Creo que nunca me ha resultado tan difícil
encuadrar una novela dentro de un género en concreto, y eso porque en Sesión
Privada nada es convencional, y encontramos un poquito de todo, podría
encuadrarse dentro de la novela erótica si de aprovechar el filón se tratara
porque hay escenas tórridas, sobre todo si las encuadramos dentro de la época
en que suceden, en al menos dos de las historias. También podríamos encuadrarla
dentro de la novela negra, o si eso nos parece demasiado pues dejémoslo en
intriga y suspense, porque una de sus historias, o quizás las tres tienen
tintes negros, más que de literatura de cinematografía en blanco y negro y
cuando de ello se trata a mi me viene a la mente el magnífico Bogart.
Pero también se puede considerar una novela
histórica, porque nos encontramos tres tramas, una de ellas se desarrolla en la
actualidad, entendiendo por ello el año 2001, y las otras dos se remontan a un
pasado no muy lejano de la historia de España. Así nos encontraremos con unas
pinceladas de la guerra civil en el sur de España en la que los protagonistas
son dos amantes, y la otra nos traslada al Madrid de los años 50, y más
concretamente a la labor de los censores cinematográficos y al glamur de las
salas de fiesta de esa España decadente según por donde se mire.
Cada vez es más frecuente no poder encuadrar
una obra en un género especifico, pero si se quiere yo lo denominaría Thriller
histórico con toques eróticos. Alguien da más oiga!! Bromas aparte me parece
que para ser una ópera prima el autor ha demostrado muchas dotes literarias,
porque si complicado es llevar dos tramas sin que ninguna decaiga en interés y
sin que una se coma a la otra, no quiero ni imaginar lo que debe ser llevar tres, a las
que en apariencia no une nada y tan fino es ese hilo conductor que el lector va
descubriendo cosas al mismo tiempo que el investigador, y cada vez desea saber
más de ahí que las páginas vayan avanzando, hasta un final que supone todo un
broche de oro y que hace que todas las piezas encajen en un clic como si de una
complicada maquinaría de relojería suiza se tratara.
Pero vamos por partes y no adelantemos
acontecimientos, basta con decir que me costó entrar en la novela porque para
mí era muy importante conocer el nexo entre las dos historias que se comienzan
a desarrollar ante nuestros ojos más o menos de forma alterna, pero cuando surgió la tercera trama eso dejó de
tener importancia para ir descubriendo las cosas de forma gradual.
El autor
Javier Rovira nació en Almería en 1967, es
pianista profesional, profesor de conservatorio en Madrid, y licenciado en
Filología Hispánica.
Formado en Madrid, Paris, y Bruselas, ha
ofrecido recitales en numerosos países y ha actuado como solista en diversas
orquestas. Desde hace años compagina sus actividades musicales y docentes con
la literatura; fruto de ese esfuerzo se publica su ópera prima Sesión Privada.
Argumento
Miedo me da desvelar algo importante si me
pongo a redactar el argumento, porque cuando buscaba información sobre esta
novela casi me la destripan por completo en una reseña, así que para no pecar
de inoportuna porque creo que vale la pena que la descubráis por vosotros
mismos os dejo la sinopsis de la contraportada.
Madrid, años cincuenta, un sedan se desliza
bajo la lluvia en busca de prostitutas para un singular trabajo, un rodaje
secreto. Mario conduce y su jefe, Miguel Canales, se divierte con esas sesiones
en las que recrea en clave erótica las escenas que la Junta de Censura
Cinematográfica acaba de cortar. Hasta que aparece Carla, y con ella la evidencia
de que habitan en un mundo dominado por la corrupción y la impostura.
En el otoño de 2001, Marcos Alvar sigue el
rastro de dos amantes que se suicidaron juntos en los inicios de la posguerra;
tras un desconcertante descubrimiento en el lugar donde los enterraron. Marcos
se lanza a una compleja investigación mientras contempla atónito como su propia
vida se desmorona sin remedio.
**
Y así, con un doble arranque se rinde
homenaje a los clichés de la novela negra. Sesion privada irá desplegando sus numerosas capas hasta
mostrar una compacta estructura de muñecas rusas: de los desmanes de la guerra
a la desmemoría de nuestro siglo, de las perversiones culturales del franquismo
a una crónica actual y descarnada del desamor y la traición.
Mis impresiones
Como avanzaba al principio me costó un poco
meterme en la novela, porque tiene un
arranque espectacular en primera persona, en la que el protagonista nos explica
porque se encuentra en un cementerio Málaga inhumando unos cadáveres, de los
que apenas conoce nada. El protagonista así como quien no quiere la cosa y con
la confidencialidad que da ese uso de la primera persona nos va refiriendo
datos de su vida, de cómo llega a hacerse cargo de una investigación que
cambiará su vida.
Y sin previo aviso en el capítulo siguiente
se produce un salto en el tiempo y encontramos una historia distinta, contada
en tercera persona por un narrador omnisciente, con abundantes diálogos que le
dan agilidad y una visión muy cinematográfica. De esta manera introduce Javier
Rovira la segunda trama, la que transcurre en los años 50 en una España
decadente en la que nada es lo que parece, en la que la mentira y la corrupción
tienen un gran protagonismo y en la que un personaje sufre porque el pasado ha
vuelto a su vida con fuerza amenazando con aniquilarlo.
Y así van sucediéndose los capítulos casi siempre
de forma alterna desgranándose en la historia que se desarrolla en la
actualidad de forma lineal con varios feedbacks o flashbacks para que lleguemos
a comprender porque la vida de Marcos Alvar va haciendo aguas, al mismo tiempo que se
ve envuelto en una investigación de grandes proporciones que le sumerge de
lleno en la guerra civil, un tema que a él no le interesa y que le causará más
de un sobresalto en su vida privada.
Los capítulos de la segunda trama van
encabezados por un nombre propio, y quien lleva la voz cantante o el personaje
que se desarrolla es el que encabeza el capítulo, y poco a poco vamos conociéndolos
y la trama va avanzando y develando algunos ases guardados en la manga y como
por arte de magia nos va dejando pistas, vamos intuyendo que tienen en común
las dos historias, pero sin ser capaces de intuir por donde nos va a llevar el
autor.
Si la calificamos de novela negra nos
encontramos con un investigador peculiar, un agente funerario elegido al azar
por la clienta porque lo único que debía hacer es desenterrar unos cadáveres de
la guerra cuyas coordenadas conoce. Sin embargo solo encuentran un cuerpo y la
búsqueda se reactiva. Marcos Alvar no
tiene formación para llevarla a cabo, sin embargo va tirando de hilos que le
van dibujando un panorama general de las personas a las que busca.
Javier Rovira nos dibuja unos personajes
descarnados, complejos, con el carácter que imprimen los secretos guardados,
las verdades olvidadas y las mentiras medio veladas. Personajes muy humanos en
los que la moralidad y la inmoralidad transitan por una línea muy floja que en multitud
de ocasiones se traspasan. Personajes que tienen una evolución que conocemos a
lo largo del tiempo a través de flashbacks y también a través de la
investigación del agente funerario.
Me he sentido cómoda en las tres historias
pero quizás por desconocimiento he disfrutado de la que retrata ese Madrid de los
años 50, esa labor de los censores cinematográficos, y esa doble moral por la
que bajo presión uno es capaz de falsear
un informe. Todo tiene un precio, aunque este sea el silencio.
Temas de trasfondo
Esta novela es mucho más compleja de lo que
pueda parecer. Hay varios temas que planean en su línea argumental, el amor y
el desamor, la traición, la corrupción, las infancias rotas y ello es visible
en cualquiera de las historias.
En la actual Marcos intenta entender como su
matrimonio ha hecho aguas y se ha ido a pique sin que él se haya dado cuenta.
Nos desvelará como conoció a su mujer, como se enamoró de ella y como consiguió
que estuviera a su lado. Sin embargo también nos informará de su desamor, de la
traición de ella, y ese tira y afloja al que le tiene acostumbrado desde que
eran niños y que sin embargo ahora le hastían.
También encontramos una historia de amor en
la guerra civil, la que disfrutan los dos amantes, ella maestra, el alumno, una
relación contra-natura, tórrida, en ocasiones subida de tono para los cánones
que marca la época, una relación que se bebe a grandes sorbos, que lucha contra
los prejuicios y que termina en una gran traición.
Y por último encontramos otra historia de
amor si es que así puede decirse, la que une al censor con la prostituta capaz
de socavar los cimientos de su existencia. Son amores los que se dibujan en
esta historia fríos, festivos, amores sin compromiso, en el que las mujeres son
simples floreros que proporcionan placer a los hombres. Un tema subyace, un
tema tabú para la época y que ahora se sobrelleva y de nuevo una traición.
La corrupción es fácil de detectar en las
tres historias, pero ahondar en este tema puede desvelar datos que merece la
pena descubrir por uno mismo. Y eso mismo sucede con las infancias rotas, por
un lado la de la hija de Marcos que se siente al margen de la decisión de sus
padres, aunque no es precisamente una niña ya. Sin embargo el máximo exponente
de esta trama es un as que el autor
esconde en la manga hasta casi el final.
Conclusión
Nos encontramos ante una novela que viaja del
presente al pasado sin fisuras, sin grandes sobresaltos, hilvanando bien tres
historias que al final confluyen de forma magistral en una sola. Javier Rovira
con esta primera novela se ha hecho un lugar por méritos propios en la
literatura española. Tiene mérito hilar dos tramas sin que la acción y el
suspense decaiga en ningún momento, pero hilar tres tiene mucho más mérito.
Lo que más valoro en una novela es que la
ambientación esté conforme al tiempo en que se desarrolla, y sin duda
encontramos unos personajes caracterizados conforme al tiempo al que viven y su
clase socio-económica. Tanto la trama desarrollada en Madrid en los años 50,
como la actual es perfectamente creíble. Y en cuanto a la que se desarrolla en
el sur de España desvela un trabajo de documentación que en ningún momento se
hace farragoso, sino que se engarza con naturalidad en el texto.
Complicado es llevar una trama escrita en
primera persona y otra en tercera, pero mucho más es dar voz a cada uno de los
personajes, porque no nos encontramos ante una novela más de la guerra civil, y
la posguerra o dictadura, nos encontramos ante una novela en la que se tejen
cual encaje de bolillos unos hechos que desembocan en nuestros días, porque la
memoria histórica pide reconocimiento para aquellos que todavía permanecen en
el anonimato, enterrados en fosas comunes en carecen de lápida.
Seguro que esta novela te sorprende. Es muy cinematográfica así que no me extrañaría que cualquier día nos encontraramos con una película o una serie. Material hay de sobra e incluso da para varias posibilidades de montaje.
Con esta novela participo en el bloguero invisible de Kayena, y en la iniciativa un mes histórico de Laky
Un mes histórico
7 comentarios:
No conocía esta novela pero has conseguido despertar mi curiosidad. Si tropiezo con ella le daré una oportunidad, que no pinta nada mal.
Besotes!!!
Tal cual la has descrito, con esa mezcla de géneros incluida, resulta una novela atractiva
¡Ozú! no hay quien te lea sin que le apetezca leer aquello que comentas... y como tengo poco pendiente, vas tú y me lías.
Y otra cosa, no se puede explicar mejor sin destripar nada.
Un beso.
Desde luego tiene muy buena pinta, muchos alicientes para gustar.
Tendré que apuntarlo para el próximo año.
Saludos
Me encantó la reseña que haces de este libro, creo que la explicas de manera concreta sin desvelar nada importante de la trama.
Yo la leí hace ya algunos meses y me encantó. El autor hace magia al hilar las tres historias. Además que son relatos que nos presentan diferentes épocas en España desde otra lente con otros argumentos y escenarios.
¡Me uno a la recomendación!
No hbaía oído hablar ni del autor ni de la novela. Tiene buena pinta. Gracias por la reseña ^^
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