de Galicia. Colabora con la revista Qué Leer, JotDown Magazine y New York Times Book Review y participa en programas de radio y televisión, como Julia en la Onda, de Onda Cero, donde tiene una sección diaria.

Sus novelas se publican en más de cuarenta países, se han convertido en best sellers mundiales y han conquistado a millones de lectores. En Hollywood hay planes para adaptar varias de ellas a la gran pantalla.

Sus novelas son:

Espía de Dios publicada por Roca Editorial en 2006

Contrato con Dios publicada por Plaza y Janes en  2007

El emblema del traidor Premio Torrevieja año 2008, publicada por Plaza y Janés

La leyenda del ladrón publicada por Planeta en 2012

El paciente publicada por Planeta en 2014

Cicatriz publicada por ediciones B en 2015

Argumento:

Creo que Cicatriz es una de esas novelas a las que el lector tiene que acercarse conociendo lo mínimo de ella, si puede ser nada, porque es una de esas historias en la que se cruzan muchas tramas y subtramas, construida con la misma precisión que un reloj suizo, y con unos giros que sorprenden al lector aún cuando piensan que ya lo han visto todo. Por ese motivo pienso que nada debería contar sobre ella a la espera de que lo que cuente en mis impresiones seduzca tanto a cualquier futuro lector que se adentre en sus páginas, dispuesto a pasar unas horas completamente enganchado a los errores de Simon y a la enigmática y a la vez seductora Irina.

Entre Bambalinas...

Cuando termino una novela siempre me gusta saber que ha llevado a un autor a escribirla, de donde salió esa idea primera, o que le empujó a embarcarse en esa historia, no siempre logro satisfacer mi curiosidad, pero por suerte esta vez lo he escuchado de sus labios, Jordi Llobregat lo matizó en un aparte en las firmas y lo he leído en alguna entrevista.

El germen de esta novela es una mujer pelirroja, no sabemos si hermosa o no, que Juan avistó cuando volvía a su hotel desde los ventanales de un gimnasio. La chica en cuestión tenía las manos envueltas y golpeaba con saña un saco de boxeo. No es que estuviera mucho rato mirándola pero lo suficiente para que la forma de golpear el saco y la ira de su mirada impresionaran de tal forma a Juan que sintió la necesidad de explicarse que le podía haber sucedido a aquella chica.

Tanto que aquella misma noche ya comenzó a escribir sobre ella, la esencia de toda esta novela, la historia en si, aunque no se puede decir que sea la protagonista, si no una antagonista de lujo, los cimientos sobre los que se construye esta historia en la que nada es lo que parece y en la que la única que no se miente sobre sí misma es precisamente Irina y sin embargo juega a engañar a todos.

Mis impresiones:

Ya he reconocido que mi relación con esta novela no fue de amor a primera vista, reconozco que la novela comienza fuerte, es Irina la que la inicia y las escasas dos líneas te saben a poco y a pesar de ello te dejan el corazón en un puño, porque todo el dolor queda concentrado en ellas, tanto el presente como el que en un futuro recordará.

Si Irina te deja el alma en un puño Simon no comienza menos fuerte y si no juzgad:

Mi primer error fue enamorarme de ella.
El segundo error fue no preguntarle por aquella cicatriz.
La mala noticia es que estoy a punto de cometer el tercero, y que va a ser mucho peor que los dos anteriores.

No es un mal comienzo, yo diría que es soberbio, impactante y que obliga a leer la novela sí o sí, pero a pesar de este principio prometedor me encontré con un personaje que encarna todo aquello que más odio en la vida, un cobarde, pusilánime, conformista, una persona descontenta con su vida que es incapaz de hacer nada por cambiarla, una persona que a la sombra de su amigo deja que este lo manipule o de la cara por él. Y si mal me cayó desde el principio Simon no mucho mejor lo hizo Tom, su amigo, si uno tiene la autoestima por los suelos, el otro por las nubes, un tipo encantado de conocerse a si mismo, que díficil se me hacía avanzar con este tandem, menos mal que ahí estaba Irina para amarrarme, para no permitir que soltara el libro, aunque solo fuese esperando su aparición.

Tras ese comienzo, Juan empieza a hilar su historia, tiene que presentarnos a sus personajes y para ello se vale de una gran estructura que el divide entre El antes y El después, y a la vez la parte más amplia que actúa como presentación y nudo, la divide en los dos primeros errores, dándole mayor protagonismo al segundo error, a la cicatriz de Irina. Encontraremos un desenlace frenético en El después que desarrolla el tercer y último error con consecuencias dramáticas.

Así pues atendiendo a lo que os he comentado anteriormente, fue el primer error el que a mi me costó sudores y más de un esfuerzo avanzar, en el se nos presenta a Simon, protagonista de esta novela, un genio de la informática que desde hace años trabaja en un algoritmo capaz de reconocer objetos al que él ha llamado LISA. Simon es un perdedor que está al borde de la quiebra, su autoestima está por los suelos y sólo el bienestar de su hermano Arthur un discapacitado psicológico que vive en una residencia pero con gran libertad de movimiento, un personaje entrañable, que a mi modo de ver podría a ver dado mucho más de sí, le hace reaccionar y ponerse las pilas.

Su última salida y también la de Tom es que el programa funcione y lo puedan vender a una gran multinacional, intentan un salto al vacio que no termina de salir bien, pero que Tom como abogado que es intenta solucionar aunque con ello ponga a su amigo contra la espada y la pared y le aboque a perder el trabajo de muchos años si no es capaz de dar con los fallos del sistema en el tiempo indicado.

Ya tenemos un reloj que corre a la contra y  por lo tanto el thriller se ha puesto en marcha, pero como bien he dicho y aunque trabajar contra reloj con menos presupuesto del necesario y por lo tanto menos personal para que un magnate no se quede a precio de saldo con algo que puede reportarle un pingue beneficio ya sería más que suficiente para tener una historia, os confieso que a mi no me hubiera resultado nada atractiva, posiblemente hubiera abandonado la lectura, le faltaba angel, le faltaba un revulsivo y ese llega con Irina.

Y es que Simon en el fondo es una persona con graves problemas para relacionarse, un hombre al que le supera cualquier situación y sobre todo se siente solo, y la única forma que se le ocurre de encontrar pareja es una página de contactos. Allí es donde encuentra a Irina, allí es donde se enamora de ella y ahí es donde comienza su calvario.

Es en este momento donde nos vamos a encontrar con dos tiempos verbales, el presente que es el que narra en primera persona Simon y el pasado narrado en tercera persona y que nos va presentado a Irina, esa mujer de ojos tristes y fría como un tempano de hielo, que a pesar de haber manipulado a Simon y de hacerlo servir para sus intereses nada lícitos, siente hacia el ternura y cariño, no se si se puede llamar amor, porque para mí está incapacitada para ese sentimiento.

La trama del pasado para mi es la más atractiva y al mismo tiempo la más cruda, cruel, salvaje, pocas personas hubieran sido capaces de vivir la existencia de esta mujer, y es una forma de entender su presente, hecho de ausencias y un odio infinito, y sobre todo una meta a la que llegar cueste lo que cueste, aunque al final el fin no le justifiquen todos los medios. A pesar de la frialdad y lo distante que la muestra Juan que hace difícil empatizar con ella, para mi es el personaje sublime de esta novela, es la esencia, el principio y el fin, una antogonista con alma de protagonista.

En la novela encontramos tramas y subtramas varias, que nos llevan desde el despacho de una multinacional de la informática, hasta la guerra de Afganistan, la fría, violenta y boscosa Ucrania donde se cría Irina y las no menos violentas calles de Chicago donde se desarrolla la historia, y todo ello son como pequeñas piezas de ingeniera relojera que van encajando con precisión para dar lugar a un pieza única. Porque es en Chicago donde confluyen pasado y presente, y todas las trama y subtramas, no quiero desvelar nada más por lo que tendrás que ser tu futuro lector el que se adentre en las páginas de Cicatriz si quieres descubrir de que manera lo hacen, pero te aseguro que no saldrás indemne de este viaje.

En cuanto al titulo, hay que ir con pies de plomo, porque nos encontramos con una visible, la que Irina luce en su cara y que por lo visto no logra afearla, pero no es la única que vamos a encontrar en la historia, las hay otras más profundas y menos visibles, radican en el alma, y de esas disponen todos y cada uno de los personajes, quizás las más profundas no sean las de Irina a pesar de esa existencia tan dura, puede que sean las de Simon, y es que el también esconde secretos oscuros, fantasmas dentro de un armario para proteger a su hermano el motor que mueve su vida, y si mucho me apuras detrás de esa fachada de pavo real de Tom se esconden cicatrices que el trata de que sean invisibles a través de su personalidad arrolladora

No podemos decir que nos encontremos ante un thriller vertiginoso, por lo menos no en toda sus páginas, es difícil soltarlo de acuerdo, pero sufre altibajos, hacia la mitad del libro podemos encontrar un punto de inflexión, se ralentiza un poco, para luego volver a coger carrerilla y llevar al lector en volandas hacia un final que por momentos sorprende y en otras ocasiones te parece previsible. Pero ello no quita que estemos ante una gran novela, escrita con la frescura y la agilidad a la que nos tiene acostumbrados Juan Gómez-Jurado que maneja el género con maestría.

Para gustos los colores:

Que feas son las comparaciones y sin embargo no somos capaces de evitarlas. Cuando terminé de leer la novela me quedé con la sensación de que me había faltado algo. La historia me había gustado, a pesar de mi poco tiempo y de sus muchas páginas me había durado relativamente poco una vez salvado el escollo del principio, cuya culpa me atribuyo en exclusiva, sin embargo y a pesar de esa mujer que sostiene sobre sus hombros toda la trama y la evolución que sufren los personajes, la de Simon brutal y por momentos poco verosimil, eche algo en falta. En un principio no sabía que era, y al final me di cuenta que me faltaba ese ahogo que producen algunas novelas, esa necesidad de cerrar el libro, y asimilar lo que estaba leyendo, en ningún momento lo he sentido con Cicatriz.

Y si os preguntáis porque lo eché en falta, la respuesta está al principio de esta reseña, El paciente me metió desde el minuto cero en la piel del protagonista, viví in extremis todas sus dudas, sus decisiones, me cuestioné que haría yo en su lugar, como lo encararía, cerré tantas veces el libro como necesidad tenía de plantearme mil preguntas. Y en esta ocasión no me ha sucedido, no me he podido poner en la piel de Irina porque yo sé que no poseo su fortaleza, la he admirado, he sufrido por ella, y con ella, la he visto transformarse y por momentos humanizarse, pero no he podido meterme en sus zapatos, ni siquiera vestir su ropa, y mucho menos meterme en su piel.

Tampoco lo he conseguido con Simon, a pesar de su evolución como personaje, a pesar de dejar de ser ese debilucho que se escondía tras su amigo, seguí viéndolo cómo un pusilánime, hay un motor que mueve a las personas, y el amor es uno muy grande, y eso es lo que mueve a Simon, por eso evoluciona y por eso es capaz de coger al toro por los cuernos después de haber estado a punto de perder lo poco que le quedaba. Redención a mis ojos ha conseguido, que  me metiera en su  piel, y lo acompañara en su locuras como propias no.

Por ello para mí es mejor novela El paciente, sin quitarle el mérito que esta pueda tener, porque defender unos personajes como los que defiende Juan Gómez-Jurado en esta novela no es fácil, porque si ellos son así es porque su autor lo ha querido de ese modo, y quizás sea más difícil de escribir, eso no lo sé, me lo tendrá que decir él, pero si que es más difícil de que llegue al lector.

La búsqueda del amor

Lo que subyace en el fondo de esta novela es precisamente eso. La necesidad de no estar solo, de hasta donde eres capaz de llegar para encontrarlo, que estás dispuesto a sacrificar, hasta donde estas dispuesto a engañar y a dejarte engañar.

Si bien analizamos la trama encontramos que ahí está el quid de la novela, por lo menos en lo que mueve a Simon. Tenemos un amor incondicional el que siente nuestro protagonista por su hermano, y por él es capaz de muchas cosas, y las iremos descubriendo a lo largo de la narración. Por otro lado es una persona con una gran fobia social, le cuesta relacionarse, encontrar una mujer por los medios convencionales es imposible.

No se si Simon cree en el amor a primera vista, pero lo que si sabe es que no es ninguna belleza, no es simpático y no tiene don de gentes. Frente a él Irina, si que es bella a pesar de esa cicatriz, no se puede decir que sea simpática porque es muy fria, sin embargo como puede engañarse de ese modo Simon, no es de extrañar que nadie apostase por esa relación y todos buscaran los extraños motivos que movían a la ucraniana para estar con Simon.

Y por otro lado tenemos a Irina, la conocemos de niña, conocemos su drama y en que se ha convertido, pero es Simon quien consigue humanizarla un poco, quien en cierta forma derrite esa frialdad y la hace cometer un error que a punto está de costarle la vida.

Conclusión:

Si te animas a adentrarte en Cicatriz más vale que dispongas de tiempo por delante, porque se te pegará a las manos, sobre todo si Simon te cae bien. Juan Gómez-Jurado consigue mantener la atención del lector, crear una historia que atrapa y unos personajes que no te serán indiferentes.

Un tironcillo de orejas señor Gómez-Jurado, tenía ahí un personaje cojonudo, y perdone usted la expresión, Arthur es con mucho lo más humano de esta novela, me hubiera gustado que lo hubiera rentabilizado más, posiblemente los únicos rasgos de humanidad de Irina se los ha arrancado él.

Esperando la próxima ya a ver que nos depara.

sábado, 8 de febrero de 2014

El paciente.Juan Gómez-Jurado

Cuando vi esta novela entre las novedades de Planeta, supe que tenía que ser mía, todo en ella me llamó la atención, pero sobre todo su autor. En mi estantería descansaba su anterior novela La leyenda del ladrón y mis muchas ganas de leer sus primeras novelas. Pero donde hay tanto pendiente de leer, ya se sabe comienzan a cruzarse títulos y autores por doquier.

Para que no volviera a pasar eso, en cuantito llegó a casa comencé a leer, y tiene un principio que apela a tus sentimientos como padre, en mi caso como madre y en ese mismo momento la novela me ganó para su causa. El Doctor Evans logró una aliada dispuesta a escucharle, a no juzgarle hasta que conociera todos los hechos.

Y es que hay que reconocerle al autor esa osadía de implicar al lector, esas exhortaciones ante los dilemas que se le plantean a los personajes, creo que ese juego le ha dado muy buen resultado, la novela mantiene la tensión en todo momento, y pocos serán los lectores que no sientan empatía por David Evans y un odio profundo por White, el contrapunto de esta novela.

Pero vamos a comenzar por el principio, para intentar hacer una opinión lo más ordenada y coherente posible.

El autor:

Juan Gómez Jurado es periodista y escritor, nacido en 1977. Ha trabajado en numerosos medios en
radio, en la Cadena Ser, Cope, Radio España, en televisión en Canal plus, TVE y en prensa en el ABC y la Voz de Galicia. Actualmente colabora en las revistas Qué Leer, JotDown  Magazine y New York Times Book Review. También participa en programas de radio y televisión.

Su debut como escritor tuvo lugar con su novela Espía de Dios publicada por Roca editorial en 2006. Le siguió Contrato con Dios publicada por Debolsillo un año después. Su tercera novela El emblema del traidor la publica en 2008 Plaza&Janes. En 2012 el thriller da paso a una novela de aventuras ambientada en la Sevilla del s. XVI, La leyenda del ladrón, del que ha vendido cerca de 100.000 ejemplares.

El paciente es su última novela y antes de publicarse en España se ha vendido a 40 países entre ellos Estados Unidos. Holliwood ya prepara una adaptación cinematográfica.

Argumento:

David Evans uno de los neurocirujanos más reconocidos a nivel mundial, estadounidense de 38 años y viudo, cuenta su historia desde el corredor de la muerte.

La historia comienza un año y medio atrás. Apenas unos minutos antes de concluir su jornada ingresa de urgencia un pandillero de 15 años herido de gravedad. A pesar de trabajar en uno de los más exclusivos hospitales y de no tener el visto bueno de la junta directiva Evans decide operar al muchacho y evitar que quede paralitico si lo deriva a otro hospital.

Cuando llega a casa se da cuenta de que la niña y su cuidadora han desaparecido. Tras dar palos de ciego comienza a recibir una serie de mensajes al móvil que le conducen hasta el sótano de su casa, donde encuentra el cadáver de Svetlana. Otros mensajes lo conducen a una reunión con White que le informa de que ha secuestrado a su hija y que el precio a pagar por su libertad es la muerte del paciente que tiene que operar en a penas 63 horas.

La única persona en la que se permite confiar es su cuñada, Kate, a pesar de que las relaciones entre ambos no son muy buenas. La cuenta atrás ha comenzado. Serán 63 horas de lucha desesperada para intentar desactivar el plan mortífero en el que David y Kate parecerán jugar  el papel de simples marionetas manejadas al capricho de un ser sin escrúpulos, un monstruo sin sentimientos que opera al servicio de la más siniestra de las organizaciones.

Personajes:

Muchos son los personajes que transitan por la trama, unos protagonistas y otros secundarios de lujo, y digo de lujo porque todos y cada uno de ellos están dibujados con un mimo excesivo, con una personalidad distinta, incluso aquellos que solo viven en la memoria de los personajes como puede ser Rachel.

Me voy a dedicar a dar unas simples pinceladas, mucho es ya lo que se ha hablado de esta novela, sin embargo considero que hay aspectos que un potencial lector tiene que descubrirlos a su debido tiempo, y es por ese motivo por el que no me gustaría dar datos que pudieran chafarle la lectura.

David Evans: Llamado de forma cariñosa Dave, en un neurocirujano reconocido a nivel internacional, de 38 años, que desarrolla su actividad laboral en el elitista hospital Saint Claire. Viudo reciente,y padre de Julia, una niña de 7 años, es un profesional integro, bondadoso y de gran sentido del humor, ultimamente agriado tras la muerte del amor de su vida. Antepone su deber profesional a los intereses económicos del hospital para el que trabaja, lo cual le ocasiona roces con sus directivos.

Kate Robson: La hermana pequeña de Rachel, la mujer de David, es agente secreto asignada a la protección de la Primera Dama. Muy profesional, audaz, inteligente y muy dura, no perdona a su cuñado la muerte de su hermana, y la relación que mantienen es un tanto distante, sin embargo llegado el momento solo se tendrán el uno al otro y la vida de Julia en sus manos

Rachel Robson: es la gran ausente, el personaje en torno al cual gira una parte muy importante de la trama y sin embargo ella hace tiempo que decidió marcharse para no sufrir y no hacer sufrir a los suyos. Sin embargo, esa marcha ha creado un muro entre las personas a las que más quiere, su familia y el hombre de su vida.

Julia. Una pequeña de 7 años, muy madura y con un alto instinto de supervivencia que seguro sorprende a propios y extraños.

El señor White: El mal hecho hombre. Es un hombre frío, perverso, egomaníaco,y capaz del mayor sadismo. Impecable en su forma de vestir y en sus modales trabaja para los peores criminales, ganando ingentes sumas de dinero, a pesar de pertenecer a una familia adinerada.

Para mi estos son los personajes principales. Supongo que a estas alturas nadie ignorara quien es El paciente, sin embargo por si aún quedara algún alma ignorante, prefiero que lo descubráis poco a poco, porque el impacto puede ser mayor. Las preguntas calan más hondas, y las posibles respuestas también tardarán más en llegar, puesto que hay que estudiar los pros y los contras, a pesar de ser una respuesta más que automática.

Mi opinión:

El autor con este libro pretende poner al lector ante una de las mayores disyuntivas que pueda encontrarse en la vida. ¿Hasta donde sería capaz de llegar un padre para salvar la vida de su hija? Hasta donde estaríamos dispuestos a llegar, sin haber vivido esa situación es un poco difícil de saber, pero supongo que llevados a nuestro punto de resistencia podríamos hacer cualquier cosa, incluso matar.

La novela comienza con una carta, escrita desde el corredor de la muerte, en la que un hombre nos saca del error, no se considera un asesino, ni un terrorista, ni un criminal, es tan solo un padre. Y si volviera a estar en la misma situación volvería a hacer lo mismo de nuevo, porque la vida de su pequeña bien vale todos los sacrificios, en la carta nos avisa que va a contarnos su verdad, pero no para redimirse porque de nada se arrepiente, si no por un fin menos prosaico, la llamada de don dinero.

¿Que puede pasar para que una persona integra, honesta, una persona que antepone el ser humano a los intereses económicos, pueda un día convertirse en el mayor farsante, tirar sus principios por la borda e incluso su carrera profesional.?

La respuesta puede parecer difícil, pero es muy sencilla, recibir la visita del mal, que este se instale en tu vida y decida arrebatarte lo único que te importa, tu hija. Desde el primer momento comprendí a David, me alinee a su lado, me plantee que hubiera hecho en su lugar, pero apenas había margen para la reflexión, la trama avanza de forma rápida, anulando al voluntad de David, pero también la del lector que ve como van quedándole pocas opciones, para escapar de las garras de White, parece que lo tiene todo calibrado.

Es imposible no odiar al señor White a pesar de sus buenas maneras y de su educación exquisita que saca a pasear cuando le interesa. Su personalidad completamente contrapuesta a la de David da verdaderas nauseas. Solo rezas para no encontrarte con una persona tan manipuladora en la vida. Pero la de David no es la única disyuntiva que nos plantea, Rachel cuando conoce su enfermedad y los efectos devastadores sobre su vida y la de su familia, decide tomar una decisión valiente y posiblemente dolorosa, suicidarse. 

Y otra disyuntiva es la que se le plantea a Kate cuando David le confiesa que Julia está secuestrada y lo que piden a cambio de su liberación. Kate tiene que elegir entre la vida de su sobrina y cumplir con su deber como agente secreto.

Muchas disyuntivas, y salvo en la que se le plantea a Rachel que no se nos da opción a pensar, porque las justificaciones nos lo impiden, si que el autor juega con el lector y con lo que el haría o podría hacer.

Nos encontramos ante una novela de acción rápida en la que se tocan muchos temas y todos de forma exquisita, con una gran sensibilidad.

El principal el amor filial, y este se manifiesta en dos vertientes, por un lado el sacrificio que David esta dispuesto a hacer por salvar la vida de su hija, esa personita que es lo único que le importa y lo que más quiere en la vida. Junto a esa manifestación de amor nos encontramos otra más profunda, el amor que siente por la persona que fue su mujer, y la forma respetuosa en que trata una decisión que no es fácil de tomar, la forma en que mantiene viva la llama de ese amor en su hija que era tan pequeña que casi no la recuerda. Una verdadera joya es la conversación que mantienen padre e hija acerca de la muerte de la madre.

Otro tema que trata de soslayo, y que sin embargo construyó los cimientos de la personalidad del doctor Evans, es la adopción, la forma y la sensibilidad con que trata ese tema es digno de encomio. No oculta Gomez-Jurado que no es un camino de rosas, y que no todas las personas están preparadas para recibir a un niño que ha pasado por distintas casas de acogida. Mi admiración para los padres del doctor Evans, ojalá hubiera más personas así en el mundo.

Otro tema no menos importante son las rivalidades entre los profesionales, en este caso de la sanidad, pero supongo que se puede extrapolar a cualquier campo, los celos profesionales, las rivalidades, las jornadas maratonianas en un hospital, los intereses económicos que priman sobre los humanos en los hospitales privados. Esa lucha la escenifican el Dr Evans, y el Dr Hockstteter, aunque la peor parte se la lleva el segundo.

Y como no el tema estrella, un análisis a fondo de la condición humana, de la perversidad, de la maldad, de la volubilidad del ser humano enfrentado  a sus intereses. El amor como desencadenante de una tragedia que tiene como chivo expiatorio a un tercero, que no es visto ya como paciente, si no en su condición del hombre más poderoso del mundo.

Si algo me ha llamado la atención de esta novela es la forma en la que Gómez Jurado retrata a los personajes femeninos, a todos y cada uno de ellos, desde la buena de Rachel, hasta la impetuosa Kate, y la superheroína Julia, pero también a esas mujeres que son los cimientos de sus casas y en ocasiones de la sociedad y que tienen trabajos de menos glamour, como puede ser Juanita la camarera del bar donde se reune con White.

Pero los personajes y la endiablada trama no son los únicos activos de la novela, también los paisajes donde se desarrolla están descritos con esmero, desde el hospital en el que trabaja Dave, hasta el zulo donde se encuentra la pequeña, pasando por la casa de David, el apartamento de Kate, los coches de ambos y los paisajes que uno ve por la ventanilla del coche, que no son pocos, incluso el apartamento de White

Otra característica más de esta novela es su gran visualización, como si de un fotograma se tratara, la acción pasa por delante de nuestros ojos, no es complicado imaginarse la escena, de hecho yo siempre la he tenido en cabeza, por eso no me extraña que Holliwood este pensando ya en adaptar la novela al cine, gran parte del trabajo ya esta hecho.

Y podría continuar porque me  da la sensación de que me se me quedan muchas cosas en el tintero en cuanto al estilo del autor, también en en cuanto a los puntos que se tocan en la novela que evidencian una gran documentación por parte del autor, pero a riesgo de aburriros termino aquí mi crónica recomendandoos una lectura que seguro que hará vuestras delicias

Conclusión:

Nos encontramos ante una novela de ejecución brillante, un thriller que no deja respiro y nos enfrenta a nuestros miedos, a disyuntivas ético-morales que bien podríamos tener que enfrentar un día. Una historia con una gran infinidad de temas, que van desde el amor romántico, hasta el filial, pasando por el amor no correspondido, la condición humana capaz sacar  lo peor del ser humano si se le arrincona contra las cuerdas del ring, la adopción, los celos profesionales, la sanidad privada americana.

Una trama al más puro estilo de Holliwood, sin que en esta afirmación nadie quiera ver nada negativo, una novela muy cinematográfica, muy visual, con descripciones muy detalladas tanto de los personajes como de los lugares en los que transcurre la acción.

Un libro muy recomendable, que seguro que hará las delicias de cualquier lector que se acerque a sus páginas, y que seguro que admite relecturas posteriores en las que seguiremos desentrañando la maraña que el autor ha puesto ante nuestros ojos, el conocer el desenlace nos permitirá fijarnos en otras menudencias que ahora seguro que han pasado desapercibidas.

Retos

Cruce de caminos: negra y criminal 10/10

25 españoles

Febrero: Mes del amor

Autores eternamente pendientes