Desde que descubrí a esta belga con alma de nipona he tenido sentimientos contradictorios, me da la sensación de que me da una de cal y una de arena, y no lo digo por este libro con el que me he divertido tanto como con Estupor y temblores. Me he dado cuenta de que sus lectores se suelen posicionar o bien al lado de sus novelas autobiográficas, un tanto cínicas e irónicas, o al lado de sus novelas denuncia, aunque todas ellas lleven implícita una denuncia. Yo creo que después de leer cuatro novelas y media también me posiciono del lado de quienes prefieren las novelas autobiográficas.
Ni de Eva ni de Adán nos cuenta la experiencia de la propia Amélie el año antes de entrar a trabajar para la multinacional japonesa en la que tocó fondo, a priori lo tendría que haber leído antes de Estupor y temblores, pero en realidad tampoco es indispensable. Y no lo es porque ambas están concebidas como novelas independientes, en la primera nos cuenta su relación con un japonés y en la segunda esta relación la menciona de pasada para centrarse en las relaciones laborales.
Amélie es una joven nacida en Japón, hija de un diplomático belga, apasionada por el mundo nipón y con alma japonesa a pesar de su ascendencia europea, su sueño integrase en ese Oriente que tanto admira. Llega a Japón para cumplir su deseo y piensa que la forma más rápida para recuperar su japonés e integrarse es dar clases de francés, y de esa forma conoce a Rinri.
Rinri el segundo personaje con peso en esta novela, es un japonés, esmirriado y un tanto extraño, o eso le parece en un principio a la propia Amélie y también nos lo parecería a nosotras como Occidentales, sin embargo es el prototipo de japonés rico...
Los otros personajes son meras comparsas para la propia Amélie presentarnos a la sociedad japonesa y hacer chanza de algunas de sus costumbres. Entre ellas la educación japonesa y la costumbre de cuidar de sus mayores, y es que los abuelos de Rinri se tronchan de risa con la mera presencia de la joven...
La dicotomía de las dos sociedades se presenta en muchas ocasiones por ejemplo en el tema amoroso, que para los japoneses no es nada pasional como para los europeos y mucho más alejados de los latinos, para los orientales es algo aséptico, como una simple amistad en la que no hay que sentir demasiado fuerte para no sentirse incomodo
"Lo que experimentaba con Rinri era nuevo y se articulaba a la idea de compartir una encantadora incomodidad. Aquella vida en pareja se parecía al colchón de agua sobre el que dormíamos, incómodo y divertido. Nuestro vinculo consistía en experimentar un conmovedor malestar."
Debo reconocer que no entendí en ningún momento esa relación y que me daban unas enormes ganas de zarandearlos a ambos para que despertaran, lo que pasa es que esas situaciones me provocaban risas y por eso mismo di por bien empleado mi tiempo de lectura y mis rabietas con los personajes. Y es que el libro esta plagado de situaciones divertidas, quizás cuando más me reí fue cuando relata la ascensión al monte Fuji en la que Amélie se transforma en Zaratrusta.
El choque entre la cultura oriental-occidental queda muy bien plasmado a lo largo de toda la novela sin embargo hay un párrafo que a mi me impactó de forma profunda, tanto que llegue a la conclusión de que no podría jamás vivir con un nipón sin que me sacara de quicio, y es que esa lentitud, esa parsimonia no entran dentro de mis parámetros normales...
"A veces sonaba el teléfono. Él descolgaba a la japonesa, o sea diciendo tan pocas cosas que resultaba sospechoso. Las conversaciones duraban diez segundos como máximo. Todavía no conocía esa costumbre nipona y de nuevo pensé que pertenecía a la Yakusa, como su inmaculado Mercedes me llevaba a suponer. Salía de compras en coche y regresaba dos horas más tarde con tres raíces de jengibre. Probablemente , aquellas compras eran la tapadera para un golpe. De hecho gracias a su hermana seguro que tenía vínculos con la mafia californiana.
Más tarde cuando su inocencia estuvo fuera de toda duda, me enteré de que la verdad resultaba mucho más increíble: tardaba realmente dos horas en elegir tres raíces de jengibre"
Para mi totalmente agotador, como en medio de un guiso le pidiera que me comprara un ingrediente podía terminarlo para la cena en lugar de para la comida...
La ironía que destila toda la novela no solo se centra en la cultura japonesa sino que se la aplica también a si misma, aplica muy bien la máxima de mejor que una se ría de si misma que lo hagan los demás, así nos reímos con ella y no de ella... Uno de los pasajes con los que más me identifique es este, aunque yo y Amélie no podemos ser más diferentes...
"Llevar a alguien a mi casa siempre ha constituido una terrible prueba para mí. Por definición, y por motivos que no alcanzo a comprender, mi casa no es un lugar frecuentable.
Desde que me independicé, un lugar habitado por mí se parece, de entrada, a un trastero ocupado por refugiados políticos dispuestos a salir por piernas a la mínima redada policial".
Parece que Amélie es algo exhibicionista, puesto que aparecer desnuda en lugares públicos es una constante en la dos obras autobiográficas que he leído, si en Estupor y temblores lo hizo en la oficina en la que trabajaba a una hora en la que estaba desierta, en esta novela lo hace en la calle, también a una hora intempestiva, y siempre hay un motivo que hace que la locura estalle, diferente en ambas novelas, que te provoca al menos una sonrisa, cuando no una carcajada.
Por todo lo dicho habréis podido adivinar que es uno de esos libros aptos para leer en un momento de bajón, porque las risas están aseguradas, y a los más duros de pelar como yo misma, las sonrisas, y es que hacer reír en literatura es harto más complicado que hacer llorar, y esta mujer lo consigue... su formula suele funcionar, aunque yo no le he pillado el gusto a esos libros no autobiográficos... espero pillarsela algún día, porque si algo tengo claro es que esta belga con alma de nipona seguirá formando parte de mis lecturas..
22 comentarios:
Sí, en teoría debería leerse antes que "Estupor y temblores" pero también podría pasar como una novela independiente, una bella historia de amor, para quién desconozca la afición de alternar novelas autobiográficas con las de ficción que tiene esta fascinante autora...
Me ha gustado mucho ese choque de culturas entre oriente y occidente desde la perspectiva de Amélie con 22 años, muy interesante también el personaje real de Rinri y estupendo el cierre de la novela, punto y aparte en la historia vital de esta estupenda escritora...
Saludos.-
Todavía no lo he leído aunque otras novelas de la misma autora que sí leí me gustaron. Es un poco excéntrica contando su vida pero quizás eso la haga tan peculiar. Todavía no he decidido si lo leeré o no
D.
Pues la tengo pendiente de lectura, aunque he decidido descanasar un poco después de la decepción de mis dos últimas lecturas de la autora.
Yo también me posicio en las autobiográficas. En las otras quizás se pasa un poco de la raya como ya comenté.
Saludos
De los que he leído de esta autora, ésta y "Estupor y temblores" son mis favoritas. Me reí, como bien dices, con las dos. También me gustó mucho "Cosmética del enemigo"... si no la has leído te la recomiendo.
Un abrazo!
Estupenda reseña =)
Tengo un par de libros de la autora ya esperándome en la estantería, en cuanto pueda me pongo con ellos.
Besotes
Me he leído varios libros de la autora y este descansa en la biblioteca. El otro día lo troqué en un mercado. Leyéndote me han entrado ganas. Lo pongo más arriba en la cola de la mesilla!
Saludos
Eloise
Jajajaja creí que los del exhibicionismo de Amelie era solo imaginaciones mías. Es tremenda esta mujer y posiblemente este haya sido el libro con el que más me he reído por sus ocurrencias.
Y yo que sigo sin leer nada de esta mujer. Y mira que la tengo en mi lista de pendientes y siempre me digo que en mi próxima lectura cae. Y siempre se cuela otro. Estupenda reseña Carmina. Me has hecho pensar que le tengo que dar un buen empujón al próximo libro que quiera colarse antes que éste. ¡A ver si lo consigo!
Y por cierto, tienes unos premios esperándote en mi blog.
Besotes!!!
Puesyome posiciono en el laocontrario. Odiosos novelas biográficas, especialmente Biografía del hambre, que fue la primera que leí, me horrorizo y casi hizo que renunciaras a leerla mas. Menos mal que decidí darle otra oportunidad, leí Cosmética del enemigo y me encanto. Así que si, a mi también me da una de cal y otra de arena!
Sigo teniendo pendiente a esta autora y la verdad que me apetece mucho! Todo lo que leo de ella son reseñas positivas y además, ahora que me apetecen libros alegres éste me viene al pelo! Necesito risas!
Besos
Yo tampoco he leído nada de esta autora, tengo algunos en mi lista de pendientes. Tengo que solucionar su lectura lo más pronto posible. Besos
Carmina, esta me hizo reír mucho, es que tiene cada cosa esta Amelie!
Eso sí yo también les hubiera pegado un sopapo a cada uno para que reaccionasen. El final me gustó no obstante :)
Besos
Es mi protagonista de Julio! Esta la leí hace un par de semanas así que la tengo fresquita! A mí me ha gustado bastante, se lee muy muy bien y también me ha despertado sonrisas. Creo que yo también me quedo con sus obras autobiográficas. :)
Besotees!!
¡Ay! A mi esta mujer me puede. Tango un libro suyo a medias............. ni se sabe el tiempo. Me laegro que tú hayas disfrutado con él.
Tengo muchas ganas de estrenarme con esta autora. A ver si consigo hacer un hueco y leer algo de ella antes de que termine 2011. Por cierto, ¿por cuál me recomendarías empezar?
¡Muchos besos!
Tienes razón en que esta autora da una cal y otra de arena, pero todo se podría disculpar por "Cosmética del enémigo"
Me alegro de que hayas pasado un buen rato con la novela, seguro que te ha sentado bien!
Un besico!
Pues yo pensaba que la primera, cronológicamente hablando era "Estupor y temblores" y cuando me estrene con la autora será con ella puesto que ya la tengo entre mis libros.
pues mira este lo tengo pendiente de la Nothomb...estoy con el de Maeva de lectura conjunta de Booki y está muy bien de momento!
besines
Este y Estupor y temblores son de momento mis favoritos de la belga, me reí muchísimo, y aunque es verdad que es otra forma de expresar sentimientos, en el fondo son muchos los países en los que la gente no es tan efusiva como en España. sin embarga, si preguntas a muchos latinoamericanos, opinan que en España somos muy frios. Es cuestión de culturas y Amélie sabe reflejarlo muy bien. Bsos
Mi pasión por los escritores nipones puede ser un buen contrapunto para leer esta obra y comparar, algo me dice que puede ser muy interesante el impacto.
Pues te voy a decir lo mismo que María: que aún no me he estrenado con esta autora y que a ver si soy capaz de leer algo de ella en este 2011, je, je.
bsos!
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